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le. r.

] DE LA RENTA DE LA TIERRA 115

I r su obra observaciones más justas sobre este problema que nín-


ún otro escritor, sin embargo no' ha explicado con suficiente clarí-
dad, aunque a menudo la toca, la causa principal del exceso ordinario
ti 1 precio de la materia prima por encima de su costo de produc-
I 16n;y al aplicar de vez en cuando a la renta de la tierra el término

CAPITULO III monopolio, sin detenerse a señalar sus características más destaca-
las, deja al lector sin una impresión concreta de la diferencia real
DE LA RENTA DE LA TIERRA ntre la causa de este exceso en el precio de los artículos de primera
rl cesidad y en las mercancías sujetas a monopolio corriente.
SECCIÓN l. De la naturaleza y causas de la renta También me parece que son exactas algunas de las opiniones
PUEDE DEFINlRSE la renta de la tierra como aquella parte del valor d I los Economistas de la escuela de Quesnay sobre la naturaleza de
~odo el producto que queda al propietario de la tierra después de ha- In renta; pero las han mezclado con tantos errores y han sacado
I ellas tantas conclusiones sin fundamento, que ha tenido poco
r
erse paga?o todos los gastos propios de su cultivo, de cualquier clase
q~e an, Inclu~o las utilidades del capital empleado, calculado se-
gun 1a tasa habitual y corriente de las utilidades del capital agrícola
, f cto lo que había de verdad en sus doctrinas. Su principal con-
Ilusión, a saber, la justicia de establecer impuestos sólo sobre las ren-
en e momento de que se trate. las netas de los terratenientes, depende evidentemente de que consí-
Suce1e alyunas veces que, debido a circunstancias accidentales d raban estas rentas no sólo como enteramente disponibles, como
4 I exceso del precio por encima del costo de producción que ea-
y tempora es, e agricultuor paga más, o menos, de esa cantidad, pero
es el punto alrededor del cual están constantemente gravitando las I cteriza a un monopolio corriente, sino también que todo impuesto

rentas q.ue se pagan en la realidad, y aquel a que siempre se hace ndirecto opera como una deducción de las rentas netas en propor-
referencia cuando se emplea el término en un sentido general. t n a su cuantía.
. Al ser, pues, la renta el exceso del valor de todo el producto o M. Say, en su magnífico Tratado de Economía Política, donde
SI s~ calcula en dinero, el exceso del precio de todo el producto por h explicado con 'gran claridad muchos puntos que Adam Smith
en.c~made lo que es necesario para pagar los salarios del trabajo 'y la~ había desarrollado bastante, no ha tratado el problema de la renta
utilidades del capital empleado en el cultivo el' bl forma enteramente satisfactoria. Al hablar de los diferentes agen-
. . 1 ' pnmer pro ema a
Investigar e~ a causa o causas de este exceso del precio. naturales que, junto con la tierra, cooperan con el trabajo del
Despues de haber revisado cuidadosamente y repetidas veces el " mbre, observa: Heureusement personne n' a pu dire, le vent et
asunto, no puedo estar ~nteramenté de acuerdo con las opiniones ex- 1/ soleil rn.'appartiennent, et le service qu'ils rendentdoit m'etre
puestas por ~dam Smith o los Economistas de la escuela de M. I ayé! Y, aunque reconoce que, por razones evidentes, la propie-
Quesnay; y aun menos con algunos autores más modernos. ti d de la tierra es necesaria, sin embargo, es evidente que considera
Me parece que la mayoría de estos escritores consideran que la lue la renta se debe casi exclusivamente a esa apropiación y a la de-
renta se p~rece demasiado, tanto en su naturaleza como en las leyes 111 nda externa.

que}a gobiernan, a ;~uel exceso del precio por encima del costo de
111 pagar más que utilidades y trabajo. Siempre será un aliciente bastante para el cultivo
pro UCClOncaracterístíco de un monopolio corriente. 11111 utilidad razonable sobre el capital empleado, incluso, desde luego, el pago del trabajo.
. Au?que Ad~ Smith, en algunas partes del capítulo once de su l' re en la práctica son muy raros los casos en que hay tierra para todo el que quiera to-
pnmer libro, considera la renta como debe hacerse;' y ha esparcido n Irla, y quizá sea una verdad universal que toda la tierra apropiada que da alimentos
su estado natural, da renta, cultívese o no.
1 Sin embargo, no puedo estar de acuerdo con él en que r di' 2 Vol. n, p. 124, 2~ ed, En su 5~ ed., vol. n, p. 346, vuelve a tratar del asunto, pero
alimentos. tiene necesariamente que dar renta La t'en b' o da a tterra que produce 1111 capta su verdadero sentido. Sigue considerando demasiado el precio del producto de
1 ' . I a cu ierra e bosque que en u
co onia nueva, se va cultivando progresivamente para la prod .. d l' ' na I tierra que ocasiona la renta como si fuese consecuencia de un monopolio ordinario.
UCClOn e a imentos, puede
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DE LA RENTA DE LA TIERRA
116 DE LA RENTA DE LA TIERRA [CAP. 111. EC. l.]

no se debe considerar la renta del terrateniente como un aumento


En la excelente obra de M. de Sismondi, De la Richesse Corn-
mereiale, dice en una nota sobre el problema de la renta: Cettc vidente a la riqueza nacional". ,
En otros lugares de esta obra usa un lenguaje ig~al o aún mas
partie de la rente [onciéte est eelle que les Éeonomistes ont déeoréc
fuerte, y en una nota donde trata de los impuesto~ dice que el ele-
du nom du produit net, eomme étant le seul [tuit du travail qui
vado precio de los productos de la t.ier~a. es ventajoso a los que 10
• A 7
a¡o~tat quetque enose a 1a rie h esse nationale. On pourroit, au con-
1 ,

reciben, pero proporcionalmente per¡udlewl para los que lo pagan.


trmre: soutetut eontre eux, que e' est la seuLe pattie du produit du
"Según esta opinión -añade-, no puede representar un au~ento
n;avml, dont la valeur soit purement nominale, et n' ait rien de réelle:
general al acervo de la comunidad, pues el excedente en cuesnon no
e est en effet le vésulta: de l'augmentation de prix qu' obtient un ven-
es más que la transferencia de un ingreso de una clase a otra, y es
deur en vertu de son privilég«, sans que la ehose vendue en vaille
réellement davantage.3 evidente que no puede surgir ningún fondo de donde s~car para el
pago de impuestos de la mera circunstancia de. un ca~blo de mano.
Me ha parecido que la opinión dominante entre los escritores
El ingreso con que se paga el producto de l~ tierra ~xlste ya en p.o-
modernos de nuestro país se inclina hacia una opinión similar sobre
sesión de los que compran ese producto; y SI el precio de ~~s SUbSl~-
el prob.l~~a; y, para no multiplicar ejemplos, sólo añadiré que en
tencias fuese más bajo seguiría en sus manos, donde t~mblen podría
una edición muy respetable de la Wealth 01 Nations, publicada por
gravarse con un impuesto, igual que cuando se rransfiere a los pro-
Mr. Buchanan, de Edimburgo, aún se lleva más lejos la idea de mo-
nopolio. Y, si bien los escritores anteriores, a pesar de considerar pietarios rústicos debido a un precio elevado".~ . .
No tenemos ningún inconveniente en admitir que hay o.tr~s cir-
~ue la .renta est~ba gobernada por entero por las leyes de monopo-
ha, opmaban, sm embargo, que tal monopolio era necesario y -útil cunstancias relacionadas con la renta que tienen grand~s afmld~d~s
con un monopolio natural. La extensión misma de la tierra es limi-
en el caso de la tierra, Mr. Buchanan habla algunas veces de él
tada y no puede aumentar por la demanda. ~a desigualdad de suelo
hasta como perjudicial, y de que priva al consumidor de lo que da
ocasiona, aun en épocas primitivas de la SOCiedad, una escasez 1rela-
al terrateniente.
En el último volumen, al hablar del trabajo productivo e im- tiva de las mejores tierras, y evidentemente esta escasez es. ~na ne. las
causas de la renta propiamente dicha. Debid~ a esto. quiza pudiera
productivo, observa que" "el excedente neto por el que los Economis-
aplicársele con propiedad el término monopolIo parewl. Pero ~a es-
tas calculan la utilidad de la agricultura, surge evidentemente del
casez de tierra no es, en modo alguno, suficiente ~ara produClr los
elevado precio de su producción, que, por muy ventajosa que sea al
efectos observados. Y una investigación más detemda del problema
terrateniente que la recibe, no tiene, sin duda, ninguna ventaja para
el consumidor que la paga. Si la producción agrícola se vendiera a nos mostrará cuán diferente es, tanto en su origen nat~ral como en
las leyes que 10 gobiernan, el exceso ordinario del precio de la ma-
menor precio, no quedaría el mismo excedente neto después de pagar
teria prima por encima de su costo de producción, del elevado pre-
los gastos de cultivo; pero la agricultura seguiría siendo igualmente
productiva al acervo general; y la única diferencia sería que lo mismo cio de un monopolio corriente. .
Puede decirse que las causas del exceso ordinario del precio de
que antes el terrateniente se enriquecía como consecuencia del ele-
vado precio, a expensas de la comunidad, ahora será ésta la que se la materia prima por encima de su costo de producción son tres:
Primero y principal, aquella cualidad del s~elo por la ~ue puede
beneficie por el precio bajo, a expensas del terrateniente. El elevado
precio que da origen a la renta o excedente neto, si bien enriquece al hacérsele producir una cantidad mayor de a~t1c.ulos de pnmera ne-
terrateniente que vende los productos agrícolas, disminuye en la cesidad de los que se necesitan para el mantemmlento de las personas
misma proporción la riqueza de sus compradores; y por este motivo empleadas en la tierra. . ' .
Segundo, aquella cualidad peculIar a los artICulas de pnmera
3 Vol. 1, p. 49. M. de Sismondi, en su última obra, Nouveaux Príncipes d'Economie necesidad, cuando se distribuyen en forma adecuada, de crear su
Politique, ha expuesto una opinión distinta y más correcta sobre la renta.
4 Vol. IV, p. 134. 5 Vol. III, p. 212.
118
DE LA RENTA DE LA TIERRA
[CAP,m, EC. t.] DE LA RENTA DE LA TIERRA 119
propia demanda, o de hacer surgir un nú d d
porcional a la cantidad de artículos ducíd, e emandadores pro-- Sin embargo, a pesar de que el excedente es importante y nece-
y pro UCIos, ario, no poseería siempre un valor que le permitiera comprar una
artifici~l~ercero, la escasez relativa de tierra fértil, ya sea natural o cantidad proporcional de trabajo y otras mercancías, si no pudiera
La cualidad del suelo que ' h - levantar una población que 10 consuma, y crear una demanda efec-
tiva de él, por los artículos producidos a cambio.

tiene nada que ver con ~I mon 07,


i
sa primaria del exceso en ~I . rec~:;U1 ernos se~ala~o como la cau-
del costo de producción es u~ d ~e a matena prima por encima
e a, naturaleza al hombre. No
Algunas veces se ha argüído que imaginar que el aumento de
limentos o de materias primas puede ocasionar por sí solo un au-
a la existencia de la renta qu:~~nlO Il' SIn em,bargo:es,tan esencial mento proporcional de la población es no comprender el principio
escasezo mono olio ue d ,e a no existe rungun grado de de la población. Sin duda esto es así, pero ha de admitirse que,
materias prima; por ~nci~~ed: f~aslOnar un exc~so del precio de las como ha observado atinadamente Adam Smith, "cuando se dan ali-
larios y utilidades. que es necesano para pago de sa- mentos, es relativamente fácil encontrar los vestidos y alojamientos
Por ejemplo, si el suelo de la tier f d necesarios"." Y debe recordarse siempre que la tierra no sólo pro-
por muy bien dirigida que pudiera ha~~r ~~~ed e Ita~~at~ra!eza que duce la mercancía, sino que además de ese producto, que es más
hombre no hubiera podido saca d 11 ,a o a a oríosídad del indispensable que todos los demás -la comida-, produce los ma-
indispensable para mantene r e l~ a mas que l~ estrictamente teriales necesarios para vestir, alojar y hacer fuego.'
eran necesarios para obtener rs: aq~e os cuyo, trabajo y diligencia Por consiguiente, es perfectamente cierto que la tierra produce
r~ podido existir renta ni exce~:~t~C~f'ues evídenn- que ~o hubíe- los artículos de primera necesidad -produce los medios, y los úni-

arts
tierra en forma de grandes utilidades o sgl n? de producclOn de la cos, por que puede surgir un aumento de población y mantenerse-o
el caso que aquí suponemos los ali a eleva~os, aunque en A este respecto la tierra es esencialmente distinta de cualquier otra
bíeran sido más escasos que hoy merto~ y a~ m~tenas pnrnas hu- clase de máquina de que los hombres tengan conocimiento; y es
monopolizada, como actualmente' y a tIer,ra ,u rera podido estar natural suponer que su uso produzca efectos peculiares.
Para otro lado h d : 'por propletanos partIculares. Si una familia activa y laboriosa poseyera una parcela de tierra
, ay que a rnmr que com '
en la realidad el producto de u idO q~Iera que se reparta y pudiera cultivarla de manera que le produjese alimentos, y los ma-
se distribuya el total entre tra~a\~~:~: a ete~mI~ada de tierra, ya teriales necesarios para su vestido, alojamiento y calefacción, no sólo
una parte a un terrateniente, la ca~acidad y capítalísras, ? se reserve para sí misma, sino para cinco familias más, se sigue, aplicando el

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encima de lo que es estrictamente necesario acer pro UCIrpor
principio de la población, que si distribuyen de manera adecuada
su excedente de producción, pronto podrán comprar el trabajo de
otras cinco familias, y el valor de su producción agrícola llegará en
y conservar el capital empleado en eIl S' para madntenerel trabajo seguida a valer cinco veces más que el del trabajo empleado en cul-
1 2 3 4 ' 5 a. 1 ese exce ente fuese como tivarIa. Pero si en lugar de una parcela de tierra que produzca todo
, , , o , entonces su capacidad d duct
como 1 2 3 4 ' 5 h e pro UCIruna renta será lo necesario para la vida, sólo posee, además de lo indispensable para
de dem~nda' ex~erio~no ay grado de monopolio ni posible aumento
J _ J. dif que pueda alterar esencialmente estas capaci Libro 1, cap, XI, p. 255, 6~ ed.
aaaes l erentes. - 6
7 Sin embargo es cierto que si estos materiales faltaran, o se impidiera la formación
dad re~~tSi n~ pudedehalber renta sin este excedente, y si la capaa; de la habilidad y el capital necesarios para utilizarlos, debido a la falta de seguridad de la
errnma os sue os de pagar re t ' propiedad o cualquier otra causa, los cultivadores disminuirán bien pronto sus esfuerzos,
y disminuirá mucho el aliciente de acumular y de aumentar su producción, Pero en este
s~,sigue que el repetido excedente de la ~e:r:s ~~~porCIfna~a aq~él,
caso habrá sólo muy poca demanda de trabajo; y, cualquiera que sea la baratura nominal
tIhda,d, ?ebe evidentemente considerarse com~ el fur~u ta e su er- de los víveres, todo el cuerpo de trabajadores no podrá en realidad disponer de una pro-
sa principal de toda renta. n amento o cau- porción tan elevada de artículos de primera necesidad, incluso, desde luego, los vestidos,
alojamiento, etc. que permita un aumento de población,
120 DE LA RENTA DE LA TIERRA [CAP.m. EC. l.] DE LA RENTA DE LA TIERRA 121

su propio mantenimiento, una máquina que produzca sombreros sus doctrinas. Pero los escritores modernos se han inclinado, po~
abrigos para cincuenta personas, además de ellos, por muchos es- lo general, a pasadas por alto, y han considerado qu~ la ren~a esta
fuerzos que hagan no podrán conseguir una demanda para eso regulada por los principios que rigen a los monopolios cornentes,
sombreros o abrigos que les proporcione a cambio la capacidad de aunque la distinción es importantísima, evidente, y salta a la vista en
comprar una cantidad de trabajo mucho mayor del que haya cos- casi todos los casos que tomemos.
tado su fabricación. Es posible que durante mucho tiempo, quizá Se admitirá que, si disminuyera en la mitad la fertilidad de las
para siempre, la máquina no tenga más valor que el que resulte de minas de todo el mundo que producen metales preciosos, al no de-
fabricar sombreros o abrigos para la familia. Podría suceder que el pender la población y la riqueza necesariamente del oro y la pl~~a,
resto de su capacidad productiva se desperdiciase por completo de- tal acontecimiento no sólo podría ser compatible con una poblaclOn
bido a falta de demanda; y aun cuando por razones externas, total- igual y la misma riqueza, sino con un aumento considerable de am-
mente independientes de cualquier esfuerzo de la familia, hubiese bas. Sin embargo, es seguro que en este caso las rentas, utilid~des y
surgido una población suficiente para una demanda de los cincuenta salarios que se pagan en las diferentes minas del mundo pod:la? n?
sombreros, podrían construirse otras máquinas iguales y el valor de ólo no disminuir, sino aumentar considerableme~te. Pero SI dlsml;
los sombreros -su capacidad de comprar trabajo- podría exceder nuyese en la mitad la fertilidad de todas las tierras del mu~do,
permanentemente, pero sólo muy poco, el valor del trabajo empleado comola población y la riqueza dependen estrictame~te de la ca~tidad
en fabricarlos. de artículos de primera necesidad que produce la tierra, es evidente
Después de introducirse en este país la nueva maquinaria de que se destruiría gran parte de la población y riqu~za del mu~do, y
elaboración de artículos de algodón, probablemente cien yardas de con ella buena parte de la demanda efectiva de articulas de primera
muselina de una calidad determinada no podrían comprar tanto tra- necesidad. En los países más adelantados dejarían de c~ltivarse la
bajo como veinticinco yardas hubieran comprado antes; porque la mayoría de las tierras y disminuirían mucho en los demas los sala-
oferta aumentó más que la demanda y ya no había demanda para rios utilidades y rentas, sobre todo las últimas. Apenas habría en este
toda la cantidad producida al mismo precio. Pero después de haber- paí; alguna tierra empleada en la producción de ~rigo que ~i~diese
se adoptado grandes mejoras en la agricultura en una extensión li- una renta de igual valor que los salarios del trabajo y las utílídades
mitada de tierra, una arroba de trigo comprará, al cabo de poco del capital necesarios para cultivarla. Si esto ;s así, pues, .en el caso
tiempo, la misma cantidad de trabajo que antes, porque el aumento upuesto, al no ser la cantidad producida mas q~~ la mitad de lo
de producción ocasionado por la mejora del cultivo, si se distribu- que se obtenía antes con el mismo trabajo y utilidades, es dudo-
ye adecuadamente, crea una demanda proporcional a la oferta, que o que pudiera seguirse cultivando la tierr~_en Ing1aterr.a. .
siempre será limitada, y en esta forma se impide que baje el valor del Desde luego, el producto de algunas vmas de Francia que, debí-
trigo igual que el de la muselina. do a peculiaridades de su suelo y situación, son ~asúnicas que dan
Así la fertilidad de la tierra ofrece la posibilidad de una renta vino de determinado sabor, se vende a un precio que excede con
al producir una cantidad de artículos de primera necesidad superior mucho al costo de producción, incluso las utilidades normales. Y
a las necesidades de los cultivadores; y las cualidades peculiares de sto se debe a la gran competencia que existe por esos vinos, compa-
los artículos de primera necesidad, cuando se distribuyen en forma
8 Mr. Ricardo ha imaginado un caso (p. 490, 3~ ed.) de disminución de u~ déci,?,C
adecuada, tienden con fuerza e insistencia a dar valor al excedente al
de la fertilidad de la tierra, y cree que hará subir las rentas por empujar al capital a ne-
dar nacimiento a una población que los demande. i ras menos fértiles. Yo creo, per el contrario, que en un país bien cultivado tal hecho no
Como era de esperar, los Economistas han insistido mucho en puede dejar de hacer bajar las rentas, por ocasionar una retirada d~ capital de los suel~s
estas cualidades del suelo y sus productos en diferentes partes de sus más pobres. Si los últimos terrenos cultivados apenas hacen algo mas que p~gar. ~l trabajo
necesario y una utilidad del 10 por ciento del capital empleado, una ~lsmmuc\On de un
obras, y es evidente que Adam Smith las admite como verdaderas en décimo del 'Producto bruto haría sin duda que ya no valiera la pena sultivar muchos suelos
aquellos párrafos de la Wealth 01 Nations en donde más se acerca a pobres, y por lo tanto reduciría las rentas.
122
DE LA RENTA DE LA TIERRA [CAP. 111.
c. l.) DE LA RENTA DE LA TIERRA 123
rada con la escasez de su oferta, que limita su consumo al reducidí,
sima nú~er? de personas que pueden y quieren pagar un precl nales a sus valores en uso. En distintas circunstancias la misma
extraordmanamente alto antes que pasarse sin él. Pero si aumen, antidad de uvas o de algodón podría valer permanentemente tres o
tase !~
fer~ilidad .de,tales tierras en tal grado que aumentase su pr trescientos días de trabajo. Sólo en la producción de artículos de
primera necesidad actúan siempre las leyes de la naturaleza para
d~ccIon,. esta bajaría de valor hasta disminuir en gran medida I
díferencía entre su precio y el costo de producción. Por otro lado regular su valor en cambio de acuerdo con su valor en uso; y aun-
si ~as viñas llegaran a ser menos productivas, aquella diferencia po~ que, como consecuencia de la gran diversidad de circunst~ncias ex-
dría crecer casi en cualquier rnedída." ternas, y sobre todo de la mayor abundancia o escasez de tI~rra, esto
casi nunca se realiza del todo, sin embargo, el valor en cambio de una
La razón obvia de estos factores es que en todos los monopolios
cantidad determinada de artículos de primera necesidad tiende siem-
n~rmales la ~emanda es extraña, e independiente, de la producción
rnisma. El n.umero de personas que gustan de los vinos raros y de- pre a aproximarse al valor de la cantidad de trabajo que pu~~a
sean competir en su adquisición puede aumentar casi índeflnída- mantener de tal forma que sostenga por lo menos una población
estacionaria; en otras palabras, tiende a aproximarse a su valor
mente, mie~tr~s disminuye al mismo tiempo la cantidad de producto;
y, por conSIgUIente, su precio no tiene más límites que el número en uso. .
capacidad y caprichos de los competidores. ' En todo monopolio normal e! precio del producto, y por CO~SI-
. Por el contrario, en la producción de artículos de primera ne- guiente la diferencia de! precio que rebasa el costo de. produ~cIOn,
cesídad la demanda depende del producto mismo y, por lo tanto, los puede aumentar sin límites decididos. En e! ~onopoho parcial de
efectos s~m muy diferentes. En este caso es físicamente imposible la tierra que produce artículos de primer~, neces~dpd: el exceso~e .su
precio por encima de! costo de producción esta SUjeto a un limite
que e! numero de demandadores rebase ciertos límites muy estrechos
cuando disminuye la cantidad de producto, ya que los demandado_ que no se puede rebasar. Este límite lo constituye e! e~cedent.e de
res sólo pueden existir mediante él. artículos de primera necesidad que puede hacerse prodUCIr.a la tierra
En todo monopolio normal sólo puede producirse un exceso por encima de las necesidades más elementales de los .c~ltlvadores, y
d~1 valor del producto por encima del de trabajo y utilidades co- depende estrictamente de la fertilidad na~ral ~ adquirida del sue.lo;
rnentes que exige su obtención, por una demanda externa y escasez Auméntese esta fertilidad, y se ensanchara el lfrnire y se conseguira
de oferta. En el monopolio parcial de la tierra que produce artícu- que la tierra dé mayor renta; disminúyase, y el límite se contraerá y
los de primera necesidad, lo único que puede crear permanenremsn, será imposible obtener una renta elevada; disminúyase aún más, y el
te ese exceso es la fertilidad del suelo. límite coincidará con el costo de producción y desaparecerá la renta.
En los monopolios normales y en todas las producciones que no En resumen, en e! primer caso, la capacidad de! producto de
sean de artículos de primera necesidad, las leyes de la naturaleza exceder en precio al costo de producción depende del ~rado de mo-
contribuyen muy poco a que sus valores en cambio sean proporcío- nopolio y de la demanda exterior; en e! otro, esta ca~~cIdad ?epende
por entero del grado de fertilidad natural o adquirida. Sin duda
9 Mr. Ricardo contesta a esto (p. 492, 3'" ed.) que "dados los precios elevados, la
renta tiene que ser alta en proporción a la abundancia y no a la escasez" ya se trate de
ésta es una definición amplia y tajante."
viñas muy selectas o de tierra corriente de trigo. Pero ésta es una suposic'ión gratuita. El lEs, pues, posible considerar que e! exces~ ordinario del precio
precio del trigo no puede estar dado. La fuerza de la demanda exterior y la disminución de los artículos de primera necesidad por encima de sus costos ~e
de la oferta hacen que el producto de un acre de viñas de Champagne pueda comprar
perma.nentemente cincuenta veces más trabajo del que se ha empleado en cultivarlo; pero
producción está regulado por e! principio que rige a un m?nopolI?
suponiendo que los labradores empleados en el cultivo vivan del trigo que producen no corriente? lEs posible considerar la renta, como hace M. de Sismondi,
existe ningún aumento posible de la demanda exterior o disminución de la oferta capaz como producto sólo del trabajo, que tiene un valor r:uramente. no-
de hacer que el producto de un acre de tierra triguera pueda remunerar de manera per-
minal, y como simple resultado de ese aumento de precio que obtiene
manente a todos los trabajadores que puede alimentar; porque en este caso el trabajador
carecerá totalmente de medios para mantener a su familia y sostener la población. 10 IY Mr. Ricardo cree, sin embargo, que esta distinción no tiene una base sólida!
Cap. XXXI, p. 492, 33 ed.
124 DE LA RENTA DE LA TIERRA SECo n.] DE LA RENTA DE LA TIERRA 125
[CAP. 11I.

