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Antologia de estudios de etnolingiiistica y sociolingiiistica Paul L. Garvin y Yolanda Lastra de Suarez recone, “etcctcsescacgconedt TN 20 (ee) = LECTURAS UNIVERSITARIAS COORDINACION DE HUMANIDADES DIRECCION GENERAL DE PUBLICACIONES | | UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO 1984 ‘es la simple fraccién, sobre todo las divisiones binarias como medio, cuarto, etcétera, y en el sistema decimal las fracciones terminadas en .5 0 .25, etcttera, equivalentes decimales de las mitades sucesivas, Esto explica la apreciacién de redondo asocia- da a 5, 25, etcétera, arriba mencionada.) ‘Los mimeros fundamentales y redondos tienen una parte im- portante en los aspectos desiderativo-imperativos de nuestra cul- ura: en leyes, el limite de edad, el tamafio de los peces permi tido para su pesca, Ios limites de velocidad con sus implicacio- nes para el transporte; en deportes, las distancias de carrera espetificadas en niimero redondos —Ia distancia del maratén, 26 mmillas y $85 yardas,.es una distancia’ cuasi-tradicional introdu- ‘ida en los primeros Juegos Olimpicos—; en los acontecimientos sociales, aniversarios de boda, reuniones de antiguos compafie- tos de colegio, centenarios; en precios y salarios el precio ameri ‘ano de 9.95 evita deliberadamente tales némeros pretendiendo, por supuesto, que el cliente clasifique sicolégicamente el articulo dentro del niimero redondo mds bajo. ‘Cuando de hecho se mide algo puede emplearse el grado de exactitud que parezca més razonable; asi los tiempos de carrera se-dan generalmente en décimas de segundo, las distancias en Yards o fracciones de millas, en el sistema métrico-decimal saltos ¥ lanzamientos se miden solamente en centimetros. Pero aun al Yar los niimeros la aproximacién es comin: en las viejas Ipidas funerarias se dan las edades generalmente en decenas aproxima- das, seguidas con frecuencia de medias decenas. Ast, lo decisivo tes la simplicidad morfémico-conceptual y no la referencia ob- jetiva. JET uso de nimeros con tales finalidades determina normas cul- turales y la conducta dependiente de ellas. La simplicidad de la fexpresion Ling@istica y la correlativa organizacién conceptual Simple parece tener importancia para el establecimiento de las normas ideales y éstas no pueden explicarse por medio de refe- encias no lingiisticas, propiedacles biolégicas 0 algo semejante. La simplicidad de la expresién lingifstica parece ser el principio ‘organizativo también en otros campos semdnticos tales como el de los colores, parentesco, organizacién especial, movimientos, ‘etcétera, en los cuales los morfemas simples o las combinaciones de morfemas se ponen en lugar de las expresiones que podrian proporcionar descripeién ¢ identificacién més exactas, pero que ‘son lingiifsticamente complicadlas y dificiles. ‘Traduccién de Xaxier Alb 18 BL LENGUAJE Y EL MEDIO AMBIENTE * Edward Sapir om fg, 2! Hay una fuerte tendencia a atribuir muchos elementos de ia) j Bs ‘cultura humana a la influencia del medio en el cual se colocan f = = Jos que comparten tal cultura; algunos hasta toman la posicién 3 = extrema de reducir précticamente todas las manifestaciones de § 2 © a vida humana y del pensamiento a fluencias ambienta-$ S 5 Jes. Yo no intentaré argiiir en pro o en contra de la importan- cia de la influencia que tienen las fuerzas ambientales sobre Toop rasgos de la cultura, ni intentaré mostrar en qué inedida Ia} influencia del ambiente se entrecruza con la de otros factores| ‘Sin embargo, explicar cualquier rasgo de la cultura human: 5 & 5 TECA DE CEC 1. ALFREDO haciéndolo provenir solamente de Ia fuerza del ambiente fis me parece que ¢s un error. Propiamente hablando, el ambien slo puede actuar directamente sobre un individuo, y en los ‘casos donde encontramos que una pura influencia ambiental ‘es responsable por un rasgo, este rasgo comin debe ser inter~ pretado como una suma de distintos procesos de influencias ambientales sobre los individuos. Sin embargo, ésta no es obvia- mente la forma tipica en que encontramos que las fuerzas del ambiente actian en los grupos humanos. En éstos es suficiente {que un solo individuo reaccione directamente ante su ambiente y atraiga el resto del grupo para que compartan consciente 0 inconscientemente Ia influencia ejercida