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1. Introducción
La población del país está expuesta a diferentes tipos de fenómenos naturales como
sismos, tsunamis, inundaciones, sequías, deslizamientos de tierra e incluso la actividad
volcánica; así como eventos tecnológicos y sanitarios como epidemias.
El Sector Salud es uno de los servicios estratégico y crítico para la respuesta ante cualquier
emergencia, debido a lo cual exige que cuente con los recursos necesarios para la
implementación de los procesos de la gestión del riesgo iniciando con el análisis de los
riesgos que deriven en las acciones necesarias para prevenirlos, reducirlos y enfrentarlos.
Además, es importante contar con la capacidad de preparación para una respuesta
oportuna y efectiva, así como para asegurar un adecuado proceso de recuperación pos
impacto de un evento adverso.
2. Objetivos de aprendizaje
Al finalizar el presente módulo, Usted estará en capacidad de:
Conocer los conceptos claves de la gestión del riesgo de desastres en el sector Salud y
sus elementos básicos de funcionamiento logrando un claro entendimiento de los
mismos.
Reconocer la importancia de los efectos de las emergencias y desastres en el sector
salud.
Identificar las organizaciones internacionales y nacionales que trabajan en las acciones
de la gestión del riesgo de desastres en el Sector Salud.
Tomar conocimiento de la existencia de herramientas para implementar los procesos
de la gestión del riesgo de desastres en salud.
3. Aspectos generales
La Gestión del Riesgo de Desastres en Salud (GDRDS)
La organización del sector salud para la gestión de riesgos y desastres se basa en criterios
técnicos y político-administrativos. La gestión del riesgo de desastres en Salud es el
proceso que se inicia con el análisis de amenazas / peligros y vulnerabilidades, cuya
responsabilidad recae en todas las áreas del sector salud de acuerdo a su competencia. La
reducción del riesgo enfocándose en aquellos riesgos que podrían provocar emergencias y
desastres, y la evaluación del impacto potencial, analizando la organización de la
respuesta del sector salud en función del impacto a las personas, su infraestructura o
equipamiento (Organización Panamericana de la Salud de la OPS/OMS).
Mensajes Clave:
La resiliencia del sistema de salud y la capacidad de la gestión del riesgo para emergencias
son críticas en el manejo efectivo de desastres fortaleciendo las metas de sostenibilidad
(Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres – UNISDR,
2015).
El monitoreo y reporte en los aspectos de salud humana de los desastres – como
parte de las medidas para mejorar la evaluación del riesgo, prevención,
preparación, respuesta y medidas de recuperación – es importante para fortalecer
la gestión del riesgo de desastres- Esto ayudará a reducir el impacto en salud,
particularmente la pérdida de vidas humanas (UNISDR, 2015).
Construir un Sistema de Salud resiliente con capacidad para manejar gestión del
riesgo de emergencias, particularmente en el nivel comunitario, es crítico para
efectivizar la gestión del riesgo, lo que también fortalecerá objetivos de
sostenibilidad más amplios.
Indicadores de un sistema de salud resiliente a desastres naturales incluye
proporcionar facilidades de salud, implementadas y nuevas, para resistir a las
amenazas, que incluya el acceso a suministros confiables de agua y energía limpia,
diariamente y en emergencias (UNISDR, 2015).
Reportes sobre data del impacto en salud por desastres a nivel nacional (UNISDR, 2015):
Proporción de departamentos o regiones países que reportan eventos de desastres
anualmente en términos de muertes, lesiones, enfermedades, desaparecidos y
discapacitados
Planificación del desarrollo para reducir el impacto en salud de los desastres (UNISDR,
2015):
Proporción de planes de desarrollo económico, uso de territorio, construcciones e
infraestructuras que incorporen evaluaciones del riesgo de salud relacionado a
emergencias y desastres en sus planes y estrategias.
