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Escuela Académico Profesional

de Derecho

Teoría General de Contratación


Tema:
Origen y Evolución Histórica
del Contrato
Docente:
WILVER ERNESTO TALAVERA
QUIROZ
Alumna:
Fiorella Lesly Apaza Turpo
Semestre: V
Secc: I
Arequipa - Perú
2017
Dedicatoria:

Quiero dedicarle este trabajo a Dios que me ha otorgado la


vida y fortaleza para culminar este proyecto de
investigación,

A mis familiares por brindarme su apoyo y su cooperación;


en especial a mi madre por proporcionarme los medios
necesarios y su apoyo moral que fue mi principal
motivación.
Agradecimiento:

Esta monografía, más que un requisito académico, es la


culminación de un proceso en el que pude crecer intelectualmente.

Por ello deseo expresar mi agradecimiento a mi alma mater “Alas


Peruanas “que me ha brindado los conocimientos fructíferos de los
que hoy gozo y los cuales sirvieron como respaldo para desarrollar
el presente trabajo.

Así mismo deseo agradecer a mis familiares y amigos que me


acompañaron en dicho proceso .De la misma manera deseo
expresar mi más sincero agradecimientos por la introducción de
conocimientos recibida por el Dr. Wilver Ernesto Talavera Quiroz,
ya que gracias a sus aportes intelectuales, logre una mejor
recopilación de información.
INTRODUCCION

El desarrollo de las relaciones sociales con soporte lícito de hechos realizados con fines
jurídicos, no sería posible sin la previa existencia de un acuerdo de voluntades exteriorizado
a través de un “contrato” y ante la suma de los conocimientos que este implica hablamos de
un género y especie; en donde el contrato desempeña la especie de un acto jurídico, de tal
manera que se logra captar al contrato como aquel acuerdo y/o convenio donde las partes
consienten en obligarse una con la otra.

En cuanto a los aspectos históricos que le conciernen a los contratos, es reconocido tanto
por historiadores como por juristas especializados en la materia, que el Derecho Romano a
través del tiempo logro la perfección en la teoría de las obligaciones; esto hizo que otros
pueblos, aplicaran estas mismas reglas en sus relaciones comerciales entre dos personas o
entre un individuo y un grupo de personas.

Los contratos como sustancia encuentran su origen en el comercio, y la aplicación que este
obtuvo, fue estrechamente onerosa y formal en un inicio, lo cual motivo a las civilizaciones
posteriores a crear sus legislaciones en base de deberes y derechos para así crear lazos
jurídicos entre las partes y así finalmente establecer un ordenamiento que respalde al
contratante del contratista y viceversa.

La evolución de los contratos nos permite estipular que para la existencia de este se debe
una previa planificación de una - convención- para ello debemos buscar y entender el
significado de la palabra convención, la cual proviene del latín CONVENTIO que significa
convenir o venir juntos ; es decir , es cuando dos o más personas se ponen de acuerdo
respecto a un objeto determinado, esto implica que dichas personas formalizan una
convención determinada a producir un efecto jurídico, teniendo el propósito de: crear,
modificar o extinguir un derecho. Es de las convenciones que tienden a crear un derecho
que nace el contrato.
El proceso cronológico que sufrieron los contratos no solo tuvo repercusión en las
civilizaciones más desarrolladas de Europa, lo cual nos lleva a la interrogante ¿Qué sucedía
en nuestro país con la adopción de este paradigma de negocio jurídico? Pues bien
remontándonos a los antecedentes de nuestra historia, percibimos que El primer contrato
peruano que firmó el Estado fue en 1840, a través del Ministro de Hacienda, entonces con
Ramón Castilla como presidente, acordó con el político liberal y gran comerciante
Francisco Quirós.

Fue un contrato de arrendamiento, por seis años, a razón de 10,000 pesos por año. Del total
del arrendamiento, 1,500 pesos debían pagarse al contacto y el resto en créditos y a plazos.
El contratista podía explotar todos los yacimientos que quisiera y en todas las cantidades
que pudiera.

Sólo con los primeros embarques Quirós obtuvo lo necesario para cancelar sus obligaciones
totales con el Estado. El gobierno peruano se dio cuenta de que este tipo de contrato era
totalmente desfavorable al Estado y a fines de 1841 lo anuló. A partir de 1842, hubo varias
firmas extranjeras interesadas en suscribir contratos con el Perú, para explotar directamente
el guano: El francés Aquiles Allier, la Cía. Myers, la Casa de Gibas, entre otras.

En febrero de 1842, se suscribieron contratos con participación mayoritaria de compañías


extranjeras, y bajo el régimen de ventas directas, posteriormente a partir de 1847, el Estado
reemplazó el sistema de ventas directas por el sistema de consignaciones, que se
mantendría hasta 1869.

