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Bacoa. Revista Interdisciplinaria de Ciencias y Artes. ISSN: 2343-5542. Año VII. Vol. 7. N° 14. Julio – Diciembre, 2017.

Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda (UNEFM).


Autor: Annel del Mar Mejías Guiza. Título: “Tenemos que adaptar la antropología a la necesidad del país”, p.p. 372-385.

Jacqueline Clarac de Briceño


ha ayudado a refundar la disciplina antropológica en el Occidente de Venezuela

“TENEMOS QUE ADAPTAR LA ANTROPOLOGÍA


A LA NECESIDAD DEL PAÍS”

Annel del Mar Mejías Guiza


Maestría en Etnología,
Universidad de Los Andes.
Red de Antropologías del Sur
Mérida, Venezuela

Fotografías de Annel del Mar Mejías Guiza

Sumario:
“Nunca se abandonó realmente en América Latina el compromiso”. Los antropólogos
“hemos encontrado una población tan alienada socioculturalmente, que creían que los otros
países eran los grandes países, que había que imitar, y en ciencia se imitaba también”.
Con LUZ, “hemos unido nuestros esfuerzos para procurar que el occidente de Venezuela se
volviera más antropológico”.

En 2017 la profesora Jacqueline Clarac de Briceño, icono de la Universidad de


Los Andes (ULA), cumple cincuenta años de egresada como antropóloga, graduada en la
Universidad Central de Venezuela (UCV). Son cinco décadas de labor ininterrumpida para
convertirse en una maestra de esta disciplina en el occidente del país.

Desde su casa, ubicada en el sector La Pedregosa, en la ciudad andina de Mérida, nos


recibe para reflexionar sobre las antropologías (así en plural) en el mundo, especialmente en
América Latina, y nos plantea los retos de la disciplina en la actualidad.

Para nuestra región, la profesora Clarac de Biceño dibuja un mapa de las antropologías
en un intento de caracterizarlas: si bien Darcy Ribeiro fue el gran antropólogo brasileño,
especialmente con su propuesta de “la antropología de la civilización” y el planteamiento que
hizo sobre el desarrollo plurilineal de los países americanos, la disciplina en el país carioca,
afirma, está muy influenciada por Augusto Comte y el positivismo, mientras que México,

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Autor: Annel del Mar Mejías Guiza. Título: “Tenemos que adaptar la antropología a la necesidad del país”, p.p. 372-385.

“Comprendí la gran complejidad


que es la realidad sociocultural, más
en América Latina donde vivimos
procesos históricos a los que
les falta mucha información,
mucho análisis”.

dice, estuvo influido por dos escuelas, la antropología norteamericana de Franz Boas y la
antropología de Austria, de la Universidad de Viena, una de las más importantes del siglo
XIX y principios del XX.

Esta última influencia, continúa, se evidencia en el proyecto museístico, ya que


México es el único país latinoamericano que, según la profesora, comprendió muy temprano
que le convenía abrir museos para recibir turismo: “Hizo el mejor museo del mundo en
cuanto a estructura física y concepción, que es el Museo Nacional de Antropología, en la
Ciudad de México, y se basaron sobre todo en la escuela difusionista de Viena. En México se
desarrolla muy temprano la antropología, además, porque hubo un gran impacto en Europa
debido a los vestigios de su arqueología, con los templos, sobre todo, entonces los alemanes
fueron los primeros que enviaron a sus arqueólogos allá, de Francia enviaron etnógrafos
y quienes trabajaron sobre los dioses demostraron cómo estos se habían transformado en
santos católicos. La Virgen de la Guadalupe, por ejemplo, viene de una diosa mexicana a la
que se hacían muchos sacrificios”.

Cuenta que, en América del Sur, Perú desde muy temprano tuvo arqueología, pero
hecha por extranjeros, especialmente alemanes, y en Argentina hubo la influencia de Brasil y
desarrolló muy bien la antropología física, “por eso hubo un intento en ese país a principios
del siglo XX para demostrar que el Homo sapiens había nacido también en América, con
(Florentino) Ameghino, pero ellos fracasaron en esto, fue muy fácil demostrar que no era así
y eso siempre los decepcionó mucho”.