sobre él. Es dudoso que aun de un solo individuo pueda decirse con certeza que es capaz de recibir influencia ambiental sin mezcla de influencia de otro: caricter, pero por lo menos poclemos suponer esta posibilidad. El punto importante esti en que en la sociedad incluso Ia influencia ambiental més simple es apoyada o transformada por las fuerzas sociales. Por tanto es errénea cualquier tentativa de considerar aun el més simple elemento de cultura como origi nado por Ia sola influencia del medio ambiente. Las fuerzas sociales que asi transforman las puras influencias ambientales * Publicado originalmente con el titulo “Language i ronment” cx American dntlropoogs, 0 (1912): 2042 Tenduion pada con permiso dela sefora Jean Sapir y de lo American Anthropological Auoclation. 19 pueden ser vistas con cardcter ambiental en la medida en que tun individuo dado esti colocado ahi y por consiguiente reaccio- nna ante un conjunto de factores sociales. Por otra parte las fuer- zas sociales pueden ser consideradas metaféricamien(e COmO_para- [elas en su_influencia a las de la herencia en cuanto que son legadas de generacién a generacién. El que estas fuerzas sociales tradicionales estén de por si sujetas a cambios, entre otros a los ambientales, ilustra Ia complejidad del problema de los orige- nes culturales y su desarrollo. En general es mejor emplear ‘el término “ambiente” s6lo cuando se hace referencia a aquellas influencias especialmente de caricter fisico, como las que estén més allé del poder humano, Pero al hablar del lenguaje, que puede ser considerado como ‘un complejo de simbolos que reflejan todo el panorama fisico| © social en el que un grupo de hombres se coloca, es ventajoso| comprender dentro del término ambiente tanto los factores fisicos como sociales. En el ambiente fisico entran_las carac- teristicas geogréficas tales como topografia del terreno (ya sea costa, valle, lanura, sabana o montafia), clima y precipitacion’ atmostérica y lo que podria Hamarse base econémica de Ia vida) humana, o sea fauna, flora y recursos minerales de la regién.| Bajo el nombre de medio social se comprenden las distintas fuer zas de la socidad que moldean la vida y el pensamiento de cada/ individuo. Entre las mis importantes de estas fuerzas sociales estén la religién, los ideales éticos, el arte y las formas de orga- nizacién politica. ‘De acuerdo con esta clasificacién de influencias ambientales, podemos esperar encontrar dos series de factores ambientales que se reflejan en el lenguaje, suponiendo por el momento que en: ‘el Ienguaje influyen materialmente el transfondo ambiental de sus hablantes. Por supuesto que propiamente hablando, el am- biente fisico se refleja en Ia lengua s6lo en la medida en que los factores sociales hayan ejercido su influencia. La sola existencia, por ejemplo, de un cierto tipo de animal en el ambiente fisico Ge una poblacién no es suficiente para que se dé un simbolo Tingiistico referente a él. Es necesatio que ¢l animal sea cono- ‘cido por los miembros del grupo en comin y que tengan algun interés, aunque sea ligero, en dicho animal, antes de que al enguaje de la comunidad se le exija hacer referencias a este elemento particular del medio fisico. En otras palabras, en lo ‘que se refiere al lenguaje, toda la influencia ambiental se reduce en tiltimo andlisis a la influencia del aml go es prdctico mantener aparte influencias tales como las que| jienen mas 0 menos directamente del ambiente fisico, de las ‘que no pueden ser facilmente conectadas con él. La lengua puede ‘ex influida en una de las tres maneras siguientes: con respecto TaL_abjeto_o contenido, esto ¢s, con respecto al vocabulario; iy especto a su sistema fonético, es decir, el sistema de sonidos } S Breer opera al conseruir las palabras, y respecto‘a sa forma $ fama 9 respect lo prcwon frais yada f EGrones ligicas o sicolégicas de que se hace uso en el habla. } 3 = La morfologia, o sea la estructura formal de las palabras y la ie : sintaxis: los métodos empleados al combinar las palabras en ? <= 3 unidades més grandes o frases, son los dos aspectos principales ¢ = = de Ia forma gramatical. 