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TRASLADO DE USUARIOS
EN CENTROS PÚBLICOS
TEMA 3
PREPARACIÓN OPOSICIÓN AUXILIAR DE SERVICIOS COMUNIDAD DE MADRID
I N D I C E
PÁG
Por tanto, en este tercer tema vamos a abordar cómo ha de proceder el trabajador, con esta
categoría profesional de Auxiliar de Servicios, a la hora de movilizar a un paciente dentro de
los centros sanitarios o asistenciales ante distintas situaciones que se va a encontrar: en la
cama, en silla de ruedas, en camillas, etc; y el traslado del paciente/usuario de unos de estos
elementos a otros, así como la movilidad por las dependencias del centro de trabajo.
Para ello, es necesario conocer, los tipos de camas, las sillas de ruedas, y los elementos de
ayuda como las grúas, los andadores, y los diversos accesorios de estos elementos de ayuda y
su correcto manejo.
También es necesario tener conocimiento de las diferentes posiciones que el usuario puede
tener en una cama o camilla, y en diferentes situaciones (quirúrgicas y no quirúrgicas) para
proceder a realizar esas movilizaciones y/o traslados de la manera más correcta.
En consecuencia, vamos a abordar en este tema, los siguientes aspectos: Los tipos de camas
existentes en los centros, las posiciones que puede adoptar un paciente en una cama, y las
distintas posibilidades de movilización de los usuarios.
La posición anatómica del cuerpo humano se rige por unas referencias espaciales que
posibilitan la descripción de la disposición tanto de los sistemas del cuerpo humano, como de
los tejidos y órganos que lo componen.
La posición anatómica estándar es aquella en que la persona está erguida con la cabeza y
cuellos erectos y la mirada dirigida al frente. Los brazos estarán caidos a ambos lados del
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cuerpo, extendidos hacia el suelo y con las palmas de las manos hacia delante. Las piernas
deberán estar extendidas y ligeramente separas, con los pies y los tobillos extendidos.
Por tanto, como cuestión previa introductoria, tenemos que mencionar la existencia de unos
ejes y planos imaginarios que dividen al cuerpo humano en diferentes partes y que es
importante que conozcamos a la hora de afrontar la movilización de un paciente.
Eje vertical o longitudinal: Es aquel que recorre el cuerpo en toda su longitud desde la
parte más alta de la cabeza hasta los pies.
Eje transversal: Es un eje perpendicular al anterior que va desde la parte derecha del
cuerpo a la parte izquierda.
Plano coronal (medio) o frontal: Igualmente, es perpendicular a los otros dos planos, y
es el que, situado a la altura de la sutura coronal, divide al cuerpo en una parte anterior
o ventral y en una parte posterior o dorsal, yendo por tanto paralelo a la frente.
Se podrían completar estas referencias sobre la posición anatómica, incluyendo las distintas
regiones, cavidades, extremidades, direcciones de los movimientos respecto al cuerpo, etc.;
pero, no entendemos que sea necesario su conocimiento para las funciones que, en la
movilidad de pacientes, debe realizar el personal auxiliar de servicios.
El personal auxiliar de servicios debe conocer ciertas reglas básicas a la hora de realizar
cambios posturales de los usuarios y pacientes y los transportes de éstos entre los diferentes
elementos que podemos encontrar en su hábitat habitual. Estas reglas básicas son las
siguientes:
Es necesario tener una base amplia de apoyo poniendo los pies separados y uno
ligeramente delante del otro. Esto nos dará estabilidad a la hora de hacer cualquier
movimiento.
Hacer el máximo uso del centro de gravedad del cuerpo, procurando sostener las cargas
o pesos lo más cerca posible del propio cuerpo. De igual manera, debemos utilizar
nuestro peso para hacer de contrapeso, cuando sea posible, al movilizar a un paciente.
Contraer los músculos abdominales y de los glúteos para estabilizar la pelvis antes de
movilizar un objeto o a un paciente.
Estas recomendaciones son básicas y tienen una importancia vital a la hora de evitar
accidentes puntuales en alguna maniobra, y lesiones, a largo plazo, en el trabajador.
Nota.- En el tema 1, sobre Prevención de Riesgos Laborales, hemos incluido otras nociones
generales que también tenemos que tener en cuenta.
En este apartado, vamos a describir los procedimientos de actuación en cada uno de los
supuestos que se nos pueden presentar y con las diferentes variantes: según se haga el
trabajo entre una, dos, o tres personas; en función de si el paciente colabora o no, etc. Así,
vamos a describir, de manera resumida, algunos de estos supuestos y, sobre todo, trataremos
de obtener un buen criterio a la hora de hacer una movilización.