En el Caribe, de donde es la profesora Clarac de Briceño, Martinica ha producido


a muchos escritores y en Haití se han formado muchos antropólogos, que fueron a París a
estudiar etnología, “por eso han investigado mucho: ¿de dónde viene eso del Caribe, que
era caníbal?, ¿qué es eso del canibalismo? Y han podido demostrar que no, que no había
canibalismo realmente en América, que eso fue un invento de ciertos viajeros por distintas
razones que ellos explican”. Estos antropólogos haitianos, continúa, fueron los primeros
profesores que dieron clases en las escuelas, liceos y universidades de Canadá, las primeras

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creadas luego de la segunda guerra mundial, ya que este país del norte de América comenzó
a fundar su sistema educativo tardíamente, a mediados del siglo XX.

En Europa, la etnología, la arqueología, la antropología física y la antropolingüística


se estudian de forma separada, porque cada disciplina tuvo un desarrollo de forma
independiente. “La antropología física es una de las primeras que aparece con la arqueología
a finales del siglo XVII, Napoleón Bonaparte le dio mucha fama a la arqueología con la guerra
de Egipto y para allá se llevó con él –como sabía que había las pirámides– arqueólogos,
que tuvieron mucho éxito, porque lograron transcribir los jeroglíficos, trabajaron en las
ruinas de la antigua Babilonia y en la gran zona mesopotámica árabe. Descubrieron en Irak,
donde los norteamericanos destruyeron en la actualidad restos arqueológicos y además
saquearon, grandes bibliotecas con libros de cerámica escritos en tres idiomas, como el
mesopotámico y el griego. Sabían leer griego, porque como en España los árabes fundaron
las primeras universidades, los hijos de los señores, que tenían tendencias intelectuales en
Inglaterra, Francia e Italia, mandaban a sus hijos a ese país a estudiar en esas universidades.
Los arqueólogos no investigaban en sus propios países, sino que iban a países donde tenían
templos y los edificios antiguos, como la ciudad de Troya, que fue estudiada y descubrieron
que eran nueve ciudades, una encima de la otra. El XIX es el gran siglo del desarrollo de
la arqueología, disciplina que incluso fundó las etapas culturales antiguas: el paleolítico, el
mesolítico y el neolítico”.

La paleontología también evoluciona desde temprano, porque “comienzan a


comprender que esos grandes huesos que aparecen en Europa no son de gigantes ni eran mitos,
sino que, como ya también tenían la teoría de la evolución escrita por Darwin, comprenden
que se relaciona con la evolución de la tierra, entonces surge también la paleontología y
la antropología física para estudiar los esqueletos de los seres humanos y animales que
consiguen. Primero encontrarán huesos del Neandertal, que creen que no es un Homo
Sapiens, y luego se van a África a buscar a los primeros seres humanos, porque comienzan a
comprender que pasaron de África a Europa. Todo eso se va desarrollando separadamente y
se quedó así, separada”.

En América Latina, concluye que recibimos la influencia de Franz Boas, el maestro


de la escuela norteamericana de antropología del relativismo cultural, de principios del siglo
XX: “Boas tuvo influencia sobre todo el continente americano, porque en ninguna parte de
Europa se tienen las disciplinas de la antropología separadas. Recuerda que Boas se forma
en Viena, pero como muy temprano salió de ahí hacia los pueblos esquimales y después se
va a Estados Unidos, en ese país descubre que aún hay grupos indígenas, que no los había
en Europa, así que comprende que la antropología es, de las disciplinas existentes, la más
adaptada para trabajar sobre los indígenas y por eso pone gran énfasis en la etnografía, que
recomienda mucho para formar a un antropólogo. Él formó así a sus discípulos, por eso todos
son grandes etnógrafos, tanto los que fundan la antropología cultural como los otros, quienes
reciben una gran influencia de la psicología, que era muy importante en Viena”.

- ¿El hecho de que en Europa se estudien las disciplinas de forma separada ha


hecho que haya rivalidad entre los colegas, es decir, que los antropólogos físicos trabajen
sin ayuda de los antropólogos socioculturales, por ejemplo?

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- No hubo rivalidad, pero cada quien trabaja en su campo, cada disciplina tuvo su
evolución separadamente, se volvieron muy famosos en investigación.

- Pero las cuatro ramas de la antropología planteadas por Boas funcionan


separadamente en América Latina, al igual que en Europa. En la UCV, por ejemplo, están
divididas en cuatro departamentos y si un estudiante hace su tesis en antropolingüística
no puede tener como tutor a un etnólogo. ¿Por qué ocurre?

