Вы находитесь на странице: 1из 14

Universidad Pontificia de México

Facultad de Teología
Historia de la Teología Moral

Lic. Walter Francisco Fajardo Jerez

La Moral en los Primeros Monjes

Antecedentes

Los monjes del Antiguo Testamento mencionados por San jerónimo, los cuales eran judíos
que vivían con el profeta Elías y Eliseo.

San Juan Bautista, vestido de pieles, con vida solitaria y alimentándose de “langostas y miel
silvestre”; se convierte en el prototipo del ideal monástico.

Los escenios, grupo de monjes que viven a orillas del Mar Muerto, organizados en
comunidades con reglas propias.

Entre los griegos existen eremitas y ascetas. Los estoicos se distinguen por el interés que
tienen en Dios, y por su sentido religioso. Buscan la “apetheia” y la “autarquía”
(independencia y autodominio). Enseñan el ideal elevado del desprendimiento y
purificación.

Antes del monacato existen grupos entre las comunidades cristianas, especialmente
fervorosos, se les designa como ascetas, vírgenes, continentes, etc. Todos ellos constituyen
la primera manifestación de vida religiosa en la Iglesia Primitiva. Se permanece en medio
de sus familias y comunidades; su vida camina entre oración común, canto de himnos y
salmos, meditación de las Sagradas Escrituras, ayunos y limosnas.

Causas

a) Como una reacción contra la nueva situación social venida por la conversión en
masa de los paganos, lo que trajo relajamiento de las costumbres.

b) Como continuación de la huida de pueblos y ciudades a causa de las persecuciones,


lo que llevaba a buscar refugio en montes y desiertos.

c) Como fruto de la espiritualidad del Martirio, sino cruento, incruento a través de la


mortificación.
d) La llamada a configurarse con Cristo por medio de la práctica de los valores del
Evangelio.

e) Como una huida de los compromisos familiares y sociales.

Los Ermitaños

Un ermitaño o eremita es una persona que elige profesar una vida solitaria y ascética, sin
contacto permanente con la sociedad. El vocablo ermita procede del latín eremīta, que a su
vez deriva del griego ἐρημίτης o de ἔρημος, que significa «del desierto». Es un asceta el
que vive en la denominada eschatiá por los griegos, espacio no civilizado más allá de la
ciudad, que en el caso de Egipto, se identifica con el desierto. Más adelante también tendría
lugar, con el mismo concepto, en otros espacios naturales como las montañas sirias o las del
centro de Italia.

En el cristianismo, la vida eremítica tiene por finalidad alcanzar una relación con Dios que
se considera más perfecta. La vida del ermitaño está por lo general caracterizada por
valores que incluyen el ascetismo, la penitencia, el alejamiento del mundo urbano y la
ruptura con las preferencias de éste, el silencio, la oración, el trabajo y, en ocasiones, la
itinerancia. Se considera que el eremitismo en el cristianismo nació a fines del siglo III y
principios del siglo IV, particularmente tras la paz constantiniana, cuando los llamados
«Padres del Desierto» abandonaron las ciudades del Imperio romano y zonas aledañas para
ir a vivir en aislamiento y en el rigor de los desiertos de Siria y Egipto, sobresaliendo el
desierto de la Tebaida.

La norma de vida de aquellos eremitas era de un ascetismo llevado a sus límites: vivían en
el desierto, se alojaban en albergues precarios o en cuevas, y subsistían gracias al trabajo
manual. Sus ayunos eran muy prolongados y mantenían una vida espiritual durísima.

Introducción a los Anacoretas y Cenobitas

La vida monástica, desde finales del siglo III, no constituía un todo homogéneo a causa de
las variadas formas de ascesis existentes. San Jerónimo ya habló de tres clases de monjes:
anacoretas, cenobitas y una tercera formada esta última por gentes pendencieras y
vanidosas.

