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Lunes 16 de Mayo / 13:34:43
Las infecciones bacterianas de la piel constituyen una de las causas más frecuentes de enfermedad cutánea en el
perro, una de ellas es el Pioderma profundo (Martorell et al., 2012).
Los piodermas profundos son menos frecuentes que los superficiales, más fáciles de diagnosticar clínicamente, pero
más difíciles de controlar. Como todas las piodermas en el canino, generalmente existe alguna causa subyacente,
tales como demodicosis, alergias, endrocrinopatías, enfermedades metabólicas, inmunodeficiencias y traumas
(Balazs, 2012).
Presenta una elevada incidencia en los perros y en ocasiones es complicado su tratamiento (Balazs, 2012). Ocurre
cuando la infección se extiende a través de la dermis o el subcutis. Es común que haya evidencia de ruptura del
folículo piloso (Sousa, 2002). Se puede presentar como consecuencia de un pioderma superficial (o piotraumática),
debido a la extensión de la infección (imagen 1 y cuadro 1) (Harvey y Mckeever, 2011).
Etiología
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Los piodermas en el perro están asociados con bacterias del género Staphylococcus, entre las que destacan S.
pseudintermedius y con menor frecuencia S. chleiferi y S. aureus. Otras bacterias que pueden estar implicadas son
Streptococcus, Enterococcus, Pseudomona aeruginosa, Proteus mirabilis, Escherichia coli, Enterobacter y
ocasionalmente, Actinomyces, Nocardia y Mycobacterium (Harvey y Mckeever, 2001).
Signos clínicos
El pioderma profundo puede ser generalizado o localizado en distintas regiones: interdigital, barbilla, anal, callos de
apoyo, acral y nasal.
Los signos clínicos del pioderma profundo consisten en zonas de eritema, pápulas, tumefacción, necrosis, bullas,
hemorragias, abscesos, fístulas, supuración, costras (Martorell et al., 2012), nódulos, erosiones, úlceras y conductos
de drenaje (Sousa, 2012) (imagen 2). En ocasiones, los animales se encuentran decaídos y tienen fiebre. La analítica
sanguínea puede mostrar leucocitosis, neutrofilia y linfopenia (Martorell et al., 2012).
Diagnóstico
El diagnóstico se realiza en función de una historia clínica completa y detallada, un minucioso examen clínico
general y dermatológico y la realización de pruebas complementarias adecuadas (Martorell et al., 2012).
1. Citología: toma de muestra a partir de la superficie de la piel, una pústula o un tracto de drenaje. La
identificación de cocos grandes, por lo general en parejas, sugiere fuertemente una pioderma causada por S.
intermedius. La presencia de bacilos es indicativa de una infección mixta (con microorganismos Gram negativos)
(Martorell et al., 2012 y Sousa, 2012).
2. Biopsa (Sousa, 2012).
3. Cultivo y antibiograma: para confirmar el diagnóstico y elegir el antibiótico apropiado (Martorell et al.,
2012).
4. Histopatología: presenta un valor diagnóstico orientado (Martorell et al., 2012).
5. Pruebas hematológicas, bioquímicas y endócrinas: con el fin de determinar la posible enfermedad
subyacente (Martorell et al., 2012).
Tratamiento
El tratamiento más apropiado para el pioderma profundo requiere la combinación de una terapia antibiótica
sistémica y una terapia tópica (Martorell et al., 2012).
Como primera opción se utilizan antibióticos orales sistémicos. Es importante que el médico veterinario prescriba la
dosis apropiada del antibiótico y durante un período correcto (mínimo 3 semanas, aunque las infecciones profundas
puedan requerir hasta 8 semanas). En todos los casos la terapia antibiótica se debe continuar por lo menos una
semana después de haber logrado la curación clínica. En caso de haber utilizado prednisona, continuar con el
antibiótico 2 semanas después de haber interrumpido la administración oral de prednisona (cuadro 2) (Sousa,
2012).
Terapia tópica
Es un complemento a la terapia antibiótica sistémica, ya que reduce el número de bacterias superficiales, disminuye
la probabilidad de recidivas, acelera el proceso de cicatrización (Martorell et al., 2012).
La aplicación de los agentes antimicrobianos sobre la piel puede realizarse en forma de shampoo, loción, pomada,
gel, ungüento o spray. Los productos antibacterianos más eficientes son: peróxido de benzoilo, clorhexidina,
povidona yodada, lactato de etilo y triclosan (Martorell et al., 2012).
1. El peróxido de benzoilo, además de tener capacidad antimicrobiana, es queratolítico, desengraste y comedolítico.
2. La clorhexidina (Sanitor Forte) es un antiséptico de amplio espectro con actividad antibacteriana y
antifúngica.
3. La povidona yodada (Yodo desinfectante) es un agente bactericida y fungicida con ligera actividad
desengrasante.
4. El lactato de etilo es un buen agente antibacteriano que se emplea a una concentración del 10%.
5. El triclosan (MPS deep cleaner) es un agente bactericida eficaz frente a Staphylococcus
pseudintermedius (Martorell et al., 2012).
Bibliografía
1. Harvey G. R., Mckeever J. P. 2001. Manual ilustrado de enfermedades de la piel en perros y gatos. Editorial Grass. USA. pp.: 122124.
2. Machicote G. G. 2011. Dermatología canina y felina. Manuales clínicos por especialidades. Editorial Servet. España. pp.: 63.
3. Martorell A., Bravo V., González J. L. 2012. Aspectos importantes en el tratamiento de la pioderma profunda del perro. Portal Veterinaria Argos.
4. Sousa C. A. 2002. Pioderma canina causada por Staphylococcus y otras Etiologías. Memorias del segundo simposio Bayer de actualización veterinaria. pp.: 100104.
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