- Era un sueño de Boas, una utopía, aunque esa utopía se entiende mejor ahora con
la teoría de la complejidad de Edgar Morin, que saca también de Claude Lévi-Strauss.
Recordemos que Morin fue discípulo de Lévi-Strauss. La complejidad es algo que
necesariamente han encontrado muchos antropólogos y, cuando fui al seminario de Morin,
en Francia (a principios de la década de 1970), enseguida me quedo ahí, porque cuando una
investiga en antropología, si es realmente una investigadora, comprendí la gran complejidad
que es la realidad sociocultural, más en América Latina donde vivimos procesos históricos a
los que les falta mucha información, mucho análisis, porque han sido escritos simplemente
para complacer las primeras ideas que tuvo España sobre América y sus colonias.

“NUNCA ABANDONAMOS EL COMPROMISO”

Para la profesora Jacqueline Clarac de Briceño, no existe una sola antropología,


sino que hay múltiples antropologías, porque la enseñanza de la disciplina dependía de cada
escuela en cada país e, incluso, de cada universidad, lo que le permite hablar ahora de la
disciplina en plural. No existe una sola antropología, sino diversas antropologías.

- ¿Es múltiple la antropología incluso en esa antropología nortatlántica, como la


llama Esteban Krotz?

- Sí, es múltiple. Y Krotz, quien es alemán, sabe eso también. Es múltiple y no ha


tenido en Europa la idea de la integralidad de la antropología, es decir, todas esas disciplinas
relacionadas con el Homo sapiens tenían que unirse para comprender su objeto de estudio, ya
sabemos que ya no se habla de objeto de estudio. Y, en América, Boas tuvo muy temprano esa
idea de que había que unir las distintas disciplinas antropológicas, pero eso fue muy difícil
incluso para el mismo Boas. Él enseñó a sus estudiantes a estudiar todas las disciplinas, desde
la antropología física hasta la antropolingüística y la psicología.

No tenemos ninguna escuela de antropología que se pueda decir que es “la” escuela de
antropología, cada una ha tenido una tendencia metodológica, incluso ha podido crear nueva
metodología, como Malinowski creó una, porque no estaba de acuerdo con la metodología
histórica que él recibió de sus maestros. Eso causó la división entre la historia y las ciencias
sociales, porque estaban conscientes de que la historia no podía ser únicamente la historia de
archivos, ya que conocían pueblos que no tenían archivos escritos, sí tenían archivos, pero
orales, a través de sus mitos, especialmente, y de su historia oral.

- ¿Podríamos afirmar que el compromiso social es un denominador común de las


corrientes surgidas de las antropologías en América Latina?

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- Lo que pasa es que nunca se abandonó realmente en América Latina el compromiso.


En Venezuela, sólo lo abandonaron aquellos antropólogos que no han trabajado como
investigadores, sino como profesores de antropología en las universidades, los que se han
dedicado a enseñar antropología. ¿Qué han enseñado? No la antropología de ellos, porque la
mayoría no investigaba ni ha investigado.

- ¿Podríamos considerar las antropologías que hacemos en el sur como


antropologías “menores” o, como las llama Cardoso de Oliveira, “periféricas”?

- Es porque tiene una gran alienación cultural e histórica, se lo noté al hablar. Los
colombianos son muy alineados históricamente también y por eso aceptaron las siete bases

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“No tenemos ninguna


escuela de antropología que se
pueda decir que es “la” escuela
de antropología”.

norteamericanas. ¿Por qué? En parte, porque no han desarrollado mucho la antropología


sociocultural, han desarrollado más la arqueología, a pesar de tener a la gran arqueóloga
que los ayudó mucho, la inglesa Ann Osborn, que era también etnóloga (más arqueóloga
que etnóloga), pero la etnología le servía para comprender los resultados de sus trabajos
arqueológicos.

- ¿Comulga con esa idea de que las antropologías del sur somos invisibilizadas
dentro del mundo hegemónico de la ciencia, como plantea Krotz?

- Sí, porque los únicos que utilizan la información latinoamericana son los que han
tenido colonias: los ingleses y los franceses, de vez en cuando, pero como uno se ha ido
formando con ellos en sus universidades, ellos consideran que lo que se hace en América
Latina (en Brasil, Argentina, Venezuela, México) es lo mismo que lo que ellos hacen, es
decir, una extensión de su propia antropología.

- ¿Y no es cierto?

