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Primera edición en inglés, 1949

Primera edición en español (Bre\iarios), 1950 NOTA SOBRE EL LIBRO


Segunda edición (Tezontle), 1992]
Vigesimosexta reimpresión, 2008 El título, Los romanos, no se debe a w¡ afán inocente
del autor por evitar el más trivial de Historia de
Roma, sino que pretende sugerir exactamente su in-
Barrow, R. H. tención.
Los romanos / R. H. Barrow ; trad. de Margarita Villegas. No se trata claro es, de una interpretación psi-
- México: FCE, 1950. cológica del ca'rácter romano, de un capítulo más, y
221 p. ; 17 x 11 cm - (Colee. Breviarios; 38) menos o más arbitrario, de la en otros tiempos fa-
Título original The Romans mosa "psicología de los pueblos", sino de una pura
ISBN 978-968-16-0004-4 lección de historia; además de pura, magistral.
Sólo en los casos privilegiados en que la investiga-
l. Roma - Civilización 1. Villegas, Margarita, tr. n. Ser. ción histórica dispone de un material abundantísin10
III. t. de hechos, de inscripciones y de documentos litera-
rios puede el historiador castizo sentirse a sus anchas
LC DG77 B3418 Dewey 082.1 B846 Y.38 para entregarse a la pasión objetiva que le ha llevado
quiméricamente a meterse en averiguaciones: las de
comprender a w¡ pueblo por sus acciones y a éstas
Distribución mundial por aquél, círculo vicioso en que se regodea esa pa-
sión objetiva. Y cuando este pueblo es el romano,
Comentarios y sugerencias: claro que la viciosa y objetiva comprensión redund.a,
editorial@fondodeculturaeconomica.com más que en ningún otro caso, en la de nosotros !11lS-
www.fondodeculturaeconomica.com mas y en la de la historia universal. Su actualidad
Te!' (55)5227-4672 Fax (55)5227-4694 no puede ser mayor.
Por eso nos dice el autor que su "libro no es pro-
lJJj Empresa certificada ISO 9001:2000 piamente Wla historia de Roma", sino una invitación,
más bien, a que reflexionemos sobre la conveniencia
Título original: The Romans de dedicar mayor atención a la historia de ese pue-
© 1949, Penguin Books Ltd., Harmondsworth blo, para lo cual nos dibuja con precisión sus aspec-
tos más llamativos. Si Roma es para los historiado-
D. R. © 1950, FONDODECULTURAECONÓMICA res un caso privilegiado, no lo es, aunque parezca
Carretera Picacho-Ajusco 227; 14738 México, D. F. mentira, desde hace muc1zo: Niebuhr y Mommsen fi-
guran entre los exploradores de vanguardia. P~ro a
Se prohibe la reproducción total o parcial de esta obra -incluido la "imaginación histórica" de los alemanes, ya mcor-
el diseño tipográfico y de portada-, sea cual fuere el medio, elec- parada a la "facultad" de Historia, y a su proeza es-
trónico o mecánico, sin el consentimiento por escrito del editor. cudriñadora, sosegadamente proseguida hasta ahora,
se juntan en el historiador inglés, con su propio peso,
ISBN 978-968-16-0004-4 las perspectivas de ordenadora comprensión que pon/.;
a su disposición la hist(lria todavía fresca de su pro-
Impreso en México. Printed in Mexico pio pueblo.
7
NOTA SOBRE EL LIBRO

Los árboles 120 dejan ver el bosque de dos mane-


ras: desde fuera y desde dentro, aunque, claro está,
para poder hablar de bosques tiene primero que ha-
ber muchos árboles a la vista, Desde dentro, que es Son tantos los maestros y tantos l~s ..ejem-
donde estamos nosotros -y también' los ingleses- plos que nos ha proporcionado ~ Antlgueda~,
tratándose de la !listoria de Roma, si se nos facilita que ninguna edad puede consld.er~rse mas
el recuento y la clasificación de los árboles, se nos afortunada en el azar de su nacImIento que
dificulta otro tanto la distancia que permite la pers- la nuestra, pc.ra cuya enseñanza han tr:aba-
pectiva, pues hay que remontarse hasta la vista de jada afanosamente hombres de generacIOnes
anteriores.
pájaro y ser, además, un águila para ver cada cosa en
su sitio.
QUINTILIANO (35-95 d. c.)
Si se tratara, digamos, de la Historia de China o,
sin ir tan lejos, de la Historia de los árabes, un libro
como este de R. H. Barrow sería, por lo menos, ex-
temporáneo, pues no tenemos todavía bastantes árbo-
les a la vista para pensar en el bosque.
Por estas razones hemos escogido esta diminuta
exposición de algo tan ancho como la historia de
Roma: esperando que, con su lectura, salga el lector
enriquecido con una idea un poco más clara de nues-
tra tan cacareada romanitas.
I 4:
\
I Z .,
i
..< ~
'- ..•..... _.~

En los días a los que 110 alcanza nuestra memoría, las


costumbres tradicionales atraían a los más destacados y
los hombres moralmente superiores se apegaban firme-
mente a las antiguas costumbres y a las instituciones de
sus a¡¡tepasados.
CrcERóN

a) ¿QUÉ CLASE DE HOMBRES ERAN


LOS ROMANOS?

¿Qué clase de hombres fueron los romanos? Se suele


decir que los hombres se conocen mejor por sus he-
chos; por tanto, para contestar a esta pregunta habrá
que recurrir, en primer lugar, a la historia romana
para buscar los hechos y, en segundo lugar, a la li-
teratura para encontrar el espíritu inspirador de es-
tos hechos. A los romanos les hubiera complacido
que se les juzgara por su historia; para ellos historia
significaba hechos; en latín se dice res gestae, sim-
plemente "cosas hechas". De su literatura se ha
afirmado con acierto que "se debe estudiar principal-
mente con el propósito de comprender su historia,
mientras que la historia griega se debe estudiar prin-
cipalmente con el propósito de comprender la litera-
tura griega". La respuesta parece entonces que sólo
puede darse mediante un estudio de la historia ro-
mana, y por consiguiente, que no debería aparecer
en el primer capítulo sino en el último. Pero este
libro no es una historia de Roma; pretende suscitar
la reflexión de si ese pueblo no merece un mayor
estudio, y toma la forma de breves bosquejos de
ciertos aspectos de la obra realizada por los romanos.
A través de toda su historia, los romanos sintie-
ron de un modo intenso que existe una "fuerza"
ajena al hombre, considerado individual o colectiva-
mente, que éste debe tener en cuenta. Necesita el
hombre subordinarse a algo. Si rehusa, provoca el de-
sastre; si se somete contra su voluntad, se convierte
11
12 LOS ROMANOS LOS ROMANOS 13
en .víctima de una fuerza superior; si lo hace volun- riores, cuando podía. no ser campesino ni soldado.
tarIamente, descubre que puede elevarse a la cate- El destino del campesino es el trabajo "inaplazable"
goría d~ cooperador; por ~edio de la cooperación porque las estaciones no esperan al hombre. Sin em-
puede vIslumbrar la dIreccIOn e incluso la finalidad bargo, con sólo su trabajo no logrará nada. Puede
de esa fuerza superior. La cooperación voluntaria da hacer planes y preparativos, labrar y sembrar, pero
a su obra un sentido de dedicación; las finalidades tiene que esperar pacientemente la ayuda de fuerzas
se hacen más claras, y el hombre se siente como que no comprende y menos aún domina. Si puede
agente o instrumento en su logro; en un nivel más hacer que le sean favorables, lo hará, pero con fre-
alto, se llega a tener conciencia de una vocación cuencia sólo alcanza a cooperar; se entrega a ellas
de una misión para sí y para los hombres que com~ para que lo utilicen como instrumento, logrando así
él, componen el Estado. Cuando un general r~mano su propósito. Las contingencias del tiempo y las pla-
celebraba su "triunfo" después de una campaña vic- gas pueden malograr sus esperanzas, pero tiene que
toriosa, cruzaba la ciudad desde las puertas hasta el aceptar el pacto y tener paciencia. La rutina es la
templo de Júpiter (más tarde, durante el Imperio, ley de su vida; las épocas de siembra, germinación
hasta el templo d~ Marte Ultor) y allí ofrecía al dios y recolección se suceden en un orden establecido. Su
"~~s triunfos que Júpiter había logrado por media- vida es la vida misma de la Tierra. Si como ciuda-
czon del pueblo romano". dano se siente atraído al fin por la actividad política,
Desde los primeros días, podemos descubrir en será en defensa de sus tierras o de sus mercados o
l?s romanos un sentido de dedicación, vago e inar- del trabajo de sus hijos. Para el campesino el co-
tIculado al principio e indudablemente mezclado con nocimiento nacido de la experiencia vale más que la
temor. Luego se va expresando con más claridad teoría especulativa. Sus virtudes son la honradez y
y llega con frecuencia a ser móvil principal de l~ la frugalidad, la previsión y la paciencia, el esfuer-
acción. En los últimos tiempos, se proclama clara- zo, la tenacidad y el valor, la independencia, la sen-
mente la misión de Roma con la mayor insistencia cillez y la humildad frente a todo lo que es más
en el momento mismo en que su realización había poderoso.
cobrado expresión visible y con el mayor entusiasmo Éstas son también las virtudes del soldado. Tam·
P?r gentes que no eran de cepa romana. Al princi- bién él ha de conocer el valor de la rutina, que forma
PIO,este sentido de dedicación se manifiesta en for- parte de la disciplina, ya que tiene que responder
mas h~mildes, en el hogar ~ en la familia; se amplía casi instintivamente a cualquier llamada repentina.
a la clUd.ad-estado y cul~lIna en la idea imperial. Debe bastarse a sí mismo. El vigor y la tenacidad
Emplea dIferentes categonas de pensamiento y diver- del campesino son necesarios al soldado; su habili·
sas f~rmas ?e expresi?~ según los tiempos, pero su dad práctica contribuye a hacer de él lo que el sol·
esenCIa es SIempre religIOsa, ya que significa un sal- dado romano debe ser: albañil, zapador, abridor de
to más allá de la experiencia. Lograda la misión sus caminos y constructor de balates. Ha de trazar un
bases cambian. ' campamento o una fortificación, medir un terreno
He aquí la clave para el estudio del carácter ro- o tender un sistema de drenaje. Puede vivir en el
mano y de .la historia de Roma. campo porque eso es lo que ha hecho toda su vida.
La mentalidad romana es la mentalidad del cam- El soldado también sabe de ese elemento imprevisto
pesino y del soldado; no la del campesino ni la del capaz de trastornar el mejor de los pl~nes; tiene
soldado por separado, sino la del soldado-campesino, conciencia de fuerzas invisibles y atribuye "suerte"
y, en general, esto es así hasta en las épocas poste- a un general victorioso a quien algún poder --el des·
14 LOS ROMANOS LOS ROMANOS 15
tino o la fortuna- utiliza como instrumento. Es mente romano, nacido de la experiencia romana. Sig-
leal con las personas, los lugares y los amigos. nifica, por una parte, el sentido de dignidad de la
Si asume una actitud política violenta será con el personalidad propia, peculiarísima y que se debe cul-
fin de conseguir, cuando las guerras terminen, tierra tivar y desarrollar hasta el máximo. Por otra, signi-
para labrar y una casa donde vivir, y con una lealtad fica el rec..onocimiento de la personalidad de los
aún mayor recompensa al general que defiende su demás y de su derecho a cultivarla, y este reconoci·
causa. Ha visto muchos hombres y muchos lugares, miento implica transigencia, dominio de sí, simpatía
y con la debida cautela imitará lo que le parezca y consideración.
útil; pero para él su hogar y sus campos nativos for- Pero la frase más concreta y común para definir
man "el rincón más risueño de la Tierra", y no de- la civilización es "la paz romana". Con esta idea
seará verlos cambiar. comprendió el mundo más fácilmente el cumplimien-
El estudio de la historia romana es, en primer to de la misión que el carácter, la experiencia y el
lugar, el estudio del proceso por el que Roma, siem- poder romanos habían llevado gradualmente al más
pre consciente de su misión, se convirtió penosa- alto nivel de conciencia y que había cumplido deli-
mente, de la ciudad-estado sobre las Siete Colinas, beradamente.
en la dueña del mundo; en segundo lugar, el estudio En los primeros tiempos, el caudillo del pueblo
de los medios por los cuales adquirió y mantuvo su romano, para descubrir si el acto que el Estado se
dominio. Estos medios fueron su singular capacidad proponía realizar coincidía con la voluntad de los dio-
de convertir a los enemigos en amigos, y eventual- ses que regían el mundo, tomaba los "auspicios"
mente en romanos, aunque siguieran siendo españo- fijándose en los signos revelados ritualmente. Cice-
les, galos o africanos. De ella derivaron su r011UJYli- ron, al enumerar los principios fundamentales sobre
tas, su "romanidad". Romanitas es una palabra los que descansa el Estado, concede el primer lugar
apropiada que el cristiano Tertuliano empleó para a "la religión y a los auspicios", y por "auspicios"
dar a entender todo lo que un romano da por su- entiende esa ininterrumpida sucesión de hombres,
puesto, el punto de vista y la manera de pensar de desde Rómulo en adelante, a quienes se les asignó el
los romanos. Este vocablo es análogo a "civilización deber de descubrir la voluntad de los dioses. Los
romana" si se toma la palabra "civilización" en un "auspicios" y los colegios sagrados, las vestales y lo
sentido estricto. Civilización es lo que los hombres demás, aparecen en las cartas de Símaco, nacido el
piensan, sienten y hacen, así como los valores que año 340 d. C., uno de los más empecinados jefes
asignan a lo que piensan, sienten y hacen. Es cierto de la oposición pagana al cristianismo, la relIgión
que sus ideas creadoras y sus criterios afectivos y "oficial" del Imperio. Es Cicerón quien dice que el
valorados dan por resultado actos que afectan pro- origen del poder de Roma, su desarrollo y su conser·
fundamente el empleo de las cosas materiales; pero vación se debían a la religión romana; Horacio de-
la civilización "material" es el aspecto menos im- clara que la sumisión a los dioses dio al romano su
portante de la civilización, que en realidad reside en imperio. Cuatro siglos más tarde, San Agustín dedi-
la mentalidad de los hombres. Como dijo Tácito ca la primera parte del más vigoroso de sus libros a
(refiriéndose a los britanos), sólo el ignorante piensa combatir la creencia de que la grandeza de Roma
que los edificios suntuosos y las comodidades y lujos se debía a los dioses paganos, y que sólo en ellos se
constituyen la civilización. El término latino huma. hallaría la salvación del desastre que la amenazaba.