Tanto los anacoretas como los cenobitas se propusieron una entrega total al servicio de
Dios. Estos monjes del desierto buscaban alcanzar la libertad del alma y unificar toda la
vida en Cristo para disfrutar de los bienes celestiales en este mundo. La apartheia era ese
estado de paz profunda y de inmunidad ante la tentación que los monjes querían alcanzar,
ese estado que se inspiraba especialmente en los cuarenta días que Jesús había pasado en el
desierto. De este modo, los religiosos llevaban una vida ascética que se esforzaba por
ejercitar las virtudes (humildad, caridad, compasión, fortaleza, castidad, obediencia y
continencia) y que combatiera los vicios (ira, envidia, vanagloria, acidia y calumnia).
Cronología del Monacato Primitivo

251 Nacimiento de San Antonio Egipto en Quam.

250-270 Ascetas cristianos se retiran a Egipto vivir en cabañas no lejos de las ciudades

270-275 San Antonio se instala en soledad Egipto

292 Nacimiento de Pacomio en Egipto

305-306 San Antonio organiza la vida monástica, gran número de ermitaños se agrupan
alrededor de él, pero permaneciendo aislados.

314 Pacomio es monje en Schenesit, Egipto

323 Pacomio funda un monasterio en Tabennisi, en el alto Egipto

340 María, hermana de Pacomio funda el primer convento femenino.

346 Muere Pacomio

346 Petronio y Orsieso suceden a Pacomio

356-357 San Basilio visita a los ascetas en Egipto, Palestina y el Ponto.

360 San Basilio funda un monasterio en Neocesarea del Ponto.

370 San Basilio publica sus reglas en Cesarea, Capadocia.

419-420 Paladio publica la Historia Lausiaca.

529-530 Benito de Nursia funda el Monasterio de Montecassino, Italia

Los Anacoretas

La palabra anacoreta procede del latín anachorēta, y este del término griego ἀναχωρητής,
compuesto por ἀνα y χωρέω, que significa 'retirarse' (del mundo).

El anacoretismo es un tipo de vida que surge como consecuencia de una corriente espiritual
de la iglesia de Cristo a inicios del siglo IV: la espiritualidad monástica. Esta corriente
espiritual buscaba la limpieza de corazón, la cual la conseguían mediante el
desprendimiento de todo lo creado (apartamiento del mundo) y la práctica de la caridad. La
limpieza de corazón era el requisito para la posesión del Reino de Dios, que en este mundo
se obtiene por la contemplación divina y cristalizada en una forma de vida que se denomina
vida contemplativa.
Antonio Abad

Tanto la Historia Lausiaca de Paladio, como la Vita Antonii de San Atanasio, adolecen de
ciertas inexactitudes, pero ambos textos constituyen un precioso relato para conocer la
realidad histórica y espiritual del momento. La vida de San Antonio logró convertirse
enseguida en un clásico del monacato, al conseguir ser prototipo de hagiografía y contribuir
a la expansión monástica, gracias a las enseñanzas que proporcionaba al monje sobre cómo
servir mejor a Dios. Es muy difícil determinar que pasajes son realmente históricos, pero ya
existen datos fundamentales constatados: su origen copto, la procedencia de su familia, su
fama anterior a que se escribiera la obra, su actitud frente a los arrianos, etc. Pero como en
el resto de las obras consultadas, la realidad y la fantasía se hallan estrechamente unidas,
por lo que la obra debe valorarse tanto desde el' punto de vista histórico como desde el
espiritual, ya que este último impregna toda la narración.

Por su parte, la obra de Paladio, independientemente de intercalar anécdotas que circulaban


por aquel entonces, describe ciudades y personajes, según el autor, con gran exactitud:
"Después de recorrer en viaje a pie y por un fin piadoso muchas ciudades y aldeas, todas las
lauras y tiendas de los monjes del yermo, he descrito con gran exactitud lo que yo visité en
persona y lo que oí en boca de los Santos Padres". La Historia Lausiaca, es la historia de los
exegetas más ilustres de Egipto narrada a Lauso, alto funcionario de la corte de
Constantinopla, por su amigo Paladio. Su causa fue el deseo de Lauso de conocer los
hechos de estos monjes de cuyas proezas se hablaba tanto en la capital del Imperio. Aunque
Paladio era moderado y objetivo (no hizo apología del monaquismo, mencionando tanto las
virtudes de los monjes como las apostasías y pecados en que caían, sobre todo, su orgullo y
vanidad), no pudo evitar compartir la credulidad ingenua y la pasión por lo maravilloso de
sus contemporáneos, combinando escenas vividas con anécdotas y fantasías que circulaban.
También hemos de destacar las sentencias breves y piadosas o los consejos de los
ermitaños, recogidos en los Dichos de los padres, y las Instituciones y conferencias de Juan
Casiano, en las que recoge todo cuanto escuchó en Egipto y Siria.