Proporción de edificaciones residenciales y comerciales construidas en áreas
propensas a desastres que cumplan con los códigos de construcción diseñados
para reducir la pérdida de vidas. (por ejemplo: para terremotos, inundaciones)
4. Contexto Internacional
A pesar del sólido desempeño económico en América Latina y el Caribe, el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) señala que los países de América Latina y el Caribe
continúan enfrentando potenciales costos económicos y sociales paralizantes causados
por los desastres naturales y destaca la necesidad de hacer más actividades a fin de
reducir los riesgos y prepararse para responder a posibles catástrofes (OPS/OMS, 2013).
Los terremotos, las inundaciones y las tormentas causaron pérdidas económicas por un
valor de US$ 34 mil millones en el período 2000-2009 en la Región. Sólo en el 2010, las
pérdidas totales provocadas por los desastres excedieron los US$ 49 mil millones,
incluidos US$ 7,8 mil millones debidos al terremoto de Haití —20% más del PIB del país en
2009— y US$ 30 mil millones como consecuencia del terremoto en Chile. En 2012, se
alcanzó un nuevo récord con las pérdidas económicas anuales en la Región
moderadamente calculadas en US$138 mil millones, de los cuales se calcula que unos US$
50 mil millones correspondieron a las pérdidas provocadas por la tormenta Sandy
(OPS/OMS, 2013).
De manera más general, la nueva edición del BID de los Indicadores de Riesgo de Desastre
y de Gestión de Riesgos señala pérdidas económicas potencialmente considerables para
17 países de América Latina y el Caribe en caso de un desastre natural, teniendo en cuenta
la capacidad de los gobiernos de prever y controlar los riesgos (OPS/OMS, 2013).
La Iniciativa Hospitales Seguros, por ejemplo, se formuló por primera vez en las Américas y
ahora se está poniendo en práctica en muchos países de África, Europa, el Pacífico
Occidental y Asia Sudoriental, mientras que el Índice de Seguridad Hospitalaria (ISH) se ha
aplicado en todo el mundo para evaluar la seguridad de los hospitales existentes y
priorizar intervenciones para mejorarla (OPS/OMS, 2013).
La gripe pandémica por A(H1N1) de 2009, que por primera vez se notificó a finales de abril
de ese año, tuvo repercusiones significativas en toda la Región; los 357Américas
notificaron casos confirmados. Esta pandemia creó una crisis sin precedentes y requirió la
respuesta a la emergencia por parte de todos los Estados Miembros, la OPS y la
comunidad internacional en general. Gracias a la planificación de la respuesta a
pandemias y desastres y a los simulacros que la OPS preparó y llevó a cabo en 2008 con
los principales donantes de la Organización, el sector de la salud estaba mejor preparado
para enfrentar esta amenaza (OPS/OMS, 2013).
Una vez que la fase de emergencia hubo concluido, se evaluó la respuesta regional e
institucional por medio de una reunión internacional técnica, una reunión interna sobre
las lecciones aprendidas y la realización de una evaluación externa. Se demostró que, para
garantizar una respuesta eficaz, era necesario mantener una estrecha comunicación entre
todas las partes interesadas (OPS/OMS, 2013).
Amenazas tecnológicas:
El sector de la salud en América Latina y el Caribe todavía no está preparado para afrontar
desastres químicos, radiológicos o tecnológicos de gran escala. Por lo que los desastres
tecnológicos constituyen un importante riesgo para los países en los que se ha alcanzado
cierto nivel de desarrollo industrial pero poco se ha hecho en cuanto a la reglamentación
o prevención (OPS/OMS, 2013).
Cambio climático:
Los fenómenos climáticos extremos también pueden perturbar los sistemas de salud, por
ejemplo, al causar daños en la infraestructura sanitaria o en los caminos. La huella de
carbono en el sector de la salud es también muy grande; sin embargo, los criterios
ecologistas no siempre son compatibles con los requisitos de seguridad. Es de
fundamental importancia conseguir que la infraestructura sanitaria sea segura en casos de
desastre y que, al mismo tiempo, genere una huella ambiental reducida (OPS/OMS, 2013).