nitas empleado en esta ocasión, era palabra favorita Puede muy bien decirse, con palabras del griego Po-
de Cicerón, y el concepto que encerraba peculiar- libio (205-123a. c.), que por lo demás era escéptico:
16 LAS VIEJAS COSTUMBRES LAS VIEJAS COSTUMBRES 17
"Lo que distingue al Estado romano y lo que le coloca en los fenómenos concretos, se definía lo que era
sobre todos los otros es su actitud hacia los dioses. vago, y, por decirlo así, se encauzaba su energía ha-
Me parece que lo que constituye un reproche para cia el fin deseado. Y así como las actividades del
otras comunidades es precisamente lo que mantiene campesino y de su familia, ocupados en labrar el
consolidado al Estado romano -me refiero a su re- campo, en tejer y cocinar y en criar a los hijos, eran
verente temor a los dioses", y emplea las mismas muchas, así la acción de esta fuerza se dividía en
palabras de San Pablo en la Colina de Marte en Ate· innumerables poderes nominados, que comunicaban
nas. Polibio no llegó a ver el día en que, cuando los energía a los actos de la vida familiar. Todas las
bárbaros invadieron el Imperio Romano, la idea de operaciones diversas de la naturaleza y del hombre
la grandeza y la eternidad de Roma fue a su vez la -la vida multiforme de los campos, las habituales
que mantuvo la creencia en los dioses. tareas del labrador, el diario trajín de su mujer, la
crianza y el cuidado de los hijos- se realizaban en
b) LAS VIEJAS COSTUMBRES presencia y por la energía de estas vagas potencias
transformadas ahora en deidades carentes de forma.
La religión romana fue primero la religión de la fa- Acompañaban al acto de "denominar", es decir,
milia y, luego, de su extensión, el Estado. La fami- de invocar, oraciones y ofrendas de alimentos, de le-
lia estaba consagrada y, por tanto, también el Estado. che y de vino y, en ocasiones, sacrificios de animales.
Las sencillas creencias de las familias y los ritos El paterfamilias, que era el sacerdote, conocía las
practicados por ellas se modificaron y ampliaron, en palabras y los ritos apropiados. Palabras y ritual que
parte por nuevas concepciones debidas a nuevas ne- ~ueron pasando de padres a hijos hasta que se fijaron
cesidades, y en parte por el contacto con otras razas mmutablemente. La más minima alteración en la
y culturas, al unirse las familias para constituir al- invocación o en la ceremonia podía impedir que el
deas y, por último, la ciudad de Roma. numen interviniera en el acto que el individuo o
Los antropólogos han dado el nombre de "animis- la familia se proponía emprender, sobreviniendo en-
mo" a la etapa de la religión primitiva en la que se tonces el fracaso. Los nombres de muchos de estos
supone que en todas las cosas reside una "fuerza", dioses domésticos han pasado a las lenguas europeas:
un "espíritu" o una "voluntad". Para el romano de Vesta, el espíritu del fuego del hogar; los Penates,
los primeros tiempos, el numen, fuerza o voluntad, preservadores de la despensa; los Lares, guardianes
residía en todas partes o, mejor dicho, se manifes- de la casa; pero había otros muchos. Las oraciones
taba en todo lugar por medio de una acción. Lo úni· eran diarias; la comida de la familia una ceremonia
co que se sabe de esta fuerza es que es capaz de religiosa en la que ofrendaban incienso y libaciones.
obrar, pero su manera de actuar es indeterminada. Ciertos festivales se relacionaban con los difuntos, los
En el reino del espíritu, cuya característica es la cuales se consideraban a veces como espíritus hosti-
acción, el hombre es un intruso. ¿Cómo podrá mi· les y qu~ había 9-ueexpulsar, por lo tanto, de la casa
tigar el pavor que siente y cómo conseguirá que el por medIO de ntos, otras como espíritus benévolos
numen realice el acto requerido, logrando para sí "la que se asociaban íntimamente a todas las fiestas y
paz de los dioses"? conmemoraciones de la familia.
Lo más urgente es "fijar" esta fuerza vaga de Cuando éstas se unieron para formar una comu-
una manera aceptable para ella, limitando o diri- nidad, el culto y el ritual de la familia formaron la
giendo su acción a algún fin vital del hombre. Se base del culto del Estado. Al principio, el rey era el
pensaba que al iÜlr un nombre a su manifestación sacerdote y, cuando desapareció la monarquía, per-
18 LAS VIEJAS COSTUMBRES LAS VIEJAS COSTUMBRES 19
duró el título de "rey de las cosas sagradas". Para t1!rgia expresada en un idioma para él incompren-
ayudar al "rey" había "colegios" de sacerdotes, hom- sIbl~, y que el pueblo tomara parte en ritos cuyo
bres cualesquiera, no de una casta especial, colegas sentIdo apenas captaba y que, sin embargo, tenían un
para dirigir el culto y las fiestas. El principal colegio significado. Procesiones y días de fiesta, diversiones
era el de los pontífices, que conservaba el saber acu- y sacrificios, imprimían en la mente popular el cul-
mulado, dictaba reglas, registraba las fiestas y los to del Estado. Más tarde veremos cómo el alud de
principales acontecimientos de significación religiosa ideas religiosas griegas y orientales irrumpió sobre
para el Estado. Los pontífices produjeron un Dere- Roma y cómo se adoptaron los mitos y las leyendas
cho sagrado (ius divinum). Los colegios menores les para proporcionar el carácter pintoresco del que ca-
ayudaban; así las vírgenes Vestales cuidaban del recía la religión nativa. Pues, especialmente en los
fuego del hogar del Estado, los augures interpretaban siglos IV Y III a C., se introdujeron nuevos cultos en
los presagios que veían en el vuelo de los pájaros o la práctica religiosa del Estado, aunque en lo que
en las entrañas de un animal sacrificado; pues se toca al mito y al ritual quedaron inconfundiblemente
suponía que los dioses imprimían en los órganos marcados con el sello romano. Pero la influencia
delicados de un animal consagrado signos de apro- de esas ideas nunca llegó hasta el corazón de la an-
bación o desaprobación. Se concedía importancia na- tigua religión romana, inmutable en su naturaleza
cional a los festivales agrícolas de los labradores: la esencial. Con el aumento de los testimonios de la
recolección, la seguridad de los linderos, la perse- literatura y de las inscripciones se ve claramente
cución de los lobos para ahuyentarlos de los campos, que, t~nto en ~a.~iudad como en el campo, persistió
se convirtieron en asuntos importantes de la ciudad. la antIgua relIglOn. Los hombres cultos del último
Fueron adoptándose nuevas festividades que se anota- siglo a: ~., vers~dos en la filosofía y la crítica gríe-
ban en un calendario del cual tenemos constancia. En gas, qUlzas conSIderasen esta r{:ligión como una mera
un principio, Marte fue un dios de los campos; los forma; pero estos mismos hombres desempeñaban
campesinos-soldados, organizados para la guerra, lo cargos en los colegios sagrados y fomentaban su
convirtieron en el dios de las batallas. A medida práct~ca en el Estado, y hasta en la familia. Augusto,
que el horizonte de los romanos se ensanchaba, nue- el pnmer emperador, no edificaba en el vacío cuan-
vos dioses atrajeron su atención, e incluyeron en el do se propuso salvar del colapso al Estado restau-
Calendario deidades de las ciudades etruscas y de las rando la antigua religión romana y la moralidad
ciudades griegas de Italia. Júpiter, Juno y Minerva inherente a ella.
vinieron de Etruria; el griego Hefaistos fue equipa- Esta religión fría y un poco informe sostenía una
rado a Vulcano, que los romanos habían adoptado rígida moral, y la mitología no impedía el desarrollo
de sus vecinos etruscos. También había muchas dei· de esta moral. Homero había plasmado para los grie-
dades "itálicas", porque -si blen para simphncar gos leyendas sobre los dioses en versos inmortales
hemos hablado de "romanos"- Roma misma estaba -hasta que en una época posterior los críticos ob-
constituida por una fusión de tribus itálicas con jetaron que estos dioses eran menos morales que los
cultos propios, que indudablemente tendrían cierto hombres-o Los romanos, aparte de las fórmulas de las
aire de familia. oraciones, no tenían escrituras sagradas y, por tanto
Los colegios se encargaban de establecer, regis- no había ninguna moralidad mítica que destruir. L~
trar y trasmitir, sin alterarlas, las fórmulas de in- que le interesaba al individuo era establecer relaciones
vocación y de oración. En siglos posteriores, podía adecuadas con los dioses, no especular acerca de su
darse el caso de que un sacerdote utilizase una li- naturaleza. Lo que a la ciudad le interesaba era lo mis-
20 LAS VIEJAS COSTUMBRES LAS VIEJAS COSTUMBRES 21
mo, y se le permitía al individuo entregarse a sus cre- ligioso, y no podrá comprenderse la literatura pos-
encias particulares, si así lo deseaba. La actitud roma- terior si las virtudes, a las que tan a menudo apelan
na siempre es la misma; la tolerancia, con tal de que el historiador y el orador, no se interpretan en este
no se perjudicara la moral pública y que no se atacara sentido. Estas ideas estaban ligadas al deber, im-
al Estado como Estado. El romano, a medida que se puesto a la casa y al Estado, de adorar a los dioses.
desarrollaba, asignaba a los dioses su propia morali- Aquí es donde ha de encontrarse la raíz de ese seno
dad. El proceso puede ilustrarse de la manera si- tido del deber que caracterizó al romano en su mejor
guiente: aspecto. A menudo le haCÍa parecer poco interesante,
Una de las primeras fuerzas que se individualizó pero podía llegar a ser un mártir por un ideal. No
fue el poder del sol y del cielo; a este poder se le discutía acerca de lo que era honorable o justo; sus
llamó Júpiter, a no ser que Júpiter fuese el espíritu ideas eran tradicionales e instintivas y las sostenía
único del cual se individualizaron otros numina. Al con una tenacidad casi religiosa.
principio se acostumbraba prestar juramento al aire
libre, bajo el cielo, donde no podía ocultarse ningún Ningún clamor de la plebe por el mal,
secreto a un poder que lo veía todo. Bajo este as- ningún ceño tirano, cuyo fruncimiento puede matar;
pecto de fuerza atestiguadora, Hércules recibió el es capaz de debilitar el poder que hace fuerte,
epíteto de Fidius, "el que se ocupa de l~ ~ue~a. fe". al hombre de firme y justa voluntad.
De nuevo aparece en escena la tendenCIa mdlvldua-
lizadora: se personificó el abstracto del epíteto Fides, Así de inflexible era el romano.
"buena fe". Y el proceso continuó: se atribuyeron Quizás el concepto que mejor demuestra el pun-
otros epítetos a Fides para designar las diferentes es- to de vista romano es el de genius. La idea del "ge-
feras en que Fides actuaba. nio" empieza por el pater familias, que al engendrar
Esta habilidad para abstraer una característica hijos se convierte en cabeza de familia. Se aísla su
esencial es parte del proceso mental del jurista. Los carácter esencial y se le atribuye una existencia es-
romanos demostraron la capacidad de aislar lo im- piritual aparte; dirige la familia, que le debe su con-
portante y buscar sus aplicaciones; de aquí su juris- tinuidad y busca su protección. AsÍ, como un eslabón
prudencia. En el tipo de especulació~ que exige una en ese misterioso encadenamiento de hijo-padre-hijo-
imaginación creadora, pero que ~asl. parece hacer padre, el individuo adquiere un nuevo significado; se
caso omiso de los datos de la expenencla, fracasaron. sitúa contra un fondo que, en lugar de una superficie
Pero lo más importante es que el aislamiento de las continua, está formado por fragmentos dotados de
ideas morales daba a éstas un nuevo realce. En el forma, teniendo uno de ellos la suya propia. Su "ge-
hogar y en el Estado las ideas morales ocuparon un nio", por tanto, es lo que le coloca en una relación
lugar semejante al de las "fuerzas" mismas. Eran especial respecto a la familia que existió antes que él
cosas reales en sÍ, y no creadas por la opinión; tenían y que ha perecido, y respecto a la familia que ha de
validez objetiva. No es necesario indicar que las nacer de sus hijos. Una cadena de misterioso poder
cualidades abstractas apenas pudieron haber inspira- une la familia de generación en generación. A su
do un sentimiento religioso fervoroso, pues tampoco "genio" se debe que él, un hombre de carne y hueso,
10 lograron las "fuerzas". Además, estas cualidades pueda ser un eslabón en esa de cadena invisible.
pronto fueron personificadas en una larga serie de Recuérdese la costumbre, en realidad el derecho,
"romanos nobles". La cuestión es que las ideas mo- según el cual las familias nobles instalaban en un
rales estaban envueltas en la santidad del culto re· nicho, en la sala principal de la casa, máscaras de
22 LAS VIEJAS COSTUMBRES LAS VIEJAS COSTUMBRES 23
cera al principio y, más tarde, bustos de los antepa- vez, de una "Providencia" que la protege, y de una
sados merecedores del agradecimiento de su familia misión que aquélla está cumpliendo.
