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Torres Carrasco
con la colaboración de
CLAUDIA GUZMÁN LOAYZA
Problemática
de las juntas generales
en la jurisprudencia societaria
DIÁLOGO
CON LA
JURISPRUDENCIA
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS
GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA
SOCIETARIA
PRIMERA EDICIÓN
ENERO 2009
10,050 Ejemplares
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN
TOTAL O PARCIAL
DERECHOS RESERVADOS
D.LEG. Nº 822
ISBN: 978-612-4038-01-3
DIAGRAMACIÓN DE CARÁTULA
Martha Hidalgo Rivero
DIAGRAMACIÓN DE INTERIORES
Isidro Retamozo Marca
CAPÍTULO I
(1) Sin excluir a las personas jurídicas como sujetos de derecho que pueden intervenir en la conformación de los órganos
societarios, puesto que la ley les permite ser socios o administradores.
(2) Aunque, claro, existe la posibilidad de que en el estatuto o pacto social se establezca que la gerencia sea designada por
la junta general o, también, que no exista directorio y la gerencia general asuma esas funciones, como podría suceder en
la sociedades anónimas cerradas (art. 247 de la Ley General de Sociedades).
(3) Como puede advertirse, nuestra legislación societaria actual –a diferencia de la anterior–, en un intento de hacer más
sencilla la práctica social, ha obviado cualquier referencia de lo que en otras legislaciones (como la argentina, por ejem-
plo) se conoce como consejo de vigilancia, medida que se ajusta más a las necesidades actuales.
(4) El mandato es una de las modalidad de los contratos típicos de prestación de servicios (los otros son la locación de
servicios, el contrato de obra, el depósito y el secuestro). En nuestro país se encuentra regulado en los artículos 1790 al
1813 del Código Civil.
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(5) CABANELLAS DE LAS CUEVAS, Guillermo. Derecho societario. Tomo IV. Editorial Heliasta. Buenos Aires, 1996.
p. 17.
(6) Ibídem.
(7) ELÍAS LAROZA, Enrique, Derecho societario peruano. Editora Normas Legales. Trujillo, 2002, p. 248.
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PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
Aquí resulta evidente que estas personas naturales no son administradores ni man-
datarios de los socios sino del ente jurídico”(8).
Como es de entenderse, la variedad de intereses en juego mantienen viva la po-
sibilidad de un conflicto entre los diversos órganos, controversias ocasionadas por
las voluntades particulares de los socios, directores o administradores que desean
hacer más provechosa su intervención en los asuntos relacionados con la sociedad.
Algunas de estas situaciones son las que serán desarrolladas más adelante.
Entendiendo la naturaleza jurídica que le corresponde a los órganos societarios,
cabe reiterar que en nuestra legislación societaria se ha optado por establecer que
los órganos sociales son:
i) La junta general de accionistas, que es el órgano que expresa la voluntad
social.
ii) El directorio, que es el órgano administrador de la sociedad. Sus faculta-
des, competencia y concepto han sido recogidos en diversas oportunidades
a nivel jurisprudencial. Por ejemplo, en la Res. N° 440-96-ORLC/TR J1 y
en la Res. N° 240-2001-ORLC/TR J2 así como en la Cas. N° 1008-2006-
Lambayeque J3 .
iii) La gerencia, que es el órgano ejecutor de la sociedad.
De estos pasaremos a ocuparnos del primero, que es materia de nuestro trabajo.
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PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
CAPÍTULO II
(9) Salvo cuando, claro está, la voluntad individual de un socio o de un grupo de estos afecta los intereses sociales.
(10) ELÍAS LAROZA, Enrique. Ob. cit., p. 248.
(11) VERÓN, Alberto Víctor. Manual de sociedades comerciales. Tomo III. Editorial Abaco, p. 385.
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MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
(12) Es preciso destacar la similitud del artículo 111 de nuestra norma nacional con el artículo 93 de la Ley de Sociedades
Anónimas española, que establece:
“1. Los accionistas, constituidos en junta general debidamente convocada, decidirán por mayoría en los asuntos propios
de la competencia de la junta.
2. Todos los socios, incluso los disidentes y los que no hayan participado en la reunión, quedan sometidos a los acuer-
dos de la sociedad”.
Salvo acertadas acotaciones de nuestra ley al definir a la junta general como“órgano supremo de la sociedad”y al incluir
el requisito del quórum necesario para la toma de acuerdos, la semejanza de redacción permite colegir la manifiesta
influencia española en el legislador peruano en cuanto a esta materia.
(13) GARRIGUES, Joaquín. Curso de Derecho Mercantil. Tomo II. Editorial Temis. Bogotá, 1987, p. 190.
(14) Ibídem, p. 191.
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PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
junta general de accionistas está limitada por el respeto a las bases esenciales
de la sociedad, representada principalmente por el interés de los socios.
Como puede apreciarse, nuestra legislación societaria atribuye a la junta gene-
ral de accionistas el poder de configuración de la voluntad social, es decir, la volun-
tad única de la persona jurídica y no de los socios que la componen. Esta voluntad
se materializa cuando los titulares de acciones con derecho a voto se reúnen (pero
no bajo cualquier circunstancia, sino bajo las señaladas por la ley) y deciden por
mayoría de votos ciertos asuntos dentro del marco de competencia de la junta.
Al señalar la norma que la validez del acuerdo depende del ámbito de compe-
tencia de la junta, establece que la junta no es competente para todo, en otras pala-
bras que a pesar de ser manifestación de la voluntad, esta voluntad tiene límites que
debe respetar:“Los órganos de gobierno de las distintas sociedades no actúan dentro
de una esfera absoluta de libertad; sus atribuciones deben ejercerse respetando las
limitaciones que surgen del orden jurídico (…) el órgano de gobierno debe respetar
no solamente el contrato social sino también elementos tales como el reglamento,
los actos de otros órganos, cuando correspondan a ámbitos en los que tales órganos
tienen supremacía y aun las reglas que hacen a la estructura jurídica interna de la so-
ciedad y que resultan de actos de los representantes convencionales de la misma”(15).
Entonces, ¿cómo es que en el artículo 111 de la Ley General de Sociedades se
define a la junta general de accionistas como el órgano supremo de la sociedad? Lo
que sucede es que el regentar el gobierno de la sociedad no convierte a la junta ge-
neral de accionistas en una especie de autoridad arbitraria, muy por el contrario, las
decisiones adoptadas por la junta siempre se dirigen a la consecución de satisfacción
del interés social(16).
En este sentido, interesante ha sido la tarea de la doctrina al intentar darle un
calificativo exacto; por un lado Broseta Pont, por ejemplo, la define como un órga-
no soberano, pero no omnímodo; mientras que entre los nacionales Elías Laroza y
Hundskopf prefieren tildarla de órgano supremo.
A pesar de la similitud en las calificaciones, sus alcances no son los mismos,
“soberano” refiere a quien posee la autoridad suprema e independiente; mientras
que “supremo” significa que no tiene superior en su línea. La acepción “omnímodo”
va mucho más allá pues indica al que todo lo puede.
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MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
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PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
(18) Cabe preguntarse acerca de la validez de una cláusula estatutaria que prohíba rotundamente cualquier modificación del
contrato social o del estatuto; tal posibilidad es inaceptable, por varios motivos: el primero de ellos es que la misma Ley
General de Sociedades brinda los mecanismos para realizar las referidas modificaciones considerándolas necesarias para
el desenvolvimiento de la economía y el mercado (recordemos que en la décima disposición transitoria la ley castigaba
con la extinción a las sociedades que no habían inscrito ningún acto jurídico en el Registro), de otro lado, el dinamismo
del tráfico comercial hace imposible la total inalteración de una organización societaria.
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MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
estructura societaria, si bien es cierto que hasta ahora concebimos a aquella como el
órgano supremo, durante el siglo XIX sus facultades se extendían mucho más, lle-
gando a ser imprescindible su presencia para la toma de cualquier clase de decisión,
incluso aquellas que no suponían un trámite especial.
Como es de comprenderse se presentaban numerosas dificultades que incidían
en el escaso dinamismo de la sociedad, o su poca participación en el mercado. Una
alternativa a este problema sugería expandir las facultades de los administradores
como órgano que subordinado a la junta general cumpliera un rol permanente en la
marcha de la sociedad y en su gestión cotidiana.
A pesar de lo mencionado, y de la diferencia formal entre los órganos de go-
bierno y los de administración, la distinción entre ellos no es tajante, pues depende
mucho del tipo social específico. Por ejemplo, en una sociedad capitalista la rela-
ción entre ambos órganos no es tan próxima, mientras que en la sociedad de perso-
nas las funciones de uno y otro pueden llegar a confundirse; es más, inclusive en un
sociedad anónima cerrada, por sus peculiares características, la administración está
directamente controlada por sus socios.
Actualmente, sin embargo, en las empresas de accionariado difundido y más
aún las que cotizan en bolsa, el propósito de sus integrantes o de la mayoría de ellos
es meramente especulativo. No existe un interés real por la marcha de la sociedad en
cuanto a organización interna se refiere. Es decir, los accionistas en su mayoría solo
esperan la distribución de los dividendos y utilidades para ver satisfecho su interés.
De esta realidad colegimos que va generándose gradualmente una inversión de los
papeles que a cada órgano corresponde; el directorio o la gerencia, por el propio
desinterés de los socios, se invisten de mayores atribuciones constituyendo el verda-
dero gobierno de la sociedad.
Esta problemática actual ocasiona múltiples conflictos entre socios y adminis-
tradores, llegando estos incluso, a desplazar a aquellos en sus decisiones y faculta-
des directivas. “Los inconvenientes de dar prevalencia a los administradores en el
marco del citado conflicto resultan de que, si los administradores dirigen ineficaz-
mente a la sociedad, tendrán dificultades para obtener fuentes externas de financia-
miento. El recurso de los medios generados por la propia sociedad puede perpetuar
no solo su permanencia en la dirección de la sociedad, sino también la expansión de
los recursos comprendidos en el marco de tal sociedad”(19).
Existen otras formas en las que se puede limitar la capacidad de los socios,
utilizando muchas veces el mismo contrato social para mermar las atribuciones so-
ciales. Otra tendencia consiste en colocar obstáculos a la adquisición de acciones
(sobre todo mediante operaciones en los mercados bursátiles), de tal manera que el
control mayoritario de ciertos socios permanece incólume a través de la vida de la
sociedad. Por último, puede observarse que la utilización de ciertos instrumentos
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PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
societarios resulta peligrosa cuando están orientados a privar a los accionistas del
derecho a decidir el destino de las utilidades de la sociedad.
(20) Las prácticas de buen gobierno corporativo (BGC) son políticas generales que adoptan los entes societarios a fin de ob-
tener mayor transparencia, credibilidad y valor ante posibles inversionistas. Estas políticas nacieron como una solución
eficaz frente a los defectos que encontramos en las empresas de accionariado difundido, como consecuencia de la sepa-
ración de intereses entre los grupos de gestión y de propiedad. Proponen adoptar medidas que corrijan las distorsiones
generadas por la divergencia de intereses de los accionistas y los administradores. Entre dichas medidas correctivas se
encuentran medidas referidas a los derechos y obligaciones de los accionistas, la elección de directores y puestos ge-
renciales, mecanismos de acceso a la información societaria, la delineación exacta de las funciones del directorio y los
gerentes y la elaboración de esquemas claros de crecimiento.
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MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
que también son obligatorias las juntas previstas por el estatuto, aunque no
coincidan en fecha con la junta obligatoria anual.
Estos cinco acápites pertenecen al artículo 114 de la LGS, que obliga a la junta
general reunirse por lo menos una vez al año dentro de los tres meses siguientes a la
terminación del ejercicio económico. Sin embargo nada impide que en el orden del
día se consigne la deliberación de temas ajenos a los citados anteriormente y que
posteriormente se llegue a un acuerdo en la junta sobre ellos.
Por su parte, el artículo 115 de la ley señala que también compete a la junta
general:
1. Remover a los miembros del directorio y designar a sus reemplazantes.
2. Modificar el estatuto.
3. Aumentar o reducir el capital social.
4. Emitir obligaciones.
5. Acordar la enajenación, en un solo acto, de activos cuyo valor contable ex-
ceda el cincuenta por ciento del capital de la sociedad.
6. Disponer investigaciones y auditorías especiales.
7. Acordar la transformación, fusión, escisión, reorganización y disolución de
la sociedad, así como resolver sobre su liquidación; y,
8. Resolver en los casos en que la ley o el estatuto dispongan su intervención
y en cualquier otro que requiera el interés social.
En general, podemos agrupar en cuatro las funciones de la junta general a que
se refiere la Ley General de Sociedades:
- Aquellas dirigidas a fijar el contenido del contrato social.
- Funciones de integración y control de los restantes órganos sociales: por
medio de la designación y derecho de remoción de sus integrantes.
- Aseguramiento del ejercicio de los derechos de los socios (aprobación de
estados financieros, distribución de ganancias, regulación del derecho de
preferencia).
- Lineamientos generales destinados a organizar la vida económica de la so-
ciedad: a través de la impartición de órdenes a los administradores sobre
materias determinadas.
La anterior Ley de Sociedades Mercantiles separaba las funciones respecto
al tipo de junta que ella preveía, es decir, se designaba unas específicas a la junta
general ordinaria y otras a la extraordinaria respectivamente (artículos 122 y 123),
sin embargo, con acierto la actual Ley General de Sociedades ha eliminado aquella
distinción tradicional, tomando en cuenta la confusión que ocasionaba separar dos
tipos de juntas (tres, con la junta universal) cuando en realidad toda junta general de
accionistas es única.
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PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
Si bien es cierto que el artículo 114 de la LGS fija las funciones de la junta
general ordinaria, esto no significa que aquellas no puedan ser realizadas en junta
extraordinaria pues la obligatoriedad de la primera no desplaza a la segunda para
que con las responsabilidades del caso esta, en cumplimiento de las formalidades
previstas, pueda realizar las mismas funciones si es que por una actuación negligen-
te de los administradores no se realizó la convocatoria oportuna de la junta obligato-
ria anual.
En otras palabras, nada impide que en junta extraordinaria por ejemplo se
aprueben las cuentas del ejercicio del año anterior si es que en plazo legal esto no
ocurrió o, se reúna para decidir los asuntos previstos para las juntas estipuladas pe-
riódicamente vía estatutaria.
Acertada es la opinión de Pedro Ávila Navarro sobre esta materia: “La distin-
ción, y hasta la terminología, de juntas ordinarias y extraordinarias es más origen
de confusión que fuente de claridad; porque se basa en ella la difundida creencia de
que la junta ‘ordinaria’ es un órgano distinto con contenido exclusivo y excluyente;
en realidad solo existe un órgano soberano, que es la junta general (...)”(21).
En este mismo sentido, Uría rechaza contundentemente la posibilidad de re-
partir los asuntos del orden del día de acuerdo con el carácter ordinario o extraor-
dinario de la junta (recordemos que la Ley de Sociedades Anónimas española, a di-
ferencia de la nuestra realiza una separación de las clases de juntas en ordinarias y
extraordinarias).
En resumen, qué sucederá si simuladamente se convoca una junta obligatoria
anual para resolver algún tema propio del artículo 115. La respuesta la hallamos
en la jurisprudencia: “(…) Los temas señalados en la convocatoria no corresponden
(…) a materias que necesariamente deban ser vistas en una junta obligatoria anual
o que hayan sido previstas como obligatorias en el respectivo estatuto de la empresa
(…) En todo caso, resulta necesario precisar que el tema relativo al nombramien-
to de miembros del directorio consignado como punto dos de la agenda, en buena
cuenta se circunscribe al punto uno de la misma relativo a la modificación parcial de
los estatutos en lo que respecta a la creación del directorio y al establecimiento de
sus miembros, toda vez que el directorio no estaba contemplado como órgano de la
sociedad demandada, convocándose –precisamente– dicha junta para aquel fin, de
ahí que no sea de aplicación lo dispuesto en el punto tres del artículo 114 de la ley,
sino más bien lo señalado en el punto dos del artículo 115”(22).
(21) ÁVILA NAVARRO, Pedro. La sociedad anónima. Editorial Bosch. Barcelona, 1997, p. 481
(22) Exp. N° 234-2005, 4/07/2005 J4 .
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4. Junta universal
Un supuesto especial es la junta universal. Al respecto, la Ley General de
Sociedades indica que esta junta se encontrará válidamente constituida siempre que
se encuentren presentes los accionistas poseedores de la totalidad de las acciones
suscritas con derecho a voto habiendo estos aceptado por unanimidad la celebración
de la junta y la deliberación de la totalidad de los asuntos propuestos.
Es debatida en la doctrina la naturaleza jurídica de la junta universal. Algunos
plantean que la reunión casual de la totalidad de accionistas podría dar lugar a la
decisión de conformar en ese momento una improvisada junta general, como con-
trapartida teniendo en consideración que la presencia de la totalidad de los titulares
con derecho a voto en las sociedades de accionariado difundido resultaría prácti-
camente imposible de realizarse en circunstancias casuales, solo es posible prever
este tipo de coincidencias en las sociedades anónimas cerradas, o posiblemente en
las ordinarias, modelos de sociedades anónimas para las cuales la Ley General de
Sociedades no establece una rigurosidad formal previa a la realización de la junta,
tal como sí lo hace con la sociedades anónimas abiertas.
Sin embargo, para efectos meramente teóricos supongamos que por ejemplo en
una reunión de camaradería se llegaran a reunir todos los socios de una sociedad
anónima abierta y aprovechando esta situación decidieran realizar una junta con el
fin de resolver algunos problemas que afectan a la sociedad. A nuestro parecer no
existe ningún riesgo de que alguno de ellos se viera excluido o disminuidas sus fa-
cultades. Como lo mencionáramos antes, la ley pone dos filtros:
- Que absolutamente todos acepten la celebración de la junta.
