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Las fórmulas sintéticas de la

Advaita
por Consuelo Martín Extracto del libro: SANKARA - LA VISIÓN ADVAITA DE
LA REALIDAD

La posición clara no-dual, frente a la experiencia sensorial y racional,


es verificable en el estado de unidad de conciencia (Turiya). Y se
intuye sobre todo cuando se aprende de un maestro que la ha vivido.
En las Upanisads se encuentran fórmulas sintéticas de esta verdad
última, las maha-vakya como: "Todas las cosas son en realidad lo
Absoluto", (Saruam khalvidan Brahma). Todo lo que aparece existe
porque es; y ser algo es ser conciencia inteligente capaz de
manifestarse en diversas formas… Lo Absoluto es la potencia de todo
lo que llega a ser algo. Está más allá de cualquier definición o
denominación, estrictamente hablando, incluso de la de ser. En la
filosofía advaita se habla acerca de ello como Brahman. La conciencia
absoluta es la realidad que hace reales todas las realidades relativas
incluso la del ser humano, por eso un maha-vakya upanishádico
dice: "Yo soy Brahman", "Aham brahmasmi".
Brahman es lo real pero no en el sentido del final (teleología) ni como
el conjunto de todas las cosas (panteísmo). Por eso se alude a la
noción de parabrahman en la filosofía vedanta, como lo real de las
realidades que comienzan en Brahman. Lo Absoluto está más allá de
lo concebible como Dios (Brahma o Ishvara).
Desde las enseñanzas sankarianas se comprende que las fórmulas
sintéticas que dan las Upanisads para intuir la verdad no-dual
sobrepasan la intuición de Dios. "Aquello" en "Aquello eres tú" (Tat-
tuam asi) para la mente personal (manas) puede significar el Creador
(Brahma) o el dios personal (Ishvara) pero para la mente iluminada
(budhi) del sabio filósofo (jñani), que intuye o contempla la no-dualidad,
el creador y la creación, el ser divino y el ser humano, tienen su origen
en la mente dual. Y "Aquello" apunta a lo impensable absoluto, la
conciencia pura no-dual. Lo Absoluto es pura conciencia (prajñanam
brahman), se afirma en la Aitareya Upanisad.
En las fórmulas upanishádicas sintéticas los términos "tú" o "yo"
parecen aludir al sujeto empírico, al ser individual viviente (Jiva) con
sus envolturas de apariencias. Se entienden como entidades
compuestas desde el conocimiento dual, anterior a la contemplación
de lo real. Pero para quien puede intuirlo, el sujeto "yo" o "tú" es la
base real del ser viviente, pura conciencia. El pronombre alude en este
caso no al cuerpo ni a la mente sino a la verdadera esencia del ser
humano, lo que es real en él. Al comprenderlo así, el verbo que sirve
de cópula entre el sujeto y el objeto: "eres", indica la identidad entre la
conciencia que aparece como individual y la conciencia única,
potencial verdadero de las apariencias. Por eso en la Mandukya
Upanisad leemos: "Este ser es lo Absoluto (ayam, atman, brahma)".
Acostumbrada a pensar que la metafísica es un conjunto de
reflexiones racionales sin base experimental y que la mística es una
experiencia religiosa personal, la filosofía occidental no ha podido
comprender con facilidad la metafísica advaita. Una referencia actual a
esta comprensión sería la psicología transpersonal que exige una
metafísica nueva.

Nos encontramos ante unas reflexiones filosóficas que son


fundamento de una verdadera metafísica que incluye un estudio del
conocer y sus posibilidades (epistemología) inseparable de un estudio
sobre el ser y la realidad (ontología). Pero no propone una doctrina
especulativa ajena a la experiencia. Por el contrario, presenta una
ciencia verificable en la experiencia; no en la empírica sino en la más
totalizadora experiencia humana: la vivencia de conciencia de unidad
de la que han dado testimonio sabios y místicos de todas las
tradiciones. Se ha llamado filosofía perenne (1) al saber que alude a
esta vivencia para hacer resaltar el hecho de que es la esencia
atemporal del conocimiento humano. Aunque, a menudo, se la
determina simplemente con la expresión: sabiduría.
Para acceder a ella es necesario traspasar el limitado conocimiento
empírico e incluso el racional hasta encontrar una manera de conocer
directa, que es una toma de conciencia de lo real: la contemplación o
meditación. No obstante, una vez descubierta esta nueva manera de
conocer (2) es posible una expresión racional de ella y ése es el
quehacer de una metafísica con fundamento en la no-dualidad como la
de Sankara. Su método es racional aunque trascienda el pensamiento.
Más amplio, desde luego que el análisis empírico-racional porque
incluye una investigación de todos los estados de conciencia. No se
limita al estado de vigilia y sus experiencias.
Por eso la metafísica advaita no se conforma con construir un sistema
coherente; además de eso se aventura a buscar el origen de todo
conocimiento mediante el silencio de la conciencia representativa, en
la unidad de conciencia a la que se refiere la filosofía perenne. Y así,
aun utilizando el análisis lógico, apunta a una realidad translógica, no-
dual, meta en que culmina toda metafísica. Para la mente anclada en
el conocimiento relativo esto resulta incomprensible, pero no por ello
es irracional sino supra-racional. Y desde luego no es anti-natural ya
que la perfección ideal, inalcanzable en el ámbito de las realidades
relativas, es el estado natural de la vivencia de unidad.