o del Estado. Estos bustos se asociaban a los ritos Ya sabemos que en el hogar del campesino la es-
domésticos más solemnes del hogar. No se trataba posa ocupa un lugar de autoridad y responsabilidad.
de un culto de los antepasados ni de apaciguar a los Entre los romanos la mujer estaba, teóricamente,
desaparecidos; sino más bien de una prueba de que bajo la tutela del marido, y según la ley no disfru-
ellos y todo lo que representaban vivían aún y ali- taba de derechos. Pero no se la mantenía en reclusión
mentaban la vida espiritual de la familia. como en el hogar griego. Compartía la vida de su
Fue un paso insignificante en el desarrollo de la marido y, como esposa y madre, creó un modelo de
idea de "genio" el atribuir a cada hombre, que es un virtudes envidiado en edades posteriores. La autori-
pater familiils en potencia, un genio, y a cada mujer, dad paterna era estricta, por no decir severa, y los
una Juno; ya de esto existían precedentes entre los padres recibían el respeto de sus hijos, que participa-
griegos. Pero el concepto primitivo de genius era ban en las diversas ocupaciones en el campo, en
susceptible de expansión. Así como el genio de una la aldea y en la casa. Los padres se encargaban de la
familia expresaba la unidad y la continuidad a través educación de los hijos, siendo ésta de tipo "prácti-
de generaciones sucesivas, más tarde se atribuyó el co"; incluso las viejas .leyendas apuntaban hacia una
genio a un grupo de hombres unidos, no por laros moraleja, y la ley de las Doce Tablas se aprendía de
de consanguinidad, sino por una comunidad de pro- memoria.
pósitQs e intereses durante etapas sucesivas. El grupo En tiempos posteriores, se añoró la primitiva sen-
adquiere un ser propio; el todo significa más que sus cillez de los primeros tiempos, que sin duda fue
partes, y ese plus misterioso que se agrega es el "ge- idealizada. Pero no se trata de un mito; lo atesti-
nio". Así, en los primeros tiempos del Imperio te- gua la literatura de los siglos III y 11 a. C., pues en
nemos noticia del genio de una legión; un oficia! esa época escribieron gentes que habían conocido a
de hoy día convendrá gustoso en que la "tradición hombres educados en esta forma. Las "viejas cos-
del regimiento" expresa débilmente lo que él siente; tumbres" sobrevivían como realidades y, todavía más,
el genio es algo más personal. Así también encon- como ideales. Al enumerar las virtudes que a través
tramos el genio de una ciudad, de un club, de una de su historia los romanos consideraron como típi-
sociedad mercantil. Se habla del genio de las dis- camente romanas, debemos relacionarlas con las cua-
tintas ramas de la administración pública -por ejem- lidades autóctonas, con las ocupaciones y modo de
plo, de la casa de la moneda y de las aduanas- y vida, con la lucha de los primeros tiempos por sobre-
es natural que pensemos en nuestros "altos ideales vivir y con la religión de los primeros siglos de la
y tradiciones del servicio público". Los romanos te- República. Se verá que componen una sola pieza.
nían una asombrosa facultad de darse cuenta de la En todo catálogo de virtudes figura en primer
personalidad de una "corporación". Diríamos que eran lugar alguna constancia de que el hombre debe reco-
extraordinariamente sensibles al espíritu que la ani- nocer su subordinación a un algo externo que ejerce
maba y esto es lo que deCÍan literalmente cuando una "fuerza vinculatoria" sobre él, a la que se llamó
hablaban de un "genio". Y no es sorprendente que en religio, término que tiene una amplia aplicación. De
el Derecho romano, el derecho de "corporaciones" un "hombre religioso" se deCÍa que era un hom-
alcanzara un alto grado de desarrollo. bre de la más alta pietas, y pietas es parte de esa
La fuerza que ha guiado en el presente guiará en subordinación de la que hemos hablado. Se es pius
el futuro, y así el genius de Roma tiene mucho, a la respecto a los dioses si se reconocen sus dere-
24 LAS VIEJAS COSTUMBRES LAS VIEJAS COSTUMBRES 25
chos; se es pius respecto a los padres, los mayores, ideal. Las cualidades que ayudaron al romano en sus
los hijos y los amigos, respecto a la patria y a los primeras luchas con la naturaleza y con sus vecinos,
bienhechores y respecto a todo lo que puede provocar continuaron siendo para él las virtudes supremas. A
el respeto y quizás el afecto, si se reconocen sus de- ellas les debía que su ciudad-estado se hubiera ele-
redios sobre uno y se cumple con el deber en con- vado a un nivel superior al de la vieja civilización
formidad con ellos. Los derechos existen porque las que la rodeaba -una civilización que juzgaba ende-
relaciones son sagradas. Las exigencias de pietas y ble y sin nervio cuando no estaba fortalecida por las
de officium (deber y servicios) constituyen por sí mismas virtudes que él había cultivado con tanto
solas un voluminoso código, DO escrito, de sentimien- esfuerzo-. Quizás puedan sintetizarse estas virtudes
to y conducta que estaba más allá de la ley, y era en una sola: severitas, que significa severidad con
lo bastante poderoso para modificar en la práctica las uno mismo.
rigurosas disposiciones del derecho privado a las que El modo de vida y las cualidades de carácter aquí
se acudía sólo como un último recurso. descritos resumen las mores 11Uliorum, las costum-
Gravitas significa "un sentido de la importancia bres de los antepasados, que son una de las fuerzas
de los asuntos entre manos", un sentimiento de res- más poderosas en la historia romana. En el senti-
ponsabilidad y empeño. Es un término aplicable a do más amplio, la frase puede abarcar la constitución
todas las clases sociales: al estadista o al general política y el armazón jurídico del Estado, aunque ge-
cuando demuestra comprender sus responsabilidades, neralmente se añadan palabras tales como instituta,
a un ciudadano cuando da su voto consciente de la instituciones .. y leges, leyes. En el sentido más limi-
importancia de éste, a un amigo que da un consejo tado, la frase significa el concepto de la vida, las
basándose en la experiencia y considerando el bien cualidades morales, junto con las normas. y los pre-
de uno; Propercio lo emplea cuando asegura a su cedentes no escritos inspiradores del deber y la con-
amante la "seriedad (gravitas) de sus intenciones". ducta, componiendo todo ello una sólida tradición
Es lo opuesto a levitas, cualidad despreciada por los de principios y costumbres. A esta tradición se ape-
romanos, que significa frivolidad cuando se debe ser laba cuando algún revolucionario atentaba violenta-
serio, ligereza, inestabilidad. Gravitas suele ir unido mente contra la práctica política, contra las costum-
a constantia, firmeza de propósito, o a firmitas, te- bres religiosas, o contra las normas de moral o del
nacidad. Puede estar moderada por la comitas, que gusto. La insistencia de esta apelación, repetida por
significa la atenuación de la excesiva seriedad por la el -orador y el poeta, el soldado y el estadista, demos-
desenvoltura, el buen humor y el humor. Disciplina tró que la tradición no perdió su fuerza ni en los
es la formación que da la firmeza de carácter; in- tiempos más turbulentos ni en las últimas épocas.
dustria es el trabajo arduo; virtus, la virilidad y la Los reformadores podían pasar por alto la tradición,
energía; clementia, la disposición a ceder en los pero no podían burlarse de ella, y ningún romano
derechos propios; frugalitas, los gustos sencillos. soñaba con destruir lo que era antiguo simplemente
l!stas son algunas de las cualidades que más ad- porque fuese antiguo. Desde fines de la segunda
miraban los romanos. Todas ellas son cualidades mo- Guerra Púnica, junto con la reverencia por los nobles
rales; cualidades que probablemente resultarán in- romanos que personificaban esta noble tradición, em-
sípidas y poco interesantes. No hay nada entre ellas pezó a oÍrse una nueva nota: la nota de las lamen-
que sugiera que la capacidad intelectual, la imagina- taciones por la desaparición de algo valioso que es-
ción, el sentido de la belleza, el ingenio, el atractivo taba demasiado remoto para poderlo restaurar en
personal, fuesen considerados por ellos como un alto aquella corrompida época. Surge esta nueva nota
i6 LAS VIEJAS COSTUMBRES LAS VIEJAS COSTUMBRES 27
con Ennio, 239-169a. C., a quien se ha considerado romano hasta el fin." Al mismo origen debe atribuirse
como el Chaucer de la poesía romana: "Roma está el sentido de continuidad del romano que, al asimi-
edificada sobre sus costumbres antiguas y sobre sus lar lo nuevo, conservaba el tipo y se negaba a romper
hombres." Cicerón, cuyos llamamientos a las mores con el pasado, porque sabía que se podía hacer frente
maiorum son incesantes y sinceros, recibe de Bruto al futuro con mayor seguridad si se mantenía el
el elogio de que por "sus virtudes podía ser compa- valor del pasado. Las primitivas prácticas "rituales,
rado con cualquiera de los antiguos". No puede ha- acompañadas de invocaciones solemnes que cristali'
cerse mayor alabanza a una mujer que describirla zaron en un "derecho sagrado", contribuyeron a des-
como apegada a las "viejas costumbres", antiqui mo- arrollar ese genio jurídico que es el gran legado de
ris. Horacio, cuyo cariñoso tributo a su padre es sin- Roma, y en las leyes del Estado se reflejó la santidad
cero, dice de su propia educación: de aquel derecho sagrado. La ley presuponía obedien-
cia y no se la defraudaba. La posición del cabeza
"Hombres sabios", solía añadir, "las razones explicarán de familia, el respeto otorgado a la madre, la edu-
por qué debes seguir esto y apartarte de aquello. cación de los hijos, fueron confirmados y fortaleci-
Por mi parte, si puedo educarte en los caminos dos. La validez de las ideas morales quedó firme-
hollados por las gentes de valer de los primeros tiempos mente establecida, y los vínculos del afecto natural
y, mientras necesites dirección, mantengo tu nombre y de la ayuda a los amigos y a los servidores se afir-
y tu vida inmaculados, habré alcanzado mi objeto. maron por medio de un código de conducta que es-
Cuando años posteriores hayan madurado el cerebro y los taba al margen de la coacción legal, pero que no por
[miembros, eso dejaba de tener gran fuerza. La naturaleza for-
dejarás los flotadores y nadarás como un tritón."
mal de las prácticas religiosas evitó en la religión
romana las burdas manifestaciones del éxtasis orien-
La tradición, al menos como un ideal, perduró tal, si bien impidió el calor de los sentimientos per-
hasta los últimos días del Imperio. sonales. Y la actitud de tolerancia hacia la religión,
Mirando hacia el pasado no podemos decir que que caracterizó a las épocas de la República y el
una religión como la antigua religión romana fuera a Imperio, se originó, paradójicamente, en un pueblo
propósito para estimular el desarrollo religioso del que concedía la máxima importancia a la religión
hombre. La religión romana no tenía incentivo in- estatal.
telectual y, por tanto, era incapaz de producir una El resultado de la tradición religiosa, moral y po-
teología. Peto lo cierto es que con las asociaciones lítica de Roma fue tina estabilidad de carácter que
y costumbres que se agrupaban en torno a ella, su con el tiempo aseguró la estabilidad del mundo ro-
contribución a la formación del carácter romano fue mano; y no debe pasar inadvertido el hecho de que
muy grande. Además, gracias a ella, se creó un mol- un pueblo, de tendencias literalmente retrospectivas,
de en el que generaciones posteriores procuraron ver- fuera siempre adelante y pusiera el progreso al alcan-
ter la nueva e inconforme mezcla de ideas que les ce de los demás.
había llegado de las viejas culturas mediterráneas
más antiguas. Los grandes hombres casi eran cano-
nizados por sus cualidades morales o por sus obras.
A las creencias y costumbres de aquellos días debe·
mos atribuir ese sentido de subordinación u obedien-
cia a un poder exterior, ya fuese un dios, una norma
o un ideal, que en una forma u otra caracterizó al
REYES, REPÚBLICA IMPERIO 29
la supremacía en 1talia primero y luego en el Medi-
terráneo; la época en que adquirió, entre éxitos y
II derrotas, su experiencia política y administrativa
y asimiló la civilización de otros pueblos. El último
Hemos avanzado bastante, quizá demasiado, sin un siglo (desde el año 133 a. c.) es un siglo de desbara-
cañamazo histórico que nos guíe. A continuación juste político, de expansión comercial y financiera
presentamos una guía general compuesta de tres par- y de confusión moral. Durante estos años surgen
tes desiguales: la primera es un breve resumen de nuevos problemas de gobierno central y provincial, de
las épocas en que suele dividirse la historia roma- defensa, de economía política y de distribución de las
na; la segunda, un rápido examen de la expansión de tierras, de caudillos militares que, apoyados por
Roma en el Mediterráneo, con el fin de que en pági- los ejércitos, desafían al Estado; del desarrollo de los
nas posteriores pueda comprenderse lo que queremos grandes negocios, de la aparición de nuevas ideas fi-
dar a entender por Roma en cualquier época deter- losóficas y religiosas, y de nuevas costumbres. En
minada; y la tercera, un resumen conciso de la evo- este siglo figuran los nombres que todo el mundo
lución del gobierno de Roma, resumen en el que no conoce: los Graco, Sila, Pompeyo, Craso, Julio César,
es posible dar idea de la variada experiencia política Antonio, Cicerón y otros. Los testimonios históricos
de los romanos, pero que no debe omitirse por muy de que disponemos para esta época son más com-
seca que resulte. pletos que los de los siglos anteriores.
3) La tercera época, que empieza el año 27 a. C.,
a) REYES, REPÚBLICA, IMPERIO es la del "Imperio", o, mejor, de la Roma Imperial.