un vendedor a consecuencia de un privilegio especial; o, como Mr. SECCIÓN II. De la necesaria separación de la renta de la tierra de las
Buchanan, no considerar que es una adición a la riqueza nacional, utilidades del agricultor y los salarios del trabajador
sino sólo una transferencia de valor, que no beneficia más que a los
terratenientes, y que es proporcionalmente perjudicial a los consu- En todos los estados habitados de antiguo, la apropiación de la
midores? 11 tierra en los primeros tiempos ha ido acompañada de tant~ violencia
Por el contrario, Zno debe admitirse que la renta es el resultado e injusto monopolio, que es necesario dirigir nuest~a atencion al esta-
natural de una cualidad inapreciable del suelo que Dios ha conce- blecimiento y cultivo progresivo de nuevas colo mas para poder v~r
dido al hombre -la cualidad de poder mantener a más personas de el fundamento y progreso naturales de las rentas. En ~l esta~leCl~
las que se precisan para trabajarla-? ¿y no es una parte, más tarde miento de nuevas colonias, cuando se emplean sobre una tierra virgen
veremos que parte indispensable,. de ese excedente general de pro- y fértil los conocimientos y el capital de una sociedad antigua, el
ducción de la tierra, de que se ha dicho acertadamente que es la excedente de producción aparece sobre todo en lo elevado de las
fuente de todo poder y disfrute, y sin el cual no habría ciudades, ni utilidades y de los salarios, y sólo muy poco en forma de rent~.
Mientras hay abundancia de tierra fértil, y siempre que pueda adqui-
fuerza militar o naval, ni artes, ni saber, ninguna de las más refi-
rida cualquiera que la pida, es evidente que nadie pagará renta a un
nadas manufacturas, ninguna de las cosas conveniente y lujos de los
terrateniente. Pero es incompatible con las leyes de la naturaleza y
países extranjeros, ni esta sociedad culta y pulida que no sólo eleva
la limitación y la calidad de la tierra que tal estado de cosas perdure.
y dignifica a los individuos, sino también extiende su beneficiosa
influencia a toda la masa de los habitantes? 12 En todos los países tienen que existir necesariamente di;ersfd~d de
suelos y situaciones. No toda la tierra puede ser la mas fértil: no
11 Es extraordinario que Mr. Ricardo (p. 486) haya sancionado estas proposiciones todas las situaciones pueden ser las más cercanas a ríos navegables y
de M. Sismondi y Mr. Buchanan. Estrictamente, según su teoría, e! precio de! trigo es mercados. La acumulación de capital más allá de las posibilidades de
siempre un precio natural o necesario, e independientemente de las mejoras agrícolas, la
empleado con el mismo rendimiento en tierra de la mayor fertilid~d
condición natural y necesaria de una mayor oferta de productos. lEn qué sentido puede,
pues, estar de acuerdo con estos autores y decir que es como e! de un monopolio ordi- natural y situada más ventajosamente, tiene por necesidad que dis-
nario, o sólo ventajoso a los terratenientes y proporcionalmente perjudicial a los consu- minuir las utilidades; y al mismo tiempo el crecimiento rápido de la
midores? •
población tenderá a reducir" los salarios del trabajo.
12 Después de lo que se ha dicho y escrito sobre e! problema de la renta, confieso que
me sorprendió mucho que e! corone! Perronet Thompson haya publicado un folleto titu-
lado "La verdadera teoría de la renta, en oposición a Mr. Ricardo y otros", y haya dicho do, que ni los compradores de Tokay ni sus cultivadores viven de él. Y tercero, que el
que en todos lados la única causa de la renta es la misma que origina la renta de los único límite al precio de! Tokay son los gustos y la fortuna de unos cuantos ricachones,
viñedos que producen viI10 de Tokay. Esta afirmación de! corone! Thompson es tanto No puede, pues, decirse con verdad que la única causa de la renta es. SIempre la
más notable cuanto que en el curso de su folleto reconoce la verdad de las principales misma que da origen a la renta de los viñedos que producen Tokay; y ;amblen es inapli-
conclusiones de la nueva teoría, que son: cable en absoluto el ejemplo de ese vino para ilustrar la verdadera teoria de la renta. .
Primero, que en un país progresivo que tenga una gradación de tierras, que es lo En cuanto al gran error en que con tanta frecuencia cae el coronel Thompson, es eVI-
que ocurre en casi todos los países que conocemos, e! precio medio y real de! trigo es un dente que el lenguaje poco adecuado en que algunas veces se ha expuesto la nueva d~c-
precio necesario, o sea e! precio necesario para obtener una cantidad de productos suficien- trina de la renta no afecta a su sustancia. Los errores que surgen de tal causa se hablan
tes para e! consumo interior, en e! estado existente de la agricultura y del valor del dinero. señalado en la primera edición de esta obra mucho antes de que el coronel Thompson se
Segundo, ningún monopolio puede hacer que la tierra que produce los alimentos de ocupara del problema. ..
que vive la población dé una renta, si no diese un producto mayor del que se necesita 13 Después de lo que se ha dicho sobre la constancia del valor del trabajo en este
para mantener a los cultivadores. capítulo, se entenderá que cuanto hablo de salarios altos y bajos, o del alza o baja .~e los
Tercero, que el precio normal del trigo está tan limitado que no puede ser durante mismos, me refiero siempre a su mayor o menor cuantía, o .al aumento. o dlsmlnuclO~ de
mucho tiempo tan alto que impida que los salarios corrientes en dinero de las clases tra- la cantidad de artículos de primera necesidad, etc., que recibe el trabajador, o de dinero
bajadoras compren más trigo de! que se necesita para alimentar a los individuos real- con que compra esos artículos de primera necesidad y que es de valor .vanable. ..
mente empleados. Para evitar ambigüedades, quizá hubiera sido mejor haber aplicado siempre es~s últimos
Ahora bien, es sin duda verdad, primero, que el precio de! Tokay no es un precio términos a los salarios, en lugar de los primeros, pero como las expresiones salanos altos y
necesario: se producíría la misma cantidad aunque el precio fuera mucho menor. Segun-
126 DE LA RENTA DE LA TIERRA [CAP. UI. SECo n.] DE LA RENTA DE LA TIERRA 127
De esta manera disminuirán los costos de producción en sala, Tampoco es posible que en un país en que la riqueza y la po.•
rios y utilidades medidos en trigo; pero el valor del producto, es blación estén en crecimiento pueda continuar dividiéndose todo el
decir, la cantidad de trabajo que con él se podrá comprar, tenderá producto sólo entre los capitalistas y los trabajadores, como utilida-
a aumentar, en lugar de disminuir. Habrá un número creciente de des del capital y salarios del trabajo. Si las utilidades y salarios en
personas solicitando subsistencia, y dispuestas a ofrecer sus servicios trigo no bajaran, entonces, de no haber mejoras particulares en el
en cualquier forma en que puedan ser útiles. El valor de los ali- cultivo, solo podrían cultivarse las tierras más ricas. La baja de utili-
mentos será superior al del trabajo y de las utilidades que son la con, dades y salarios que tiene lugar en la práctica transfiere indudable-
dición de su oferta; y este exceso es aquella parte del excedente ge- mente una parte del producto al terrateniente, y constituye una par-
neral derivado de la tierra a que se ha llamado renta. te, aunque, como veremos más adelante, sólo una parte de su renta.
La cualidad de la tierra que se mencionó en primer lugar, o sea Pero si puede considerarse que esta tranferencia es perjudicial al
su capacidad de rendir una cantidad mayor de artículos de primera consumidor, entonces todo aumento de capital y población que no
necesidad de los que se necesitan para el mantenimiento de las per- resulte específicamente de mejoras agrícolas tiene que considerarse
sonas empleadas en su cultivo, es sin duda el fundamento de esta perjudicial; y un país que podría mantener con desahogo diez mi-
renta y el límite de su posible aumento. La segunda cualidad se, llones de habitantes debería limitarse a un millón. La transferencia
ñalada, es decir, la tendencia que tiene la abundancia de alimentos de las utilidades y salarios, y aquel valor del producto que da la ren-
a desarrollar la población, es necesaria tanto para dar un valor al ta, al que se ha tachado de perjudicial y de privar al consumidor de
excedente de los artículos de primera necesidad que los agricultores lo que da al terrateniente, son absolutamente necesarios para obtener
pueden obtener de la primera tierra que se cultiva, como para crear cualquier aumento de importancia a la riqueza y número de los pri-
una demanda de más alimentos de los que pueden obtenerse de las meros pobladores de un país nuevo, y son consecuencia natural e in,
tierras más ricas." Y la tercera causa, la escasez relativa de tierra evitable de ese aumento del capital y de la población de lo cual ha
fértil, que es evidentemente la consecuencia natural de la segunda, hecho la naturaleza una de las características de la raza humana.
es necesaria, por último, para separar una parte del excedente gene, Cuando se ha producido dicha acumulación de capital hasta el
ral de la tierra en la forma específica de renta del terrateniente." grado de que los rendimientos de una cantidad adicional que se em-
bajos, y alza y baja de salarios, se usan con tanta frecuencia en la conversación diaria y se plee en las tierras que primero se cultivan sea menor de lo que po-
entienden siempre en el sentido en que las he explicado, e! retenerlas no creará con- dría obtenerse de una tierra inferior," es evidente que tiene que ser
fusión en la mente de! lector.
más provechoso cultivar esa tierra de calidad inferior. Pero los cul-
14 Si en una colonia nueva e! aumento de población no crea una demanda de más
alimentos de los que podrían producirse con el mismo beneficio en las tierras más ricas,
tivadores de la tierra más rica, una vez que han bajado las utilidades
no podría aparecer una renta, ni cultivarse tierras de calidad inferior. y los salarios, y si no pagan renta, dejarán de ser simples agriculto-
15 Mr. Ricardo no me ha comprendido cuando afirma que yo he dicho que la renta res o personas que viven de las utilidades del acervo agrícola; es
sube y baja inmediata y necesariamente con el aumento o disminución de la fertilidad de
la tierra (p. 489, 3~ ed.), El lector juzgará hasta qué punto pueden interpretarse de esta
evidente que reunirán las características de terratenientes y de agri-
manera mis palabras, pero no podía figurarme que tuvieran ese sentido. Habiendo sen- cultores, cosa que no sólo no es desusada, sino que no altera en modo
tado tres causas necesarias para la aparición de la renta, era imposible que hubiera querido alguno la naturaleza de la renta ni su diferenciación radical de las
decir que la renta variaría siempre y en proporción exacta a una de ellas. Dice con toda
utilidades y los salarios.
claridad que en colonias nuevas e! excedente de producción de la tierra, o su fertilidad,
sólo se manifiesta muy poco en forma de renta. Es evidente que Mr. Ricardo se ha ex- Si las utilidades del capital empleado en las tierras de peor ca-
presado demasiado a la ligera al corregirrne, refiriéndose a la escasez relativa de la tierra lidad que se cultiva fuesen de treinta por ciento, y las parcelas de la
más fértil como la única causa de renta (p. 490, 3" ed.), aunque ha reconocido que no tierra que primero se cultivó rindiesen el cuarenta por ciento, el diez
puede haber renta sin fertilidad positiva (p. 491). Si la tierra más fértil de un país fuese
muy pobre, éste tendría que pagar rentas, ciertamente pequeñas, por muy escasa que
por ciento de este cuarenta sería evidentemente renta, sea quien sea
fuese dicha tierra; y si no hubiera excedente de subsistencias por encima de las que se ne- 16 El motivo inmediato para el cultivo de nueva tierra sólo puede ser la perspectiva
cesitan para mantener a los cultivadores, no habría ningún excedente de precio.
de emplear mayor capital con más ventaja que en los suelos cultivados de antiguo.
128
,DE LA RENTA DE LA TIERRA
[CAP. ur, SECo n.] DE LA RENTA DE LA TIERRA 129

~~j~~~ II~sr:~il~~~c1's
~~a~1;0~1 ~:~~t:l~e. haya ~cumulado aún más y En la mayoría de las grandes monarquías orientales se ha con-
ventajoso ocupar otras que estén .ejores tle~ras e un país, será siderado al soberano como propietario del suelo. Este monopolio
en CircunstanCias menos f bl prematuro de la tierra, junto con las dos características del suelo y
en cuanto a fertilidc.i n sirua ., Al h b b aVara ies
Clan.
~,~~ ~ u, a er ajado 1 id d d
producto necesario pala pagar salarios y utilidades ~ c~mtí a e de sus productos que antes señalamos, ha permitido al gobierno re-

~~~::~;~~~Oti::~~: ~~~o~¿b:::i~f~~~ ~~fliame~t~


aunque al principio no dejasen rentas t::~~'
c~~i~~~~e~
yS
e nos y mercados,
;f clamar desde una fecha muy remota uña parte del producto de toda
la tierra cultivada, y, bautÍcese como se quiera, esto es esencialmen-
te renta. Es un excedente de la cantidad y el valor de 10 que se
van bajado más aún las utilidad d' . ien, una vez que ha- produce por encima de los costos de cultivo."
del trabajo, podrían cultivarse ti~:ra~l aC~l~iso lo~ salarios en ~rigo Pero en la mayoría de estas monarquías había grandes exten-
das. Y es evidente que cada ve- po res o peor situa- siones de territorio fértil; el excedente natural que daba el suelo era
la renta de la tierra tiene que subir, se da un paso de esta naturaleza muy grande; y mientras 10 que se reclamó de él era moderado, el
resto era suficiente para permitir las utilidades y salarios necesarios
a me~iO¡al~u:a~~~ ;~~i~~ ~l~~~:: como verdad incontrovertible que para que pudiera darse un gran aumento de población.
densidad considerable de poblacI'o'un grado ellevado de riqueza y una Sin embargo, es evidente que un soberano que sea propietario
.,
1a accion n, es una ey tan in va . bl del suelo en un territorio muy rico puede obtener desde una etapa
del principio de la gravedad la ' ., rra e como
muy temprana de desarrollo de mejoras una renta excesiva. Casi des-
~~~OyUq:~elspecie de cualidad in.herent~ de ~:~at~:~~~~d~ec~:~t~e:~~
, as rentas no son un SImple valor . 1 de el principio podría exigir todo 10 que no fuera necesario para
fiera sin necesidad y con perjui d nomma , o que se trans- que los cultivadores aumentasen con moderación, y si la habilidad
• IClO e un grupo de pe
smo una parte importantísima del valor total del p d rsonas al otro, de éstos no fuese deficiente, tal exigencia le daría una proporción del
resulta necesariamente de su continuo aum . t ro u~to anua , que producto total, en forma de impuesto o renta, mayor de la que pro-
bablemente podría obtenerse en una etapa más avanzada de la so-
naturaleza ponen en la tierra, sea quien seae~l°q~eql~e as leyes d la
o pocos, ya sea el terrateniente, la corona o el poslea, m~c os h ciedad; pero es evidente que en este caso sólo podrían cultivarse las
Esta es pues 1 f ,agncu tor mismo. tierras más fértiles del país, y que se detendría prematuramente el
lidades y los' salari~s ~n o~~~s~~d~~a~~r:~p~raría la renta de las uti- desarrollo de las utilidades, salarios y población.
las actividades de un mal gobierno' ~ co~as, no estorbado por No es probable que los soberanos ejerzan hasta tal extremo sus
sario; pero sabemos demasiad bi ,DI por nmgun monopolio innece- derechos sobre el suelo, pues sería contrario a sus propios intereses
das en que ha vivido la huma~idle~ ~ue ~~ lat diferentes circunsran, lo mismo que a los de sus súbditos; pero hay razones para creer que
malos y los monopolios inneces:' ~n sI. o recuentes los gobiernos en algunos' lugares de la India, y en muchos otros países meridiona-
J~ una mfanera .~adical este progr~~O;,n:t~:a~~~:o ~~~u:odpific;rá? les y orientales, como en la China misma, el exceso de impuestos
ran una ormacíon prematura de renta. ro UCI~ sobre la tierra, basados en los derechos del soberano sobre el suelo,

, 17 Cuando una cantidad determinada de ea ital da ' , 18 Esta opinión sobre e! problema comprende todas las diferentes clases de renta a
tierras nuevas o viejas la pérdida s' di id PI menores rendImIentos, ya sea en que se refeire Mr, [ones, en su reciente y magnífica exposición del estado de éstas y de
, , ' e IVI e por o general lb'
piralisras, y bajan simultáneamente los salarí I entre os tra ajadores y los ea- las diversas maneras de pagar e! trabajo en diferentes partes de! mundo. Ya se pague al
, a anos y as util'd d E
que dice Mr. Ricardo. Pero los salario I a es, sto es lo contrario de lo
S trabajador en dinero, en productos, o con una parcela de tierra que cultive él mismo con
distintos. El habla de! mero costo en t a quednosotrdos "" referimos son completamente
b • I d una parte de su trabajo, mientras entrega la otra a su señor, e! fundamento de la renta
d a d d e! labrador; yo hablo de los artículos'ra ajo e pro ucrr los
El I arncu os e primera necesí-
bai I mismos, ector se d . d es exactamente igual, dependiente siempre del valor del excedente de lo que produce
ajan os salarios en trigo sube el val o d I ara cuenta e que cuando toda la tierra del señor por encima de lo que en la realidad reciben los cultivadores, y la
, • r e ese cerea debid I
demanda de él, o a la posibilidad y d d '1 loa a mayor intensidad de la cantidad de renta que se puede obtener de una extensión determinada de tierra aumentará
eseo e comprar o m d' 1 ' , ,
yor cantidad de trabajo. e ianre e sacrificio de una roa-
según todos los distintos grados de fertilidad superiores a aquél que no puede más que
mantener a sus cultivadores.
130 DE LA RENTA DE LA TIERRA [CAP. 11I. EC. n.] DE LA RENTA DE LA TIERRA 131

junto con otros pagos habituales hechos en materias primas, ha la dificultad de reunir dinero, junto con el riesgo de prestarlo que
hecho bajar forzosa y prematuramente las utilidades del capital y tiende a elevar el interés, he opinado desde hace mucho tiempo que si
los salarios del trabajo agrícola, y también ha colocado, en los últi- bien la tasa del interés en diferentes países es casi el único criterio
mos tiempos, grandes obstáculos en el camino de los' adelantos en el para formarse un juicio de la tasa de utilidades, sin embargo, en paí-
cultivo y aumento de la población, y aun se ha dejado de trabajar ses como India y China, y en realidad en la mayoría de las regiones
mucha tierra de buena clase. Siempre sucede lo mismo cuando, de- orientales y meridionales del globo, es un criterio que no puede con-
bido a un monopolio innecesario, se toma en forma de renta o im- siderarse como seguro. En China, se dice, el interés del dinero es
puestos una parte mayor del excedente de producción de la que de tres por ciento al mes." Pero cuando consideramos el estado de
se hubiera separado con la baja natural de las utilidades y salarios ese país, en la medida en que lo conocemos, es imposible suponer
ocasionada por el aumento de capital y población. Pero se obser- que el capital empleado en la tierra puede producir utilidades de se-
vará que, sea cual sea la naturaleza del monopolio de la tierra, sea mejante cuantía, o que pueda emplearse en un comercio normal y
necesario o artificial, la capacidad de poder pagar renta o impuestos conocido con ese rendimiento.
está netamente limitada por su fertilidad; y los que están dispuestos También se ha hablado de que en la India el tipo de interés es
a subestimar la importancia de las dos primeras causas de la renta levado; pero la situación en que se encuentran los cultivadores, de-
que he expuesto deberían fijarse en las diversas distribuciones en jando de lado su trabajo, contradice por entero la suposición de que
especie que se hacen en muchos lugares de la India, donde, una vez sean tan elevadas las utilidades de su capital; y la reciente reducción
que el monopolio ha permitido al soberano reclamar todo el pro- de la tasa del papel gubernamental al seis por ciento demuestra am-
ducto que queda por encima de lo que exige el cultivo del suelo, sus pliamente que, en épocas normales y de paz, los rendimientos del
recursos dependen, sin duda, del excedente de artículos de primera capital con que se puede contar en cualquier negocio no son en
necesidad que da la tierra, y de la capacidad de comprar trabajo que modo alguno tan elevados que permitan contraer deudas a una tasa
éstos tienen. de interés tan alta.
Quizá pueda pensarse que no podía hacerse, forzosa y prematu- Con excepción de especulaciones ocasionales, es probable que
el dinero que se toma a préstamo a tasas elevadas de interés, tales
ramente, una separación entre la renta de las utilidades y los salarios,
amo las advertidas en China y la India, tenga por finalidad gas-
de manera que se redujeran de modo anormal estos dos últimos, por-
ros de subsistencia, pago de deudas, o alguna necesidad apremiante,
que el capital y el trabajo abandonarían la tierra si pudieran emplear-
más que su empleo en la obtención de utilidades normales.
se con mayor beneficio en otro sitio; pero debe recordarse que los Es indudable que algunas de las causas que hemos advertido
cultivadores reales del suelo en estos países se encuentran por lo ge- n los países de Oriente, y que tendían a hacer subir las rentas y dis-
neral en condiciones muy miserables y degradadas; que es muy poco minuir las utilidades prematura e irregularmente, actuaron en cierta
el capital que pueden emplear, y casi ninguno el que pueden retirar medida en Europa durante las primeras épocas de su desarrollo so-
de la tierra para emplear en otro negocio; que el excedente de produc- ial. Hubo un período en que la mayoría de la tierra estuvo culti-
ción que posee el gobierno aumenta con rapidez la población que vada por esclavos; y durante la vigencia del sistema de aparcería que
aquél puede emplear, de manera que se mantiene bajo el precio del ucedió a la esclavitud, la división de la cosecha estaba arreglada de
trabajo en otras ocupaciones al nivel del que se paga en la agricultura, ml forma que sólo iba al cultivador poco más de lo estrictamente in-
y que la pequeña demanda de la industria comercial y manufacture- dispensable para subsistir. En este estado de cosas la tasa de las uti-
ra, debido a la pobreza de la mayoría de la sociedad, no permite el lidades de la tierra sólo podía tener escasísima relación con el tipo
empleo de mucho capital con grandes utilidades en las manufacturas ~ neral de utilidades. El campesino no podía, sin grandes dificul-
y el comercio. 19 Código Penal, Staunton, p. 158. Se dice, sin embargo, que el tipo corriente de