Coordinar y conducir las operaciones del sector salud ante eventos adversos, logrando una
oportuna ejecución del plan de emergencia mediante un proceso de análisis de situación,
de las acciones realizadas de las necesidades y alternativas de solución para tomar
decisiones (OPS, 2016).
La misión principal del CRID es la de promover una cultura de reducción del riesgo de
desastres (RRD) en los países de América Latina y el Caribe, mediante el análisis,
sistematización y difusión de información sobre gestión del riesgo, la promoción y
fortalecimiento de centros de información, el esfuerzo cooperativo con actores clave y
la respuesta oportuna y eficiente a los requerimientos de nuestros usuarios y de los
actores que trabajan en el ámbito de la RRD.
Los objetivos estratégicos y los resultados previstos (RP) de este plan estratégico son
(OPS/OMS, 2013):
Una mayor capacidad de los Estados Miembros de dar una respuesta oportuna y
apropiada a los desastres, las emergencias complejas y otras crisis.
Una mayor capacidad de los sistemas nacionales de salud en los preparativos para
situaciones de emergencia y la reducción de riesgos de desastre.
El Plan Andino para la Gestión de Riesgos de Desastres en el Sector Salud 2013- 2017 trazó
como visión que “al 2017 la Región Andina se caracterice por ser solidaria, organizada y
fortalecida en la gestión del riesgo de desastres” (OPS/OMS & Organismo Andino de
Salud. Convenio Hipólito Unanue, 2013).
Además, definió como misión fortalecer la gestión del riesgo en desastres en el sector
salud para mejorar la capacidad de estimación, prevención, reducción de riesgos,
preparación, respuesta, rehabilitación y reconstrucción, mediante un trabajo conjunto y/o
articulado entre los Ministerios de Salud de la Región, apoyada en el desarrollo del talento
humano, la investigación y la cooperación mutua.
Eje estratégico 3: Facilitar los mecanismos de cooperación entre los países en Gestión del
Riesgo de Desastres en el Sector salud.
Objetivo 3: Fortalecer los mecanismos de articulación entre los Sistemas de
Preparación, Atención y Asistencia Mutua en el sector salud de la subregión andina
en caso de desastres.
Eje estratégico 5: Inclusión del cambio climático en la Gestión del riesgo de desastres en el
sector salud.
Objetivo 5: Promover la Incorporación de cambio climático en las políticas y los
programas nacionales para reducir los efectos e impacto de los desastres.
Revisar el documento: Plan Andino para la gestión del riesgo de desastres en el Sector
Salud 2013-2017.
http://www.cridlac.org/digitalizacion/pdf/spa/doc19451/doc19451-contenido.pdf
7. Contexto Nacional
En los últimos años, el incremento en la recurrencia y severidad de los desastres asociados
a fenómenos de origen natural o inducidos por la acción humana, es una preocupación
nacional, dada la evidente necesidad de lograr sistemas preparativos y de respuesta que
logren una adecuada Gestión del Riesgo de Desastres (Presidencia del Consejo de
Ministros – PCM, 2014).
Se estima que 512 personas perdieron la vida por manifestaciones directas del fenómeno
y que 8500 murieron por efectos indirectos: accidentes y enfermedades.
Las pérdidas directas causadas por ENOS se estimaron en US$ 1.000 millones, de los
cuales 800 corresponden al Norte, como consecuencia de las lluvias excesivas, y 200
millones a la Sierra sur, por efectos de la sequía.
El MINSA reporto un total de 4418 heridos, de los cuales casi la mitad se presentaron en el
departamento de Arequipa. Las causas de las 21 muertes reportadas en Moquegua
revelan que 66% fueron traumatismo encéfalo craneano, 14% por insuficiencia
respiratoria aguda, 5% por asfixia y hemorragia interna masiva. Veinte de las 21 muertes
ocurrieron en las primeras 24 horas del sismo.