Antonio nace al sur de Menfis el año 251 aproximadamente. Perteneciente a una familia
cristiana, a los 20 años siente el llamado de Dios: vende todo y su fortuna la reparte entre
los pobres. Se pone bajo la dirección de un anciano asceta quien le entrega las "armas"
necesarias para llevar una vida según el ejemplo de Jesús.

En la primera fase de su existencia anacorética, en la que moraba todavía en las cámaras


sepulcrales del cementerio próximo a su pueblo natal, podemos encontrar rasgos esenciales
del monaquismo egipcio: oración, trabajo manual y lectura de las Sagradas Escrituras.
Luego Antonio se internó en el desierto y vivió durante veinte años en un fuerte
abandonado.

Cuando se decide a salir del largo retiro, la vida eremítica se desarrolla en torno a él. Un
gran número de "monasterios" se fundan y él es como su "padre". Realiza curaciones
físicas y morales. Y da a sus monjes una enseñanza que consiste sobre todo en saberse
guardar del demonio, su táctica y engaños.
Antonio murió a los ciento cinco años, el 17 de Enero del 356. Antonio es el padre y
modelo de los anacoretas del desierto.

El monje, el cual está en el camino de la perfección debe luchar contra los ataques del
demonio, el cual se manifiesta en forma de tentaciones.

En la bibliografía se hace mención al llamado "demonio del mediodía", quien representa a


la tentación que surge precisamente a esa hora del día, es en el fondo la tentación más
fuerte para los monjes, representada por una ansiedad terrible que hace que el monje
reniegue contra su forma de vida.

 Doctrina Moral

a) La opción por Cristo

El motivo fundamental de la vida del monje es la imitación de Cristo que se traduzca en la


práctica de la caridad con los demás. El monje está constantemente ocupado en su
salvación. La centralidad de Cristo es su Conducta. Solo Dios debe ocupar el corazón. El
fin principal del monje es el progreso en la perfección y la entrega total (consagración) a
Cristo.

b) La lucha contra el demonio

Lucha constante contra las tentaciones, especialmente la impureza. Las armas contra el
demonio son: la Fe, la oración, el ayuno y la señal de la Cruz.

c) Los enemigos internos

La ascética es para dominar en sí las inclinaciones que llevamos dentro. Los peores
enemigos del hombre están dentro de él. La moral y la perfección son algo interior, la
virtud necesita de nuestra voluntad para poder brotar.

d) La Oración

Una oración ininterrupida, atento a la voz de Dios que se manifiesta en las Sagradas
Escrituras.

e) Ascética y trabajo

Se busca alcanzar la “ekerateía” (término de difícil traducción): templanza, continencia,


abstinencia, autodominio, castidad. La ascesis ayuda en ese cometido y es sobre todo de
carácter personal, se trabaja con las propias manos; se procura vencer las raíces del pecado
en sí mismo.
f) Soledad y encuentro con Dios

El nombre monje, de monos=uno, implica de suyo alejamiento. La Soledad es uno de los


ideales de los padres del desierto. Esta procura en la vida del monje la paz, la tranquilidad,
el silencio, que le llevan a la unión y concentración con Dios.

g) Vida al servicio de la Comunidad

La vida del monje no estéril para la Iglesia. Se orienta la ascesis a las virtudes sociales:
obediencia, trabajo, humildad, justicia, caridad, etc. El hombre que se capacita en la
soledad se capacita para amar debidamente al hermano.

h) Conocimiento de Sí

Se alcanza en la soledad un profundo conocimiento de sí mismo y la propia conciencia a


través de los exámenes de conciencia.

Macario

Macario el Egipcio, también conocido como el Viejo o el Grande, ocupo un gran lugar
dentro de la historia del monaquismo Egipcio. Nació en el año 300 aproximadamente en
una aldea de Egipto superior, a los treinta años se retiró al desierto donde vivió sesenta años
como ermitaño. Pronto se vio rodeado de discípulos y estos lo llamaban "el joven viejo"
debido a su forma de pensar y actuar. Con su ejemplo se ganó la confianza de mucha gente.
Fue invitado muchas veces a hablar a los anacoretas de las montañas de Nitria.

