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El Cultivo de Tabaco

Juan Manuel Rial

Cátedra de
Cereales y Cultivos Industriales
Ing. Agr. Daniel Bianchi
Ing. Agr. Omar Haffar

4/9/2010
Universidad de Morón
Facultad de Agronomía y Ciencias Agroalimentarias
Historia

La mayoría de los historiadores consideran al tabaco como de origen americano,


siendo cultivado por aborígenes de América del Sur y del Norte.

Existen datos que mencionan que el tabaco (Nicotiana rústica) ya era conocido y
consumido por el ser humano en el área del Caribe de América desde hace dieciocho mil
años, siendo los primeros cultivos conocidos en la zona andina entre Perú y Ecuador entre
los cinco mil y tres mil años antes de Cristo.

Los Mayas lo cultivaron (Nicotiana tabacum) y comerciaron en todo su territorio, y


abarcaron un área de influencia desde el norte de América del Sur hasta el centro de
México, pero gracias al comercio con los Olmecas se extendió hacia el resto de América del
Norte.

En 1492 Cristóbal Colón descubrió el tabaco en Cuba y, en ese mismo año, dos de
sus acompañantes, Rodrigo de Jerez y Luis de Torres, lo llevaron a Europa. Donde a partir
de allí comenzó a expandirse por todo el mundo

Con respecto a el origen de la palabra los aborígenes denominaban al tabaco cohiva,


cojiva o coviva, de donde procede el nombre de Cohíba, uno de los más famosos puros.
Existen distintas teorías sobre la palabra “tabaco”: unas sostienen que proviene de la isla de
Tobago, donde fue descubierto, y otras que los españoles lo denominaron tabaco debido a la
forma en que le llamaba los aborígenes a un utensilio en forma de Y, que empleaban en sus
inhalaciones para aspirar el humo.

El tabaco en Argentina

Aparentemente este fue traído por los españoles del Perú y primeramente cultivado
en Salta. El mismo no experimento mayor desarrollo en la provincia, limitándose en el siglo
XVIII a plantaciones para cubrir necesidades locales.

En 1867, Antonio Álvarez de Arenales, tucumano que residió en Cuba de 1857 a


1864, llevo a su provincia natal semilla de tabaco habano de Cuba y publico un folleto
sobre todas las fases de su cultivo, para intentar su difusión en esa provincia, a la que creía
con condiciones climáticas semejantes a la zona tabacalera de Cuba.

En Jujuy no revestía ninguna importancia, pero en Salta se había desarrollado un


poco mas, aunque solamente para las necesidades locales.

La Primer Guerra Mundial (1914-1918) favoreció ampliamente al desarrollo del


tabaco en nuestro país y en Salta.

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La producción de tabaco en el periodo de 1935-1955 en Salta se duplico y en Jujuy
tuvo asimismo un gran incremento. La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y la acertada
política posterior a la finalización de esta, con la restricción de las divisas para la
importación de tabaco, provoco el paulatino aumento de la producción local. En el año
1946 el 60% del tabaco consumido era importado; en tanto que en 1955 era casi totalmente
de tabacos nacionales.

Dado la importancia que tomaba el cultivo de tabaco en Argentina, en 1937, se creo


la División Tabacalera y se comenzaron a encarar una serie de trabajos de introducción y
comparación de variedades de distintos tipos de tabaco, estudios de suelos, abonos , etc.

Con la creación del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en 1957,


los trabajos sobre tabaco pasaron a constituir una parte primordial dentro de los planes de
investigación de la Estación Experimental Agropecuaria Regional Salta, con situación
estratégica en el corazón de la zona tabacalera de Salta y Jujuy. Comenzando allí con la
creación y el mejoramiento de variedades destinadas a distintas regiones de la Republica
Argentina.

Taxonómia
Clase: Dicotiledóneas
Familia: Solanácea
Género: Nicotiana
Especie: Nicotiana tabacum

El tabaco pertenece a la especie botánica Nicotiana tabacum, perteneciente a la


familia de las Solanáceas, siendo su dotación cromosómica de 24 pares de cromosomas. Se
cree que esta especie es un anfidiploide, es decir, un híbrido natural, originado entre otras
dos especies del mismo género: Nicotiana tometosiformis y N. sylvestris.

El híbrido entre ambas especies sería estéril y para reproducirse habría sido
necesaria la duplicación de sus cromosomas. Esto pudo ocurrir de modo espontáneo en la
naturaleza.

Todos los tabacos cultivados pertenecen al género Nicotiana, nombre que fue dado
en 1565 por Jean Nicot, considerado uno de los padres de esta planta.

El género Nicotiana está dividido a su vez en numerosas especies que se clasifican


en subgrupos. Tres subgrupos son los más importantes por su interés para el cultivo:
Nicotiana Rústica, Nicotiana Tabacum y Nicotiana Petunoide. Sin embargo, el 90% del
tabaco cultivado industrialmente en el mundo pertenece a la especie Nicotiana tabacum.

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El genero Rústica es uno de las más fuertes que existen, incluso su contenido en
alcaloides es más alto que Nicotiana tabacum. Fue utilizado exclusivamente por su poder
enteogénico, fumado por ejemplo durante las ceremonias de Ayahuasca o para la “Pipa de
la Paz”. Y actualmente solo se cultiva en Rusia y algunos países de Asia para el consumo en
Pipa.

Morfología y Fisiología

El tabaco es una planta dicotiledónea y vivaz, que rebrota al cortarse. Suele


cultivarse como planta anual, aunque en los climas de origen puede durar varios años,
pudiendo alcanzar el tallo hasta dos metros de altura.

Normalmente crece como planta anual, aunque es potencialmente perenne; en


condiciones ambientales favorables puede durar mucho tiempo, debido a sus brotes
axilares. Tiene aspecto de hierba arbustiva. N. tabacum es una hierba perenne y robusta.

El sistema radical es fibroso, poco profundo. Generalmente, cerca del 80% de las
raíces pueden encontrarse en los primeros 30 cm de profundidad del suelo, aunque pueden
extenderse hasta los 50 cm y más. Debido a lo superficial del sistema radical y al
relativamente gran tamaño de las hojas, la planta puede ser propensa a caerse. Es
precisamente en las raíces, particularmente en las raicillas en crecimiento, donde se produce
la nicotina que se acumula en las hojas.

La planta posee un tallo moderadamente lignificado: abajo tiende a ser más leñoso y
arriba herbáceo; es relativamente delgado, erecto, poco ramificado. Puede alcanzar una
altura variable, entre 1 y 3 metros. La distancia entrenudos también es variable,
dependiendo básicamente de condiciones genéticas. En los cultivares comerciales, se
consideran de entrenudos largos aquellas con más de 15 cm de separación entre hojas;
medios, si la separación está alrededor de los 10 cm; y cortos, si es menor de 7 cm. La
distancia entre nudos determina el número de hojas por planta, lo cual influye en
condiciones de manejo, como en el caso de la cosecha y la mecanización.

Las hojas de tabaco son enteras y alternas; su forma, tamaño, venación, ángulo de
inserción, distancia entre nudos, etc. pueden variar considerablemente, dependiendo del
tipo, variedad o cultivar. Tienden a ser oblongo-lanceoladas, pudiendo ser elípticas,
lanceoladas, ovaladas o acorazonadas. El borde es entero. La superficie está cubierta de
pelos glandulares (tricomas) que le confieren a las hojas características resinosas, por las
gomas o ceras que producen; también el tallo posee estos pelos glandulares.
Generalmente son sésiles, con pecíolo alado y frecuentemente decurrente; aunque también
las puede haber pecioladas. El ángulo de inserción puede variar con la clase o tipo de
tabaco y con la altura de la hoja en el tallo; las hojas superiores forman ángulo más agudo
que las inferiores.