Debido a estas causas, que tienden a reducir las utilidades, y a Interés en Cantón sólo es de doce a dieciocho por ciento. ¡bid., nota xvn,
132 DE LA RENTA DE LA TIERRA [CAP. 11I. nc, 1Il.] DE LA RENTA DE LA TIERRA 133

tades, vender su propiedad y cambiar de profesión; y es seguro qu una mayor demanda que, aunque probablemente hace subir el precio
nadie que hubiese acumulado un capital en las manufacturas y I 'n dinero del trabajo, u ocasiona una baja en el valor del dinero, va
comercio lo emplearía en cultivar tierras ajenas como aparcero. A ¡ icompafiado, sin embargo, de una disminución temporal o perma-
pues, habría poco o ningún intercambio de capital entre la agricul- nente de los gastos en dinero del agricultor, relativamente a sus ren-
tura y el comercio, y por consiguiente podían ser muy desiguales la. dimientos en dinero.
utilidades en cada una de ellas. Si en algunos sectores el capital aumenta, y no puede emplearse
Sin embargo, es probable que las utilidades no fuesen excesi- la cantidad adicional con las mismas utilidades que antes, no per-
vamente altas, como en los casos de China y la India antes citados. manecerá ocioso, sino que buscará empleo en el mismo u otros sec-
Como es natural, esto dependería sobre todo de la oferta de capital tores de la industria, aunque sea con menor rendimiento, y esto ten-
en las manufacturas y el comercio; si el capital fuese escaso compa- derá a empujarlo hacia suelos menos fértiles.
rado con la demanda de productos de estas clases de industrias, e Del mismo modo, si la población crece más de prisa que los
evidente que las utilidades serían elevadas; y 10 único que puede d - fondos de manutención del trabajo, los trabajadores tienen que con-
círse con seguridad es que no podemos inferir que fuesen muy alta. tentarse con menos artículos de primera necesidad. Como conse-
en comparación de las tasas muy elevadas de interés ocasionalment cuencia subirá el valor del producto; la misma cantidad de trigo
mencionadas. pondrá' en movimiento más trabajo, y pueden cultivarse tierras que
Así hemos llegado a la conclusión de que la renta es de la mis- antes no se podían cultivar. r ,

ma naturaleza que el excedente general de la tierra, que resulta d Algunas veces estas dos primeras causas actuan. contrarresta.n-
ciertas cualidades del suelo y su producto; y hemos encontrado qu dose. Un aumento de capital tiende a elevar los salanos del trabajo,
la separación empieza a partir de las utilidades y los salarios, tan y una baja de salarios tiende a hacer subir las utilidades del capital;
pronto como éstos empiezan a disminuir debido a la escasez de tierra, pero éstos no son más que efectos temporales. En el desarrol~o natu-
fértiles, ya se deba al progreso natural de un país hacia la riqueza y ral y normal de un país hacia el equilibrio perfec~o del capIta! y la
la abundancia de población, o al monopolio prematuro e innecesari población, la tasa de utilidades y los salarios en trigo del trabajo ba-
del suelo. jan simultáneamente. En la práctica, esto se pr<:,ducea menudo por
un alza del precio en dinero del trigo, acompanada por otra, aun-
SECCIÓN 11I.De las causas que tienden a hacer subir las rentas que no proporcional, de los salari~s en d~nero del trabaio. Para el
en el desarrollo normal de las sociedades agricultor la mayor alza en el precio en dinero del tngo, en compa-
civilizadas y avanzadas ración con el trabajo, está más que compensada por la menor pro-
ducción obtenida con el mismo capital agrícola; y al tener que pagar
Al buscar con más detalle las leyes que gobiernan el alza y baja con los mismos rendimientos en dinero mayores salarios en dinero,
de las rentas, es preciso enumerar más concretamente las principa- disminuyen las utilidades de todos los demás capitalistas; y al mis-
les causas que tienden en la práctica a aumentar la diferencia entr mo tiempo disminuye, naturalmente, l~ capacida.d de com~ra de
el precio del producto y los gastos de cultivo, incluso las utilidad s artículos de primera necesidad del trabajador, debido al alza inade-
normales. Las principales parecen ser cuatro: 1~ una acumulación cuada del precio del trabajo en comparación con el d.el trigo. .
de capital que, comparada con los medios que existen para emplear- Pero para que bajen las utilidades no .es necesano ~sta subida
lo, hará bajar las utilidades del acervo; 2~ un aumento de pobla- exacta y regular del precio en dinero del trigo y el trabajo. Pueden
ción que haga disminuir los salarios en trigo del trabajo; 3~ unas m - bajar las utilidades y los salarios en trigo; y p~ede separa~s~ la renta,
joras agrícolas, o aumento de actividad, que hagan bajar el númer sean cuales sean las variaciones del valor del dinero. Lo uruco que se
de trabajadores necesarios para producir un efecto determinado; y requiere para que se lleve a cabo la baja más regul~r y permanente. ?e
4~ un aumento del precio de la producción agrícola ocasionado por las utilidades, es que se dedique a pagar el trabaio una proporción
134 DE LA RENTA DE LA TIERRA SECo 11I.] DE LA RENTA DE LA TIERRA 135
[CAP. 1lI.

mayor del producto obtenido por una cantidad dada del mismo. En manufacturas y el comercio; y como más bien habrá disminuído que
el continuo progreso del cultivo, esto se efectúa por lo general con aumentado el campo de empleo del capital, pronto volverán a su an-
una disminución del producto que se obtiene con el mismo trabajo tiguo nivel las utilidades tanto de la tierra como de los demás em-
sin una disminución proporcional de la cantidad que el trabajo ab- pleos, y el mayor excedente, consecuencia de los menores gastos de
sorbe, y de este modo queda menos para las utilidades al mismo cultivo, irá a engrosar las rentas de los terratenientes.
tiempo que quedan reducidos los salarios en trigo del trabajador. Pero si, como siempre ha de suceder, estas mejoras facilitan el
Pero es obvio que si basta una cantidad menor de producto para cultivo de nuevas tierras y contribuyen a que se exploten mejor las
remunerar tanto al capitalista como al trabajador," disminuirán los antiguas empleando el mismo capital, también es evidente que lb
gastos necesarios para el cultivo, tenderán a subir las rentas de to- gará al mercado más trigo. Esto hará bajar su precio; pero la baja
das las tierras viejas, y podrán cultivarse ventajosamente otras más sería de corta duración. La actuación de aquella causa importante
pobres. que señalamos al principio de este capítulo y que distingue al exce-
La tercera causa que tiende a aumentar las rentas disminuyen- dente de producción de la tierra de todos los demás, a saber, la
do los gastos de cultivo en comparación con el precio del producto capacidad que tienen los artículos de primera necesidad, cuando se
es la de las mejoras agrícolas, o aumento de la actividad que dismí-
r ,
distribuyen adecuadamente, de crear su propia demanda, o, en otras
nuyan e 1 numero de trabajadores necesario para producir un efecto palabras, la tendencia de la población a presionar contra los me-
determinado. dios de subsistencia, restauraría bien pronto los precios del trigo
Esta es una causa muy eficaz en países progresivos y laboriosos, y del trabajo, y reduciría las utilidades del capital a su antiguo nivel,
donde no faltan estímulos. Si las mejoras introducidas fueran de tal mientras que al mismo tiempo cada paso que se diera en el cultivo
natu~~leza. que disminuyeran considerablemente los costos de pro- de las tierras más pobres, y que estaría facilitado por estas mejoras,
ducción, SIn aumentar en modo alguno la cantidad del producto, y su aplicación a todas las tierras de mejor calidad que antes se cul-
entonces, como es seguro que no se producirá ninguna variación en tivaban, habría hecho subir la renta en todos lados; así, cuando se
el precio del trigo, se reducirán en seguida las utilidades excesivas da un progreso en el sistema de cultivo, las rentas pueden continuar
de los agricultores por la competencia de los capitales procedentes de subiendo sin un alza en el valor del trigo o baja en los salarios en
20 Mr. Ricardo ha observado (p. 499, 3" ed.), refiriéndose a la segunda causa que yo
trigo del trabajo, o en la tasa general de utilidades.
he apuntado entre las que tienden a hacer subir las rentas, "que no hay posibilidad de que Se demuestran con claridad las grandes mejoras de la agricul-
una baja de los salarios haga subir las rentas; pues no disminuirá la porción, ni el valor de la tura que han tenido lugar en nuestro país por el hecho de que en
porción del pro~~cto que se adjudicará al agricultor y al labrador juntos". Y, sin embargo,
en realidad la umca alza posible del valor del trigo es aquella que va acompañada de una
1813 las utilidades del capital fueron tan elevadas como casi cien
baja de los salarios en trigo del trabajo. La realidad es que el valor de la parte que se años antes, cuando la tierra sólo mantenía a poco más de la mitad
atr~buye al agricultor y labrador, juntos, medida en trabajo o en dinero de un valor fijo, de la población. Y se prueba con claridad la capacidad que ríe-
esta muy leJOSde permanecer inalterable. Todos sus cálculos están construídos sobre el
nen los artículos de primera necesidad, cuando se distribuyen bien,
error esencial de omitir la consideración de las utilidades al calcular el valor de los sa-
larios, haciendo de esta manera que el valor del trabajo suba, en lugar de hacerla cons- de crear su propia demanda, por el hecho palpable de que el valor
tanteo El valor que se obtiene con una cantidad determinada de trabajo, o aquel que se en cambio del trigo, su poder adquisitivo de trabajo y otras mer-
entrega al agricultor y labrador, juntos, tiene siempre que bajar con la disminución de las cancías, no disminuyó desde muchos años antes de ese período, a pe-
utilidades. Si no sucede así en el dinero de Mr. Ricardo, es precisamente porque su di-
nero está construido de tal manera que varía con el artículo que mide. Los elevados sala-
sar de las numerosas y grandes mejoras que se habían ido introdu-
rios en trigo que se pagan en América terminarán yendo a la renta, no a las utilidades. cien do en el cultivo, tanto por el uso de mejores instrumentos de
Si los labradores recibieran de modo permanente el valor de medio bushel de trigo al día, trabajo como por un sistema más inteligente de explotación de la
sólo las tierras más ricas podrían pagar el gasto de cultivadas. Para que puedan culti-
tierra. En realidad, el aumento de producción había ido a parar casi
varse tierras pobres es absolutamente indispensable un aumento de población y una baja
de los salarios en trigo que sean muy elevados. ¡Cómo puede, pues, decirse que una por entero al aumento de rentas y al pago de contribuciones, diezmos
baja de los salarios no es una de las causas del alza de las rentas? e impuestos de beneficencia.
136 DE LA RENTA DE LA TIERRA [CAP. 1II. " • 1lI.] DE LA RENTA DE LA TIERRA 137

Puede añadirse que cuando en algunos distritos se introducen ti' una especie de aumento de precio que proviene de mayor de-
mejoras que tienden a disminuir los costos de producción, las ven- manda, y que termina en disminución del valor de los metales pre-
tajas que de las mismas se derivan van, en cuanto se renuevan 1 s I ¡ soso
arrendamientos, a los terratenientes, pues las utilidades del capital Si surgiera entre naciones vecinas una demanda grande y conti-
tienen necesariamente que regirse por la competencia, según el prom _ nua de una materia prima de un país determinado, su precio, como
dio general de todo el país. Así, las grandes mejoras agrícolas qu I'S natural, podría subir mucho; y como los gastos de cultivo sólo
han tenido lugar en algunas partes de Escocia, el norte de lnglat _ iumentan lenta y gradualmente hasta la misma altura, el precio del
rra y Norfolk, han hecho subir extraordinariamente las rentas d. producto podría permanecer durante mucho tiempo a un nivel su-
esos distritos sin que hayan variado las utilidades. I irior, y dar así un estímulo prodigioso a las mejoras, y alentar el
Hay que admitir, pues, que la facilidad de producción de artícu- -mpleo de mucho capital en el cultivo de nuevas tierras y en hacer
los de primera necesidad," a diferencia de las que puedan darse en más productivas las antiguas. Sin embargo, si la demanda conti-
todas las demás mercancías, no va nunca o rara vez va acompañada nuase, el precio del trabajo terminaría por subir a su nivel anterior,
de una baja permanente de su valor. Son las únicas mercancías de r lativamente al trigo; podría tener lugar una baja decidida del valor
las que puede decirse que su poder permanente de compra de tra- ti 1 dinero ayudada por la abundante exportación de la materia pri-
bajo tiene una tendencia constante a ir al compás del aumento d ma, en cuyo caso el trabajo llegaría a ser extraordinariamente pro-
su cantidad. Y por consiguiente, en la realidad, todos los ahorros luctivo en cuanto a la adquisición de mercancías extranjeras, y las
en su costo de producción aumentarán de modo permanente el exce- r ntas podrían subir sin baja de las utilidades o los salarios.
dente que va a la renta. Tiende a ilustrar con claridad el caso que aquí suponemos el
La cuarta causa que tiende a aumentar las rentas es una alza .. tado de los precios en dinero y el rápido progreso del cultivo en
del precio en dinero de la producción agrícola que se deriva de una l s Estados Unidos de América. El precio del trigo en los estados
mayor demanda, que, al mismo tiempo que hace subir el precio en orientales ha sido a menudo casi tan alto como en Francia y Flan-
dinero del trabajo, o disminuye el valor del dinero, va acompañada l s, y, debido a la continua demanda de brazos, los precios en dinero
de una baja comparativa, temporal o permanente, de los gastos en di- le la jornada de trabajo han sido algunas veces casi el doble de los
nero del agricultor." que son en Inglaterra." Pero este precio elevado del trigo y el tra-
Ya he señalado el alza del precio en dinero de las materias pri- I ajo ha dado a sus agricultores y trabajadores grandes facilidades
mas que puede darse como consecuencia de un aumento regular d l para la compra de vestidos y toda clase de artículos extranjeros ne-
capital y la población, y de una baja regular de las utilidades y lo sarios y convenientes. Y es seguro que si el precio en dinero del
salarios en trigo. Pero esta clase de alza no puede rebasar ciertos lí-
23 Según el Statistical View 01 the United States, de Pitkin, (p. 112, 2~ ed.), el pre-
mites muy estrechos, y tiene escasa participación en aquellas grandes 1I medio del bushel de trigo durante once años, desde 1806 a 1816 inclusive, en los princi-
variaciones del precio del trigo que se observan con más frecuencia. Imles lugares de exportación, era bastante superior a un dólar y medio, o sean 54 chelines

Los efectos que ahora quiero examinar con más detenimiento son los I r quintal; y según los sketches de Fearon el trabajo ordinario se pagaba a más de un
1161nrpor día.
El estado de cosas que prevalecía en 1821 era esencialmente distinto, y muestra hasta
21 Hablando con propiedad, cuando hay tierras de diversas calidades que llegan hastn Ilué punto depende en un país el valor del dinero de la oferta y demanda de productos.
las totalmente estériles, las facilidades de producción de artículos de primera necesidad dice que el trigo y el trabajo habían bajado a la mitad en aquella fecha. Sin duda la
sólo pueden ser temporales, excepto cuando se impide el crecimiento de capital por falto arueríor elevación de precios se debía en parte al papel, pero antes de la guerra con Eu-
de posibilidades o deseo de ahorrar, como resultado de mal gobierno. En este caso puede '"PO, y durante siete de los once años -a que se ha aludido, la plata y el papel estaban a
ser permanente. Pero aunque en tal caso el trigo no cuesta sino poco trabajo, la cantidad 1" par, y durante ese período el precio de! trigo en los puertos de los estados orientales
de éste que se podrá comprar con él, es decir, su valor, será relativamente alto. 18 superior a 50 chelines e! quintal. Un alza en el precio del trigo y otras materias pri-
22 Esta' causa está incluída en parte en las precedentes; pero como aparece con ire- mns en un país exportador con mucha tierra fértil, le permite comprar dinero con poca
cuencia y tiene un origen distinto, vale la pena considerada por separado y estudiar su 1 antidad
de trabajo, cosa que tiene probabilidades de abaratarlas, o de hacer que el precio
desarrollo e influencia en la práctica.
11 dinero del trabajo sea elevado.
138 DE LA RENTA DE LA TIERRA [CAP. 11I. SECo 1Il.] DE LA RENTA DE LA TIERRA 139

trigo y del trabajo hubiera sido más bajo, pero conservando entre si ocasión subió a casi tres veces en papel y a más de dos en metal,
la misma proporción, no se hubiera podido cultivar con el mismo comparado con los precios de pre-guerra, era absolutamente impo-
beneficio tierras de la misma calidad, ni se hubieran podido obtener sible que el precio en dinero del trabajo no subiese casi en propor-
las mismas rentas con la misma tasa de utilidades y los mismos sala- ción, y con él, desde luego, ya que las utilidades no habían bajado,
rios en trigo del trabajo. el de las mercancías de que el trabajo es parte componente.
En nuestro país, debido a una demanda similar de trigo du- Teníamos, pues, un alza general de los precios del trabajo y las
rante los veinte años que van de 1793 al final de 1813, tuvieron mercancías, o una baja en el valor de los metales preciosos, relati-
lugar los mismos efectos, si bien la demanda no se produjo de igual vamente a otros países, que pudimos sostener gracias al aumento de
manera. Desde algún tiempo antes de la guerra que empezó en nuestro comercio exterior y a la abundancia de mercancías de ex,
1793, habíamos acostumbrado importar cierta cantidad de grano ex- portación, y éste es uno de los casos principales en que el valor del
tranjero para hacer frente a nuestro consumo habitual. Como es dinero que resulta de causas incidentales arrolló y oscureció por
natural, la guerra aumentó los gastos que producía tal abastecimien- entero los efectos resultantes de causas necesarias. Las utilidades au-
to, por aumentar los costos de fletes, seguros, etc.; y, junto con algu- mentaron en lugar de disminuir, y, por consiguiente, el valor del
nas malas cosechas y los subsecuentes decretos del gobierno fran- dinero debía haber subido, y bajado el precio en dinero del trabajo;
cés, aumentaron de manera extraordinaria los precios a que podía pero las causas secundarias derivadas de la demanda de trigo y tra-
importarse el trigo, en la cantidad necesaria para abastecer la de, bajo, y el creciente valor en dinero de nuestras mercancías de expor-
manda." tación, superaron por entero los efectos naturales del alza de las
Aunque la importación de trigo representa sólo una propor- utilidades, y ocasionaron una baja vertical, no sólo del valor de nues-
ción pequeña de lo que se cultivaba en el país, la gran alza del precio tra moneda, sino del de nuestros metales preciosos, comparado con
del importado hizo subir necesariamente en la misma proporción el el trabajo. Se demuestra que la última tierra cultivada en 1813 no
precio de toda la masa, y dió a la agricultura nacional el mismo es, exigía más trabajo que la última tierra mejorada en 1790, por el he,
tímulo que hubiera ocasionado una gran demanda de nuestro cereal cho admitido de que la tasa del interés y de las utilidades era mayor
en países extranjeros. Al mismo tiempo, la escasez de brazos produ- en la primera de estas fechas que en la segunda, mientras que los
cida por la guerra, el aumento del comercio y la necesidad de cose, salarios en trigo del trabajo fueron casi los mismos. Pero, de todos
char más alimentos, junto con los constantes inventos de un pueblo modos, las utilidades no fueron tanto más elevadas que no hicieran
inteligente cuando encuentra un estímulo fuerte, introdujeron en to- muy favorable el intervalo para el alza de las rentas. Durante el
dos los sectores de la industria tanto ahorro de trabajo manual, que lapso de tiempo en cuestión, el alza fué tema de comentario general¡
la nueva tierra de inferior calidad que se cultivó para hacer frente y a pesar de haber ocurrido desde entonces, debido a una combina,
a las necesidades apremiantes de la sociedad se trabajó con un gasto ción de circunstancias, acontecimientos adversos, sin embargo, las
menor de trabajo que los suelos más ricos algunos años antes. Sin grandes desecaciones de terrenos y mejoras permanentes, que resul-
embargo, el precio del grano siguió siendo necesariamente alto mien- taron de tan poderoso impulso a la agricultura, han actuado en for-
tras hubo que importar, para hacer frente a la demanda existente, ma análogo a la creación de nueva tierra, y aumentado la riqueza real
cantidades insignificantes de grano extranjero, que sólo podía obte- y la población del país, sin aumentar el trabajo y la dificultad de
nerse a precio muy elevado. Con este precio tan alto, que en una cosechar una cantidad determinada de grano.
24 Durante el período aludido, el precio del trigo subió más de lo que era necesario
Es evidente, pues, que una baja en el valor de los metales pre,
para pagar el mayor gasto de fletes, seguro, etc., ocasionado por la guerra. La causa del ciosos que empieza con un alza del precio del trigo influye con gran
alza era, por tanto, independiente del mayor costo de importación, y se debió sin duda a 108 fuerza, mientras perdura, en que se cultiven más tierras y en que
grandes gastos a que tenía que hacer frente el Estado, y a la mayor actividad de la in-
dustria comercial y manufacturera en aquel tiempo. [Nota del editor inglés.) se formen mayores rentas.
140 DE LA RENTA DE LA TIERRA [CAP. III.
SECo III.] DE LA RENTA DE LA TIERRA 141

