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Esto no es más que un gravamen que contempla los impuestos de renta y los
complementarios de ganancias ocasionales y de remesas. Es decir, dicho tributo grava
los ingresos que ha obtenido un determinado contribuyente durante un periodo de un
año, y que sean susceptibles de incrementar el patrimonio de forma neta al momento
de su percepción.
Esto aplica en caso de que dichos ingresos no hayan sido exceptuados de manera
expresa, y a su vez deben considerarse los costos y gastos en los cuales se ha
incurrido para producirlos.
Para calcularlo se requiere conocer la renta líquida del contribuyente y para determinar
la renta líquida se debe encontrar primero la renta bruta.
Renta bruta
Renta liquida
Es la cantidad obtenida una vez se le restan a la renta bruta, los gastos requeridos.
A la renta líquida gravable se le aplica la tarifa del impuesto establecida por la ley, y el
resultado es el impuesto sobre la renta correspondiente al año gravable que el
contribuyente debe pagar. Hay que tener en cuenta que en caso de que el
contribuyente sea una persona natural, también se deberá determinar si obtuvo
ingresos gravables por otras actividades. Luego, sobre la totalidad de su renta líquida,
se aplica la tarifa del impuesto, según una tabla que varía anualmente y que el
gobierno a través del Ministerio de Hacienda y Crédito Público pública mediante un
decreto al finalizar cada año.
La tarifa del impuesto para las personas naturales es progresiva, es decir, cuanto
mayor sea la renta gravable, mayor será la tarifa y el impuesto resultante.
El impuesto sobre la renta y complementarios se considera como un solo tributo y
comprende:
También tendrán que declarar quienes hicieron consumos con tarjeta de crédito,
compras y consumos totales, consignaciones bancarias o inversiones financieras
por encima de 46,4 millones de pesos en 2018. Además, cualquier persona con un
patrimonio mayor a 149.202.000 pesos al cierre del año anterior.
Ganancias ocasionales
Vender la vivienda por un valor superior al declarado, recibir una herencia o una
donación o adquirir de manera legal la transferencia de una propiedad de forma
gratuita, son algunos de las situaciones que puede llevarlo a pensar en el impuesto
de ganancia ocasional.
De acuerdo con lo expuesto en el artículo 302 del Estatuto Tributario –ET–, los
bienes y derechos provenientes de las herencias, legados y donaciones; cualquier
acto jurídico celebrado inter vivos a título gratuito; y lo percibido por las personas
como porción conyugal deben ser considerados ganancia ocasional.
El Artículo 1.6.1.13.2.11 del Decreto 220 contempla que las personas naturales,
jurídicas o asimiladas, así como las entidades sin fines de lucro con régimen
especial, o demás entidades que al 31 de diciembre del 2016 estuviesen calificadas
como “Grandes Contribuyentes” de acuerdo a la Dirección de Impuestos y Aduanas
Nacionales (DIAN), están obligadas a declarar el Impuesto Sobre La Renta y
Complementario a través del formulario prescrito por dicha unidad especial.
Se estipuló que el valor de la primera cuota no podía ser menor al 20% del saldo a
pagar del año gravable 2015, mientras que el porcentaje de la segunda y tercera
cuota se fijó en 50% para cada pago.
La DIAN fijó el plazo para cancelar estos gravámenes -más el anticipo-, en tres
cuotas comenzando el 8 de marzo del presente año y finalizando el 22 de junio del
mismo año.