Macario el Alejandrino

Fue contemporáneo de Macario el Egipcio, y era conocido también con el nombre de la


ciudad, por el lugar de su nacimiento. Nació en el Egipto Superior y posteriormente se
estableció en el desierto de Celia y destacó por su heroico ascetismo.

Evagrio Póntico

Fue discípulo de los dos Macarios, y se le llama Póntico porque nació en Ibora, en el Ponto.
Se destacó por ser hábil en las discusiones contra las herejías y al marcharse al desierto de
Celia entró en contacto con los dos Macarios y ahí decidió imitar el modo de vida de estos.
Fue el primer monje en escribir extensas obras que ejercieron notable influencia en la
historia de la piedad cristiana. De hecho es el fundador del misticismo monástico y el autor
espiritual más interesante del desierto Egipcio. Los monjes de Oriente y Occidente
estudiaron sus escritos como documentos clásicos y como manuales de valor incalculable.
San Efrén

Efrén nació en Nisibe, Mesopotamia (Irak) en el año 306. El afirma de sí mismo que de
joven no le daba mucha importancia a la religión, pero que cuando le llegaron las pruebas y
los sufrimientos, entonces así se dio cuenta de que necesitaba de Dios.

Los persas de Irán invadieron la ciudad de Nisibe, tratando de acabar con la religión
católica, y entonces Efrén junto con gran número de católicos, huyeron a la ciudad de
Edesa, y en esa ciudad pasó los últimos años de su vida, dedicado a componer sus
inmortales poesías, y a rezar, meditar y enseñar religión a cuantos más podía. Dicen que la
idea de dedicarse a componer himnos religiosos le llegó al ver que los herejes llevaban
mucha gente a sus reuniones por medio de los cantos que allí recitaban. Y entonces Efrén
dispuso hacer también muy simpáticas las reuniones de los católicos, por medio de himnos
y cánticos religiosos, y en verdad que logró conseguirlo.

Para mejor inspirarse, nuestro santo buscaba siempre la soledad de las montañas, y en los
sitios donde santos monjes y eremitas vivían en oración y en continuo silencio. Allí lejos
del remolino de la vida social, le llegaba mejor la inspiración de lo alto.

La humildad de San Efrén era tan grande que se creía totalmente indigno de ser sacerdote
(Aunque las gentes lo consideraban un gran santo, y su vida era la de un fervoroso monje o
religioso). Por eso prefirió quedarse de simple diácono.

La última vez que tomó parte en los asuntos públicos fue en el año 370 cuando hubo una
gran carestía y una pavorosa escasez de alimentos. Los ricos habían acaparado los
alimentos y se negaban a repartirlos entre los pobres por temor a que se aprovecharan los
avivados. Entonces San Efrén se ofreció de mediador y como a él si le tenían total
confianza, organizó un equipo de entrenados distribuidores y logró llevar cuantiosos
alimentos a las gentes más necesitadas. En una grandísima epidemia organizó un grupo de
300 camilleros y con ellos recogía a los enfermos y los llevaba a sitios especiales para tratar
de conseguir su curación.

San Efrén logró ya durante su vida gran fama como poeta y compositor de himnos
religiosos, y en la antigüedad fue el más grande poeta cantor de la Santísima Virgen. La
Iglesia Católica lo ha declarado Doctor de la Iglesia y los antiguos lo llamaban "Arpa del
Espíritu Santo". Tenía especialísima cualidad para escribir poesías, y San Basilio dice que
era tal la estimación que los antiguos tenían por sus escritos, que después de las lecturas de
la Sagrada Escritura, en varias iglesias se leía alguna página escrita por este santo.

Los Estilitas

Los estilitas eran monjes cristianos solitarios que vivían en el Medio Oriente a partir del
siglo V y tenían la particularidad de transcurrir su vida de oración y penitencia sobre una
plataforma colocada en la cima de una columna (stylos en griego) permaneciendo allí
durante muchos años e incluso hasta la muerte. Esta especie de monacato era especialmente
practicado en el oriente cristiano, sobre todo en las cercanías de Antioquía y en Siria, en la
iglesia griega se mantuvo hasta después del cisma (1050) y entre los rusos hasta el siglo
XV. Su institución se atribuye a Simón el Estilita.