Se produciría el mismo efecto en un país que continuase alí- del trigo antes de que tuviera lugar ninguna subida en los salarios del
mentando a su población, si hubiese una demanda grande y crecien- trabajo.
te de sus manufacturas. Si debido a esta demanda aumentase mucho Sin embargo, en estos momentos suponemos que el precio del
el valor en ?inero de tales manufacturas en los países extranjeros, su trabajo termina por subir casi a su nivel antiguo proporcionalmente
venta traena como consecuencia un gran aumento de valor en dí- al trigo, que ambos son mucho más elevados, y que el dinero ha su-
nero, aumento que no podría dejar de hacer subir el precio en dinero frido un cambio radical de valor. A pesar de ello, los otros gastos
del trabajo y las materias primas. Así aumentaría la demanda tan- en que se emplea el capital, aparte del trabajo, durante el desarrollo
to ?e produétos agrícolas como manufacturados, y existiría un gran de este cambio, no pueden subir todos al mismo tiempo, ni aun en
estímulo para toda clase de mejoras de la tierra, aunque quizá no de último término en la misma proporción. Es difícil que no se dé
la misma amplitud que en el último caso. un período bastante largo en que aumente de tal modo la diferencia
Este resultado tiene lugar, por lo general, como consecuencia de entre el precio de la producción y su costo, que produzca un gran
la introducción de mejor maquinaria y de una división más inteli- estímulo a la agricultura; y como el aumento del capital que se ern-
gente del trabajo en las manufacturas. En este supuesto casi siempre plea, como consecuencia de la oportunidad de obtener grandes be-
sucede que aumenta mucho no sólo la cantidad de manufacturas neficios temporales, no puede casi nunca retirarse por entero de la
sino también el valor de toda la masa de ellas, debido al desarrollo tierra, una parte de la ventaja que se haya obtenido es permanente,
de la demanda que produce su baratura tanto en el interior como junto con toda la que pueda derivarse de un aumento permanen-
en el extranjero. Vemos, por consiguiente, que en todos los gran- te del precio del trigo por encima del de algunos de los materiales
des países manufactureros y comerciales el valor de los productos que constituyen el capital del agricultor.
manufacturados y comerciales 'guarda una proporción muy grande Se admite que las mercancías sujetas a impuesto no aumentarán
respecto de la mayor cantidad de materias primas," mientras que en de precio en la misma proporción que las otras cuando tiene lugar
países relativamente pobres, con pocas manufacturas y poco comer- una baja del valor del dinero; y, en el supuesto de que tal baja se
do exterior, el valor de sus materias primas, aunque pequeño corn- limite a un país determinado, es evidente que ocurrirá lo mismo con
parado con la extensión del territorio, constituye la casi totalidad todas las mercancías total o parcialmente importadas del extranjero,
de su riqueza. muchas de las cuales forman parte del capital del agricultor. Por lo
En aquellos casos en que el estímulo a la agricultura tiene su tanto, éste derivará, del aumento del precio en dinero del trigo rela-
origen de un estado próspero del comercio y las manufacturas, suce- tivamente a esos artículos, un poder adquisitivo mayor. Naturalmen-
de algunas veces que el primer paso del alza de precios es un au- te, un país no puede sufrir, él solo, una baja del valor del dinero sin
mento de los salarios en dinero del trabajo comercial y manufacture. sacar de ella ventajas exclusivas en las exportaciones; pero estas ven-
ro. Como es natural, esto producirá efectos inmediatos sobre el precio tajas, que, como sabemos, se dan con mucha frecuencia, y a menudo
d~l trigo, al que seguirá un aumento del precio del trabajo agrícola. se aumentan mediante estímulos, ya provengan en su totalidad de
Sin embargo, aun en esos casos no es necesario que suba primero una mayor producción de las minas, o en parte de una demanda
el trabajo. Por ejemplo, si la población estuviera aumentando con la de trigo y trabajo en un país determinado, pueden difícilmente de-
misma ,ra~idez que el capital mercantil y manufacturero, es posible jar de alentar la inversión de más capital en la agricultura, aumen-
que el uruco efecto fuese un aumento de trabajadores empleados con tar las posibilidades de cultivar tierras más pobres y hacer subir las
los mismos salarios en dinero, lo que ocasionaría un alza del precio rentas.
Sin embargo, al hablar de las ventajas que algunas veces se de-
25 Según los cálculos de Mr. Colquhoun, el valor de nuestro comercio, interior y ex-
rivan de una baja del valor del dinero, hay que recordar siempre
terior, y de nuestras manufacturas, con exclusión de las materias primas, es casi igual al
valor bruto derivado de la tierra. Probablemente no sucede lo mismo en ningún otro país. que si va más allá de lo que se puede mantener permanentemente
Treatise on the Wealth, Power, and ResDurces Df the British Empire, p. 96. -cosa muy posible- irá sin duda seguida por un movimiento in-
142 DE LA RENTA DE LA TIERRA
(CAP. 1Il. SECo I1I.] DE LA RENTA DE LA TIERRA 143
verso qu~: aunque no d~~hagatodos los efectos del anterior impulso
También es evidente que no pueden cultivarse nuevas tierras
que ~e ~1Oa ~a producclOn, en cuanto a la riqueza general del país,
hasta que hayan subido las rentas, o haya posibilidades de un alza
se deJ.arasennr en todos los interesados, terratenientes, capitalistas y
en las que ya se cultivan.
trabajadores, con tanta fuerza que probablemente desearían no ha-
La tierra de calidad inferior exige mayores anticipas de trabajo
ber tenido aquel estímulo. De todos modos, vale la pena considerar
y capital para que dé un producto determinado; y si el precio que
los efectos de dicho estímulo mientras dura.
en realidad se obtiene de este producto no fuera de tal cuantía
Así pues, siempre que como consecuencia de la actuación de las que compensase por entero el costo de producción, incluso utilida-
c~atro causas antes mencionadas aumente la diferencia entre el pre- des, la tierra no puede cultivarse. No importa que esta compensa-
c~odel producto y el costo de los instrumentos de producción, subí- ción se efectúe por aumento del precio en dinero de la materia prima,
ran las rentas de la tierra.
sin alza proporcional del precio en dinero de los instrumentos de pro-
No obstante, no es necesario que estas cuatro causas actúen to- ducción, o por una baja del precio de estos últimos sin una baja
das a! mismo tiempo; sólo se precisa que aumente la diferencia aquí proporcional del precio del producto. Lo que es absolutamente ne-
mencionada. Por ejemplo, si subiera el precio del producto, mien- cesario es una baratura mayor de los instrumentos de producción,
tras el alza de l.ossalarios en dinero del trabajo y el precio de las otras para compensar la cantidad de ellos que se necesitan para obtener
partes del capital no fuese proporcional,26 y al mismo tiempo todo un determinado producto de la tierra pobre.
el .mundo empeza~a a utilizar mejores procedimientos agrícolas, es Pero siempre que debido a una o más de las causas antes men-
evidente que podna aumentarse esta diferencia, aunque las utílída- cionadas se abaratan relativamente los instrumentos de producción
des del capital agrícola no sólo no disminuyeran, sino que aurnen- y aumenta la diferencia entre el precio del producto y los gastos de
taran decididamente aún más.
cultivo, las rentas suben. Por lo tanto, de esto se deduce, como con-
Con, mucho, la ,mayor parte del gran aumento de capital que secuencia directa y necesaria, que nunca compensa cultivar tierras
s~ empleo en este pais en la tierra durante los veinte años que me- nuevas más pobres hasta que hayan subido las rentas, o puedan su-
dían e~tre 1793 y 1813, se originaron en el suelo, y no proceden del bir en las tierras ya cultivadas.
comer~~oo las ~~nufacturas. y sin duda lo que permitió esta acu- También es verdad que si no existe dicha tendencia al alza de
mu~aclOn~an rápida y ventajosa fueron las elevadas utilidades del las rentas," no compensa invertir nuevo capital en la mejo~a de t~e~
caP~talagncola producidas por las mejoras en los procedimientos de rras viejas; al menos en el supuesto de que todas las granjas esten
cultivo y el alza .constante de los precios, seguida sólo de lejos por ya abastecidas con el capital que puede emplearse con ventaja, según
un ,alza proporCIOnal de los materiales que constituyen el capital la tasa de utilidades que exista.
agncola. .
Basta con exponer esta proposición para que se vea su exacti-
En este caso se extendió el cultivo y subieron las rentas, aun- tud. Es verdad que puede suceder (y me temo que suceda con fre-
que uno de los instrumentos de producción, el capital, estaba más cuencia) que los agricultores no estén provistos de todo el capital
caro.
que podría emplearse en sus haciendas a la tasa existente de utili-
. Del mismo modo, una baja de las utilidades y mejoras en la dades. Pero suponiendo que lo estuvieran, es evidente que impli-
agncultura, o aun las últimas por sí solas, pueden hacer subir las caría que no podría emplearse más sin pérdida, hasta que, como
rentas, a pesar de un alza de los salarios en trigo.
27 Puede decirse que las rentas tienen una tendencia a aumentar cuando hay más
. 26 En realidad esto sería una baja de los salarios en trigo del trabajo, aunque el tra- capital listo para emplearse en las tierras antiguas, pero que no puede invertirse más que
bajador puede. encontrar una compensación en la baratura relativa de otros artículos, y en con menor rendimiento. Cuando bajan las utilidades en las manufacturas y el comercio
un empleo mas constante de todos los demás miembros de su familia. como consecuencia de la disminución del precio de las 'mercancías, los capitalistas estarán
dispuestos a pagar mayores rentas por fincas antiguas.
DE LA RENTA DE LA TIERRA
145
144 DE LA RENTA DE LA TIERRA [CAP. m. SECo m.]

total de la producción parece ser de poco más de un quinto;" mien-


consecuencia de una o más de las causas anteriormente citadas, ha-
tras que antes, cuando había más tierras dedicadas a pastos, cuando
yan tendido a subir las, rentas.
se empleaba menos capital y se obtenía menos producto, la propor-
Así: ,pues, la posibilidad de extender el cultivo y aumentar la
ción ascendía a un cuarto, un tercio, y aun dos quintos." Sin em-
produc~IOn, tanto por cultivo de nuevas tierras como por mejora de
bargo, la diferencia numérica entre el precio del producto y los gastos
las a.ntIguas, depende por entero de la existencia de unos precios,
del cultivo aumenta con el desarrollo de las mejoras; y aunque es
relatIva~ente a los gastos de producción, que hagan subir las rentas
posible que el terrateniente tenga una participaciÓn menor del p~o-
de las tierras que en realidad se cultivan.
dueto total, sin embargo, ésta le permitirá disponer de más trabajo,
Pero aunque no pueda extenderse el cultivo ni aumentarse la
debido al gran aumento de producción que es consecuencia de la
producción de un país, salvo en un estado de cosas tal que permita
transformación de pastizales en tierras de cultivo, y por lo tanto
un alza de rentas," sin embargo, vale la pena señalar que esta alza de
le será de mayor valor. Si representamos la producción de la tierra
las rentas no será necesariamente proporcional a la extensión del cul-
por el número seis, y el terrateniente recibe ~n cu~rto de él, s~, par-
tivo o al aumento de producción.
ticipación estará representada por uno y medio. Si la. producclo~ de
Una s~bida ligera del valor del trigo puede permitir el empleo
la tierra fuera como de diez y el terrateniente tuviera un quinto
de una cantidad considerable adicional de capital; y cuando se culti-
de ella, su participación estaría representad~, por dos. P?r. co~~i-
van nuevas tierras o se mejoran las viejas, el aumento de producción
guiente, en el último caso, aunque la proporción de la partlClpacion
es a menudo mayor que la subida de las rentas. Por consiguiente,
del terrateniente al producto total es mucho menor, el valor de su
vemos con frecuencia que en el desarrollo de un país hacia un grado
renta, aparte de su precio nominal, habría aumentado en la propor-
elev~do de cultivo, la cantidad de capital empleado en la tierra y la
c~ntIdad de prod~cción que ésta rinde, guarda una proporción cre- ción de tres a cuatro.
Vemos, pues, que el alza progresiva de las rentas parece estar
cíente con l~ cantidad de renta, a menos que estén compensados por
necesariamente relacionada con el cultivo progresivo de nueva tie-
grandes mejoras en los procedimientos de cultivo."
rra, y la mejora, progresiva también, de la vieja; y que esta alza es
En .las primera~ etapas del cultivo bajo el sistema de aparcería,
la consecuencia natural y obligada de la actuación de cuatro cau-
con. capitales pequenos, la proporción del producto que iba al terra-
teniente era por lo general de la mitad. Aun en los Estados Unidos 30 Véase Evidence before rhe House of Lords, given by Arthur Young, en el informe
dond~ !as utilidades y l~s .salarios en trigo han sido tan elevados qu~ sobre las leyes de granos, 1814, p. 66.
31 Cuando la tierra es muy abundante y las rentas muy bajas, el capital, y sobre todo
perrrutian que se transfiriera gran parte de la producción a los te- el capital fijo empleado, es, por lo general, muy poco. Mr. Ricardo, al ilustrar su doctrina
rratenientes, parece que aquella ha aumentado con mayor rapidez de la renta ha supuesto un capital de l: 3,000 empleado con salarios en trigo muy bajos
que las rentas. Según los informes que se dieron al ministerio de agri- para obtener un producto que valga l: 720, antes de que se empiece a conseguir renta. Pero
esto está en tan flagrante contradicción con el estado real de cosas antes de que se em-
cultura en 1813, la proporción media de las rentas respecto al valor piecen a conseguir rentas que invalida toda ilustración justa. En el estado actual de la
agricultura, tan adelantada, con una gran masa de rentas, se considera que un capital
28 Debe recordarse que esto es en e! supuesto a que antes nos hemos referido, de que
de l: 1,000 es adecuado para obtener un producto del valor antes mencionado. El. mon-
e! agricultor tenga medios y deseos de emplear todo e! capital, tanto fijo como circulante
tante desproporcionado del capital, en comparación con lo poco elevado de los salanos, es
que se puede aplicar al tipo presente de utilidades. '
lo que ha permitido a Mr. Ricardo considerar que un alza extraordinaria. de la renta s~
29 Debe obs~rvarse, e~ honor de los cultivadores escoceses, que han aplicado sus capi,
produce únicamente por transferencia de la parte que corresponde a las utilidades. Contri-
tales con tanta mte]¡g~~cJay de manera tan económica que al mismo tiempo que han
buyó también a que llegara a esa conclusión el haber adoptado com~ medida de valor un
aum~ntado su producción han hecho subir la proporción de él que va a los terratenientes.
dinero que (como ya he señalado) tiene necesariamente que vanar Junto con el valor de
La diferencia entre la parte de! producto que recibe el terrateniente en Escocia y en In-
las mercancías que ha de medir. Cuando, computados a base de su dinero, sube el pre-
glaterra es extraordinaria (mayor de la que puede explicarse por la ausencia de diezmos
cio de todo el trabajo, de las materias primas y de muchos productos ~anufa~turados, s~gue
e Impuestos de beneficen~ia). Hay que atribuírla a la mayor inteligencia y economía, y a
suponiendo que su dinero no ha cambiado de valor, cuando en realidad :ste ha bajado
mejoras en e! CUltIVO.Véase la magnífica obra de Sir Iohn Sinclair Account oi rhe Hus.
como consecuencia de la disminución de las utilidades, sin la cual no podnan tener lugar
bandry oi Scotland; también el General Report publicado en 1813 y 1814. Ambos son
obras llenas de informes utilísimos e interesantísimos sobre problemas agrícolas. los hechos que estudia.
146
DE LA RENTA DE LA TIERRA
[CAP. IIJ. se, IV.] DE LA RENTA DE LA TIERRA 147
sas, que son los indicadores más se d 1
dad y riqueza a saber' la g~:os e aumento de prosperí- tiempo impidió por necesidad a los agricultores emplear en sus tie-
población, meioras en l~ ag ~curulaclOn de capital, el aumento de rras la misma cantidad de trabajo. Por lo tanto, era obligado que
¡
cado de las materias primas ncu t.ura, un creciente precio del rner- muchos labradores quedaran sin empleo; y como la tierra no podía
en los países extranjeros o' ~c~~~a~~o~op~::uayor &;mand a de ella ultivarse de la misma forma, con el mismo número de brazos, se
facturas. l manu-
comercio y as dejaron de trabajar los suelos peores, se destruyó mucho capital agrí-
cola y bajaron todas las rentas; al mismo tiempo, esta gran disminu-
ción del poder de compra de los que arrendaban y poseían tierras
SECCIÓN IV. De las causas que tienden a hacer bajar las rentas casionaba, como es natural, un estancamiento general en los demás
Como era de esperar, las causas d negocios. Mas la baja en el precio en dinero del trabajo," como re-
las rentas son exactamente las e .t ' que con ucen a una baja de sultado de la competencia entre los labradores y la pobreza de 106
n
a saber: disminución del capI'talod ,ra~las ~: ladsqlue llevan a un alza, agricultores, junto con la baja de las rentas, ocasionada por la falta
, IsrnmUClOn e a pobl . , ,
tema penoso de cultivo y 1 bai , acion, un SlS- de posibilidad de pagar las antiguas, tendería a restaurar las anti-
producida por deficien~ia d~ d~~a~eJ1'r~lo .de. las m;2te,ria~primas guas relaciones mutuas entre producción, salarios y rentas, aunque
breza y decadencia' " asr SIempre mdlcan po- fueran de menos precio que antes. En este caso la tierra que ha-
dono del cultivo d~~::t:r~:sc~ana~~e.rela~ionadas con el aban, bía dejado de cultivarse podría volver a serlo con ventaja; pero en el
ro persistente de las tierras de cael~da Ida inferior, y con el deterio- desarrollo del proceso de alza del valor del dinero tendría que haber
Los efectos obligados de u 1 día supenor.
, ,, transcurrido un período de menor producción, menor capital y me-
ción sobre la baja de las rentas ~~n ~smm~c~on .d~dcapital y pobla- nores rentas. Empezaría en el país un movimiento de progreso, em-
sitar explicación' y no es meno 'demasla o eVI entes para nece- pezando por un estado de pobreza; y, debido a una baja mayor del
, s eVI ente que u '
malo de cultivo podría imposibilitar la f . , n SIstema penoso y valor del trigo que la que se produciría en las mercancías sujetas a

~~~
~:szz:
ti~rras !értiles, al impedir el desarrollo d:~~~~W~c:nre~~a~ aun en

.'
H emos VISto
~~~i~a~~;~curalr las calidades más ricas d:l~~~~~
,en a cuarta causa que he citado
que un alza del re' del trí .
impuestos, las extranjeras, y en otras que forman parte del capital
del agricultor y de los artículos necesarios y convenientes que consu-
men los labradores, las dificultades permanentes del cultivo serían
mayores comparadas con la fertilidad natural de los suelos peores
sultado un valor menor de los meta l ClO e, trigo, que da por re-
que realmente se cultivan.
importante para el cultivo durante a es ~:)[eClOs.os, será un estímulo
un CIerto tiempo y le d ' Hemos visto que no es necesario que en el desarrollo del cultivo
manentemente algunas facilidades y pod ' ducí ara per- y aumento de rentas actúen al mismo tiempo todas las causas que
derable y permanente de las rentas' E t ria pro ucrr un alza consí-
l ' r s e caso encuentra un'
• l tienden a hacerla s subir, y que la diferencia entre el precio del pro-
en 0ri-~e ~urno en este país durante el período 1794 a 18~~mp o ducto y los gastos de cultivo podría aumentar, en lugar de disminuir,
e mIsmo modo, también puede decirse ue bai . aunque fueran mayores las utilidades del capital o los salarios del
cio del trigo que termina con un alza en el q una ~ja del pre-
trabajo.
que conducir, de acuerdo con el mismo Princi~~lo~ del dm~o ~lene
el cu~tivo de algunas tierras y disminuyan las r~nta~ue~e a an one 33 Este es un ejemplo en que las causas incidentales del alto o bajo valor del dinero
un ejemplo de esto en lo que sucedió en este aí' ncon,tramos dominan a la causa necesaria, en un sentido opuesto al que señalamos en la última sec-
guerra. La baja en el precio del trigo que se P~dSuj~OI dtermmar la ción. No cabe duda que después de la guerra bajaron las utilidades, y el valor del dinero
urante ese debió haber bajado, y subido el precio en dinero del trabajo; pero el alza en el valor del
32 1 . . .. dinero dominó por entero a los efectos naturales de la baja de utilidades y ocasionó un
a umca excepción que en la práctica se produc es l . ..
jero, cuyos efectos se estudiarán con más der " F la ImpOrtaclOn de trigo extran- alza decidida de aquél, como consecuencia de la lentitud de la circulación, la retirada de
lugar de este capítulo. enrmrenro en a próxima sección, y en otro mucho papel y la falta relativa de demanda de trigo y trabajo, junto con el menor valor
en dinero de nuestras mercancías de exportación.
148
DE LA RENTA DE LA TIERRA
[CAP. 11I.
seco v.] DE LA RENTA DE LA TIERRA 149
Del mismo modo, cuando está disminuyendo la producción d
un país debido a una baja de la demanda, y por consiguiente tam- ducción agrícola a un precio tal que rindiera menos excedente neto,
bién se reducen las rentas, tampoco es necesario que actúen todas las la agricultura sería igual de produc~iva al ~a~ital (st?ck) ge?eral.
causas que tienden a hacer bajar las rentas. Cuando se está produ- y si un país rico y adelantado estuviera decidido a bajar por im~e;
ciendo esta depresión, las utilidades del capital tienen que ser pocas, rativo de la ley el precio de su producción hast~ que no que~a~a nm-
porque lo que ocasiona la depresión es concretamente la falta de gún excedente en forma de renta, y ello debido a que e~iStie~a la
rendimientos adecuados. Los salarios en dinero bajarán después qu impresión de que el exceso normal del precio de las matenas 'prImas
se haya destruído parte del capital; pero el reducido precio de las por encima de su costo de producción, que .es .l~ que ocaslOn~ la
materias primas pueden más que compensar la baja de los salarios renta en la mayoría de las tierras, es tan p,er]udiCl~1al co?sumidor
en dinero del trabajo, e impedir que se cultive con beneficio la ríe- como beneficioso al terrateniente, tal nacion no solo hana que se
rra que exige mucho capital. abandonase el cultivo en todas las tierras más pobres, sino en todas
excepto las mejores, y probablemente reduciría ~u producción y po-
También se ha visto que si el proceso de desarrollo del cultivo
y aumento de las rentas no va acompañado por grandes mejoras agrí- blación a menos de un décimo de su cifra anterior.
colas, las rentas guardan a menudo una proporción menor con la
cantidad de capital empleado en la tierra y la cantidad de producto SECCIÓN V. De la dependencia de la cantidad real de produc~o obte-
que se saca de ella, aunque sea mayor en cantidad total. Según el nido de la tierra, de los precios del producto y rentas exis-
mismo principio, cuando la producción disminuye y las rentas bajan, tentes, en iguales condiciones de con?cimientos
aunque la cantidad de renta sea menor, la proporción que guarda agrícolas y el mismo valor del dmero
con el capital y la producción puede ser mayor. y lo mismo que
De la exposición anterior del desarrollo de la renta se deduce
en el primer caso la menor proporción de las rentas se debía a la
que el monto real de la renta natural de la tierra, en e~estad? en que
necesidad de cultivar todos los años nuevas tierras, consistentes en
se encuentran los conocimientos agrícolas, es necesario, casi exact~~
pastizales y bosques, y proceder a la mejora de las viejas cuando sólo
rendirían la utilidad corriente del capital, con poca o ninguna renta; mente, al producto que en realidad. se haya obteni~o.; y que el precio
así también, en el último caso, la mayor proporción de la renta se del trigo, en todo país progresivo, tiene que ser casi .igual ~l costo de
producción en la tierra de peor calidad que se cultive, mas l~ renta
debe a la falta de aliciente de hacer grandes gastos en la agricultura,
que rendiría en su estado natural; o sea al costo de cosech~r. mas pro-
a la necesidad de emplear el menor capital del país sólo en el cultivo
ducto en la tierra ya cultivada de antiguo, producto adicional que
de las tierras más ricas y de dejar que las demás den la renta que
sólo deja los rendimientos normales del capit~l agrícola si? renta.
pueda conseguirse de ellas dedicándola a pastos naturales, que, aun-
que pequeña, representará una gran proporción del trabajo y otro Es evidente que, dado el valor rea~ del, dlO~ro, el precio ,no pue-
capital empleados. Por lo tanto, cuando la situación relativa de los de ser menor," o tal tierra no se cultivaría, m se emplean~ aquel
precios es tal que ocasiona una baja progresiva de las rentas, dejará capital. Tampoco puede nunca exceder mucho de este precio, pues
de cultivarse proporcionalmente más y más tierra, las restantes es- 35 Por lo que se dijo en el último capítulo, el lector se dará cuenta de que aunque
al hablar de la relación entre el precio del producto y su costo en dinero, en un momento
tarán peor cultivadas, y la disminución de la producción progresará
d eterrruna
inad0, e 1 dinero es siempre una medida adecuada, sin embargo,
., al hablar del pre-
.
por lo general aún más de prisa que la disminución de las rentas." cio del producto sin hacer tal referencia es necesario que se mencione expre~a o tacita:
Si la doctrina que hemos sentado aquí respecto a las leyes que mente el valor del dinero; y espero que el lector lo suplirá cuando el Significado este
gobiernan el alza y baja de las rentas es cierta, tiene que estar muy 1
caro.
C
om
O yo mido el valor del dinero por trabajo, el precio del producto, dado el valor
d d E Iid d d
del dinero es exactamente equivalente a la expresión valor el pro ucro, n rea I a pue e
lejos de la verdad la doctrina que sostiene que si se vendiera la pro- decirse que, en un estado normal y corriente de cosas, lo que se precisa" para la oferta del
d n realidad existe es el valor real del producto o su capacidad real de poder
34 Se recordará, sin embargo, que los dos resultados que se señalan aquí estarán esen- pro ucto que e d di" "" 1
cialmente afectados por los impuestos sobre la tierra. dis ner de trabajo. En estos casos es posible que sea mejor usar ,es e e pnncipio e
término valor en lugar de precio; pero me temo que no se comprendena con tanta facilidad.
150
DE LA RENTA DE LA TIERRA EC. V.] DE LA RENTA DE LA TIERRA 151
[CAP. 11I.