- Que, de igual forma, se requiera la unanimidad de los accionistas para la
deliberación de los asuntos que se proponga tratar. Esto no significa que no
no sean aceptados ni mucho menos que la unanimidad se extienda como
requisito también para la toma de acuerdos, por el contrario, tal como su-
cede para todo tipo de juntas, los acuerdos se adoptan con el voto favorable
de la mayoría absoluta/calificada de las acciones suscritas con derecho a
voto representadas en la junta. Siguiendo este criterio, Broseta Pont afirma:
“Una vez constituida la junta universal, se somete al régimen propio de la
junta general y no es necesario que los acuerdos se adopten por unanimi-
dad (…)” (23).
En relación con la Ley de Sociedades Anónimas española, esta omite en su ar-
tículo 99 (juntas universales) aludir a este último filtro, ya que estipula únicamente
como requisito que esté presente todo el capital social y que los asistentes acepten
por unanimidad la celebración de la junta.
(23) BROSETA PONT, Manuel. Manual de Derecho Mercantil. Madrid, 1986, pp. 253-254.
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La convocatoria judicial, al igual que la ordinaria, se rige por las mismas for-
malidades previstas en el artículo 116 de la Ley General de Sociedades:
- Para la junta obligatoria anual y las juntas estatutarias el aviso de convoca-
toria debe ser publicado con una anticipación no menor de diez días al de
la fecha indicada para su celebración.
- Para las juntas previstas en el artículo 115 de la ley el plazo mínimo será
no menor de tres días, salvo el estatuto fije otro plazo que no podrá ser me-
nor a los tres días.
- Si las juntas son solicitadas por los representantes de al menos la quinta
parte de las acciones suscritas con derecho a voto no deberá mediar más de
quince días para que a partir de la recepción de dicha solicitud el órgano de
administración publique el aviso de convocatoria (artículo 117 de la LGS)
- En el aviso de convocatoria deberá precisarse el lugar, el día y la hora en
que se realizará la junta, para garantizar que el accionista acuda sin ningún
problema a la reunión. Este mismo criterio utiliza el Tribunal Registral al
decidir sobre la especificidad de los datos en el citado aviso: “La no obser-
vancia del requisito de la hora vulnera el derecho de los accionistas a con-
currir a las juntas generales, toda vez que el cambio de hora de celebración
de la asamblea puede derivar en la eventualidad que algún accionista se
haya visto privado de asistir a la junta celebrada”(31).
- Especialmente en las sociedades anónimas abiertas en que es poco proba-
ble la reunión del quórum necesario para la toma de acuerdos, procede por
permisión expresa de la ley que en un mismo aviso se consigne el lugar, el
día y la hora en que se daría la segunda convocatoria, no pudiendo mediar
menos de tres días ni más de tres entre una y otra, a diferencia de la Ley
de Sociedades Anónimas española que establece como plazo mínimo 24
horas.
- Si no se hubiera previsto en el aviso de primera convocatoria la realiza-
ción de una segunda, tendrá esta última que ser anunciada con los mismos
requisitos de la primera dentro de los diez días siguientes a la fecha de la
celebración de la junta no celebrada y por lo menos con tres días de antela-
ción a la fecha de la segunda reunión, el problema es que en este tiempo es
difícil gestionar el anuncio en el periódico.
Ahora bien, una vez convocada, tendrán derecho de presentarse a la junta:
- Los accionistas “con derecho a voto” (aun se trate de acciones gravadas)
que hayan matriculado sus acciones en el libro de matrícula de acciones
(31) Res. N° 421-96-ORLC/TR. Igualmente sobre el particular puede revisarse la Res. N° 690- 2005-SUNARP-TR-LJ8 , la Res.
N° 599-2005-SUNARP-TR-L J9 , la Res. N° 070-98-ORLC/TR J10 , así como la resolución recaída en el Exp. N° 432-
2005 de la Corte Superior de Justicia de Lima J11 .
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con una anticipación no menor de dos días. Ellos son los “partícipes por
excelencia de la asamblea, ejerciendo en su plenitud los derechos inheren-
tes a su calidad de socios”(32); sin embargo estos atributos vienen apareja-
dos de limitaciones: los accionistas que hayan suscrito acciones sin dere-
cho a voto (artículo 96 de la LGS) no son considerados por la Ley General
de Sociedades para la asistencia a junta, salvo se organicen juntas especia-
les (sesión separada solo cuando se comprometan derechos particulares).
- La antigua ley estipulaba, en su artículo 130, que tienen derecho de asistir
a la junta general los titulares de acciones nominativas inscritas en el
libro de registro de acciones hasta los dos días anteriores al de la realiza-
ción de la junta (…)” (el resaltado es nuestro); daba por entendido que el
derecho de concurrencia a la junta general se extendía tanto para las accio-
nes con derecho a voto como para las que no, a pesar de ello no considera-
mos que la exclusión de los últimos en la nueva ley respecto a este derecho
merme su facultad de información de la marcha societaria, ya que existen
otros mecanismos a utilizar para satisfacerlo.
- Tampoco tienen derecho a acudir a junta los accionistas que se encuen-
tren en mora respecto a la integración de las acciones suscritas con dere-
cho a voto si se contempla así en la vía estatutaria. La Ley de Sociedades
Comerciales de Argentina es más drástica que la nuestra en este sentido,
pues anula automáticamente la posibilidad del socio moroso a participar
en junta (artículo 192), aunque prevé que el estatuto permita hacerlos in-
tervenir con voz pero sin voto. Nuestra Ley General de Sociedades es clara
al indicar que para el ejercicio de los derechos en junta, los accionistas de-
ben inscribir sus acciones en el libro matrícula de la sociedad (artículo 92)
tanto para la creación de acciones como para la emisión de las mismas; a
pesar de ello consideramos que los accionistas partícipes de la constitución
de la sociedad que por descuido o desconocimiento no matricularon sus
acciones ostentan todo el derecho a participar en junta ya que se presume
la vigencia de su titularidad. Por último, aquellos accionistas que tuvieren
algún interés en conflicto con la sociedad serán suspendidos en su derecho
a voto, aun así su presencia será computable para establecer el quórum de
la junta (artículo 133 de la LGS).
- Los directores y el gerente de la sociedad: con derecho a voz pero sin de-
recho a voto, su concurrencia no puede ser de otra manera pues de confor-
midad con el artículo 129 de la LGS la presidencia de la junta recae en el
presidente del Directorio y la secretaría en el gerente general (salvo dispo-
sición diversa del estatuto). Aunque existe una excepción a esta regla: que
(32) MASCHERONI, Fernando. Sociedades anónimas. Editorial Universidad. Buenos Aires, 1999, p. 129.
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PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
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MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
6.2.1. Actas
Para la toma de acuerdos es imprescindible el cabal cumplimiento de las for-
malidades señaladas en la LGS, por lo tanto, los actos formales requeridos respecto
a los acuerdos sociales son de tipo ad solemnitatem:
a) Las actas deben expresar un resumen de lo acontecido en la junta, debido
a que este instrumento probatorio proporciona un testimonio de los hechos
acaecidos en aquella, la relación de los mismos debe sujetarse lo máximo
posible a la realidad, sin embargo “nada asegura que su contenido coincida
con la realidad pues es solo el relato de un suceso” (Res. N° 127-2006-
TR/T).
b) Las decisiones deben asentarse en un libro abierto específicamente para la
sesión o sesiones necesarias en el desarrollo del orden del día, caso contra-
rio se fijarán en hojas sueltas; todos ellos debidamente legalizados (requi-
sito preceptuado por la necesidad de la inscripción de la declaración en el
Registro Público). El registro de la reunión o reuniones tiene que plasmar-
se de forma indubitable y ordenada en los libros o fojas sueltas con el fin
de servir como medio de prueba de los acuerdos adoptados; en este mismo
sentido se pronunció el Tribunal Registral en la Res. N° 55-2001-ORLC/
TR, publicada en el diario oficial El Peruano el 09/06/2005: “(…) esta Sala
se ha pronunciado en la Res. N° 416-2000-ORLC/TR del 28 de noviembre
de 2000, en el sentido que toda persona jurídica debe llevar sus libros en
forma ordenada, debiendo acreditar ante el notario la conclusión o pérdida
del anterior para que proceda la legalización de un segundo libro (artículo
115 de la Ley del Notariado), acreditación que también se requerirá para
el tercer y subsiguientes libros; sin embargo, al colocar el número que le
corresponde al libro, el notario tendrá a la vista el libro que ha concluido
o certificación del libro que se ha perdido no resultando exigible presentar
ante notario todos los libros anteriores sino únicamente el inmediato ante-
rior, observándose para tal efecto los libros contenidos en el antecedente
registral más inmediato”(33).
c) El contenido del acta deberá estar dado por el lugar, la fecha y la hora en
que se realizó la junta general, debido a que esta es una sola (no impor-
tando el número de sesiones en que pueda dividirse); se levantará una sola
acta que para el supuesto de multiplicidad de reuniones deberá mostrar de-
talladamente las circunstancias de cada una de ellas. Es mérito de la actual
Ley General de Sociedades el señalar tácitamente el principio de unidad de
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PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
la junta general, y esto porque la anterior ley insinuaba que para cada se-
sión debería levantarse un acta: “Art. 140.- La sesión de junta general y los
acuerdos adoptados en ella, deben constar en el libro de actas legalizado
conforme a ley. Para las actas se observarán las siguientes reglas (...) 1° En
el acta de cada sesión (…)”.
d) Se deberá indicar también si la junta se celebra en primera, segunda o ter-
cera convocatoria.
e) Respecto de los socios: debe figurar en el acta el nombre de los accionistas
presentes, o en su defecto el de sus representantes; el número y clase de
acciones de las que son titulares.
f ) Nombres de quienes actuaron como presidente y secretario.
g) Indicación de las fechas y los periódicos en que se publicaron los avisos
de la convocatoria. Al respecto, la actual ley difiere de la antigua puesto
que en el inciso 1 del artículo 140 de la Ley de Sociedades Mercantiles se
prescribía que para la validez del acta de “cada sesión” debía insertarse los
comprobantes de haberse efectuado las publicaciones respectivas.
h) Forma y resultado de las votaciones y los acuerdos adoptados
i) Si el acta es aprobada en la misma junta debe contener constancia de esta
aprobación y ser firmada por el presidente, secretario y un accionista de-
signado. Si no se aprueba en la misma junta, la ley otorga un plazo de diez
días para que por lo menos dos accionistas, conjuntamente con el presi-
dente y secretario la revisen y aprueben. De todas maneras, el artículo 135
de la Ley General de Sociedades establece que cualquier accionista concu-
rrente a la junta general tiene derecho a firmar el acta. Veáse sobre el par-
ticular la Resolución N° 130-97-ORLC/TR J16 .
Si bien el artículo 135 enumera una serie de condiciones necesarias para la co-
rrecta presentación del acta, entre ellas la indicación del lugar en que se realizó la
junta, jurisprudencialmente se han marcado algunas pautas y precisiones a tomar
en cuenta. Así, por ejemplo, se prevé que “el artículo 135 de la ley societaria, que
regula sobre el contenido de las actas de las juntas resulta ser más permisivo, ya que
en el acta se deja constancia del lugar, siendo este documento una expresión escrita
tanto de los acuerdos a que arriba la junta como de las circunstancias de tiempo y
lugar en que se adopten; en consecuencia, no se requiere que en el acta se consigne
el lugar con la misma rigurosidad que en el aviso de convocatoria, aunque necesa-
riamente las referencias al lugar que consten en el acta debe permitir la verificación
de que coinciden con el señalado en la convocatoria”(34).
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PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
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días contados a partir de la fecha de realización del acto o de aprobación del acta en
la que conste el acuerdo respectivo”.
Entendemos pues que la ley no solo se refiere a los acuerdos que son necesaria-
mente inscribibles para su validez (como los que modifican el pacto o estatuto social
y precisan, por lo tanto, de escritura pública), sino también a aquellos acuerdos que
sin requerir este requisito sería conveniente como medida de seguridad para que los
socios sean publicitados por la vía registral (teniendo treinta días en ambos casos
pare realizar el trámite respectivo ante el Registro), es más, indica que la demanda
para solicitar la inscripción de todo tipo de acuerdos deberá tramitarse en un proce-
so sumarísimo.
Consideramos que la ley hace hincapié en estas facultades extendidas no solo
a los socios, sino también a aquellos que tengan un legítimo interés en que el acto o
acuerdo sea inscrito porque consideran que el registro es el camino más certero para
lograr la seguridad y publicidad en el tráfico comercial.
En ese sentido, el trámite registral que deben seguir necesariamente algunos
acuerdos podría también verse requerido para los que no esta previsto normativa-
mente. Todo depende de la voluntad social, la de los socios o de terceros con legíti-
mo interés que la compelan.
Por su parte, el artículo 3 del Reglamento del Registro de Sociedades (aprobado
por Res. N° 200-2001-SUNARP-SN) señala como actos inscribible en el Registro
aquellos que sean producto de acuerdos societarios (inc. b), a pesar de ello es de
entender que la fórmula dispuesta en el artículo 3 no es absolutamente cerrada, a ex-
cepción de lo indicado en el artículo 4 respecto de los actos no inscribibles (contra-
tos asociativos, transferencias de acciones u obligaciones emitidas por la sociedad,
sus canjes, desdoblamientos, actos de gravámenes, medidas cautelares o sentencias
que recaigan sobre ellas, tampoco las relativas a las deudas de la sociedad; debemos
ampliar esta lista respecto también de la ratificación de los cargos de representación
de la sociedad dados por tiempo indefinido, debido a que la ratificación no tiene
incidencia sobre el nombramiento indefinido del gerente o administradores).
Sobre el particular, el Reglamento del Registro de Sociedades precisa que el
registrador no es responsable de la autenticidad ni del contenido del libro u hojas
sueltas, acta o documento, ni por la firma, identidad, capacidad o representación de
quienes aparecen suscribiéndolos, por lo tanto, no importando la inserción de los
acuerdos en documentos públicos, el registrador debe presumir como verdaderos
aquellos acontecimientos que consten en actas al momento de realizar la califica-
ción de los títulos. Así, el artículo X del mencionado reglamento solo establece que:
“En todas las inscripciones que sean consecuencia de un acuerdo de junta general,
el registrador comprobará que se han cumplido las normas legales, del estatuto y de
los convenios de accionistas inscritos en el Registro sobre convocatoria, quórum y
mayorías, salvo las excepciones previstas en este Reglamento”.
Con el análisis de ambos artículos colegimos que si bien la ley exige ciertos
deberes de diligencia a los registradores, como contrapartida también exime a estos
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PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
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por lo que el socio que no contaba con los libros se encontró con la imposibilidad de
extender las actas en los libros y tuvo que hacerlo en documento especial”(37).
Sin embargo, como toda medida excepcional se deben cumplir ciertos requisi-
tos: suscripción de todos los socios presentes, posterior adhesión al libro y entrega
de documento al gerente general y esencialmente cumplir la carga por parte de la
sociedad de demostrar al registrador las razones que hicieron imposible la extensión
de las actas en los libros pertinentes.
(37) Res. N° 249-2002-ORLC/TR, precedente aprobado en el Décimo Pleno del Tribunal Registral de la Sunarp realizado los
días 8 y 9 de abril de 2005, El Peruano, 9/06/2005 J17 .
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PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
Hasta hace pocas líneas mencionábamos que el acuerdo social tiene naturaleza
negocial por la presencia de “la autonomía privada” en su esencia. Pues bien siendo
que la autonomía privada se hace tangible en una declaración de voluntad es nece-
sario que esta se dirija a la realización de finalidades que el Derecho considere me-
recedoras de protección. Esta exigencia es satisfecha con la concepción de la causa
como “el fin jurídicamente protegido de la voluntad”; sin embargo, el propósito de
la voluntad social declarado en el acuerdo de la sociedad puede resultar ilícito y
determinar la nulidad de este(38); aunque en realidad las consideraciones respecto a
la nulidad y anulabilidad de los acuerdos societarios presentan cierta problemática
sobre todo si comparamos sus características respecto de las señaladas en el Código
Civil, sin embargo, corresponde realizar este análisis al estudiar con detalle, más
adelante, la impugnación de acuerdos sociales.
Desde otro punto de vista consideramos preciso el momento para diferenciar
los acuerdos negociales típicos o nominados de los innominados. En general, los
acuerdos típicos son aquellos previstos en un modelo legislativo (con un esquema
causal previsto en una norma legal), es decir los señalados explícitamente en la Ley
General de Sociedades (artículos 114 y 115); por el contrario, los acuerdos inno-
minados no poseen un esquema causal común (situación que ocasiona en muchas
oportunidades la errónea creencia de que en ellos no existe una causa o fin), por
lo que se deja al arbitrio de la voluntad la posibilidad de decidir sobre los asuntos
que le compete. En otras palabras, la lista prevista en los artículos 114 y 115 no es
exhaustiva, es más el inciso 8 del artículo 115 indica que la junta tiene competencia
para resolver casos en que la ley o el estatuto dispongan su intervención y en cual-
quier otro que requiera el interés social.
Sin embargo, los acuerdos atípicos adoptados por la junta, a diferencia de los
que no lo son, necesitan un mejor examen para la determinación de su validez. Esto
debido a dos motivos:
- La Ley General de Sociedades otorga a los socios la facultad de impugnar
los acuerdos “contrarios a esta ley”. De tal suerte colegimos que cualquier
infracción respecto a los acuerdos explícitamente señalados en ella puede
ser fácilmente corroborada y comprobada. No sucede lo mismo si el o los
socios desean impugnar un acuerdo lesivo a sus intereses aunque no ma-
nifiestamente nulo, a este efecto la actividad probatoria necesitará de una
mayor diligencia y cuidado.
- En muchas ocasiones será necesario acudir a formulaciones algo indeter-
minadas como los conceptos de “orden público”, “moral” y “buenas cos-
tumbres” para demostrar una malintencionada desviación de la voluntad
social.
(38) Numeral 4 del artículo 219 del Código Civil (el acto jurídico es nulo cuando su fin sea ilícito).
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PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
CAPÍTULO III
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MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
a los socios el libre ejercicio de este derecho de impugnación, vital para el buen
desenvolvimiento de las sociedades(42).