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En el vértice de inserción de cada hoja con el tallo, existen tres grupos de células
que forman tres yemas axilares, que pueden producir brotes laterales o hijos, los cuales son
indeseables en la producción comercial de tabaco. Cuando se efectúa el desflore o capado
se elimina la dominancia apical en la planta, lo que potencia el crecimiento de estos hijos,
los cuales deben ser eliminados, ya sea por medios químicos o manuales.

La inflorescencia es una panícula terminal, que puede tener un promedio entre 150 y
300 flores, las cuales son hermafroditas y pentámeras. El cáliz es tubular, acampanado, de
12-20 mm de longitud. La corola es de pétalos soldados (simpétala), de forma tubular, de
10 a 15 mm de largo, de color que puede ir desde blanquecino a rosado intenso en su parte
superior y blanco en la parte inferior, termina en un limbo lobulado pentagonal. Posee 5
estambres, frecuentemente regulares, insertados en la parte interna y basal de la corola, con
sus anteras cercanas al estigma. Esta estructura favorece la autofecundación, la polinización
cruzada es muy baja. El ovario es súpero, con dos cavidades (bilocular), rodeado en la base
de un nectario grueso y anular. El estilo termina cerca de la abertura de la corola en un
estigma bulboso bilobulado.

El fruto es una cápsula ovoide, de 15 a 20 mm de longitud, con un cáliz persistente;


cuando madura, se abre incompletamente en dos partes (dehiscencia septicida). Una planta
es capaz de producir en promedio unas 250 cápsulas, en cada una de las cuales puede haber
de 2.000 a 2.500 semillas, y aún más; por lo cual puede haber cientos de miles de semillas
en esa sola planta, que normalmente es capaz de producir entre 30 y 60 gramos. Las
semillas, de color castaño oscuro y forma arriñonada, son muy pequeñas; puede haber de 9
a 12.000 semillas en un gramo.

Tipos de Tabaco
Los dos tipos de tabaco fumable fueron nombrados por el botánico sueco Carolus
Linnaeus en 1753 como Nicotiana rustica y Nicotiana tabacum Linnaeus Linneo. La
Nicotiana tabacum es el que tipo que hoy en día es usado por casi todos los fumadores de
tabaco.

Nicotiana rústica es la principal especies usada en los pueblos originarios de la


América nativa. Esta especie de tabaco es una de las más fuertes que existen, incluso su
contenido en alcaloides es más alto que Nicotiana tabacum. Y actualmente solo se cultiva
en Rusia y algunos países de Asia para la producción de tabaco para Pipa.

Dentro de la especie Nicotiana tabacum hay varias sub-especies, incluyendo rubio o


Virginia, Burley y Oriental que son de tabaco curado al fuego o tabaco curado al aire
caliente y se utilizan para cigarrillos, y negro, que es curado al aire y se utiliza para
cigarros.

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Tabaco para Puros

En Cuba se obtiene el mejor tabaco del mundo, especialmente en las zonas de


Vuelta Abajo y Semi Vuelta, donde el tabaco de tripa tiene gran fortaleza (el tabaco cubano
no se puede medir como los demás, ya que su fortaleza es mucho mayor y cualquier tabaco
será suave o medio siempre que lo comparemos con el cubano), un intenso aroma "en
caliente" y un característico sabor dulzón (debido a su alto contenido en azúcares),
frecuentemente ligado con toques especiados (a pimienta) y una cierta sensación "terrosa"
(como si dejara tierra en la boca).

Las capas cubanas descendientes de la variedad Corojo, que se considera la mejor


capa del mundo, sólo la utilizan los cubanos para sus labores, ya que no la venden. Son
capas finas y elásticas, de mucho sabor (dulzonas, por lo que combinan perfectamente con
el sabor del tabaco para tripa cubano) y con gran variedad de colores, que pueden ir de los
claros a los colorados y maduros.

Criollo es un tipo de tabaco, utilizado sobre todo en la fabricación de cigarros. Es


una variedad original cubana de tabaco, la cual emergió alrededor de la época de Colon. El
término significa semilla nativa.

Originalmente, el criollo tenía aplicaciones múltiples en la construcción del Cigarro


cubano. Después del desarrollo de Corojo, El criollo fue relegado cada vez más para utilizar
como llenador, y el Corojo, que fue satisfecho mejor para el uso como a envoltura.

Corojo, es un estilo de tabaco creado por los cubanos en la década de 1940 a partir
de la reproducción de plantas en el Criollo El Corojo Vega y crecido en Cuba para
envoltorio hasta 1997. Fue sustituido por más resistentes a las enfermedades tipo en Cuba,
pero es ampliamente plantado en Honduras, Nicaragua y otros lugares.

Tabaco para Cigarrillos

En el comercio se venden diversas clases de tabaco, entre las cuales se destacan, el


Burley, el Maryland, el Oriental, Brasil, Habana, Virginia, etc. Las características de estos
tabacos, están dadas por múltiples factores.

Las hojas de la planta del tabaco en el cultivo tabaco, no son todas iguales en cuanto
a su calidad (color-tibiara, combustibilidad, elasticidad, aroma, poder higroscópico, etc.),
variando de acuerdo a su posición en el tallo.

Las hojas del medio tallo, se seleccionan para tabaco de tipo Virginia; para los de
tipo Burley y Maryland se sacan de la base; para el tabaco de tipo Oriental de la parte alta
del tallo. Para elaborar los tipos de tabaco Virginia y Oriental, se van colectando las hojas

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maduras de la planta. Para obtener cultivo tabaco de tipo Burley o Maryland, se cosecha
toda la planta, tallo y hojas.

El retiro de hojas de la planta, modifica las propiedades físicas y composición


química de las restantes. Además, se ha comprobado, que en una misma hoja, hay variantes
en la composición química (nicotina, hidratos de carbono, nitrógeno total y otros
componentes).

Los cigarrillos americanos están hechos de mezclas en proporciones variables de


tabaco Virginia, Burley, Maryland Oriental. El tabaco Virginia es aromático y su gusto
agrada a los fumadores. El Burley es de textura suave y altamente absorbente de sustancias
edulcorantes y de sabor suave. El Oriental se incluye para dar más aroma. Estos cigarrillos
se queman fácilmente.

Los cigarrillos americanos mas usados contienen alrededor de 40 a 75% de tabaco


Virginia; 15 a 45% de Burley; 1 a 5% de Maryland y 5 a 20% de Oriental. Los cigarros,
están rellenos, aunados y envueltos en tabaco curado por aire.

Tipos de tabaco en Argentina

En Argentina se ha determinado dividir los tabacos de producción nacional en dos


grandes grupos: Claros y Oscuros. Esta división es mas bien de carácter practico ya que no
existe una clara delimitación entre los tabacos Claros y los Oscuros.

Actualmente las variedades producidas en Argentina a nivel comercial, tanto para el


consumo local como para la exportación, son Virginia, Burley y Criollo Salteño para
tabacos claros; y Criollo Correntino y Criollo Misionero para tabacos oscuros.

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Salta y Jujuy son las principales provincias productoras del tabaco Virginia con el
98 % del volumen total nacional producido, el resto es producido en Chaco y Tucumán.

Misiones se constituye en la principal provincia productora del tabaco Burley con el


81 % del total producido nacional y le sigue en orden de importancia Tucumán con el 17 %.

El Criollo Salteño es producido en Salta y en Tucumán en menor medida. Y el


Criollo Correntino y el Criollo Misionero, solo son producidos en sus respectivas
provincias Corrientes y Misiones.

 Virginia: Es utilizado para la producción de cigarrillos rubios. Son


necesarios para su producción suelos claros que contengan un alto porcentaje
de arena gruesa, con un subsuelo permeable para evitar el estancamiento del
exceso de agua. Estas condiciones son muy importantes para obtención de
los productos de mejor color, textura, aroma y combustibilidad.