Este título requiere una explicación. La mayor parte
Haremos un relato claro de nuestra historia si tratamos del Imperio de Roma, en el sentido territorial, fue
primero de lo que se hizo primero, y seguimos el orden adquirida en la segunda época. El término "Impe-
cronológico de los acontecimientos. rio", como definición de la tercera epoca, se refiere
DE Ad Herennium
AUTOR DESCONOCIDO
al sistema de gobierno, es decir, gobierno por un
Por regla general, la historia de Roma se divide en emperador. Pero Augusto, que dominó el mundo ro-
mano desde el año 27 a. c. hasta el año 14 d. C., insis-
tres partes; aunque otras divisiones tienen también
tía, y lo haCÍa sinceramente, en que él había restau-
alguna justificación: l) época de los Reyes; 2) época rado la "República" y deseaba que se le conociera
de la República, 3) época del Imperio.
l) Conforme a la tradición más común, Roma fue como Princeps, o primer ciudadano. De aquí que la
fundada el año 753 .a. C., y Tarquino el Soberbio, el palabra "Principado" se emplee a menudo para desig-
último de los reyes, fue expulsado en el año 510 a. c. nar la primera parte del Imperio, y los "reinados"
Los relatos de este período, tal como nos han llegado, de cada emperador. Así que la división en "Repú-
son en su mayoría leyendas, pero leyendas que con- blica" e "Imperio" es una clasificación moderna fun-
tienen elementos históricos. Estos elementos se han damentalmente, y tiende a crear confusiones.
ido aislando con la ayuda de la arqueología y el e~ Los dos primeros siglos de esta época son, en tér-
tudio comparado de los orígenes y el método de las minos generales, los años constructivos del Imperio,
"supervivencias". A nosotros esta época apenas nos los años en que los romanos empezaron a dejar sus
concierne. huellas más permanentes en las naciones del mundo
2) La época de la República, desde el año 509 romano. Esta etapa termina con la época de los
hasta el 27 a. C., es aquella en que Roma conquistó Antoninos, de 138 a 193 d. C., de quienes Mommsen,
28
30 DE LAS SIETE COLINAS AL OREE DE LAS SIETE COLINAS AL ORBE 31
el. gran historia~or alemán, dijo: "Si a un ángel de Si las montañas en Italia, con sus elevados valles,
DIOSse le ocurnera comparar el territorio gobernado ricos en trigo, aceite y vino, tan apreciados siempre
por Antonino Severo tal como era entonces y como por los romanos, han cautivado el amor de los siglos,
es ahora, y decir en cuál de los dos períodos fue hay también tres planicies que han ·desempeñado un
gobernado con más inteligencia y humanidad, y si, papel de no poca importancia en la historia. En el
en general, han mejorado o empeorado la moral y norte se extiende la amplia llanura del río Po (Pa-
el grado de felicidad desde aquellos días, es muy dus), que nace en los Alpes occidentales al sudoeste
dudoso que el juicio fuera favorable para la actuali- de Turín (Augusta Taurinorum), y que, por tanto,
dad." Gibbon ya había dicho algo semejante. atraviesa la península. Cuando los romanos llegaron
El siguiente fue un siglo de confusión, hasta que por primera vez a esta llanura, la encontraron o~u-
en el año 306 d. c. Constantino fue nombrado Empe- pada por tribus galas, y desde entonces fue conocIda
rador, y Bizancio, con el nuevo nombre de Constan- por la Galia Cisalpina: Galia a este lado de los Alpes.
tinopla -hoy Estambul- pasó a ser en el año 330 En el centro de la costa occidental se encuentra la
d. c. la capital de la mitad oriental del Imperio, de llanura del Lacio; a través de su extremo norte corre
donde surgió el Imperio Romano Oriental, heredero el Tíber, que nace al norte de los Apeninos y es el
tanto de la tradición griega como de la romana. segundo río de Italia en longitud. Los barcos ligeros
podían remontar su tramo inferior. La tercera lla-
b) DE LAS SIETE COLINAS AL ORBE nura es la planicie de Campania, más hacia el sur
ROMANO en la costa occidental; Neapolis (Nápoles) y Cumas
fueron dos famosas ciudades que los griegos fun-
... cantar un himno a los dioses con quienes las Siete Co- daron en la Antigüedad; el Vesubio ha amenazado
linas están en gracia. ¡Qh! Sol que todo alimentas, que constantemente esta llanura a través de los siglos.
con tu carro de fuego traes el día y lo escondes de nuevo
y vuelves a nacer como otro nuevo día y sin embargo, el
Empezamos con la segunda de estas planicies. Te-
mismo, que nunca os corresponda ver nada más gran- nemos que omitir todos los estudios que han hecho
de que esta ciudad, Roma. HORACIO los arqueólogos para conocer el camino seguido por
las tribus "itálicas" desde más allá de los Alpes.
Has hecho una ciudad de lo que antes era el orbe del Comenzaremos con los Montes Albanos, al sudeste de
mundo. RUTILIO CLAUDIO NAMACIANO la planicie latina y en la desembocadura del Tíber.
Allí, en Alba Longa, se edificó la primera ciudad ~e
Italia es una península montañosa, con la "espina los latinos, fundada, según la leyenda, por Ascamo,
dorsal" de los Apeninos más cerca de la costa orien- hijo de Eneas de Troya, en lo que los romanos ba-
tal que de la occidental, alcanzando a veces hasta el saban su pretendida ascendencia troyana. Rómulo y
mismo mar. Los puertos están situados en el oeste Remo fueron sus descendientes. En este lugar se
y en el sur. Desde los Alpes hasta la punta de "la encontraba el santuario del dios de las aldeas veci-
bota" hay tanta distancia como desde la isla John o nas, Júpiter del Lacio. Tenemos que figuramos una
Groats a la isla de Wight, es decir, unas 600 millas continua "concentración" de aldeas reun;das por ne-
aproximadamente. El ángulo de la península es tal cesidades comunes de defensa, culto y comercio, y
que el talón se encuentra 300 millas más hacia el sin duda Alba Longa fue un ejemplo típico de esto.
este que la costa nordeste en Rávena. Desde el talón Más tarde, estos mismos montañeses descendieron
hasta Grecia hay unas SOO millas, v desde la punta a las llanuras y se establecieron sobre las "Siete Co-
occidental de Sicilia hasta África, sólo unas 100. linas" de Roma. Eran un pueblo de pastores. Sus
32 DE LAS SIETE COLINAS AL ORBE DE LAS SIETE COLINAS AL ORBE 33
primeros festivales estaban ligados a los intereses ::iental de Sicilia. Los cartagineses, por su parte, ocu-
de los pastores; leche, no vino, fue la primera ofren- : 3.ron la mitad occidental de esta isla. Al principio,
da, y la riqueza se calculaba por el número de ca- ~ los griegos sólo les interesaba el establecimiento
bezas .de ganado; la palabra misma para "dinero", := factorías, pero más adelante fueron enviando colo-
pecunta (de aquí "pecuniario"), significa "cabeza de ::ias desde Grecia con el propósito de fundar ciuda·
ganado". Encontraron otros hombres de una raza :=s, que no tardaron en figurar entre las más prós-
afín, sabélicos y sabinos, que se dirigían a la llanura :=ras del Mediterráneo. Es posible que la primera
y que se establecieron en terrenos más altos. La fu. ~olonia griega fuese Cumas, fundada en el siglo VIII,
sión de estos grupos fue el origen de Roma. Desde =n la bahía de Nápoles. hecho que fue de gran tras-
su posición central los soldados de Roma podían di- :endencia para Europa, puesto que de los griegos
rigirse hacia el norte, hacia el este y hacia el sur; a :e esta ciudad aprendieron los latinos el alfabeto. Los
lo largo de los valles hacia el norte y hacia el este, y =truscos también adoptaron las mismas letras para
por la llanura hacia el sur; pronto aprendieron el ,us propios fines y se las traspasaron a las tribus del
valor de las "líneas interiores". Desde luego, algunos ::lterior. Además, gracias a Cumas, Italia supo, qui-
historiadores han pensado que el emplazamiento de zá por vez primera, de dioses griegos como Hércules
Roma fue escogido desde un principio como avan- '. Apolo. Pero las principales colonias de Grecia
zada contra los etruscos en el norte. Y, por el mo- :Oueronlas situadas en el extremo sur de Italia y en
mento, dejemos aquí a los romanos estableciendo Sicilia. Siracusa y Agrigento en Sicilia, y Tarento,
contacto con los pueblos circundantes, dedicándose a Síbaris, Crotona y Reggio, en el sur de Italia, son
las labores agrícolas y negociando con los mercaderes :odas de origen griego. Estas ciudades tienen gran
etruscos y griegos. :::nportancia en la historia romana, pues a través de
El imperio etrusco se extendía al norte del Tíber. =llas Roma entró de lleno en contacto con el mundo
Se supone que los etruscos fueron nómadas maríti. ::nediterráneo.
mas, originarios posiblemente del Oriente, que ter- Las dos influencias más poderosas, durante los
minaron por establecerse en Etruria o Toscana. Crue- ::,rimerosaños de Roma, fueron la etrusca y la griega.
les y despóticos, adoraban a los dioses sombríos del .':1 resto de Italia estaba escasamente poblado por
averno y adivinaban el futuro observando los órga- :ribus desparramadas, muchas afines a las latinas.
nos de animales sacrificados. Construían murallas .estas tribus vivían en las colinas, en un relativo
extraordinariamente sólidas para defender sus ciuda. ::islamiento, cuidando del ganado y cultivando la tie-
des, y comerciaban con las ciudades griegas y con Ira, y agrupándose en poblados, según lo permitía
Cartago en África, adquiriendo así elementos de otras :) geografía, para la defensa, el comercio y el culto.
civilizaciones superiores a la suya. Penetraron desde Volvamos ahora a los romanos. Los tres primeros
la costa hacia la planicie de Campania, y en el siglo reyes fueron latinos, los tres últimos, etruscos. El últi·
VII intentaron avanzar hacia el sur con el fin de ocu- ::10 de éstos fue arrojado del trono por la violencia (se-
parla, rodeando las colinas hacia el este para evitar zún la tradición, en el año 510 a. c.), y, para los roma-
los pantanos, apoderándose de algunas ciudades la- =,os,la palabra "rey" se convirtió en anatema. Sin
tinas en las tierras altas. =mbargo,persistió la influencia etrusca. Sobrevivieron
Durante la época de la migración latina hacia las :DS templos y los ritos; Júpiter siguió entronizado en
"Siete Colinas", los griegos dieron comienzo al largo =1Monte Capitolino; Diana, en el Aventino. Las in-
proceso de ocupación de los mejores puertos de las ,ignias de los gobernantes etruscos -el "sillón de
costas meridional y occidental de Italia y de la parte :narfil" y los haces de varas amarrados junto con dos
DE LAS SIETE COLINAS AL ORBE 3S
34 DE LAS SIETE COLINAS AL ORDE
hachas (fasces)- fueron adoptados por los magis- antiguas y contaban con mayor experiencia. Algunas
trados romanos. Pero lo más importante fue que je ellas eran ambiciosas, y sus vecinos las temían.
Roma adquirió una organización que había de con· Roma .consideraba que las amenazas dirigidas contra
,vertirla en una potencia imperial. sus alIados le afectaban también a ella y, hablando
Hasta aproximadamente el año 270 a. C., Roma ~n tér~inos generales, tentó hacer la guerra para
luchó sin descanso por su existencia en Italia, y la lu- ;coner fm a estas amenazas. Después de la lucha
cha no cesó hasta verse reconocida como una poten- :on Cartago, Roma se encontró arrastrada, contra
cia de primer orden. Para eso necesitó las más altas su deseo, a nuevas empresas. Más tarde sintió el
cualidades de valor y de ingenio; una tras otra afán de conquistar, porque había ido apareciendo
fueron vencidas las tribus, que se incorporaban, bajo 'jn nuevo tipo de romano para quien el Oriente ofre·
diferentes condiciones, al Estado romano o a su :ía op~rtunidades tentadoras. En segundo lugar, la
esfera de influencia. Se crearon ligas y alianzas. En jetermmación de no adoptar el fácil procedimiento
una de sus crisis -el saqueo de Roma por galos je un apaciguamiento temporal, pero no definitivo,
merodeadores en el año 390 a. C.- la abandonaron alentaba en el pueblo en general, inspirado y dirigido
las ciudades latinas. Éstas propusieron una confe- :or el Senado, asamblea deliberadora que encauzaba
deración y Roma decidió que sólo conquistándolas la política de gobierno, pero que en rigor sólo tenía
:oderes c~nsultivos. En esta época el Senado alcan-
podía estar segura. A ex~ens~s de .gr~~des sacrifi- za su máximo ascendiente moral y político. Más
cios, las redujo a la obedIencIa y SlgUlOavanzando
mientras tribu tras tribu solicitaba su ayuda y, por :arde, en los últimos años, su influencia disminuyó
último la alianza y la extensión de los "derechos" ro- :orque los dilatados horizontes del imperio afectaron
manos' a sus ciudades. Finalmente Thurii, situada en :rofundamente su carácter.