5 El vocabulario de un idioma es el que més claramente refleja @= E el medio fisico y social de sus hablantes, El vocabulario completo $= © “We un idioma puede ciertamente considerarse como un inventa-? S == S° Gaim It atencién dé I comunidad, $i estvira& noc isposicién un tal completo ¢hesaurus de la lengua de una tribu decaminads, podriamoe en gran\ pertns iulecie ol earaetec daite ambiente fsico y las caracteristicis de la cultura de la gente {que la habla, No es dificil encontrar ejemplos de lenguas cuyo vocabulario lleva ast la estampa del ambiente fisico en el cual Jos hablantes estin colocados. Esto es particularmente cierto en las lenguas de pueblos primi- tivos, porque entre éstos Ja cultura no ha alcanzado tal grado le complejidad como para implicar pricticamente intereses uni- Jerales, Desde este punto de vista el vocabulario de las lenguas primitivas puede ser comparado con los vocabularios de sectores particulares de la poblacién de pueblos civlizados. El vocabula- rio caraceristico de una wibu costera como la de los indios nootkas, con sus términos precisos para muchas especies de anima- Ie mri! avEriboe © Eesti oton postfa coparees oe el vocabulario de pueblos pescaderes europeos como los vascos del suroeste de Francia y del norte de Espafia. En contraste con tales pueblos costeros pueden mencionarse los habitantes de una meseta desértica como los surefiot payute de Arizona, Nevada y Utah. En el vocabulario de esta iibu encontramos un némero adecuado de palabras para muchos rasgos que en algunos casos parecerian demasiado precios para que tuvieran algiin. valor préctico. Algunos de los términos topogrdficos de esta lengua que han sido coleccionados son: divisoria de aguas, borde, Manura de arena, valle semicircular, valle circular 0 concavidad, BL ‘¥o-completo de todas las ideas, intereses y ocupaciones a 21 parte de un terreno plano en las montafias redeado por serranias, Valle plano rodeado por montafias, Nanura, desierto, Joma, meseta, cafién sin agua, cafién con riachuelo, agua o sumidero, quebrada, talud de montaiia o pared de caiién que recibe la Tur del sol, parte en sombra de la montafia o el cafién, terreno ondtilado intersectado por varias lomas pequefias y muchos otros En el caso de los vocabularios especializados de los payutes| del sur y los nootkas es importante anotar que no sélo la fauna © los rasgos topogriticos del terreno se refejan asi, sino més bien 1 interés de la gente en tales rasgos del medio ambiente. Si la ‘limentacién basica de los nootkas dependiera de la caza y de Jos productos vegetales, no hay duda de que su vocabulario no estaria tan saturado de saber popular marino, Asimismo, basin. donos en el payute es evidente que para los moradores de una regidn inhdspita y semirida es necesario una referencia precisa a la topografia. Una necesidad tan puramente practica como Ta Ge localizar exactamente un manantial definido bien puede re querir referencia a varios rasgos dle detalles topogrificos. La tnedida en que el interés por el ambiente fisico, mds atin que fa sola presencia de él afecta el cardcter de un vocabulario puede hhacerse patente por un caso contrario en inglés. Alguien que no sea botinico 0 que no esté particularmente interesado en medicina popular o en cualquier saber popular relativo a las} plantas, no sabria cémo referirse a un sinnimero de plantas que forman parte de un medio ambiente y a las cuales se referiria como “hierbas", mientras que una tribu indigena que depende: para su subsistencia en gran medida de ra(ces silvestres, semillas fe plantas silvestres y otros productos vegetales, debe tener tér- ‘minos precisos para todas y cada una de estas “hierbas” sin nombre. En muchos casos podrén usarse términos diferentes para fas distintas condiciones de una sola planta haciendo referencia asi esti ’o cruda, si es de éte o aquel color, 0 mencio- nando los distintos estados de desarrollo. De esta manera voca- bularios especiales que hacen referencia a bellotas o bulbos pue- den ser recogidos en varias tribus de California u Oregén. Otro ejemplo instructivo de hasta dénde el interés determina el carde fer del vocabulario lo suministran los términos con que se ddesigna el Sol y la Luna en algunas lenguas indgenas. Mientras {que nosotros encontramos necesario distinguir el Sol y 1a Luna, ‘Ro pocas tribus se contentan con una sola palabra para ambas, ccuya exacta referencia s¢ deja al contexto. Si nos quejamos de aque un término tan vago no hace justicia a una diferencia natu- 