 Burley: Es utilizado para la producción de cigarrillos rubios tipo americano


combinándolos con tabaco Virginia. Deben seleccionarse las del medio del
tallo y de la base para la producción del mismo. Y requiere condiciones
similares al Virginia con respecto a suelos.

 Criollo Salteño: Muy sensible a los excesos de humedad. Requiere suelos


fértiles, encontrando en el Valle de Lerma un clima apto para su desarrollo.
Son tabacos generalmente usados para dar características de sabor especial a
los cigarrillos rubios.

 Criollo Correntino: Se emplea en gran escala en la elaboración de cigarrillos


negros de baja calidad. Se produce bien en terreno areno-arcillo-humiferos
de subsuelo permeable, y en clima templado-cálido húmedo.

 Criollo Misionero: Es un tabaco muy rustico y resistente. Se da bien en


clima cálido y húmedo, requiriendo para su desarrollo tierras muy
humiferas. Puede ser utilizado para la producción de “Toscanos”

El Cultivo

La producción y el comercio del tabaco a nivel mundial se basa fundamentalmente


en que las labores comerciales son una mezcla de hojas de tabaco de diverso origen cuyas
calidades vienen determinadas por numerosos factores naturales o tecnológicos, como:
 Calidad de la variedad.
 Clima, suelo y agua de riego.

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 Técnicas de cultivo, abonado, etc.
 Tecnología de la transformación: curado, fermentación, almacenamiento, etc.

El tabaco es un cultivo intensivo en mano de obra, ya que requiere por término


medio unas 2.200 horas de trabajo por hectárea, más que cualquier otro tipo de cultivo.

Ambiente

 Altitud: 0-600 m.s.n.m.

 Clima: Debido a que el tabaco es originario de regiones tropicales, la planta vegeta


mejor y la cosecha es más temprana en dichos climas. Pero la principal área
geográfica del cultivo se extiende desde los 45º de latitud Norte hasta los 30º de
latitud Sur.
Le va bien la temperatura uniforme. En climas tropicales, las hojas
transpiran poco, y el grosor de la hoja disminuye dando mayor finura a la misma.
No debe haber grandes oscilaciones ni en temperatura ni en luminosidad.
Las interrupciones vegetativas por sequía, exceso de humedad, descensos nocturnos
de temperatura, etc, aumentan la absorción del cloro lo que provoca una
disminución en la combustibilidad de la hoja.

 Temperatura: el periodo libre de heladas en combinación con las temperaturas


medias, máximas y mínimas son los principales datos a tener en cuenta. La
temperatura óptima del cultivo varía entre 18-28ºC. Durante su fase de crecimiento
en semillero, requieren temperaturas superiores a los 16ºC, y desde el transplante
hasta la recolección se precisa un periodo libre de heladas de 90-100 días.
Los climas secos y cálidos producen una hoja más corta y con mayor
contenido en nicotina. Un aporte de agua suficiente y una humedad ambiente
elevada producen hojas más grandes y con menor proporción de nicotina (que es la
tendencia actual del mercado).

 Precipitación: 1000-1200 mm. La precipitación debería ser moderada y bien


distribuida. De modo que periodos de sequía, aunque cortos, como también períodos
de lluvia intensa, afectan mucho la calidad del tabaco. Para este cultivo es
conveniente la utilización de riego. Condiciones hídricas favorables son una
condición indispensable para lograr hojas anchas y delgadas, de buena calidad.
Una precipitación baja, en general, produce tabaco alto en nicotina,
nitrógeno y calcio, y pobre en potasio y carbohidratos. Al acercarse la maduración y
la cosecha se necesita un periodo seco.

 Humedad: el tabaco es muy sensible a la falta o exceso de humedad. Una


humedad elevada en el terreno produce un desarrollo pobre y, en general, es
preferible un déficit a un exceso de agua.
En regiones secas la planta produce hojas poco elásticas y más ricas en
nicotina que en las regiones húmedas. La humedad ambiental tiene una influencia

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importante sobre la finura de la hoja, aunque se facilita la propagación de
enfermedades criptogámicas.

 Luz: Altas intensidades de luz reducen el tamaño de las hojas y aumentan su


espesor, debido a esa razón los tabacos para cobertura de cigarros se cultivan en
climas calidos y húmedos, y bajo sombra.

 Fotoperíodo: El tabaco es una especie de día corto, pero hay cultivares de día
neutro.

Suelo

En general el tabaco prefiere las tierras francas tirando a sueltas, profundas, que no
se encharquen y que sean fértiles. El pH más apropiado es de neutro a ligeramente ácido,
para los tabacos de hoja clara, y neutro o ligeramente alcalino para tabacos de tipo oscuro.
Además la textura de las tierras influye sobre la calidad de la cosecha y el contenido
nicotínico de las hojas.

En los suelos arenosos se obtienen tabacos finos y de color claro, y los arcillosos
dan productos más bastos. Los suelos pesados y fértiles nos dan un tabaco de calidad pobre,
con altos contenidos de N, Ca y nicotina, y con un bajo contenido de potasio y
carbohidratos, mientras los suelos livianos producen tabacos de mejor calidad. No debe
sembrarse el tabaco en suelos donde haya cloruros, por lo que se debe huir de las tierras
salitrosas. Para los tabacos curados al horno, como los de tipo virginia, se necesitan suelos
livianos de textura franco-arenosa, con bajo contenido de materia orgánica, un bajo nivel de
nitrógeno, pero relativamente altos niveles de fósforo y potasio, un pH ácido o neutro y
subsuelo de arenosos a franco-arcilloso.

Los suelos mejores para los tabacos curados al aire, como los de tipo Burley, son los
de textura franco-limosa o franco-arcillo-limosa, fértiles y con un alto contenido de materia
orgánica. Para este tipo de tabaco son buenos los suelos limosos de origen calcáreo. El
subsuelo debe ser preferiblemente franco-arcilloso o arcillo-limoso. Los tabacos negros
curados al aire o al fuego requieren suelos franco-arcillosos o arcillosos, con un poco de
drenaje interno, de mediana fertilidad y con poca materia orgánica, un pH ácido a neutro.
Mejor si el subsuelo es compacto y casi impermeable.

En el caso de los tabacos para puros, curados al aire, si son para capas requieren
suelos livianos franco-arenosos o franco-limosos, medianamente fértiles, ricos en materia
orgánica, pH ácido o neutro; si son para capotes y tripas requieren suelos más pesados,
francos o franco-arcillosos, de mediana fertilidad y un buen contenido de materia orgánica,
un pH neutro o suavemente ácido, el subsuelo debe ser franco-arcillosos o arcilloso.

La calidad del tabaco depende mucho de la disponibilidad de ciertos elementos


nutritivos del suelo.

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Con bajos niveles de nitrógeno se obtienen hojas pequeñas, delgadas, y con bajo
contenido de nicotina. Para tabacos de cobertura donde es importante el tamaño y el
espesor de la hoja, el suelo debe contar con suficiente disponibilidad de nitrógeno, sin
embargo si el contenido de nitrógeno es muy alto se obtienen hojas obscuras y gruesas, con
un alto contenido de nicotina y en general un tabaco de baja calidad. Es por ello que el
suministro de abonos nitrogenados debe hacerse muy cuidadosamente, ya que del nitrógeno
depende mucho tanto la cantidad como la calidad del cultivo.

El fósforo aunque tiende a acelerar la maduración, si su disponibilidad es alta, en


general desmejora la calidad del tabaco.

El tabaco es particularmente exigente en potasio, cuando este elemento es deficitario


se obtiene un tabaco de muy poca calidad y de difícil combustión. También es exigente en
hierro y cobre. El azufre tiende a reducir la combustión del tabaco, un factor importante de
tener presente al momento de la escogencia de los abonos. Suelos ricos en calcio y
magnesio, o recién encalados, no son buenos para el cultivo.

