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No existe hasta la fecha unidad de criterio entre los autores respecto a las
ciencias propiamente penales; en general se les incluye en una disciplina
más amplia; La Criminología, que como expresa, Constancio Bernaldo de
Quirós, “se ocupa del estudio del delito considerado como fenómeno
biológico y social, como algo vivo, caliente, palpitante, sangrante, a la
manera de la Historia Natural en toda su amplitud minuciosa.” No es más
que una ciencia social que a partir de diversos enfoques metodológicos, se
ocupa del estudio de “la cuestión criminal” o la criminalidad como un
fenómeno social; su objeto es aborda temas como el delito, el delincuente,
la política criminal, el control social y los procesos de criminalización, entre
otros. La Criminología representa, el término de muchas Ciencias Penales,
entre las cuales destacan la Antropología, la Sociología, la Endocrinología,
la Psicología y la Estadística criminal.
El derecho penal, como ultima ratio de poder punitivo del Estado, debe ser
abordado de una manera sumamente cuidadosa. La libertad, por
supuesto, es un derecho fundamental y, como tal, su limitación se debe dar
basada en criterios por demás objetivos, serios, concretos, etc. atendiendo
siempre los fines que el legislador le ha fijado a la pena.
Ahora bien, es claro que la construcción del ius poenale o derecho objetivo
se realiza a través de un proceso complejo donde las cargas
argumentativas son altas, puesto que, como se dijo, el objeto del mismo
representa una gran importancia para los asociados. Esa construcción se
hace, básicamente, a partir de una triada que podemos describir así:
Criminología
Dogmática penal
Política Criminal
Dogmática penal
CRIMINOLOGÍA
(Estudios)
DOGMÁTICA
(Creación de preposiciones para crear normas)
POLÍTICA CRIMINAL
(Exigencias como consecuencia)
Política criminal
CONCEPTO
Hemos optado por esta definición por reunir una serie de elementos que iremos
analizando detenidamente, y que consideramos correctos, aunque desde
luego, perfectibles y necesarios de aclaración.
DEFINICIONES
Para dar una idea más amplia, y tomando en cuenta que no hay un acuerdo
definitivo sobre la definición (a pesar de que el Coloquio de Londres nos da
una importante aproximación), como ejemplo recordaremos algunas
definiciones de tratadistas importantes:
EL TÉRMINO CRIMINOLOGÍA
OBJETO DE LA CRIMINOLOGÍA
MÉTODO.
Empírica.
Interdisciplinariedad.
Las normas.
Empero, tienen una manera muy propia de existir que consiste en postular un
"deber ser", mediante la prescripción – ordenar, determinar algo - de acciones
y omisiones – Abstención de hacer algo o decir algo -. Estas imposiciones que
fluyen de ella, las caracterizan básicamente. Su esencia es el imperativo con
que se enfrentan al hombre requiriéndole ajuste sus actos a esquemas de
conducta, predeterminados por ellas, y consecuentemente sirven también
para juzgar de la conducta obediente o renuente a sus mandatos.
Sin embargo, no carecemos por entero de alguna noción del ser. Aunque
indefinible, trabamos contacto directo con él. Además de percibir la presencia
con que los objetos externos delatan su existencia, cada uno de nosotros en
una intuición introspectiva y radical se siente así mismo como algo, algo que es,
como un ser, y postula y confirma su existencia al decir: "yo soy". El ser lo
llevamos en nosotros.
El “Deber”.
Tampoco del "deber ser" se puede deducir correctamente el "ser"; por ejemplo,
partiendo de la norma "el hombre debe ser bueno" es inaceptable enunciar
que el género humano, sin exceptuar a nadie, es bueno; correlativamente, un
"deben ser" que nunca fue del todo obedecido, pese a su reiterada violación,
afirma incólume la obligación de cumplirlo: "no matarás".
A este respecto, fuera del plano lógico, cabe recordar que el hombre, como
realizador de valores, tiene el privilegio de convertir un deber concreto en
auténtica realidad: admite la asistencia como un deber de la amistad y en
aras de ella protege al amigo desvalido.
Proposiciones enunciativas.
Las proposiciones enunciativas nos dicen lo que fue, es o será; por ejemplo,
Bolívar independizó de España seis repúblicas; la pizarra es negra; se concluirá
la línea férrea Cochabamba-Santa Cruz. Las proposiciones normativas, en
cambio, no mentan lo que fue, es o será sino lo que "debe ser", aunque la
realidad contradiga sus exigencias; por ejemplo, todos los hombres deben ser
veraces.
Comencemos por una distinción. No todas las reglas de conducta humana son
obligatorias, muchas de ellas se las sigue por decisión libérrima y según el
talante del momento, sin que el omitirlas provoque ninguna secuela, pues
carecen de mayor significado; por ejemplo, los hábitos de oír radio, ver
televisión, tomar café con las comidas, etc. Otras reglas sí, son perentoriamente
impositivas; a éstas las denominamos normas. "La norma es la expresión de la
idea de que algo debe ocurrir, especialmente la de que un individuo debe
conducirse de cierto modo".
Lo expuesto nos permite caracterizar las normas como reglas de conducta que
prescriben deberes: no matar, ayudar al prójimo, respetar el honor, ser leal, etc.
Las leyes de la naturaleza no enuncian el ser de los fenómenos, su realidad
profunda, sino que describen sintéticamente las relaciones de secuencia o
simultaneidad que se dan en ellos con probabilidades estadísticas de
repetición y, como tal, susceptibles de excepciones.
Finalidad.
Supuesto.
Validación.
Las normas pueden ser infringidas en casos concretos, sin que estas violaciones
destruyan su existencia; muy al contrario, la transgresión repercute de tal
manera que más se acusa su obligatoriedad, su vigencia: frente al robo, la
calumnia o el homicidio, sentimos con mayor intensidad la imposición
normativa de respetar la vida, la propiedad y el honor de las personas.