Actualmente el estado peruano delega funciones al Organismo Supervisor de las


Contrataciones del Estado – OSCE quien establece como órgano rector el óptimo sistema
de contratación pública.
DEDICATORIA

AGRADECIMEINTO

INTRODUCCION

INDICE

1. CAPITULO I...................................................................................................................2
1.2 MARCO TEORICO.................................................................................................2
1.2.1 Historia Del Contrato………………………………………………………...2

1.2.2 Evolución de los Contratos…………………………………………………..3

1.2.3 La Crisis De La Figura Del Contrato………………………………………...7

1.2.4 El Contrato como fuente de obligaciones……………………………………8

1.2.5 El Contrato y los derechos reales…………………………………………....9

1.2.6 El Contrato y los Derechos Personalísimos o de la Personalidad………….10

1.2.7 El Contrato y los Derechos Hereditarios…………………………………...10

1.2.8 Contrato y convención……………………………………………………...11

1.2.9 DEFINICIÓN………………………………………………………………11

1.2.10 DISTINCIÓN CON EL DOCUMENTO…………………………………..13

1.2.11 IMPORTANCIA………………………………………………………….13

1.2.12 Naturaleza Jurídica del Contrato…………………………………………...14

1.2.13 ELEMENTOS DE LOS CONTRATOS…………………………………...15

1.2.14 Tipos Primordiales de Contratos………………………………………….16

1.2.15 Regulación del Contrato ley en el Estado Peruano………………………..18

1
CONCLUSIONES………………………………………………………………………...21

SUGERENCIAS………………………………………………………………………….23

BIBLIOGRAFIA………………………………………………………………………….24

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1. CAPITULO I

1.2 MARCO TEORICO

1.2.1 Historia Del Contrato

La llegada del Derecho de los pueblos germanos implicó un retroceso respecto a la


incipiente evolución hacia la categoría de contrato, por cuanto estas comunidades
mezclaban un fuerte elemento formal con elementos simbólicos, e incluso el miedo a la
venganza privada era una de las razones para que se procediera al cumplimiento de los
acuerdos. Una influencia mucho más modernizadora supuso la del Derecho canónico, que
mantenía la obligación de veracidad y la de respetar la palabra dada. En la recepción del
Derecho canónico se pretendía ir ‘vistiendo’ los nudum pactum romanos, hasta llegar a los
pacta vestita. Hay que tener en cuenta que la figura actual del contrato, tal como la
conocemos, no deriva de los contractus romanos, sino de los pactos. Así, en las Decretales
del papa Gregorio IX (1234) se sancionaba la obligatoriedad de respetar los pactos cuando
se adoptaran mediante juramento.

El problema en este caso derivaba de que los pactos se debían cumplir, no por su fuerza
obligatoria, sino por subordinarse al juramento del que emanaba el auténtico vínculo
jurídico, por lo que no quedaba clara la solución cuando se hiciera un pacto inválido a la luz
del Derecho, unido a un juramento válido.

En el ámbito del Derecho mercantil existían los tribunales de comercio para juzgar todas las
materias que le concernieran y su jurisprudencia fue la primera en reconocer que solus
consensus obligat (‘basta el acuerdo para obligar’).

Por las exigencias del tráfico mercantil, no se podía vincular la eficacia jurídica de los
pactos al cumplimiento de ciertas formalidades y por ello es claro que en esta rama del
Derecho se comenzara a admitir la eficacia de los simples pactos.

En la edad moderna, los teóricos del Derecho natural, que en cierta medida secularizaron
las ideas previas al Derecho canónico, admitieron sin reserva la voluntad como fuente de
obligaciones. Fue Hugo Grocio quien en su obra De iure bello a.c. pacis fundó todo su

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sistema en la “necesidad de cumplir las propias promesas”. Aparece por tanto el contrato
como categoría donde el pilar básico es la simple voluntad de obligarse.

Estas ideas se mostraron en consonancia con el pensamiento individualista y revolucionario


de todos los juristas que influyeron en la redacción del Código de Napoleón (1804), como
Domat o Pothier. Hemos de recordar que en esta época el contrato era una institución tan
valorada, que incluso se situaba en el fundamento constitutivo de la sociedad política (el
contrato social) o se hablaba del matrimonio como contrato matrimonial. Fruto de todas
estas influencias, el artículo 1134 de dicho Código afirma: “las convenciones formuladas
conforme a las exigencias de la legalidad adquieren fuerza de ley entre las partes”.

Este artículo supone una definición de la moderna categoría del contrato, que además
gozaba de grandes virtudes para los revolucionarios, pues rompía obstáculos para la
contratación del Antiguo Régimen y favorecía a la clase en ascenso, la burguesía,
reforzando la dinámica del desarrollo industrial. De este modo se llegó al concepto de
contrato hoy vigente que ha pasado a todos los códigos modernos y que puede sintetizarse
con palabras sencillas en la fórmula antes citada: acuerdo de voluntades destinado a
producir efectos jurídicos.

.2.2 Evolución de los Contratos

EPÓCA PRIMITIVA.- La contratación fue Rudimentaria, recién aparece cuando el


hombre se interrelaciona y después coadyuva con la aparición de la escritura, sobre todo
para dejar constancia del acuerdo

 En la época todavía no aparecía el trueque, porque para que exista trueque debía
haber interés conocómico y en esta época no había interés económico.
 La contratación servía para la satisfacción propia de sus necesidades.

En esta época el contrato carecía de connotación económica, no tenía una finalidad


creditistica debido a que en muchos casos la contratación significaba una alianza para los
contratantes, parecido al parentesco. En esta etapa la forma también tiene un papel

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importante por cuanto los aspectos ceremoniosos acompañados de la mística y la religión le
dan connotación al contrato.

DERECHO ROMANO.- En las legislaciones primitivas el Derecho es un procedimiento,


luego la voluntad humana por sí sola no origina obligaciones. Para que éstas existan deben
cumplirse una serie de formalidades.

