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2. Cálculos biliares
Los cálculos biliares son depósitos que se forman en tu vesícula y se pueden formar si ésta
no se vacía adecuadamente, si los niveles de colesterol son elevados o si existen muchos
residuos de bilis.
Los cálculos biliares son depósitos duros que se forman dentro de la vesícula biliar.
La vesícula biliar es un órgano pequeño del sistema digestivo situada bajo el hígado
en la parte derecha del abdomen. Está conectada con el intestino delgado a través
del conducto colédoco y su función es la acumulación de bilis, un líquido pardo que
emulsiona las grasas ingeridas, para terminar su digestión en el intestino.
Los cálculos biliares son de dos tipos según su composición: cálculos de colesterol,
más frecuentes y relacionados con la dieta, y cálculos pigmentarios, producidos por
acumulación de sales y relacionados con infecciones en la vesícula.
Más correcto que hablar de causas, sería nombrar los factores de riesgo que pueden
predisponer a que se formen cálculos.
Tener sobrepeso.
Ser mayor de 40 años.
Llevar una dieta rica en grasa y azúcar y pobre en fibra y líquidos.
Ser mujer (existe una mayor incidencia, y cierto componente hereditario).
Toma de píldora anticonceptiva.
Afecciones que destruyen glóbulos rojos, cirugías o traumas.
Cirrosis hepática o problemas en las vías biliares.
Si los cálculos son muy pequeños puede que no den síntomas, pero si son de diámetro
más grande, puede bloquear algún conducto de las vías biliares, lo que produciría un
dolor agudo característico denominado cólico biliar. Estos cólicos pueden ir
acompañados de fiebre, no muy alta, coloración amarillenta de la piel (ictericia) y en
ocasiones náuseas y vómitos.
Cuida la dieta y restringe las grasas y los picantes. Ten especial cuidado con
los alimentos con grasas trans, como bollería, hamburguesas, perritos, pizzas,
snaks salados, helados, empanadillas, croquetas, sopas y salsas.
Disminuye las calorías y procura mantenerte en un peso adecuado.
Evita los ayunos prolongados y las comidas muy copiosas.
Toma los lácteos desnatados y aumenta la ingesta de líquidos.
Ve probando tú mismo la tolerancia a los alimentos y cómo haces la digestión.
Cáncer de pulmón
De todos los tumores malignos, el cáncer de pulmón es la principal causa de muerte en
México. Ya que tiene la posibilidad de desarrollarse en cualquier parte de los pulmones, es
difícil de detectar.
Los tumores interfieren con la función regular de los pulmones, aunque los síntomas
pueden tardar años en aparecer; algunos de ellos son: tos crónica, cambios en la voz,
respiración rasposa y toser sangre, entre otras.
la edad
la exposición secundaria o pasiva al humo del cigarrillo
la exposición a asbestos o al gas radón
la genética
antecedentes de enfermedad pulmonar, como ser la enfermedad pulmonar
obstructiva crónica (COPD, por sus siglas en inglés)
Los síntomas típicos del cáncer pulmonar dependen de la ubicación y extensión del cáncer,
pero pueden incluir:
falta de aliento
dolor de pecho
tos crónica
tos con sangre
dolor crónico del hombro
ronquera en la voz
dificultad para tragar
pérdida de peso sin explicación
cambios abruptos de humor
depresión
fatiga
dolor de huesos fuera de lo ordinario
El cáncer de pulmón de células pequeñas (SCLC, por sus siglas en inglés), también
conocido como cáncer de células de avena, se presenta generalmente en las personas
que fuman y en ex fumadores. Si bien el SCLC es el tipo menos común de cáncer
pulmonar, es un tumor más agresivo que tiene más probabilidades de diseminarse a
otras partes del cuerpo.
El cáncer pulmonar de células no pequeñas (NSCLC) tiende a tener un crecimiento más
lento y demora más en diseminarse más allá del pulmón.