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Fontes, Hugo Mario y otro c/ Consorcio Conexim, S.R.L.

y otros s/Despidos

En la ciudad de Buenos Aires, capital de la República Argentina a los 22 días del mes de febrero de 2001, reunidos en la sala de
acuerdos los señores miembros integrantes de este Tribunal, a fin de considerar el recurso interpuesto contra la sentencia apelada, se
procede a oír las opiniones de los presentes en el orden de sorteo practicado al efecto, resultando así la siguiente exposición de
fundamentos y votación:

El doctor Lasarte dijo:

Vienen estos autos a la alzada a propósito de los agravios que, contra la sentencia de fs. 174/186, formula la demandada a fs.
194/200, mereciendo réplica de su contraria a fs. 206/209. También apela el perito contador por estimar bajo su honorario.

I. Se agravia la demandada porque se considera existió una transferencia de establecimiento y no se reconoció la antigüedad de los
actores. No le asiste razón, ya que de las declaraciones de los testigos que declaran en autos resulta acreditada la transferencia de
personal existente de Cellitron S.R.L. a la aquí demandada. Los declarantes mencionaron que los actores se desempeñaban para
Cellitron y que luego se denominó Consorcio Conexim, para la que continuaron trabajando en las mismas condiciones de antes, y que
la nueva adquirente empezó desarrollando su actividad en el mismo inmueble que venía funcionando Cellitron, produciéndose la
mudanza que se menciona en el recurso con posteriori- dad ( de la calle Berón de Astrada a la calle Cabrera, ambas en la localidad de
San Justo, Provincia de Buenos Aires). Así lo afirmaron Tripodi a fs. 132, D' Agostino a fs. 134, Favotto a fs. 136 y Deganello a fs.
140, desestimándose los dichos de esta última en tomo a una supuesta renuncia de los actores a la anterior explotadora que ni siquiera
ha sido materia de litigio. En este contexto, no cabe duda alguna que hubo una continuidad en la explotación del establecimiento,
entendido éste como la unidad técnica o de ejecución que describe el art. 6° de la ley de contrato de trabajo y que, en consecuencia,
entre ambos empleadores se operó una transferencia del mismo en los términos del art. 225 de la ley de contrato de trabajo, en la que
la demandada sucesora en la explotación debió respetar la antigüedad adquirida por sus dependientes bajo las órdenes de la
transmitente. En este entendimiento, considero que la queja se traduce en una mera discrepancia que no rebate los esenciales
fundamentos de la decisión.
Se agravia porque no se consideró acreditada la causal de falta de trabajo que invocó su parte al despedir a los actores, sosteniendo
que el informe de fs. 56/57 de la Unión Industrial Argentina acreditaría un estado general de crisis del sector y que los actores habrían
sido los últimos en ser despedidos antes del cierre. La mera invocación de una crisis general dista de constituir la prueba de los
extremos que exige el art. 247 de la ley de contrato de trabajo para la procedencia de la indemnización reducida (ver en igual sentido,
sent. 78.969 del 21 de mayo de 1997 en autos "Zalazar, Ramón Fidel c/ Prensiplast, S.A. s/despido", del registro de esta sala), y en
tanto no se indica ningún elemento de la causa de la que surjan probados su concreta situación de crisis, ni su inimputabilidad, ni la
adopción de medidas idóneas tendientes a revertirla, ni el respeto al orden de antigüedad en los despidos, la queja luce carente de
todo sustento y debe desestimarse.

Cuestiona el salario fijado en la sentencia, pero no rebate ninguno de los fundamentos por los que el juzgador concluyó que los libros
exhibidos al perito contador no estaban llevados en legal forma, con la consecuente apreciación, ala luz de la previsiones de los arts.
53 y 56 de la ley de contrato de trabajo, de las demás circunstancias del caso en base ,a las que tuvo por probado el pago de sumas
mayores a las asentadas en los registros, de modo que lo decidido permanece firme.
Hallándose firme la incorrección registral de la fecha de ingreso y las remuneraciones percibidas, y cumplida con la previa
intimación legal, la condena al pago de las indemnizaciones de los arts. 9, 10 y 15 de la ley 24.013 se ajusta a derecho y debe
mantenerse.