Manejo y labores
1. Preparación del Almacigo

Los almácigos deben estar orientados de manera tal que no sea afectado por los
vientos norte o sur, tratando que desde la mañana reciban el sol y que la elevación
de la temperatura sea gradual.

La tierra utilizada debe ser de terrones finos, que genere un suelo suelto y
buen drenaje, rica en sustancias rápidamente asimilables y en materia orgánica, y
libre de malezas.

Se debe aplicar entre unos 20 a 15 días antes de la siembre Dazomet


(Nombre comercial: Basamid) y Metam Sodio (Nombre comercial: Vapam) y algún
insecticida otro insecticida, a fin de controlar malezas, nematodos, hongos e
insectos.

2. Siembra en almacigo

La cantidad de semilla que se requiere para la siembra es tan pequeña (entre 12


y 20 g / ha a trasplantar, utilizando el sistema de almácigos) y el costo de la misma
es relativamente tan bajo, que no vale la pena intentar hacer ahorros en este aspecto.
Se debe utilizar la semilla de mejor calidad que se pueda obtener, preferiblemente
certificada, proporcionada por una institución o compañía productora de semillas
reconocida, con un alto porcentaje de germinación (preferiblemente, no menor del
90 %), libre de semillas extrañas o de malezas y de la variedad o cultivar adecuado,
según las condiciones locales de producción.

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Las semillas se mezclan con una cantidad de arena fina, ceniza o fertilizante
no granulado, con la finalidad de efectuar una mejor distribución al voleo en varias
pasadas lo mas parejo posible. Luego se procede con un riego muy fino para evitar
enterrar las semillas. Se coloca posteriormente una protección de paja que luego de
la germinación se procede a ralear o alzar para ir aclimatando las plántulas a las
influencias ambiéntales.

La fecha de siembra (temprana, intermedia, tardía) dependerá del material


genético utilizado y la zona. La siembra temprana es a partir de 20 de Junio y tardía
si se realiza a fines de Agosto.

3. Transplante

La época de transplante esta íntimamente ligada con la de siembra de los


almácigos, realizándose aproximadamente entre los 45 a 60 días de la fecha de
siembra, cuando ya se tienen plantines con un tamaño de 15 a 20 centímetros y con
4 a 6 hojitas. Con lo cual este se realiza en nuestro país aproximadamente a partir
del 20 de Agosto hasta, en caso de siembras tardías, los primeros días de
Noviembre.

Dos días antes del señalado para el arranque es necesario suspender el riego
para que de esta manera los plantines no sufran el trasplante al campo.

Antes de proceder al arranque propiamente se da un riego abundante, para


que las raíces no se estropeen.

La extracción de plantines se hace paulatinamente dándole prioridad en la


extracción a los que posean 5 hojitas o mas.

4. Preparación del suelo

El suelo es uno de los factores que junto al clima constituyen la parte primordial
para el buen éxito del cultivo en sus tipos y calidades, igualmente en la producción.
El tabaco necesita de un suelo suelto y un subsuelo con buen drenaje.

En otoño es conveniente dar una labor profunda, que puede ser realizada con
un arado de cincel o de casquetes, con la que se airea y ablanda la tierra en la que se
va a trasplantar el tabaco en la primavera siguiente, cuyos objetivos son los
siguientes: aportar el abono, evitar la acumulación de humedad en la capa arable
durante el invierno y la eliminación de malas hierbas y larvas de insectos.

El trazado debe ser cuidadoso, tratándose de terrenos ondulados con


pendientes la líneas deben ser orientadas perpendicularmente a estas, con el objetivo
de disminuir la erosión.

En la zona del litoral, donde los cultivos no se riegan, generalmente no se


hacen surcos, sino que simplemente se marcan las líneas.

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En primavera se recomienda dar una labor de grada poco profunda, seguida


de 2 o 3 pases cruzados superficiales con una rastra de casquetes, un cultivador de
campo y una rastra de dientes, aprovechando para mezclar los abonos con la capa
superficial de la tierra.

En general las labores de cultivo tienen tres objetivos: control de malas


hierbas, hacer caballones (para disminuir encharcamientos, lixiviación y disminuir
daños en raíces) y por último para lograr un mullimiento que favorezca la
penetración del agua y aire.

5. Implantación de plantines

La colocación de la planta en el suelo es una operación delicada. Este puede


efectuarse a mano, con herramientas, con máquinas trasplantadoras.

Debe efectuarse esta labor muy en la mañana o al atardecer, para que las
posturas no sufran por condiciones ambientales adversas.

El primer sistema se efectúa tomando el plantin de manera que la raíz


principal concuerde con el dedo índice, que ayudará a enterrarla en el suelo; el tallo
y las hojas estarán en contacto con la palma de la mano. Se emplea este sistema en
plantaciones en las que se usa riego al trasplante. En el trasplante con azada o
azadón se procede a colocar la plántula al costado del surco y con la herramienta se
la tapa con la tierra.

Cuando se usa la labor del surcado, la colocación de la planta varía. Algunas


veces se coloca la planta al fondo del surco, al costado o sobre él mismo; depende
de la forma de riego que se practique; es decir, antes o después del trasplante.

A partir del 5º día, es necesario recorrer la plantación para observar los


plantines perdidos para reponerlos inmediatamente; en otro caso la plantación es
desigual.

El trasplante con máquinas trasplantadoras son de dos o más hileras. Las


pinzas de las trasplantadoras van recubiertas de un material blando. El operario va
colocando desde una bandeja las respectivas plantas en las pinzas en posición
invertida, con las raíces al exterior y la parte aérea hacia el centro del disco. Al girar
el disco, son colocadas correctamente e inclinadas ligeramente hacia atrás en un
surco que va abriendo la máquina al frente, encargándose las ruedas compresoras de
que queden derechas.

Estas ruedas compresoras van inclinadas a ambos lados del surco detrás de la
rueda trasplantadora realizando dos funciones, por un lado comprimen la tierra
sobre el surco que recibe la planta, enderezándola y afirmando las raíces en el
terreno, ayudando también a la ascensión capilar del agua, y en segundo lugar echan

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tierra suelta en la proximidad de la planta, lo que facilita la entrada de aire. Una
salida de agua vierte un chorrito en el lugar y momento donde se coloca la planta.

La separación entre las bandas de fertilizante debe ser de unos 12 cm. a cada
lado de la línea de plantas y su profundidad a algunos centímetros por debajo de las
raíces de las plantas al transplantarlas.

Las distancias entre líneas y plantas varían según la variedad sembrada entre
1 x 0,3 m hasta 1,1 x 1,1 m. Generando una densidad de cultivo de entre 27.000 y
8.200 plantas/ha.

6. Fertilización

Las plantas cultivadas responden a la deficiencia o exceso de elementos


nutrientes. La cosecha de tabaco responde a la fertilización adecuada en el tiempo
que la requiere.

En todos los tipos de tabaco el crecimiento es ininterrumpido y rápido,


necesitando una aplicación abundante y bien balanceada de elementos nutrientes.
Hay que considerar también que el exceso perjudica el equilibrio entre las
necesidades de la planta, el contenido de suelo y la dosis aplicada.

La absorción de nutrientes por el tabaco es inmediata, siendo más notable en


el Nitrógeno y Potasio.

En cultivos a pequeña escala entre los 7 y 10 días posteriores al transplante


se comienza con la fertilización con dosis promedios de 600 Kg./ha. de abono base.
Las unidades optimas para un rendimiento promedio de 2.000 Kg./ha son 80 Kg. de
nitrógeno, 40 de fósforo y 140 de potasio.

