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1.2. Explican las accionantes que una vez terminada la reunión entre la una y
dos de la mañana del día 1º de julio de 2007, los jóvenes Oscar Andrés
Bravo Montiel y Víctor Alfonso Lozada García se dirigieron a su hogar en
compañía de la señora Isabelina Ramírez, cuando: “…fueron interceptados
y subidos a un carro, propio de los que utiliza el personal de la brigada de
dicho municipio, de color blanco, sin placas y con vidrios polarizados.[3]”
1.3. Ese mismo día los jóvenes Oscar Andrés Bravo Montiel y Víctor Alfonso
Lozada García, aparecieron muertos: “…a diez minutos y poco menos de
dos kilómetros del perímetro urbano del municipio de Chaparral,
específicamente en la vereda Brazuelos.[4]”
1.5. Sobre las circunstancias que rodearon esta situación, las accionantes
explican que las prendas de vestir de los jóvenes fueron: “manoseadas,
colocándoles por encima ropa de uso exclusivo de las Fuerzas Militares y
al lado de sus cuerpos armas y munición[6].”, y que los vecinos de la Vereda
Brazuelos no percibieron ningún combate, ni presencia de grupos armados
al margen de la ley el día en que ocurrieron los hechos.
Y con base en los testimonios de los militares que participaron en los hechos
en que perdieron la vida los jóvenes Lozada García y Bravo Montiel el Tribunal
sostuvo que: “…el personal vinculado al Ejército Nacional, en cumplimiento de
un deber legal, atendida una zona de alto riesgo, la existencia de información
de que había gente uniformada en el sector, procedió a dirigirse a la vereda
‘Brazuelos’, siendo recibidos con disparos y la activación de una granada de
fragmentación, por lo que procedieron a hacer uso de las armas”, razones por
las cuales “no se encuentra probada la falla en el servicio del Ejército
Nacional.”[17]
Tras sustentar ampliamente cada uno de estos argumentos, solicitan que: “1. De
manera comedida y responsable amparar el derecho fundamental vulnerado
por el Tribunal Administrativo del Tolima. 2. Se ordene dejar sin efectos la
sentencia proferida por este tribunal. 3. Ordenar al Tribunal proferir sentencia
que corresponda en derecho, esto es, que concuerde con la proferida en
primera instancia. 4. Las demás que se consideren pertinentes para la
protección y amparo de los derechos fundamentales”[19].
Es útil traer aquí el asunto de la validez ética de las actuaciones del Estado, por
la elemental razón de que desprecia su razón de ser, cuando actúa contra los
principios axiales que justifican su existencia, implantados en el emblemático
Artículo 16 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano:
“Una sociedad en la que la garantía de los derechos no está asegurada, ni la
separación de poderes determinada, no tiene Constitución.”
ACTUACIONES DE LA SALA
Pero, más aun del acervo probatorio relacionado por el Tribunal Contencioso
Administrativo del Tolima, no se observa que hiciera referencia a pruebas
obtenidas en la investigación penal, ya sea porque no fueron trasladadas o
porque no solicitó que las trasladaran.
DECISIÓN
RESUELVE