Y es que gracias a este derecho los socios se encuentran facultados a cuestio-
nar un acuerdo que, presumiblemente, es ilegal, infringe el estatuto o es contrario
a los fines mismos de la sociedad. De esta manera, los accionistas se encuentran
en la posibilidad de cautelar que la formación y contenido de la voluntad social se
enmarque dentro de los cánones legales y/o estatutarios preestablecidos, así como
que la decisión tomada en conjunto no lesione indebidamente sus legítimos intere-
ses particulares.
Sin embargo, el ejercicio del derecho de impugnación es una fuente constante
de conflictos y roces entre las minorías y las mayorías. Es por eso que se ha afir-
mado que la impugnación de acuerdos sociales es la materia más conflictiva del
Derecho de Sociedades(43), por lo que en este estudio a la par de describir los alcan-
ces de su regulación en la ley societaria peruana, intentaremos revisar cuáles son las
razones que justifican la permanencia de dichas normas. Empecemos.
(42) Lo curioso es que inmediatamente a continuación el artículo 96 de la Ley General de Sociedades sí señala expresamente
que los titulares de acciones sin derecho a voto tienen el derecho de impugnar los acuerdos que lesionen sus derechos.
(43) Hemos utilizado esta afirmación de Ávila Navarro, expresada en alusión a la realidad española, porque bien puede
aplicarse para el caso peruano. Ver: ÁVILA NAVARRO, Pedro. Ob. cit. Tomo II, (Junta general, administración, modi-
ficación de estatutos, aumento y reducción de capital), p. 607.
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PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
tienen por finalidad asegurar el interés económico de los accionistas y, por lo tanto,
ambos derechos resultan ser complementarios(44).
Efectivamente, los derechos políticos tienen por finalidad permitir a los socios
el goce y defensa de los derechos económicos. Así, por ejemplo, cuando el socio
acude a una junta y vota a favor de la adopción de un acuerdo (ya sea que este tenga
por finalidad aprobar la distribución de dividendos, para decidir por la remoción de
los gerentes, aprobar la realización de una actividad comercial o adquirir una maqui-
naria) lo hace porque en el fondo dicho acuerdo le retribuirá una ventaja económica
directa o indirecta, inmediata o futura.
En esa línea de pensamiento, el desaparecido tratadista nacional Elías Laroza,
refiriéndose a los derechos políticos, ha sostenido muy didácticamente que “en la
medida en que el accionista persigue un rendimiento efectivo de su capital, necesita
los mecanismos que le aseguren que la actividad social está efectivamente encami-
nada a obtener beneficios económicos adecuados. En otras palabras, el objetivo del
accionista podría ser obstaculizado o impedido si no tiene injerencia alguna en la
gestión social. De nada serviría asegurar los derechos patrimoniales si el accionista
no puede controlar la adopción de las decisiones orientadas a una eficiente conduc-
ción de los negocios sociales”(45).
Con el derecho de impugnación sucede lo mismo, esto es, siendo una de las
expresiones o manifestaciones del haz de derechos políticos de los socios, también
tiene por finalidad la defensa de los derechos económicos.
Pero vayamos por partes. El derecho de impugnación, en principio, es un dere-
cho político en la medida que, mediante su ejercicio, el socio expresa su disconfor-
midad con la adopción de determinado acuerdo y solicita su inmediata revocación a
efectos de que no despliegue los efectos deseados por los demás socios. Es decir, el
socio impugnante discrepa abiertamente de la decisión adoptada en la junta, por lo
que es una manifestación política de negación de la legalidad o validez del acuerdo.
Pero también tiene por finalidad la defensa de un interés económico, porque de
lo contrario ningún accionista invertiría tiempo, trámites, dinero en contratar a un
buen abogado y demás gastos colaterales para conseguir que en las instancias judi-
ciales se revoque el acuerdo.
(44) Así, por ejemplo, se ha afirmado con toda razón que:“Los derechos del accionista denominados políticos, tiene como fin
que el accionista: (i) pueda participar en la decisión sobre la inversión de los recursos aportados a la sociedad; (ii) pueda
atacar las decisiones de inversión de sus recursos que sean contrarias a las normas legales y estatutarias establecidas; y,
(iii) que cuente con información suficiente y oportuna para decidir sobre el destino de los recursos aportados. Facultades
todas, de evidente esencia económica (...) Todos los derechos que la acción confiere a su titular son derechos previstos
para defender el interés económico del accionista (...)” (DÍAZ BEDREGAL, Álvaro. “La indivisibilidad de la acción.
Una visión funcional”. En: Ius et Veritas. Revista editada por estudiantes de la Facultad de Derecho de la Pontificia
Universidad Católica del Perú. Lima, 2002. p. 184).
(45) ELÍAS LAROZA, Enrique. Ley General de Sociedades comentada. Fascículo segundo (artículos N° 50 al N° 106).
Editora Normas Legales, Trujillo, 1998, p. 194.
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MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
Sobre las pretensiones arriba mencionadas volveremos más adelante, pero antes
queremos dar cuenta de algo que nos parece muy importante y que otorga una rele-
vancia peculiar al estudio del derecho de impugnación.
Nos estamos refiriendo al hecho de que por mandato expreso del artículo
151 de la Ley General de Sociedades, en sede judicial no será procedente otra
pretensión tendente a impugnar los acuerdos de junta que no fuese alguna de
estas dos antes referidas, o sea la acción de impugnación propiamente dicha o la
acción de nulidad.
Esto significa que si el pacto social o el estatuto hubiesen previsto a favor de
los accionistas otro mecanismo de impugnación de los acuerdos de junta, este no
(46) Para evitar confusiones, en el presente trabajo utilizaremos la expresión “acción de impugnación” para referirnos ex-
presamente a una de las dos pretensiones procesales (la otra es la “acción de nulidad”), previstas en nuestra legislación
societaria para que un accionista pueda oponerse judicialmente a la validez de un acuerdo de junta de socios; mientras
que utilizaremos el término“derecho de impugnación”o simplemente“impugnación”para referirnos en forma genérica
al derecho de acción, inherente a los socios, en su condición de tales, por el cual estos pueden oponerse judicialmente
a dichos acuerdos, cual puede ejercitarse mediante la referida “acción (o pretensión) de impugnación” y la “acción (o
pretensión) de nulidad”.
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PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
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PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
(51) Como se debe recordar, los accionistas que fundaron la sociedad pueden reservarse algún beneficio mayor, generalmente
económico, que los coloque en una mejor situación que los demás accionistas. Este beneficio se encuentra previsto en el
artículo 72 de la ley General de Sociedades de la siguiente manera: “Independientemente de su calidad de accionistas,
los fundadores pueden reservarse derechos especiales de diverso contenido económico, los que deben constar en el
estatuto. Cuando se trate de participación en las utilidades o de cualquier derecho sobre estas, los beneficios no pueden
exceder, en conjunto, de la décima parte de la utilidad distribuible anual que aparezca de los estados financieros de los
primeros cinco años, en un periodo máximo de diez años contados a partir del ejercicio siguiente a la constitución de la
sociedad”.
(52) ELÍAS LAROZA, Enrique. Ob. cit. Fascículo tercero (artículos N° 107 al N° 160), pp. 295-296.
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PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
(54) Como se recordará, las sociedades anónimas pueden crear una o varias clases de acciones sin derecho a voto, las mismas
que confieren a sus titulares un derecho económico preferente a través de un dividendo preferencial. En contrapartida,
dichas acciones no se computan para determinar el quórum de las juntas generales
(55) Ley General de Sociedades
“Artículo 97.- Las acciones sin derecho a voto dan a sus titulares el derecho a percibir el dividendo preferencial que
establezca el estatuto.
Existiendo utilidades distribuibles, la sociedad está obligada al reparto del dividendo preferencial a que se refiere el
párrafo anterior.
En caso de liquidación de la sociedad, las acciones sin derecho a voto confieren a su titular el derecho a obtener el reem-
bolso del valor nominal de sus acciones, descontando los correspondientes dividendos pasivos, antes de que se pague el
valor nominal de las demás acciones”.
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PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
Es válido preguntarse las razones por las cuales nuestra ley societaria optó
por diferenciar la vía procedimental aplicable a uno y otro caso.
La respuesta más obvia parece ser que cuando la pretensión se basa en de-
fectos de convocatoria o falta de quórum, la materia probandi es escasa y
no se requiere de una etapa probatoria excesiva y complicada, como suele
ocurrir en los procesos abreviados, en donde el debate, discusión y prue-
ba de la existencia de las causales previstas en el artículo 139 de la Ley
General de Sociedades encuentran un lugar adecuado(56).
Sin embargo, nosotros podríamos agregar un segundo elemento que no tie-
ne mayor ambición de complementar al anterior. Si se revisa con cuidado
el artículo 139 de nuestra ley societaria, podemos advertir que cada uno de
los cuatro supuestos de impugnación previstos tienen su razón de ser en
el contenido del acuerdo. O sea, no se discute cómo se llegó a adoptar el
acuerdo, sino el contenido del acuerdo en sí. Obviamente, en este último
caso se requiere una discusión y debate mayor que permita a las partes en
conflicto exponer sus pareceres sobre la validez o ilegalidad del acuerdo, lo
que no se puede lograr con creces en los procesos sumarísimos.
b) Defectos de convocatoria y de quórum
Para que proceda la impugnación por la vía procedimental sumarísima,
¿qué debemos entender por defectos de convocatoria o de quórum?
En primer lugar, estaremos ante un defecto de convocatoria cuando, por
ejemplo, el aviso de convocatoria de la junta general obligatoria anual hu-
biese sido publicado con una anticipación menor de diez días al de la fecha
fijada para su celebración, o cuando dicho aviso no ha señalado el lugar, el
día y la hora de celebración de la junta, o habiendo especificado estos da-
tos se ha obviado indicar los diversos asuntos a tratar. En suma, estaremos
frente a un defecto de convocatoria cuando no se observen las formalidades
previstas en el artículo 116 de la Ley General de Sociedades(57).
(56) De esta opinión son: ELÍAS LAROZA, Enrique. Ob. cit., Fascículo tercero (artículos N° 107 al N° 160), p. 299:
“Este se tramita como proceso sumarísimo, debido a que las pretensiones no requieren de una etapa probatoria larga
y complicada: el juez solo debe analizar la convocatoria a la junta y el quórum de la misma”; y, BEAUMONT CA-
LLIRGOS, Ricardo. Comentarios a la nueva Ley General de Sociedades. 2a edición. Gaceta Jurídica. Lima, 2000,
p. 337: “la probanza es relativamente sencilla, se trata de cotejar los estatutos sociales con los avisos en los diarios, libro
de registro y transferencia de acciones, actas y cosas similares. Con un proceso sumarísimo es suficiente”.
(57) Ley General de Sociedades
“Artículo 116.- Requisitos de la convocatoria
El aviso de convocatoria de la junta general obligatoria anual y de las demás juntas previstas en el estatuto debe ser
publicado con una anticipación no menor de diez días al de la fecha fijada para su celebración. En los demás casos, salvo
aquellos en que la ley o el estatuto fijen plazos mayores, la anticipación de la publicación será no menor de tres días.
El aviso de convocatoria especifica el lugar, día y hora de celebración de la junta general, así como los asuntos a tratar.
Puede constar asimismo en el aviso el lugar, día y hora en que, si así procediera, se reunirá la junta general en segunda
convocatoria. Dicha segunda reunión debe celebrarse no menos de tres ni más de diez días después de la primera.
La junta general no puede tratar asuntos distintos a los señalados en el aviso de convocatoria, salvo en los casos permi-
tidos por la ley”.
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PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
b) Legitimidad activa
Por su parte, los únicos que pueden interponer la acción de impugnación
son los socios. Ni los administradores (obviamente, que no sean a la vez
socios) ni los terceros (ya sea que tengan intereses económicos con la so-
ciedad) se encuentran facultados para interponer una acción de impugna-
ción. Sin embargo, los administradores y los terceros cuentan con la acción
de nulidad para discutir la validez de un acuerdo de junta, lo que será ma-
teria de análisis más adelante.
En ese sentido, siguiendo el pensamiento de Ávila Navarro, deberá negarse
legitimación al accionista que deje de serlo antes o durante la impugna-
ción. Asimismo, no se puede admitir la impugnación de quien adquiere el
estatus de socio después de adoptado el acuerdo cuestionado(60).
Ahora bien, no basta con poseer la condición de accionista para interponer una
demanda de impugnación de acuerdos de junta, pues para que el socio se encuentre
totalmente legitimado debe encontrarse en alguna de estas tres situaciones, confor-
me establece el artículo 140 de la Ley General de Sociedades:
a) Haber asistido a la junta y hecho constar en el acta su oposición al acuerdo;
b) Haber estado ausente en la junta al momento de tomarse el acuerdo; o,
c) Haber sido ilegítimamente privado de emitir su voto.
Si se reflexiona un poco acerca de lo que significa que el socio reúna alguna de
estas condiciones se pueden empezar a clarificar las razones por las cuales denomi-
namos este subcapítulo como “la acción de impugnación, un camino de espinas”.
Veamos. Si el socio asistió a la junta, debe manifestar su disconformidad con
el contenido del acuerdo y verificar que en el acta que se elabore con ocasión de la
realización de la junta se exprese fehacientemente dicho desacuerdo.
En otras palabras, nuestra ley societaria exige al socio que votó por una posi-
ción que no fue la mayoritaria, a tomar inmediatamente, esto es, en el mismo mo-
mento de realización de la junta, la decisión de impugnar el acuerdo y hacer constar
su oposición a este en el acta(61). En consecuencia, una vez elaborada el acta sin que
(60) ÁVILA NAVARRO, Pedro. Ob. cit., pp. 612-613. Este autor cita las jurisprudencias españolas S. 02.07.75 y la S.
24.10.67 que han considerado que carecen de legitimación los accionistas que hayan entrado en la sociedad con poste-
rioridad a la celebración de la junta. Nosotros compartimos ese criterio para el caso peruano, debido a la similitud de
nuestras normas con las españolas. No obstante, el socio que pretenda impugnar un acuerdo adoptado con anterioridad
a su incorporación como socio podrá utilizar la acción de nulidad, tal como lo podría hacer un tercero con legítimo
interés.
(61) Para Ávila –en criterio que compartimos plenamente– la exigencia de que se formule oposición y que esto se haga cons-
tar en acta tiene la enorme ventaja de dar seguridad a los acuerdos sociales. De tal manera que si los accionistas no se han
opuesto, la sociedad ya no tiene que temer acciones de impugnación. Sin embargo, como afirma Ávila, dicha exigencia
parece excesivamente formalista, sobre todo si se tiene en cuenta que se dirige a unos accionistas normalmente legos en
Derecho y que no siempre contarán con asesoramiento legal en el momento de la junta. Por ello, sugiere el mencionado
autor que los abogados deben cuidar especialmente de advertir previamente de este extremo a las personas a quienes
asesoren en materia mercantil. ÁVILA NAVARRO, Pedro. Ob. cit., p. 615.
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PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
ejemplo, dispone la modificación del estatuto podrá hacerlo a partir del día siguiente
de adoptado el acuerdo y no esperar a que este se inscriba.
Y, en tercer lugar, creemos que el socio que no impugnó un acuerdo inscrito
dentro del plazo de caducidad establecido por el mencionado artículo 142, no podrá
alegar después de vencido dicho plazo que no tuvo conocimiento de la inscripción
del acuerdo; pues, en virtud del ya antes referido principio de publicidad registral
contenido en el artículo 2012 del Código Civil nacional, nadie puede alegar desco-
nocimiento de las inscripciones registrales.
Por otro lado, ¿cómo debe realizarse el cómputo del plazo de caducidad? Esto
es, si el acuerdo se adoptó el 14 de abril, ¿hasta qué día podrá presentar la demanda
de impugnación el socio que no asistió a la junta que dispuso este acuerdo? ¿hasta
el 14 de julio o hasta el 15 de julio?
Pues bien, a diferencia de lo que sucede en otras normas de nuestro ordena-
miento jurídico, en la Ley General de Sociedades no existe una disposición expresa
que indique cómo debe realizarse el cómputo de los plazos(62), por lo que correspon-
de aplicar las normas del Derecho común. Por lo que, tomando en cuenta lo previsto
en el artículo 183 del Código Civil(63), debemos concluir que los plazos de caducidad
previstos en el artículo 142 de la Ley General de Sociedades se cumplen en el mes
del vencimiento y en el día de este correspondiente a la fecha del mes inicial.
Así, en el ejemplo antes propuesto, el plazo de caducidad vencerá indefectible-
mente el 14 de julio, salvo que este día sea inhábil, en cuyo caso el plazo vencerá el
primer día hábil siguiente(64).
(62) Así, en el artículo 144 de la vigente Ley de Títulos Valores, Ley N° 27287 del 19 de junio del 2000, se señala que el
cómputo de los plazos de vencimiento fijados en meses, años u otras formas permitidas por la ley se determinará según
las normas del Derecho común. En cambio, nuestro Código Procesal Civil establece en su artículo 147 que el plazo se
cuenta desde el día siguiente de notificada la resolución que lo fija y, cuando es común, desde la última notificación; y
que no se consideran para el cómputo los días inhábiles.
(63) Código Civil:
“Artículo 183.- El plazo se computa de acuerdo al calendario gregoriano, conforme a las siguientes reglas:
1. El plazo señalado por días se computa por días naturales, salvo que la ley o el acto jurídico establezcan que se haga
por días hábiles.
2. El plazo señalado por meses se cumple en el mes del vencimiento y en el día de este correspondiente a la fecha del
mes inicial. Si en el mes de vencimiento falta tal día, el plazo se cumple el último día de dicho mes.
3. El plazo señalado por años se rige por las reglas que establece el inciso 2.
4. El plazo excluye el día inicial e incluye el día del vencimiento.
5. El plazo cuyo último día sea inhábil, vence el primer día hábil siguiente”.
(64) Sobre el particular, ver la Cas. 2481-98-Lima J21 .
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haya sido revocado, o sustituido por otro adoptado conforme a ley, al pacto social o
al estatuto.
Resulta lógico que cuando la junta general revoque o sustituya el acuerdo ma-
teria de impugnación, el juez deba disponer la conclusión del proceso y su conse-
cuente archivamiento, cualquiera que sea su estado, pues habría ocurrido lo que se
denomina en la ciencia procesal como sustracción de la materia. Esto es, el proceso
sería inútil debido a que el conflicto de intereses ha desaparecido.
