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KISNERMAN NATALIO, PENSAR EN EL TRABAJO SOCIAL.

UNA INTRODUCCIÓN
DESDE EL CONSTRUCCIONISMO. CAPITULO III. LA CONSTRUCCIÓN DEL
TRABAJO SOCIAL. MÉXICO. GRUPO EDITORIAL LUMEN-HVMANITAS, 1997,
PAGINAS

La humanidad en su necesidad de comunicarse, se ha enfrentado a acortar


distancias para poder expresar sus ideas y pensamientos, para lograrlo empezó a
utilizar sus propios medios de comunicación. A lo largo de la historia de la
humanidad el hombre ha creado diversas formas de comunicación, las cuales han
sido muy útiles para su desarrollo personal y social. Gracias a los avances
tecnológicos se ha logrado contar con sistemas de comunicaciones más
eficientes, de mayor alcance y de mayor potencia, los cuales nos han permitido
alcanzar tecnologías impresionantes a las cuales tenemos acceso diariamente.

Básicamente lo social es relativo a sociedad que a su vez es la integración de


individuos en busca formar comunidades y entre si y relacionarse tanto con la
naturaleza como con lo colectivo de seres pensantes e inteligentes; de vital
importancia es la comunicación de los individuos involucrados ya que les permite
interactuar, mediante la cual es necesario que el ser humano este acompañado
buscando estrategias con el fin de enfrentar los retos del diario vivir.

Esto hace que el ser humano en su interacción con sus semejantes examine su
manera de vivir y en base a eso reflexionar y mostrar consideración con el actuar
de sus semejantes en su comunidad; Según Emilio Durkheim dice que las
actitudes indivuales de los que componen una sociedad derivan de las figuras
sociales; esto es se originan de lo trasmitido a través de la comunicación, donde
claramente se refiere las representaciones sociales que son generadoras de las
representaciones individuales; Estas representaciones tanto sociales como
individuales para Ibáñez los llama “pensamientos constituidos y pensamientos
constituyentes”.

Durkheim pensador, filósofo y sociólogo nacido en el país de Francia en 1858 y


fallecido en 1917; argumenta con su concepto de sociología en el que los hechos
sociales son impuestos al ser humano, la cual consiste en formas de pensar,
actuar, sentir de manera exterior a el de un individuo; Jesús Ibáñez Alonso
sociólogo español argumenta su teoría la cual se basa en la metodología
sociológica cualitativa y el análisis de la sociedad de consumo.
KISNERMAN NATALIO, PENSAR EN EL TRABAJO SOCIAL. UNA INTRODUCCIÓN
DESDE EL CONSTRUCCIONISMO. CAPITULO III. LA CONSTRUCCIÓN DEL
TRABAJO SOCIAL. MÉXICO. GRUPO EDITORIAL LUMEN-HVMANITAS, 1997,
PAGINAS

Una sociedad bien encaminada a progresar no sólo se ocupa de la realidad para


apoyarla sino también de sus cualidades que en últimas dictaminan la identidad
de la misma. Serge Moscovici; psicólogo francés contribuyó a la teorización de las
representaciones sociales. Según Moscovici las representaciones sociales se
fortalecen con una buena actitud, información y representación que causa
reacciones positivas o negativas según como se transmita la información; Esto
quiere decir que la actitud es muy importante a la hora de transmitir una
información. “El objetivo no es hacer avanzar el conocimiento sino saber”
Moscovici fue fundador del laboratorio europeo de psicología social.

En las identidades de la sociedad, las representaciones son muy importantes para


definirlas, causando que sus diferencias causen características entre ellas, sean
negativas o positivas. La legitimidad social establecida está respaldada por las
representaciones sociales que representan algo y son hechas por alguien y
también ayuda en las ideologías, aunque esta última es común ya que no se
refiere a algo en particular.

No es difícil afirmar que algo negativo puede marcar a un individuo al punto de


cerrarle puertas. Como afirma Ibáñez no se debe preguntar que representación
social tiene un grupo, sino que se debe preguntar que está haciendo reaccionar de
manera negativa o positiva a determinado grupo respecto a otro grupo; es decir
hacer una comparación no para juzgar pero si para detectar situaciones negativas.