- Claro, porque hemos tenido siempre alienación aquí y los antropólogos nos hemos
puesto primero a trabajar contra la alienación, porque hemos encontrado una población
tan alienada socioculturalmente, que creían que los otros países eran los grandes países,
que había que imitar, y en ciencia se imitaba también. En todas las ciencias se ha imitado
y en antropología también. Desde Venezuela nos íbamos a formar allá, teníamos acá una
sola universidad donde se estudiaba antropología, la UCV, y eso no duró con la llegada
de los argentinos, quienes vinieron con esa idea: “Ustedes son ridículos de ir a perder su
tiempo, haciendo etnografía”, nos decían, “para hacer etnografía primero hay que estudiar la
metodología”. Ves, ellos imitaban a los brasileños y su influencia con Augusto Comte, había
que estudiar primero metodología para comprender cómo se hace investigación, mientras no
se conoce bien la metodología no se puede ir al campo, lo que es absurdo, es anticientífico.
¿Cómo va a saber si un método sirve si no lo pruebas en el trabajo etnográfico? Eso iba contra
la ciencia justamente. Unos eran antropólogos (el más conocido, de apellido Cruz) y otros
sociólogos.

- ¿Esa influencia de los argentinos generó algún tipo de huellas en la Escuela de


Antropología de la UCV?

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- Generó la pérdida de la antropología en Venezuela desde la UCV, por eso me


vine acá, fue una de las ideas: de rehacer la antropología en la ULA y la misma idea ha
tenido Nelly García en Zulia. Después hemos unido nuestros esfuerzos para procurar que el
occidente de Venezuela se volviera más antropológico y ya no se ocupara de la UCV, que
no quería investigar debido a los argentinos y por un sociólogo alemán, de apellido Sonntag,
quien se unió a ellos para enseñar lo mismo: que no se podía ir a investigar. Imagínate, antes
íbamos a todas partes a hacer trabajo de campo. En 1968 se graduó la última cohorte de la
UCV que hizo trabajo de campo en todas partes, no sólo en etnología, sino en arqueología
y bioantropología. Eso llevó a Gerald (Clarac, su hermano) a interesarse por los estudios de
paleontología en Maracay, en el museo que había hecho Enriqueta Peñalver, porque tenía dos
museos, uno en Valencia y otro en Maracay.

- Luego de dos décadas para esa tarea de consolidar la antropología en el


occidente de Venezuela, ¿qué ha quedado?

- De ahí sale la EVA (Escuela Venezolana de Antropología), pero después hemos


tenido muchos problemas, separaciones y la política invadió nuestras universidades, pero
mal y de forma muy desastrosa para el desarrollo científico.

- ¿Se puede hablar que ha habido una refundación de la antropología en el


occidente del país?

- Hemos tenido una refundación. Los museos en el occidente del país se ubican en
Mérida, donde también hemos tenido pequeños museos, como el de Lagunillas y Timotes;
también en Falcón con José María Cruxent; y en Maracaibo, Zulia, donde recibimos apoyo
del presidente de Corpozulia del momento, con quienes trajimos un arqueólogo argentino,
pero luego lo cambiaron y terminó el proyecto.

La alienación cultural es uno de los problemas de nuestros países, pero además


hemos tenido una población indígena muy, muy sacrificada, matada sistemáticamente por
grupos criollos. En Apure se mataban a los indígenas y no pasaba nada, los asesinos seguían
tranquilos. Eran problemas de verdad, necesarios de solventar, y por eso, cuando Hugo

“En Apure se mataban


a los indígenas y no pasaba
nada, los asesinos seguían
tranquilos. Eran problemas
de verdad, necesarios
de solventar”.

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Chávez empieza, los antropólogos que se ocupaban de ese tipo de problemas lo apoyan,
porque comprenden que él puede ayudar y ayudó mucho, por eso los indígenas tienen un
agradecimiento a Chávez.

Con la llegada del presidente Hugo Chávez al poder, expone, los antropólogos se
unieron para acompañar la causa de la reivindicaciónde los grupos indígenas. Para muestra
un botón: Esteban Mosonyi, su hermano Gerald Clarac y Omar González Ñáñez lucharon
por consolidar la educación intercultural bilingüe en Venezuela, con el fin de que los
pueblos originarios gozaran de una educación en su idioma. “Los antropólogos tenían otras

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necesidades urgentes: las poblaciones indígenas, porque además hay otros países que tienen
a pocos indígenas en Latinoamérica, pero hay otros que tienen muchos” y, por esta razón, en
Venezuela se interesan por el tema indígena, más que en Brasil, por ejemplo.

En su obra, Clarac de Briceño plantea que lo indígena no ha muerto con el genocidio


perpetrado durante más quinientos años contra estos grupos originarios, sino que lo indígena
sigue presente en la población criolla, vive y re-vive. Y su libro Dioses en exilio es una
muestra.