 Nitrógeno: Su acción es directa hacia la parte foliar de la planta, es el


principal constituyente de las substancias proteicas, de la clorofila y
nicotina; es el formador del protoplasma. La falta de este elemento se
traduce en un pobre crecimiento de la planta, el tallo es débil y
pequeño con coloraciones verde claro; además, se retarda la
floración. Los primeros indicios de la falta de Nitrógeno se produce
en las hojas bajas que tienden a amarillearse y presentan una madurez
prematura.
El exceso de Nitrógeno produce una coloración verde intensa
en las plantas, las venas son gruesas, alto contenido de nicotina,
coloración irregular en las hojas curadas y carecen de aroma.
Los abonos nitrogenados más empleados son la urea y el
sulfato amónico, que deben aportarse entre 20 y 30 días antes del
trasplante.

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 Fósforo: Desempeña un rol menor que en los otros cultivos. Debido a
que los suelos tropicales contienen solamente pequeñas cantidades de
ácido fosfórico aprovechable, debe ponérsele atención.
Es el componente de las sustancias proteínicas, muy necesario
en las primeras edades de la planta, estimula el crecimiento de las
raíces para el inicio de las transformaciones y es el encargado de
acelerar el proceso de maduración de las hojas.
La deficiencia de fósforo se reconoce por la coloración verde-
negra de las hojas y que se quedan pequeñas, las mismas que al curar
lo hacen con coloraciones irregulares que tienden al café y negro.
El exceso de fósforo no es aprovechable produce hojas
quebradizas y acartonadas, reduce la ignición y combustibilidad.
La mejor fuente de fósforo para el tabaco son los
superfosfatos, pues aumentan la acidez del suelo sólo en el periodo
inmediato que sigue a su aportación.

 Potasio: Se lo reconoce como uno de los nutrientes de mayor


importancia en el cultivo de tabaco, por tener efecto directo en la
calidad y producción.
Es necesario un abundante consumo de potasio a fin de
alcanzar una elevada calidad de la hoja.
El Potasio contribuye a la formación de azúcares y ceniza, y
es factor principal en la combustibilidad y aroma; imparte
vigorosidad y resistencia contra las enfermedades pero igualmente su
exceso es perjudicial.
La deficiencia se nota por una clorosis con puntuaciones de
tejidos muertos entre las venas, empezando por el ápice y bordes de
las hojas; las partes verdes tienen una coloración más intensa.
La necrosis aparece después de color herrumbre. Debido al
continuo crecimiento de los tejidos vivos, las hojas tienden a doblarse
hacia la tierra. Finalmente la potasa contribuye a dar mayor
elasticidad, textura y forma de la hoja.

 Magnesio: Es constituyente de la clorofila en las plantas y su falta se


acentúa principalmente en suelos arenosos. Ayuda a que la ceniza sea
blanca y compacta. Su deficiencia se caracteriza por la palidez de las
hojas con síntomas parecidos a la falta de potasio, pero sin
necrosarse, mostrándolo principalmente en las hojas más viejas, las
nervaduras tienen color normal.
Un exceso de magnesio da lugar a una ceniza porosa, suelta y
de color claro que mejora la combustión. En suelos con escasez de
magnesio se suministrarán de 50-100 kg de MgO por hectárea.
La relación Ca/Mg en las hojas secas y fermentadas es de gran
importancia.

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 Calcio: Es constituyente del protoplasma. La falta de calcio se
manifiesta por las deformaciones en las hojas jóvenes y tienen un
color verde anormal.
El exceso retarda la madurez y da lugar a una ceniza
compacta que dificulta el paso del aire al interior de los cigarros,
dando lugar a una combustión incompleta. En suelos con escasez de
calcio se suministrarán de 50-100 Kg de CaO por hectárea.

 Azufre: El azufre es absorbido en forma de sulfato, es constituyente


de ciertos aminoácidos y proteínas.
Los síntomas de deficiencias se notan en las hojas superiores
con ligera clorosis.

 Cloro: La excesiva presencia de cloro causa enormes daños al tabaco


y cuando existe es muy fácilmente absorbido y al pasar del 1% de
contenido afecta la combustibilidad.
El producto con exceso de cloro se lo conoce por ser muy
higroscópico y no puede almacenarse por mucho tiempo.
No se debe usar fertilizantes con fuentes de cloruros.

7. Trabajos culturales

Los principales trabajos que deben realizarse en el cultivo para lograr un


buen desarrollo del mismo y lograr un producto de calidad son:
 Carpidas: Son necesarias para mantener la plantación libre de
malezas, y al mismo tiempo favorecen la conservación de la
humedad del suelo al disminuir los efectos de capilaridad. Además,
eliminando las malezas se previene la difusión de muchos insectos y
enfermedades que vegetan en las mismas.
 Aporques: Cuando las plantas han alcanzado unos 0,4 a 0,5 m de
altura conviene aporcarlas para aumentar su fijación en el terreno,
dependiendo la intensidad de la operación de la frecuencia y fuerza
de los vientos de cada zona.
 Capado: El capado consiste en la extirpación de la inflorescencia.
Tiene por objeto tener hojas de mejor textura y peso, y acelerar la
maduración. Esto se explica porque toda la energía y sustancias
nutritivas que la planta emplearía en la producción de flores y
semillas, concurre a las hojas.
 Desbrote: Cuando la planta ha alcanzado cierto desarrollo, aparecen
brotes en las axilas de las hojas, que se hacen mas numerosos
después del capado. Es necesario eliminar estos brotes para que las
plantas alcancen un desarrollo conveniente, se formen nuevas hojas,
y aumente el rendimiento.

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8. Riego

El tabaco como planta de gran desarrollo vegetativo y corto ciclo de


crecimiento es exigente tanto en agua como en elementos nutritivos.

La planta de tabaco en estado vegetativo viene a contener un 90% de su peso


en agua.

Una deficiencia en el suministro del agua necesaria para la plantación


ocasiona una baja en el rendimiento y un producto poco combustible, y por tanto de
escaso valor para la industria.

Un exceso de agua perturba igualmente el crecimiento normal de las plantas,


cuyas hojas presentan un desarrollo excesivo de sus nervaciones y su fino tejido no
resiste bien la fermentación.

Se ha demostrado que un aporte de agua abundante disminuye el contenido


de nitrógeno proteico en las hojas y produce un aumento en el contenido de potasio
y disminuye los de calcio y magnesio.

De forma general, después del riego de arraigue (luego del transplante),


suelen aplicarse de 4 a 6 riegos. Desde el riego de arraigue hasta el siguiente, deben
dejarse pasar unos 15 a 20 días.

El riego por aspersión mejora el aprovechamiento del agua y forma unas


hojas de tejido más fino y con menos proporción de venas que las regadas por
surcos.

9. Control de Malezas

Además del aporque es necesaria, la aplicación de herbicidas para realizar un


completo control de la malezas.

Un programa recomendado en el cultivo del tabaco contra malezas sería el


siguiente:
 Primera aplicación: aplicar Clomazona y/o Napropamida inmediatamente
después del trasplante. Estos son herbicidas de preemergencia que proporcionan
un buen control antes de la germinación de las semillas, e incluso sobre las
hierbas recién emergidas en el momento de la aplicación.
 Segunda aplicación: aplicar Piridato y/o Cletodim, cuando las hierbas de hoja
ancha y/o gramíneas comienzan a verse después del trasplante. Estos son
herbicidas de postemergencia, que necesitan que las hierbas tengan entre 2 y 3
hojas verdaderas para ser eficaces.
 Tercera aplicación: aplicar Aclonifen 34.4% + Oxadiargyl 10.3% después de
realizar la última labor de cultivo, aproximadamente 4-5 semanas después del
trasplante. Esta aplicación es para el control de malezas especificas como

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Amarantus retroflexus(Yuyo colorado), Chenopodium album(Quinoa), Portulaca
oleracea(Verdolaga) y Salanum nigrum.

Cosecha
A partir de 90 a 120 días, después del trasplante, y dependiendo de las condiciones
de crecimiento y variedad, la planta empieza a entrar en madurez por la parte inferior o sea
por las hojas bajas, luego las medias, superiores y por ultimo coronas.