Del total de 465 establecimientos de salud en la zona del sismo, 237 precisaron de obras
de rehabilitación o reconstrucción, de los cuales 7 fueron hospitales, 80 centros de salud y
150 puestos de salud. Arequipa fue el departamento más afectado.
El número final de fallecidos según el INDECI fue de 596, cifra similar al censo del INEI, que
registró 595 muertos en las zonas afectadas. De estos, 383 (69%) ocurrieron en la
provincia de Pisco. La provincia de Chincha tuvo 114 fallecidos y la provincia de Ica 89.
El número total de heridos registrado por el INDECI fue de 1,292, cálculo basado
principalmente en los heridos evacuados a Lima. Sin embargo, el censo del INEI registra un
total de 21,796 heridos, de los cuales 2,771 fueron catalogados como graves.
Una evaluación de los daños a los establecimientos de salud en todas las regiones,
publicada por el INDECI, identificó 112 establecimientos afectados, de los cuales 14 fueron
destruidos.
Desde fines de 2010 y hasta febrero de 2011 se registró la más grande epidemia de
dengue en el país, se notificó un brote de esta enfermedad en la ciudad de Iquitos (Región
Loreto) con la presencia de una nueva variante del virus serotipo Denv 2 denominada
variante Asiática/Americana, que cobró la vida de 14 personas solo en esta ciudad.
Durante este brote se notificaron 25 897 casos de dengue (SE 49 - 2011), de los cuales se
hospitalizaron más de 2000 casos. Más del 90 % de los casos procedían de la ciudad de
Iquitos (distritos de Iquitos, San Juan, Belén y Punchana) (OPS/OMS, 2013).
Revisar el documento: Respuesta a los brotes del dengue en las ciudades de Pucallpa e
Iquitos, Perú
http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/173291/1/Sistematizacion-brotes-Iquitos-
Pucallpa.pdf
Otras emergencias
Todos los años se registran en el país, diversos tipos de eventos adversos que generan
emergencias de pequeña a mediana escala en los diferentes departamentos del país
especialmente durante las temporadas de heladas / friaje y de lluvias. Estos tipos de
eventos y sus lecciones aprendidas; así como las experiencias que se obtienen de los
procesos de preparación y respuesta es importante que sean sistematizados para que
contribuyan a la generación del conocimiento y ajustes a las intervenciones que se
realicen en salud (OPS/OMS, 2013).
Política Sectorial:
Así, la gestión del riesgo es un conjunto de acciones que, en función al conocimiento del
riesgo de emergencias y desastres, se orientan a prevenir o mitigar los daños a la salud de
las personas; en tanto que, en la atención de las emergencias y desastres se activan un
conjunto de mecanismos previamente establecidos con la finalidad de asegurar la
atención adecuada y oportuna de los daños a la salud de las personas y al ambiente que la
rodea (OGDN, 2004).
Ésta política, constituye una herramienta legal que pretende permitir que el Perú cuente
con establecimientos de salud que permanezcan estables, accesibles y funcionando a su
máxima capacidad instalada y en su misma infraestructura inmediatamente después de un
fenómeno destructivo de origen natural (MINSA, 2010).
Por otro lado, sus objetivos generales y específicos son (MINSA, 2010):
Objetivos generales
• Mejorar las condiciones de todos los establecimientos de salud para que permanezcan
accesibles y funcionando a su máxima capacidad operativa inmediatamente después
de un desastre.
• Proteger la vida de los ocupantes, la inversión y la función de los nuevos
establecimientos de salud y de los existentes.
• Diseñar y ejecutar proyectos de nuevos establecimientos de salud seguros y planes de
mejora en los ya existentes, utilizando las normas e instrumentos de reducción del
riesgo de desastre a nivel de todos los gobiernos regionales y locales del país.