Lo moral, lo ético, lo bello, lo placentero, lo correcto o lo malvado según Foucault


se ha ido construyendo en el interior del individuo a través del tiempo por
instituciones como la iglesia, grupos con poder económico, hegemonía política,
que conllevan a fortalecerse con el poder, que se fortifica con su discurso a
través de la educación; Cabe aclarar que estos conceptos ya estaban
interiorizados en los individuos.

Existen hechos que entran a formar parte de las relaciones sociales y en vez de
fortalecer oportunidades para el individuo lo excluyen de la sociedad como tal en
lo social.
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DESDE EL CONSTRUCCIONISMO. CAPITULO III. LA CONSTRUCCIÓN DEL
TRABAJO SOCIAL. MÉXICO. GRUPO EDITORIAL LUMEN-HVMANITAS, 1997,
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La cuestión social aparece con la revolución que generó la necesidad del trabajo
social, ya que las oposiciones reinaron en las relaciones trabajo y capital
iniciándose una pugna obrera, con el fin de superar diferencias, Se formaron
sindicato y entraron los estados a proteger derechos como seguridad social y
salud lo mismo que recreación y vivienda, todo esto incluido en la constitución
nacional. Por luchas políticas dentro de los gobiernos todo cambió al punto de que
en las décadas de los 60 y 70 surgieran otras formas de pobreza, que se ex tendió
hasta los 80.

Todo lo anterior explicado por Rolando Franco escritor social Uruguayo y refutado
por Pierre Rosanvallon historiador francés; esto debe ajustarse a la nueva
economía mundial, en la que los gremios protegidos por el estado debido a las
nuevas políticas están desprotegidos. Surge una nueva revolución industrial la
electrónica, la descentralización estatal afectan la estabilidad de empleo y la
población sufre, la mano de obra tan apreciada, por conocimientos; las técnicas
de trabajo es echada por tierra, a raíz de los productos hechos en líneas de
máquinas sofisticadas e informatizadas.

Todo lo anterior hace que el personal administrativo sea cada vez mayor ya que
cada máquina de estas necesita supervisores y no mano de obra calificada; las
desventajas también conllevan a considerar a una persona de mediana edad no
apta para laborar y lo que se considerará una profesión para toda la vida es visto
como obsoleto.

Debemos tener en cuenta que promovemos el cambio social, la resolución de


problemas en las relaciones humanas, y el fortalecimiento y la liberación del
pueblo, para incrementar el bienestar”. Sin embargo como profesión hay muchas
cosas en las que debemos reflexionar y a la vez actuar para promover un cambio,
resolver nuestros problemas, fortalecernos, liberarnos e incrementar nuestro
propio bienestar.
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DESDE EL CONSTRUCCIONISMO. CAPITULO III. LA CONSTRUCCIÓN DEL
TRABAJO SOCIAL. MÉXICO. GRUPO EDITORIAL LUMEN-HVMANITAS, 1997,
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Deberíamos iniciar con el origen de nuestra profesión para entender un poco más
porque a veces hacemos algunas cosas sin cuestionarlas mucho, así también
para hacer notar porque mientras otras profesiones parecen crecer más
rápidamente la nuestra no.

De acuerdo con Montaño (1998) la perspectiva endogenista ubica el origen del


Trabajo Social en la evolución, organización y profesionalización de las anteriores
formas de ayuda, la caridad; por lo tanto podemos suponer que mucho de lo que
hoy “arrastramos” tiene un fuerte apego a ideas religiosas y filantrópicas. García
Salord (1991) dice con respecto a la conducta del trabajador social: vestirse con
modestia, ser comprensivo, paciente, abnegado, bondadoso, poseer espíritu de
entrega, de sacrificio de servicio, y amplitud de miras. Todo esto sin esperar
recompensa alguna, ni elogios, ni beneficios personales. Más aún debe
comprender la ingratitud del prójimo, “poner la otra mejilla”. Ser la encarnación del
bien, del amor y del compromiso. Predicar con el ejemplo, dejar de lado la
soberbia y la ostentación, entre otras cosas.

En realidad que un trabajador social sea sinónimo de bondad en sí no es una idea


mala, pero tener que serlo siempre como una obligación sin poder ser un ser
humano normal no es saludable, más aún cuando eso impide que se utilicen
conocimientos científicos para la práctica por guiarse solo por la buena fe y esto
nos lleva a ver al trabajador social como un ser bueno de origen y que por tanto no
necesita esforzarse para engrandecer la profesión y que entre más victimizado
sea es mejor trabajador social.

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