Para conocer el estado óptimo de madurez del tabaco es necesario tener mucha
experiencia en el cultivo, pero de todas maneras es posible encontrar ciertas características
que permiten reconocer este estado.

Las hojas poseen un color verde intenso en su crecimiento, luego por las
transformaciones que sufren sus constituyentes químicos, físicos y biológicos adquieren
otras coloraciones indicativas del estado de cosecha. Los primeros cambios se notan en las
hojas más viejas o bajas en que se observan pequeñas puntuaciones amarillentas que se van
agrandando a medida que se concentra una gran cantidad de almidones, hasta que la lámina
foliar cambia completamente de color dando una apariencia más clara con tintes
amarillentos. Asimismo se puede notar la madurez observando que las hojas en su ápice y
bordes caen hacia el suelo; igualmente cuando se toma una hoja y se parte por la vena,
emite un sonido muy especial y característico de la hoja madura.

De acuerdo al tipo, variedad o uso que se va a dar a la hoja, la cosecha puede


efectuarse en los sistemas de Corte de Planta Entera, Corte en Mancuernas y Corte por
Hojas.
 La cosecha por planta, consiste en cortarla a una altura de 15 cm sobre el suelo y se
las deja en el campo hasta que por incidencia de la radiación solar presente un
estado de marchites.
Con este sistema vamos a tener los siguientes resultados: las hojas inferiores
o bajas se presentan pasadas de madurez con un porcentaje de deterioro y pérdida de
materia seca; las hojas de posición medias y superiores en estado óptimo, y las
coronas inmaduras. Además con este sistema se continúa el intercambio de la hoja al
tallo que sigue en su proceso hasta su completo marchitamiento, como consecuencia
hay pérdida de peso que se considera en un 25% y de calidad por pérdida de cuerpo,
elasticidad, gomosidad, etc.

 La cosecha por Mancuernas, es un sistema que consiste en el corte del tallo en


trozos que tienen dos o tres hojas, con idéntico resultado de pérdida de peso y
calidad.

 El sistema de cosecha por hojas, consiste en recolectar las hojas a medida que van
entrando al estado óptimo; en este sistema las hojas se arrancan del tallo
suprimiéndose inmediatamente el intercambio hoja-tallo y por lo tanto tienen

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concentradas las características de calidad y bajo porcentaje de pérdida de materia
seca.
Si en realidad va a existir un aumento de mano de obra, ello es recuperado al
obtenerse una ganancia de 20 a 25% en peso.

El sistema de cosecha depende de las condiciones de comercialización tanto en


precio como en calidad.

Se incluye como un sistema combinado de cosecha cuando se usa la recolección por


hojas hasta las de posición media y el resto por mancuernas.

Se separan las hojas del tallo cuando entran en madurez y las coronas se las deja por
un tiempo más para que desarrollen y luego se cortan en mancuernas. Con este sistema se
obtienen dos clases de hojas: de textura delgada y textura gruesa o pesada para uso
industrial diferente. Se anota que las primeras pueden usarse como capa para cigarros.

En la recolección manual se han diseñado carretillas que circulan entre las hileras y
también cintas trasportadoras desplazables que funcionan con un motor hidráulico. Existen
máquinas auxiliares de la recolección que son autopropulsadas, donde el recolectador va
sentado mientras trabaja, recolectando las dos hileras en las que recorre y mediante cintas
transportadoras se van cargando los contenedores.

Para la recolección mecanizada suele emplearse una cosechadora autopropulsada de


dos hileras. Esta realiza el repelado mediante unas paletas de goma, que trabajan en sentido
vertical de abajo a arriba, consiguiendo una buena separación del producto. Las hojas
separadas se transportan mediante una banda al contenedor elevado situado en la parte
trasera de la máquina.

Post Cosecha
Una vez efectuada la cosecha, se procede a exponer las hojas al proceso de secado o
curación y fermentación, para luego ser clasificada y enfardada.

Si la cosecha se hizo por plantas, éstas son colocadas amarradas en cadeneta de dos
en dos en la base de las plantas, tomando en cuenta que las hojas coronas no estén en
contacto con el suelo, para lo cual la altura de los caballetes debe ser de por lo menos 2
metros.

Si la cosecha ha sido por mancuernas, éstas se van colocando en pares sobre varas
de cañaveral o madera, las mismas que se colocan sobre caballetes bajos.

En la recolección por hojas se puede usar el amarre, encujada o el ensarte con piola
con ayuda de una agujeta grande. En la encujada con piola se usa el sistema de cadeneta
tomando las hojas de dos en dos colocadas sobre cujes pequeños; cuando se usa el ensarte,

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se colocan las hojas haz con haz (cara a cara) y se las ensarta de dos en dos en cadeneta y
van colocadas sobre cujes o cañaverales.

El sistema que se usa depende del tipo o variedad del tabaco sembrado. El diseño y
construcción de los secaderos se realiza pensando en las peculiaridades de su posterior
utilización, en especial a poderlo aislar de las condiciones exteriores (humedad y
temperatura) cuando sea preciso.

1. Curación

La curación depende del tipo, variedad o uso que se va a dar a la hoja comercial
pero, en general, las transformaciones internas que sufre son las siguientes:
- La hoja en estado óptimo de madurez acumula reservas principalmente almidón,
existiendo pocas materias proteicas e hidrocarbonadas.
- Al presentarse las coloraciones amarillas en total de la lámina, empieza la destrucción
de la clorofila, se disminuye su contenido de substancias proteícas, azúcares, aumento
de ácido cítrico, eliminación de almidón; igualmente disminuye el contenido de ácido
málico.
- Cuando aparece el color café y que luego invade el total de la hoja, se inician las
transformaciones químicas oxidantes y enzimáticas.
- Finalmente empieza la desecación de la vena principal que se va tornando café oscura
y continúan las transformaciones químicas, que siguen hasta el proceso de
fermentación.

La curación es el proceso de desecación que sufren las hojas al perder gran


porcentaje de su contenido de agua bajo condiciones de temperatura, control de
humedad y aireación; además de ciertos cambios químicos que sufre y desaparición de
su color verde de hoja fresca.

Según el mecanismo de extracción del agua de la hoja, se pueden distinguir las


siguientes modalidades de curado:

 Curado por calor artificial: Es utilizado en tabacos Virginia. Consiste en poner en


contacto con el tabaco una masa de aire calentado, cuya temperatura varia según el
momento de secado. Esto se realiza en construcciones especiales denominadas
estufas. Son construcciones de adobe o de ladrillos con techo de zinc, con una
abertura en la parte superior denominada “sombrero” y varias pequeñas en la parte
inferior denominadas “ventiladores”. El calor parte de una hornalla que puede ser
alimentada a leña, desde la cual salen hacia el interior de la estufa tubos metálicos
que irradian el calor producido, calentando de esta forma el aire que esta en
contacto con la hoja recién cosechada.
Este proceso es cumplido en cuatro etapas perfectamente marcadas y durante
el mismo la hoja va transformándose y perdiendo sus características de hoja fresca.