Para ello, bastará que la sociedad acredite ante el órgano jurisdiccional, me-
diante documento de fecha cierta, que el acuerdo ha sido revocado o sustituido por
otro adoptado conforme a ley, al pacto social o al estatuto, según corresponda. Sobre
el particular, existe una jurisprudencia registral que establece que cuando se presen-
ten para su calificación acuerdos de la junta general en los que se señale que se
“deja sin efecto” un acuerdo determinado, deberá evaluarse si la junta pretende que
ello sea retroactivo o no; si de la evaluación del acuerdo concluye que no se preten-
de que sea retroactivo, no habrá inconveniente de inscribir el acuerdo, pues dejar
sin efecto retroactivamente equivale a revocar el acuerdo: “Que, la Ley General de
Sociedades prevé la impugnación de los acuerdos de la junta general, cuyo conte-
nido sea contrario a dicha ley, se opongan al estatuto o al pacto social o lesionen
los intereses de la sociedad, así como los que incurran en causal de anulabilidad; el
referido artículo señala que no procede la impugnación cuando el acuerdo haya sido
revocado o sustituido por otro adoptado conforme a ley, al pacto social o al estatuto.
Que, por lo tanto, la ley prevé expresamente que la junta general revoque o sustituya
sus acuerdos, pero no prevé que los deje sin efecto; sin embargo, debe distinguirse
entre dejar sin efecto retroactivamente –lo que implica la pretensión de que el acuer-
do no haya surtido efectos, tal como si nunca hubiera existido–, y dejar sin efecto no
retroactivamente, lo que implica que el acuerdo surtió efectos desde que se adoptó
hasta que se acordó dejarlo sin efecto; como puede apreciarse, dejar sin efecto no
retroactivamente equivale a revocar el acuerdo, de manera que cuando se presenten
para su calificación acuerdos de la junta general en los que se señale que se “deja
sin efecto” un acuerdo determinado, deberá evaluarse si la junta pretende que ello
sea retroactivo o no; si de la evaluación del acuerdo se concluye que no se pretende
que sea retroactivo, no habrá inconveniente para inscribir el acuerdo, pues dejar sin
efecto no retroactivamente equivale a revocar el acuerdo”(65).
Sobre el particular, también sería saludable que mediante una reforma legislativa
(o en todo caso nuestros jueces en mérito de su labor de llenar o suplir los vacíos de
la ley) se establezca que cuando sea evidente que el error o defecto es subsanable, se
otorgue a la sociedad un plazo razonable para que puedan corregir el error advertido, tal
como establece el texto refundido de la Ley de Sociedades Anónimas española(66). De
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PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
“Art. 115.- Si fuera posible eliminar la causa de impugnación, el juez otorgará un plazo razonable para que aquella pueda
ser subsanada”.
(67) Código Procesal Civil
“Artículo 97.- Quien tenga con una de las partes una relación jurídica sustancial, a la que no deban extenderse los efectos
de la sentencia que resuelva las pretensiones controvertidas en el proceso, pero que pueda ser afectada desfavorablemen-
te si dicha parte es vencida, puede intervenir en el proceso como coadyuvante de ella.
Esta intervención puede admitirse incluso durante el trámite en segunda instancia.
El coadyuvante puede realizar los actos procesales que no estén en oposición a la parte que ayuda y no impliquen dis-
posición del derecho discutido”.
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MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
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PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
Sin embargo, el artículo 144 de la vigente norma societaria no deja de ser par-
ticularmente criticable. En efecto, al sancionar al socio que transfiere parte de su
participación social con la pérdida de la legitimidad para obrar en el proceso de im-
pugnación, dicho artículo resulta ser un precepto ineficiente y inadecuado al devenir
del mercado y al libre flujo de los capitales.
Esto es, ¿cuál es la razón que podría justificar que un socio que ha impugnado
un acuerdo de junta y transfiere alguna de sus acciones deba ser apartado del proce-
so de impugnación? Si el socio tiene 20 acciones, ¿acaso no podría transferir una de
ellas y mantener el mismo interés por impugnar el acuerdo?
Beaumont, anticipándose a las críticas, ha respondido a esta observación de la
siguiente manera: “Es posible que alguien ponga en duda la validez de por qué la
transferencia ‘parcial’ también produce la extinción de la acción de impugnación,
y eventualmente consideré incorrecta esta norma. Se preguntará, por ejemplo, si el
accionista impugnante posee el 30% del capital social y transfiere un 10%, por qué
esta transmisión parcial va a extinguir respecto de él, el proceso de impugnación. La
respuesta es que la impugnación se planteó con la voluntad unitaria del 30% que no
es divisible en varias o numerosas voluntades, tales como y dentro de ellas, algunas
para enajenar, otras para dar en prenda, unas terceras para dar en usufructo y las
últimas para continuar la impugnación (...). La voluntad expresada con la totalidad
de las acciones, es una: con las que impugnó debe continuar, sin fraccionamiento ni
cortapisas. Por cierto, nada quita ni agrega la adquisición de un mayor número de
acciones, en el intervalo”(72).
Pero, en verdad ¿resulta coherente hablar de una “voluntad unitaria” que debe
permanecer incólume cuando a la par nada imposibilita que esta “voluntad” crezca
al permitirse al socio que sí pueda adquirir nuevas acciones? ¿Es sensato pensar que
si del 30% de la participación social del accionista, este transfiere el 0,5% ya no va
a tener la misma “voluntad” de impugnar un acuerdo? Considero que la respuesta
en ambos casos es negativa.
Claro, resulta sensato que se exija a los accionistas impugnantes a mantener su
condición de tal durante el proceso (por lo que es lógico que si transfieren toda su
participación social se extinga el proceso respecto de él); sin embargo, prohibirles
que transfieran una parte de sus acciones es una norma anacrónica e ineficiente para
el tráfico mercantil actual. Piénsese en un accionista de una sociedad anónima abier-
ta (inversionista, por naturaleza) que, habiendo impugnado un acuerdo y teniendo
enorme interés en que este se revoque, no pueda transferir parte de sus acciones
por un buen tiempo debido a que nuestro Poder Judicial, como siempre, es lento en
resolver el proceso de impugnación.
Por todo ello consideramos que el artículo 144 de la Ley General de
Sociedades requiere una inmediata y urgente reforma en la parte que dispone que la
57
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
58
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
celebre algún acto jurídico con la sociedad. Esto es, el acuerdo se ejecutará
pero el tercero que contrate con la sociedad lo hará a sabiendas que existe en
trámite un proceso de impugnación de un acuerdo de junta, por lo que los efec-
tos de la sentencia que recaiga en dicho proceso podrían alcanzarle.
En ese sentido, el profesor Oswaldo Hundskopf afirma que “dicha anotación
preventiva de la demanda, en el proceso de impugnación, constituye una medida
cautelar, la cual no altera o afecta el normal desenvolvimiento de la sociedad. Sin
embargo, dicha anotación cumple con la función de debilitar la buena fe registral,
evitando de esa manera que los terceros aleguen buena fe, a efectos de no verse
perjudicados por las consecuencias materiales de la sentencia definitiva que deje sin
efecto el acuerdo impugnado”(74).
Esta anotación de la demanda en Registros Públicos es provisional, por lo que
recién cuando quede firme la resolución que declare fundada la demanda de impug-
nación se inscribirá la suspensión definitiva del acuerdo impugnado.
Por el contrario, en caso de que la demanda sea desestimada por sentencia
firme, o cuando el demandante se haya desistido, conciliado, transado o cuando se
haya producido el abandono del proceso, la anotación preventiva de la demanda se
cancelará a solicitud de la sociedad.
59
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
invalidez del acuerdo pero se respetará su eficacia de los derechos adquiridos, ello
en estricto respeto al principio de seguridad jurídica”(76).
Por otro lado, la sentencia que declara fundada la demanda se limitará a la de-
claración de nulidad y, en su caso, a ordenar la cancelación de las inscripciones co-
rrespondientes. Obviamente, el juez no puede establecer en la sentencia cuál debe
ser el contenido correcto del acuerdo, pues la junta de accionistas es la única legiti-
mada para adoptar el o los acuerdos que procedan como consecuencia de la declara-
ción judicial de nulidad del acuerdo impugnado.
5.11. Reflexiones
Luego de haber revisado los innumerables requisitos para que sea procedente la
acción de impugnación, cabe preguntarse por qué nuestra legislación societaria ha
establecido requisitos tan severos para que un accionista pueda interponer la acción
de impugnación.
La mayor parte de la doctrina responde a esta interrogante argumentando que
si bien es cierto que debe permitirse a los accionistas la facultad de impugnar un
acuerdo societario como una manera de control extrajunta de las decisiones adop-
tadas por las mayorías, también es cierto que permitir libre y anárquicamente los
cuestionamientos de dichas decisiones no haría sino entorpecer la constante y diná-
mica marcha de las actividades negociales de la sociedad, afectando la circulación
de los capitales y la seguridad jurídica de las operaciones comerciales efectuadas
con terceros con arreglo a dichos acuerdos.
Por ello –se señala– resulta prudente encontrar un mesurado equilibrio entre
el derecho de impugnación de los socios y el normal desarrollo de las actividades
económicas de las empresas. En esa línea de pensamiento, Tomás Pelayo Muñoz
ha señalado que el ejercicio del derecho de impugnación “debe matizarse con el
principio de mantenimiento de los acuerdos sociales, en clara protección al tráfico
mercantil”(77).
Seguramente este criterio mayoritario de los tratadistas estuvo en la mente
de nuestros legisladores, quienes obedeciendo dicho dictado plasmaron en la Ley
General de Sociedades que el ejercicio de la acción de impugnación debía tener
como presupuesto que el accionista reúna los requerimientos anteriormente referi-
dos, de tal manera que, de no reunirlos, sería inviable impugnar un acuerdo de junta
mediante esta pretensión procesal.
(76) HUNDSKOPF EXEBIO, Oswaldo. “La junta general de accionistas y la configuración de la voluntad social”. En: Derecho
Comercial. Tomo IV: Temas societarios. Fondo de Desarrollo Editorial de la Universidad de Lima. Lima, 2003, p. 63.
(77) PELAYO MUÑOZ, Tomás. Las acciones: derechos del accionista, representación, transmisión, derechos reales, nego-
cios sobre las propias acciones. Monografías mercantiles N° 4. Editorial CISS, p. 31.
60
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
61
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
interés en que este se revoque, así como interponer la acción en el plazo de un año
contado desde su adopción(79), lo que ha sido recogido a nivel jurisprudencial en rei-
teradas ocasiones(80).
(79) La anterior legislación societaria peruana no preveía un plazo para la acción de nulidad de acuerdo de junta de accionis-
tas, por ello, para llenar ese vacío debía acudirse a lo previsto en el Código Civil. A diferencia de ello, nuestra vigente
Ley General de Sociedades sí establece un plazo de caducidad para solicitar la nulidad del acuerdo de junta de accionis-
tas, el cual es de un año contado desde la adopción del acuerdo.
(80) Ver, por ejemplo, la Cas. N° 1082-2006-Lambayeque El Peruano, 2/04/2007 J24 o la resolución recaída en el Exp. N°
369-2005 J25 .
(81) Existen opiniones que consideran que los accionistas solo se encuentran facultados para interponer acciones de impug-
nación y no de nulidad de un acuerdo de junta. Otros, en cambio, sostienen que la acción de nulidad también puede ser
ejercida por los accionistas (ver: HUNDSKOPF EXEBIO, Oswaldo. “El derecho de impugnación... Ob. cit., p. 76). Elías
Laroza, sin afirmarlo expresamente, parece inclinado a esta tesis (ver: ELÍAS LAROZA, Enrique. Derecho societario
peruano... Ob. cit., p. 325). Por nuestra parte, nos adscribimos totalmente a la tesis expuesta por Hundskopf. A pesar de
que en el art. 150 de la LGS no se señala expresamente que los accionistas se encuentran facultados para ejercitar esta
acción, cuando se establece en forma genérica que dicha acción puede ser interpuesta por“cualquier persona que tenga
legítimo interés” no cabe duda que también, y sobre todo, se incluye a los accionistas.
(82) ELÍAS LAROZA, Enrique. Derecho societario peruano... Ob. cit., p. 325.
62
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
nulo por el artículo 38 de la Ley General de Sociedades(83) (que en suma contiene los
mismos supuestos que los previstos en el artículo 139) pueda ser objeto tanto de la
acción de nulidad como de la acción de impugnación.
Esto es, que todo acuerdo contrario a la Ley General de Sociedades pueda ser
cuestionado vía acción de impugnación o vía acción de nulidad.
Por citar un ejemplo, si en una junta se adopta un acuerdo que colisiona con
una disposición del estatuto, cualquier accionista podría interponer la acción de im-
pugnación, ya que esto lo prevé expresamente el artículo 139 de la Ley General de
Sociedades; pero, también el socio podrá discutir la validez de este acuerdo vía ac-
ción de nulidad, porque el artículo 150 lo faculta a interponer esta pretensión cuan-
do el acuerdo incurre en una causal de nulidad establecida en la Ley General de
Sociedades. Lo que sucede con los acuerdos que violen el estatuto social, en virtud
de lo dispuesto en el artículo 38 de dicho cuerpo de leyes.
Lo mismo podríamos decir de aquellos acuerdos que lesionen los intereses de
la sociedad en beneficio de uno o varios socios, o que violen el pacto social o sean
contrarios a las leyes que interesan al orden público.
Por ello nos parece totalmente contradictorio que si, en aras de la libre circu-
lación de los capitales y la seguridad jurídica, se ha tomado partido por restringir la
posibilidad de los accionistas para discutir los acuerdos de junta mediante la llama-
da acción de impugnación, imponiendo una serie de requisitos tan exigentes en los
artículos 139 y 140 de la Ley General de Sociedades; luego, solo diez artículos más
adelante, se abra la posibilidad para que no únicamente los accionistas, sino cual-
quier tercero con legítimo interés, pueda dirigirse contra el mismo acuerdo vía la
flexible acción de nulidad, la que adicionalmente tiene un mayor plazo de caducidad
que el de la acción de impugnación.
Es decir, por un lado se restringe enormemente las posibilidades de impugnar
un acuerdo y, por otro lado, se olvidan estas previsiones con la acción de nulidad.
A la única solución coherente que podemos llegar para armar este rompeca-
bezas normativo es que el diseño legislativo de la Ley General de Sociedades tuvo
como propósito que el accionista impugnante que reúna los requisitos de los artícu-
los 139 y 140 obtenga, mediante el ejercicio de la acción de impugnación, el bene-
ficio de una tramitación más rápida y expeditiva en el Poder Judicial (vía
63
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
(84) Piénsese además en el distintivo retardo de nuestro aparato administrador de justicia, sobre todo si se trata de un proceso
de conocimiento.
64
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
Asimismo, dicho texto normativo señala en su artículo 117 que “para la im-
pugnación de los acuerdos nulos están legitimados todos los accionistas, los admi-
nistradores y cualquier tercero que acredite interés legítimo”, mientras que “para la
impugnación de acuerdos anulables están legitimados los accionistas que hubiesen
hecho constar en acta su oposición al acuerdo, los ausentes y los que hubiesen sido
ilegítimamente privados del voto, así como los administradores”.
Consideramos que una solución tan inteligente como la prevista en la ley socie-
taria española no resulta nada inadecuada para nuestra realidad, máxime si nuestra
Ley General de Sociedades está inspirada en mucho por aquella. No obstante ello,
a la par de no desechar que se proponga otra alternativa, nos permitiríamos sugerir
que no debemos sentarnos a esperar por una solución legislativa que probablemente
nunca llegue. Tal vez nuestra judicatura, mediante una sistemática y correcta inter-
pretación, pueda tomar la palabra.
65
JURISPRUDENCIA
VINCULADA
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
J1 J1
Res. N° 440-96-ORLC/TR
Tribunal Registral
Lima, 13 de diciembre del 2006
Directorio: concepto
El directorio es un cuerpo colegiado que representa a la sociedad en
forma continua, circunscribiendo su accionar a las facultades previs-
tas por la Ley General de Sociedades, por el estatuto de la empresa y
las que le sean otorgadas por la junta general de accionistas.
Resolución N° 440-96-ORLC/TR
Lima, 13 de diciembre de 1996.
VISTA, la apelación interpuesta por doña Leonor María Belaúnde Prado (Hoja de Trámi-
te N° 22767 del 31 de octubre de 1996), contra la observación formulada por el Registra-
dor Público Dr. Carlos Antonio Más Avalos, a la solicitud de inscripción de la Aceptación
de la Renuncia del Director-Gerente General, Nombramiento de Gerente y Otorgamiento
de Poderes, acordado por el Directorio de la empresa NEGOCIOS INMOBILIARIOS
TURÍSTICOS S.A. en mérito a los partes notariales de la Escritura Pública del 2 de
agosto de 1996 extendida ante el Notario Público de Lima Dr. Ramón Espinoza Garreta.