22 al-evencial, el indigena puede tomar represalias seflalando ef fatacter omnium gatherum de nuestro término “hierba” que Gntrasta con su vocabulario vegetal mds preciso, Todo depende Garuralmente del punto de vista determinado por el interés. TFeniendo esto en mientes resulta evidente que la presencia o usencia de términos generale: depende en gran medida del MMbicter negativo o positive del interés por los elementos del Gedio ambiente. Mientras mas necesario encuentre una deter- fninada cultura hacer distinciones dentro de un conjunto dado He fenémenos, es menos probable la existencia de un término {que cubra todo el conjunto. Por otra parte, mientras mis SSdiferentes scan los elementos culturalmente hablando hay mis probabilidad de que estén cobijados por un solo término de aplicacién general: El caso puede resumirse, si es que un ejemplo puede resumir, diciendo que para el lego toda forma Ghimal que no sea humano, cuadrupedo, pez o pajaro es un § bicho o un gusano. Para.esta misma clase de lego el concepto y palabra correspondiente a mamifero serfa, por una raz6n inver- 3a, completamente desconocido, fay una diferencia obvia entre palabras que son s6lo pala tras, no aptas para un anilisis posterior, y palabras que son de formacién secundaria tan evidente que posibilitan el andlisis hasta a una reflexién superficial. Un ledn es solamente un ledn, ‘un leén montafiés sugiere algo més que el animal susodi fhe. Donde un término descriptivo transparente se use para un simple concepto, parece correcto concluir en Ia mayoria de los fasos, que ¢1 cohocimiento del elemento ambiental aludido es comparativamente reciente 0 que se le ha dado nombre en época relativamente reciente. [Los destructores agentes del cambio fonético pueden, con el corter del tiempo, gastar los usos originalmente descriptivos y convertirlos en. simples etiquetas o én palabras inanalizables pura y simplemente. Hablo aqui de este asunto porque el card er transparente o no transparente de un vocabulario puede Hevarnos a inferir aunque sea vagamente el periodo durante el cual un grupo humano ha tenido relaciones con un concepto particular. Los que hablan de leones evidentemente han tenido familiaridad con ese animal durante muchas generaciones. Los que hablan de leones montafeses dan la impresién de que su Conocimiento sobre Ios leones es demasiado reciente. El caso ¢s ‘ain més claro cuando consideramos la toponimia. S6lo un estu diante de historia de la lengua es capaz de analizar los nombres Essex, Norfolk y Sutton y dividirlos en East Saxon, North Folk 28 y South Town, mientras que para la conciencia de un lego estos nombres son unidades etimolégicas tan puras como “manteca” y “queso”. Es evidente el contraste entre un pais habitado durante largo tiempo por un grupo histéricamente homogéneo, etimolégicamente leno de oscura toponimia y un pals recien- temente poblado Ileno de Newtowns, Wildwoods y Millcreeks. Naturalmente, mucho depende del cardcter gramatical de la len- gua en s{ misma; algunas formas del lenguaje altamente sinté ticas como muchas lenguas indigenas de América parecen perder cl cardcter descriptivo de sus términos con menor facilidad que el inglés, por ejemplo. ‘Acabamos de ver que el cuidadoso estudio de un vocabulario conduce a inferencias respecto al ambiente. fisico y social de los que usan el vocabulario; mas atin, que el cardcter relativamente transparente o no transparente del vocabulatio en si puede con- ducirnos a inferir el grado de familiaridad que se ha obtenido ‘con varios elementos de este ambiente. Algunos investigadores, especialmente Schrader, al estudiar el material indogerminico han intentado hacer uso todavia mis ambicioso del estudio de vocabulario de lenguas emparentadas. Seleccionando las palabras (al menos algunas) comunes a todas las lenguas genéticamente emparentadas de un tal grupo, se han hecho intentos de inferir algo sobre el vocabulario de la hipotética lengua de la cual las formas investigadas son variedades tardias y de esta manera cole- gir la gama de conceptos poseidos por los hablantes de la len- gua reconstruida. Esto podré Iamarse arqueologia lingiiistica, Sin duda muchos estudiantes de lingiistica indogerménica han ido demasiado lejos en sus intentos de reconstruir Ia cultura mediante evidencias de 1a lingitistica comparada, pero