"la bota", pidió ayuda contra Tarento. Roma dudó, La potencia con que Roma iba ahora a enfrentarse
pero al fin accedió. Tarento trajo a Pirro, rey de ~n la lucha por los destinos del Mediterráneo occi-
Epiro del otro lado del Adriático; y Roma, fracasada iental era de origen fenicio. A diferencia de otras
la invasión de Italia llevada a cabo por este monarca, :olonias fenicias, Cartago se había convertido en una
quedó a la cabeza de los Estados griegos en, el sur :,otencia terrestre, ya que ocupó varias regiones que
de la península. De este modo Roma penetro en la ,~ extendían hasta Gibraltar y que en forma de ha-
zona de los cartagineses, cuyo comercio abarcaba los :iendas de cultivo habían pasado a manos de acau-
mares de Sicilia y el Mediterráneo occidental. Des- ialados terratenientes. Su poderío naval había con-
pués de medio siglo de lucha (264-202a. c.) ya era -uistado un pequeño imperio en Sicilia, Cerdeña y
indudable que Roma se convertiría en una "potencia 'a España meridional. Los romanos temían su pre-
mundial" y las tierras de occidente serían goberna- iominio en los mares al oeste de Italia, y ahora ha-
das por un pueblo ario, y no por una rama de la raza 'cían llegado a enfrentarse con ella en Sicilia. Los
semita. ::)manos er:an aliados de Cartago v de Siracusa, y,
Antes de hacer un resumen de las Guerras Púni- :uando tuvIeron que elegir entre ellas, se decidieron
nicas (los cartagineses eran fenicios que en latín se :or Siracusa, Tras muchas amargas derrotas en el
dice poeni, de donde se deriva punicus), es m:cesario :'"lar, Régulo desembarcó en África con un ejército
hacer dos observaciones. Aunque Roma parecIa estar :omano y fue derrotado y hecho prisionero. Final-
incesantemente en guerra, hada la guerra impulsada :'"lente se ganó una batalla marítima, y el general
por los acontecimientos Y por la lógica de su te~- :artaginés Amílcar se vio obligado a retirarse de
peramento. Las potencias que la rodeaban eran mas Sicilia. Las hostilidades cesaron. La guerra había
36 DE LAS SIEfE l:OLJNAS AL ORBE
DE LAS SIETE COLINAS AL ORBE 37
enseñado valiosas lecciones a ambas partes. Los ro- a un lado, pues ningún aliado se le había unido
manos pusieron a prueba la lealtad de sus aliados ningún ejército había salido a su encuentro ni se l~
itálicos y aprendieron muchas cosas respecto a la h??ían he~ho proposiciones de paz. Aníba!' empren-
guerra naval. Los cartagineses comprobaron que los dIO,la retIra?a. Su hermano Asdrúbal, que se apre-
mercenarios no podían competir con los legionarios, suro a acudIr a Italia desde España, fue derrotado
y se dispusieron a organizar tropas españolas; pero y muerto,. Y.en R?ma, P. Comelio Escipión, después
nunca lograron remediar la constante desconfianza de .tenaz.,msIstencl~, obtuvo permiso para emprender
del gobierno respecto a sus propios generales en el la mvaSIOn de Áfnca. En el año 202 a. C. se obtu-
campo de batalla ni la amenaza de deslealtad de sus vo la victoria de Zama; Cartago fue derrotada.
súbditos africanos.
Son muchos los hechos interesantes de esta gue-
Antes de que la guerra comenzara de nuevo, Roma, rra. Roma pudo haber esperado que la lucha se des-
como medida de seguridad, se anexionó Cerdeña y arrollase en África o en España, pero tuvo lugar
Córcega, creando así las primeras "provincias". Pron- en Italia y fundió a Italia en un todo. Roma pudo
to siguió Sicilia, quedando de este modo establecidas haber esperado un respiro después de la victoria
las bases del sistema provincial romano. Fueron re- pero se vio obligada a continuar por largos años l~
chazadas varias incursiones de tribus galas, y se so- dura lucha en España, para impedir la consolidación
metieron los territorios del valle del Po. Roma estaba de los cartagineses; y aunque España fue divididá en
en camino de colocarse a la cabeza de los pueblos de dos "provincias" en el año 197 a. e., todavía quedaba
Italia.
much~ por hacer. R()ma pudo haberse figurado que
Mientras tanto, la perspicacia y la energía de d~spues de las guerras en España Cartago ya no se-
Amílcar habían extendido el dominio cartaginés en na cau~a. de nuevas i~q';Iietudes, pero Cartago atacó
España, y, cuando Massilia (Marsella), antigua alia- a ~umIdla. Roma decIdIÓ tomar medidas extremas:
da de Roma, fue amenazada, se dio la señal para la cedIendo ante las insistentes demandas de M. Porcio
segunda Guerra púnica. C~tón de que "Cartago debe ser destruida", arrasó la
No es posible relatar aquí la historia de esta gran cIUd~d.en el año 14? a. C. y África pasó a ser una
lucha. Aníbal cruzó los Pirineos, el Ródano, los Al- proVInCIaromana. Fmalmente, Roma pudo haber es-
pes y cayó sobre Italia, donde su ejército vivió a pera?o «:1.agradeciII:IÍent~ de la posteridad y cierta
costa del país durante catorce años, e intentó, c~m admIracIOn por su mflexIble valor y resistencia du-
poco éxito, corromper la lealtad de los aliados italia- rante sesenta y cinco años de guerra y amenazas de
nos. Después de varios fracasos iniciales, Roma no guerra. Pero virtudes t~n prosaicas palidecen ante
se atrevió a arriesgarse en una batalla campal. Fabio las fig~ras románticas de Dido y AnIDal; y, para la
Máximo, llamado por su táctica "fabiana" el "Tem- ~en.talIdad ~o?temparánea, ni Régulo, a quien Hora-
parizador", hostilizaba al ejército invasor, pero sin CIOmmortalIzo en una oda, ni Escipión el Mricano
resultado definitivo. Los nervios romanos ya no po- pueden restablecer el equilibrio. Cuando Virgilio el
dían soportar la demora. Se nombró a un general poeta de la época de Augusto, relata en la En;ida
al que se ordenó detener al invasor. En Canas el la historia del viaje de Eneas desde las ruinas to-
año 216 a. e. el ejército romano quedó aniquilado davía humeantes de Troya para fundar una nuevá
-y nunca alcanzó Roma tales alturas-o Paciente- Troya sobre las Siete Colinas, hace a su héroe de-
mente se dedicó a recuperar el terreno perdido y se tenerse en la costa de Africa donde Dido, su reina
incitó a Aníbal a avanzar sobre la ciudad. Tres mi- estaba e~ificando Cartago. Eneas permanece allí:
llas antes de llegar, el general cartaginés se desvió como huesped y amante de la reina, hasta que su
38 LE LAS SIETE COLINAS AL ORBE DE LAS SIETE COLINAS AL ORBE 39
deber a los dioses troyanos le impulsa una vez más una cultura superior, mientras que en Egipto la cos-
a ir en busca de la tierra prometida. Traicionada y mopolita Alejandría se convirtió en el centro de
abandonada, Dido se quita la vida, y las conmovedo- nuevos estudios científicos, literarios y filosóficos.
ras escenas en que Virgilio presenta todo el drama Por todo este mundo se extendió una cultura que se
llevan la simpatía moderna de parte de la reina car- conoce con el nombre de helenismo. No se trataba
taginesa. El lector de hoy día apenas puede compren- de una expresión moribunda, puesto que echó nuevos
der a Eneas. La maldición de la enemistad mortal brotes y en muchas de sus formas perduró otros mil
de las dos naciones, que Dido pidió al cielo, sólo se años. Pero carecía de espontaneidad y vigor; era una
extinguió con la extinción de Cartago misma. cultura refinada y engreída, apática y escéptica,
Aníbal ejerce una atracción diferente. De mucha- aunque no se le pueden negar ciertos elementos de
cho, juró ante el altar de Moloch odio eterno a los originalidad. Políticamente, sin embargo, estaba po-
romanos. Su hazaña de cruzar los Alpes, su largo y drida, porque comprendía tanto monarquías del tipo
paciente acoso de Italia, su avance sobre Roma y su oriental, con un gobernante absoluto venerado como
retirada, su prontitud en restablecer el orden en la divino, una corte de nobles ambiciosos y una moral
derrotada Cartago, su empeño en no aceptar poderes relajada, como ciudades-cstados pendencieras, que vi.
reales, su último ataque desesperado contra sus vie- vían de su pasado y que eran incapaces de gobernar-
jos rivales como incansable consejero de los enemigos se a sí mismas y a sus dependencias, o confedera-
de Roma, y, por último, su suicidio -he aquí todo ciones flojas que se hacían y deshacían sin cesar. Tal
el material necesario para una figura heroica capaz de era el estado de cosas con el que Roma se enfrentaba
oscurecer las romanas, que fueron menos atractivas, ahora. En Oriente encontró una civilización estable-
pero que, sin embargo, sobrevivieron y lograron para cida desde hacía largo tiempo. En Occidente llevó a
el mundo lo que ninguna otra logró. los italianos, españoles, galos, africanos y otros mu-
Volvamos al bosquejo de la expansión del Imperio chos, una civilización más elevada que la que tenían
Romano. En el Occidente no se iniciaron nuevas em- estos pueblos. Por esto su conducta en Oriente y en
presas, hasta el año 125 a. c. Pero en el Oriente la Occidente fue tan distinta.
historia es muy distinta, y para comprenderla es ne- A menudo muy a pesar suyo, a veces de buen
cesario volver la mirada al Imperio de Alejandro grado, ora por interés propio, ora por lealtad a los
Magno. aliados y por un impulso espontáneo de liberar las ciu-
A la muerte de Alejandro en el año 323 a. C., su dades donde se preservaba la cultura que empezaba
imperio se deshizo: las entidades más extensas que a admirar, Roma encomendó a sus ejércitos nuevas
permanecieron intactas fueron Macedonia, Siria y campañas en el Oriente. Prestó ayuda a un Estado
Egipto. A Macedonia pertenecía Grecia; a Siria per- tras otro; fomentó alianzas; rodeó su creciente esfera
tenecían Babilonia y Asiria; a Egipto, Fenicia y las de intereses con anillos cada vez más amplios de Es-
islas griegas. Ponto y Pérgamo, en Asia Menor, y la tados "amortiguadores" que se comprometían a no
India consolidaron su independencia. Todos estos violar la paz; hizo experimentos con el equilibrio del
reinos poseían, en distintos grados, una mezcla de la poder. Pero sus esfuerzos requerían la existencia de
cultura griega y oriental. La costa de Asia Menor ciertas cualidades que faltaban en el Oriente, y hacia
hacía tiempo que estaba ocupada por los griegos, que el año 146 a. C. se había visto obligada, en nombre
habían adoptado parte del pensamiento y de las cos- del buen orden y del comercio pacífico, a ocupar Ma-
tumbres orientales. Los macedonios, menos civili- cedonia (en el año 167) y Grecia (en el año 146). En
zados, poseían, asimilada de las ciudades griegas, Asia Menor, Roma se contentó con establecer protec-
40 DE LAS SIETE COLINAS AL ORBE DE LAS SIETE COUNAS AL ORBE 41
torados de Estados aliados que se extendieron hasta dientes. Conviene hacer notar que el nombramiento
las fronteras de Armenia y el río E.ufrates. También de Pompeyo para este mando fue el paso que condujo
Egipto, que se había salvado por la intervención de a la caída de la República.
Roma, reconoció su supremacía. En esta forma Roma Pero ahora debemos volver al Occidente. Aquí
no ejerció ninguna acción directa de gobierno más al tenemos que pasar por alto las guerras en España y
este del Egeo, y en años posteriores no tuvo que .tirica y la represión de una sublevación de esclavos
lamentar el haber sido tolerante. Pero, incluso, cuan- en Italia, y limitamos a cuatro temas principales:
do obró con firmeza y estableció provincias en el primero, la seguridad de la parte occidental de los
Oriente, respetó la civilización y el idi011?'aque allí Alpes; segundo, las relaciones entre Italia y Roma;
encontró, que perduraron durante largos SIglos. tercero, las conquistas y la política provincial de Ju-
Entre ~2 a. c. fue necesario actuar con firmeza. lio César; y, cuarto, el problema de la parte oriental
En 88-84 a. c. Mitrídates, rey del Ponto, de acuerdo de la frontera alpina.
con Tigranes, rey de Armenia, se había aIJü?erado d~ En apariencia, los Alpes constituyen una protec-
la mayor parte del Asia Menor y hecho ¡:¡s,esI~ara m~- .:ión natural de solidez insuperable. Pero Aníbal, y
les de comerciantes romanos. La flota pontIca domI- ;nás tarde su hermano, los pasaron. En los territo-
naba el mar Egeo y las tropas habían desembarcado nos hacia el norte y hacia el este se habían estado
en Atenas, donde fueron bien acogidas. Las ciudades efectuando durante algún tiempo grandes migracio-
helenas de Grecia llegaron a unir su suerte a la del :les de pueblos, a los que otros, en busca de tierra,
invasor' toda Grecia parecía perdida. Pero en los fueron obligando a trasladarse al occidente. En el
años 86' a 85 a. c. Sila derrotó al ejército póntico li- año 113 a. c. una gran hueste de germanos, acompa-
berando a Grecia, y el siguiente año una flota roma!1a :lada por otras tribus, que se le habían unido en el
bajo el mando de Lúculo dominó el Helesponto. DIez camino, apareció en la parte occidental de los Alpes.
años más tarde, Mitrídates encendió de nuevo la Ya tenían derrotado a un ejército romano en Diria.
guerra en el Oriente. En sus campañas, Lúculo avan- Siguieron avanzando hacia el oeste sin desviarse en
zó bastante hacia el este. Pero en el mar, las cosas dirección a Italia, y hubo un momentáneo alivio. Pero
no marchaban muy bien para los romanos, pues en en el año 109 a. c. aparecieron en la Galia meridio-
todo el Mediterráneo florecía la piratería y el su- :lal, que Roma se había anexado trece años antes
ministro irregular de víveres entorpeció las flotas .:onvirtiéndola en una provincia. Las tribus arrasa-
romanas. En vista de esto, en el año 67 a. c. se con- ,on todo lo que encontraron a su paso, derrotando
cedieron a Pompeyo poderes extraordinarios. E.ste dos ejércitos en Aurasio (Orange). Mario entrenó en
suprimió la piratería, en una batida bien organizada, :res años el primer ejército romano profesional, lo
partiendo de Gibraltar, e invadió el Ponto y la equipó y derrotó con él a las tribus más amenazado-
Armenia. Puso también sitio a Jerusalén, y Roma ,as en el norte de Italia y en Galia. Las hordas se
entró en contacto con el pueblo judío por primera vez, alejaron hacia occidente, conjurándose así un grave
comenzando entonces ese complejo problema. Pom- peligro.