Así es que el origen del contrato se lo encuentra en el nexum que establecía una suerte de
derecho real del acreedor sobre el deudor. Este procedimiento se realizaba por medio de las
formalidades del cobre y de la balanza (per aes et libram), el libripens y cinco testigos que
representaban las cinco clases en que se dividía la población de Roma.

Luego aparece una manera de contratar que reemplaza al nexum y que consistía en una
pregunta hecha por el acreedor seguida de una respuesta dada por el deudor. En una primera
etapa sólo podían prometer con esas palabras solemnes los ciudadanos, ya que para ello
debían emplear la palabra spondere; por ello se la conoce como sponsio.

Más adelante también se permitió a los peregrinos que usaran de esa manera de contratar
aunque utilizando otros verbos, porque el spondere era de uso exclusivo de los ciudadanos.
De esta manera se llegó a la stipulatio o estipulación.

 En conclusión se denota como primer antecedente de los contratos, los


“Contractus”, que equivale al verbo “contraere”, que significaba formar o completar
un negocio (es decir lo adquirido en un negocio).

En Roma no había una definición absoluta de los contratos.

 Ulpiano, señaló que el Contrato es el acuerdo nacido de un Acto Jurídico, pero no


con tanta solvencia porque el acto jurídico no existió como disciplina autónoma en
el Derecho Romano porque el Derecho romano era formalista.
 Gayo, definía al Contrato como sinónimo de un “Asunto Concluido”.
 Justiniano, en las famosas “Institutas” define al Contrato o al vocablo Contractus
como aquella convención destinada a crear obligaciones.

Cada uno definía a su manera y desde el punto de vista de su intelecto, en Roma no hubo
uniformidad respecto a la definición de contratos.

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Tanto Ulpiano, Gayo, Justiniano relacionan al contrato con el aspecto obligacional.

Los jurisconsultos romanos omiten “la Voluntad”.

DERECHO CANÓNICO.- Del precedente análisis surge que si bien en el Derecho


romano se llegó a través de una larga evolución a concebir una noción del contrato próxima
a la nuestra, ella no llegó a ser la actual, pues el simple acuerdo no podía hacer nacer
obligaciones provistas de acción; sólo generaba obligaciones naturales. Justamente un
ejemplo de éstas era el simple pacto. Luego sólo eran obligaciones civiles las que cumplían
la formalidad exigida, o las figuras nominadas e innominadas a las cuales expresamente se
les daba acción.

Al producirse las invasiones bárbaras, se vuelve a un formalismo arcaico, por el cual para la
existencia del contrato se exigía cumplir con determinados ritos. Con el transcurrir de los
siglos, surge una categoría de contratos por juramento, que los desarrolla el Derecho
canónico, en virtud del cual las partes contratantes comprometían su fe jurando sobre los
libros.

 Entonces decimos que este se caracterizó por el individualismo, el formalismo y la


técnica jurídica, y su principal virtud es la introducción de “la moral” en la
contratación. El derecho Canónico en cuanto a la contratación aportó aspectos
jurídicos importantes como la buena fe contractual o bona fides, que se debe
desarrollar en la formación y ejecución de los contratos.

 Su principal aporte es la “Buena fe” o “Bonafides (la gente debe actuar


decentemente y con moral en la contratación).”

 Artículo 1362.- Los contratos deben negociarse, celebrarse y ejecutarse según las
reglas de la buena fe y común intención de las partes.
 Buena Fe (Art. 194º”Inoponibilidad de la simulación”, 168º “interpretación objetiva
del acto jurídico”, Art 197º”protección al sub-adquiriente de buena fe” del C.C.)
 La buena fe se presume, la mala fe se prueba.

 El segundo aporte del Derecho canónico fue la “causa o finalidad”, que significa el
motivo que tiene la persona para celebrar un contrato debe ser conforme a la Ley,

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por cuanto se supone que hay un objetivo justo y razonable. Ej. Artículo 170º del
C.C, que se refiere a la finalidad.

 El último aporte del Derecho canónico es la “Teoría del Abuso del Derecho”, que
vendría ser el uso desmedido y perjudicial del ejercicio de un derecho, este
establece los límites y restricciones que viene encaminado con la decencia o moral.
Ej. Artículo II del C.C “ejercicio abusivo del derecho”; la ley no ampara el abuso
del derecho.
 Artículo II.- La ley no ampara el ejercicio ni la omisión abusiva de un
derecho. Al demandar indemnización u otra pretensión, el interesado puede
solicitar las medidas cautelares apropiadas para evitar o suprimir
provisionalmente el abuso."

LA ESCOLÁSTICA TARDÌA.- Corresponde a la Edad Media donde aparece el comercio


en masa y trae consigo el “tráfico mercantil”, creando un sistema jurídico moderno, siendo
el principal instrumento dinamizador el contrato o los contratos.

Aparece la voluntad de manera notoria en la contratación, liberando de trabas formales, se


rompe el esquema del derecho natural de Aristóteles y Santo Tomás de Aquino, para
establecer contratos ágiles.

 Da lugar a una voluntad más dinámica, a una contratación más fluida. Es el


despegue del sistema jurídico moderno producto del tráfico comercial y de
una sociedad emergente.