En todos los supuestos de movilización nos vamos a encontrar, siempre, dos variantes en
función de la colaboración del paciente/usuario: Pacientes activos, que colaboran en la
ejecución de la movilización que corresponda; y paciente pasivo, que no colabora en esa
movilización.
Si se pone uno a cada lado de la cama, cada uno mete un brazo por debajo del
hombro del paciente y el otro por debajo del muslo, así se le va levantando con
cuidado hasta la posición deseada.
Si se ponen los dos al mismo lado de la cama, poniendo uno los brazos bajo los
hombros y el tórax y el otro bajo la pelvis y los muslos.
Al paciente, se le indica que se sujete con las manos al cabecero de la cama y que
flexione sus rodillas con la planta de los pies apoyada sobre la cama. A la vez que el
profesional auxiliar de servicios, tira hacia arriba del enfermo, éste tira también.
Con la ayuda de una sábana: Este es un caso particular, una tercera opción, en la que
la sábana se dobla en cuatro (se dobla a lo largo y a lo ancho) para conseguir la mayor
resistencia y se introduce bajo el paciente entre el cuello y los muslos. Se enrollan un
poquito los laterales de la sábana para un mejor agarre y entre dos personas, una a
cada lado de la cama, se desplaza al enfermo.
Se pone la silla de ruedas, con el freno puesto, al lado y cogiéndole cada uno por una
axila se le sienta en ella.
Cuando el paciente colabora (activo): Lo hace un solo profesional. Los pasos son los
mismos que en el supuesto anterior; pero, esta vez solo hay que ir sirviendo de apoyo al
paciente para que no sufra accidente alguno.
El traslado de la silla de ruedas a la cama se realiza siguiendo los mismos pasos descritos en
los supuestos anteriores; pero, en sentido inverso: Se pone de pie al paciente, se le sienta en
la cama y por último se le acuesta en ella.
En el traslado de una cama a una camilla, necesitamos poner la camilla paralela a la cama,
pero en sentido contrario, o perpendicular a la cama poniendo la cabecera de la camilla a los
pies de la cama. De esta manera, ahorramos un giro de 90º con el paciente levantado.
Se puede realizar entre dos o tres personas que se situarán, todos, al mismo lado de la cama:
Si son dos, uno meterá sus brazos bajo los hombros y la cadera y el otro bajo la cadera
y los muslos del paciente.
Si hubiera un tercero se ocuparía de las piernas, mientras los otros dos realizan las
operaciones descritas anteriormente.
En esta movilización, tenemos que distinguir el punto de partida del paciente: si se encuentra
sentado en una silla o sillón o si está en una cama.
Si el paciente está en una cama: Se procede igual que para pasarle de la cama a la
silla de ruedas hasta que se pone de pie.
Si el paciente está sentado en una silla o sillón: Para realizar este traslado podemos
aplicar dos técnicas:
Poner los pies del auxiliar enfrente y pegados a los pies del paciente para que
éste no se resbale y tirar de sus brazos con las rodillas flexionadas y usando el
peso del cuerpo del auxiliar como contrapeso.
La otra técnica consiste en meter nuestras piernas entre las suyas, cogerle de las
axilas y tirar de él.
Transporte en camilla:
El auxiliar debe ir, siempre, detrás de la cabecera de la camilla con los pies del paciente hacia
delante. De igual manera que en las sillas de ruedas, al entrar en un ascensor, primero pasa la
cabecera de la camilla; aunque, en este supuesto, a diferencia de lo que hemos dicho al
transportar en silla de ruedas, al salir del mismo salen primero los pies.
Los 4 pasos necesarios para utilizar una grúa para pacientes son: Ajustar;
el arnés al paciente; Preparar la grúa; Transportar al enfermo; y Volver a
colocar la grúa.
Procedimiento de actuación:
En primer lugar, debemos frenar la cama y colocarla en posición horizontal para proceder a
colocar el arnés al paciente, con la mayor seguridad posible.
En posición de decúbito lateral: Girar al enfermo en decúbito dateral (en enfermos con
fractura de cadera, debemos colocar una almohada doblada entre las piernas, para
evitar que las junte), colocar el arnés y una entremetida si el enfermo no la tuviese hacia
la mitad, luego hacerlo girar hacia el decúbito contrario y acabar de estirar el arnés y la
entremetida.