peyo "normalizó" el Oriente; ~eorganizó las fron~eras Otro peligro no menos serio amenazó a la ciudad
y los gobiernos, así como las fmanzas y las relaCIOnes ie Roma en el año 91 a. c. Los aliados itálicos se
comerciales. La provincia de Cicilia fue agrandada, alzaron en abierta rebelión. Durante dos largos si·
y Bitinia, Ponto, Siria y Creta fueron todas conver- ~los soportaron el peso y los azares de la lucha; aho-
tidas en provincias. Capadocia, Armenia y otros mu- ::-adeseaban el ingreso en el cuerpo de ciudadanos,
chos Estados menores quedaron como reinos indepen- ~ue al principio habían rechazado prefiriendo la alian-
42 DE LAS SIETE COLINAS AL ORBE DE LAS SIETE COLINAS AL ORBE 43
za, pues, como veremos, la ciudadanía romana era en la política provincial de Roma. Augusto se había
un privilegio cada vez más valioso. Sin embargo, a ?ropuesto establecer la frontera en el río Elba, para
medida que aumentaba en valor, Roma la concedía incluir en el Imperio las tribus germanas que ame-
más raramente: los ciudadanos de la capital cuida- nazaban la Galia y reducir la frontera septentrional.
ban su extensión celosamente, y el resentimiento itá- Pero en el año 9 d. c. Arminio (Hermann) destrozó
lico hacía años que estaba latente. En un manifiesto un ejército romano de tres legiones en las profundi-
rebelde, los aliados proclamaron en Corfinio una nue- dades del bosque Teutoberg, cerca de Osnabruck: las
va capital llamada Itálica. La constitución que se legiones XVII, XVIII y XIX desaparecieron para
propuso se apoyaba sobre las mismas tradiciones polí- siempre de las listas del ejército. En los escritos que
ticas que en aquel momento rechazaban los presun- Au~usto dejó a su muerte, aconsejaba que no se
tos ciudadanos. La justificación de Roma no podía extendiese más el Imperio.
ser más elocuente, aunque esto no la disculpa de su Sin embargo, cuando era necesario, el Imperio se
falta de perspicacia al negar la ciudadanía. Sila do- extendía. Para proteger la península de los Balcanes,
minó la rebelión en una rápida y enérgica campaña, en el año 46 d. e., la región al sur del bajo Danubio
y mediante una serie de leyes se concedió igualdad fue convertida en las provincias de Tracia (Bulgaria
de derechos políticos a todos los itálicos. Italia dejó de :\feridional, Turquía y la costa griega del norte del
ser una confederación. Había pasado el tiempo de la mar Egeo) y de Mesia (Servia, Bulgaria Septentrio-
ciudad-estado, y ahora nacía una nueva idea. Cómo nal y la Dobrogea). Se añadió también la provincia
se desarrolló esta idea y cuáles fueron sus consecuen- de Bretaña. En el año 107 d. c. Trajano fundó la
cias, lo veremos más adelante. Drovincia de Dacia (Rumania) como baluarte para
El tercer hecho interesante es la conquista de la proteger' a Mesia, y en el oeste añadió otras que su
Galia y la organización de esta región llevada a cabo sucesor abandonó. Así, hacia fines del siglo n, se tra-
por Julio César durante los agitados años del 58 al zaron los límites del "círculo romano" --el Rin, el
49 a. e. Sus famosos Comentarios de la Guerra de las Danubio, Asia Menor, Siria, Palestina, Egipto, África,
Galias es el relato que él mismo hace de su obra. España, Francia, Bretaña- y Roma se encontró con
Cuando César entró en la Galia, el territorio bajo su 43 provincias que administrar. En el año 270 d. e.
gobierno abarcaba una provincia gálica muy peque- fue evacuada Dacia, y Diocleciano (284-305d. c.) reor-
ña. Cuando la abandonó, la provincia incluía Francia ganizó todo el Imperio, incluyendo a Italia, en 120
y Bélgica y él había "mostrado el camino" hacia Bre- distritos administrativos.
taña. La frontera italiana de los Alpes occidentales En la historia de la expansión imperial de Roma
estaba ya segura. debe considerarse que su móvil principal fue defen-
En cuarto lugar, todavía quedaba por cerrar el ex- sivo. A este móvil siguió inevitablemente el del co-
tremo oriental de los Alpes, lo que no se logró hasta mercio, y ambos se entremezclaron. En el siglo n
que Tiberio, que más tarde llegó a ser emperador, a. C. se alegaban a veces razones de seguridad con el
sostuvo largos años de lucha en el Rin y en el bajo fin de disimular la codicia y la ambición. Los dos
Danubio hasta asegurar definitivamente esta comar- primeros siglos de la Era Cristiana constituyen la épo-
ca; la provincia de Retia (la Suiza Oriental y el ca de asimilación, y a partir de entonces la conside-
Tiro!), Nórica (Austria) y Panonia (Carintia y Hun- raCión más apremiante fue la defensa propia. Roma
~:ría Occidental) formaron finalmente el baluarte del nunca luchó por imponer una idea política ni un
noreste. credo religioso. Con una generosidad única, respetó
Fue entonces cuando tuvo lugar la crisis decisiva siempre las instituciones, las ideas y los usos loca-
44 DE LA CIUD~ESTADO A LA REPÚBLICA DE LA CIUD~ESTADO A LA REPÚBLICA 45
les. Luchó para "imponer los modos de la paz", y proceso, ciertos elementos persistirán, en su mayor
por paz entendía el positivo beneficio de un orden parte, desde el principio de la República hasta su co-
establecido, garantía de la vida y de la propiedad, lapso. Estos elementos son, por ejemplo, el Senado,
con todo lo que estos beneficios significan. el pueblo, la magistratura y su desarrollo posterior, la
pro-magistratura. De un modo general, los magistra-
e) DE LA CIUDAD-ESTADOA LA REPúBLICA dos de las diversas clases y categorías constituyen
EN RUINAS el poder ejecutivo; los pro-magistrados son ex ma-
gistrados destinados a cargos especiales fuera de
Catón solía decir que nuestro Estado superaba a todos los Roma, como, por ejemplo, gobernadores de provin-
dem,ás .P?r su c~stitución;. en éstos, por regla general, cias o generales de ejércitos, nombrados para fines
un zndlvlduo habla estableCIdo, por medio de sus leyes e especiales. La historia constitucional romana es en
instituciones, su propia forma de Estado ... ; nuestro Es- gran parte la historia del lento cambio en los debe-
tado, por el contrario, fue el producto no del genio de res, la autoridad y las funciones de estos elementos
un hombre solo, sino de muchos; no de Ía vida de un hom- y en la relación existente entre ellos. Polibio estaba
bre, sino de varios siglos y épocas. El genio nunca ha en lo cierto al decir que la constitución romana des-
sido ta!l profundo como para hacer que a un hombre cansa en un equilibrio del poder, pero este equilibrio
determmado y en un momento determinado no se le se mantuvo de diferentes maneras en las diferentes
pase algo por alto; ni tampoco, si todo el genio estuviera
c?,:centrado en un hombre, podría éste tener tal previ- épocas. Finalmente sobrevino el fracaso. Y cuando
slOn como para abarcarlo todo en un momento determi- el Imperio reemplaza a la República, encontraremos
nfldo; se necesita /lna experiencia real a través de los que los elementos que proporcionan la mayor parte
tIempos. ClCERÓN del material con el que se ha de construir el edificio
son los mismos. Los romanos preferían tolerar apa-
Se debe a nuestro propio fracaso moral y no a un capri- rentes anomalías e incluso absurdos, confiar en la
cho de la suerte el que, si bien retenemos el nombre ha- sensatez, la comprensión y la moderación, observar
yamos perdido la realidad de una república. ClCERói..
el espíritu en lugar de la letra de la ley, y conservar
En el bosquejo que antecede se ha descrito el des- instituciones probadas y ya conocidas. Preferían esto
arrollo del poderío exterior de Roma. Ahora volvamos a llevar las cosas a conclusiones lógicas e inoperan-
tes, o a definir cuidadosamente en los artículos es-
al gobierno de la ciudad, de Italia y de las provin- critos de una constitución lo que era mejor decidir
cias, deteniéndonos en las cuestiones sociales sólo lo
indispensable. Echaremos una ojeada al proceso del por un compromiso, o a establecer nuevas institu-
ciones nacidas del impulso del momento. Les satis-
desarrollo de la constitución y a las modificaciones faCÍa más adaptar a los nuevos usos algo ya consa-
que ésta sufrió debido a las necesidades creadas por grado por la tradición, los sentimientos y la práctica.
la administración de posesiones allende los mares. Como clave de la explicación que sigue quizás
Examinaremos los métodos que Roma ensayó en un resulte útil esbozar las diversas etapas. En la pri-
principio para gobernar sus posesiones, y el fracasó
de estos métodos, y así podremos comprender por mera, que duró hasta las Guerras PÚDicas,los poderes
virtualmente autocráticos de los magistrados se fue-
qué se desmoronó la constitución que tan laboriosa-
mente había forjado, y veremos cómo fue reempla- ron reduciendo poco a poco a causa de la oposición
zada. En otras palabras, lo que nos interesa es el del "pueblo", por una parte, del Senado por otra.
proceso por el cual Roma se transformó de una ciu- Además, el "pueblo", o sean las familias plebeyas,
dad-estado en un Imperio. En la historia de este se afirmó en oposición al Senado, o sean las familias
46 DE LA CIUDAD-ESTAOO A LA REPÚBLICA DE LA CIUDAD-ESTAOO A LA REPÚBLICA 47
patricias. En la segunda etapa, la de las Guerras munidad como un todo. El rey ejercía un poder
Púnicas, el Senado, de hecho aunque no por dere- supremo (imperium), nombraba a los funcionarios,
cho, desempeñó un papel supremo, y su supremacía administraba justicia,. dirigía la guerra y disponía el
fue justificada; la magistratura era superior a la pro- culto religioso.
magistratura. En la tercera fase, el poder más fuerte El consejo de los cabezas de familia principales
fue la pro-magistratura. El Senado era casi impo- constituía el Senado. Estos cabezas de familia eran
tente por falta de autoridad constitucional; el pueblo miembros vitalicios y, en épocas normales, custodios
intentó hacer valer sus derechos con justificación, de las "cosas sagradas". Ofrecían consejo a los re-
en teoría. Pero desaprovechó la ocasión oportuna y yes sólo cuando se les consultaba; proponían al nuevo
su naturaleza misma había cambiado; además, inter- rey; pero no lo confirmaban como tal, a menos que
vinieron nuevos factores: una clase influyente de lo aprobara todo el pueblo.
hombres de negocios y una nueva aristocracia, más El pueblo sólo se reunía cuando se le convocaba
celosa que la antigua de los privilegios que ella mis- para oír las proclamas del rey, para tomar parte en
ma había combatido. En la cuarta etapa, el primer ritos religiosos y para ser testigo de determinados
Princeps (o emperador) recogió las enseñanzas de actos, como, por ejemplo, la distribución de la pro-
tres siglos de historia constitucional romana y, con piedad mediante testamento, que más tarde corres-
los restos de la fracasada república, edificó una es- pondió al derecho privado. Todos los datos de que
tructura de gobierno que duró durante dos siglos, al disponemos acerca de estos primeros tiempos son
menos como gobierno todavía romano en lo esencial. muy vagos. Igualmente oscuros son los cambios pro-
Ya nos hemos referido anteriormente a una espe- ducidos en Roma por la supremacía etrusca. Tene-
cie de "congregarse" o "habitar juntos" de pequeños mos noticias de una nueva organización de la totali-
grupos procedentes de diversas tribus para formar la dad del pueblo sobre bases militares, en la que los
ciudad de Roma. Nadie podría decir cómo se realizó terratenientes y los ciudadanos más ricos, que eran
esto y cuáles fueron las causas y las aportaciones los que disponían de medios para armarse, servían
de los elementos que la componían. La tradición y en las unidades de vanguardia. Pero el gobierno au-
una serie de deducciones razonables, partiendo del tocrático de los reyes etruscos provocó la expulsión
estudio de los testimonios históricos, sugieren que de la dinastía extranjera, y el título de "rey" fue
esta primitiva asociación era mantenida con débiles execrado para siempre.
lazos por intereses de comunidad expresados simbó- El poder del rey pasó a dos magistrados llamados
licamente en "ritos" comunes de religión, "comunión pretores-cónsules (o sea "jefes" que al mismo tiempo
en las cosas sagradas", communio sacrorum. La co- eran "colegas") y más tarde simplemente "cónsules".
munidad era gobernada por un rey, que fue gober- En épocas de crisis graves se confiaba el poder, aun-
nante patriarcal, funcionario o magistrado electo y que de hecho muy raramente, a un "dictador", que lo
sacerdote común de todo el pueblo. Uno de sus ejercía durante un período limitado y para un pro-
deberes más importantes consistía en "practicar los pósito específico, permitiéndose que los magistrados
auspicios", lo que en pocas palabras significa asegu- continuasen en sus puestos. Y así, con la creación
rarse que entre los dioses y la comunidad marchaban de los cónsules da comienzo ese curioso principio de
bien las cosas. Al parecer, los cabezas de familia "colegialidad", que perdura durante toda la historia
principales (patres) elegían un nuevo rey al que aqué- de la magistratura romana, principio según el cual
llos trasmitían las "cosas sagradas" de que eran los colegas que desempeñan un cargo tienen el de-
custodios, y la elección era confirmada por la co- recho de poner el veto a las propuestas de sus colegas.