DERECHO MODERNO.- Se inició con el Código Civil francés de 1804 (Código


Napoleónico), donde sus grandes mentores fueron Domat y Pothier (los creadores del Acto
Jurídico); Se estableció normativamente en un código sustantivo como fue el código civil
frances, la definición del contrato pero en aquél entonces con el nombre de “convención”
que a la postre daría lugar a los contratos.

En el código civil francés se recoge la voluntad como fuente principalísima de las


convenciones e incluso se señaló que las convenciones podrían regular y resolver cualquier
relación jurídica, sin embargo posteriormente a dicho código, se demostró que no era así, es

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decir las convenciones eran insuficientes y esto trajo consigo la aparición del “Acto
Jurídico.”

 El Acto Jurídico surge posteriormente al Código Civil francés.

El principio de que: el solo consentimiento obliga, es consagrado en el Código francés del


que se habló con anterioridad, estipulado en los (arts. 1108 y 1134). Asimismo se rechaza la
distinción entre contratos y simples pactos.

Pues el mero consentimiento origina el contrato, con la sola excepción de los contratos
reales y en determinadas circunstancias de los solemnes. Las mismas bases configuran
nuestro Código Civil con su claro art. 1197.

En la legislación comparada rigen reglas similares. No obstante ello, razones de prueba


vinculadas al aspecto práctico limitan el principio del consensualismo. La protección de la
seguridad jurídica, también concurre al renacimiento del formalismo. Pero además, el
Derecho contemporáneo se encuentra con nuevas maneras de producirse el consentimiento,
que demuestran que el principio de la autonomía de la voluntad, se encuentra alterado sino
restringido

.2.3 La Crisis De La Figura Del Contrato

En la actualidad se habla de la crisis de la figura del contrato, o más bien, de la crisis de los
presupuestos que originaron el contrato. De hecho, el acuerdo que representa la base del
contrato, se suponía que debía tener lugar entre voluntades libres e iguales, lo cual no es del
todo cierto hoy en día. La realidad social muestra que la libertad, a la hora de contratar, no
existe o está muy limitada en casos.

Por ejemplo, en los contratos de suministros de gas, agua, electricidad, en los que es
habitual que operen compañías en régimen de monopolio, o en otros, donde solo se alcanza
una cierta capacidad para elegir entre unos muy reducidos oferentes (por ejemplo, las
compañías aéreas). Por otro lado, la igualdad no existe tampoco entre un empleador y
alguien que necesita trabajar para ganar su sustento o entre un banco y una persona
necesitada de un préstamo. De todo ello se deduce que si bien la figura general del contrato

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sigue vigente, se han creado otras modalidades de acuerdo como son los contratos en masa,
forzosos, normados o normativos.

También los legisladores han acogido esta problemática dictando leyes que en muchos
aspectos limitan la antigua autonomía contractual donde sólo la voluntad dictaba el
contenido de los pactos y compromisos, como las leyes en defensa de la competencia o las
de protección de consumidores.

.2.4 El Contrato como fuente de obligaciones

Lo que hace del contrato una categoría del derecho común es su carácter de fuente
principalísima de las obligaciones.

Ha quedado muy lejos la confusión entre obligación y contrato, la existencia de un título


dedica a la doctrina general de las obligaciones, prescindiendo de las causas que le dan
origen, pone coto a la confusión y permite una exposición sistemática de la materia.

Al lado del contrato, encontramos, como fuente de obligaciones otros hechos, actos o
negocios jurídicos (esas fuentes son la ley, la costumbre, la equidad, el ejercicio abusivo de
derechos, el contrato, la declaración unilateral de voluntad, la gestión de negocios ajenos, el
enriquecimiento sin causa, los actos ilícitos aquilianos o violaciones al deber jurídico de no
dañar).

El Contrato puede tener también por objeto crear un sujeto jurídico: la sociedad civil, la
asociación.

.2.5 El Contrato y los derechos reales

El Contrato resulta insuficiente, por sí solo, para producir la adquisición o constitución de


derechos reales. En nuestro ordenamiento jurídico es productor de efectos obligacionales,

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pero carece de eficacia real o de derecho real. Ello no significa desconocer la estrecha
vinculación que existe entre contrato y los derechos reales.

La relación de mayor significación es la que se concreta diciendo que el contrato sirve de


título al derecho real. Pero este título resulta insuficiente para la transmisión o adquisición
de derechos reales, pues es necesario que sea seguido, en nuestro derecho, de dos modos
que persiguen fundamentalmente fines de publicidad: tradición e inscripción registral.
Tratándose de ciertos derechos reales como la prenda y la hipoteca, sin desplazamiento, es
suficiente el modo de inscripción registral.

.2.6 El Contrato y los Derechos Personalísimos o de la Personalidad.

Los derechos de la personalidad no son, en principio, objeto de la contratación es decir no


son objeto de contraprestación. Sólo por excepción pueden ser algunos de los derechos
personalísimos (vida, integridad física, cadáver, libertad personal, honor, derecho a la
imagen y privacidad, individualidad física, al nombre, derecho moral del autor) objeto de
un contrato, por ejemplo : la disposición del propio cuerpo, o parte de él, que no importan
una disminución permanente de la integridad física : enajenación de la sangre o de la leche
de la madre (contrato de nodrizaje ; la disposición mortis causa de residuos corporales,
etc.).