el valor de la evidencia asf obtenida no puede negarse sumariamente aun dando por hecho que las palabras pueden persistir mucho des- pués de que su significado original haya cambiado, Pero es una Mistima que al comparar lenguas que han divergido mucho entre si y cuyo prototipo reconstruido sefiala por consiguiente un remoto pasido, se obtiene generalmente muy poco material que muestre las fases ms interesantes de la cultura. No necesitamos una comparacién lingiifstica extensa para convencernos de que ‘en un remoto periodo pasado la gente tenfa manos y padres, pero seria interesante descubrir por ejemplo si conocian el uso de la sal. Naturalmente, debe tenerse en cyenta la posibilidad de un préstamo secundario de una palabra que aparentemente es comin 2 todos. Pero en general un conocimiento adecuado 24 41a fonologia y la morfologia de las lenguas en cuestién capa ina un analista cuidadoso para separar lo nativo de los mos. Se ha hecho muy poco sobre Lingiifstica comparada ‘América como para que podamos sefialar algin material considerable de resultados tangibies de interés cultural derivado de tal estudio, aunque no hay duda que con un interés més fntensivo tales resultados no se hardn esperar. Con seguridad un estudio completo desde este punto de vista de los vocabularios algonquinos, de siowan y atabasco seria eventualmente de mucho interés. Como simple ejemplo significative solamente sefalaré que el nahua oco-tl, “pinus tenuifolia” y el payute surefio ‘oyomp", “abeto", sefialan una raiz uto-azteca oko- que hace refe- rencia a alguna variedad de pino o abeto. Si el ambiente fisico ‘aracteristico de un pueblo esta en gran medida reflejado en su lengua, el ambiente social lo estd en un grado mayor. Un gran ndimero —si no Ia mayorla— de los elementos que conforman un ambiente fisico se encuentra universalmente distribuido en cl tiempo y en el espacio, asi que hay lfmites naturales establecidos para la variabilidad de los materiales Iéxicos en la medida que ‘expresen conceptos derivados del mundo fisico. Una cultura, sin embargo, se desarrolla de innumerables modos y puede alcanzar cualquier grado de complejidad. Por ello no debemos sorpren- demos de encontrar que vocabularios de pueblos que difieren ampliamente en carécter o grado de cultura compartan esta amplia diferencia. Hay diferencia entre el rico vocabulario con- ‘eptualmente ramificado de una lengua como el inglés o el fran- és y el de cualquier grupo tipicamente pritnitivo, lo que corres- ponde en gran medida a la diferencia que se da entre las com- plejas culturas de los pueblos europeos y americanos de habla inglesa o francesa con su vasto repertorio de intereses especial zados y la cultura relativamente sencilla e indeferenciada de los ‘grupos primitivos. Tal variabilidad de vocabulario como reflejo del ambiente social se da en el tiempo como en el espacio; en otras palabras, el acervo de conceptos culturales, y por consi- . guiente con el aumento de la complejidad cultural de un grupo. EL que un vocabulario refleje en un grado tan grande la com- plejidad cultural es evidente de por si, porque un vocabulario, es decir, la materia objeto de un lenguaje, pretende servir en ‘cualquier momento como coleccién de simbolos que se refieren al prospecto cultural del grupo. Si por complejidad de un len- guaje se quiere significar gama de intereses implicados en su ‘ocabulario, va de suyo que hay correlacién constante entre com- 25 plejidad de lenguaje y de cultura, Sin embargo, si —como es més. usual— Ia complejidad lingiiistica se usa para referirse al grado de desarrollo morfolégico y sintéctico, no es de ninguna manera cierto que exista tal correlacién. En efecto, se podria argumen- tar en favor de una correlacién inversa y sostener que el des. arrollo morfoldgico tiende a decrecer con el aumento de com- plejidad cultural. Es tan facil encontrar ejemplos de esta ten- dencia, que apenas vale la pena entrar a analizar tal cuestién, Sélo se necesita sefialar que Ia historia del inglés y del francés ‘muestra una constante pérdida en las complejidades de la estruc- tura gramatical desde las formas més antiguas que se han regis trado hasta el presente. Por otra parte, no se debe poner mucho énfasis sobre esto. La existencia de formas simples felativamente numerosas entre los pueblos primitives