48 DE LA CIUDAD-ESTADO A LA REPÚBLICA DE LA CIUDAD-ESTADO A LA REPÚBLICA 49
Por tanto, para hacer algo positivo era necesario que producida por las guerras. Éstos eran los "plebeyos".
los colegas estuvieran de acuerdo. Sin embargo, el Pero todos eran ciudadanos y miembros de la asam-
cambio no interrumpió la cadena: los cónsules blea; no existía distinción entre conquistadores y
"practicaron los auspicios" y conservaron su poder conquistados, entre los que gozaban de derechos po-
(imperium) e~ sucesión directa desde Rómulo. Los líticos y los que no gozaban de ellos. Lo que en
cónsules ejercían el poder durante un año; eran ele- realidad los separaba era la costumbre. Así sucedía
gidos por todo el pueblo en asamblea; de éste reci- que, de acuerdo con la constitución, los magistrados
bían su imperium, y el Senado ratificaba la elección. patricios proponían a los sucesores patricios para que
La posición del Senado no sufrió ninguna altera- fueran aprobados por la asamblea, y las disposiciones
ción. Lo más probable es que pronto se aumentara el propuestas por los magistrados patricios habían de
número de senadores con la admisión de nuevos cabe- ser ratificadas por los patres. Pronto se manifestó
zas de familia; y es indudable que por durar los el descontento. Los plebeyos decidieron celebrar re-
cónsules un año en el poder y por ser su puesto de uniones en los "comicios" de la plebe, que funciona-
carácter colegiado crecía la influencia del Senado, ban irregularmente y fuera de la constitución. El
porque era permanente, mientras que los magistrados principal motivo de queja era el poder ilimitado de
cambiaban. los cónsules. La lucha que sobrevino puede esbozarse
La historia de los dos siglos siguientes es la his- sólo en líneas generales, pero es importante observar
toria de los conflictos y las maniobras en torno al que el propósito de los plebeyos no era atacar para
poder. Poco después de la expulsión del último rey, obtener privilegios, sino solamente defenderse. Se ob-
el descontento, ya latente haCÍa largo tiempo, estalló tuvo la promesa de que dentro de la ciudad no se
en franca conflagración. A esta lucha se le da el ejecutaría a ningún romano condenado a muerte sin
nombre, no muy exacto, de la lucha de las "clases". apelar antes al pueblo, aunque en el s~rvicio activo
Como hemos visto, es imposible conocer la organi- la disciplina podría requerir medidas diferentes. La
zación de la comunidad romana en los primeros tardanza en cumplir esta promesa fue causa de una
tiempos. Pero por lo menos es evidente que entre amenaza de los plebeyos, que en parte se realizó, de
los elementos que la formaban existían familias acau- fundar una ciudad rival. Esta decisión hizo que los
daladas, dueñas de tierras, rebaños y casas, apoya- patricios, que necesitaban hombres para el ejército,
das por una tradición y porque ellas habían dado otorgaran una concesión de importancia trascenden-
los caudillos en las guerras y habían soportado las tal. Los plebeyos tendrían magistrados anuales espe-
cargas impuestas por éstas. Estas familias tenían sus ciales, llamados "tribunas del pueblo", al principio
raíces en la ti.erra. Sus hombres eran agricultores dos y más tarde diez. Los tribunas habían de ser
y soldados y se les daba el nombre de "patricios". elegidos en los comitia, o sea por plebeyos solamen-
Pero existía aún otro tipo de familias. Algunas con- te. Pero al principio, el tribuna, al igual que los co-
vivían con las familias principales, de las que depen- micios, se consideró estrictamente fuera de la consti-
dían; otras estaban formadas por terratenientes, co- tución. No se le concedió imperium, sino un poder
merciantes y artesanos, pues en la época del gobierno limitado especial (potestas) para ayudar a los plebe-
etrusco Roma llegó a convertirse en centro comer- yos contra los actos concretos de un magistrado pa-
cial, con actividades mercantiles por mar y tierra. tricio; su persona era inviolable; él convocaba la
También había fugitivos de las colonias circunvecinas asamblea de la plebe y los invitaba a adoptar resolu-
y miembros de las tribus cercanas, atraídos por el ciones. Más tarde, como veremos, se concedieron al
comercio o arrastrados hasta allí por la confusión tribuna amplios poderes de veto, en todos los sectores

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50 DE LA CIUDAD-ESTAOO A LA REPÚBLICA DE LA CIUDAD-ESTAOO A LA REPÚBLICA 51
del gobierno, y, todavía más adelante, el poder de los cabe duda de que los patricios esperaban también
tribunas fue un factor esencial del poder de los em- reducir los poderes del consulado antes de tener que
peradores. cederlo a los plebeyos.
A continuación vino una petición para restringir El resto de la historia puede rela tarse brevemen-
el poder del cónsul por medio de la ley, a la cual se te. Entre los años 367 y 287 a. C., los plebeyos obtu-
contestó con la promesa de redactar y publicar un vieron las siguientes concesiones: un plebeyo desem-
código de leyes. Este código es el de las célebres peñaría uno de los consulados; los plebeyos podrían
Doce Tablas, que probablemente no hizo más que tener acceso al "colegio sagrado" del sacerdocio; los
expresar públicamente lo que ya existía como usos plebiscitos ya no requerían la ratificación de los pa-
establecidos; pero fue un acontecimiento de enor- tres. La lucha había terminado, pues la asamblea
me significación en la historia del derecho y de de la plebe ya era, en teoría, el poder "soberano".
Europa. Las familias patricias continuaron en sus puestos,
y aquí comienza otra nueva lucha en la que los pero si todavía ejercían algún poder era gracias a
tribunas abandonaron el papel pasivo de "protecto- su prestigio e influencia moral, no por la ley. Ahora
res" para dedicarse activamente a conseguir cambios eran los plebeyos el elemento preponderante en el
en la constitución, pues Roma crecía, y el elemento Estado, tanto por su número como por su riqueza.
plebeyo adquiría cada vez mayor importancia. La Teóricamente, ellos tendrían el poder en el futuro.
palanca más poderosa para provocar cambios surgió Se conservó el tribuna do, aunque ya no era ne-
cuando, en el año 449 a. C., los tribunos lograron que cesario, puesto que había cumplido su misión origi-
las resoluciones de su asamblea (es decir, sólo parte nal. Pero ciento cincuenta años más tarde se utilizó
del Estado, bien que la parte mayor) afectasen a para nuevos y siniestros propósitos, como arma en
todo el Estado (bajo ciertas condiciones desconoci- una nueva lucha entre una clase gobernante, princi-
das para nosotros). El primer "plebiscito" garantizó palmente plebeya, y un nuevo pueblo de menos valer.
la institución permanente del tribunado como parte En el año 287 a. c. todo parecía dispuesto para un
de la maquinaria del Estado. Pronto se reconoció el gobierno del pueblo, pero esto no había de realizarse.
matrimonio entre miembros de "clases" diferentes. Las Guerras Púnicas envolvieron a Roma y fue neo
La siguiente petición exigía un cónsul "plebeyo". cesario encauzar todas las energías para otros fines
Los patricios respondieron sugiriendo que se suspen- distintos de los cambios políticos. Es dudoso que
diera temporalmente el consulado y que se nombraran de haberse producido un prolongado período de paz
seis "tribunas consulares" con poderes consulares, se hubiera podido despojar al Senado de la supre-
procedentes de cada una de las clases. El "consu- macía que después conoció, pues era fuerte y la
lado" se salvó, pero durante cincuenta de los sesenta dirección que ejercía, enérgica. Pero el hecho es que
y ocho siguientes (es decir, hasta el año 366 a. c.), vinieron doscientos años de guerra, y que la expe-
los plebeyos lograron que su petición respecto a los riencia, la prudencia y la tenacidad requeridas para
tribunas consulares fuese atendida. También consi- soportar épocas de tensión y peligro residía en el Se-
guieron acceso al cargo de quaestor, o sea ayudante nado. Su superioridad moral le dio la supremacía
del cónsul. Los patricios tomaron nuevas contrame- en la dirección de todos los asuntos.
didas creando el cargo de censor. Indudablemente, Al producirse la primera Guerra Púnica, la natu-
con el aumento de la población y de los territorios raleza y la composición del Senado, en comparación
adquiridos por la guerra, la tarea de confeccionar con los primeros días de la República, había cam-
los censos era cada vez más importante; pero no biado. Como sucesores de los reyes, la tarea de nom-
52 DE LA CIUDAD-ESTADO A LA REPÚBLICA DE LA CIUDAD-ESTADO A LA REPÚBLICA 53
brar a los senadores correspondía a los cónsules; el requerían decisiones rápidas y continuidad en la po-
principio de la "colegialidad" as(~;uraba cierto grado lítica del gobierno; a menudo había que redactar
de responsabilidad en la elección. Después la t•.uea tratados y asignar provisiones precipitadamente. Entre
se transfirió al censor, pues era na !t1ral que el cón- sus miembros se encontraban soldados y estadis-
sul no eligiera al hombre a quien. como senador, tas dotados de amplia experiencia y conocedores de
tendría más tarde que consultar. Pronto, por una las "regiones extranjeras". Y así fue estableciéndose
costumbre que acabó por transformarse en ley, to~os un precedente tras otro. La "opinión del Senado" se
los magistrados -y en esta época había ya vanos convirtió en "el decreto del Senado". Como orga-
grados de magistrados electos inferiores al de cón- nismo, el Senado ya no se limitaba a discutir el
sul- pasaban al Senado, y así, por medio de la ma" problema expuesto por el magistrado, sino que era
gistratura, los plebeyos ingn;~saronen sus filas. Por el iniciador de la discusión, y así fueron a parar a sus
tanto, el Senado era principalmente un organismo manos prácticamente todos los asuntos del Estado.
de hombres que habían sido elegidos por el pueblo Su manera de conducir los asuntos durante los años
para diversas magistraturas, habie~do estado en c~n- más duros de la guerra fue en general excelente;
tacto con él al presentar su candIdatura para dIfe- si más tarde decayó su alto nivel de eficacia e inte-
rentes cargos. Una vez terminada su función pública, gridad moral, fue por razones que vamos a consi-
ingresaban en la asamblea deliberante para poner su derar ahora.
experiencia al servicio del Estado. De este modo, la Roma adquirió supremacía en Italia, en parte por
perspectiva de un puesto permanente en el Senado la guerra y en parte por haber sabido aprovechar
quedaba abierta al candidato afortunado que desem- bien la desunión entre las diferentes tribus a las que,
peñaba algún cargo cada año. El desempeño de car- una por una, fue reuniendo en una confederación. Por
gos llegó a ser tanto un medio como un fin, siendo, cuantos medios tuvo a su alcance, Roma procuró
por consiguiente, apreciado por motivos disti~tos de que las tribus acudieran a ella en busca de ayuda y
los de otro tiempo, aunque el consulado fue SIempre ventajas, en lugar de ayudarse unas a otras. Sus
un honor codiciado por sí mismo. De este modo vecinos más próximos fueron incorporados como ciu-
apareció un nuevo rango social o, si se tiene en cuen- dadanos de su organismo político. Concedió a algu-
ta que el l"érmino nada tiene que ver con el naci- nas tribus una ciudadanía restringida que confería
miento, una nueva nobleza: la de los que habían derechos de comercio, a la par que la garantía de
ejercido cargos públicos. El origen patricio era ahora estos derechos por la ley, y libertad para unirse en
sólo cuestión de orgullo personal; la nueva "nobleza" matrimonio con ciudadanos romanos. Otras estaban
gozaba de la estiD1ació~pública y se sentía orgullosa, ligadas a Roma por diversos tratados de alianza,
a veces con el exclusivismo del recién llegado, de que comprendían deberes y privilegios y concedían
sus responsabilidades y posición. Mientras tanto, la independencia para administrar los asuntos internos.
magistratura fue uniéndose cada vez más estrecha- Para guardar las costas y los caminos, se instalaron
mente al Senado, pues el magistrado podía llegar a en algunos puntos de Italia colonias de ciudada-
ser senador algún día; aquél lo consultaba con más nos romanos, que fueron como vástagos de Roma. En
deferencia. otros sitios se concedieron a las "municipalidades",
Las exigencias de la guerra revelaron al Senado o sea las poblaciones autóctonas, todos los derechos
como la única fuerza capaz de dirigir. Era difícil políticos. Ambos tipos de comunidad gozaban de una
reunir al pueblo; el Senado estaba a mano y funcio- autonomía bastante amplia en los asuntos internos.
naba con facilidad por tener pocos miembros. Se Se podían llevar a Roma apelaciones contra los ma-
54 DE LA CIUDAI>-ESTADO A LA REPÚBLICA DE LA CIUDAI>-ESTADO A LA REPÚBLICA 55
El reto a la constitución se lanzó trece años des·
~istrados locales. Se enviaba a los prefectos para
Juzgar causas, tanto en las ciudades como en los dis- pués de la destrucción de Cartago en el año 146 a. c.