Objetivos específicos
Este plan es fruto del trabajo conjunto entre la Secretaría de Gestión del Riesgo de
Desastres – SGRD de la Presidencia del Consejo de Ministros, el Centro Nacional de
Estimación, Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres – CENEPRED y el Instituto
Nacional de Defensa Civil –INDECI, Ministerio de Economía y Finanzas – MEF y Centro
Nacional de Planeamiento Estratégico – CEPLAN, así como de los demás integrantes del
SINAGERD, quienes brindaron sus aportes mediante talleres participativos realizados a
nivel nacional (PCM, 2014).
Al CENEPRED y el INDECI, les corresponde realizar las acciones de apoyo técnico a las
entidades del SINAGERD; así como la coordinación, articulación, capacitación, supervisión
del proceso de monitoreo, seguimiento y evaluación durante la ejecución del PLANAGERD
2014 – 2021. Los gobiernos locales y regionales, además de ser los responsables de la
implantación de la GRD en el ámbito de su competencia, se encargan de su fiscalización y
control, contando con el apoyo de las entidades científicas, las organizaciones de la
sociedad civil y la población en general.
Recomendaciones:
- Fortalecer la articulación del MINSA con EsSalud, Sanidades, Privados y otros a través
de la plataforma de DC en salud, así como mediante otros mecanismos sectoriales
existentes, con la finalidad de mejorar la articulación en la planificación y organización
(Misión de las Naciones Unidas, 2014).
- Los planes de preparación y respuesta y otros que se elaboren en el marco de la
gestión del riesgo para el sector salud deben vincularse con los planes regionales y
locales, y con otros planes sectoriales con la finalidad que se tengan un abordaje
integral ante riesgos especialmente los de naturaleza biológica como dengue,
influenza y cólera (Misión de las Naciones Unidas, 2014).
- Los criterios de hospitales seguros ante desastres deben incorporarse en los estudios
de pre inversión, y asegurándose que toda inversión en salud, realizada por los
diferentes niveles de gobierno, cumplan con estos criterios en las fases de selección de
terreno, diseño, construcción y supervisión de obra (Misión de las Naciones Unidas,
2014).
- Fortalecer los mecanismos internos que permitan, desde un enfoque de género e
inclusivo, la incorporación de la temática de salud sexual y reproductiva en la
preparación y respuesta, con énfasis en la continuidad operativa en el marco de las
situaciones de emergencia a través de la inclusión de Paquetes Iniciales Mínimos de
Servicios para atención de la salud sexual y reproductiva y de la violencia sexual
(Misión de las Naciones Unidas, 2014).
- Fortalecer el centro de operaciones de emergencias del sector salud, bajo la
coordinación de la autoridad nacional de salud, con la participación de los otros sub
sectores como EsSalud, Sanidades y Privados, e incorporando a los componentes de
servicios de salud, agua y saneamiento, epidemiologia, comunicación social y otros
(Misión de las Naciones Unidas, 2014).
La Ley del Sistema de Seguridad y Defensa Nacional (Ley N° 28748) establece que “Los
Ministerios, Organismos Públicos y Gobiernos Regionales son los elementos de ejecución
del Sistema de Seguridad y Defensa Nacional, encargados de planear, programar, ejecutar
y supervisar, las acciones de defensa nacional, en las áreas específicas de responsabilidad.
Para el cumplimiento de estas funciones cuentan con oficinas de defensa nacional, que
dependen de la más alta autoridad de la institución” (OGDN, 2004)
La Defensa Nacional es el primer campo de acción y consiste en identificar los factores que
dificultan el logro de los objetivos nacionales, sectoriales e institucionales de mejores
niveles de salud, especialmente en los estratos de menor desarrollo relativo y en las
poblaciones de las comunidades nativas. Una vez identificadas esas dificultades, se
proponen las acciones destinadas a superarlas, además de facilitar la ejecución de dichas
acciones (OGDN, 2004).
El segundo campo de acción hace referencia al manejo de emergencias y desastres que
alteran significativamente la situación de la salud de la población y la capacidad de oferta
de los servicios de salud. Aquí, la gestión se orienta a un conjunto de actividades de
carácter preventivo y de mitigación, de respuesta o de recuperación de las condiciones
normales: antes, durante y después de la emergencia, desde la perspectiva de salud.