Cuando el ser humano se reconoce siendo lo Absoluto no se añade a


la experiencia ordinaria ninguna experiencia extraordinaria. Ahí sólo
hay iluminación, es decir, descubrimiento, reconocimiento o revelación
de la verdad. Perdidas las limitaciones, la realidad no-dual
resplandece. Descubierta su verdadera identidad, el ser humano no
puede caer ya en actitudes egoícas y en su vida aparece la compasión
y el amor junto con la acción espontáneamente adecuada. Y se dice
de él que es sabio, que vive según la sabiduría.

¿Podrá haber algo más real que el concienciar la unidad que deshace
los conflictos de los opuestos? ¿Podrá haber un camino más
verdadero que el que conduce al descubrimiento de la propia
identidad? La respuesta es una verificación en la conciencia no-dual y
se produce en la mente contemplativa. Por ello Sankara hace alusión
constante en sus escritos a la práctica de la meditación o
contemplación.

El ser humano identificado con la proyección de la mente se siente un


ente entre los entes. Pero podría aprender a des-identificarse de lo
percibido hasta descubrir en la contemplación la verdad no-dual. Sólo
eso se puede considerar sabiduría humana.

El camino directo que propone la metafísica advaita sankariana para


deshacer la ilusión de dualidad es primero la intuición; después, la
respuesta a la llamada de la verdad de esa intuición, y por último la
contemplación que culmina en la evidencia de la unidad.

Pero la unidad de conciencia no surge hasta que la negación de las


diferencias no es total. Por eso hay un camino de negación de las
creencias que limitan la percepción impidiendo la toma de conciencia
con la infinitud de la realidad. Es la vía de investigación negativa: "ni
esto, ni esto" (neti, neti), que conduce a un descubrimiento y revelación
interior de lo real. Lo evoca muy bien un poema de Sankara, sobre la
disolución o el nirvana:
No soy el pensamiento, la memoria o la razón.
No soy un yo psicológico ni un yo sensorial.
No soy el aire ni la luz, ni la tierra ni el cielo.
Soy Shiva, sólo Shiva,
la eterna Conciencia de plenitud.
No soy las energías vitales ni las emociones.
No soy el agua ni los demás elementos.
No soy los cinco cuerpos o envolturas del Ser.
No soy la palabra.
No soy la mano, el pie ni los demás órganos.
Soy Shiva, sólo Shiva,
la eterna Conciencia de plenitud.
No soy afecto, ni odio, ni codicia
ni apego ni orgullo ni vanidad.
No soy el bien ni el objeto de deseo
ni la atadura ni la liberación.
Soy Shiva, sólo Shiva,
la eterna Conciencia de plenitud.
No soy el mérito ni la culpa, ni dicha ni dolor soy.
No soy los versos sagrados ni el lugar santo,
ni los Vedas ni las ofrendas religiosas.
No soy el comer, ni el alimento ni el que come.
Soy Shiva, sólo Shiva,
la eterna Conciencia de plenitud
En mí no hay temor a la muerte.
No hay distinciones sociales en mí.
No tengo padre ni madre ni parientes
ni amigos ni maestro ni discípulos.
No he nacido jamás.
Soy Shiva, sólo Shiva,
la eterna Conciencia de plenitud.
No tengo dudas ni tengo fe.
Estoy dentro de todo.
Me muevo en todas direcciones
Y soy siempre el mismo,
Ni atado ni libre.
Soy Shiva, sólo Shiva,
la eterna Conciencia de plenitud.
Notas:
1. El nombre de la filosofía perenne se ha generalizado desde la edición que con ese nombre
hiciera A. Huxley de fragmentos de sabiduría de diversas tradiciones, aún cuando su origen es
anterior: Philosophia perennis. Actualmente hace referencia al fondo esencial vivencial en el
que coinciden todas las tradiciones filosóficas y religiosas, el que utilicen distintas
terminologías no ha sido barrera para quien ha comprendido sus verdades por experiencia pero
sí lo ha sido para los que solo han especulado con el pensamiento.
2. Un conocer directo no es estrictamente un conocimiento sino una contemplación que culmina
en la unidad. Por ello la palabra conocer habría que entenderla como un límite en el que se
encuentran el conocer y el ser.

Fuente: Consuelo Martín. SANKARA - LA VISIÓN ADVAITA DE LA REALIDAD (Dilema, 2008)

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