SU PROYECTO MÁS RECIENTE:


LA RED DE ANTROPOLOGÍAS DEL SUR

En 2015 la profesora Jacqueline Clarac de Briceño creó la Red de Antropologías


del Sur, propuesta que venía discutiendo desde 1993, cuando asistió a un simposio sobre
antropologías del sur, organizado en México por el profesor Esteban Krotz, de Mérida,
Yucatán.

Luego esas discusiones las planteó como un módulo de estudio en el tercer semestre
de la Maestría en Etnología, de la Universidad de Los Andes (ULA), y posteriormente creó la
Red para organizar como primera propuesta académica el Primer Congreso Internacional de
Antropologías del Sur 2016, celebrado en octubre del año pasado en Mérida. “Lo que plantea
Krotz sobre las antropologías del sur lo hemos comprendido en Venezuela muy temprano
quienes hemos trabajado en investigación”, refiere.

La Red de Antropologías del Sur “podría ser” una propuesta de integración


latinoamericana “a partir de Venezuela”, porque “somos un país importante para hacer
eso”. Y uno de los grandes retos es plantearnos la descolonización como una necesidad:
“En Venezuela estamos colonizados por los gringos, gringolandia, debido al petróleo, que
recibieron durante cien años sin pagar prácticamente nada a Venezuela o pagando una miseria.
Entonces estamos colonizados de verdad con Estados Unidos y quieren re-colonizarnos, más
ahorita que no tienen petróleo, incluso destruyeron varios de sus estados buscando petróleo”.

- ¿La antropología debe investigar sobre las líneas de urgencias de nuestros


países?

- Por eso tenemos que adaptar la antropología a la necesidad del país, no podemos
hacer como los europeos, que se iban a estudiar fuera de su país y no se interesaban por lo
que pasaba ahí.

- ¿Cuál debe ser el papel de la antropología para la comprensión de los temas


políticos?

- La única posibilidad que yo veo es que haya unión entre nuestros países, por lo
menos los que somos progresistas, pero, fíjate, hemos perdido dos países tan importantes
para esa unión, como son Brasil y Argentina, que se dejaron tan fácilmente tumbar. Increíble.

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Ahorita quieren regresar, pero la dificultad


que van a tener. No he visto a antropólogos
venezolanos estudiando estos temas,
sociólogos no sé, porque la mayoría de los
sociólogos venezolanos es de la derecha.

- Me gustaría que nos pudiese


hablar sobre un tema que aparece en
algunos de sus artículos y ponencias:
¿cuál sería la diferencia en que Estados
Unidos lidere el imperio en las ciencias
como movimiento globalizante a que lo
haya hecho Europa?

- Te voy a decir la realidad que


muy poca gente sabe, solamente lo saben
quienes han ido a estudiar ciencia en Estados
Unidos: desde la segunda guerra mundial los
norteamericanos no han formado a sus hijos
para ser científicos. Los norteamericanos
siempre fueron comerciantes, los primeros
que llegan y colonizan a Estados Unidos, los
ingleses, eran comerciantes, por eso ves en
sus películas trenes de Inglaterra para seguir
conquistando su país, ya que en el siglo XIX
Estados Unidos no conocía su país, conocían
nada más toda la parte de arriba, que tenía
que ver con Canadá, cerca del Atlántico.
Era un país muy grande, tenían a indígenas
que defendían sus territorios, entonces
tardaron mucho en desarrollar su país como
país. Mientras que América Latina tenía
universidades desde hacía dos siglos.

Pero luego de la segunda guerra


mundial sí hicieron universidades,
pero ¿quiénes iban a las universidades
norteamericanas? Los latinos, los japoneses,
los vietnamitas, los árabes… me han
contado venezolanos que han ido a estudiar
allá que ninguno de sus compañeros era
norteamericano, todos eran de países
extranjeros, los científicos norteamericanos
no son norteamericanos. Es algo que la gente
no sabe.

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- ¿Por qué ocurre eso?

- Para Estados Unidos lo interesante es volverse rico, no volverse científico, el


científico no se vuelve rico, es muy difícil. Volverse rico es la primera aspiración de todo
norteamericano y para volverse rico hay que ser comerciante. Fíjate el actual presidente de
ellos es un gran comerciante, el mayor comerciante del mundo, Donald Trump. Todos los que
han ido allá se sorprenden de esto.