siempre compensará al. terrateniente continuar arrendando tierra, io) de producción de la maquinaria mejor, y si bajara aún más des-
ca~a vez mas pobres mientras pueda obtener algo más de lo que I aparecería del mercado toda la mercancía.
dejen .en su estado natural, y porque compensará a los agricultore Por el contrario, las máquinas que producen trigo y materias
q~e dispongan de capital invertir en sus tierras si el producto adi- primas son dones de la naturaleza y no obra del hombre; y sabemos
clO~al que resulta de ello les deja por entero las utilidades de su por experiencia que estos dones tienen calidades y capacidades muy
capital, aun~ue n? produzca nada a sus terratenientes. diversas. Las tierras más fértiles y mejor situadas en un país, aque-
De aqui se SIgue, por lo tanto, que en un país cultivado y en llas que, al igual que la mejor maquinaria en las manufacturas, rinden
pro~reso, el ~rigo se vende más o menos a su precio necesario, es mayor producción con menor gasto, no son nunca suficientes para
decir, al pr~clO que se necesita para obtener la cantidad de producto hacer frente a la demanda efectiva de una población creciente, como
que en. reahd~d se conseguiría si no se pagasen rentas; aunque, con consecuencia de la segunda de las causas principales de la renta antes
gran dIferencIa, l.a mayor parte se vende a un precio muy superior señalada. Por lo tanto, el precio de las materias primas aumenta na-
al que es necesario para su producción sin renta, debido a que esta turalmente hasta que sea remunerador pagar el costo de cosecharlas
p~rte se produce con menor gasto, mientras que su precio no dís- con máquinas de calidad inferior, y por un procedimiento más cos-
mmuye.
toso; y como no puede haber dos precios para trigo de la misma
La diferencia entre el precio del trigo y el de las m f calidad, todas las otras máquinas cuyo funcionamiento exige menos
1 anu acturas,
en ~ que respecta al precio natural o necesario, es ésta: que si el gasto comparado con el producto tienen que dar rentas proporcio-
p~eclO de una. m~n~factura bajara mucho, desaparecería toda ella; nales a su bondad.
~Ientras que SI dIsmmuyera en la misma cantidad el precio del t . Así, debe considerarse que todo país extenso posee una gradua-
solo bai '1 'dad ' ngo,
aJana ~ cant¡ . A~n quedaría en el país alguna maquinaria ción de máquinas para la producción de trigo y materias primas, in-
capaz de enviar la mercancía al mercado al precio reducido .. cluyendo en ella no sólo las diversas calidades de tierra pobre, en la
Algunas veces se ha comparado la tierra a una gran máquina que abunda por lo general todo territorio extenso, sino la maquinaria
regalada al.hombre por la naturaleza para la producción de alimen- inferior que puede decirse que se emplea cuando se obliga, o se
tos ~ materias primas; pero para que el parecido sea más justo, en la fuerza, a la tierra de buena calidad a producir más. Según aumenta
medida en que son comparables, debíamos considerar al suelo como el precio de las materias primas, se ponen en movimiento estas má-
un regalo que se, hace al hombre de gran número de máquinas, to- quinas peores; y a medida que baja el precio de las materias primas
das ell~s suscepnbles de continuas mejoras mediante la aplicación se van dejando sucesivamente inactivas. El ejemplo que hemos uti-
de cap~tal, pero, sin embargo, de calidades y capacidades originales lizado sirve para poner de relieve, a primera vista, la necesidad del
muy dIferentes.
precio existente del trigo para el producto obtenido, en la situación
Esta gran desigualdad en las capacidades de la maquinaria que real de la mayoría de los países que conocemos, y el diferente efecto
se, emplea para ob~en.er materias primas constituye la característica que produciría una gran reducción de precio en una manufactura y
mas notable que distingue la maquinaria de la tierra de la que se en las materias primas.
emplea en las manufacturas.
Sin embargo, no debemos sacar consecuencias demasiado am-
En,las manufacturas, cuando se inventa una máquina que pro- plias de esta gradación de maquinaria sobre la tierra. Es lo que real-
duce mas trabajo terminado, con menos gasto que antes, si no hay mente sucede en casi todos los países, y explica con claridad el origen
p~tente, o t~~ pronto como esta haya expirado, puede fabricarse un y desarrollo de la renta cuando aún quedan tierras en abundancia.
numero sufícienre de tales máquinas para abastecer toda la dem _ Pero la gradación no es estrictamente necesaria, ni para la formación
d . . an
a y su~nmIr por entero el uso de la maquinaria antigua. La con- original ni para el aumento regular subsiguiente de las rentas: ~
secuencía natural de ello es que el precio se reduce al costo (pre- único que se necesita para producir estos efectos es la presencia ae

T
152
DE LA RENTA DE LA TIERRA
[CAP. 11I. SECo V.) DE LA RENTA DE LA TIERRA 153
las dos primeras causas de la renta antes mencionadas con la adi-
ción de territorio limitado o una escasez de tierra fértil.' De la teoría de la renta se ha sacado otra conclusión que supo-
ne un error de mucha mayor importancia, y, por lo tanto, habrá
Cualesquiera que puedan ser las cualidades de una mercancía
es sabido que no puede tener valor en cambio si existe en mucha que tener cuidado de no caer en él. , ..
En el desarrollo del cultivo, segun se van rebajando tierras cada
mayor cantidad de la que exigen las necesidades de los que han de
vez más pobres, sin que se realicen mejoras ~n .la agricultura, el
usada. Pero las cualidades de los artículos de primera necesidad
monto de la tasa de utilidades tiene que estar limitado por la capa-
son tales que, en un territorio limitado y en circunstancias norma.
cidad productiva del último suelo cultivado, como veremos con ~a-
les, no pu~den estar siempre en exceso si se distribuyen adecuada.
me~te; y SItoda la tierra de este país fuese exactamente de la misma yor detenimiento en un capítulo posterior. De esto se ~~ deducId?
calidad, y toda ella tan rica como la mejor, no puede caber la menor que, según se van cultivando nuevas tierras, la tasa d~ utIlIdades.sera
elevada en proporción a la fertilidad natural supenor de la tierra
duda de que después de que se hubiera cultivado toda ella dismi-
nuirí~n tanto las utilidades del capital como los salarios reales d I que entonces será la menos fértil que se cultive.
trabajo, hasta que se redujeran las utilidades a lo necesario para Si la tierra no produjera ninguna renta en su estado natural,
mantener el capital que existe en la realidad, y los salarios, a la al. ya fuera pobre o fértil, entonces, al dividirse toda la producci?n en-
tura que se precisa pa~a conservar la población, y las rentas serían tre las utilidades y los salarios, y al suponerse que los salanos en
de un cuantía proporcIonal a la fertilidad natural o adquirida del trigo del trabajo no sufren casi variación, la de?ucción serí~ j~s~~.
suelo, y el total de las rentas mucho mayor que hoy. Pero las premisas no son las que se suponen aqui. ~n un pals CI~IlI.
zado y en que el suelo es objeto de propiedad, la tierra SlO cultivar
Tampoco sería muy diferente el efecto si el capital que pudiera
emplearse con ventaja en suelo tan fértil fuese muy limitado, d produce siempre renta en proporción a su capacidad natural para
manera ~ue no fuera preciso invertir más del necesario para arar y alimentar el ganado y dar madera; y, desde luego, cuando se ha de-
s~?ar. SI~ embargo, no puede caber duda que el capital y la pobla- jado de cultivar alguna tierra, sobre todo si ello se debe a l~ i~po:-
CI~~podnan seg~Ir creciendo en otros empleos hasta que tanto la tación de trigo más barato de otros países, y por 10. tanto SlO dlsml~
utilidades del capital como los salarios del trabajo hubieran bajado a nución de la población, la última tierra cuyo cultivo se abandono
tal punto que ya no pudieran disminuir más, y las rentas hubieran puede dar una renta moderada como pasto, aunque muc?o .me?~s
que antes. Como se dijo en la sección anterior, la renta disminuirá,
alcanzado los límites prescritos por la capacidad del suelo y las cos-
tumbres de la gente. pero probablemente menos en proporción .que el. ca~ital emple~do
en la tierra o el producto que de ella se deriva. Ningún terrateruen-
En est~s casos es evidente que las rentas no están reguladas por te permitirá que un agricultor utilice su tierra labrándola sin pag~r
la~ grad~aCIonesdel suelo o los diferentes productos del capital en la renta, o pagando sólo muy poca, si puede obtener una mayor d~dI-
mrsrna tierra: y que no se puede sacar de la teoría de la renta la con- cándola a pastos y ahorrando anualmente muchos gastos de c~pItal
clusión de Mr. Ricardo de que "el único motivo de que se pague sobre ella. Por consiguiente, como el producto de las peores tI~~ras
renta por el uso de la tierra es que ésta es de diferentes calidades en que se cultivan no puede nunca dividirse por enter? entre utilida-
cuanto a su capacidad productiva, y porque con el desarrollo de la des y salarios, el estado de tal tierra o su grado de fertilidad no puede
población se cultivan tierras de calidad inferior y peor situadas." 30 regular la tasa de utilidades que se derive de ella; _ _.
Es evidente que si al efecto de la causa aqui senalada a~adlmos
. 36 PTi~ci~les of ,Political Economy, cap. rr, p. 54. Este párrafo se ha tomado de la
su consecuencia natural, es decir, un alza del valor del dinero, y
pnrnera edición, Esta redactado de un modo diferente en la segunda y tercera, pero no
lo bast~nte para hacerla verdad. En la tercera (p. 56) el párrafo dice como sigue: "Así, una baja mayor del trigo que de las mercancías extranjeras, las su-
pue~, solo se paga renta por el uso de la tierra debido a que ésta no existe en cantidades
¡hmaadas ~i de. calidad uniforme, y porque con el aumento de población se cultivan tie- untes es obvio que si una tierra tan buena como la mejor no fuese más que de cantidad
rras de calídad inferior y situadas menos ventajosamente." Ahora bien, como se ha dicho limirada sin ser de calidad diferente, con el aumento de población da~ía una renta mucho
mayor que la misma cantidad de tierra pudiera dar de diferentes fertilidades,

1.
154 DE LA RENTA DE LA TIERRA [CAP. 1II.
SECo VI.] DE LA RENTA DE LA TIERRA 155

jetas a impuestos y probablemente el trabajo y ganado de labor, es diversos grados de fertilidad, el trigo se vende casi a,su precio natural
evidente, repito, que pueden surgir dificultades permanentes al cul- o necesario, es decir, al que se precisa para llevar la cantidad de
tivo, y que las tierras más ricas pueden no dar utilidades superiores. que se trata al mercado. Por término medio, este precio tiene que
La mayor renta que se paga por la última tierra empleada en la la- ser igual a sus costos de producción en la peor tierra que en rea-
branza, junto con el mayor gasto de los materiales que forman el lidad se cultiva, junto con su renta en estado natural, porque si
capital comparado con el precio del producto, pueden compensar por baja algo más, el agricultor de tal tierra no podrá pagar al terrate-
entero, o con creces, la diferencia de fertilidad natural. niente una renta tan elevada corno la que podría obtener de la tierra
En cuanto al capital que el arrendatario puede invertir en su sin cultivarla, y por consiguiente no se cultivará, disminuyendo la pro-
hacienda para obtener más producción sin pagar renta adicional, la ducción. En los países progresivos, sin embargo, esta renta es insig-
tasa de su rendimiento tiene que conformarse evidentemente a la tasa nificante, y el precio del trigo es poco más de lo necesario para pagar
general de utilidades determinadas por otras causas. Tiene que ser los salarios del trabajo y las utilidades del capital que se precisa para
consecuencia, pero no puede nunca ser causa. Es verdad que cuan- obtenerlo. Pero en el caso de que se abandone el cultivo de alguna
do se ha fijado el precio del trigo, se producirá en las tierras culti- tierra cuando hay abundancia de capital y trabajo, la renta de la
vadas de antiguo algún trigo cuyo costo de producción sin renta sería
peor tierra cultivada con trigo puede no ser en modo alguno insig-
exactamente igual a ese precio. Pero es seguro que si en vez de in-
nificante. Sin embargo, si el dinero no varía de valor, el precio real
vertir tanto capital adicional en las tierras labradas, los capitalistas
del trigo sería necesario para obtener la oferta interior, porque si los
hubieran podido obtener las tierras no labradas sin rentas, el precio
agricultores no pagaran rentas, no les compensaría producir un tri-
del trigo no habría subido tanto ni la producción de la cantidad cose-
go que no les diese un rendimiento tan beneficioso corno el producto
chada hubiera exigido tanto trabajo y otras clases de capital; por con-
siguiente, las rentas de tales tierras aumentan, sin ningún género de de los pastos, o la tierra de matorral, o arboleda.
duda, el precio del trigo y forman parte de los costos de producción. Espero que se me perdone por presentar al lector en varias for-
Habría que añadir que en el desarrollo normal de un país ha- mas la doctrina de que el trigo, en lo que respecta a la cantidad real-
cia su total cultivo y progreso, y en un estado natural de cosas, podría mente producida, se vende casi a su precio necesario, igual que las
esperarse que, si la última tierra cultivada es rica, el capital será manufacturas; pero considero que es una verdad de la máxima im-
escaso, y entonces es seguro que las utilidades serán elevadas; pero portancia, que no han tenido en cuenta ni los Economistas, ni Ad~m
si dejan de cultivarse algunas tierras por haberse encontrado algu- Smith, ni todos aquellos escritores que han dicho que las matenas
na forma de obtener trigo más barato en otras partes, no tiene justi- primas se venden siempre a un precio de monoplio.
ficación hacer tal inferencia. Por el contrario, el capital puede ser
abundante en comparación con la demanda de trigo y mercancías, en SECCIÓN VI. De las relaciones entre gran riqueza relativa y
cuyo caso, y mientras dure tal abundancia, las utilidades tienen que elevado precio relativo de las materias primas
ser bajas, cualquiera, que sea el estado de la tierra. Todos estos pun-
tos tienen gran importancia práctica, pero se han olvidado con fre- Adam Smith ha explicado con gran claridad cómo el desarrollo
cuencia. La doctrina de la graduación de los suelos es importantísi- de la riqueza y el progreso tienden a hacer subir el precio del ga-
rna, pero habrá que tener cuidado de aplicarla correctamente al sacar nado, aves de corral, materiales de vestido y habitación, los minerales
de ella conclusiones prácticas. más útiles, ete., en comparación con el trigo; pero no ha explicado
Se observará que si bien las rentas que se pagan por lo que pro- las causas naturales que tienden a determinar el precio del grano.
duce la tierra en su estado natural influyen en lo relativo a las utili- En verdad, ha dejado que el lector saque la conclusión de que consi-
dades y partes componentes del precio, no invalidan la importante dera que el precio del trigo está determinado sólo por el estado de
doctrina de que, en países que se encuentran en su estado usual con las minas que en un momento dado abastecen del medio circulante
156 DE LA RENTA DE LA TiERRA SECo VI.] DE LA RENTA DE LA TIERRA 157
[CAP. 11I.

