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ENFERMEDADES DEL SISTEMA OSEO

El sistema óseo nos ayuda a movernos, le da forma y apoyo al cuerpo; son


tejidos vivos que se regeneran constantemente durante el transcurso de la
vida. Durante la etapa de infancia y adolescencia el cuerpo es capaz de
agregar huesos nuevos más rápido de lo que elimina los antiguos.

Para tener huesos fuertes cuando se es joven, y prevenir la pérdida ósea en


edades avanzadas, se debe consumir suficiente calcio y vitamina D, así como
ejercitarse. Además debe evitar fumar y tomar mucho alcohol.

Aunque la osteoporosis está entre las primeras causas de fractura de hueso en


mujeres mayores de 40 años, no es lo único que puede afectar al sistema
óseo; para empezar, a partir de los 20 años, la mayoría de las personas
empezamos a perder densidad en los huesos (disminución de los minerales).

Esto debido a la adhesión de hábitos descalcificantes, como el fumar o


consumir alcohol. Aquí un breve recuento de enfermedades relacionadas al
sistema óseo.

Cáncer de huesos

Este padecimiento se divide en dos tipos, el que se origina en la médula


(mieloma) y el sarcoma, el cual crece sobre el tejido duro del hueso. Se
caracteriza por dolor e inflamación en la zona, debilidad (fractura),
entumecimiento y hormigueo.

Artritis

Puede presentarse a cualquier edad y se distingue por causar dolor e


inflamación en las articulaciones (las más afectadas son las que componen las
manos y los pies). Esta enfermedad va acompañada de rigidez y pérdida del
movimiento.

Osteoporosis

En ésta el hueso se hace más delgado y poroso; además, en sus primeras


etapas es asintomática (no es evidente o fácil de detectar). Sin embargo, sí es
posible prevenirla a través de la práctica constante de ejercicio y una nutrición
adecuada.

Paget

Es un trastorno que se produce en las células osteoblastos y osteoclastos, las


cuales se encargan de la reconstrucción del tejido óseo. Esta enfermedad hace
que los huesos se vuelvan gruesos y amplios.

Raquitismo

Es más frecuente en niños y es causada por una deficiencia de vitamina D. El


raquitismo evita que el sistema óseo adquiera nutrientes, por consiguiente,
éstos se vuelven débiles, lo que a la larga puede generar dolor.
CUIDADO DEL SISTEMA OSEO
1. Practicar ejercicio regularmente

Es importante realizar ejercicios variados y de manera regular.


Concretamente, los ejercicios dirigidos a cargar peso moderado y a mejorar la
resistencia ayudan a mantener los huesos fuertes. Prácticas como el yoga, el
tai chi y el pilates también pueden ser recomendables para las personas con
EM, con el objetivo de aumentar la fuerza, ya que son actividades de bajo
impacto que se basan principalmente en la técnica. Por otra parte, los ejercicios
dirigidos a trabajar el equilibrio y la coordinación pueden ser muy útiles y
recomendables con el fin de evitar caídas, que pueden ser contraproducentes
en el caso de sufrir osteoporosis. En cualquier caso, es muy importante
consultar con un fisioterapeuta para que evalúe las prácticas más adecuadas
para cada caso concreto.

2. Una alimentación saludable y rica en calcio

El calcio es indispensable para mantener la densidad ósea. Además, también


repercute en la fortaleza de los dientes y el correcto funcionamiento de los
músculos y los nervios. Por lo tanto, seguir una dieta con una ingesta adecuada
de calcio es vital, especialmente para las personas con EM con una mayor
propensión a padecer problemas de huesos. La cantidad diaria de calcio
recomendada para los adultos es de 700 mg, que en la mayoría de los casos
se extrae de los alimentos. Las principales fuentes de calcio son, por ejemplo:
productos lácteos como el queso, los yogures y la leche baja en grasa,
vegetales de hojas verdes como el brócoli o la col, soja y tofu, nueces y
semillas, pan, etc.

3. Sol y vitamina D

La vitamina D es indispensable para la regulación del calcio en el organismo y,


por tanto, también es muy importante para mantener los huesos fuertes. La
mayor fuente de producción de esta vitamina es la piel, gracias a la exposición
a los rayos solares. Por tanto, una breve exposición diaria al sol, hecha con
cuidado para evitar los problemas cutáneos, puede ayudar a mejorar el estado
de los huesos. También algunos alimentos contienen pequeñas cantidades de
esta vitamina. Recientemente, se ha descrito que la vitamina D podría jugar un
papel en el sistema inmunológico. Para una información completa, se puede
consultar este artículo:La vitamina D y la esclerosis múltiple.
4. No fumar

El tabaco está asociado a un mayor riesgo de desarrollar osteoporosis que,


sumado a los otros factores de riesgo que pueden darse en las personas con
EM (mujeres post-menopáusicas, vida sedentaria, etc.) puede agravar la
afectación ósea. Por lo tanto, dejar de fumar en este caso es prioritario.

5. Reducir el consumo de alcohol

La ingesta de alcohol reduce la capacidad del cuerpo de producir nuevo


material óseo. Además, debido al efecto que tiene sobre el equilibrio, el estado
de embriaguez incrementa el riesgo de sufrir caídas. Por lo tanto, para una
mejor salud ósea, así como para evitar fracturas patológicas, es recomendable
evitar el consumo de grandes cantidades de alcohol.

6. Evitar las caídas

En cualquier momento a lo largo de la enfermedad, es muy


importante prevenir las caídas. Esto es especialmente relevante para las
personas con un alto riesgo de padecer osteoporosis. En el caso de las
personas con EM que presentan algunos síntomas que pueden aumentar el
riesgo de caídas (como la fatiga, la falta de equilibrio, los problemas visuales,
etc.), es importante adaptar el entorno familiar y laboral para evitar accidentes.

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