El estilismo es la forma anacorética más famosa del monacato sirio. El estilismo cristiano
es más de carácter penitencial, una de las tantas penitencias que practicaban los monjes
cristianos de los primeros siglos.

Simeón el Estilita

San Simón o Simeón el Estilita o simplemente Simón Estilita. Fue un santo asceta cristiano.
Su fama radica en el hecho de haber elegido como penitencia el pasar 37 años en una
pequeña plataforma sobre una columna (del griego στῦλος stílos; de ahí su sobrenombre)
cerca de Alepo, Siria. Es conocido como uno de los Padres del yermo o del desierto.

Nacido en Sivar al norte de Siria, vivió su infancia como pastor. A los 15 años ingresó en un
monasterio donde aprendió de memoria los 150 salmos de la Biblia, rezándolos cada
semana, 21 cada día.

Se le considera el inventor del cilicio. Fue expulsado de un monasterio por su rigor


absoluto, así que decidió ir al desierto para vivir en continua penitencia; allí, después de
vivir en una cisterna seca y en una cueva, y a causa de la continua molestia que le suponían
las muchas gentes que venían a visitarle, apartándole de la vida contemplativa y la oración
y acercándole a la tentación, decidió que le construyeran una columna de tres metros de
altura, luego una de siete y por último pasó a una de 17 metros para vivir subido en ella y
alejarse del tráfago humano. Sobre esta columna pasó sus últimos 37 años de vida, por lo
que se ganó el sobrenombre de «el Estilita». Murió en el año 459. Su festividad se
conmemora el 5 de enero.

El Cenobitismo

El movimiento cenobítico es una tradición monástica iniciada desde los tiempos más
remotos del cristianismo, que enfatiza la vida en común. Se caracterizaba por el
comunitarismo monacal, que preservaba el aislamiento de los monjes del común de la
sociedad. En Occidente, cada comunidad pertenecía a alguna orden religiosa, y la vida del
monje cenobítico estaba regulada por una regla (una colección de preceptos).

El movimiento cenobítico se aseguraba de poner un orden a la vida en común de los


monjes, en lo que respecta a la administración de los bienes y productos, así como la
formación en la fe, la disciplina y los intereses filosóficos del cristianismo naciente. Se
realizaban actividades de meditación y recogimiento, propias de las comunidades religiosas
tanto de monjes como las de monjas y así se mantienen hasta la actualidad.
Pacomio

Hombre de origen pagano, Pacomio, cuyo nacimiento se sitúa en la Tebaida superior hacia
el año 292, es sin duda alguna el fundador del monaquismo cristiano, al ser el inaugurador
de la vida cenobítica, de la vida común.

Pacomio se pone bajo la guía de Palamón, quien dirigía espiritualmente a un grupo de


anacoretas, de él recibe las primeras enseñanzas: oración, lectura de las santas Escrituras,
trabajo, etc. Pacomio y Palamón llevaron una vida muy austera, solo comían pan y sal, y
otros alimentos ligeros. Su tiempo estaba dedicado a la oración en forma casi exclusiva,
llegando a no dormir. Luego de permanecer siete años con Palamón, Pacomio decide
abandonarlo.

Así fue como inicio su caminata, la cual finalizaría en Tabennisi, una aldea abandonada, en
donde decide construirse una celda para vivir. Aquí iniciaría su primera comunidad. El
primero en unirse a Pacomio fue su hermano Juan, con el cual inició la ampliación general
del local.

Poco a poco comenzaron a llegar hombres de poblados cercanos para unirse a esta
incipiente comunidad. Los primeros en llegar no eran los candidatos adecuados, eran
soberbios, insolentes, no acataban las normas de la vida común y Pacomio se vio
enfrentado a la decisión de expulsarlos.

Luego del primer intento Pacomio no desiste, recibe nuevos discípulos, pero a estos les
exige aparte del bautismo la renuncia total de todos sus bienes, para evitar así cualquier
conflicto. La idea es que todos estén en igualdad de condiciones y los bienes que pudiesen
poseer no fueran motivo para problemas dentro de la comunidad. Todo debe ser de todos.