LA CURIOSIDAD DEL HOMO SAPIENS SAPIENS

La profesora Jacqueline Clarac de Briceño argumenta que, ante la complejidad de la


materia y la complejidad sociocultural, se necesita abrir la noción de ciencia (construida por
la Modernidad), unir esfuerzos entre disciplinas y estudiar al Homo sapiens como lo que es:
un ser complejo con un gran cerebro complejo y en proceso aún de evolución.

- Hay una tendencia que surge en Estados Unidos, con Clifford Geertz en la
década de los 70s, que retoma las ideas de la hermenéutica, y hay muchos antropólogos
que la siguen, como la antropología en España…

- Ahora en Estados Unidos son ecológicos… ¿Pero de dónde viene la antropología


en España? Recuerda que España no tuvo antropología sino después del dictador (Francisco)
Franco (quien murió en 1975 y ejerció el poder hasta su deceso). ¿Pero dónde están los
antropólogos socioculturales españoles? No los hay.

- Pero aún se sigue esa discusión en América Latina de antropólogos que se


han formado en España o con la escuela simbólica o de interpretativismo y de los
postmodernos, que continúan el debate epistemológico sobre la hermenéutica…

- Sí. En cambio, en Francia, la hermenéutica se siguió desarrollando como nació: en


la filosofía. La hermenéutica ha tenido un desarrollo mayor en filosofía en Francia, porque
nació además de la filosofía, pero la antropología no se volvió hermenéutica.

- Quienes están trabajando ese debate epistemológico consideran que la


antropología no es una ciencia, es como un conocimiento hermenéutico. ¿Qué piensa?

- Es una vieja discusión, el primero que lo dijo fue Lévi-Strauss, quien escribió que la
antropología no se puede considerar como una ciencia.

- ¿Eso no podría dar pie a seguir pensando que lo considerado ciencia es las
ciencias naturales, la ciencia de la modernidad, y que no se haya abierto la noción de
ciencia?

- Lévi-Strauss dice que desde siempre el Homo sapiens ha sido un científico, lo


mismo explica Leroi-Gourham, porque para poder inventar el cazar un animal desde lejos,
por ejemplo, haciendo un instrumento para lanzar de lejos, matar y no arriesgarse, eso es
conocimiento científico para sobrevivir en grupo…

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“¿Por qué si los neandertales


llegaron a Europa seiscientos
siglos antes que el Homo sapiens
sapiens, no se fueron también
a navegar en el mar?”.

- O sacar el veneno a la yuca amarga para hacer casabe…

- Eso es ciencia. En eso insiste Lévi-Strauss en El discurso salvaje con la ciencia de


lo concreto: siempre el ser humano ha sido científico. Y eso lo trata Morin en El paradigma
perdido: esa tendencia del ser humano, por su cerebro, que tiene de ser curioso y de buscar
más allá, es una tendencia del Homo sapiens sapiens, que no ha tenido el Neandertal, por
ejemplo. ¿Por qué si los neandertales llegaron a Europa seiscientos siglos antes que el Homo
sapiens sapiens, no se fueron también a navegar en el mar?, ¿por qué no fueron a descubrir
Inglaterra, que estaba ahí mismo cerca de Francia?, ¿por qué no se fueron en barco hasta
descubrir otras tierras y por qué Homo sapiens sapiens sí? Por eso el genetista Svante Päavo
contesta: Porque el Homo sapiens sapiens es más curioso, mientras el Neandertalno lo era.
Como no era curioso no se quería ir sobre algo que no conocía, como el mar, se preguntaba:
¿Y si no hay nada allá?, ¿y si me pierdo en el mar?, ¿si hay una tempestad? No se quiso
arriesgar el Neandertal, mientras que el Homo sapiens sapiens sí se arriesga, la prueba es
que va a la Luna y seguramente pronto a Marte (risas). ¿Y cuántos se han muerto ya en esas
expediciones, primero con barcos, después con aviones también, con submarinos debajo del
mar? Ahora van a llegar hasta el fondo de la tierra…

- ¿Entonces la noción de ciencia como la estudiamos en la academia, en la


universidad, se tiene que abrir?

- Sí, se tiene que abrir obligatoriamente y se está abriendo más y más. En todo período
científico de toda disciplina científica siempre hay diferencias entre una generación y otra,
porque en cada generación hay los que quieren ir más allá, porque son más curiosos, como
dice el genetista, y otros que se quedan, porque no saben qué hay más allá y no se quieren
arriesgar, y se quedan con lo que saben hasta el momento y no se atreven a ir más allá.

Recibida: 1 de Junio de 2017.


Aprobada: 13 de Julio de 2017.

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