1.2.7 El Contrato y los Derechos Hereditarios

El testamento, como fuente de las reglas sucesorias, dentro y fuera de la órbita patrimonial,
no implica un contrato entre el testador y los sucesores. La mayor parte de la doctrina
rechaza la tipificación del testamento como oferta para después de la muerte y sostiene
firmemente su carácter de negocio jurídico unilateral y autónomo.

Descartada la asimilación de testamento y contrato restaría aludir, a la problemática


involucrada en la noción de sucesión. Pero este es un tema de estudio aparte.

1.2.8 Contrato y convención.

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 El contrato es un acuerdo de voluntades destinado a reglar los derechos
patrimoniales. La voz contrato proviene de contractus, expresión latina que
significa unir, estrechar, o contraer.
 Convención, conventio, viene de cum venire, venir juntos.
 Pacto, pactum o pactio, viene de pacis si, tratar reunidos, ponerse de
acuerdo.

Las tres figuras fueron conocidas por el derecho romano, pero el significado dada a las
mismas no coincide con el que le acuerda la doctrina en la actualidad.

La doctrina moderna, aunque muy dividida acerca del alcance de las figuras jurídicas,
distingue entre contrato, convención y pacto.

La convención sería el género, y el contrato la especie. Otras leyes y otros autores no


distinguen entre contrato y convención, pues ambos comprenderían todo tipo de acuerdo,
tenga o no un objeto patrimonial.

La convención en cambio, se refiere a todo acuerdo de voluntades sea o no de carácter


patrimonial. El contrato actúa en nuestro derecho exclusivamente, aunque con amplitud, en
el campo de las relaciones jurídicas creditorias u obligacionales.

El pacto, según la tendencia prevaleciente, alude a las cláusulas accesorias que modifican
los efectos de normales o naturales de los contratos típicos; o sea a aquellos efectos
previstos por el legislador de un modo supletorio, y que las partes pueden excluir o bien
ampliar o reducir. Tales los pactos comisorios, en la teoría general, y aquellos previstos para
la compraventa: reventa, retroventa, mejor comprador, etc.

.2.9 DEFINICIÓN

La palabra contrato proviene del latín "Contractus" derivado de “Contrahere” que significa,
concertar, lograr. Para Capitant, es el acuerdo de voluntades entre dos o más personas con
el objeto de crear vínculos de obligaciones.

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Gramaticalmente, los contratos pueden definirse como acuerdos o convenios entre personas
que se obligan en materia o cosa determinada y a cuyo cumplimiento pueden ser
compelidas.

En la Enciclopedia Jurídica OMEBA, encontramos la siguiente definición: "es un acto


jurídico bilateral formado o constituido por el acuerdo de voluntades entre dos o más
personas sobre un objeto jurídico de interés común, con el fin de crear, modificar o
extinguir derechos".

Por nuestra parte, diremos con Bevilaqua, que se entiende por contrato, el acuerdo de
voluntades de una persona física o jurídica con otra, que produce consecuencias jurídicas
constitutivas, modificativo a su extinguidas.

En el Digesto, se usa esta acepción, cuando refiriéndose a convención dice: "Convienen los
que de diversos puntos se reúnen y van a un mismo lugar; así también los que por diversos
movimientos de ánimo concierten en una misma cosa, esto es, se encaminan a un lugar".

El Código Civil, define el contrato en el art. 1351º, expresando: "El contrato es el acuerdo
de dos o más partes para crear, regular, modificar o extinguir una relación jurídica
patrimonial".

Esta definición es muy similar a la dada por el Dr. Manuel de la Puente y Lavalle, quien
define el contrato como "el acuerdo entre dos o más partes sobre una declaración conjunta
de una voluntad común destinada a crear, modificar o extinguir una relación jurídica
patrimonial".

"La doctrina contemporánea parte de la premisa de que el contrato se extiende a todo el


derecho obligacional, y que, de consiguiente, no sólo crea obligaciones, sino que también
las regulan, modifica o extingue".

Otro aspecto saltante de la definición es el relativo al carácter estrictamente patrimonial de


la relación. Este es igualmente un aspecto muy discutido en la doctrina contemporánea y
responde a la concepción de que el contrato o tienen contenido jurídico patrimonial o se
resuelve siempre en obligación de indemnizar los daños o perjuicios. "Es en este sentido y
no en otro que se ha dado a la definición de contrato ese carácter, sin que ello equivalga,

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como equivocadamente se sostenido, a que se esté deshumanizando la norma, en
contradicción con la filosofía del resto del Código".

Finalmente, otros dicen que el concepto de contrato debe modificarse, porque con el avance
científico y tecnológico, se puede contratar incluso por intermedio de una máquina y en
consecuencia el contrato no sería el acuerdo de los más partes, sino "la concurrencia de las
partes para crear, regular, modificar o extinguir una relación jurídica patrimonial".

.2.10 DISTINCIÓN CON EL DOCUMENTO

Una cosa, es el documento y otra el contrato. El documento algunas veces le sirve de


contenido, porque hay contratos consensuales, en los cuales no se exige el documento, por
ejemplo, la compraventa de inmuebles, aunque es recomendable celebrarlo por escritura
pública, para los fines prácticos y registrales.