desalienta la idea de ‘cualquier correlacién tangible entre grado o forma de cultura y formas de habla. No habrd pues ningun elemento lingiiistico més que Ia mate- concreta, el vocabulario, que se pueda relacionar con el am- biente fisico y social de los hablantes? Algunas veces se ha insistido en que el cardcter general del sistema fonético de una lengua depende mis o menos del ambiente fisico; nidades que moran en regiones montafiosas 0 en otras condicio- nes que tienden a hacer dificultosa la lucha por la vida des- arrollan formas de habla caracterfsticamente dsperas, mientras que las que estin més favorecidas por la naturaleza hacen uso de sistemas fonéticos relativamente suaves. Tal teorfa puede refutarse facilmente aunque parezca plausible. No hay duda de que se pueden.aducir ejemplos «le sistemas fonéticos Asperos que tusan Ios montafieses, como por ejemplo algunas de las distintas enguas habladas en el Céucaso; ni es dificil encontrar ejemplos de formas de habla actisticamente agradables que usan grupos sujetos a un ambiente fisico favorable. Pero también es igual- mente facil aducir ejemplos que contradicen los dos anteriores. Los habitantes aborigenes de la costa occidental americana en- contraron subsistencia relativamente ficil en un pals rico en formas marinas comestibles; tampoco se puede «lecir que hayan estado sujetos a rigurosas condiciones climatéricas; sin embargo fen asperidad fonética rivalizan con las lenguas caucisicas. Por otra parte casi ningiin pueblo ha estado tan sujeto a un medio fisico inclemente como el esquimal, y sin embargo su lengua no sélo impresiona por su agraclable sistema fonético comparindolo ccon las lenguas dle la costa noroeste, sino que puede compararse 26 {avorablemente con las lenguas amerindias en general. De seguro ue hay muchos casos de lenguas diferentes con sistemas fond. flcos parecidos, hablados sobre un territorio continuo de carac- {erlsticas flsicas completamente uniformes, aunque en todos esos ‘Gsos puede mostrarse répidamente que se trata no de la influen- Ga directa del medio ambiente en si sino de factores sicoldgicos Ge un caricter mucho mds sutil, comparables quizd con los que ‘en a difusién de elementos culturales. Ast, los sistemas Yonéticos del tlingit, haida, tsimshian, kwakiutl y salish no son similares porque pertenezcan a lenguas cuyos hablantes estén fituados en més o menos el mismo conjunto de condiciones am- ientales, sino solamente porque esos hablantes estin geografi- ‘camente contiguos y por 1o mismo son capaces de ejercer mutua {nfluencia sicoldgica. Dejando atrés estas consideraciones gene- rales sobre Ia falta de correlacién entre el ambiente fisico y el sistema fonético en conjunto polemos sefialar varios ejemplos sorprendentes, por una parte de semejanzas fonéticas entre len- habladas por grupos y por el otro lado de no menos sor- prendentes diferencias que se dan entre lenguas habladas en egiones contiguas de ambientes idénticos o similares y que com- parten la misma cultura, Estos ejemplos servirin para hacer hincapi¢ en Ia observacién que ya se ha hecho. El uso del tono ‘como elemento significativo del Habla se encuentra en chino yen lenguas vecinas del Asia suroriental, en ewe y en otras len- del Africa del Sur, en sueco, en el tewa de Nuevo México Yen el takelma de Oreqén suoeidental. Con ets coleciéa de jemplos ejemplificado practicamente 1a gama completa ee Sean ee ‘Las vocales nasales se dan no s5lo en francés y portugués sino también en ewe, iroqués y siowan. Las consonantes fortis, es decir, consonantes oclusivas que se pronuncian con simulténeo ierre y relajamiento subsiguiente de las cuerdas vocales, se encuentran no sélo en muchas lenguas del occidente de las mon- taflas rocosas de Norteamérica, sino también en siowan y en ‘georgiano y en otras lenguas del Caucaso. Hay oclusivas glotales ‘como elementos significativos del habla no s6lo en muchas (qui- x4 Ja mayorfa) lenguas amerindias, sino también en danés y en Ietén, una de las lenguas letocslavas del occidente de Rusia. Sonidos altamente peculiares como la Aspera hf y el sonido ‘estrangulado de la ain ardbiga se encuentran en forma casi idén- tica en nootka. ¥ ast indefinidamente. Por otra parte, mientras que del inglés y el francés puede cn general decirse que estén estrechamente relacionados cultu- 