El título se presentó el 14 de octubre de 1996 con el N° 163885. El Registrador denegó la
inscripción señalando que:“El Directorio no cuenta con facultades expresas para otorgar
poderes para la disposición o gravamen de los bienes inmuebles de la sociedad, según lo
establecido por el estatuto social. La presente observación se efectúa de conformidad con
lo señalado en el artículo 167 del Código Civil y la Resolución del Tribunal Registral
N° 080-96-ORLC/TR del 01 de Marzo de 1996”; y,
Considerando:
Que, el Directorio de la empresa Negocios Inmobiliarios Turísticos S.A., en su sesión
de fecha 5 de junio de 1996, según acta inserta en la Escritura Pública conformante del
título apelado, acordó aceptar la renuncia de su Director-Gerente General a don Jorge
Alfredo de Cárdenas Leguía, designar acto seguido como Gerente General a don Jorge
Alberto Matute Quiroga y finalmente otorgar poderes de representación en favor de
diversas personas;
Que, de conformidad con el Art. 6 del Estatuto de la precitada empresa, incluido en su
escritura pública de Constitución otorgada el 21 de febrero de 1996 por ante el Notario de
Lima Dr. Jaime Alejandro Murguía Cavero e inscrita en la ficha N° 125941 del Registro
69
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
Mercantil en virtud del título archivado N° 41502 del 14 de marzo de 1996, el Directorio
de Negociaciones Inmobiliarios Turísticos S.A. está compuesto por un mínimo de tres
miembros y un máximo de seis y tiene como plazo de duración el de tres años;
Que, el primer acuerdo adoptado en la sesión del Directorio del 05 de junio de 1996 fue
la aceptación de la renuncia de uno de sus Directores, también Gerente General, omi-
tiéndose reemplazar al miembro renunciante, lo que determinó que el Directorio de la
Empresa se redujera a dos miembros, perdiendo a partir de dicho momento su calidad de
órgano colegiado y consecuentemente deviniendo en incapaz para tomar acuerdos como
Directorio de una Sociedad;
Que, estando a lo expuesto en el considerando precedente y conforme a lo previsto por el
inciso 1) del Art. 140 del C.C., el acuerdo de designación de un nuevo Gerente General y
el subsiguiente otorgamiento de poderes son jurídicamente inválidos;
Que, adicionalmente, atendiendo al contenido de la observación formulada por el Re-
gistrador, de aceptarse el supuesto de la validez de los acuerdos contenidos en el título
alzado, debe precisarse que el criterio de este Tribunal recogido en la Resolución N° 080-
96-ORLC/TR, constituye un precedente para efectos de los Registros Públicos;
Que, el Directorio es un cuerpo colegiado que representa a la sociedad en forma continua,
circunscribiendo su accionar a las facultades previstas por la Ley General de Sociedades,
por el Estatuto de la Empresa y las que le sean otorgadas por la Junta General de Accio-
nistas;
Que, del texto del artículo segundo del Estatuto de la mencionada empresa consta que su
objeto social está dirigido al ámbito turístico y del artículo octavo consta que el Directo-
rio tiene las facultades de representación y de gestión legal para la administración de la
sociedad, sin hacerse mención expresa de una o más facultades específicas que pudieran
haberse concedido, de lo cual resulta, por un lado, que el Directorio carece de la facultad
de disponer de bienes inmuebles por no corresponder esta actividad al objeto social de
Negocios Inmobiliarios Turísticos S.A. y por otro que, los fundadores de la sociedad no
confirieron al Directorio la facultad de disponer de bienes inmuebles, por lo que el Direc-
torio privado de esta facultad, se halla impedido a su vez de otorgar poderes de este orden
en favor de sus gerentes o terceros; y,
Estando a lo acordado:
Se resuelve:
CONFIRMAR la denegatoria de inscripción formulada por el registrador del Registro
de Personas Jurídicas de Lima al título referido en la parte expositiva, por los distintos
considerandos expuestos en la presente Resolución.
Regístrese y comuníquese.
Dra. MARTHA SILVA DÍAZ,
Presidenta del Tribunal Registral
Dra. ELENA VÁSQUEZ TORRES
Vocal del Tribunal Registral
Dr. WALTER POMA MORALES
Vocal del Tribunal Registral
70
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
J2 J1
Res. N° 240-2001-ORLC/TR
Tribunal Registral
Lima, 12 de junio del 2001
Resolución Nº 240-2001-ORLC/TR
Lima, 12 de junio del dos mil uno
VISTO, el recurso de apelación interpuesto por MACARENA MORALES MAILHE
(Hoja de Trámite N° 2001–011838 del 27 de marzo de 2001), contra la observación for-
mulada por la Registradora Pública (e) del Registro de Personas Jurídicas de Lima, Dra.
Silvia Montañez Zamora, a la solicitud de inscripción de ratificación y otorgamiento de
poderes de LAIVE S.A., en mérito a copias certificadas por Notario. El título se presentó
el 13 de febrero de 2001 bajo el N° 30628. La Registradora denegó la solicitud de ins-
cripción por cuanto: “ Verificados los estatutos de la sociedad (título archivado N° 87853
del 27 de mayo de 1998) LAIVE S.A., el directorio no cuenta con facultad expresa para
realizar operaciones bancarias de títulos valores, constituir y levantar gravámenes sobre
los bienes muebles e inmuebles de la sociedad, disponer de los bienes de la sociedad, por
lo cual resulta improcedente que otorgue nuevas facultades al gerente general tal como
consta en la sesión del directorio del 12 de diciembre de 2000, artículo 2015 del Código-
Civil, artículo 151 del Reglamento General de los Registros Públicos. Se deja constancia
que existe jurisprudencia registral: Resolución N° 481-98-ORLC/TR, 041-99-ORLC/TR,
donde se señala que:“(...) el directorio está plenamente facultado para adoptar acuerdos
referidos a actos de administración ‘ordinarios’ (dentro del objeto social) y “extraordina-
rios”, salvo limitación estatutaria expresa o legal (...) el directorio podrá adoptar acuerdos
de disposición de los bienes de la sociedad, constituyendo un acto de administración
“extraordinario” (al no estar comprendido dentro de su objeto social), sin embargo, tales
facultades no pueden desnaturalizarse adquiriendo el carácter‘ordinario’, como si fueran
parte del objeto social, dado que ello implicaría una modificación del estatuto sin respetar
las formalidades legales (...)”; en ese sentido no resulta factible que el directorio de LAI-
VE S.A., otorgue las facultades mencionadas al gerente de la sociedad”; interviniendo
como Vocal ponente la Dra. Nora Mariella Aldana Durán; y,
71
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
Considerando:
Que, mediante el título venido en grado, se solicita la inscripción de ratificación y otor-
gamiento de poderes de LAIVE S.A., en mérito a copias certificadas por Notario de la
sesión del directorio realizadael 12 de diciembre de 2000, por la cual se ratifican los pode-
res otorgados al gerente general señor Enrique Palacios Rey en las sesiones del directorio
realizadas el 04 de setiembre de 1995 y 25 de enero de 2000; asimismo, se otorgan nuevas
facultades al gerente general para que represente a la sociedad en forma individual y con-
juntamente con cualesquiera de los directores;
Que, revisada la partida registral de la sociedad, inscrita a fojas 302 del tomo 107 que
continúa en la ficha N° 120689 y partida electrónica N° 11022192 del Libro de Socieda-
des del Registro de Personas Jurídicas de Lima, se aprecia que mediante escritura pública
del 28 de marzo de 1996 extendida ante el Notario de Lima Dr. Abraham Velarde Álva-
rez se modificó totalmente el estatuto social (título archivado N° 53343 del 03 de abril
de 1996), conforme consta inscrito en el asiento 2-b) de la ficha N° 120689; el estatuto
posteriormente fue modificado parcialmente para ser adecuado a la vigente Ley General
de Sociedades, mediante escritura pública del 21 de mayo de 1998 ante el mismo Notario
(título archivado N° 87853 del 27 de mayo de 1998), inscrito en el asiento B 00001 de la
partida electrónica N° 11022192;
Que, constituye el fundamento de la observación recurrida, que el directorio no cuenta
con facultad expresa para realizar operaciones bancarias, de títulos valores, disponer de
sus bienes, además de constituir y levantar gravámenes sobre los bienes muebles e inmue-
bles de la sociedad; en consecuencia, tampoco puede otorgar facultades en ese sentido al
gerente general;
Que, en la sesión de directorio que es materia de inscripción –además de ratificar poderes
otorgados anteriormente al gerente general y que constan inscritos en la partida registral
de la sociedad–, se otorgó poder al gerente general señor Enrique Palacios Rey, para que
–entre otros actos–, represente a la sociedad en los contratos de constitución de garantías
hipotecarías y prendarias a favor de Laive S.A., así como en los contratos de cancelación
y levantamiento de dichas garantías; asimismo, se le otorgaron poderes para celebrar
contratos de transferencia de vehículos; adicionalmente, para que en forma conjunta con
cualesquiera de los directores, se adjudique, compre, venda y permute en nombre y re-
presentación de la sociedad cualquier bien –mueble o inmueble–, celebre toda clase de
operaciones bancarias y comerciales, constituya hipotecas y prendas, así como cualquier
otro tipo de gravamen sobre los bienes de la sociedad;
Que, sobre el tema de las facultades que tiene el directorio, el artículo 172 de la Ley
General de Sociedades establece que dicho órgano de gobierno “tiene las facultades de
gestión y de representación legal necesarias para la administración de la sociedad dentro
de su objeto, con excepción de los asuntos que la ley o el estatuto atribuyan a la junta
general”;
Que, debe definirse si al mencionar la ley a las facultades para la “administración de la
sociedad”se está refiriendo a actos de administración y por lo tanto excluye a los actos de
disposición; a dicho efecto es necesario examinar las facultades que en distintos artículos
de la ley se atribuyen tanto a la junta general, como al directorio y al gerente, con el objeto
de efectuar una interpretación sistemática;
Que, la Ley General de Sociedades regula en la Sección Cuarta a los órganos de la socie-
dad anónima: en el Título I a la junta general de accionistas, y en el Título II a la “admi-
nistración de la sociedad”, que comprende al directorio y la gerencia;
Que, los artículos 114 y 115 de la ley señalan las atribuciones de la junta general, entre las que
se contempla –en el inciso 5 del artículo 115–, el acordar la enajenación, en un solo acto, de
activos cuyo valor contable exceda el cincuenta por ciento del capital de la sociedad;
72
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
Que, el artículo 77 de la Ley señala que las adquisiciones a título oneroso de bienes cuyo
importe exceda del diez por ciento del capital pagado, realizadas dentro de los seis meses
desde la constitución de la sociedad, deben ser aprobadas por la junta general, salvo
que se trate de adquisiciones de bienes cuyo tráfico es propio del objeto social o que se
realicen en rueda de bolsa; en consecuencia, dentro del referido plazo de seis meses, aun
cuando se trate de la adquisición de bienes cuyo tráfico no sea propio del objeto social,
no se requerirá de la aprobación por la junta general si su importe no excede del diez por
ciento del capital; asimismo, transcurrido el referido plazo, no se requerirá de aprobación
por la junta general de las adquisiciones de bienes cuyo tráfico no sea propio del objeto
social, sea cual fuere el importe de las mismas;
Que, en lo que respecta al directorio, el artículo 179 de la ley societaria dispone que los con-
tratos que la sociedad celebre con un director que no versen sobre las operaciones que nor-
malmente realice la sociedad con terceros, así como la concesión de créditos o préstamos a
los directores u otorgamiento de garantías a su favor, cuando no se trate de las operaciones
que normalmente celebre con terceros, podrán ser celebrados u otorgados con el acuerdo
previo del directorio, tomando con el voto de al menos dos tercios de sus miembros; vale
decir, el directorio puede acordar celebrar contratos con un director que no versen sobre las
operaciones que normalmente realice la sociedad, así como conceder créditos o préstamos
y otorgar garantías en favor de los directores; en consecuencia, con mayor razón podrá el
directorio acordar la celebración de contratos con quienes no son directores que no versen
sobre las operaciones que normalmente realice la sociedad, así como conceder créditos o
prestamos y otorgar garantías en favor de quienes no son directores;
Que, en lo que se refiere a la gerencia, el artículo 188 de la Ley señala que es atribución
del gerente general celebrar y ejecutar los actos y contratos ordinarios correspondientes
al objeto social; vale decir, la ley no señala que el gerente solo podrá celebrar actos de
administración, por lo que podrá celebrar también actos de disposición, siempre que se
trate de actos ordinarios correspondientes al objeto social;
Que, la ley ha previsto que la administración de la sociedad anónima está a cargo del
directorio y la gerencia, pero conforme a lo expuesto en los considerandos precedentes,
“administración de la sociedad”no es equivalente a“actos de administración”, puesto que
de ser así los actos de disposición habrían sido atribuidos a la junta general; sin embargo,
la ley únicamente asigna a la junta general facultades de disposición en forma excepcio-
nal: enajenación de activos de valor contable superior al cincuenta por ciento del capital
y adquisiciones –dentro de los seis meses siguientes a la constitución–, de bienes cuyo
tráfico no es propio del objeto social, de valor superior al diez por ciento del capital; ade-
más, la ley expresamente atribuye al directorio la facultad de otorgar préstamos, créditos
y garantías, los que no constituyen actos de administración;
Que, por lo tanto, con excepción de los asuntos que la ley o el estatuto atribuyen a la junta
general o excluyan de la competencia del directorio, dicho órgano colegiado se encuentra
facultado para realizar actos de disposición, y entre estos, gravar los bienes de la sociedad;
Que, asimismo, corresponde examinar el artículo 172 de la Ley General de Sociedades
en la parte que señala que el directorio tiene facultades para la administración de la so-
ciedad dentro de su objeto; al respecto, el artículo 11 de la ley establece que la sociedad
circunscribe sus actividades a aquellos negocios u operaciones lícitos cuya descripción
detallada constituye su objeto social, entendiéndose incluidos en el objeto social los actos
relacionados con el mismo quecoadyuven a la realización de sus fines, aunque no estén
expresamente indicados;
Que, usualmente las sociedades precisan de financiamiento para el desarrollo de sus acti-
vidades, para lo que, por lo general, será necesario el otorgamiento de garantías; este úl-
timo será por lo tanto uno de los actos relacionados con el objeto social que coadyuvará a
73
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
74
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
Que, un órgano social tiene las facultades que le atribuye la ley, es estatuto y las que se
le deleguen válidamente; al examinarse las facultades de un órgano deben tomarse en
cuenta por tanto los límites a las mismas que establecen ya sea la ley, el estatuto o el ór-
gano que le delega facultades; en consecuencia, los límites respecto al valor de los bienes
o al monto de las obligaciones que señala el estatuto serán de aplicación aun cuando no
consten expresamente en el acuerdo del directorio, el que siempre deberá ser aplicado
dentro del marco del estatuto y la ley;
Que, sin embargo, al extender las inscripciones los Registradores deben siempre cuidar
de dejar constancia de las limitaciones estatutarias a las facultades que se otorgan, pues
de lo contrario los terceros podrían erróneamente entender que las referidas facultades
pueden ejercerse sin límite alguno;
Que, de otro lado, la Registradora cita las Resoluciones N°s 481-98-ORLC/TR del 30 de
diciembre de 1998 y 041-99-ORLC/TR del 15 de febrero de 1999 para sustentar su ob-
servación; al respecto, el criterio plasmado en las referidas resoluciones fue modificado,
mediante la Resolución N° 238-2001-ORLC/TR del 08 de junio de 2001;
Que, sin perjuicio de lo expuesto, cabe señalar que del acta de la sesión del directorio a
inscribir consta que de los 8 directores se reunieron 5, existiendo el quórum establecido
en el artículo 19 del estatuto; sin embargo, no se ha dejado constancia en el acta de la
votación con la que se adoptaron dichos acuerdos, conforme a lo establecido en el artículo
170 de la Ley General de Sociedades;
Que, de otra parte, de acuerdo al artículo 47 del Reglamento del Registro Mercantil, los
Registradores Públicos en todas las inscripciones que sean consecuencia de un acuerdo
de junta general o del directorio, están obligados a comprobar que se han cumplido las
normas sobre convocatoria a sesiones; en este caso, el artículo 18 del estatuto establece
que la convocatoria se efectuará mediante cualquier tipo de comunicación de la que que-
de constancia de su recepción, con una anticipación no menor de tres días; por lo tanto,
deberán presentarse las comunicaciones mediante las que se convocó a los directores que
no asistieron a la sesión cuya inscripción se solicita;
Que, subsanadas las observaciones señaladas en los dos considerandos que anteceden,
al extender el asiento de inscripción de otorgamiento de poder deberá dejarse constancia
expresa de los límites en el valor de los bienes que podrán disponerse o gravarse, así
como de los límites en el monto de las obligaciones que se pueden contraer, conforme lo
establecen los incisos f ) y g) del artículo 14 del estatuto; y,
Estando a lo acordado;
Se resuelve:
REVOCAR la observación formulada por la registradora pública (e) del Registro de Per-
sonas Jurídicas de Lima al título referido en la parte expositiva, y ampliarla conforme a
lo expuesto en el penúltimo y antepenúltimo considerandos, declarando que el actopodrá
inscribirse una vez subsanados los defectos indicados dentro del plazo legal establecido
en el artículo 147 del Reglamento General de los Registros Públicos, por los fundamentos
expuestos en la presente Resolución.
Regístrese y comuníquese
Dr. LUIS ALBERTO ALIAGA HUARIPATA
Presidente de la Tercera Sala del Tribunal Registral
Dra. GLORIA SALVATIERRA VALDIVIA
Dra. NORA MARIELLA ALDANA DURÁN
Vocales del Tribunal Registral
75
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
J3 J1
Cas. Nº 1008-2006-Lambayeque
Corte Suprema
Lima, 10 de abril del 2007
Directorio: competencia
Al Directorio corresponden las facultades de gestión y representa-
ción legal necesaria para la administración de la sociedad dentro de
su objeto, como prescribe el artículo 172 de la Ley General de Socie-
dades, lo que no incluye la representación procesal, toda vez que no
se encuentra dentro del ámbito del objeto social. Dicha norma señala
cuál es el ámbito de competencia del directorio, el que se desdobla en
dos aspectos: uno externo y otro interno, el primero concierne a las
facultades de representación; y el segundo a los deberes de gestión;
la norma contiene la limitación que resulta del objeto social y ex-
ceptúa aquellos asuntos que la ley o el estatuto atribuyen a la junta
general.
76
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
SS.
SÁNCHEZ PALACIOS PANA
HUAMANÍ LLAMAS
FERREIRA VILDOZOLA
ROJAS MARAVÍ
SALAS MEDINA
77
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
J4 J1
Exp. N° 234-2005
Corte Superior de Justicia de Lima
Lima, 4 de julio del 2005
Vistos:
Es materia de grado el recurso de apelación interpuesto por Chaupin Perú S.R.L –a través
de su Gerente General Carlos Alberto Díaz Horna–, contra la resolución número cinco
de fecha nueve de mayo de dos mil cinco, obrante de fojas setenta y cuatro a setenta y
ocho, que declara infundada la demanda, con costas y costos; interviniendo como Vocal
Ponente el señor Wong Abad, y
Considerando:
Primero
La apelante señala como agravios generados por la resolución apelada los siguientes: a)
Se ha cometido el error jurídico de considerar que el plazo largo de diez días contemplado
en el artículo 116(1) de la Ley General de Sociedades N° 26887 se restringe, única y ex-
(1) Artículo 116.- Requisitos de la convocatoria: El aviso de convocatoria de la junta general obligatoria anual y de las
demás juntas previstas en el estatuto debe ser publicado con una anticipación no menor de diez días al de la fecha fijada
para su celebración. En los demás casos, salvo aquellos en que la ley o el estatuto fijen plazos mayores, la anticipación
de la Publicación será no menor de tres días.