En cambio, hay otros contratos en donde sí se requiere necesariamente un documento, en


los cuales se puede decir que el contrato está inmerso dentro del documento, ejemplo, la
donación de bienes muebles, cuyo valor sea superior al 25% de la Unidad Impositiva
Tributaria, vigente al momento en que se celebra el contrato, debe hacerse por escrito, bajo
sanción de nulidad, tal como lo prescribe el artículo 1624º del Código Civil, modificado por
el artículo 1º de la Ley Nº 26189 del 17 de Mayo de 1993 y tratándose de bienes inmuebles,
debe hacerse por escritura pública, con indicación individual del inmueble o inmuebles
donados, de su valor real y el de las cargas que ha de satisfacer el donatario, bajo sanción
de nulidad, a tenor del artículo 1625º de la misma norma legal acotada, también modificado
por el artículo 1º de la Ley 26189.

.2.11 IMPORTANCIA

El contrato, es la razón de ser y el freno de la actividad humana. La contratación es un


medio que posibilita la circulación de la riqueza, la propiedad, la industria, etc., es como el
torrente sanguíneo de una sociedad, cuyo progreso se mide en razón directa de su evolución
contractual. Por el contrato se adquiere derechos, pero también se sume obligaciones que
eviten la violencia, la explotación y la injusticia.

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Desde el punto de vista económico, el contrato tiene mucha importancia, "puesto que casi
siempre su contenido es de este carácter al que le da forma y lo hace obligatorio".

El contrato tiene como finalidad armonizar intereses económicos inicialmente opuestos o al


menos no coincidentes, razón por la cual es fuente usual de derechos y obligaciones; es
fundamental en la vida social y, primordialmente, en la de carácter individual o privado.

En los países socialistas, se considera el contrato como un instrumento de opresión


económica, especialmente cuando uno de los contratantes es titular de un monopolio legal o
de hecho, que ataca la libertad de contratar de la otra parte, por lo que el Estado, establece
disposiciones protectoras para la parte más débil de la relación contractual.

El contrato también puede crear o transferir derechos reales y puede ser fuente para generar
derechos personales.

El contrato queda excluido del ámbito de la sucesión por causa de muerte, puesto que está
prohibida la sucesión contractual, por contravenir a las normas de orden público. Así lo
establece el artículo 1405º del Código Civil que dice: "esto no todo contrato sobre el
derecho de suceder en los bienes de una persona que no ha muerto cuya muerte se ignora".

El contrato, es una institución principalmente de carácter privado, que presupone que los
que en él intervienen, se encuentran en un mismo nivel de igualdad jurídica, aunque exista
disparidad económica. Por lo general el ordenamiento legal no se ocupa de reglamentar la
paridad económica, que sería casi imposible, sino se limita a intervenir a favor de la parte
débil de la relación contractual, en situaciones concretas y graves, a fin de establecer la
equidad, un relativo equilibrio y una relativa paz social.

.2.12 Naturaleza Jurídica del Contrato

El contrato es un acto jurídico bilateral de naturaleza patrimonial. Recordemos que son


actos jurídicos los actos voluntarios lícitos, que tengan por fin inmediato, establecer entre
las personas relaciones jurídicas, crear, modificar, transferir, conservar o aniquilar derechos.

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Obvio que dentro de ese concepto cabe el contrato.

Acto jurídico es el género, contrato es la especie.

Como acto jurídico tiene estas características específicas:

a) es bilateral, se requiere el consentimiento de dos o más personas;

b) es un acto entre vivos;

c) tiene naturaleza patrimonial.

1.2.13 ELEMENTOS DE LOS CONTRATOS

Elementos Accidentales:

Son aquellos que en el caso concreto se agregan al contrato típico modificándolo y que,
aunque podrían faltar en él si las partes no lo hubieran agregado, una vez que éstas lo han
querido así son tan relevantes como los esenciales. Tal ocurre con el término, la condición y
el modo, que determinan alteraciones en el efecto típico del contrato al que modificar.

Los elementos accidentales se clasifican en:

Condición.

Modo.

Término.

Elementos Esenciales:

Deben necesariamente existir para dar vida a un contrato en general o al específico contrato
de que se trate, categoría está dentro de la cual se señala por algunos el consentimiento (la
voluntad), la forma y la causa.

Elementos Naturales:

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Son de la “naturaleza” de un contrato, las cosas que no siendo esenciales en él, se entienden
pertenecerle, sin necesidad de una cláusula especial, es decir, son aquellos elementos que le
son propios y que se sobreentienden sin necesidad de estipulación expresa.

.2.14 Tipos Primordiales de Contratos

• Consensual:

Cuando no necesita ninguna formalidad para su perfeccionamiento sino el acuerdo mutuo


de las partes expresado verbalmente, es decir cuando se perfecciona por el simple
consentimiento.

• Solemne:

Cuando el contrato requiere de alguna solemnidad para su perfeccionamiento, de manera


que sin ella no produce efectos jurídicos.

• Gratuito

O de beneficencia: es el contrato que solo tiene por objeto la utilidad de una de las partes,
sufriendo la otra el gravamen. Este contrato se celebra con el exclusivo beneficio de una de
las partes, corriendo la otra con la totalidad de la carga.

• Oneroso:

Cuando el contrato tiene por objeto la utilidad de ambas partes contratantes, gravándose
cada una de ellas en beneficio de la otra. En este contrato se establece una reciprocidad, una
equivalencia económica en las prestaciones.