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Estas etapas son: amarillamiento, fijación del color, secado de lamina y secado de
nervaduras.
Amarillamiento: Durante esta etapa debe lograrse un alto porcentaje de humedad
relativa (entre 75 y 80%) con una temperatura, durante el proceso, de 30° a 40°C.
La temperatura ira progresando a razón de 0,5°C por hora, al llegar a los 36° C se
mantendrá durante el termino de 10 a 15 hs para luego subirla hasta 38°C, donde se
mantiene hasta que le 90% del material cargado haya tomado una coloración
amarillenta con suaves tintes verdosos. Este proceso puede durar entre 30 y 40
horas.
Fijación del color: Esta etapa se fundamenta en la elevación gradual de la
temperatura y en la eliminación de gran parte de la humedad relativa interna, lo que
se consigue con la apertura progresiva de la ventilación. En esta etapa la
temperatura se eleva a razón de 1°C por hora, llegando a 44°C la hoja debe
encontrarse completamente marchita. Entre 44° y 48°C la hoja ya ha tomado un
color amarillo vivo, y la punta y el borde de las laminas ha comenzado a curvarse.
Secado de lamina: El secado de lamina se inicia a medida que disminuye el
porcentaje de humedad es decir que ya comienza durante la etapa de fijación de
color. La temperatura en esta etapa sigue aumentando a razón de 1°C por hora hasta
llegar a los 65°C donde se fija hasta que toda lamina se haya secado. Durante esta
etapa los ventiladores y sombreros permanecerán completamente abiertos.
Secado de nervadura central: A partir de 65°C la temperatura se incrementará a
razón de 2°C por hora hasta llegar a 75°C donde será mantenida hasta que la
nervadura central esté seca. Esto se nota al apretar entre los dedos la parte mas
gruesa de la nervadura, si ésta se quiebra es que el proceso ha concluido. Durante
las primeras horas debe continuarse con el sombrero abierto, después de 6-8 hs debe
cerrarse completamente.

 Curado al aire: Es utilizada en tabaco Burley, Criollo Correntino y Criollo


Misionero. Se realiza en galpones con grandes aberturas y techo de chapa. Consiste
llevar las hojas cosechadas a galpones abiertos donde permanecen hasta que
completan su secado.
Para una verdadera curación de la hoja es necesario que se cumplan algunos
procesos, que bien conducidos, dan lugar a que se realicen cambios fisiológicos y
físico-químicos. Es asi que la hoja atraviesa por las cuatro etapas mencionadas en el
curado por calor artificial.
El proceso de amarillamiento requiere ciertas condiciones de temperatura y
humedad similares a las del tipo Virginia. La humedad debe mantenerse cercana al
80% y la temperatura no debe pasar de 28°C. En esas condiciones la hoja cambia su
color verde amarillento o cremoso por un amarillo claro. Este proceso se cumple de
3 a 5 días.
Cumplido el amarillamiento, la humedad debe disminuir paulatinamente y
elevarse la temperatura hasta 34ºC. Esto se consigue por medio de ventilación
controlada. El objetivo es transformar el color amarillo a castaño claro.
El proceso siguiente es el secado de lamina para lo cual debe mantenerse una
mayor ventilación durante este periodo para evitar que la lamina, parcialmente seca,
vuelva a tomar humedad.

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La ultima etapa del proceso es el secado de nervadura, durante la cual debe
mantenerse el galpón parcialmente cerrado y la temperatura no debe sobrepasar de
38ºC.

 Curado al sol: Es utilizado para tabaco Criollo Salteño, Criollo Correntino y Criollo
Misionero. Se realiza al aire libre, es decir es un sistema de secado al aire y al sol.
Se realiza cuando la cosecha es de planta entera, las plantas son paradas
enfrentadas formando una especie de techo a dos aguas con ayuda de caballetes y
largueros, tratando que la mayor cantidad de hojas queden hacia adentro.
Este proceso de secado culmina aproximadamente a los 40 días,
dependiendo de la variedad y de las condiciones climáticas.

Al finalizar el proceso de curación la hoja únicamente posee, entre 20 a 25% de agua,


dependiendo de las condiciones atmosféricas.

2. Fermentación

No se debe confundir este proceso de curación o secado con el de fermentación,


aunque no hay un límite entre los dos.

La fermentación de las hojas es el proceso que sigue a la curación o secado, el


objetivo de esta es generar una modificación de la estructura, una descomposición de
las proteínas y una alteración de la relación azucares/almidón, así como la formación de
aromas. Las hojas humidificadas y apiladas sufren un proceso de autocalentamiento
(50-70ºC). Probablemente desempeñen en el proceso un papel cierto tipo de bacilos
termófilos.

En el norte Argentino a este proceso se le llama calchado y consiste en poner el


tabaco en pilas rectangulares en lugares secos y de fácil ventilación para controlar que
la temperatura no se eleve mas de lo esperado. La duración del calchado es variable
pero no debe ser menor a 10 días.

3. Clasificación

Cuando el tabaco ha uniformado su color por la fermentación (calchado), y tiene


la humedad suficiente se desencaña, y se da comienzo a la clasificación. Esta consiste
en separar el tabaco en grupos cuyas hojas tengan la mayor homogeneidad posible.

El comercio distingue una serie de grados en los que se clasifican los tabacos de
cada tipo. Estos grados varían de 3 a 11 según el tipo de tabaco. Cada grado refleja una
calidad industrial distinta, por lo que su mezcla desvaloriza una partida en venta.

Tres factores principales determinan la calidad del tabaco a los efectos de su


inclusión en el correspondiente grado comercial, estos son:
- Situación de la hoja en la planta: esta determina la
textura y las dimensiones de la hoja.

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- Color: Este es de gran importancia ya que refleja
como ningún otro factor de la clasificación, la
correlación entre el gusto y aroma de un tabaco y los
caracteres que los sentidos permiten distinguir. Cada
tipo de tabaco tiene un color óptimo.
- Integridad: tiene una importancia variable según el
tipo de tabaco, siendo esta mayor en el caso de
tabacos destinados a la fabricación de cigarros, donde
las hojas son usadas para formar las capas de
cobertura.

4. Enfardado

Una vez clasificado se procede al enfardado. El tabaco es colocado en cajones,


haciendo fardos que no deben superar los 50 Kg., con las siguientes medidas, 0,40 m.de
ancho, 0,50 m. de alto y 0,90 m. de largo. Se pone buen cuidado en no excederse en el
prensado y en no superar un 16 % de humedad para evitar su rechazo durante la
comercialización.

El tabaco enfardado debe ser colocado sobre algún tipo de aislante.


Normalmente se utiliza cartón para evitar el contacto directo con la humedad del piso
hasta ser comercializado.

Enfermedades que afectan el Cultivo

Enfermedades en los almácigos

 Mildiu de los semilleros (Pythium debaryanum): se ennegrece el cuello del tallo y


después toda la planta quedando recubierta de una pelusilla blanca.
 Podredumbre de la raíz (Thielavia basicola): las plantas toman un color
amarillento. La raíz y el cuello del tallo se ennegrecen.
 Fusariosis: en la parte alta de la raíz se ven manchas grisáceas rodeadas de otras
amarillas.
 Moho azul (Peronospora tabacina): hay una presencia de manchas amarillas en el
haz de las hojas que se corresponden con otras de color gris azulado en el envés,
aparentando una especie de pelusa.

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Enfermedades en el campo

 Mildiu o moho azul (Peronospora tabacina): Se manifiesta por la presencia de


manchas amarillas en el haz de las hojas que se corresponden con otras de color gris
azulado en el envés, aparentando una especie de pelusa.
 Podredumbre de la raíz (Thielavia basicola): Los síntomas se manifiestan con un
retraso en el crecimiento de las plantas que además presentan un aspecto de
envejecidas y secas, las raíces se ennegrecen y al arrancar la planta se parten.
 Oidio (Erysiphe cichoreacearum): El ataque comienza por las hojas inferiores,
extendiéndose a las superiores. Los síntomas se manifiestan sobre las hojas como un
polvillo que las recubre.
 Virus del mosaico del tabaco: El virus del mosaico del tabaco fue el primero que
se aisló para su estudio. Una vez que penetran en el interior de las células, se
reproducen e invaden los cloroplastos y los tejidos parenquimáticos; provocando
síntomas como deformaciones, reducción del crecimiento, decoloraciones, necrosis,
etc. Si el ataque es muy severo puede llegar a producir la muerte de la planta.