Debido a los problemas e inconvenientes que producía el trabajo de los monjes fuera de la
comunidad, Pacomio opta por cambiar el sistema de trabajo y es así como instaura los
gremios de trabajo dentro del monasterio o cenobio, equilibrando el trabajo con las horas de
oración y lectura divina.

Así por fin Pacomio inicia la reforma del Anacoretismo, tratando de establecer una
verdadera comunidad monástica, en que todo está dividido equitativamente apoyándose en
la Regla, la cual ira redactándose poco a poco, según las necesidades que él vea. Hacia el
año 320 Pacomio dio comienzo al primer gran cenobio o monasterio de vida común.

La vida diaria del monje Pacomiano se dividía entre la oración, meditación, trabajo y
descanso. El sistema instaurado por Pacomio era totalmente factible de efectuar, ya que
dejaba de lado todas las mortificaciones innecesarias, comúnmente practicadas por los
anacoretas de la época.

En su sistema estaba todo previsto, incluso las comidas, las que según la bibliografía eran
por lo menos una al mediodía que consistía en verduras crudas, queso, pescado, higos,
dátiles, y otra más escasa en la noche. La comida del mediodía era en el edificio principal y
era compartida por todos.

Todos ayunaban dos veces a la semana, los miércoles y los viernes, salvo los más austeros
que hacían ayuno voluntario otros días de la semana.

En el monasterio sé tenia especial consideración con los enfermos y con los huéspedes.
Para ellos disponían de dependencias especiales para atenderlos, enfermería y hospedería
contaba con monjes para atender a quien lo necesitara.

La comunidad de los Pacomianos no consistía solo en la separación del mundo y en la


renuncia a los bienes, implicaba máximas más elevadas: "Todos deben ser una ayuda para
ti, tú debes ser de provecho para todos", ahí radicaba la esencia de la Koinonia, una
verdadera comunidad de hermanos, por lo cual eran severamente castigadas las faltas
contra otros miembros de la comunidad.

La propiedad del monasterio, asunto importante para la mantención de la comunidad, venía


a ser "propiedad de Cristo", por lo cual los monjes no disponían libremente del terreno, sino
conforme a la obediencia, a las leyes emanadas de un superior, las cuales iban en beneficio
de todos.

La regla fue escrita en Copto, en su versión original. Posteriormente, en la segunda mitad


del siglo IV San Jerónimo realizó una traducción al latín, la que sirvió para que la regla de
Pacomio perdurara y pudiese servir de guía a reglas posteriores. La importancia de la regla
de Pacomio consiste en haber colocado una base económica y espiritual para la vida
común, la cual es sustentada por la obediencia, castidad y pobreza.

Basilio y la reforma del cenobitismo

Basilio nació en Cesaréa de Capadocia en el año 329 aproximadamente, recibió una


educación profundamente cristiana. En el año 357 inició un viaje a través de Oriente con la
intención de visitar a los más famosos solitarios y estudiar la vida monástica donde quiera
que surgiese. Al regresar a su patria se instala cerca de Neocesarea frente a Annesi, donde
en compañía de algunos ascetas agrupados alrededor de él llevo una vida de mortificación.

Durante esos años comprobó y perfecciono las ideas que se había formado a lo largo de sus
viajes de investigación sobre la vida monástica. Basilio luego de su viaje por Oriente logra
un conocimiento sino total, parcial de la situación que viven los monjes o mejor dicho los
diversos grupos de monjes.

Así Basilio, al conocer el funcionamiento de los monasterios pacomianos decide hacer


cambios para evitar excesos. Por lo tanto se podría decir que Basilio hace lo mismo que
Pacomio en el sentido de reorganizar las instituciones existentes. Para Basilio el monje es
un cristiano integro, es el cristiano autentico, el monje según Basilio debe practicar la
observancia total del Evangelio y cumplir íntegramente los mandamientos, si no es así, ese
hombre no puede considerarse un monje.
Para Basilio la vida monástica era comunal, pues era el marco adecuado para seguir
fielmente la vida cristiana perfecta de amor fraterno, junto con el ascetismo propio del
servicio y la humildad, y la penitencia por los pecados. Las jornadas se dedicaban al trabajo
y a la meditación y estaban enmarcadas por plegarias litúrgicas similares a las ordenadas
por Pacomio. Los monjes se dedicaban a la agricultura y a otros oficios, pero también había
anexo al monasterio un orfelinato, un hospital y talleres para los pobres sin empleo. Basilio
no escribió ninguna regla ni fundó ninguna orden comparable a la de Pacomio. Sus
llamadas reglas no son más que consejos espirituales y comentarios a las Escrituras. Sin
embargo, su influencia fue muy grande y duradera. Al separarse de la vida eremítica y de
los aspectos individuales del ascetismo, Basilio dio lugar a una vida monástica que encaja
perfectamente con el temperamento de las tierras griegas, y todos los monasterios del
Imperio Bizantino y todos los monasterios rusos posteriores le consideraron su patriarca,
igual que los monjes occidentales consideraron a San Benito.