Corresponde asimismo mantener la condena por la entrega del certificado de trabajo con la extensión establecida en la sentencia,
pues el art. 225 de la ley de contrato de trabajo establece la responsabilidad solidaria de la adquirente frente al trabajador de "todas
las obligaciones emergentes del con- trato de trabajo que el transmitente tuviera con el trabajador al tiempo de la transferencia", entre
las que se encuentra la del certificado del art. 80 de la ley de contrato de trabajo por todo el período de desempeño.

II. Se agravia la demandada por la condena solidaria del Sr. Carlos María Monticelli como socio gerente de la persona jurídica
empleadora con sustento en el art. 54, párr. 3° de la ley de sociedades comerciales 19.550 [ED, 42-943], modificado por la ley 22.903
[EDLA, 1983-307]. Adelanto que la queja tendrá favorable tratamiento.
Es conclusión firme de la sentencia que los actores se desempeñaron como operarios del Consorcio Conexim, S.R.L. y no surge que
además de las tareas desempeñadas para la sociedad, los actores hubiesen realizado tareas para quien actuó como gerente de dicha
sociedad. En tal situación resultan, en principio, de aplicación los arts. 33 y 39 del cód. civil y 2° de la ley de sociedades que
establecen que las, personas jurídicas constituyen una persona distinta de los miembros que la integran y que éstos no responden por
los actos de la sociedad (sent. 81.802 del 13 de agosto de 1998 en autos "Carnevale, Horacio y otro c/ Confort, S.A. y otros
s/Despido" del registro de esta sala).
Ahora bien, la cláusula de desestimación del art. 54 de la ley de sociedades debe ser interpretado con carácter restrictivo y entiendo
que ninguno de los presupuestos que se exponen en la sentencia de la instancia anterior ameritan una extensión de responsabilidad
como la que allí se establece, pues no se verifica el empleo de la forma societaria como medio para frustrar los derechos del
trabajador. Digo ello, porque decir que la "actuación de la sociedad demandada constituye un mero recurso para violar la ley, el orden
público laboral y la buena fe y fi1lstrar derechos de terceros" en los términos de dicha norma por una falencia registral (ya
debidamente sancionada, por lo demás, por aplicación al caso de las disposiciones pertinentes de la Ley de Empleo) luce excesivo a
la luz de un criterio que, reitero, por su carácter de excepción debe ser interpretado restrictivamente, como bien se señala en el
agravio, so pena de caer en una amplitud tal que dejaría de hecho sin efecto el sistema legal que dimana de los arts. 2° de la ley
19.550 y 33 y 39 del cód. civil ya citados, pilares estos sobre los que se basa todo el ordenamiento jurídico vigente en la materia. He
de seña- lar que comparto la doctrina que sostiene al respecto: "...En el Mensaje de elevación del Poder Ejecutivo Nacional de la ley
22.903, se expresa que la especie legal se configura cuando la sociedad sirve '...para violentar lo que constituye el objeto genérico y
abstracto de las sociedades comerciales a la luz de lo dispuesto en el art. 1° de la ley 19.550 '. Por su parte, el art. 1 de dicha ley
señala que "Habrá sociedad comercial cuando dos o más personas en forma organizada, conforme a uno de los tipos previstos en esta
ley, se obliguen a realizar aportes para aplicarlos a la producción o intercambio de bienes o servicios participando de los beneficios y
soportando las pérdidas ". Cuando una sociedad actúa como un "...mero recurso para violar la ley, el orden público o la buena fe o
para frustrar los derechos de terceros..." la norma del tercer párrafo del art. 54 imputa responsabilidad solidaria a aquéllos en aptitud
de desviar la personalidad societaria, esto es a los socios o controlantes. De este modo, si una sociedad comercial realiza un hecho
ilícito, o varios (v.gr. librar un cheque sin fondos o varios), ello no implica que la misma constituya una pantalla o la utilización de un
recurso para, a través de ella, desarrollar una actuación violatoria de 1a ley, el orden público, la buena fe o fi1lstrar derechos de
terceros. y es así por cuanto ese acto, en sí mismo considerado e independientemente de su licitud o ilicitud, está dentro del objeto de
la misma. Distinto es el caso, y entiendo que éste es el supuesto que contempla el tercer párrafo del art. 54, cuando los socios o
controlantes usan ( destaco) la personalidad jurídica reconocida por la ley a una sociedad comercial para encubrir una finalidad
propia de ellos (socios o controlantes) incompatible y ajena a la personalidad otorgada a la sociedad utilizada (conforme Foglia “La
Extensión de la condena a los socios, administradores y cedentes de acciones de sociedades comerciales con dependientes en negro"
en TySS, 1999-631 a 643).