• Bilateral o sinalagmático:

Es el contrato en el cual las partes se obligan recíprocamente. En estos contratos la esencia


radica en la correspondencia mutua de las prestaciones;

• Unilateral o sinalagmático imperfecto:

Cuando una de las partes se obliga para con la otra que no contrae obligación alguna. Una
sola parte adquiere la calidad de acreedor y la otra de deudor. Se llama unilateral porque

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únicamente obliga a una de las partes, porque genera obligaciones meramente a cargo de
una de ellas.

• De Deliberación:

Llamados también “paritarios o de libre discusión”, son aquellos contratos que se forman
con pleno conocimiento y discusión de sus condiciones por parte de los contratantes, es
decir, ambas partes deliberan, discuten libremente las mutuas obligaciones que esperan
contraer.

• De Adhesión:

Aquellos contratos a los que no les precede deliberación, pues ya están prefijadas sus
modalidades y condiciones, por lo general en un escrito o formato común para todas las
personas que quieran suscribirlo.

• Típicos:

Es aquel contrato que se encuentra previsto y regulado en la ley. Por ello, en ausencia de
acuerdo entre las partes, existen normas dispositivas a las que acudir.

• Atípicos:

Es aquel para el que la ley no tiene previsto un nombre específico, debido a que sus
características no se encuentran reguladas por ella. Puede ser un híbrido entre varios
contratos o incluso uno completamente nuevo. Para completar las lagunas del derecho o
situaciones no previstas por las partes en el contrato, es necesario acudir a la regulación de
contratos similares o análogos

• Principal:

Es el contrato que subsiste por sí mismo sin necesidad de otra convención, es decir que
tiene existencia propia no requiriendo otro contrato para su conformación.

• Accesorio:

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Es un contrato que tiene por objeto asegurar el cumplimiento de una obligación principal,
de manera que no pueda subsistir sin ella. Este contrato no tiene vida libre propia sino
adventicia, pues va adherido a un acto principal al que debe su existencia.

.2.15 Regulación del Contrato ley en el Estado Peruano

Para muchos tratadistas los contratos- ley constituyen una figura sui generis de la
institución del contrato, no es en realidad una categoría normativa, una fuente formal del
derecho constitucional. Tal afirmación no tiene incidencia alguna en reconocer la fuerza
vinculante del contrato.

En efecto, las estipulaciones de un contrato vinculan a las partes que lo suscriben, y su


observancia, acarrea la posibilidad de que se sancionen dichos incumplimientos. Pero una
cosa es reconocer a los contratos su fuerza vinculante y la obligatoriedad de sus términos, y
otra muy distinta es atribuirles fuentes primarias o normas con rango de ley.

No puede a los contratos- ley reconocérseles de facto el rango de ley, en primer lugar,
porque no es el ámbito de aplicación o el carácter general que se pueda desprender de las
estipulaciones de un acto jurídico lo que los convierte o permite su equiparación, a las
normas con rango de ley.

Es importante evaluar si estos contratos al haber sido catalogados como contratos- ley
mediante ley expresa, tienen finalmente fuerza de ley. Al respecto habría que señalar que en
el constitucionalismo decimonónico, la noción de fuerza de ley estuvo ligada a la idea de la
ley como expresión de voluntad general, es decir, como una propiedad derivada de su
ocupación como la norma cimera del ordenamiento jurídico.

La calificación de los convenios de estabilidad jurídica como contratos con fuerza de ley no
proviene de la constitución, sino, del artículo 39 del decreto legislativo 757 ley marco para
el crecimiento de la inversión privada. El origen de si denominación en este caso no es
superfluo, dado que con la misma expresión en otros sectores del ordenamiento, se alude a
un tópico completamente distinto.

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 Por ejemplo, en el derecho privado, concretamente en el derecho civil, con tal
noción también se suele aludir a la intensidad del nexo que vincula a las partes
de un contrato.

Tienen los convenios de estabilidad jurídica con los contratos ley, una relación de género y
especie respectivamente. El contrato ley es una institución que surge de la necesidad de
estado de dotar se seguridad jurídica a los inversionistas privados. Su origen tiene relación
tanto con la facultad del estado de modificar el marco legal aplicable a sus con los
particulares, como a los de aliviar el riesgo no comercial que surge de la doctrina de las
cláusulas exorbitantes en el derecho administrativo. Este contrato presenta probablemente
la forma más avanzada de alcanzar este objetivo, en la medida que constituye un medio por
lo que el estado se compromete a no modificar el marco legal vigente al momento de la
inversión y opta inmediatamente por regir una relación jurídica patrimonial mediante las
normas de derecho privado.

En nuestro ordenamiento jurídico, el Art. 1357 del código civil representa el origen de esta
importante institución. si bien su jerarquía normativa ofrecía una seguridad jurídica solo
relativa, disposiciones generales y sectoriales posteriores, incluidas las normas sobre
convenios de estabilidad jurídica, han desarrollado el concepto generando una práctica
contractual muy importante.

En síntesis, debemos expresar que al hablar de un contrato de estabilidad jurídica vamos a


referirnos a un contrato público, en el cual confluyendo elementos del derecho
administrativo y del derecho civil para producir consecuencias enmarcadas dentro de los
planes o políticas de estado en procura de fomentar el crecimiento y el desarrollo del
aparato económico.

El modelo básico de los contratos de estabilidad no es otro que el de los contratos por
adhesión, en los que el contenido contractual ha sido determinado con prelación, por uno
solo de los contratantes, el estado, al que deberá adherir, el co-contratante que desee
formalizar una relación jurídica obligatoria.