78
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
clusivamente, para la Junta Obligatoria Anual y las demás juntas obligatorias previstas en
el estatuto; cuando resulta incuestionable, según la apelante, que el referido plazo de diez
días es tanto para la reunión de Junta Obligatoria Anual como para cualquier otra junta
que disponga el estatuto; b) Con la interpretación efectuada por el a quo se atenta contra
el principio de proporcionalidad y razonabilidad que debe existir en toda norma legal, si
se tiene en consideración que la convocatoria a sesión de junta solicitada notarialmente
por socios que representan no menos del veinte por ciento de las acciones suscritas con
derecho a voto, debe ser hecha con una anticipación de quince días, de ahí que no se
entienda por qué razón las convocadas por el directorio o por el gerente general, según
sea el caso, deba ser efectuada con un plazo ostensiblemente menor; y c) La sentencia
recurrida adolece de una debida motivación, ya que no se sustenta en fuentes doctrinarias
o jurisprudenciales sobre la materia.
Segundo
2.1. Con respecto al agravio contenido en el acápite a) es menester señalar que el artículo
116 de la Ley N° 26887 prevé dos plazos para el aviso de convocatoria, tratándose
de: (i) la celebración de una junta obligatoria anual(2) u otra prevista en el estatuto
con el mismo carácter(3), y (ii) cualquier otra junta general solicitada conforme a ley
no comprendida en el primer supuesto. Para el primer caso, el aviso de convocatoria
debe ser publicado con una anticipación no menor de diez días, mientras que para
el segundo se establece un plazo no menor de tres días, salvo que la ley o el estatuto
fijen plazos mayores.
2.2. Conforme se advierte del aviso de convocatoria obrante a fojas dieciocho, la agenda
a tratar tenía los siguientes puntos: 1.- Modificación parcial de los Estatutos: creación
de directorio con establecimiento de sus facultades y elección de sus miembros; mo-
dificación de las atribuciones del Gerente General; 2.- Nombramiento de miembros
del directorio; 3.-Renuncia del Gerente General; 4.- Nombramiento de nuevo gerente
general; y 5.- Nombramiento de apoderado judicial.
2.3. Los temas señalados en la convocatoria no corresponden en este caso concreto a mate-
rias que necesariamente, deban ser vistas en una Junta Obligatoria Anual o que hayan
sido previstas como obligatorias en el respectivo estatuto de la empresa ARTYDEA
S.A.C, obrante de fojas siete a dieciséis. En todo caso, resulta necesario precisar que
El aviso de convocatoria especifica el lugar, día y hora de celebración de la junta general, así como los asuntos a tratar.
Puede constar asimismo en el aviso el lugar, día y hora en que, si así procediera, se reunirá la junta general en segunda
convocatoria. Dicha segunda reunión debe celebrarse no menos de tres ni más de diez días después de la primera.
La junta general no puede tratar asuntos distintos a los señalados en el aviso de convocatoria, salvo en los casos per-
mitidos por la Ley.
(2) Artículo 114.- Junta Obligatoria Anual.- La junta general se reúne obligatoriamente cuando menos una vez al año dentro
de los tres meses siguientes a la terminación del ejercicio económico.
Tiene por objeto:
1. Pronunciarse sobre la gestión social y los resultados económicos del ejercicio anterior expresados en los estados
financieros del ejercicio anterior.
2. Resolver sobre la aplicación de las utilidades, si las hubiere;
3. Elegir cuando corresponda a los miembros del directorio y fijar su retribución;
4. Designar o delegar en el directorio la designación de los auditores externos, cuando corresponda; y,
5. Resolver sobre los demás asuntos que le sean propios conforme al estatuto y sobre cualquier otro consignado en
la convocatoria.
(3) La posibilidad de que el Estatuto pueda prever la realización obligatoria de otras juntas generales de accionistas, con
el mismo carácter, tiene sustento en lo dispuesto por el artículo 113 de la Ley N° 26887.
79
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
(4) Artículo 115.- Otras Atribuciones de la Junta (General): Compete, asimismo, a la junta: 1. Remover a los miembros
del directorio y designar a sus reemplazantes; 2. modificar el estatuto; 3. aumentar o reducir el capital social; 4. Emitir
obligaciones; 5. Acordar la enajenación, en un solo acto, de activos cuyo valor contable exceda el cincuenta por ciento
del capital de la sociedad; 6. Disponer investigaciones y auditorías especiales; 7. Acordar la transformación, fusión,
escisión, reorganización y disolución de la sociedad, así como resolver sobre su liquidación; y, 8. Resolver en los casos
en que la ley o el estatuto dispongan su intervención y en cualquier otro que requiera el interés social.
80
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
J5 J1
Res. N° 437-96-ORLC/TR
Tribunal Registral
Lima, 10 de diciembre de 1996
81
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
Considerando:
Que, la Junta General Extraordinaria de Accionistas de Comercial Inmobiliaria Santa
Teresa S.A., realizada el 13 de julio de 1996, acordó la disolución y liquidación de la
empresa apelante, elevándose dicho acuerdo a Escritura pública el día 13 de agosto de
1996 por ante el Notario de Lima Dr. Aurelio Alfonso Díaz, siendo que, mediante Junta
General Extraordinaria de Accionistas del 25 de setiembre de 1996, se decidió ratificar
todos y cada uno de los acuerdos tomados en la Junta anterior, elevándose el acuerdo a
Escritura Pública el día 25 de setiembre de 1996 extendida por el precitado Notario;
Que, de la revisión de la primera Escritura Pública se aprecia que la Junta General Ex-
traordinaria de Accionistas del 13 de julio de 1996 fue convocada mediante 3 avisos
publicados en el diario oficial El Peruano y en el diario La Nación el 11 de julio de 1996,
fijándose como primera fecha de la convocatoria el 12 de julio y como segunda fecha
el día siguiente, contraviniéndose de esta manera lo preceptuado por el Art. 127 de la
Ley General de Sociedades que dispone que para la convocatoria de la Junta General
Extraordinaria se requiere que los avisos sean publicados con no menos de tres días de
anticipación;
Que, de acuerdo al fundamento de la observación apelada, el Registrador ha determinado
que las insuficiencias incurridas en la convocatoria de la Junta General del 13 de julio
de 1996 son nulas de todo derecho de acuerdo a lo previsto en el Inc. 6 del Art. 219 y el
Art. V del Título Preliminar, ambos del Código Civil, por cuanto incumplen normas de
Derecho Público que estipulan formalidades de carácter imperativo y, en este orden de
ideas, al contener dicha junta nulidades insalvables, su posterior ratificación, mediante la
junta del 25 de setiembre de 1996, resulta por igual nula puesto que los actos jurídicos
que provienen de un acto nulo, son también nulos en todo derecho;
Que, el Inc. 6 del Art. 219 del Código Civil atribuye la nulidad del acto jurídico cuando
este no reviste la forma prescrita por ley bajo sanción de nulidad, respecto a lo cual re-
sulta necesario precisar, atendiendo al comentario pertinente glosado en el Tomo IV de la
obra “Exposición de Motivos y Comentarios del Código Civil” que dicha nulidad solo se
presenta ante la inobservancia prescrita con carácter ad solemnitatem, que es la única for-
ma que constituye requisito de validez del acto jurídico, tal como sucede con la elección
del régimen patrimonial por parte de los cónyuges de acuerdo con el Art. 295 del Código
Civil o con el Art. 1625 que regula la donación de bienes inmuebles;
Que, las normas societarias concernientes a la convocatoria o quórum de sociedades, con-
tenidas en los artículos 120 y 127, de la Ley General de Sociedades, como otras normas
de índole formal, como son las referentes a la inscribilidad de los actos sociales indicados
en el Art. 9 de la misma ley, carecen de la sanción expresa de nulidad antes mencionada,
por lo que este extremo de la observación resulta improcedente para efectos del título
alzado;
Que, en el extremo referente al carácter imperativo de las normas societarias, segundo
argumento que constituye la base de la observación formulada por el Registrador, tie-
ne como sustento legal el Art. V del Título Preliminar del Código Civil que a la letra
dice: “Es nulo el acto jurídico contrario a las leyes que interesan al orden público o a las
buenas costumbres”, siendo que de esta manera el Registrador vincula las leyes socie-
tarias que rigen el orden interno de las personas jurídicas de Derecho Privado, con las
normas legales del orden público;
Que, el Dr. Marcial Rubio Correa (“Para Leer el Código Civil Vol. III, Título Preliminar”)
señala que el orden público “podría ser definido como un conjunto de normas jurídicas
82
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
Se resuelve:
REVOCAR la observación formulada por el Registrador del Registro de Personas Jurí-
dicas de Lima al título referido en la parte expositiva y disponer su inscripción por los
considerandos expuestos en la presente Resolución.
Regístrese y comuníquese.
Dra. MARTHA SILVA DÍAZ
Presidenta del Tribunal Registral
Dra. ELENA VÁSQUEZ TORRES
Vocal del Tribunal Registral
Dr. WALTER POMA MORALES
Vocal del Tribunal Registral
83
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
J6 J1
Res. Nº 160-2007-Sunarp-TR-T
Tribunal Registral
Trujillo, 27 de junio del 2007
84
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
85
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
86
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
(1) Enrique ELÍAS LAROZA: Derecho Societario peruano. Trujillo, 2000, Normas Legales, p. 767.
(2) Diccionario de la Lengua Española, 22 ed. Versión electrónica disponible en http:// buscon.rae.es/draeI/.
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MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
88
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
Obligación de liquidar los derechos registrales cuando el título adolece de efectos subsa-
nables, y sin embargo se tiene certeza de cuáles y cuántos son los actos inscribibles
10. Respecto al extremo tercero en cuestión, se tiene que el artículo 41 del TUO del
RGRP dispone que “el Registrador procederá a la liquidación definitiva de los de-
rechos registrales de un título en los casos en que como resultado de la calificación,
concluya que este no adolece de defectos ni existen obstáculos para su inscripción”.
De acuerdo a la literalidad de esta regla, debe aguardarse a que todos los defectos se
encuentren subsanados para recién proceder a liquidar el título.
11. Como señaló líneas arriba la Sala, la interpretación de toda regla legal debe hacer-
se buscando la razonabilidad de las consecuencias que su aplicación signifique. Si,
como ocurre en el caso de autos, existía certeza acerca de cuáles eran los actos con-
tenidos en los títulos, y solo estaba en cuestión si las actas debían o no ser suscritas
por todos los asistentes, era claro que no se justificaba esperar a la subsanación de
ese “defecto” (por demás inexistente) para recién en ese momento acusar cuál era el
monto de derechos devengados. El citado artículo 41 debe ser aplicado literalmente
en los supuestos en que la subsanación incide directamente en el número o naturaleza
de los actos inscribibles, mas no cuando son incuestionables cuáles y cuántos son los
actos a inscribir.
12. Por ello, esta Sala considera que el procedimiento dispensado al presente título fue
irregular en el extremo en que la Registradora omitió formular la liquidación de dere-
chos conjuntamente con la observación, por lo que se le recomienda tener en cuenta
lo señalado en el fundamento precedente para futuras oportunidades.
La liquidación definitiva de derechos es como sigue:
• Fusión : S/. 16.00
• Modificación estatutaria : S/. 16.00
• Aumento de capital : S/. 2,031.10
• Elección de directorio : S/. 20.00
TOTAL : S/. 2,083.10
Detrayendo del indicado monto la suma de S/. 20.00 pagados con recibo 4102-2007,
resulta que los derechos pendientes de pago ascienden a S/. 2,063.10, que deberá
pagar la apelante dentro del plazo de 10 días de notificada con la presente.
Por las consideraciones expuestas, se adoptó por unanimidad la siguiente decisión:
VII. Resolución
PRIMERO: REVOCAR LAS OBSERVACIONES formuladas al título apelado por la
Registradora Pública Dra. Liliana Núñez Arestegui, y DISPONER SU INSCRIPCIÓN,
previo pago de los derechos registrales liquidados conforme al fundamento 12.
SEGUNDO: FORMULAR RECOMENDACIÓN a la Registradora, conforme a los fun-
damentos 1, 2, 3, 9 y 12 de la presente.
Regístrese, comuníquese.
SS.
ROLANDO A. ACOSTA SÁNCHEZ
WALTER E. MORGAN PLAZA
HUGO O. ECHEVARRÍA ARELLANO
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MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
J7 J1
Autos y vistos:
Primero: Que del estudio del proceso se advierte que nos encontramos frente a un pro-
ceso no contencioso, tramitado de conformidad con el tercer párrafo del artículo 117 de
la Ley General de Sociedades tal como aparece de la resolución número tres de fecha
dieciséis de agosto del dos mil.
Segundo: Que, en esta clase de procesos –solicitud de convocatoria judicial a asamblea–
no esta en discusión un Conflicto de intereses pues no se pretende nada contra alguna
persona en particular.
Tercero: Que este Supremo Tribunal ha establecido en forma uniforme que las reso-
luciones que dan término a un proceso de este tipo no constituyen cosa juzgada, pues
no obligan o vinculan a determinada persona, motivo por el cual la resolución recu-
rrida no se encuentra dentro de las previstas en el artículo 385 del Código Procesal
Civil.
Cuarto: Siendo esto así, la recurrida no cumple con el requisito de forma previsto
en el inciso 10 del artículo 387 del Código antes anotado. En consecuencia y de
conformidad con el artículo 391 del mismo cuerpo de leyes: declararon NULO el
concesorio corriente a fojas trescientos treinticinco, su fecha diecisiete de enero del
dos mil tres, e INADMISIBLE el recurso de casación interpuesto por don Marino
Octavio Pechon Ordinola; en los seguidos por la Cooperativa de Ahorro y Crédito
90
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
Parroquia “San Lorenzo” de Trujillo y otros con doña Julia Aguilar Diestra y otros
sobre convocatoria judicial; CONDENARON al recurrente al pago de la multa de
tres Unidades de Referencia Procesal así como al pago de costas y costos originados
en la tramitación del recurrente de la multa de tres Unidades de Referencia Procesal
así como al pago de costas y costos originados en la tramitación del recurso y los
devolvieron.
SS.
ALFARO ÁLVAREZ
CARRIÓN LUGO
HUAMANÍ LLAMAS
CAROAJULCA BUSTAMANTE
MOLINA ORDOÑEZ
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MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
J8 J1
92
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
93
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
VI. Análisis
1. En nuestro ordenamiento jurídico la asociación es regulada como una “organi-
zación de personas naturales o jurídicas, o de ambas, que a través de una acti-
vidad común persigue un fin no lucrativo”, conforme al artículo 80 del Código
Civil.
2. Desde un punto de vista formal y una vez inscrita en el Registro, la asociación
adquiere autonomía respecto de sus miembros, convirtiéndose en sujeto de de-
recho distinto; en tal virtud, posee una estructura y organización definidas y,
conforme a ellas, para formar la “voluntad social” es preciso que sus miembros
se hayan constituido en asamblea general, con las formalidades y garantías exi-
gidas por su estatuto y la ley.(1)
Según la estructura actual establecida por el Código Civil, el órgano de gestión
y representación de la asociación es el consejo directivo y su “órgano supremo”,
la asamblea general (artículo 84).
3. La asamblea general es la instancia que decide en torno a las actividades, fi-
nes y demás aspectos trascendentales de la asociación; es además un medio de
expresión de la voluntad colectiva e individual de los asociados donde rige el
“principio mayoritario” (los acuerdos válidamente adoptados obligan a todos
los miembros), conforme a los quórum y mayorías establecidos en el estatuto
y el Código Civil(2); asimismo, la asamblea general es un órgano de control del
Consejo Directivo y de los propios asociados, inclusive(3); en ese sentido, la
asamblea general se encuentra facultada para pronunciarse sobre la elección de
los miembros del consejo directivo, la aprobación de cuentas y balances, la mo-
dificación del estatuto(4), la disolución y otros temas “que no sean competencia
de otros órganos” (artículo 86 del Código Civil).
4. La formación de la voluntad social por la asamblea general de asociados se
sujeta a una serie de formalidades y requisitos legales o estatutarios para su
exteriorización al mundo jurídico; siendo sus principales aspectos:
a). La “convocatoria”; es decir, aquellos mecanismos previstos en la ley o el
estatuto para hacer de conocimiento de los asociados la realización de la
asamblea general, a cuyo efecto debe tenerse en cuenta –entre otros–, los
sujetos legitimado s para convocar, la forma de comunicación, la agenda,
los plazos de anticipación, el lugar de celebración, etc.
No será necesaria la convocatoria en los casos de“asamblea universal”, siempre
que exista acuerdo unánime en su realización y en la agenda a tratar.
(1) De los Mozos, José Luis. “Derecho Civil (Método, sistemas y categorías jurídicas)”, Madrid: Editorial Civitas,
S.A. p. 293.
(2) De Belaunde L. de R., Javier. “Reforma del Código Civil y las Personas Jurídicas” en: Congreso de la República:
Reforma de Códigos. Lima, 2a Ed., T. II, 1999, p. 494. Véase, del mismo autor: “El proyecto de enmiendas a la sección
sobre personas jurídicas” En: El Código Civil del Siglo XXI (Perú y Argentina)”. Lima - Palestra Editores S.R.L, tomo
I, año 2001, p. 275.
(3) Véase, Muñiz Ziches, Jorge. “Reformas al Código Civil de 1984” En: Comisión de Reforma de Códigos (Difusión
legislativa - Eventos académicos y ponencias), Lima: Congreso de la República, T. II, 1999, p. 396.