La reforma basiliana se llevó a cabo en el sentido de dar un claro norte a la obediencia, la


cual se convirtió en la virtud primordial del monje, virtud en que se sustentaban las otras.
Obediencia, pobreza y castidad eran las bases de la vida monástica que Basilio se había
preocupado de poner en estrecha relación con los preceptos bíblicos, era por medio de estas
virtudes que según Basilio se lograba la más estrecha unión con Dios.

 Principios fundamentales de la reforma del cenobitismo

1- El monje no es un solitario, se debe apartar del mundo, de sus parientes y amigos para
encontrar nuevos hermanos en el monasterio.

2- El monasterio es una familia cristiana, gobernada por la caridad. Por lo tanto:

a) El abad es el padre de los monjes y por consiguiente todo el poder de la familia


está concentrado en él y su única limitación es la ley de la caridad.

b) El número de monjes debe ser pequeño con el fin de que se pueda mantener el
espíritu de familia: viviendo bajo el mismo techo y comiendo en la misma mesa.

c) Ningún castigo debe ser excesivo. El abad y la Regla están para regular la vida
monacal. No deben existir iniciativas privadas de carácter penitencial.

d) La virtud más necesaria en el monacato es la humildad porque de ella se derivan


todas las demás, ante todo la obediencia ya que el monje debe renunciar a su propia
voluntad.

La obediencia ha de ser franca, generosa.

3- Para Basilio el trabajo sirve para conservar el equilibrio moral del cenobita.

a) El trabajo manual debe ser reglamentado por el abad y los trabajos que se realicen
deben ser útiles para el monasterio como la agricultura, carpintería, etc.
b) El trabajo intelectual está compuesto por la lectio divina que es el estudio de la
Biblia y por otros estudios dirigidos a la formación de la persona del monje.

c) El trabajo y la vida del cenobita ha de desarrollarse en un ambiente de oración.

4- La oración monástica está distribuida a lo largo de la jornada del monje para que no
pierda su contacto con Dios. La oración matutina es para que el primer pensamiento del día
sea para el Señor.

Durante cuatro veces interrumpe su tarea cotidiana para santificar sus actividades: a las
horas de tercia, sexta, nona y al fin del día. La noche tiene también su tiempo para Dios: al
comienzo del descanso nocturno y a la media noche los monjes se reúnen para orar.

Estos principios no se encuentran codificados sino esparcidos a lo largo de sus Regulae.


Las Reglas de Basilio son un conjunto de normas prácticas en que se expone el ideal de
monasterio, así él redacta dos tipos :

- Regulae Fusius Tractae: que son reglas de mayor extensión, en las que expone los
principios de la vida monástica.

- Regulae Brevis Tractae: son reglas más precisas, con mayores especificaciones.

 Obras Ascético Morales

a) Moralia

Colección de ocho instrucciones morales (regla) respaldada con innumerables citas del
Nuevo Testamento. Fue compuesta junto a Gregorio Nacianceno. Son en sí ochenta
preceptos de ética. Invita a la penitencia constante.

b) Las Dos Reglas Monásticas

Son un catecismo de Moral y ascética al estilo de preguntas y respuesta. Son fruto de


conversaciones pastorales tenidas con monjes. Son de suma importancia entre los
monasterios de la Iglesia Griega. Destaca el mandamiento más grande, el del amor a Dios y
al prójimo, hay que cumplirlo, no solo como lo manda, sino como Él mismo lo haría. Llama
a no avergonzarse de manifestar la vida del Señor. Invita a la sobriedad de vida, a evitar las
mentiras y a huir de las tentaciones, a tener alegría en las tentaciones.