Luego las bandas de las piernas, se pasan por debajo de ambas
piernas y se entrecruzan, la de la pierna derecha para colgar en el
gancho izquierdo y la de la pierna izquierda en el gancho derecho
Una vez colocado el arnés al enfermo por uno u otro método, elevar un poco el brazo de la
grúa, y acercar a la cama o silla desde donde se desee movilizar al enfermo y colocar las
bandas más cortas (hombros) en los enganches del lado correspondiente o en la percha
supletoria, si se dispone de ella, en la posición más corta; es decir, más cercana al cuerpo del
arnés. Y, a continuación, las bandas más largas (piernas) en la posición más alejada, o sea, la
de la punta de la banda y entrecruzarlas de modo que la derecha se coloque en el enganche
izquierdo y la izquierda en el derecho; así el enfermo, irá más sentado al elevarlo
Una vez realizada esta operación, elevaremos, con suavidad, hasta una altura de separación
entre la cama y el enfermo: Es conveniente, abrir las patas de la grúa para aumentar el radio
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A partir de aquí, transportaremos al paciente hasta el sillón, o viceversa; situándolo encima del
mismo y haciéndolo descender hasta la posición de sentado. Uno de los auxiliares procurará
que quede bien sentado tirando de las agarraderas de las que dispone el propio arnés.
Cuando nos referimos a las posiciones básicas de un paciente encamado, estamos hablando
de todas aquellas posturas, o posiciones, que un paciente puede adoptar en la cama, camilla,
mesa de exploraciones, etc.
Como son supuestos que se van a producir con relativa frecuencia, es interesante que el
profesional auxiliar de servicios esté familiarizado con el conocimiento de estas posiciones, ya
que, aunque pueda parecer un tema más relacionado con otros profesionales sanitarios o
asistenciales, como el auxiliar de enfermería o el celador, el auxiliar de servicios, también, va a
“manejar” (movilizar) y trasladar pacientes y por tanto debe conocer el porqué de cada posición
y el para qué se utiliza una u otra.
Estas diferentes posiciones anatómicas, las vamos a dividir atendiendo a dos grandes
supuestos: que sean motivadas por una intervención quirúrgica, o que no.
Es una posición adecuada para pacientes con problemas respiratorios (asma, EPOC,
etc.) o cardíacos, ya que permite la expansión máxima del tórax y un mejor aporte de
aire a los pulmones. También es adecuada para pacientes con hernia de hiato, cambios
posturales, para dar de comer al paciente que no puede hacerlo por sí mismo y para la
alimentación nasogástrica; exploraciones de cabeza, cuello, ojos, oídos, nariz, garganta
y pecho, favorecer el drenaje después de operaciones abdominales, administración de
oxígeno.
Es la posición más adecuada para intervenciones de cuello (tiroides), cara y cráneo, con
el fin de disminuir el riego sanguíneo y evitar el estancamiento de sangre en la zona que
se está interviniendo. Se utiliza también para cirugía de la zona del abdomen y del
diafragma.
Posición de Rose: El paciente se encuentra en decúbito supino con la cabeza fuera del
tablero (colgando), debiendo quitar el cabecero de la cama, con el objetivo de mantener
el cuello en hiperextensión. Los hombros en el límite de la cabecera de la cama o
camilla.
Kraske ó Jakknife (o navaja sevillana): Es una variante del Decúbito Prono con
modificaciones. El paciente se halla con las caderas elevadas respecto al resto del
cuerpo, la cabeza ladeada y los brazos se colocan sobre un soporte y las palmas de las
manos hacia abajo.
La mesa quirúrgica se cierra a nivel de la cadera del paciente con un ángulo que varía
según la intervención que se realice. Se coloca una almohada a la altura de la cadera,
se protegen los pies, las rodillas y piernas con almohadas; y en los brazos se colocan
unos soportes para que los codos descansen.
Se coloca una almohada debajo del tronco para elevarlo y otra flexionando las piernas,
sujeciones en muslos y muñecas.
Como su propio nombre indica, esta posición es utilizada para intervenciones quirúrgicas
de cráneo
Es una posición adecuada para realizar una punción lumbar, extracción de líquido
cefalorraquídeo o anestesia Epidural.
A continuación, vamos a describir los elementos más comúnmente utilizados para trasladar a
los usuarios dentro de los centros asistenciales y/o sanitarios; así como algunos accesorios
básicos que se encuentran incorporados en los mismos.
En una institución sanitaria existen dos grupos de camas: las camillas y las camas de
hospitalización.
Las camillas se utilizan para el transporte o para la exploración del paciente: las
encontraremos en centros de salud, consultorios, hospitales, ambulancias…
Camilla rígida: Posee una estructura de tubo metálico hueco, sobre la que se asienta un
colchón con base rígida, recubierto de material lavable. Las hay con ruedas, para
facilitar su desplazamiento, y sin ellas. Pueden disponer de sistema de frenado.
Camilla articulada: Suelen tener una sola articulación situada a la altura de la cabeza.
Se puede elevar hasta 90º respecto al plano de la cama. Al igual que las rígidas pueden
llevar ruedas.