Por ello, y discrepando respetuosamente con el juez que me precede en cuanto a la extensión de responsabilidad al socio demandado,
propiciaré modificar lo resuelto y rechazar la demanda respecto del codemandado Carlos María Monticelli.

III. En atención al nuevo resultado que se propicia, corresponde dejar sin efecto la decisión de las costas y las regulaciones
practicadas en primera instancia (art. 279, cód. procesal), deviniendo abstracto el tratamiento de los agravios vertidos en materia de
honorarios.

Propiciaré que las costas sean soportadas por la codemandada consorcio Conexim, S.R.L. vencida, con excepción de las generadas
por la representación ejercida a favor de los codemandados Carlos María Monticelli y Guillermo Esteban Monticelli que serán a
cargo de los actores vencidos a su respecto (art. 68, cód. procesal), regulándose en el 17%, 11% y 6% del monto de condena con
inclusión de intereses los honorarios de la representación letrada de la actora, de la codemandada vencida y del perito contador,
respectivamente y a valores actuales la representación ejercida a favor de los codemandados vencedores.
Es por lo expuesto que, de prosperar mi voto, propicio:
I. Modificar parcialmente la sentencia y rechazar la demanda respecto del codemandado Carlos María Monticelli;
II. Dejar sin efecto la decisión de la instancia anterior en materia de costas y honorarios (art. 279, cód. procesal);
III. Imponer las costas de primera instancia a la codemandada Consorcio Conexim, S.R.L. vencida, con excepción de las generadas
por la representación ejercida a favor de los codemandados Carlos María Monticelli y Guillermo Esteban Monticelli que serán a
cargo de los actores vencidos a su respecto (art. 68, cód. procesal), regulándose en el 17%, 11% y 6% del monto de condena con
inclusión de intereses los honorarios de la representación letrada de la actora, de la codemandada vencida y del perito contador,
respectivamente, ya valores actuales la representación ejercida a favor de los codemandados vencedores;
IV. Declarar por su orden las costas de la alzada en atención a la forma de resolverse (art. 71, cód. procesal), regulándose el honorario
de los letrados intervinientes en el 25% de lo fijado por sus actuaciones en la instancia anterior.

El doctor Moroni dijo: Que adhiere por análogos fundamentos al voto que antecede. Por lo tanto, el Tribunal resuelve:

I. Modificar parcialmente la sentencia y rechazar la demanda respecto del codemanda- do Carlos Maria Monticelli;

II. Dejar sin efecto la decisión de la instancia anterior en materia de costas y honorarios (art. 279, cód. procesal);

III. Imponer las costas de primera instancia ala codemandada Consorcio Conexim, S.R.L. vencida, con excepción de las generarlas
por la representación ejercida a favor de los codemandados Carlos Maria Monticelli y Guillermo Esteban Monticelli que serán a
cargo de los actores vencidos a su respecto (art. 68, cód. procesal), regulándose en el 17%, II %y 6% del monto de condena con
inclusión de intereses los honorarios de la representación letrada de la actora, de la codemandada vencida y del perito contador,
respectivamente, ya valores actuales la representación ejercida a favor de los codemandados vencedores.

IV. Declarar por su orden las costas de la alzada en atención a la forma de resolverse (art. 71, cód. procesal), regulándose el honorario
de los letrados intervinientes en el 25% de lo fijado por sus actuaciones en la instancia anterior. Cópiese, regístrese, notifique- se y
vuelvan. –DIANA M. GUTHMANN- JULIO C. MORONI – BERNARDO LASARTE

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