2 matical. Por otra parte el sistema de género basado en el sexo! ‘que se realiza rigidamente en el sustantivo y en el verbo chinook 3 compartido por los dialectos salish costeros sélo en lo concer. niente a articulos pronominales que expresan distinciones de. género, mientras que dentro de las lenguas salish del interior: falta completamente hasta este rasgo. Quizi un ejemplo ain més sorprendente de disparidad morfoldgica radical en lenguas’ de una misma area cultural lo suministran el yana y el maid ha- blados ea la parte central del norte de California. El maidé hace uso de un gran niimero de prefijos gramaticales. El yana ho tiene ni prefijos ni reduplicacién. Por otra parte al maidé le faltan las caracteristicas yana de diferenciacién formal entre lenguaje femenino y masculino y de empleo de varios cientos dle sufijos gramaticales, algunos de los cuales expresan una tal fuer- za verbal concreta que permite interpretarlos como raices verba- les en posicién secundaria y no como sufijos propiamente dichos. Si nos volvemos al viejo mundo encontramos que el hungaro ifiere de las vecinas lenguas indogerménicas en su falta de gé nero basado en el sexo y en el empleo del principio de armonia vocélica, rasgo que, aunque en primer lugar es de cardcter fo- nético, tiene sin embargo un importante sentido gramatical. J En algunos aspectos parece desalentadora Ia _constatacién de que las caracteristicas fonéticas y morfolégicas de una lengua no. tienen ninguna relacién con el ambiente donde se habla. ¢Puede ser, después de todo, que en la estructura formal de una lengua no haya implicacién alguna del complejo cultural que ex- presa en su contenido? Si miramos mas detenidamente encon- traremos en ciertos casos que por lo menos algunos elementos de los que forman un complejo cultural estén incorporados en la forma gramatical. Esto es particularmente cierto en las lenguas sintéticas que operan con un gran niimero de ptefijos y sufijos de significado relativamente concreto. Por ejemplo el uso en tl y nootka de sufijos locativos para definir actividades que se desarrollen ya sea en la playa, en las rocas 0 en el mar, cen casos donde la mayoria de las lenguas consideran mucho mis idiomatico omitir todas esas referencias. Evidentemente esto se fiala Ia naturaleza del ambiente fisico y los intereses econdmicos con él conectados entre estos indigenas. Similarmente cuando encontramos que ideas como las de “comprar”, “dar una fiesta Iguna clase especial dle comida”, “ofrecer un potlatch para alguna persona” o “solicitar un regalo particular para celebrar a pubertad de una muchacha” se expresan en nootka por medio 30 de sufijos gramaticales, inferimos que cada uno de estos actos ‘especialmente tipico en la vida de la tribu y por ello constituyen ‘elementos importantes en su cultura, Este tipo de correlacién puede ejemplificarse también por el uso en kwakiutl, nootka y falish de series especiales de numerales para diversas clases de ‘objetos, rasgo que quid se leva a su tiltimo extremo en tsimshian, Esta peculiaridad gramatical sugiere al menos métodos definidos de contar y pareceria poner énfasis en el concepto de propiedad que como sabemos estd altamente desarrollado entre los indige- nas de la costa occidental. Con ejemplos comparativamente tan ‘obvios en calidad de indicios podriamos cont i mente y tomar cualquier peculiaridad gramatical para interpre- tarla en términos de cultura o ambiente fisico. Asi se podria inferir una actitud diferente hacia la mujer en los casos en que se hace uso del género segiin el sexo, Basta este ejemplo po: para mostrar a qué vuelos de la imaginacién nos conducirfa tal modo de argumentacién. Si examinamos los ejemplos mis legiti- mos de correlacién gramético-cultural encontraremos que. des pués de todo no es con la forma gramatical en s{ con la que * ‘operamos, sino s6lo con el contenido de esa forma; en otras i : ee % i i palabras, la correlacién se vuelve una de ambiente y vocabulario, ‘con la que ya nos hemos familiarizado, Morfolégicamente, el § interés principal de tos sufijos nootka de la late que hemos % ijustrado esté en el hecho de que ciertos elementos usados para ' 3 | verbalizar sustantivos sc sufijan a las raices numinales. Esto es tun hecho sicoldgico que no puede ponerse en relacién con nin. ‘gin otro hecho de la