al mundo comercial. 31 Pero aunque esta causa puede explicar el y otros factores de la oferta que se necesitan para producirlo; y la
elev~do o baj~ preci~ del trigo en todo el mundo comercial, no pued razón de que el precio del trigo fuese alto y tendiese a subir en países
explicar la~ diferencias de su precio, en diferentes países, acampa; ya ricos y que siguen progresando en prosperidad y población, sería
rada con CIertas clases de mercancías en el mismo país. la necesidad de recurrir a tierras más pobres, sin mejoras proporcio-
, . .Estoy.enteramente de acuerdo con Adam Smith en que es muy nales en la agricultura, es decir, a máquinas cuyo funcionamiento exi-
~t!l mvesngar las causas del alza de precios, pues de tal investiga; giría mayor gasto y que, por consiguiente, hacen que cada nueva adi-
Clan puede resultar ~ue la circunstancia misma de que nos quejamos ción a las materias primas del país se compren a mayor costo; en
sea una consecuencra necesaria y la señal más evidente de aumen- resumen, se encontraría en la importante verdad de que en un país
to de riqueza y prosperidad. Pero de todas las investigaciones de esta progresivo el trigo se vende al precio necesario para producir la
clase, nmguna puede ser tan importante, ni tan interesante en tér- oferta que en realidad existe, y que, según esta oferta se hace más
min~s gener~les, como la que se haga de las causas que afectan el difícil de. conseguir, el precio tiene que subir en proporción. En el
precio del tngo y ocasionan las diferencias de este precio que se ob- supuesto que hemos hecho de que el' valor del dinero sea el mismo
servan en diferentes países. en diferentes países, el precio del trigo subiría sin ir acompañado
Las dos causas principales de estos efectos son: por un alza del precio en dinero del trabajo.
1. Una diferencia en el valor de los metales preciosos en dífe- Desde luego, los precios del trigo en diferentes países, deterrní-
rentes países, como quiera que haya surgido. nadas por las dos causas antes mencionadas, tienen que estar influí;
2. Una diferencia en el costo elemental de producir una canti- dos por toda circunstancia que en cada uno de ellos afecte el valor
dad determinada de trigo. ' del dinero o el costo elemental de producción de trigo, tales como la
~n l~ última sección del capítulo anterior se expusieron las ~au; prosperidad del comercio exterior, las mejoras en los procedimien-
sas principales de. las diferencias en el valor del dinero en diferentes tos de cultivo, el ahorro de trabajo en la tierra, los impuestos directos
na.clO~es; y es .evldente que éstas ocasionan la mayor parte de las e indirectos y, sobre todo, la importación de trigo extranjero. En rea-
principales desigualdades del precio del trigo. Más de las tres cuar- lidad esta última causa puede anular en gran medida los efectos nor-
tas partes de la enorme diferencia entre el precio del trigo en Ben- males de una gran riqueza sobre el precio del trigo; y entonces la ri-
gala y en Inglaterra se debe a la diferencia del valor del dinero en queza se hará patente de otra manera.
los, dos pa~ses; y la mayor parte del elevado precio del trigo en este Supongamos siete u ocho países no muy distantes entre sí y
P~IS, rela:lvamen.te a la. z:nayoría de los estados europeos, tiene el cuya situación no sea muy diferente respecto a minas, y, además,
mismo origen. SI las utilidades del capital en FIandes son casi las que tampoco sean esencialmente distintos sus suelos ni su talento
m!smas que en. Inglaterra (como creo que sucede), y los salarios en agrícola; supongamos que no hay impuestos, y que todo el comercio
tngo del trabajo mas bíen menores que mayores, se sigue necesaria; es libre para todas las mercancías, excepto para el comercio del trigo.
mente que el costo elemental de producir trigo es casi el mismo en Supongamos que una de estas naciones aumenta mucho su capital
ambos países, y que el mayor precio en dinero del trigo en Inglaterra y su talento manufacturero relativamente a las demás, y que llega
se .debe al menor valor del dinero y no a la mayor cantidad de tra- a ser mucho más rica y populosa sin aumentar su talento agrícola.
bajo y otros factores de la oferta que exige su producción. Yo diría en este caso que el aumento relativo de riqueza no podría
La segunda causa del elevado precio relativo del trigo es su tener lugar sin un alza relativa en los precios del trigo y el trabajo, y
mayor cost~ elemental de producción. Si pudiéramos suponer que el que tal alza de precios, en las circunstancias supuestas, sería la prue-
valor del dinero, o los salarios en dinero del trabajo medio fuese ha natural y la consecuencia obligada del aumento de riqueza y po-
el mis:n0 en todos lo~,países, entonces el elevado precio del t:igo en hlación del país de que se trata.
un país en comparación con otro sería la mayor cantidad de trabajo Supongamos ahora que estos mismos países tengan libertad ab-
31 Libro 1, cap. v, p. 53, 6" ed, soluta para comerciar en trigo, y que los gastos de fletes, etc., fuesen
158 DE LA RENTA DE LA TIERRA [CAP. III. SECo VI.] DE LA RENTA DE LA TIERRA 159

insignificantes; y supongamos, además, que uno de ellos aumenta la oferta necesarias para conseguir la última adición que se ha hecho
mucho por encirna de los otros en capital y talento manufacturero a la materia prima de un país rico y progresivo tienen una tendencia
en riqueza y población: en tal caso diría que como la importación constante a aumentar.
de trigo impediría que se diera gran diferencia en los precios del tri- De la actuación conjunta de las dos causas que se han expuesto
go y del trabajo, ello impediría que se produjesen grandes diferen- en esta sección vemos, por consiguiente, que a pesar de las continuas
cias en la cantidad de capital invertido en la tierra y en la cantidad mejoras en la agricultura el precio del trigo es, por lo general, más
de trigo que se obtiene de la misma; por consiguiente, que el gran elevado en los países más ricos; mientras que, a pesar del elevado
aumento de riqueza no podría tener lugar sin una gran importación precio del trigo y el trabajo, los precios de muchas manufacturas si-
de trigo de otras naciones, y que la importación, en las circunstancias guen siendo más bajos que en los países más ricos.
supuestas, sería la señal y consecuencia necesaria del aumento de Así, pues, no puedo estar de acuerdo con Adam Smith en que el
riqueza y población de aquel país. poco valor del oro y la plata no es prueba de la riqueza y estado
Considero que éstas son las dos alternativas obligadas de un floreciente del país en que tiene lugar. Desde luego, no puede de-
aumento relativo de riqueza; y el supuesto que aquí se ha hecho se ducirse nada de él, tomado en términos absolutos, pues ese precio
aplicará, con las diferencias oportunas, al estado en que se encuen- elevado puede depender simplemente de la abundancia de las minas;
tra Europa.
pero si lo observamos en términos relativos a otras mercancías y en
Los gastos de transporte de trigo son considerables en la mayo- comparación con el estado de otros países no muy distantes y rela-
ría de los países. Forman una barrera natural a la importación y cionados entre sí, pueden sacarse conclusiones de importancia. Si
aun el país que depende habitualmente del trigo extranjero tiene calculamos el valor de los metales preciosos en diferentes naciones
que tener un precio de alimentos superior al nivel general. En la usando la medida que él ha propuesto, me parece que, ya considere-
práctica, también, los precios de las materias primas en los diferen- mos la primera, ya la segunda causa citada en esta sección, hay pocas
tes países de Europa están modificados de modo diverso por dife- indicaciones más seguras de riqueza que un precio medio elevado de
rencias de suelos, distinta altura de los impuestos y diferentes grados las materias primas. Si el valor del dinero fuese el mismo en todos los
de desarrollo de la ciencia de la agricultura. Pero los principios ex- países, entonces, aparte de las importaciones y mejoras de la agricul-
puestos son los que rigen el problema, y al aplicados a algún caso tura, la riqueza y población de países similares, aunque no la condi-
particular hay que tener siempre en cuenta las circunstancias parti- ción de las clases trabajadoras, sería proporcional a la altura del
culares del mismo. precio de su trigo. Y en la realidad, con grandes diferencias en el
En cuanto a las mejoras de la agricultura, que son la causa prin- valor del dinero como consecuencia de las causas incidentales antes
cipal que retarda el desarrollo del precio cuando en suelos similares citadas, como los países que no poseen minas, y en que los precios en
se da un aumento de la producción, aunque algunas veces influyen dinero del trigo y el trabajo son elevados, tienen que haber tenido
con enorme intensidad y son de mucha duración, sabemos por ex- manufacturas muy florecientes, o abundancia de materias primas
periencia que no han sido suficientes para compensar los efectos de aptas para la exportación, se encontrará que tales países serán, por
recurrir a tierra más pobre o máquinas inferiores. El trigo se obtiene 10 general, ricos o que marchan con paso rápido hacia la riqueza.
con menos trabajo en los Estados Unidos de América que en cual- Tiene importancia dejar bien sentado este punto, para que no
quier país europeo. A este respecto la materia prima es esencial- nos quejemos de una de las pruebas más fieles de la prosperidad de
mente distinta de las manufacturas. un país.
El costo elemental de las manufacturas, o la cantidad de tra-
bajo y otras condiciones de la oferta necesarios para producir una
cantidad determinada de ellas, tiene una tendencia constante a dis-
minuir; mientras que la cantidad de trabajo y otras condiciones de
160 DE LA RENTA DE LA TIERRA
[CAP. 11I. c. VII.] DE LA RENTA DE LA TIERRA 161

I IS materias primas a una altura insostenible. Y los agricultores que


SECCIÓN De
VII. =
causas que pueden equivocar al terratenieruc irriendan las tierras bajo la influencia de esos precios no podrán
en el arrendamzento de sus tierras, en perjuicio suyo y del país
J1 siblemente pagar el arrendamiento cuando se vuelva a un estado
. De acuerd? con los principios sentados, la riqueza de los terra- t le cosas más normal, y dejarán sus haciendas agotadas y en un estado
tementes. d~be.na aumen~~~ gra~ualmente cuando un país está pro- I uinoso. Estos períodos breves de precios elevados tienen gran im-
g:-esando" SI ~len su, posicion e Influencia relativas dentro de la so- r rtancia en la inversión de capital en la tierra si se permite a los
ciedad m.as bien sera menor, debido al mayor número y riqueza de ilgricultores aprovecharse de ellos, pero si el terrateniente se da cuen-
los que VIven de las utilidades del capital. a prematuramente de los mismos, el capital se destruirá en vez de
Con p~cas excepciones,38 la baja progresiva del valor de los .icurnularse, y tanto el terrateniente como el país incurrirán en pér ..
met~les preCIOSOS,en toda Europa, la baja .aún mayor que se ha pro- Iída en vez de obtener una ganancia.
ducido en los p~lses más ricos, junto con el aumento de producción También es deseable esperar algún tiempo antes de subir las
q~e se ha obtenido del suelo, tienen que conducir a que el terrate- ntas, aun cuando parezca que el alza de precios va a ser permanen ..
mente espere, que las rentas aumenten al renovar sus arrendamien- t • En el desarrollo de los precios y las rentas, estas últimas deben
tos. Pero esta expuest~, .cuando realquila sus haciendas, a caer en iempre ir un poco rezagadas, no sólo para permitir comprobar si
doserrores ~ue son casi Igualmente perjudiciales a sus intereses y a t I alza es temporal o permanente, sino también, cuando esto último
Ios de su país. 'a el caso, para dar un poco de tiempo a la acumulación de capital
. En primer lugar, la expectativa de una renta exorbitante inrne- -n la tierra, de la que el terrateniente puede estar seguro de cosechar
~tata .que ofrecen los agricultores pujando unos contra otros, puede I dos los beneficios a la postre.
mduCIrle. a arrendar su tierra a un agricultor sin capital suficient No hay ninguna buena razón para creer que si, dado el estado
para c~ltlvarla ,en la .mej?r forma posible y hacer en ella las mejora ictual del país, los terratenientes entregaran todas sus rentas a los
necesanas. Es esta, sin nmguna duda una polírí . " , I .irrendatarios, bajaría sustancialmente el precio del trigo. Si es co..
d 1f ' ea sin vision a guna
e, ~tur?, cuyos malos efectos han advertido los técnicos agrícolas I r cta la opinión que hemos sostenido sobre el problema en esta in ..
mas inteligentes en sus informes al Parlamento; y han sido especial; vcstigación, las últimas adiciones hechas a nuestra producción na ..
mente destaca~os en Irl~nda, do?de a este respecto la imprudencia ional se venden casi a su costo de producción, y, aparte de 'las
de los terratementes, unida quiza a cierta dificultad real de encon- mejoras agrícolas, no podría producirse en nuestro suelo la misma
~rar buenos arrendatarios, ha agravado el descontento del país e antidad a un precio muy distinto, aun si no existieran las rentas,
mterp~esto un poderoso obstáculo en el camino de un mejor sistema uponiendo siempre que el valor del dinero no varía. El efecto que
de CUI~IV~.La. consecuencia de este error es que el terrateniente sufre I roduciría transferir todas las rentas a los arrendatarios sería sólo
una p~rdlda CIerta de toda esa futura fuente de renta, y el país pier .. I de convertirlos en terratenientes, e incitarles a cultivar sus ha;
de la .nqueza que resulta del buen trabajo agrícola de aquellos arre .. iendas bajo la vigilancia de capataces descuidados y sin interés por
datanos. n I trabajo, en lugar del ojo vigilante de un amo a quien aparta del
El segund~ error a que está expuesto el terrateniente es el de escuido el temor a la ruina, y estimula a la actividad la esperanza
t?~ar un alza. ~olo temporal de los precios por un movimiento de su .. del éxito. Se encuentran los casos más frecuentes de laboriosidad
ficiente duración para justificar un aumento de las rentas. Sucede a compensada y saber bien aplicado entre los que han pagado una
menudo que una .escasez de uno o dos años, o una demanda anormal huena renta por sus tierras, entre los que han comprometido todo
como consecuencia de otras causas, puede hacer subir el precio de u capital en su empresa, y que consideran su deber vigilarla con
I uidado incesante y ampliarla siempre que sea posible.
38RUnald~. estfas excepciones importantes es el período que transcurre desde la guerra
d e Ia evo UClOn rancesa,
Pero cuando prevalece este espíritu digno de encomio entre los
irrendataríos, tiene una importancia decisiva para el desarrollo de la
DE LA RENTA DE LA TIERRA 163
162 DE LA RENTA DE LA TIERRA [CAP. 11I. EC. VIII.]

riqueza y el aumento permanente de las rentas, que exista la posibi- Aunque no es verdad en modo alguno, como afirmaron los Eco-
lidad, tanto como el deseo, de acumular; y un intervalo de alza de nomistas, que todos los impuestos gravan las rentas neta~ de l.os
precios, no seguido de cerca por un alza correspondiente de rentas, terratenientes, sin embargo, es indudablemente cierto que estos tie-
proporciona la posibilidad más segura para realizarlo. Estas épocas nen pocas posibilidades de librarse de ellos. También es verdad que
de subidas de precios, cuando no van seguidas por movimientos in- oseen un fondo más disponible y mejor adaptado al gravamen de
versos, contribuyen del modo más eficaz al aumento de la riqueza Impuestos que cualquier otro. Debido a ello se les ~mponen con ~ás
nacional. Y en la práctica diría que una vez establecido un tipo frecuencia, tanto directa como indirectamente. y Si pagan, como m-
(character) de industria y economía, las utilidades temporalmente dudablemente sucede, muchos de los impuestos que descansan sobre
altas son una fuente de acumulación más frecuente y poderosa que 1capital del agricultor y los salarios del labrador, lo mismo que l?s
cualquier otra causa." Es la única razón que parece poder explicar que se le imponen directamente, es forzoso que lo noten en la dis-
la prodigiosa acumulación que ha tenido lugar en este país entre los minución de la parte del producto total que hubiera correspondido
particulares durante la última guerra, y que nos dejó un capital muy su participación en otras circunstancias.
superior al que antes teníamos, a pesar de la gran destrucción anual
de acervo durante tanto tiempo. ECCIÓN VIII. De la relacióh estricta y necesaria entre los intereses
Entre las causas temporales de precios elevados que pueden al- del terrateniente y los del estado
gunas veces engañar al terrateniente, es necesario señalar los cam- Adam Smith ha dicho que el interés de los terratenientes está
bios en el valor de la moneda como consecuencia de la emisión de "estricta e inseparablemente ligado con el interés general de la socie-
papel. Cuando hay probabilidades de que sean de corta duración, el dad"; y lo que promueva u obstaculice al primero promueve u obs-
terrateniente debe comportarse del mismo modo que en años de de- taculiza al otro." La teoría de la renta que hemos expuesto en este
manda anormal. Pero cuando continúan durante tanto tiempo, como apírulo parece confirmar tajantemente esta afirmación. S~ es ver-
en este país durante una época, el terrateniente no tiene más reme- ad que, cualesquiera que sean los recursos naturales de l~ tierra, las
dio que regular su renta en consecuencia y arriesgarse a tener que principales causas que benefician los in~ereses del terra~emente son el
bajarla de nuevo al volver la moneda a su estado original. umento de capital, de población, mejoras en la agncultura y. au-
Con las preocupaciones que aquí se han señalado para el arren- mento de la demanda de materias primas derivada de la prospendad
damiento de fincas, el terrateniente puede prever con confianza un del comercio, es difícil considerar que los intereses del terrateniente
alza gradual y permanente de las rentas; y, en términos generales, no on independientes de los generales de la sociedad.
sólo un alza proporcional a la subida del precio del producto, sino a Sin embargo Mr. Ricardo ha dicho que "el interés del terrate-
un aumento de su cantidad como consecuencia de la extensión del niente es siempre , opuesto al del consumí idor y e1 manu f acturero " ,41
cultivo y las mejoras agrícolas. es decir, al de todas las otras clases de la sociedad. Le ha llevado a
Si al aceptar rentas que son justas tanto para el terrateniente sta opinión la fidelidad a la actitud que ha adoptado sobre la renta,
como para el arrendatario se ve que en sucesivos arrendamientos no que le hace afirmar que beneficia al terrat~niente el au~ento del ~os-
suben más que en proporción al precio del producto, a pesar del to de producción del rrígo," y que las mejoras en la agricultura tien-
aumento del cultivo, ello se deberá, por lo general, a grandes im- den más bien a deprimir que a aumentar las rentas.
puestos. Si esta opinión de la teoría de la renta fuese justa, y si fuera
40 Wealth of Nations, libro 1, cap. XI, p. 394, 6'" ed.. •
89 Adam Smith señala los malos efectos que producen las utilidades elevadas en las 41 Mr. Ricardo, en su tercera edición (cap. XXIV, p. 399),· admite que el terrat~~lente
costumbres del capitalista. Quizá algunas veces conduzcan a que haga extravagancias; pero tiene un interés remoto en las mejoras; pero sigue insistiendo sin dar razones suficientes
creo que, en general, las costumbres extravagantes son más a menudo causa de escasez de n el período de perjuicio que soporta.
capital y grandes utilidades que de lo contrario.
42 ¡bid.
164 DE LA RENTA DE LA TIERRA [CAP. m. EC. vm.] DE LA RENTA DE LA TIERRA
165

cierto que el ingreso del terrateniente aumentara con la dificultad lugar de bajar. A mi modo de ver, la experiencia confirma hasta tal
de producción y disminuyera con la mayor facilidad de ella, la opi- unto estos resultados que dudo que pueda señalarse un solo caso
nión de Mr. Ricardo tendría, sin la menor duda, un fundamento n la historia de Europa, o de cualquier otra parte ~el mundo, en
sólido. Pero si, por el contrario, se comprueba que en. la práctica el que las mejoras agrícolas h,ayan realm~te. he~ho bajar las rentas.
ingreso del terrateniente depende más que nada de la fertilidad na- Diría además que no solo no han disminuído las rentas las me-
tural del suelo, las mejoras de la agricultura y los inventos para [oras en la agricultura, sino que ~asta hoy, y e~ de esperar que tam-
ahorrar trabajo, podemos seguir pensando, como Adam Smith, qu ién en el futuro, han sido en casi todos los paises que conocemos la
el interés del terrateniente no es opuesto al del país. ausa principal del aumento de rentas." ,
Si hubiera tal abundancia de tierra fertilísima comparada con Como casi todos los países están constitUidos por una gran va-
la población que todo el mundo pudiese tomar toda la que quisiera, rledad de suelos, es parte fundamental de la teoría. expuesta .en este
es tan evidente, que casi no vale la pena decirlo, que no habría ren- apítulo que las rentas suben a medida que el CUltIVOse e~~Iende a
tas o terratenientes propiamente dichos. También admitiré que si en tierras más pobres; pero subsiste con igual fuerza la relación en~re
este país o en cualquier otro pudiera darse al suelo tal fertilidad que renta y fertilidad. Las tierras ricas, y no las pobres, s?n las que rm-
una décima parte de la superficie y el trabajo que ahora se emplean den el grueso de las rentas. Las tierras p~bres se cu~t:van P?rque el
en él fuese más que suficiente para sostener a la población, habría numento de capital y población exigen mas producCl~n, SI.n~ hu- y
que esperar que durante algún tiempo las rentas serían mucho m ~ biera suelos pobres seguiría habiendo rentas; un terr!tono limitado
nores. e poblará en seguida, por muy fértil que sea, y segun aumenta la
Pero no vale la pena especular y sacar conclusiones generales de demanda de trigo comparada con la oferta suben las .r,entas. .
supuestos que no pueden tener lugar. Es evidente, pues, que la dificultad de producción no tiene r~~
Lo que queremos saber es si al 'vivir como vivimos en un mundo Iación con el aumento de las rentas, excepto cuando es.consecuen~l~
limitado, y en países y distritos más limitados aún, y sujetos a unas natural del aumento de capital y población, y de la baja de las utili-
leyes físicas sobre el producto del suelo y el aumento de población dades y los salarios en trigo, o, en otras palabras, de ~n aument~ de
tales como las que la experiencia nos demuestra que existen, los intc- riqueza. Esto es lo que ocurre en realidad en la mayona de los paises.
reses del terrateniente son opuestos en términos generales a los .de la Pero, después de todo, el aumento de rentas que resulta de. un
sociedad. Y desde este punto de vista el problema puede resolverse nlza del precio ocasionada sólo por la mayor canti~ad de trabaJO y
apelando a los principios más incontrovertibles confirmados por 10 tras condiciones de oferta, necesario para producir una cantidad
hechos más evidentes. dada de trigo en tierras nuevas, es mucho menos de 10 que se ha
Sean cuales sean los supuestos fantásticos que podamos hacer upuesto; y en cuanto a la mayoría de los p~íses que conocemos, se
sobre aumentos repentinos de fertilidad, lo que hasta ahora hemo verá que en la práctica las mejoras en la agncultura el ~orro de y
visto y oído en la práctica sobre ese punto no se acerca a 10 que sabe- trabajo en la tierra han sido, y puede esperarse que SIgan SIendo en
mos acerca de la capacidad de la población de aumentar hasta alcan- 43 En un artículo publicado en la Edinburgh Review sobre la teoría de la renta de
zar a los medios adicionales de subsistencia. Mr. [ones, el que hace la reseña alude al error de Mr. Ricard.o en"c~anto a los efect~s de .las
Las mejoras de la agricultura son siempre parciales y graduales, mejoras agrícolas sobre las rentas de los terratenientes, Y dices SI ~r. Jones hubiese SIdo
por muy grandes que terminen siendo. Y como donde se producen 1 primero en señalar este error de Mr. Ricardo y e~ .recti.ficado, hubiese h:cho un pequeñ~
.' 1 ' ," En cuanto a la primera recrífícación del error, se CIta 10 que se ha
existe, por lo general, una demanda efectiva de trabajo, el aument iCrvlCIOa a ciencia.
bla publicado doce meses antes de la aparición de la obra de Mr. [ones en a segun a
1 d
de población ocasionado por la mayor facilidad de obtener aliment dición de la Political Economy de Mr. McCulloch.
absorbe pronto el producto adicional. En lugar de abandonarse el bí en como el que hace la reseña se apresura a acusar a Mr. Iones de no saber
Ah ora I , 1 h bí id rifi ado
10 que habían hecho otros, no debía ignorar él mism.? que e error ,a la 51 o rec IC
cultivo de algunas tierras, se cultiva más, debido a la baratura de lo ce meses sino cerca de doce anos antes, es decir, en 1820, antes de
instrumentos de cultivo, y en esas circunstancias las rentas suben en en esta ob m, no ya do '
publicarse la tercera edición de Mr. Ricardo.
166 DE LA RENTA DE LA TIERRA [CAP. 11I. 'EC. VIlI.] DE LA RENTA DE LA TIERRA 167