(4) El Tribunal Registral ha reconocido en la asamblea general, con mayor razón, facultades para interpretar su propio
estatuto, cuando el mismo “resulte ambiguo, incierto o contradictorio entre sí”; véase el precedente de observancia
obligatoria aprobado en el Décimo Pleno Registral del 8 y 9 de abril de 2005 (publicado en el diario oficial El Peruano
el 9/6/2005).
94
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
(5) Artículo 87, Código Civil: (quórum y mayorías): “Para la validez de las reuniones de asamblea general se requiere, en
primera convocatoria, la concurrencia de más de la mitad de los asociados. En segunda convocatoria, basta la presencia
de cualquier número de asociados. Los acuerdos se adoptan con el voto de más de la mitad de los miembros concurren-
tes. Para modificar el estatuto o para disolver la asociación se requiere, en primera convocatoria, la asistencia de más
de la mitad de los asociados. Los acuerdos se adoptan con el voto de más de la mitad de los miembros concurrentes. En
segunda convocatoria, los acuerdos se adoptan con los asociados que asistan y que representen no menos de la décima
parte. (…)”.
(6) Resolución del Superintendente Nacional de los Registros Públicos Nº 331-2001-SUNARP-SN del 29 de noviembre de 2001.
95
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
96
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
11. El artículo 135 de la Ley General de Sociedades establece que, “En el acta
de cada junta debe constar el lugar, fecha y hora en que se realizó; la indi-
cación de si se celebra en primera, segunda o tercera convocatoria; el nom-
bre de los accionistas presentes o de quienes los representen; el número y
clase de acciones de las que son titulares; el nombre de quienes actuaron
como presidente y secretario; la indicación de las fechas y los periódicos
en que se publicaron los avisos de la convocatoria; la forma y resultado de
las votaciones y los acuerdos adoptados. (...). Cuando el acta es aprobada
en la misma junta, ella debe contener constancia de dicha aprobación y
ser firmada, cuando menos, por el presidente, el secretario y un accionis-
ta designado al efecto. Cuando el acta no se aprueba en la misma junta,
se designará a no menos de dos accionistas para que, conjuntamente con
el presidente y el secretario, la revisen y aprueben. (...). Tratándose de
juntas generales universales es obligatoria la suscripción del acta por to-
dos los accionistas concurrentes a ellas, salvo que hayan firmado la lista
de asistentes y en ella estuviesen consignados el número de acciones del
que son titulares y los diversos asuntos objeto de la convocatoria. En este
caso, basta que sea firmada por el presidente, el secretario y un accionista
designado al efecto y la lista de asistentes se considera parte integrante e
inseparable del acta.(...)”.
En esa misma línea, con el carácter de referencial y sin tener el carácter de
precedente de observancia obligatoria, considerando que las “actas son la ex-
presión escrita de la celebración de la asamblea”, en la Resolución del Tribunal
Registral Nº 097-2002-ORLC/TR del 14.2.2002 se asumieron como “requisitos
mínimos” la consignación de los siguientes datos: “día, hora, lugar, el nombre
de quien preside la asamblea, los acuerdos a los que se arriba y la mayoría con
que fueron adoptados, así como la firma de quien presidió la asamblea y de
quien actuó como secretario”.
12. En cuanto a la hora, parece sostener el Registrador Público que no solo debe
indicarse la hora de instalación de la asamblea sino también la del “cierre”.
Sin embargo, ni del artículo 135 de la Ley General de Sociedades glosado ni de
la Resolución del Tribunal Registral Nº 097-2002-ORLC/TR del 14.2.2002 se
encuentra sustento para exigir como requisito la indicación en el acta de la hora
de cierre de la asamblea; tampoco el Registrador Público ha fundamentado su
requerimiento, limitándose a citar dicha Resolución.
Sobre el particular debe decirse que, la exigencia de la hora del cierre resulta
registralmente irrelevante, pues en el peor de los casos se podría asumir que la
asamblea concluyó el mismo día; en cambio, la exigencia de la hora de instala-
ción de la asamblea si resulta relevante para el Registrador y en la medida que
debe calificarse el cumplimiento de los términos de la convocatoria, a efectos
de determinar si se reunieron en primera o segunda convocatoria y consecuen-
temente ver el quórum y mayorías aplicables.
Por lo que debe revocarse la observación formulada por el Registrador Público
del Registro de Personas Jurídicas.
13. Finalmente y en aplicación del artículo 162 del Texto Único Ordenado del Re-
glamento General de los Registros Públicos, este colegiado se pronuncia sobre
la liquidación de los derechos registrales, indicando que no existe mayor dere-
cho a pagar y que el título se encuentra expedito para su inscripción.
Estando a lo acordado por unanimidad;
97
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
VII. Resolución
REVOCAR la observación formulada por el Registrador Público al título refe-
rido en el encabezamiento y DISPONER su inscripción, conforme a los funda-
mentos expuestos en la presente Resolución.
Regístrese y comuníquese.
SS.
SAMUEL HERNÁN GÁLVEZ TRONCOS
ROSARIO DEL CARMEN GUERRA MACEDO
LUIS ALBERTO ALIAGA HUARIPATA
98
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
J9 J1
Res. Nº 599-2005-SUNARP-TR-L
Tribunal Registral
Lima, 25 de octubre del 2005
Resolución Nº 599-2005-SUNARP-TR-L
Lima, 25 de octubre de 2005
Aviso de convocatoria a Junta General
No existe obstáculo para que distintos medios de convocatoria se empleen de manera
adicional a la convocatoria mediante publicación en diario que prevé la ley para la
junta general en las sociedades anónimas (ordinarias), pero no de manera sustitutoria
a la misma.
99
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
A dicho efecto, se presenta copia certificada por el notario público de La Merced Jorge
Lazo Villanueva del acta de la junta general. En el acta consta que asistieron titulares de
23,084 acciones, que se celebró en segunda convocatoria y que la convocatoria se publicó
en la pizarra de los locales de la sociedad y en un programa radial.
100
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
En el asiento b-1 de la ficha consta la adecuación del pacto social y estatuto a la Ley Gene-
ral de Sociedades, acordada en junta del 30-11-1999. El capital asciende a S/. 377,169.00,
dividido en 37,716.90 (SIC) acciones de S/. 10.00 cada acción.
El directorio inscrito en el asiento b-1 de la ficha está conformado por siete miembros,
siendo su presidente Teófilo Alamiro León Deza. El gerente general de la sociedad es
Julio Cruz Apaza.
VI. Análisis
1. El artículo 2010 del Código Civil recoge el principio de titulación auténtica, confor-
me al que la inscripción se hace en virtud de título que conste en instrumento público,
salvo disposición contraria. En el mismo sentido, el artículo III del Título Prelimi-
nar del Reglamento General de los Registros Públicos establece que los asientos
registrales se extienden en virtud de título que conste en instrumento público, salvo
disposición en contrario.
2. El artículo VI del Título Preliminar del Reglamento del Registro de Sociedades re-
coge también el principio de titulación auténtica y su excepción, al disponer que la
inscripción se efectuará en mérito de documento público, de resolución arbitral o de
documento privado en los casos expresamente previstos.
Resulta por tanto que en el Registro de Sociedades, la regla es también que la inscripción
se efectúa en mérito a documento público, y por excepción procede la inscripción en
mérito a documentos privados cuando expresamente así lo establezca una norma.
Una excepción a la presentación de documento público para la inscripción es por ejem-
plo la establecida en el artículo 14 de la Ley General de Sociedades, conforme a la que
la inscripción de los nombramientos de administradores, liquidadores o de cualquier
representante de la sociedad, así como su revocación, renuncia, modificación o sustitu-
ción se inscribirá por el mérito de copia certificada de la parte pertinente del acta donde
conste el acuerdo válidamente adoptado por el órgano social competente.
3. El artículo 5 de la Ley General de Sociedades, ubicado en el Libro Primero que con-
tiene las reglas aplicables a todas las sociedades, establece que la sociedad se cons-
tituye por escritura pública, en la que está contenido el pacto social, que incluye el
estatuto. La norma añade“Para cualquier modificación de estos se requiere la misma
formalidad”.
Resulta, por tanto, que para la inscripción de la modificación del pacto social y esta-
tuto se requiere presentar necesariamente escritura pública, no solo porque ninguna
norma establece excepción a la regla de titulación auténtica para la inscripción de
este acto sino porque además, expresamente se prevé que la modificación de pacto
social y estatuto requiere de escritura pública.
En tal sentido, el artículo 61 del Reglamento del Registro de Sociedades que ha sido
citado por el Registrador establece los requisitos que debe reunir la escritura pública
para la modificación del estatuto.
101
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
4. En este caso, uno de los acuerdos adoptados por la junta general del 08/06/2005
cuya inscripción se solicita es la modificación del pacto social y estatuto en lo que
respecta a la denominación de la sociedad. Por lo tanto, para la inscripción de este
acuerdo, necesariamente debe presentarse escritura pública, por lo que se confirma
la observación.
5. Ahora bien, es cierto que el acta de junta general presentada contiene además otros
acuerdos: nombramiento de directorio y ratificación de gerente, los que conforme al
artículo 14 de la Ley General de Sociedades, antes citado, no requieren de escritura
pública para su inscripción bastando con la presentación de copia certificada notarial
del acta.
Sin embargo, el presentante no formuló reserva respecto a la inscripción de la mo-
dificación del estatuto, por lo que la observación se formuló correctamente. En todo
caso, el presentante puede desistirse parcialmente de la inscripción de la modifi-
cación del pacto social y estatuto, con la formalidad que dispone el artículo 131
del Reglamento General de los Registros Públicos, supuesto en el que procederá la
inscripción del directorio y gerente general en mérito a copia certificada del acta,
siempre que se subsane el defecto que se señala en el numeral siete del análisis.
6. El artículo 43 del Reglamento del Registro de Sociedades establece que en todas las
inscripciones que sean consecuencia de un acuerdo de junta general, el Registrador
comprobará que se han cumplido las normas legales, del estatuto y de los convenios
de accionistas inscritos en el registro sobre convocatoria, quórum y mayorías, salvo
las excepciones previstas en este Reglamento.
En este caso, se trata de la junta general de una sociedad anónima (ordinaria). Al
respecto, el artículo 116 de la Ley General de Sociedades establece que el aviso de
convocatoria a junta general debe ser publicado, con una anticipación no menor de
diez días en el caso de la junta obligatoria anual y demás juntas previstas en el esta-
tuto, y con una anticipación no menor de tres días en los demás casos, salvo aquellos
en que la ley o el estatuto fijen plazos mayores.
La norma añade que el aviso de convocatoria especifica el lugar, día y hora de cele-
bración de la junta, así como los asuntos a tratar, pudiendo constar el lugar, día y hora
en que se reunirá la junta en segunda convocatoria, la que debe celebrarse no menos
de tres ni más de diez días después de la primera convocatoria.
7. El artículo 43 de la Ley General de Sociedades dispone que las publicaciones a que
se refiere esta ley serán hechas en el periódico del lugar del domicilio de la sociedad
encargado de la inserción de los avisos judiciales. Las sociedades con domicilio en
las provincias de Lima y Callao harán las publicaciones cuando menos en el diario
oficial El Peruano y en uno de los diarios de mayor circulación de Lima o del Callao,
según sea el caso.
Al respecto el artículo 38 del Reglamento del Registro de Sociedades establece que
cuando, para la inscripción de determinado acto, este Reglamento exija la presenta-
ción de publicaciones, ello se cumplirá mediante la hoja original pertinente del perió-
dico respectivo. Alternativamente, se insertará en la escritura pública o se adjuntará
una certificación notarial que contenga el texto del aviso, la fecha de la publicación
y el diario en que se ha publicado.
El título venido en grado contiene los acuerdos de la junta general de una sociedad
anónima con domicilio en La Merced, provincia de Chanchamayo, por lo que debe
presentarse la convocatoria efectuada en el periódico encargado de la inserción de los
avisos judiciales en dicha ciudad.
En tal sentido, debe ampliarse la observación.
102
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
VII. Resolución
CONFIRMAR la observación formulada por el Registrador del Registro de Sociedades
de La Merced y AMPLIARLA conforme a lo expuesto en el numeral siete del análisis de
la presente resolución.
Regístrese y comuníquese.
SS.
FERNANDO TARAZONA ALVARADO
GLORIA SALVATIERRA VALDIVIA
NORA MARIELLA ALDANA DURÁN
103
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
J10 J1
Res. N° 070-98-ORLC/TR
Tribunal Registral
Lima, 16 de febrero de 1998
Resolución: 070-98-ORLC/TR
Lima, 16 de febrero de 1998
VISTA, la apelación interpuesta por don MARIO ABRAHAM NEIRA GOYONECHE
(mediante escrito de fecha 18 de diciembre de 1997) contra la observación formulada por
el Registrador Público del Registro de Personas Jurídicas de Huaral, Dr. Raúl Fernán-
dez Valderrama, a la solicitud de inscripción de Nombramiento de Directorio de la EM-
PRESA DE TRANSPORTE INTERPROVINCIAL DE PASAJEROS EL HUARALINO
(ETEHSA), en mérito a copias certificadas por Notario. El Título se presentó el 25 de
noviembre de 1997 con el N° 002542. El Registrador denegó la inscripción solicitada por
cuanto:“Debe adjuntarse el aviso de convocatoria realizado en periódico encargado de la
inserción de los avisos judiciales del lugar del domicilio social, salvo disposición legal en
contrario (que no es el caso), supuesto que se aplica para todas las sociedades registradas
en las provincias que no sean Lima y Callao. Base legal: arts. 24, 127 Ley General de
Sociedades y 18 del Estatuto. Se deja constancia que lo que se ha adjuntado es el aviso de
convocatoria realizado en el Diario Oficial El Peruano y en el Diario Gestión, periódicos
que no están en el supuesto jurídico antes acotado”; interviniendo como Vocal ponente el
Dr. Luis Alberto Aliaga Huaripata; y,
Considerando:
Que, mediante el presente título, se solicita la inscripción del Nombramiento de Di-
rectorio de la EMPRESA DE TRANSPORTE INTERPROVINCIAL DE PASAJEROS
EL HUARALINO (ETEHSA), en mérito a copias certificadas por ante Notario de
Lima, Dr. Ramón Espinoza Garreta, con fecha 11 de noviembre de 1997, del acta de
las Juntas Generales Ordinaria y Extraordinaria de Accionistas realizada el día ante-
rior, 10 del mismo mes;
104
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
Que, revisada la partida registral de la sociedad, ficha N° 5409 del Libro de Sociedades
del Registro de Personas Jurídicas de Huaral, se constata que en mérito al título archivado
N° 527 del 15 de abril de 1994 se inscribió el acto de constitución y su estatuto, nom-
brándose el siguiente Directorio: Presidente: Santiago Kong Martínez, Director-Gerente:
Godofredo Huamán Apolinar, Director: Rosa Sinyato de Asato; posteriormente no se ha
inscrito otro Directorio;
Que, el fundamento de la observación, motivo de la presente apelación, está referido a la
forma empleada para publicitar la convocatoria a las Juntas Generales de Accionistas en
mención; siendo que el artículo 18 del Estatuto establece que las mismas se harán obliga-
toriamente por intermedio de avisos publicados por una sola vez en el diario oficial de la
localidad y en uno de circulación local”; es decir, en periódicos de la provincia de Huaral
–lugar de la sede del domicilio social–; sin embargo, los avisos de convocatoria han sido
publicados en el Diario Oficial “El Peruano” y en el diario “Gestión” el 25 de octubre de
1997;
Que, el art. 6 de la anterior Ley General de Sociedades, concordante con el art. 1356 del
Código Civil, señala que “En todo lo que no esté previsto en la escritura de constitución
o en el estatuto se aplicarán las disposiciones que establece la ley. No se puede pactar
contra normas legales imperativas”; de lo anterior se colige que este cuerpo legal –en
principio– tienen un carácter dispositivo o supletorio a la voluntad de las partes, salvo
cuando se trate de normas de carácter imperativas; es decir, la ley establecerá formalida-
des y requisitos mínimos que las partes deben adoptar para el perfeccionamiento de los
diferentes actos societarios establecidos por ley;
Que, en ese sentido, el Estatuto de la sociedad puede válidamente establecer mayores
exigencias que las señaladas en la Ley General de Sociedades, los cuales prevalecen y
son de obligatorio cumplimiento para los socios y órganos sociales y oponibles a terceros
–una vez inscritos–, salvo que contravengan normas imperativas (art. V Título Preliminar
Código Civil), es decir, afecten normas de orden público o que interesan a las buenas
costumbres;
Que, el aviso de convocatoria constituye un acto previo indispensable para la debida pu-
blicidad de la celebración de toda Junta General y de su agenda, ello a efectos de que sus
miembrostengandebidoyoportunoconocimientodetalacontecimientoypuedanejercer
plenamente sus derechos, en la forma establecida por ley; salvo cuando se trate de juntas
universales;
Que, en ese orden de ideas, el artículo 24 de la Ley General de Sociedades, en forma
similar al art. 43 de la nueva ley, establece que “las publicaciones ordenadas por ley serán
hechas en el periódico encargado de la inserción de los avisos judiciales del lugar de la
sede de la sociedad, salvo cuando la ley disponga publicaciones adicionales. Las socie-
dades con sede en las provincias de Lima y Callao harán las publicaciones en el Diario
Oficial El Peruano y en uno de los diarios de mayor circulación”, requisitos mínimos
que, en virtud de la autonomía de la voluntad, podrían ser mayores en cada Estatuto en
particular, como en efecto ha ocurrido en este caso;
Que, consecuentemente, las presentes publicaciones efectuadas contravienen el Estatuto
que establece en su art. 18 –de manera “obligatoria”– las formas que las mismas deben
revestir (“en el diario oficial de la localidad y en uno de circulación local”); no obstante lo
anterior, debe señalarse que, en cuanto a la publicación en el Diario Oficial “El Peruano”,
dada la naturaleza legal del mismo y su difusión a nivel nacional, comprende también a
la provincia de Huaral, razón por la cual podría entenderse, en su defecto, cumplido el
Estatuto respecto del denominado “diario oficial de la localidad”, lo que no sucede sin
embargo con la publicación efectuada en el diario “Gestión”, por lo que en cuanto a este
último punto deberá previamente efectuarse la publicación en un diario de “circulación
local”;
105
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
De conformidad con el artículo 2011 del Código Civil, numeral IV del Título Preliminar,
artículos 150 y 151 del Reglamento General de los Registros Públicos y la Resolución Je-
fatural N° 040-98-ORLC/JE del 30 de enero de 1998, no es procedente acoger la solicitud
de inscripción; y,
Estando a lo acordado:
Se resuelve:
Confirmar en parte la observación formulada por el Registrador Público del Registro
de Personas Jurídicas de Huaral al título referido en la parte expositiva y señalar que el
mismo no es inscribible, por los fundamentos expuestos en la presente Resolución.