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El rasgo que marca la originalidad del mecanismo contractual es el compromiso que asume
el estado de mantener invariable su contenido, sin acaso poder utilizar una norma jurídica
para variar indirectamente las reglas que se pacten.

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CONCLUSIONES

PRIMERA

El concepto de contrato se remonta al derecho romano de la época imperial que reconocía


dos fuentes de obligaciones: “el contrato y el delito, pero en la época de Justiniano los
bizantinos introdujeron cuatro fuentes de obligaciones; contratos, delitos, cuasicontratos y
cuasidelitos, cabe destacar que fue el Derecho Romano quien formalizo, creo y estableció
gracias a las diversas fuentes tales como la costumbre ,el verdadero significado de un
contrato propiamente dicho que a posteriori lo establecieron en su ordenamiento jurídico .

SEGUNDA

Hay que tener en cuenta que la figura actual del contrato, tal como la conocemos, no deriva
de los contractus romanos en esencia, si no de los pactos que fueron los predecesores y de
los cuales se obtuvo una noción estructural y formal para dar origen al contrato.

TERCERA

Al identificar los elementos esenciales, accidentales y naturales del contrato, se permite


demostrar que constituyen las bases fundamentales y esenciales a la formación de los
contratos y el fin que persiguen según sea el caso prescrito.

CUARTA

Después de un examen exhaustivo de los contratos se llega a la conclusión; de que resulta


de gran importancia para los estudiosos de las Ciencias Jurídicas el conocer de manera
completa y profunda todo lo relativo a los contratos, ya que ellos constituyen la base de
toda una gama de actuaciones jurídicas que se presenta en la práctica y en el que hacer
jurídico del abogado.

QUINTA

El contrato es bien entendido, como un tipo de acuerdo en el cual se exterioriza la voluntad


y del cual nacerán tanto deberes como derechos, esto especificado en la teoría de las
obligaciones, asimismo se resalta que los contratos son de cumplimiento obligatorio porque

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se presume que su contenido responde al a voluntad común de las partes sin que haya
existido presión o coacción alguna pero los contratos obligan a las partes solamente en
cuanto haya sido considerado expresamente en ellos.

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SUGERENCIAS

Primera: Para los estudiantes de la abogacía es imprescindible, gozar de un amplio


conocimiento y ya que nos encontramos en un proceso de desarrollo intelectual con
respecto a la materia a tratar, se recomienda una intensiva búsqueda de información,
respaldándose tanto en la jurisprudencia como en la doctrina y por qué no en la costumbre,
tres fuentes del derecho que nos ayudaran a tener una mayor capacidad y enfoque al
momento de aplicar los conocimientos en las circunstancias debidas.

Segunda: La interpretación y la correcta comprensión de los textos jurídicos dependerán de


nuestro nivel de lectura que poseamos, y al tratarse un tema tan amplio como lo es el de los
contratos, se deberá presumir la captación y familiarización de términos jurídicos que se
relacionan con el tema, para lograr alcanzar los paradigmas que el Derecho requiera.

Tercera: Nuestro ordenamiento civil posee una guía baga en cuanto a la interpretación de
contratos, ya que no goza de normas específicas para la interpretación de un contrato, salvo
la norma del Art. 1362° y para algunos la del Art. 1401° del CC. (para Manuel De La
Puente está norma no tiene carácter interpretativo); sin embargo si regula la interpretación
del acto jurídico y establece los criterios legales hermenéuticos de interpretación subjetiva
contenidas en los artículos 168° y 1362° del Código Civil que contienen la regla de la
interpretación de la voluntad declarada y de la común intención de las partes; asimismo los
artículo 168° y 1362° CC, contienen la regla de interpretación según la buena fe; el artículo
169° del CC admite la interpretación sistemática; y el Art. 170°, regula la regla de
interpretación funcional; reglas de las cuales existe un orden de prelación en cuanto a su
aplicación , aunque los artículos mencionados no suenen tan familiares, es a través de ellos
que percibimos que el derecho se relaciona y complementa , por ende se debe actuar con
cautela al visualizar la presencia de cualquier vicio o vacío del derecho y más aun cuando
este se encuentre en un contrato.

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BIBLIOGRAFIA

http://www.lhdtv.info/2009/09/que-es-el-contrato-historia-del.html

file:///C:/Users/User/Downloads/El%20Consentimiento%20-%20Dr%20Luis
%20Ovsejevich%20(1).pdf

http://andrescusi.blogspot.pe/2015/05/evolucion-historica-del-contrato-andres.html

http://dcivilcontratos.blogspot.pe/2009/03/introduucion.html

APARICIO, J . M., Contratos I. Parte general, Córdoba, 1997.

Diego Baudrit Carrillo. Derecho Civil IV, Volúmen I. Teoría General del Contrato. 3era
edición. 2000.

Medina de Lemus, M. Derecho Civil, obligaciones y contratos. Tomo I.

http://www.prociuk.com/Derecho%20Civil%20-%20Contratos%201.pdf

https://revistas-colaboracion.juridicas.unam.mx/index.php/boletin-derecho-
comparado/article/view/9023/8120 (Boletín del Instituto de Derecho Comparado).

http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/ledf/copalcuatzi_m_h/capitulo2.pdf

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