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Discurso sobre 21 lecciones para el siglo XXI: Capítulo 4: Igualdad

JUAN CAMILO RAMÍREZ CORDERO

Profesor. J. Pacheco Trillos.

Universidad de la Costa CUC

Barranquilla, Atlántico.

Septiembre de 2019
Discurso sobre 21 lecciones para el siglo XXI: Capítulo 4: Igualdad

Las brechas de igualdad, de las que tanto se ha trabajado a lo largo del siglo XX y XXI, se ponen a
prueba con los avances pujantes y disruptivos de la tecnología. En este capítulo del libro, 21 lecciones
para el siglo XXI (Harari, 2018) el autor cuestiona, de nueva cuenta, los resultados contraproducentes
de las últimas invenciones de la tecnología.
El problema que, sin duda, más nos aproxima a una distopía, es la ambigüedad de la ingeniería
Biomédica y la modificación genética. Está claro que, actualmente, son campos que mejoran la vida
de muchas personas, así como puede seguir mejorando y reducir el número de personas discapacitadas
o reducir los problemas que un bebé pueda tener a la hora de su nacimiento; así como las
enfermedades prematuras.
La genética y la biomédica van a la vanguardia en la búsqueda de una mejor calidad de vida humana.
Sin embargo, gracias a la historia, sabemos que el ser humano se caracteriza por su ambición y sentido
de competitividad, que, aunque ha sido un factor importante para haber llegado a donde estamos
ahora, no deja de ser ambiguo. Para nadie es un secreto que las grandes potencias harán provecho de
esto y harán lo que mejor saben hacer: crear una necesidad y vendérnosla ellos mismos.
No sería de extrañar que saquen provecho de la modificación genética para vender mejores
oportunidades a quienes tengan los recursos. Harari explica que es muy probable que pueda existir
una línea de superhumanos modificados genéticamente que pueda suplantar con creces al hombre
común.
En el pasado, los ideales comunistas buscaban una igualdad económica para todos en la nación. En
el futuro, la brecha que separe a los hombres no sólo será el capital, sino también las capacidades
tanto intelectuales, como físicas. Tal como lo cita el autor en este punto:
«El duque medio no estaba más dotado que el campesino medio, sino que debía su
superioridad solo a una discriminación legal y económica injusta. Sin embargo, hacia 2100
los ricos podrían estar realmente más dotados, ser más creativos y más inteligentes que la
gente que habita en los suburbios» (Harari, 2018)
En dicho suceso, se podría hablar de la irrelevancia a gran escala de las masas que no tienen el capital
suficiente para dichas modificaciones. Que, en estados igualitarios, como japón o los países nórdicos,
las personas incapaces de «evolucionar» sean ayudadas de igual manera por el estado. Pero esto no
será algo que pueda ocurrir en países sudamericanos donde la polarización es muy notoria. Dice
Harari, que en el momento en que ello ocurra, la desigualdad en esos países se va a disparar.
La igualdad es uno de los puntos que más se promulgan en la ética actual de los estados. Pasar por
desapercibida a la disrupción de la tecnología (En todos sus ámbitos) puede llevarnos a un verdadero
colapso de la moral y la ética. También es cierto que es imposible parar los avances que se vienen
para el mundo; es cierto que, un individuo en una sociedad pujante es irrelevante ante los que de
verdad tienen la batuta de la economía global; es cierto que, si no avanzamos con la tecnología, el
desarrollo nos arroyará consigo. Estamos destinados a hacer parte de los cambios de la sociedad, pero
es nuestro deber como individuos de esta, mantener los pilares ético-morales que rigen el orden en la
humanidad. Se espera que nuestros gobernantes estén a la altura de los retos que traerá el siglo XXI
para el mundo.
Bibliografías.

Harari, Y. N. (2018). 21 lecciones para el siglo XXI. Penguin Random House Grupo Editorial.

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