el futuro, una fuente mucho más poderosa del aumento de renta, labrador. Y aunque es posible que las rentas aumentasen como con-
Ya hemos visto que el gran aumento de rentas que ha tenido secuencia de tales utilidades y salarios, sin embargo, pienso que el
lugar en este ~aís durante casi los últimos cien años, se debe, sobr aumento que pudieran experimentar por esta causa sería insignifi-
todo, a las mejoras de la agricultura, ya que las utilidades más bien cante, en comparación con lo que pudieran subir con un sistema
han subido que bajado, y no se han disminuído nada los salario de cultivo mejor, un comercio próspero y una demanda efectiva de
fan:iliares s~!ncluímos las ayudas parroquiales y lo que ganan las mayor cantidad de materias primas, aun sin ninguna transferencia
mujeres y runos. Por lo tanto, estas rentas tienen que deberse a la de los ingresos del labrador o cultivador.
habilidad y capital empleado en la tierra y no son una transferencia Los Estados Unidos de América parecen ser casi el único país
d: la parte que correspondía a las utilidades y salarios de hace cien
anos.
que conocemos en que los salarios del trabajo y las utilidades del
capital agrícola que existe sean lo bastante altos para permitir una
Se sabe que el aumento especial de rentas que ha tenido lugar transferencia considerable a las rentas sin mejoras en la agricultura.
en Es~ocia durante los últimos cincuenta años se debe a mejoras en Y probablemente este estado de cosas sólo puede tener lugar cuando
la agricultura, grandes gastos en abonos, mejor rotación de las co- se emplea sobre un territorio nuevo, rico y extenso, bajo un gobierno
sechas y al ahorro de trabajo en la tierra. libre, y en una situación favorable para la exportación de materias
~arece que en Irlanda no admiten reducción considerable los primas, el talento y el capital de un país viejo y trabajador.
salanos del labrador individual ni las utilidades del capital agrícola; La experiencia nos dice que en los estados antiguos pueden ser
pero no puede caber la menor duda de que puede producirse un muy altos los salarios del labrador individual," y no muy elevadas
aum~nto ~e rentas median;e un mejor sistema de cultivo y un co- las utilidades del cultivador, mientras siguen sin cultivarse grandes
n:erclO ~rospero, que llevana a ciudades florecientes a los que ahora extensiones de tierra fértil. Sin duda es evidente que un sistema de
s?lo e~tan empleados a medias en el campo, y al mismo tiempo oca- cultivo lento e ignorante, unido a una distribución tan mala de la
sionana mayor demanda de productos agrícolas, mientras la tasa de propiedad que dificulte el desarrollo de la demanda, podrían hacer
utilidades y los salarios podrían seguir tan elevados como antes. que fueran bajas las utilidades del cultivador, aun en los países de
Las ~ismas obs~rvaciones podrían hacerse respecto a Polonia, y a suelo más rico. Y de la gran proporción de personas empleadas en
la mayona de los paises de Europa. No hay siquiera uno en que sean la agricultura en la mayoría de los países atrasados se deduce que es
elevados los salarios reales del trabajo, y apenas uno en que se sepa éste un caso bastante frecuente. Pero hay que admitir que en todos
que son gr~r:des las ~tilidades del capital agrícola. Si en estos países los casos de esta clase la gran fuente del aumento futuro de las ren-
no se prooujesen mejoras en la agricultura, y si el aumento futuro tas serán las mejoras en la agricultura y la demanda ocasionada por
de sus rentas ?ependiera de! aumento de precio producido sólo por un comercio interior y exterior prósperos, y no el aumento de pre-
la mayor cantidad de trabajo necesario para obtener alimentos me cio producido por la cantidad adicional de trabajo necesario para
inclino a creer que no duraría mucho el progreso de las rentas. ' Las obtener una cantidad determinada de trigo.
tasas actuales de utilidades y rentas no son de tal cuantía que ad- Sin embargo, si en un país que cosecha casi todo el trigo que con-
mitan mucha disminución, y si no se producen adelantos en la técnica sume, o que continúa produciendo la misma proporción de ese consu-
del cultivo, y sobre todo en forma de ahorro de trabajo y tierra, es mo, resulta que todas las mejoras que se sepa que han tenido lugar
probable que no puedan cubrirse los gastos de cultivo con suelos en la agricultura, manufacturas o comercio, y que han enriquecido
mucho más pobres que los que actualmente se usan. el país, tienden a hacer subir las rentas, y que todo lo que le empo-
No son muy distintas las condiciones en que se encuentran los
feraces países de la India y Sudamérica. Por lo que sabemos de 44 Si, en parte por indolencia y en parte por falta de demanda de trabajo, que es
pariente cercano de la indolencia en estos países, el obrero no trabaja más que dos o tres
estos países, no parece que las utilidades agrícolas sean elevadas, y es días por semana, los salarios pueden ser elevados con relación a los gastos del capitalista,
seguro que los salarios son bajos en relación con las condiciones del aunque es posible que sean bajos en comparación con las condiciones del trabajador,
168 DE LA RENTA DE LA TIERRA [CAP. 11I. SECo VIII.] DE LA RENTA DE LA TIERRA 169
brece tiende a hacerlas bajar, es preciso admitir que en las círcuns- des han subido. Pues si tuviéramos un patrón invariable con que
tancias supuestas los intereses del terrateniente son inseparables de medir el valor de este producto, encontraríamos que había ido a la
los del estado. clase de los labradores y terratenientes un valor menor, y que los
Como ya he dicho antes, Mr. Ricardo sólo tiene una opinión capitalistas habrían obtenido uno mayor del que recibían antes." 46
simplista y limitada del progreso de la renta. Considera que ésta se Un poco más lejos, después de sentar algunas proporciones es-
debe únicamente al aumento de precio que resulta de la mayor di- pecíficas, observa: "En este caso diría que los salarios y la renta
ficultad de producción." Pero si en muchos países pueden duplí- habían bajado y las utilidades subido, aunque a causa de la abun-
carse o triplicarse las rentas mediante mejoras en la agricultura, dancia de mercancías hubiese aumentado en proporción de 25 a 44
mientras que en algunos el aumento de precio que resulta de la ma- la cantidad que se paga al labrador y al terrateniente." 47
yor dificultad de producción sólo puede hacerlas subir un cuarto, un Pero en una investigación sobre la naturaleza y causas de la ri-
quinto y aun menos de un décimo, Zno habrá que reconocer que la queza de las naciones, si se calculan la renta y los salarios por la pro-
opinión de Mr. Ricardo sobre la renta sólo comprende una parte porción que guardan con el producto total, se cae en constantes
muy pequeña del problema, y por consiguiente que cualquier deduc- confusiones y errores. Pues Zqué nos obliga a decir? Tenemos que
ción general que se haga de ella ha de ser totalmente inaplicable en afirmar que las rentas del terrateniente han bajado y que han sufrido
la práctica? sus intereses, cuando obtiene como renta más de tres cuartas partes
~n cuanto a las mejoras en la agricultura, hay que observar, más de las materias primas que antes, y con éstas, de acuerdo con
además, que la forma en que Mr. Ricardo calcula el alza o baja de la propia doctrina de Mr. Ricardo, podrá disponer de tres cuartos
las rentas es muy especial; y esta especialidad en el modo en que más de trabajo que antes. Si aplicamos este lenguaje a nuestro pro-
usa las palabras tiende a distanciar aún más sus conclusiones de la pio país debemos decir que las rentas han bajado mucho durante los
verdad, tal y como ésta se enuncia en el lenguaje habitual de la eco- últimos cuarenta años, porque aunque hayan subido mucho en cuan-
nomía política. to a valor en cambio -en su capacidad de poder disponer de dinero,
Al hablar de la división del producto total de la tierra y el tra- trigo, trabajo y manufacturas-, según las recaudaciones del Minis-
bajo del país entre las tres clases, terratenientes, trabajadores y ea- terio de Agricultura son ahora sólo un quinto del producto bruto,"
pitalisras, escribe el siguiente párrafo: mientras que antes eran un cuarto o un tercio de él.
"No podemos juzgar correctamente de la tasa de utilidades, En cuanto al precio del trabajo, tenemos que decir que es bajo
renta y salarios por la cantidad absoluta de producto que obtiene en América, aunque hasta ahora hemos acostumbrado considerar
ninguna de las clases, sino por la cantidad de trabajo que se necesita que es muy elevado. Y tenemos que afirmar que es alto en Suecia,
para obtener ese producto. La producción puede duplicarse por me- porque, aunque el labrador sólo gana unos salarios en dinero muy
joras en la maquinaria y en la agricultura; pero si también se duplí- bajos y sólo puede obtener con ellos pocos artículos de primera ne-
can los salarios, las rentas y las utilidades, guardarán entre sí la mís- cesidad y convenientes, sin embargo, el trabajo recibe una proporción
ma proporción que antes. Pero si los salarios no participasen de la mayor del producto total que se obtiene de un cultivo penoso de un
totalidad del aumento, si en vez de duplicarse sólo aumentasen en suelo pobre."
la mitad; si las rentas, en vez de duplicarse. sólo subieran en tres cuar-
tos, y el resto del aumento fuese a dar a las utilidades, sería correcto 46 Principies 01 Polítical Economy, cap. 1, p. 49, 3' ed. 41 lbid, p. 50.

decir que la renta y los salarios han bajado mientras que las utílída- 48 Informes de la Cámara de los Lores sobre las Leyes de Granos, p. 66.
49 Es precisamente esta aplicación anormal de palabras corrientes lo que ha hecho a
mucha gente tan difícil de entender la obra de Mr. Ricardo. En efecto, exige un esfuerzo
45 Mr, Ricardo parece siempre suponer que pueden superarse los obstáculos cada vez
constante y laborioso recordar a cada momento lo que se entiende por rentas y salarios
mayores que se interponen en el camino de la producción mediante aumento de precio, y elevados y bajos. En otros respectos, siempre me ha parecido que el estilo en que está es-
que se producirá la misma cantidad que se hubiera producido aunque no hubiera tenido
crita la obra es perfectamente claro. Nunca es oscuro, salvo cuando la opinión es errónea
lugar la mayor dificultad de producción. Pero ésta es una suposición gratuita.
o se utilizan las palabras en un sentido desacostumbrado.
170 DE LA RENTA DE LA TIERRA EC. VIII.] DE LA RENTA DE LA TIERRA 171
[CAP. 111.

Mr. Ricardo ha caído en la trampa de usar este lenguaje an r 2. El precio de todo el producto subirá de fIlO a f 146, 13s.,
mal a causa del error fundamental de adoptar una medida de val 4d., siendo esta suma el precio de 220 quintales a 13s. 4d. el quintal.
que variaba junto con las cosas que hay que medir. 3. El dinero subirá de f 40 a f 46, 13s., 4d., que es el precio de
Sin embargo, si usásemos una medida realmente invariable, _1 70 quintales a 13s., 4d. el quintal.
resultado sería del todo distinto del que él ha expuesto. Suponga 4. La tasa de utilidades subirá de 16 2/3 por ciento a 66 2/3,
mas, por ejemplo, que una producción de 110 quintales de trigo iendo la diferencia el anticipo de 60 quintales con un rendimiento
dividiera del siguiente modo: 60 para anticipas al trabajo y otra de 70, y de 90 con un rendimiento de 150.
clases de capital, 40 para renta y 10 para utilidades del agricultor¡ 5. Los salarios en trigo del trabajo subirán de 10 quintales a 15,
supongamos también que se duplica la productividad del trabaj l, ya que se dividirán 90 quintales y no 60 entre los seis labradores;
de manera que la misma cantidad de éste y otro capital produjesen pero al ser el precio de 90 quintales el mismo que el de 60, no variará
220 quintales en lugar de 110, y que se dividieran como supon 1valor de los salarios pagados.
Mr. Ricardo, es decir, una mitad más del producto a los trabajad Sin duda será absolutamente cierto que los 15 quintales de trigo
res, tres cuartos a la renta y el residuo a las utilidades. El resultado ue ahora se pagan a cada labrador se pueden conseguir con menos
sería el siguiente: gasto de puro trabajo que los 10 quintales de antes, y a esto se debe
oncretamente el que Mr. Ricardo diga que el trabajo ha bajado;
Mientras la producción era de 110 quintales, pero deja completamente de lado la diferencia prodigiosa de utili-
Los trabajadores recibían "'''''''''''''''''''''' 60 dades bajo la que se producen los salarios del labrador en los dos
Los terratenientes " .."".".""" .."." .." " .. 40 asas considerados. Ahora bien, aunque se puede decir que cuando
Los capitalistas 10 ,1valor de las mercancías se compone de trabajo y utilidades, si las
Después del aumento a 220 quintales, últimas fuesen las mismas, su valor relativo dependerá exclusiva-
mente del trabajo empleado, es evidente, sin embargo, la imposibili-
Los trabajadores recibirían 90
dad de que éste sea el caso cuando las utilidades son esencialmente
Los terratenientes 70
diferentes, como en los ejemplos expuestos.
Los capitalistas 60
En este caso, la diferencia es entre una utilidad de 162/3 por
Ahora bien, si medimos esos ingresos mediante dinero de un iento una de y 662/3. Suponiendo que los 60 quintales que en el pri-
valor invariable, y si suponemos, para simplificar el cálculo, qu mer caso pagan los salarios de seis hombres se produzcan con una
en el primer caso cada quintal vale f 1, que se emplean cuatro hom- utilidad de 16 2/3 por ciento, la cantidad de trabajo empleado para
bres al año en trabajo inmediato, que se hacen anticipas en trabaj producirlos sería 5.14. Suponiendo que los 90 quintales que en el
y utilidades acumulados de un valor equivalente a los salarios de do segundo caso pagan los salarios de seis hombres se produzcan con
nombres, que por lo tanto el capital empleado es de f 60, y que los una utilidad de 662/3 por ciento, la cantidad de trabajo empleado
salarios del trabajo son 10 quintales, o f 10 al año, los resultados . cría de 3.6. Sin duda esta es uña gran diferencia..pero está exacta-
del aumento de producción serán los siguientes: mente compensada por la grandísima diferencia en la tasa de utili-
1. El precio del quintal bajará de f 1 a 13s., 4d.,s° y el precí dades, que hace que el valor del trabajo de seis hombres durante un
de 90 quintales será f 60. año sea el mismo en ambos casos.
Los ejemplos anteriores muestran, además, cuán erróneo es con-
50 Mr, Ricardo creyó que bajaría a lOs., porque supuso que la misma cantidad de tra-
siderar que la subida de la renta, cuando se mide por un patrón
bajo y capital rinde el doble de trigo. Pero como, según su propia suposición, en vez d
120 quintales se pagará a los seis labradores con sólo 90, es evidente que el precio del quin- invariable, depende por entero de un alza en el precio del trigo, alza
tal sólo bajará a 13s., 4d.; y los valores de la producción total y de la renta varían d que tiene que perjudicar proporcionalmente al consumidor. Hemos
acuerdo.
visto un caso de baja del precio en dinero del trigo desde f 1 por
172 DE LA RENTA DE LA TIERRA [CAP. 11I. DE LA RENTA DE LA TIERRA 173
SECo VIII.]

quintal a 13s., 4d., mientras que en la primera división propuesta Es evidente que si hubiéramos empezado con una tasa de utili-
la renta en dinero subía de 1: 40 a 1: 46, 13s., 4d.51 Pero está en dades y unos salarios en trigo más normales, como 10 ó 9 por ciento
desacuerdo con la tendencia natural a la acumulación y con el prin- de utilidades y 9 u 8 0 quintales de salarios, el aumento de rent~
cipio de la población el que duren mucho tiempo utilidades tales hubiera sido comparativamente insignificante, y que en aquell~s Pai-
como el 66 2/3 por ciento y salarios de 15 quintales al año; y si, debi- ses en que los salarios en trabajo están a la altura que Mr. Ricardo
do al rápido aumento de capital y población que tendría lugar sin el ha llamado el precio natural, es decir, a aquel precio que es exacta-
menor género de duda si se distribuyera adecuadamente la produc- mente suficiente para mantener una población estacionaria, no es
ción, supusiéramos que volvieran gradualmente a sus tasas anterio- posible un alza permanente del precio del trigo o un aumento d~ la
res y el precio en dinero del trigo a su nivel primitivo, veríamos renta como resultado sólo de la reducción de las utilidades y salanos.
que, tras un intervalo de gran prosperidad para todas las clases, y La única duda que puede existir sobre la perfecta unidad del
sin que siguiera una presión sobre capitalistas, labradores o consu- interés del terrateniente y el del estado se encuentra en el problema
midores, mayor de la que había antes de llevarse a cabo la gran mejo- de la importación. Y a este respecto es evidente que no. s~,pue~e
ra supuesta, la renta en trigo de la misma tierra habría subido de considerar que el terrateniente se encuentre en una posicion mas
40 quintales a 160, y la renta en dinero de 1: 40 a 1: 160. envidiable que la de los otros productores. Nadie ha dudado nun-
Ahora bien, si comparamos este aumento prodigioso de la renta, ca que si alguna nación extranjera tuviera mejor n;aquinaria que
ocasionado por la facilidad de producción, con cualquier aumen- nosotros los intereses de los manufactureros de articulas de lana,
to que pudiera haber tenido lugar debido a la dificultad de pro- seda lino o algodón de este país se perjudicarían por la competencia
ducción, veremos la gran superioridad de la primera fuente de renta extr~njera; y serán pocos los que ni~guen que. la emigra~ión de un
sobre la segunda. gran número de trabajadores tendena a reducir los salanos. Por lo
Probablemente las clases trabajadoras no podrían admitir una tanto, por muy desfavorable que sea la opinió~ que tengamos sobre
reducción mayor de sus salarios en trigo que de 10 quintales anuales el problema, el caso del terrateniente no es distinto del de otros pro-
a 8, en cuyo caso, si se calculara el precio del trigo en dinero de un ductores."
valor fijo, el precio no podría subir más que de 1: 1 a 1: 1, 5s. Tampoco y si a esto añadimos que en un estado de competencia perfecta
es probable que las utilidades admitan una reducción mayor que los que viven de las rentas de la tierra tienen un interés eminente
de 16 2/3 a 6 213 sin detener casi la acumulación. A base de estos su- en que aumenten el capital y la población, mi:ntras que p~ra los que
puestos, la división del producto de 100 quintales sería la siguiente: viven de las utilidades del capital y los salanos del trabajo, un au-
6 trabajadores a 8 quintales al año. 48 quintales, mento de capital y población es cuando menos un beneficio mucho
Utilidades sobre anticipas de 48 quintales a más dudoso, puede afirmarse con toda seguridad que no hay en el
6 2/3 por ciento 3 1/5 "
estado ninguna clase cuyos intereses estén relaciona?os tan de c:~ca
y fatalmente con la riqueza, prosperidad y podeno de la nación,
1
51 /5 " como los del terrateniente.
El resto de los 110 quintales, igual a 584/6 quintales, será la
renta en trigo; y 584/6 quintales a 1: 1, Ss., igual a 1: 73, lOs., será
la renta en dinero.
51 Por la división del producto que propone, Mr. Ricardo ha supuesto que la demanda 52 El corone! Torrens concluye la segunda edición de su tratado sobre la libertad de
es tal que ocasiona que e! producto se divida de esta manera; y en este caso se seguirán comercio de trigo con el siguiente párrafo: "La clase de los propietarios de tierras no ti:?e
los resultados expuestos. Pero en realidad, si el trabajo de la tierra llegase a ser de repente más interés que los capitalistas y trabajadores en imponer restricciones a I~ importación
el doble de productivo, es indudable que se presentaría un exceso de trigo y la división del de trigo extranjero." Si esto es así, la identidad de intereses de los terratementes y el es-
producto sería muy diferente de la que él ha supuesto. tado es aún más completa de 10 que yo me he aventurado a afirmar.
174
DE LA RENTA DE LA TiERRA
[CAP. 111. SECo IX.] DE LA RENTA DE LA TIERRA 175