Generalmente, suelen ser de aluminio, aunque también las hay de plástico, permitiendo
el radiotransporte, es decir, se puede someter al paciente a los rayos X, sin necesidad
de moverlo de la camilla.
Está formada por dos partes simétricas longitudinalmente que se unen, son ligeramente
cóncavas y se adaptan a la longitud del paciente; están articuladas en sus extremos
superior e inferior, con un fácil sistema de anclaje.
Por lo general, son de plástico, aunque también podemos encontrar alguno de madera,
los hay cortos, los cuales inmovilizan la cabeza, cuello y tronco, o largos, inmovilizando
también los miembros inferiores.
Cama rígida, con un somier rígido, sin articulaciones, puede ser móvil o inmóvil (las
podemos ver en las unidades de psiquiatría). Al no permitir la movilidad de la cama por
segmentos, tampoco permite colocar a los pacientes en determinadas posiciones como
es la de Fowler.
Posee un somier con uniones móviles que se accionan con una manivela o un sistema
mecánico (eléctrico o hidráulico) y proporcionan al paciente mayor comodidad al
conseguir distintas posiciones.
Una variante de esta es la Cama Libro cuya peculiaridad es que permite una angulación
lateral y, por tanto, la modificación de las zonas de apoyo del cuerpo. Es utilizada para
pacientes que deben permanecer largos períodos de tiempo inmovilizados (por ejemplo,
en las unidades de UVI o UCI).
Tiene una estructura metálica o marco, denominado Marco de Balkan, de la que cuelgan
unas varillas situadas por encima de la cama. En las varillas están situadas unas poleas
por la que se deslizan unos hilos gruesos de nylon.
En un extremo se coloca la fractura del paciente y en el otro unas pesas que sirven de
contrapeso y estabilizan la postura del paciente.
En los pacientes con lesiones de columna vertebral se utilizan unos armazones situados
paralelamente entre sí: El paciente se coloca en medio y puede ser volteado gracias a
un sistema giratorio.
Estas camillas tienen unos soportes para los brazos y un cierre de seguridad que impide
que el paciente y el armazón puedan separarse. Este tipo de estructura específica recibe
el nombre de Foster y Stryker.
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Cama de levitación o Clinitrón: Utiliza un flujo continuo e intenso de aire que permite
que el paciente permanezca en suspensión un centímetro sobre la estructura (la cama);
de esta forma, se evita el contacto con cualquier accesorio de la cama además del
mismo roce del cuerpo o la piel con las sábanas.
La cama puede adoptar cualquier posición: horizontal, vertical, inclinada en todos los
ángulos y boca abajo, ya que permite giros de 180.
Está indicada para pacientes en los que la inmovilización corporal debe ser casi
absoluta, pero respetando siempre una posición normal, como los lesionados
medulares, politraumatizados o quemados.
Cama roto-test: Es una cama que mantiene al paciente sujeto, pero en un giro continuo,
distribuyendo los puntos de presión al permitir giros y cambios de posición lateral y
longitudinales, por lo que se considera un adecuado mecanismo para la prevención de
úlceras por presión, ya que produce una disminución de los puntos de roce en el cuerpo
del enfermo.
Cama o mesa de quirófano: Donde se coloca al paciente que va a ser sometido a una
intervención quirúrgica. Debe ser estable, confortable, tener un acolchado estable, una
base electrohidráulica (dispondrán de toma de tierra que evite descargas a través del
paciente).
Están divididas por planos y pueden ser de varios tipos, atendiendo al tipo de operación
a la que vaya a ser sometido el enfermo. Suelen ser autoelevables y articuladas.
Soporte para los pies: Consiste en un tablero de madera que se coloca en los pies e
impide la flexión de la planta del pie.
Soporte o pie de suero: Se utiliza para colocar las botellas o bolsas con líquidos para
administración intravenosa. Suelen ser elementos independientes de la cama.
Soporte para bolsa de orina: Sirve para sujetar la bolsa de residuos orgánicos del
paciente tales como la orina, restos líquidos de los drenajes, etc.
Colchones.-
Por último, vamos a mencionar, brevemente, algunos tipos de colchones que nos podemos
encontrar en los centros sanitarios o asistenciales.
Colchón de muelles: Es el colchón más común en los hospitales, lleva una serie de
muelles en el interior que amortiguan el peso del paciente.
Colchón antiescaras (o alternating): Está compuesto por dos motores que accionan
un compresor/descompresor, que permite el llenado y vaciado sucesivo de una serie de
bolsas neumáticas. Normalmente, cada 4 ó 5 minutos se invierte el ciclo de llenado o
vaciado.
Su finalidad, es evitar la aparición de úlceras por presión sobre una misma zona del
cuerpo, facilitando la circulación sanguínea. Es un tipo de colchón bastante utilizado.