El Ministerio de Salud (MINSA) cuenta con su Grupo de Trabajo de la Gestión del Riesgo de
Desastres (GT-GRD) para establecer los mecanismos necesarios para la implementación y
desarrollo de actividades para la efectiva intervención en situaciones de desastres en las
que participen las Direcciones y Oficinas Generales de acuerdo a sus competencias
(MINSA, 2014).
a. Estimación de riesgos
El país cuenta con instrumentos nacionales que facilitan la estimación del riesgo con
enfoque en las edificaciones del sector salud, los cuales son de carácter vinculante para las
organizaciones que son evaluadas. Estos instrumentos son (INDECI, 2008):
En el marco de las normas del SINAGERD, el proceso de ITSDC ha sido reemplazado por el
Reglamento de Inspecciones Técnicas de Seguridad en Edificaciones (ITSE) aprobado por el
Decreto Supremo N° 058-2014-PCM.
Por otra parte, desde el año 2009, el país ha adoptado la metodología de evaluación de
seguridad mediante el Índice de Seguridad Hospitalaria (ISH), un instrumento desarrollado
por la OPS/OMS con el apoyo de un grupo de expertos de diferentes países, elaboró
el como una herramienta de evaluación rápida y confiable, que proporciona una idea
inmediata del nivel de seguridad de un hospital, como instalación fundamental que debe
seguir funcionando luego de un evento adverso (Unidad de Gestión de Riesgo de
Emergencias y Desastres – UGRED, 2016).
El ISH es un instrumento técnico de medición que -a través de una lista de verificación y
un modelo matemático - toma en consideración la ubicación geográfica, la estructura del
edificio, los componentes no estructurales y la organización del hospital, para obtener un
valor numérico que aporta una idea de la probabilidad que tiene un establecimiento de
salud de continuar funcionando después de un desastre. Si bien este índice no reemplaza
una evaluación exhaustiva de la vulnerabilidad, se puede usar como sistema cualitativo de
evaluación, que facilita la priorización de acciones en las instalaciones de salud (UGRED,
2016).
Según los resultados de los estudios de vulnerabilidad sísmica, realizados, las autoridades
del MINSA procederán con la elaboración de los expedientes técnicos y luego se
ejecutarán las obras. Los hospitales evaluados son Arzobispo Loayza, Dos de Mayo, Sergio
Bernales, María Auxiliadora, Santa Rosa, Cayetano Heredia, Hipólito Unanue, Emergencias
Pediátricas, Emergencias Casimiro Ulloa, San Bartolomé, Huaycán, Carlos Lanfranco La Hoz
(Puente Piedra), José Agurto Tello (Chosica) y el Instituto Nacional Materno Perinatal (ex
Maternidad de Lima) (UGRED, 2016).
Evaluación de riesgos con enfoque de red de salud
b. Prevención
Se dispone del Reglamento Nacional de Edificaciones donde están establecidas las normas
que se deben cumplir para la realización de obras de construcción de nuevos
establecimientos, así como obras de intervención en los existentes. Este reglamento está
bajo la administración del Ministerio de Vivienda y Construcción (INDECI, 2008).
Link: http://www.construccion.org.pe/normas/rne2012/rne2006.htm
En el referido reglamento, existe la norma A050 que está referida especialmente a los
establecimientos de salud, que fue modificada en el año 2012 con la finalidad de
incrementar los niveles de seguridad en salud (INDECI, 2008).
Otros aspectos que aseguran la prevención de riesgos en las edificaciones de salud están
contenidos en los estándares mínimos de seguridad para el diseño y construcción de
nuevos establecimientos de salud y servicios médicos de apoyo (INDECI, 2008).
Las intervenciones para reducción del riesgo incluyen principalmente las medidas de tipo
estructural y no estructural (UGRED, 2016).