SECCIÓN IX. Ob . vemos forzados a volver a considerarlo ahora. Al referimos a un


servac¡on~s,generales sobre el excedente de
producczon de la tierra don de la Providencia, es evidente que debíamos hablar de su valor
en relación a las leyes y constitución de nuestra naturaleza, y del
Parece extraordinario q' h mundo en que vivimos. Pero si nos tomamos la molestia de hacer
admitido que el terratenient~eo~~~: se faya comprendido bien ni
parte del enorme beneficio Que la . en arma de renta la mayor el cálculo veremos que si se pudieran obtener y distribuir sin ningún
límite los artículos necesarios para la vida, y si pudiera doblarse cada
excedente de producción de 'la tier:~~I~a~1 saca en su. progreso del
un exuberante don de la P idencí e amado a este excedente veinticinco años el número de habitantes, la población que podría
rovr encia y tengo la firm ., , d haberse producido de una pareja desde la Era Cristiana hubiera sido
que merece ese calificativo P Ni. R' ,e conVICClOne
suficiente, no sólo para .llenar al mundo de habitantes hasta el pun-
párrafos: ' era r. Icardo tiene los siguientes
to de que cada yarda cuadrada contuviera a cuatro personas, sino
"Nada hay más corriente qu 'h bl d para llenar todos los planetas del sistema solar de la misma forma, y
posee la tierra sobre tod 1 ,e oir a ar e las ventajas que
bido al excedente que rin~e ~~ ~emas ~uentes de ~roductos útiles, de- no sólo a éstos, sino a todos los planetas que giran en torno a las
más abundante es Ia ti arma e renta. Sin embargo, cuando estrellas perceptibles a simple vista, suponiendo que cada una fuese
renta; sólo cuando ~e~I:;~~ ~uando es más productiva y fértil, no da un sol y que tuviera tantos planetas como tiene el nuestro. Según
bajo se aparta como renr uerza y es menor el rendimiento del tra- esta ley de la población, que por excesiva que parezca cuando se
porciones más fértiles Esa u~a parte delhProducto original de las expone de este modo estoy firmemente convencido de que es total-
, , . cunoso que se aya señ 1 d mente aplicable a la naturaleza y situación del hombre, es evidente
tenstIca de la tierra como b lí a a o esta carac-
debería considerarse comou~:. ~ena ~ua ~?ad, cuando en realidad que tiene que existir algún límite a la producción de alimentos y
los agentes naturales que a da imper eccion en comparación con algunas otras cosas necesarias para la vida. Sin un cambio total en
a~a, la elasticidad del vap~~ yal~ ;r~:~ó~~nutactur~s'f Si fel aire, el la constitución de la naturaleza humana y en la situación del hombre
diferentes calidad . di e a atmos era ueran de sobre la tierra, no podrían producirse todos los artículos necesarios
para la vida con la misma abundancia que el aire, el agua, la elasti-
~~sr6a~a:.ía~:nn~:j~s:~~a~~!;e~~~0~!~~':~~~~:b!:lld~~a:~ ~::aov!~ cidad del vapor y la presión atmosférica. No es fácil concebir un
de las mercancías en cu m enor que se emplea subiría el valor regalo más desastroso -que tenga más probabilidades de hundir a
igualelsde trabajo sería:~~a~u!:~~~~tiS:a~sa~ ~~~be ~an~idad~s la humanidad en una miseria invencible-- que una facilidad ilimi-
con e sudor de su frente y la naturaleza menos ~e ana .m~ tada de producción de alimentos en un espacio limitado. Por lo
de se,~~reeminente por su limitada capacidad." , y la tierra deiaría tanto, un Creador bondadoso, conociendo los deseos y necesidades
SI el excedente de producción que da Ia r! de sus criaturas, bajo las leyes a que les ha sometido, no podría, por
renta es una ventaja, sería deseable u a a tierra .en ~orma de su misericordia, haberles dado todo lo necesario para la vida con la
~on~truye anua\mente fuese menos e~ci:~~e~~e;fa ~~;i;:ar~:~u:s:~ misma abundancia que el aire y el agua. Esto muestra a primera
vista por qué los primeros existen en cantidad limitada y los últimos
p~;I~~~:~~u~~:,r s~~oc;:b~~d: 1::: :;~C:~í~~n~~~ufac~~adas, no se derraman con esplendidez. Pero si se concede, como es obligado,
~:~~~~i~:~' r~~ntaa todos aquellos que posey~ran la m~~u~~~~~~: que el hombre reducido a un espacio limitado necesita sin la menor
duda una capacidad productiva de alimentos limitada, entonces el
clarid~~ qu: se h~ dicho en la última sección demuestra con toda valor de la cantidad real de tierra que ha recibido depende de la pe-
cuan erronea es esta opinión sobre el problema. Pero nos queña cantidad de trabajo necesario para labrada, comparada con
113 PrincipIes of Politica! Economy, cap. n, p. 63, 3' ed,
el número de personas que puede mantener; o, en otras palabras,
de aquel excedente específicoque tanto ha subestimado MI'. Ricardo
176
DE LA RENTA DE LA TIERRA
[CAP. 11I, EC. IX.] DE LA RENTA DE LA TIERRA 177
y que, de acuerdo con las leyes de la naturaleza, da por resultad
la renta. de trigo y que en este país subirían las rentas si las patatas llegasen
a ser el' alimento vegetal favorito del pueblo, en lugar del trigo. 55
Si debido a las gradaciones de maquinaria supuestas por Mr. Ri-
Mr. Ricardo no podía por menos de admitir, y en realidad ha ad-
cardo los productos manufacturados dieran renta el hombre com
mitído," que las rentas terminarían siendo mayores en amb~s casos.
observa, har~a más con el sudor de su frente;54 y ;uponiendo ~ue si-
Pero a continuación supone que el cambio se realiza en seguida, y se
gUIese obteniendr, la misma cantidad de mercancías (cosa que no
refiere a los efectos temporales que produciría el abandono del cul-
sucedena), su aumento de trabajo sería proporcional a la magnitud
tivo de alguna tierra. Sin embargo, aun en este supuesto, to~as las
de la renta que se hubiese creado de esta manera. Pero el excedente
tierras abandonadas volverían a cultivarse en mucho menos tiempo
que rinde una cantidad determinada de tierra en forma de renta es
del que llevaría reducir el precio del trabajo, en ~n estado natural. ?e
del todo distin~a. En lugar de ser una medida del aumento de trabajo
cosas, al nivel necesario para el mantenimiento solo de una población
que. es necesano para producir la cantidad de trigo que puede dar
stacionaria. Y, por consiguiente, teniendo en cuenta los resultados
la tierra, es, en última instancia, una medida exacta del descanso
finales y permanentes, que son los que Mr. Ricardo ha tenido sobre
del trabajo que cuesta la producción de alimentos y que le concede
todo en cuenta durante toda su obra, hubiera debido reconocer la
una Providencia generosa. Si este excedente final fuese pequeño, una
exactitud de las proposiciones de Adam Srnith.
gran parte de la sociedad tendría que emplear constantemente su
Pero, en realidad, hay muchísimas probabilidades de que no
trabajo en procurarse, con el sudor de su frente, los artículos estric-
=v= indisp;nsable~ para l~ vida, y la sociedad estaría muy mal
prOVIsta de artículos útiles, lujos y holganza; mientras que si el ex-
tenga lugar siquiera una baja temporal de la renta. No hay ~inguna
nación que haya cambiado de repente la naturaleza de su alimenta-
ción ni la habrá nunca. Tanto en cuanto al nuevo sistema de cul-
cede~te .fuera grande podrían abundar las manufacturas, artículos
tivo 'que se haya de adoptar, como a los nuevos gustos que habrán
de lujo Importados, las artes, las letras y las diversiones.
de crearse, el proceso tiene por necesidad que ser muy lento. ~s
Es u_n poco curioso que Mr. Ricardo, que en general ha fijado
con tanta constancia la atención en resultados permanentes y finales probable que en la mayor parte de Europa no pueda n~~c~ susti-
hasta el punt? de definir el precio natural del trabajo cornó aquel tuirse el trigo por el arroz; y donde pudiera hacerse exigma tales
que mantendría una población estacionaria, aunque semejante precio trabajos de irrigación que daría tiempo más que suf~ciente pa~a un
no puede, por lo general, presentarse bajo un gobierno moderada_ aumento de la población igual al aumento de la cantidad de alimen-
mente bueno y en circunstancias normales durante cientos de años tos producidos. Se sabe que en aquellos países en que realmente se
haya adoptado siempre al tratar de la renta una posición contraria cultiva el arroz, las rentas son muy elevadas. El Dr. B~chan~n,. en
y se haya referido casi por entero a efectos temporales. sus magníficos viajes por el Maisur, dice que en la~ tierras imga-
. Es eviden~e que por referirse a estos efectos ha criticado a Adam das que se encuentran debajo de los ~~ats, ~l gobierno a~ostum-
Sm~th, por decir que en los países productores de arroz iría al terra- braba recabar dos tercios de la cosecha." Es esta una cantidad de
teniente una parte mayor del producto que en los países productores renta que probablemente no podrá nunca producir ninguna tierra
cultivada de trigo; y en aquellas partes de la India y otros países en
.. 54 Es decir, suponiendo que la gradación fuese hacia peor maquinaria y hubiera que que ha tenido lugar un cambio real de cultivo, sustituyéndose el ~el
utilizar parte de ella, com~ en el caso de la tierra, pero no de otra manera. La razón de
que las manufacturas y articu los de primera necesidad no puedan compararse con las ren-
trigo por el de arroz, tengo casi la seguridad de que las rentas no solo
tas es que. en un territorio limitado los artículos de primera necesidad tienden siempre a han terminado por subir mucho, sino que incluso han aumentado
t~ner el ~Il1sm~ valor en cambio, ya cuest~n mucho o poco trabajo; pero las manufacturas, durante el proceso de cambio.
SI no esran SUjetas a un monopolIO artificial, tienen que bajar de valor según sea may l
facilid~d de. ~roducirlas. Por lo tanto, no podemos suponer que el precio esté determin:~o:
pero. SI pudler.a~os hacerl~, en ambos casos la facilidad de Producción sería también una
55 Wealth of Nations, vol. 1, Libro 1, p. xr, pp. 248-250, 6~ ed.
medida del alIVIO que recibe el trabajador. 56 PrincipIes of Polítical Economy, cap. XXIV, p. 398, 3~ ed.
57 Vol. n, p. 212.
178 DE LA RENTA DE LA TIERRA [CAP. 111. SECo IX.] DE LA RENTA DE LA TIERRA 179

En cuanto a las patatas, tenemos cerca de nosotros oportunidad poseyesesólo la mitad de su fertilidad presente, únicamente podría
de estudiar los efectos producidos por su adopción como alimento cultivarse de trigo una pequeña parte de ella, como ya he dicho en
vegetal de la mayoría de un pueblo. Durante los últimos cien años otra ocasión; sería insignificante la riqueza y la población del país, y
la población de Irlanda ha crecido más de prisa que la de cualquier las rentas no llegarían siquiera a la mitad de lo que son. Pero si en
otro país de Europa; y bajo su forma actual de gobierno no puede circunstancias similares la renta y la fertilidad van de la mano, no
explicarse racionalmente este hecho sino mediante la introducción y puede argumentarse contra su conexión natural diciendo que la renta
extensión progresiva del uso de la patata. Estoy persuadido de que es más alta en Inglaterra, donde se ha empleado en la tierra mucho
si no fuera por ese tubérculo, la población de Irlanda no sería hoy capital, que en el suelo más fértil de Sudamérica, donde, en la misma
mucho más del doble que hace un siglo, en lugar de haberse más extensión, no se ha empleado siquiera una veinteava parte y donde
que cuadruplicado. El aumento de la población ha impedido que se la población es muy escasa. La fertilidad de la tierra, sea natural
abandone el cultivo de tierras, o ha dado mayor valor a los pastos o adquirida, puede considerarse como la única fuente permanente
naturales, al mismo tiempo que ha ocasionado una baja mayor en los de grandes rendimientos nacionales del capital. Si un país fuese ex-
salarios en dinero comparativos del trabajo. La experiencia nos dice dusivamente manufacturero y comercial, y tuviese que comprar todo
que esta baja no ha ido acompañada de un alza proporcional de las su trigo a los precios de mercado de Europa, es absolutamente im-
utilidades, siendo la consecuencia un alza considerable de las rentas. posible que los rendimientos nacionales de su capital sean elevados
El trigo, la avena y el ganado de Irlanda se venden en Inglaterra y durante mucho tiempo. En verdad, en épocas primitivas, cuando
obtienen precios en dinero ingleses, mientras que se cultivan y atien- era muy raro que existiesen grandes masas de capital y éste se limi-
den con trabajo pagado a la mitad de su precio en dinero; es éste un taba a muy pocas poblaciones, la especie de monopolio que confería
estado de cosas que tiene que aumentar mucho los ingresos que se a clases determinadas de comercio y manufacturas tendía a mantener
derivan de las utilidades, o los que provienen de las rentas; y la rea- elevadas las utilidades durante más tiempo y algunos estados casi
lidad nos asegura que estas últimas son las que han obtenido el ma- exclusivamente comerciales consiguieron resultados grandes y bri-
yor beneficio. llantes. Pero en la Europa moderna la gran abundancia de capital,
Por lo tanto, aunque el no distinguir muy netamente las tasas la facilidad de intercambio entre diferentes naciones y las leyes de la
temporales de salarios de las tasas finales ha de conducir a graves competencia interior y extranjera impiden la posibilidad de obtener
errores, no hará incurrir en ellos considerar los efectos temporales rendimientos permanentes elevados de capitales distintos de los em-
de los cambios de alimentación a que nos hemos referido como si pleados en la tierra. Aún no se conoce en los tiempos modernos
fueran de la misma clase y produjeran en último término los mismos ningún gran. país comercial y manufacturero, cualquiera que pue-
efectos, es decir, como si tendieran siempre a hacer subir las rentas. da haber sido la superioridad de su industria, que haya obtenido
y si hacemos nuestra comparación con cierta exactitud, es decir, si permanentemente utilidades mucho mayores que el promedio del
comparamos países que se encuentren en circunstancias similares en resto de Europa. Pero los capitales empleados con éxito en tierras
cuanto a la extensión y cantidad de capital empleado en el suelo, que moderadamente buenas pueden rendir algunas veces de manera per-
es, sin duda, la única forma razonable de comparados, encontrare- manente y sin temor a interrupciones u obstáculos el 20 por ciento, a
mos que la renta será proporcional a la fertilidad natural o adqui- veces el 30 ó 40, y otras aun el 50 ó 60 por ciento.
rida de la tierra. Un magnífico ejemplo de los efectos de capitales empleados en
Si la fertilidad natural de esta isla hubiese sido el doble de lo la tierra comparados con los dedicados a otros empleos se encuen-
que es, y los habitantes fuesen tan trabajadores y emprendedores tra en el rendimiento de los impuestos sobre la propiedad en este
como son, toda teoría cierta deberá afirmar que el país habría sido país. El ingreso gravable de la nación derivado de capitales emplea-
hoy el doble de rico y habitado y las rentas de la tierra mucho más dos en la tierra fué tal que dió al impuesto sobre la propiedad cerca
del doble de 10 que son ahora. Por otro lado, si el suelo de la isla de 6 1/2 millones, mientras que el ingreso derivado de capitales casi

t
DE LA RENTA DE LA TIERRA
[CAP. 11I. SECo IX.] DE LA RENTA DE LA TIERRA 181
iguales empleados en el comercio y las manufacturas sólo dió do
millones. 58 Quizá sea verdad que una gran proporción de los ingre, mantener en la riqueza y abundancia la totalidad de una gran po-
sos derivados de capitales empleados en el comercio y manufactura blación. Los hábitos de previsión en cuanto al matrimonio pueden
evadieran el impuesto, en parte debido a su subdivisión y en parte a perjudicar a un país en gran medida si se de~ar:ollan entre las clases
otras causas; pero el déficit producido por estos motivos no podía, trabajadoras de una nación que deper;da pnncIpaln:ente d~ I~s ma-
en modo alguno, compensar la extraordinaria productividad de 10 nufacturas y el comercio. En un pais que tenga tierra fértil tales
capitales empleados en la agricultura. 59 y es, sin duda, evidente que hábitos serían la mayor bendición imaginable.
al comparar dos países con los mismos capitales y la misma tasa de Entre las ventajas inapreciables que tiene esa cualidad de la
utilidades, uno que tenga tierra en que cultivar su trigo y el otro tierra, que le permite dar una renta considera~le, no es de las meno-
forzado a cornprarlo al extranjero, aquel que tiene tierra, sobre todo res que en el progreso de la sociedad proporciona al homb~e la se-
si es fértil, tiene que ser más rico, más poblado y tener mayor ingre- guridad de que no empleará casi todo su tiempo, o el de casi tod~ la
so disponible apto para ser gravado. sociedad, en procurarse lo absolutamente indispens~ble para la vId~.
Otro beneficio inapreciable que se deriva de un suelo fértil es Mr. Ricardo parece pensar que todo el ingreso denvado de las un-
que los países que tienen estas dotes no tienen necesidad de prestar lidades podría disminuir" por el progreso de la riqueza; y la proba-
~ucha atención al clamor más agobiante y descorazonado que puede bilidad que yo temo es que el trabajador se verá obligado a emplear
orr un hombre: el clamor de los directores de manufacturas y co- mayor cantidad de trabajo para procurarse aquella pa~te de sus sala-
merciantes pidiendo salarios más bajos que les permitan encontrar rios que se ha de gastar en artículos de primera necesidad. Por con-
un mercado para sus exportaciones. Si un país sólo puede enrique. siguiente, se puede esperar que estas dos grandes clases de la soci~dad
cerse saliendo victorioso de una carrera en que la meta sean los sala- tendrán menos posibilidades de recrearse, o de co~prar el trabajo de
rios bajos, estoy dispuesto a gritar irnueran tales riquezas! Pero aun- aquellos que proporcionan las mejoras y los goces mtelect~ales de l~
que una nación que compra la mayor parte de sus alimentos del sociedad, por oposición a los que se ocupan de sus ne~esIdad~s pn-
extranjero está condenada a esta duda alternativa, no sucede 10 mis- marias. Pero, afortunadamente para la humanidad, bajo un SIstema
mo a los que poseen un suelo fértil. Los productos y manufacturas de propiedad privada las rentas netas de la tierra no pueden nunca
típicos de un país, aunque no sean probablemente nunca suficientes disminuir por el progreso del cultivo. Cualquiera que sea la propor-
para permitirle importar una proporción grande de su manutención ción que guarde respecto del producto total, su cantidad real tiene
y de sus artículos útiles y de lujo, bastarán por 10 general para dar que ir aumentando sin cesar, y ofrecerá siemp~e .un fondo p~ra los
actividad y energía a sus transacciones comerciales tanto en el inre- goces y recreos de la sociedad suficiente para estimular y ammar a
rior como en el exterior; mientras un pequeño sacrificio de produc- toda la masa.
tos, es decir, no llevando demasiado lejos el cultivo sin mejoras agrí- Si para obtener tierras que dan renta fuera co?dición .indispen~
colas, inculcando hábitos de moderación entre los pobres,"? podrá sable que permaneciesen en manos de los descendIente~ directos de
sus primeros poseedores, aunque las utilidades qu~ pudiesen sacar~e
'~8 El Cuadro D incluía todas las profesiones. El total ascendía a tres millones, de
los cuales se consideraba que los oficios eran más de un millón.
de ese regalo serían, sin duda, mucho menores, sm embargo,. se~Ia
59 Debe recordarse que las utilidades nacionales, o el aumento de valor de la nación
muy poco prudente rechazarlo como si tuviera muy poco o nmgun
que obtenían los capitales empleados en la tierra, han de considerarse como incluyendo las
rentas junto con las utilidades agrícolas ordinarias. 61 PrincipIes 01 Politica! Ecottomy, cap. VI, p. 124, 3~ ed; La v:rdad de tal" opini~n
60 En circunstancias similares en cuanto a talento agrícola, etc., es evidente que no depende de esta pregunta: "Si se aumenta el capital de un pais en cierta proporción, ldlS-
podría cultivarse tierra del mismo grado de esterilidad si los labradores estuvieran muy rninuirán en mayor proporción las utilidades?" Es probable qu~ así fuese si se l~evara muy
bien retribuídos como consecuencia de costumbres prudenciales; pero pasarse sin el pe- lejos la acumulación, como en la proporción supuesta en el ejemplo de, Mr•. ~lcar~o, que
queño aumento de producción y población que resulta del cultivo de tales tierras, sería en desde luego se ha tomado al azar. Sin embargo, con fines de mera ejemplíficación, me
un territorio vasto y fértil, un sacrificio ligero e imperceptible, mientras que la felicidad inclino a creer que como vive de las utilidades del acervo una clase muy numerosa de la
que de ello obtendría la gran masa de la población sería inapreciable. sociedad cesaría la acumulación por falta de aliciente para ahorrar antes de que realmente
disminuyera el ingreso general derivado del capital.
182
DE LA RENTA DE LA TIERRA
(CAP. 11I.

;alor ~ebido a SUSefectos generales e inevitables sobre la sociedad


era a ortu.na d~mente el beneficio está ligado al suelo y no a tai
~ ~ual proPIe~ano: Las rentas son la recompensa del valor y el saber
e prese~te, o rmsrno que de la fuerza y el talento del pasado. T _
:~s los 6~I~Sse, compran tierras con los frutos de la industria y I
a ent~. . on estos los que dan el premio más ambicionado el otium
~~~ ~lgmtat: a tod? esfuerzo meritorio; y, en el progreso d~ la soci .. CAPITULO IV
to de
cay ~OtIVOSmas .~ue suficientes para creer que, según el aumen- DE LOS SALARIOS DEL TRABAJO
1 aPIt;l. y población y las mejoras agrícolas los hacen más vallo-
sos, has UtI Idaddes que rinden pueden dividirse entre un númer
muc o mayor e personas. SECCIÓN r. De la definición de los salarios y de cómo dependen de la
oferta y demanda
Cualquiera que sea el punto de vista desde el que se estudie el
~rolbler.na,las leyes de nuestra existencia exigen que aquella cualidad Los SALARIOS DEL trabajo son la remuneración que se concede al
e a t1e~ra que ha de dar por resultado la renta, es un don precioso obrero por sus esfuerzos.
pa~a e~bienestar de la humanidad; estoy persuadido que sólo pueden Se pueden dividir en salarios nominales y reales.
su narurah su valor aquellos que se equivocan en la apreciación de Los salarios nominales consisten en dinero, pues es generalmen-
su natura eza y sus efectos sobre la sociedad. te en dinero como se paga a los obreros en los países civilizados.
Los salarios reales del trabajo consisten en los artículos de pri-
mera necesidad, útiles y de lujo, que los salarios en dinero del traba-
jador le permiten a éste comprar.
Hemos demostrado en la sección v del capítulo II de esta obra
que los salarios medios de un cierto número de obreros agrícolas, o
lo que se ha llamado los salarios tipos, son siempre del mismo valor,
es decir, que en todos los países y en todos los tiempos hace falta
para obtenerlos el mismo costo elemental. Pero es sabido que la can-
tidad de dinero, de trigo o de artículos de primera necesidad y útiles,
adjudicados al trabajador, está sometida a grandes variaciones que
dependen de la demanda y la oferta de estos objetos comparada con
la demanda y la oferta del trabajo.
62 M
Si la sociedad puede comprar una cantidad dada de dinero con
r. R'rcard o misrno
' era un ejemplo de lo que dí p
llegó a ser un opulento terrateniente' y n d ' _ l,gO, or su talento y laboriosidad mercancías que exigen menor sacrificio de trabajo, utilidades, etc.,
tarios de tierras un hombre más ho~orabl~ ~oe:~:I::~: a~:~ tod: el círculo de los ~ropie- del que hace falta para comprar u obtener el trabajo por el que este
de su cerebro y su corazón merezca de modo más cab:1 l omhre que por ~as cualidades dinero ha sido antes cambiado, el precio en dinero del trabajo subi-
empleado mejor. o que a ganado, Di que lo haya
rá. Si debido a la escasez de dinero o la abundancia de trabajo,' hay
cion~~ ~~:~~:s q~~e~r~~icqa~:On'ugnracna
,
hrentist~b"dhaya,
subestimado tanto su importancia na-
e recr 1 o rnngtrna renta . ibi
que hacer un sacrificio mayor para obtener la cantidad de dinero
acuse quizá de sobreestimar su importancia. En estas circu t ' ~l espero recIo irla, se mo de que se trate, el precio en dinero del trabajo bajará. Y cualquiera
opinión puede servir por lo menos para mostrar la sinceridadn~ea:~~ nuestra dlfferencia de
mento en favor de que cualquiera que sea la '1" h s y ser un uerte argu-
que sea el estado en que se encuentre la demanda efectiva de tra-
1 USlOnque ayamos podido
,
tras doctrinas respectivas, no se debe sin duda a la influencia m' d T ' po~er en nues- bajo, es evidente que el precio en dinero del trabajo debe, en general,
a las sugestiones imperceptibles de la posición particular y el m'ats ,1 ICI! de elvd'tar,es decir,
eres persona e cada uno. 1 Hay que recordar en todo momento que una abundancia de trabajo, si está em-
pleado, tiende siempre a aumentar la competencia por el dinero y aumenta su valor.
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