Otros aportes a la Moral

- Sus comentarios a la Escritura, en especial a los salmos, contienen muchos


preceptos de moral; lo mismo sus sermones, son recomendaciones que ponen en
guardia contra los vicios de aquel tiempo. Con sus cartas ascético-morales, dirigidas
a religiosos o seglares, promueve la moral.
- Algunos elementos de antropología en relación a la Moral en San Basilio:

o El alma está encerrada en el cuerpo y ella necesita liberarse de esa atadura


mediante la ascesis y la renuncia a las pasiones.

o La persona humana es imagen de Dios, tiene poder de conocimiento y


capacidad para amar. Razón y voluntad libres son condiciones del hombre.

o Es indispensable el conocimiento de uno mismo para triunfar en la lucha.

o El hombre tiene por deber el cumplimiento de los preceptos Divinos.

- En relación con la moral social:

o El hombre es un ser social, por tanto los monjes también deben convivir con
los demás hombres en la búsqueda de un bien común que se traduzca en una
diligente cooperación entre los miembros. La vida solitaria muchas veces
puede tender al egocentrismo. La vida comunitaria es fructuosa y fecunda,
ofrece la oportunidad de la corrección y el ejercicio de la caridad.

o Propone también una justa administración de la propiedad. Poseer bienes en


la medida de la necesidad. Toda riqueza debe estar orientada al bien de la
comunidad porque Dios ha creado los bienes para todos los hombres.

o En cuanto a las Virtudes expresa que el alma debe prepararse para el trabajo,
la oración y el estudio. Da suma importancia a la obediencia, antes que la
mortificación del cuerpo está la mortificación del espíritu. Debe cultivarse la
actitud del desprendimiento. Censura con fuerza toda clase de vicios, como
la avaricia, ira y embriaguez.

Santa Macrina

Martirologio Romano: En el monasterio de Annesis, cerca del río Iris, en el Ponto, ahora en
Turquía, santa Macrina, virgen, hermana de los santos Basilio Magno, Gregorio de Nisa y
Pedro de Sebaste, gran conocedora de las Sagradas Escrituras, que se retiró a la vida
solitaria y fue ejemplo admirable de amor a Dios y de alejamiento de las vanidades del
mundo. († 379)

Macrina era la mayor de los diez hijos de los santos Basilio y de Emelia la mayor, y
hermana de los Padres Capadocios, san Basilio y san Gregorio de Nisa. Nació en Cesarea
de Capadocia, hacia el año 327 y su madre la educó con particular esmero, le enseñó a leer
y vigilaba cuidadosamente sus lecturas. El libro de La Sabiduría y los Salmos de David
eran las obras predilectas de Macrina, quien no descuidaba por ello los deberes domésticos
y los trabajos de hilado y costura. A los doce años fue prometida en matrimonio, pero su
prometido murió súbitamente y Macrina se negó a aceptar a ninguno de los otros
pretendientes, para dedicarse a ayudar a su madre en la educación de sus hermanos y
hermanas menores. San Basilio el Grande, san Pedro de Sabaste, san Gregorio de Nissa y
los otros hermanos de Macrina, aprendieron de ella el desprecio del mundo, el temor a la
riqueza y el amor a la oración y la palabra de Dios.

A la muerte de su padre, san Basilio estableció a su madre y a su hermana Macrina en una


casa a orillas del río Iris; las dos santas mujeres se entregaron allí a la práctica de la ascética
con otras compañeras.

En el «Diálogo sobre el alma y la resurrección» y en un panegírico dedicado al monje


Olimpio, san Gregorio dejó trazada la biografía de su hermana Macrina, con muchos
detalles sobre su virtud, su vida y su entierro.

Bibliografía

- De Texto:

ARRANZ G., Ana, Los orígenes del monacato oriental. Apuntes para una historia de
las mentalidades, Universidad de Alcalá de Henares 1986.

FLICHE- MARTÍN, Historia de la Iglesia, Volumen III, Editorial Cultural y Espiritual


Popular S.L. EDICEP, Valencia 2006.

KNOWLES, David, El monacato cristiano, Guadarrama, Madrid 1969.

MEDINA, Jorge, Siguiendo los pasos del Señor, Universidad Pontificia de México,
México 2002.

Вам также может понравиться