Cabe destacar que es esencial, para disminuir el riesgo de todas estas enfermedades,
la rotación de cultivos y la destrucción de rastrojos de tabaco de campañas anteriores, y en
almácigos tener en cuenta el suelo seleccionado para su preparación y realizar la
desinfección del mismo como ya fue mencionado.

En caso de enfermedades fúngicas todas pueden ser controladas con la uso de


funguicidas de amplio espectro, por ejemplo aplicando Etilen Bisditiocarbamato de
Manganeso (Ejemplo comercial: Dithane de Dawagro) con una dosis en solución de 0.35%
realizando 3 a 5 aplicaciones durante el periodo del cultivo.

Para enfermedades virulentas el único método de control es el monitoreo del


cultivo, el raleo y destrucción de las plantas enfermas.

Plagas

Plagas en los semilleros

 Caracoles: los Gasterópodos mas importantes son las “babosas” (Agriolimax


agrestis) y el caracol de los jardines (Helix hortensis).
 Grillo topo (Gryllotalpa gryllotalpa): es un ortóptero que provoca bastantes daños
en los semilleros de tabaco.
 Hormigas: es frecuente su presencia en semilleros.

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Plagas en el campo

 Gasterópodos (babosas: Agriolimax agrestis, caracoles: Helix hortensis): Suelen


producir daños en los semilleros y en el tabaco recién trasplantado, los bordes de las
hojas de las plántulas aparecen comidos y algunas mueren totalmente devoradas.
 Grillo topo (Gryllotalpa gryllotalpa): Es un Ortóptero que provoca bastantes daños
en las plantas de tabaco. Posee unas patas delanteras muy desarrolladas y adaptadas
para cavar galerías en las que vive bajo tierra durante el invierno. En primavera
suben a la superficie donde se alimentan de las raíces de las plantas y desarraigan
gran número de ellas con las galerías que hacen bajo tierra.
 Gusano gris (Agrotis segetum): El tabaco es atacado por el gusano gris en estado de
larva, royendo el cuello de la planta recién trasplantada. Como medidas preventivas
se recomienda dar una labor con arado de vertedera para enterrar las orugas o
crisálidas invernantes. Las larvas son prácticamente cilíndricas, blandas y flexibles,
salvo la cápsula cefálica o cabeza y algunas capas que están fuertemente
quitinizadas.
 Trips (Thrips tabaci): Se trata de insectos de reducido tamaño, de cuerpo delgado
con antenas cortas que viven en el envés de las hojas chupando la savia, siendo
además vectores de virus. Su ataque consiste en la destrucción de las células de la
epidermis, que al perder su contenido se decoloran y posteriormente adquieren una
coloración blanca.
 Nemátodos (Meloidogyne incognita): Se alimentan chupando la savia que circula
por las raíces de las plantas, presentando en éstas tuberosidades y deformaciones,
dando lugar a un marchitamiento general.

Todos los insectos mencionados pueden ser controlados con la aplicación de


piretroides, como la deltametrina, y organofosforados, como el heptenofos. Ambas drogas
las podemos encontrar por ejemplo en productos como el Decis Quick de Aventis Crop
Science y debe aplicarse en la aparición de los primeros insectos en una dosis del 0.05%
para el control de orugas, pulgones y trips.

Para el control de ortópteros es recomendable una segunda aplicación de


deltametrina en concentración 0.5 g/l en una dosis de 1.5 a 2.5 l/ha dependiendo de la
intensidad del ataque.

Con respecto a gasterópodos es necesaria la aplicación de metalaldehído en cebos


que generalmente incluyen trigo.

Como medida preventiva de nematodos se recomienda desinfectar las semillas y


aplicar en el suelo donde va a realizarse la siembra algún nematocida como puede ser el
carbofurano 5% p/p en dosis de 12 a 15 kg/ha.

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A pesar de existir en el mercado todos estos productos con efectividad comprobada,


ciertas zonas de Argentina, por cuestiones de costos y/o falta de conocimiento, aun se
utiliza para dicho control insecticidas que se encuentran prohibidos como es el caso del
arseniato de plomo, el cual genera una gran residualidad en el suelo llegando a las napas de
agua. Siendo esto perjudicial para la vida tanto de humanos como de animales de dichas
zonas.

Producción y Comercialización

En Argentina dicho cultivo ocupa una superficie aproximada de 94000 ha. Con una
producción de 157000 toneladas, con un rendimiento promedio de 1.800 kilogramos por
unidad de superficie.

El 80 % del tabaco argentino se exporta,


pero se encuentra sujeto a una alta tasa de
retención (del 10%) no adecuada a las características de un producto pre industrializado.

Fuente: FAO Statistical Databases.

La producción se concentra principalmente en las provincias de Misiones,


Salta y Jujuy, en ese orden de importancia según volumen producido.

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Sobre un total de 25.575 productores tabacaleros en Argentina, el 95,5 %
poseen superficies menores a 10 hectáreas, representa el 52,8 % de la superficie cosechada.
El 32,2 % de la superficie cosechada corresponden a productores con
superficies mayores a 30 hectáreas, quienes representan casi el 2 % del total de productores
tabacaleros.

El sistema de comercialización utilizado en Argentina es el de compra directa al


productor. El tabaco se presenta en las bocas de acopio en fardos de hojas sueltas de hasta
45 Kg. donde son clasificados según el Patrón Tipo Nacional.

Los compradores de tabaco son las empresas manufactureras de cigarrillos, los


dealers (intermediarios) y las cooperativas de productores.

El Patrón Tipo Nacional es definido por la SAGPYA (Secretaría de Agricultura,


Ganadería, Pesca y Alimentos) mediante una resolución y define el conjunto de clases,
definiciones y términos relativos de cada clase de tabaco. El tabaco Virginia del Norte de
Argentina tiene un Patrón Tipo con 48 categorías delimitadas por clase, color y posición de
las hojas en la planta.

El precio fijado de la campaña 2009 fue de 11,15 $/kg para el mejor tabaco y de ahí
va disminuyendo de acuerdo a la calidad que tiene el tabaco pero el promedio general de
todo el tabaco entregado en la campaña fue de $9 aproximadamente el kilogramo.

Ante lo expresado y teniendo en cuenta que el costo por ha de este cultivo ronda en
los $14000 a $15000, como pasa con la mayoría de los productos agrícolas en nuestro país,
quien percibe las menores ganancias es el pequeño productor. El cual en muchos casos se
llega a cubrir los costos.

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Cabe aclarar que el tabaco es un producto al cual se le puede generar un alto valor
agregado para obtener una elevada rentabilidad, ya que el valor de este esta relacionado,
como en ningún otro, con su calidad. La cual depende del manejo y del ambiente en el cual
se lo cultiva.

En el sistema de producción argentino generar un tabaco de alto valor agregado es


difícilmente aplicable debido a los elevados costos y riesgos, y por no contar con el
“ambiente optimo”

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Bibliografía
 Secretaria de industria y comercio de la Republica Argentina; Cartilla para el cultivo
del tabaco; 1946.

 Fernández, Darío; El cultivo de los tabaco claros; Estación Experimental Regional


Agropecuaria Salta (INTA); 1974.

 Horst-Dieter; Fundamentos de tecnología de los alimentos; Editorial Acribia S.A.;


2001.

 EL CULTIVO DEL TABACO; infoagro.com


http://www.infoagro.com/herbaceos/industriales/tabaco2.htm

 FAO - Food and Agriculture Organization of the United Nations. Statistical


Databases.

 Cámara del Tabaco de Salta.

 Píccolo, María Alejandra; Producción y Comercialización Mundial y Nacional de


Tabaco; Estación Experimental Regional Agropecuaria Salta (INTA); 2004.

 http://www.tabacojujuy.com.ar

 Catalogo de productos “Especialidades fitosanitarias para la protección de cultivos”;


Aventis Crop Science.

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