Los elementos no estructurales, por lo general, no implican peligro para la estabilidad del
edificio, pero sí pueden poner en peligro la vida o la integridad de las personas dentro del
edificio y resultan fundamentales para la operación del hospital. De acuerdo a los
resultados de la evaluación, el riesgo de estos elementos se determina teniendo en cuenta
si están desprendidos, si tienen la posibilidad de caerse o volcarse y afectar zonas
estructurales estratégicas, verificando su estabilidad física (soportes, anclajes y depósito
seguro) y la capacidad de los equipos de continuar funcionando durante y después de un
desastre (almacenamiento de reserva y válvulas de seguridad, conexiones alternas, otros)
(UGRED, 2016).
En el país, se dispone de algunos instrumentos que orientan la reducción del riesgo como
son los Estándares Mínimos de seguridad para la ampliación, rehabilitación, remodelación
y mitigación en los establecimientos de salud y servicios médicos de apoyo (UGRED, 2016).
Además, se cuenta con una norma técnica para la señalización de seguridad de los
establecimientos de salud y servicios médicos de apoyo (UGRED, 2016).
a. Preparación
Planificación
El sector salud (con el ministerio de salud a la cabeza como institución rectora) requiere
estar preparado con anticipación, mediante la elaboración de planes de preparativos y
respuesta que formen parte de los planes intersectoriales y estén integrados a nivel
nacional y territorial.
En el marco del sistema de gestión del riesgo, el Ministerio de Salud y la Seguridad Social
disponen de sus planes de operaciones de emergencias. Y en el marco del desarrollo de la
gestión del riesgo, se ha promovido la elaboración de planes de gestión del riesgo ante
eventos recurrentes como la temporada de frío, o la presencia del Fenómeno El Niño.
Estos planes mencionados tienen un alcance territorial incluyendo las redes y micro redes
de salud que podrán ser afectados; y son complementados con los planes de las
organizaciones de salud a nivel de las redes u hospitales. En este caso se dispone de las
pautas del curso de planeamiento hospitalario de la OPS/OMS que puede facilitar la
elaboración de los planes de respuesta de los hospitales.
Link: http://www.planeamientohospitalario.info/
Organización
Para responder ante situaciones de emergencias y desastres, en el componente de gestión
de la información y apoyo a la coordinación, se cuenta con el Centro de Operaciones de
Emergencias. En este espacio físico de coordinación intra e inter institucional, se instala la
sala de situación donde se reciben, procesan, analizan y sistematizan los informes para la
toma de decisiones.
El Ministerio de salud cuenta con diferentes tipos de brigadas tanto para intervención a
nivel de comunidad como para el control de incidentes al interior de los establecimientos
de salud. Mientras que la Seguridad Social dispone sólo de brigadas para el control de
eventos al interior de sus hospitales.
Capacitación
Se recomienda que las capacitaciones se orienten hacia los siguientes objetivos (MINSA,
2010):
b. Respuesta
Ante la ocurrencia de eventos adversos que pueden ser advertidos con antelación, se
cuenta con el mecanismo de alerta bajo la forma de Verde, Amarilla y Roja, las cuales
desencadenan un conjunto de actividades que se deben realizar en las redes y
establecimientos de salud para enfrentar o mitigar los efectos del evento adverso (MINSA,
2010).
Gestión de suministros
c. Recuperación
Después de finalizadas las tareas de respuesta orientadas a salvar vidas y aliviar las
necesidades más urgentes de la población afectada por un desastre, se inicia
la recuperación que incluye la rehabilitación y la reconstrucción (MINSA, 2010).
La rehabilitación y la reconstrucción se orientan a tratar de normalizar la vida de las
comunidades afectadas, tanto como restablecer el funcionamiento de los sectores
sociales (salud, educación, vivienda) y de sectores productivos (industria, comunicaciones,
transporte). Dependiendo de la severidad de los daños, la complejidad de los mismos, así
como la disponibilidad de recursos financieros, la fase de recuperación puede durar años o
décadas (MINSA, 2010).