tritos rurales; los prefectos representaban al pretor Partió del tribunado, cargo que ostentaba entonces
de Roma, que era el principal magistrado judicial. Tiberio Graco. Su programa abarcaba medidas para
Pero cuando se anexaron tierras fuera de Italia contrarrestar la despoblación del campo y para de-
fue necesario adoptar diferentes medidas. En un tener la decadencia de la agricultura, males ambos
principio Roma, en general, se resistía a "crear" una debidos a la guerra. Pero para tener éxito, Tiberio
necesitaba más de un año, y le era forzoso anular el
"p.rovi~cia"; se contentaba con el desarme y las con- veto de sus colegas en el tribuna do a quienes el Se-
trIbUCIOnes,como sucedió en Macedonia el año 167
nado había atraído a su lado. Ni lo uno ni lo otro
~. c..La "provincia" implicaba la anexión y la anexión podía realizarse sin violar la costumbre. Tiberio Gra-
I~phcaba un gobernador romano. Pero después del co destituyó a sus colegas, dando así a sus enemigos
ano 146 a. C., Roma ya no dudó. Cerdeña y Sicilia,
una vez conquistadas, habían sido confiadas a un la oportunidad de denunciarIo como usurpador de un
pretor. Pero los pretores eran necesarios en la me- poder autocrático. Según se afirmó más tarde, cayó
víctima de la violencia que él mismo había desata-
t~ópoli. Por tanto, después del año 146 a. C., se adop- do. Sus sucesores tuvieron en cuenta las enseñanzas
to un plan que ya tema precedente. El imperium de
los cónsules se había prolongado a menudo para ha- proporcionadas por su fin. Había planeado la cues-
cer frente a una emergencia militar, y entonces se tión: "¿Dónde reside la soberanía?", y pereció. Así
deCÍa que los que desempeñaban el mando actuaban pereció también, nueve años después, su hermano
pro consule, es decir, en nombre del cónsul. Desde Cayo, que primero intentó ampliar el Senado intro-
el año 146 a. C., se confirió a los procónsules y pro- duciendo nuevas fuerzas, y terminó proponiendo que
pretores amplio imperium y se les envió a que gober- se otorgara parte de los poderes de éste a la nueva
nasen de acuerdo con "el estatuto de la provincia", clase influyente de hombres de negocios y tratando
que era redactado por una comisión del Senado de ganarse al populacho de Roma vendiendo grano a
definiendo la condición jurídica de las diversa~ bajo precio. Cayo Graco intentó también llevar ante
comunidades, fijando las fronteras y las tarifas de un tribunal, que no fuera el Senado, a los gobernado-
res que administraban mal las provincias. Fue tri-
l<?simpuestos y el sistema local de gobierno, y san-
CIOnando el uso de las leyes locales. Los estatutos b~no durante dos años, y presentó sus proyectos
se redactaban con un espíritu generoso, en parte dIrectamente al pueblo, al que al principio tenía
porque Roma no deseaba el peso de una administra- fascinado; pero también fue asesinado. He aquí otra
ción sobrecargada de detalles y en parte porque era enseñanza; se podía levantar al pueblo, que una vez
de un natural magnánimo. Todo dependía de la levantado quizá consiguiera su objeto momentánea-
forma en que el gobernador observara y cumpliera mente; pero el tribunado, que careCÍa de un poder
las disposiciones estatuidas, así como de su sentido militar que lo apoyase, no podía mantener estas con-
del honor, pues abundaban las ocasiones para la mala quistas frente a una resistencia .
administración y el propio engrandecimiento y era .La época que sigue es la época de grandes perso-
difícil obligarIe a rendir cuentas. ' naJes que se esfuerzan por alterar la maquinaria del
gobierno para adaptarIo a las nuevas necesidades
~hora volv.am.osa Roma y esbocemos muy por que tiene que encarar, preservando, sin embargo, pa-
enCIma las pnncIpales características del período de
la revolución, es decir, más o menos de los últimos cientemente, hasta donde fuera posible, los antiguos
cien años de la República (hasta el 31 a. c.). elementos. Pero con frecuencia prevalecía la impa-
56 DE LA CIUDAD-ESTADO A LA REPÚBLICA DE LA CIUDAD-ESTADO A LA REPÚBLICA 57
ciencia, impaciencia que llegaba a la exacerbación :10 era el mismo que había justificado su autoridad
con las rivalidades personales que surgieron como ~xtraoficial durante las Guerras púnicas. Ahora el
resultado de las pretensiones antagónicas de los que Senado era ineficaz y egoísta, preocupado únicamen-
querían modificar el gobierno para satisfacer su am- :e de llenarse los bolsillos con la explotación de las
bición o las demandas de los ejércitos adictos. Pues, :::rovincias. Pronto se abolieron los cambios consti-
en medio de la violencia de las pasiones, la lealtad ~ucionales, aunque quedó gran parte del aparato ju-
al Estado, tal como se entendía en los viejos tiem- ::icial y administrativo de Sila, que merecía con-
pos, había sido olvidada. Los ejércitos victoriosos, ~ervarse.
formados por soldados con largos años de servicio, En el año 62 a. C., Pompeyo regresó del Oriente,
eran ahora adictos a su general, que a su vez era donde había ejercido el poder que el pueblo romano
fiel a las demandas de su ejército que reclamaba le había confiado especialmente. Para que su obra
pensiones, pensiones que significaban tierras. Las ne- le organización se estableciera sobre bases durade-
cesidades del Estado eran de importancia secundaria, ,as, no necesitaba más que la ratificación de "sus
y, en efecto, su única salvación consistía en el pre- :'octos"; pero imprudentemente (a juzgar por el cri-
cario equilibrio entre la fidelidad de los ejércitos a terio de la época), Pompeyo había licenciado su ejér-
los generales y la de los generales al Estado. Y como ~ito. Su obra no fue ratificada hasta que Julio César
el gobierno no era digno de lealtad y los generales acudió en su ayuda y apremió al gobierno. Pero Cé-
tenían que tener en cuenta a otros generales rivales, sar exigió su recompensa: Pompeyo debía conseguirle
este equilibrio rara vez se lograbet. :m mando duradero en Galia, con el fin de continuar
El cambio en la actitud del ejército fue principal- la consolidación de la frontera, que el propio Mario
mente o;,ra de Mario, que creó un ejército profesio- había iniciado. Nueve años permaneció Julio César
nal formado por soldados con un período de servicio en esta frontera, Francia y Bélgica fueron incorpo-
largo, y equipado y adiestrado según nuevas normas, ,a das al Imperio y se tomaron las primeras medidas
para hacer frente a la amenaza de las tribus germá- :Jara civilizarlas. Fue ésta la obra de un general en
nicas del otro lado de los Alpes. A partir de entonces, 'efe y de su ejército, no del pueblo y del Senado de
el ejército reclutado en los países del Mediterráneo Roma. ¿Quién entonces tenía derecho para dirigir
dependió de su general. El antiguo ejército de Ita- el gobierno? César contestó la pregunta en su favor,
lia compuesto principalmente de ciudadanos había ~omo antes lo había hecho Sila; pero Sila pudo con-
desaparecido para siempre. El nuevo ejército fue rar sólo con el apoyo de una minoría, y Pompeyo,
siempre un arma poderosa, pero, desde el punto de aunque la elección del mando que se le había confiado
vista del Estado, en sus principios fue un arma de do- :10 dejaba lugar a duda, había rehusado aprovechar
ble filo. No se acertó con el método conveniente la oportunidad. Fue César el que se dio cuenta de
para manejarIo hasta la época de Augusto. que, aunque tuviera que luchar, podría vencer si con
Sila lo utilizó con dos fines: en primer lugar, para su programa de proyectos se atraía la simpatía de la
hacer desaparecer la amenaza de los enemigos ex- :nayoría.
tranjeros y la de los aliados itálicos; en segundo Mientras César permaneció en Galia, el Senado
lugar, para imponer a Roma lo que nunca habían había observado con alarma su creciente influencia,
tenido: una constitución escrita y el reconocimiento \" había recurrido a incesantes maniobras para res-
legal de la supremacía del Senado. Hecho esto, Sila carle poder. Los agentes de César, los tribunos que le
abandonó el poder para observar de lejos el funcio- eran leales, sus amigos y todos aquellos que le de-
namiento de su constitución. Pero ahora el Senado bían, o esperaban adquirir por su mediación rique-
58 DE LA CIUDAD-ESTADO A U. REPÚBLICA DE LA CIUDAD-ESTADO A LA REPÚBLICA 59
zas O ascensos, hicieron fracasar estas maniobras. solo año, b) el que su vecino de la provincia contigua
Pero el Senado había logrado al fin atraer a Pom- tuviera un poder igual, aunque esto podía ser más
peyo, que ahora desempeñaba muy a gusto el papel bien una provocación que un freno. Pero la limi-
de campeón de aquel cuerpo, y a quien éste había tación que suponía la corta duración del cargo fue
puesto al frente de su ejército. César comprendió lo suprimida por el mismo pueblo, que votaba la conce-
que sucedía, y con su ejército cruzó el Rubicón, en sión de cargos de larga duración a muchos generales,
el norte de Italia, iniciando así la guerra civil. los convertía en comandantes en jefe, exigía sus ser-
En un plazo increíblemente breve, César dispersó vicios en todas ocasiones como héroes populares, y
el ejército de Pompeyo, persiguiendo parte de él debilitaba así la única restricción que todavía que-
hasta España, y derrotando el resto en el año 48 a. c. daba: las leyes contra el mal gobierno y los procesa-
La "clemencia" de César asombró al mundo. mientos para imponer dichas leyes. Entre las rivali-
Durante cuatro años, César dirigió el Estado, y en dades de partido, el clamor del pueblo en apoyo de
el año 44 a. c. fue asesinado porque empezaba a eri- sus favoritos y la voracidad y la ambición de los
girse como "rey" en la República. Del mismo modo, propios gobernadores, estas leyes resultaban de poca
Cayo Graco había sido asesinado noventa años an- eficacia. He aquí dónde ha de buscarse la causa de
tes. De la legislación de César no diremos nada, salvo la caída de la República. Hasta que se estableció el
que demostró que comprendía la necesidad de una Imperio no se descubrió a) el medio de conseguir
nueva política en las provincias, de la ampliación de gobernadores leales, b) que la verdadera política ro-
las bases del gobierno en la metrópoli y de la orga- mana respecto a las provincias no debía consistir en
nización económica de Italia. Pero no creó una cons- una explotación, sino en una autonomía local inspi·
titución nueva, ni ninguna teoría para justificar su rada por una lealtad romana. Hay otros problemas
poder o para orientar a su sucesor; y, sobre todo, no de gran interés, en especial la cuestión agraria -la
se esforzó por ganarse la simpatía imaginativa de su situación de la agricultura, la despoblación del cam·
época. Su sobrino e hijo adoptivo, Octavio, conocido po y el desplazamiento hacia las ciudades, especial-
más tarde por el nombre de Augusto, gobernó duo mente a Roma, donde un populacho ocioso exigía
rante cuarenta y cinco años. dádivas cada vez mayores-, la cuestión de la rehabi-
Los problemas políticos, sociales y económicos de litación de los veteranos, el fracaso del soldado como
este último siglo son de gran interés, y entre el ma- campesino, y la escasez de tierras. Esta última cues-
terial para el estudio de algunos de ellos se encuentra tión afectaba profundamente a las "aliados" itálicos, y
una obra fascinante: las cartas de Cicerón. El pro- fue causa de la "Guerra de los Aliados" (véanse las
blema principal, como es natural, es la debilidad páginas 41-2), pues al itálica le preocupaba poco la
del gobierno central respecto a los gobernadores pro- cuestión de votar, pero le preocupaba mucho el temor
vinciales, que estaban en las provincias para ejecutar de verse desposeído para hacer sitio a un soldado li·
los deseos del gobierno de la metrópoli. Hemos visto cenciado. Sólo la ciudadanía romana podía salvarlo.
que el principio de compartir el poder, o colegialidad, Luchó por 10grarIa y la consiguió. Finalmente, existía
debilitaba a los magistrados, es decir, al ejecutivo, el problema del rápido aumento de la riqueza, y de
respecto al organismo legislativo. Ahora el goberna- la igualmente rápida decadencia de las antiguas nor-
dor provincial tenía imperium, o sea, la misma clase mas de conducta pública y privada. La vida política
de poder que los cónsules en la metrópoli, pero no llegó a una corrupción hasta entonces desconocida.
tenía colega y, por tanto, los únicos factores que res- Los doce años que siguieron vieron el mundo di·
tringían su poder eran a) el que su cargo durase un vidido en partes organizadas unas contra otras por

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60 DE LA CIUDAD-ESTADO A LA REPÚBLICA

generales y partidos rivales. La contienda, que con·


sumió miles de las vidas más valiosas de la época y III
dejó el Occidente agotado, terminó con la batalla de
Accio en el año 31 a. C., cuando Octavio al fin derrotó a) LAS NUEVAS COSTUMBRES
a Marco Antonio y Cleopatra. Por fin llegó la era de Y LAS ANTIGUAS
paz y de orden tan ansiada por el pueblo durante
siglos. Más adelante veremos, primero, por qué la ¿Qué queda de las viejas costumbres en que, según dijo
batalla de Accio fue una de las grandes crisis deci- Ennio, estaba arraigado el Estado romano? ClCER6N
sivas en la historia; segundo, qué empleo hizo Oc-
tavio, que de aquí en adelante llamaremos Augusto, ¿ Cómo fue que las costumbres romanas perdieron su
de su largo reinado. ascendiente?
Sin duda, las nuevas costumbres se debían a la in·
fluencia del pensamiento y del modo de vida de los
griegos; y hay que tener en cuenta que por "griego"
debemos entender no la suprema expresión del ge·
nio helénico, tal como se manifiesta en cuatro o cinco
de los grandes autores de los siglos v y IV a. e., sino
la cultura que se difundió por todo el Mediterráneo
oriental, cultura cuya fuente principal de inspiración
era la gran época de Atenas. Esta cultura se había
apoderado de los aspectos menos importantes porque
era incapaz de alcanzar en su emulación la altura de
los momentos cumbres. Había adulterado el lenguaje,
la literatura y el carácter griegos. Podían adquirirse
las obras griegas y muchos las leían; pero los griegos
que los romanos empezaban a tratar en su vida co-
tidiana ya no eran siempre como los atenienses del
siglo v. Aunque los romanos aprovechaban las capa·
cidades artísticas y profesionales de estos nuevos
griegos, en general los despreciaban por su carácter,
y los despreciaban sobre todo porque no habían sa-
bido ser dignos de su pasada grandeza.
Al estudiar la relación entre dos culturas, no es
posible evitar las metáforas, aunque sean peligrosas.
"Influencia" significa, evidentemente, "un fluir hacia
dentro". Pero lo curioso es que las nuevas ideas
fueron importadas deliberadamente por la mentali-
dad romana, que se sentía atraída hacia ellas. A
veces decimos de un hombre que "asimila" las ideas
de otro, lo que estrictamente significaría que absorbe
ideas ajenas, la••convierte en algo que no es lo mismo
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