cultura o del ambiente fisico que conozca- ‘mos. La manera particular como se verbaliza un nombre o el grado de concretizacién del sentido transmitido por el sufijo son relativamente indiferentes para un lingiista, Por Jo tanto estamos quiz4 forzados a admitir, aun a pesar nuestro, que fuera de Iarreflexién del ambiente en @l-vocabila- rio dé una lengua no hay nada en el Jenguaje en si que pueda mostrarse como directamente asociado con el ambiente. Uno se pregunta por qué, si tal es el caso, se encuentra un mimero tan grande de diferentes sistemas fonéticos y de tipos de morfologia lingiistica en distintas partes del mundo. Quizé tod: le ma de Ja relacién entre cultura y ambiente, por_una patte, de Tenguaje, por otra, puede profundizane al. considerar simple- fienie el grado de cambjo.o desarrollo de ambos. Los ras lingiiisticos son_necesariamente_menos_caj clea is eoncencls "dee alae au leet ae a1 das que en los pueblos primitives. GT rapido cambio lingiistico con la complejidad rpidien wecieate de la cultura puede contrarrestarse mediante uno Ser me importantes elementos de una cultura_en sh 2 saber see rie una serie secundaria de simbolos del lenguaje que neces primaria de simbol ‘Flamente son mis-conservadores que la serie Fabs ¥ que eleven na jnfluencia conservadora sobre la tl tima, Me reliero al_uso de Ja escritura. Sin embargo, © Pr cae parece que la aparente paradoja a que hemos Viegad esto ne fan noterio elemento de verdad. Yo no me inclino Considerar accidental que el rapido desarroll pueblos primitivos hayan sul periodo equivalente, inglesa. No disponemos del tiempo necesario para profundizar ef explicacign puramente hipotética de nuestro fracas al ete poner ambiente y Jenguaje en relacién causal, Pero una metal puede ayudarnos a comprenderlo. Dos hombres principian uw Jornada con la condicién de que cada uno $= despl Inismo confiando en sus propios recursos, i Tnivma direccién general. Durante un tiempo Tua hombres atin no fatigados se mantendran cerca del otro. Sin embargo con el correr see te Tortalera fsica, de recurso, de habilidad para orfen\s GATEGORIAS GRAMATICALES DE LAS LENGUAS AMERINDIAS * award Sapir y Morris Swadesh sep iis a pin pare de i, Mt ot SPN jon inclusive; el ands de los ejemplos y lo que ye lo escribi yo. sig dak oe i peobablomente comensé exe trabajo en 1929, exac camite anes de wu trabajo de expo con Js navajos al memo augiewe el hecho de que un ejemplo srcee etd om en apiguina mientras que una nota escrita a m3N0, SKtcmnememe afadida mis tarde, da el equvalente 12 syeeNSeguramente que Is nota ravajo y no el ejemplo wee SP ihubiera dado sel trabajo no se hubera com ‘sto despues del verano de 1929. Al completar el articu Fae ertado de prosegoir el pln general de Sapir es tcaba en fa primera parte del trabajo y en unas Sit oasis 3 mane Magno en detalles no he intentado reproducr Yo que Sapir hubiera podido escribir, sin embs Y espero ee SeeSibucion pueda ver de valor al suminisrar datos que st anes ein gu brent y ers M. Swami ¥ muchos otros factores principiarén a manifestars- aie eref[Pocas personas se dan cuenta de que dentro de Jos confines de ‘actual en que viaja cada uno con referencia al otro y con res lot Estados Unidos se hablan hoy en ¢ia una gran variedad ecto al curso planeado originalmente divergirs ao” safe lenguas —no dialectos, ni formas ligeramente divergenies del Pestteras que Ta distancia absoluta entre tos dos tenders & mientras vor, ¥ asi pasa con muchos conjuntos de secuene fistéricas que, sien una época estuvieron casualmente asociad con el curso del tiempo tienden a divergir. Traduccién de José Joaquin Montes fhabla, sino lenguas toda Europa. Y més ain: iiteralmente que sélo en el estado de California hay extremos fundamentalmente diferentes, mis que en podemos decir con toda seguridad y ingiisticos mas notables y numerosos que los que se pueden fostrar en toda Europa, Un grado tal como el formado por el Jemdn, francés, irlandés, polaco, lituano, albanés, griego, vasco, ‘urco, hningaro, finlandés y circasiano ~para enumerar formas habla de maxima diferenciacién— exhiben una gama de dife- + Publicado originalmente con el titulo: “American Indian Gram Eating orem" ay fade publi con pmo iRefra Jan Sapir, de sera Evang Ares de Swadesh y de 35

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