Regístrese y comuníquese.
106
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
J11 J1
Exp. N° 432-2005
Corte Superior de Justicia de Lima
Lima, 27 de julio del 2005
Autos y vistos:
Es materia de grado de apelación interpuesta por el coejecutado SERVICIOS GENERA-
LES DE SALUD OPELUCCE S.A.C. contra la resolución número dos (auto) contenida
en la Acta de Audiencia de Actuación y Declaración Judicial de fecha seis de junio de
dos mil cinco, obrante de fojas cuarenta y cuarenta yuno, en cuanto declara fundada la
demanda incoada; interviniendo como Vocal Ponente el señor Ruiz Torres, y;
Atendiendo:
Primero.- Que, la convocatoria a junta general “(...) constituye un acto previo indis-
pensable para la debida publicidad de la celebración de la Junta General, del conteni-
do de su agenda y la salvaguarda de los derechos de participación de los accionistas
en la conformación de la voluntad social, por lo que debe efectuarse cumpliendo los
requisitos establecidos en el estatuto, la Ley General de Sociedades y los convenios
inscritos”(1);
Segundo.- Que, el primer párrafo del artículo 117 de la Ley General de Sociedades nú-
mero 26887 señala que “cuando uno o más accionistas que representen no menos del
veinte por ciento de las acciones suscritas con derecho a voto soliciten notarialmente la
celebración de la junta general, el directorio debe publicar el aviso de convocatoria dentro
de los quince días siguientes a la recepción de la solicitud respectiva, la que deberá indi-
car los asuntos que los solicitantes propongan tratar”; siendo que la junta general debe ser
107
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
108
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
J12 J1
Res. N° 405-96-ORLC/TR
Tribunal Registral
Lima, 25 de noviembre de 1996
Resolución: 405-96-ORLC/TR
Lima, 25 de noviembre de 1996
VISTA, la apelación interpuesta por el Dr. Luis Felipe Galindo La Torre en representa-
ción de EMPRESA DE TRANSPORTES Y SERVICIOS SAN PEDRO S.A., (Hoja de
Trámite N° 20703 30.09.96) contra la observación formulada por la Registradora Dra.
Corina Milagrosa Gonzales Barrón a la solicitud de inscripción del Aumento de Capi-
tal y Modificación de Estatutos de la precitada empresa, en mérito a partes notariales
de la Escritura Pública del 20/06/96 otorgada por ante el Notario de Lima, Dr. Eduardo
Laos de Lama, y de la Escritura pública de Aclaración otorgada por la misma empresa
ante dicho Notario el 24/07/96. El título se presentó el 20/08/96 con el N° 132270. La
Registradora denegó la inscripción por cuanto: “Existe discrepancia al señalar el lugar
donde se lleva a cabo las Juntas Generales del 19/09/89 y del 23/03/90; entre el acta
que se indica: Mz. F-12, Lt. 14 y los avisos de convocatoria que indican: Mz. F-14 -
Lt. 12. Además, cabe señalar que el aviso de convocatoria de Junta General Ordinaria
y Extraordinaria del 23/03/90 no ha sido publicado con la anticipación de 10 días que
establece la Ley General de Sociedades; y,
Considerando:
Que, mediante la Junta General Extraordinaria de Accionistas de la Empresa de
Transportes y Servicios San Pedro S.A. de fecha 23.03.90, se acordó elevar su capital
social de I/. 95’000,000.00 a I/. 100’000,000.00, según fuera aprobado originalmente
por la Junta General Extraordinaria del 19 de setiembre de 1989, acordándose poste-
riormente elevar dicho monto, según la Junta General Extraordinaria de Accionistas
del 13/04/91 a I/M. 10,100.00, decidiéndose consecuentemente la modificación del
109
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
Art. Quinto del Estatuto de la Sociedad, constituyendo dichos acuerdos los actos
jurídicos que integran la Escritura Pública del 24/06/96 cuyas partes conforman el
Título venido en grado, siendo que el 24/07/96 se extendió la escritura a efectos de
incluir la lista de los asistentes a las mencionadas juntas y los correspondientes avisos
de convocatoria, como también precisar que el valor de las acciones provenientes del
acuerdo del 23/03/90 es de Mil intis cada una;
Que, de la revisión del título elevado se constata que de los avisos de convocatoria de
las Juntas Generales Extraordinarias de Accionistas del 19 de setiembre de 1989 y 23 de
marzo de 1990, publicados, el primero el 13 de setiembre de 1989 en el Diario Oficial
El Peruano y el diario Expreso y, el segundo en el Diario Oficial El Peruano el 13 de
marzo de 1990 y en el diario Expreso el 14 de marzo de 1990, se citó a los accionistas
de la sociedad para concurrir a las respectivas Juntas Generales en el local sito en “Av.
San Martín Mz. F-14, Lote 12, Túpac Amaru de Villa, Chorrillos”, no obstante que en las
actas concernientes a dichas Juntas Generales se asienta como lugar de las reuniones,“Av.
San Martín Manzana F-12, Lote 14”;
Que, la discrepancia del domicilio particular explicitada en el considerando anterior no se
adecua a lo preceptuado por el Primer Párrafo del Art. 127 de la Ley General de Socieda-
des que establece que la junta general debe ser convocada por el directorio mediante aviso
que contenga la indicación del día, hora y el lugar de la reunión y las materias a tratar, de
donde resulta que, si el aviso de convocatoria señaló un domicilio y la Junta General se
realizó en otro, no se estaría ante el presupuesto de hecho que exige el Art. 120 de la Ley
General de Sociedades para considerar la validez de una Junta General, esto es, que la
misma haya sido convocada en la forma debida;
Que, el cumplimiento de las formalidades establecidas para la realización de una Junta
General tiene por objeto preservar el derecho de los accionistas a intervenir y votar en las
juntas generales reconocido por el Inc. 2) del Art. 109 de la mencionada Ley puesto que,
la imposibilidad de concurrir al lugar de realización de una junta implica necesariamente
la imposibilidad de ejercer dicho derecho;
Que, del texto de lo publicado en un órgano periodístico no puede presumirse un conte-
nido distinto al mensaje divulgado, es decir, una vez señalado el domicilio de la reunión,
los accionistas que toman conocimiento del mismo deben atender a lo manifestado y no
presumir otro lugar al que previamente se fijó;
Que, de otro lado, de los avisos de convocatoria publicados para la realización de la
Junta General del 23 de marzo de 1990 se aprecia que en tanto el aviso del Diario
Oficial El Peruano se efectuó con la anticipación de diez días ordenada por el segun-
do párrafo del Art. 127 de la aludida Ley General de Sociedades, el aviso del diario
Expreso apareció con nueve días de anticipación, incumpliéndose lo señalado por
este artículo:
Que, la última parte del Art. 24 de la antedicha ley, expresa que las sociedades con sede en
las provincias de Lima y Callao harán publicaciones en el Diario Oficial El Peruano y en
uno de los diarios de mayor circulación, evidenciándose de lo expuesto que el legislador
ha establecido la exigencia de hacer dos publicaciones dentro de un plazo señalado para
tener como válida una convocatoria y que, si uno de estos dos requisitos no se cumple, en
el presente caso, la publicación de Expreso del 14 de marzo de 1990, el acto publicitado
resulta ineficaz para los fines propuestos, tal como lo entiende el Art. 120 de la Ley Ge-
neral de Sociedades;
Que, el Art. 47 del Reglamento del Registro Mercantil dispone que los Registradores
en todas las inscripciones que sean consecuencia de un acuerdo de Junta General o del
Directorio, están obligados a comprobar que se han cumplido las normas legales sobre
quórum y convocatoria a sesiones;
110
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
Que, la obligación impuesta a los Registradores deja por manifiesto la importancia que el
legislador atribuye al cumplimiento de las formalidades inherentes a las convocatorias a
Juntas Generales; y,
Estando a lo acordado:
Se resuelve:
Confirmar la observación formulada por la Registradora del Registro de Personas Jurídi-
cas por los considerandos expuestos en la presente Resolución.
Regístrese y comuníquese.
Dra. MARTHA SILVA DÍAZ
Presidenta del Tribunal Registral
Dra. ELENA VÁSQUEZ TORRES
Vocal del Tribunal Registral
Dr. WALTER POMA MORALES
Vocal del Tribunal Registral
111
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
J13 J1
Res. Nº 55-2001-ORLC/TR
Tribunal Registral
Lima, 6 de febrero de 2001
112
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
Mucha Heerles, Allpaca Sánchez Hubert, Alvarado Peña Pedro, Arpita Ríos Elven, Ayo-
na Espejo Jesús Antonio, Bernales Nole Segundo, Carhuapoma Medina Carlos, Carrillo
Pelaes Jorge, Chávez Cueva Gregorio, Chumquimbalqui Servan Nilo, Contreras Morales
Matías, Dávila Farfán José, Díaz Rabanal Humberto, Huamán Medina Leonel, Hurtado
Díaz Celso, Lazo Mosquera Román, Mamani Yapo Francisco, Montero Ramírez Luis,
Moya Salazar Jose Mario, Navarro Montenegro H., Ramírez Soria Reyser, Roca Albites
Aurelio, Sánchez Murrugarra L., Sorroza Chávez Alejandro, Teves Carrillo Freddy, Tru-
jillo Pancorbo Franklin, Vargas Paredes Julio, Vera Benavides Jorge, Vilca Verde Marino,
Villacorta Bardales Ronald y Zapana Aliaga Juan. Al respecto, es preciso indicar que las
resoluciones administrativas del comité electoral emitidas a partir de junio de 1997 han
sido suscritas por el Sr. Rodolfo Yanac Cueva, elegido en la asamblea general celebrada
el 28-05-94 por 3 años, es decir, únicamente hasta mayo de 1997, por lo cual carecen de
validez. Por otra parte, la copia certificada por la autoridad jurisdiccional de la nómina
de delegados hábiles no se desprende que la misma sea parte del expediente judicial (fo-
liación correspondiente a cada página) que dio mérito a la convocatoria formulada por el
Juez. 5. (...) Existe título pendiente de inscripción el cual a la fecha se encuentra apelado y
pendiente de resolver. Tit. 125801 del 13-07-2000. (...). Art. 149 del Reglamento General
de los Registros Públicos”; interviniendo como Vocal ponente el Dr. Luis Alberto Aliaga
Huaripata; y,
Considerando:
Que, con el presente título se solicita la inscripción de los Consejos de Administración
y Vigilancia de la “COOPERATIVA DE SERVICIOS MÚLTIPLES 7 DE AGOSTO
LTDA.”, en mérito de partes judiciales remitidos al registro mediante Oficios de fechas
12 de julio y 17 de agosto del 2000, dirigidos por el Juez del Quincuagésimo Sétimo
Juzgado Civil de Lima, Dr. Juan Ulises Salazar Laynes, que contienen copias certificadas
por el auxiliar jurisdiccional respectivo de las resoluciones judiciales del 15 de setiembre,
9 y 19 de diciembre de 1999, 5, 21 y 28 de enero del 2000;
Que, también forman parte del título, el acta de asamblea general del 12 de febrero del
2000, relación de asistentes, 63 cargos de recepción de convocatorias, acta de instalación
de los Consejos de Administración y Vigilancia y del Comité Electoral, presentados en
copias certificadas por auxiliar jurisdiccional. Se presenta además los originales del aviso
de convocatoria a la citada asamblea y demás documentos en copias simples;
Que, la referida persona jurídica, se encuentra inscrita en la partida electrónica
Nº 030006788 (continuación de la ficha Nº 6877 y del tomo 4 a fojas 14) del Libro de
Cooperativas del Registro de Personas Jurídicas de Lima;
Que, la resolución judicial del 15 de setiembre de 1999, expedida por la Primera Sala
Civil Subespecializada en Procesos Sumarísimos y No Contenciosos de la Corte Superior
de Justicia de Lima, confirmó la sentencia del 23 de abril del mismo año, que declara
fundada la demanda en los seguidos por Salomón Eribarri Bendezú y otros con Abel
Nemecio Cuba Ninamango, en consecuencia, ordena se convoque a la asamblea general
extraordinaria de delegados de la Cooperativa; dicha resolución se encuentra “consenti-
da” según resolución del 20 de octubre de 1999; debe dejarse constancia que estas reso-
luciones constan inscritas en el asiento C 00002;
Que, la resolución Nº 54 del 21 de enero del 2000, señala como nueva fecha para la reali-
zación de la asamblea general extraordinaria el 12 de febrero del 2000, asamblea que fue
presidida por EdmundoVílchez Esparza, nombrado director de debates, según resolución
Nº 42 del 19 de diciembre de 1999, y en la que se eligió a los miembros de los consejos
de administración y vigilancia, quienes se instalaron en las sesiones del 13 de febrero de
2000;
113
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
114
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
que varios de ellos son elegidos como delegados para el periodo 1996-1998 y 1997-1999;
de lo que se colige que ya no tendrían mandato vigente a la fecha de celebración de la
asamblea del 12 de febrero del 2000;
Que, esta instancia ha señalado en reiterada jurisprudencia, que la calificación del padrón
de socios en el supuesto de una convocatoria judicial no es competencia del Registro,
puesto que el Juez al disponer la convocatoria ha establecido la legitimidad de los solici-
tantes en su calidad de socios. Si bien el presente caso no se trata de un padrón de socios,
sino delegados, el criterio es el mismo; en ese sentido, debe señalarse que habiendo sido
materia de pronunciamiento en el proceso la calidad de delegados“hábiles”, conforme se
aprecia del quinto considerando de la resolución de vista del 15 de setiembre de 1999 en
donde se señala: “(...) la demanda incoada ha sido suscrita por más del treinta por ciento
de delegados hábiles, conforme a lo establecido en el artículo 29 y 30 de los estatutos de
la cooperativa”, se deduce que ello ha sido materia de análisis en la vía judicial, no siendo
competencia del Registro calificar dicho aspecto;
Que, en ese sentido, no resulta necesario que la calidad de delegado de los asistentes a la
asamblea general del 12 de febrero del 2000 así como de los que figuran en la relación de
delegados se encuentre acreditada en los antecedentes registrales. Bajo esa misma línea
debe señalarse que no debe cuestionarse las resoluciones que acreditan el nombramiento
de los delegados firmadas por el presidente de un comité electoral que ya no cuenta con
mandato vigente;
Que, la relación de 63 delegados, integra el parte judicial, habiéndose presentado en co-
pias certificadas por el auxiliar jurisdiccional correspondiente, y si bien no consta que se
encuentren foliadas, ello es una obligación de los auxiliares jurisdiccionales conforme lo
señala el Art. 136 del Código Procesal Civil y por tanto de su exclusiva responsabilidad,
razón por la que no corresponde al Registro cuestionar dicho aspecto, en consecuencia,
debe revocarse el cuarto extremo de la observación;
Que, a esta instancia con el recurso de apelación se ha acompañado copia legalizada de
las hojas de apertura de los libros de control de asistencia de delegados y de sesiones del
consejo de administración, indicándose el nuevo número que les correspondería (4 y 7,
respectivamente), según la observación del Registrador; no obstante ello, la corrección
realizada no resultaba necesaria ya que respecto a la numeración de los libros esta Sala se
ha pronunciado en la Resolución Nº 416-2000-ORLC/TR del 28 de noviembre del 2000,
en el sentido que toda persona jurídica debe llevar sus libros en forma ordenada, debiendo
acreditar ante el Notario la conclusión o pérdida del anterior para que proceda la legali-
zación de un segundo libro (Art. 115 de la Ley del Notariado), acreditación que también
se requerirá para el tercer y subsiguientes libros; sin embargo, al colocar el número que le
corresponde al libro, el Notario tendrá a la vista el libro que ha concluido o certificación
del libro que se ha perdido, no resultando exigible presentar ante el Notario todos los
libros anteriores sino únicamente el inmediato anterior, observándose para tal efecto los
libros contenidos en el antecedente registral más inmediato;
Que, el libro anterior del consejo de administración que obra en el antecedente registral
más inmediato, título archivado Nº 215758 del 28/12/1999, fue legalizado el 26 de enero
de 1998, dejándose constancia que le correspondía el Nº 02, razón por la que la numera-
ción consignada en el libro de actas del mismo consejo: Nº 03, presentado en el título sub
examine concuerda con el del antecedente registral; en consecuencia, debe revocarse el
segundo extremo de la observación;
Que, en cuanto al libro de asistencia de delegados, cabe indicar que el título archivado
Nº 88473 del 30 de mayo de 1997, As. 37 es el antecedente registral más inmediato, en
el cual se encuentra el libro de control de asistencia de delegados a asambleas número
10,207-94, abierto el 06 de mayo de 1994 ante Notario Dr. Aurelio A. Díaz, en el cual
115
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
no se indicó si se trataba de un primer, segundo, etc. libro, razón por la que el libro de
asistencia de delegados presentado en el título bajo estudio, abierto el 29 de diciembre de
1999 ante Notario Dr. César Bazán Naveda, al que se le consignó el Nº 02, no discrepa
con el libro contenido en el antecedente registral; debe revocarse por tanto el tercer ex-
tremo de la observación;
Que, debe añadirse que no se ha señalado el número que le corresponde al libro de actas
de asamblea general en el que corre inserta el acta de asamblea general del 12 de febrero
del 2000, y si bien es cierto que no existe norma expresa que indique que el Notario debe-
rá dejar constancia del número correspondiente del libro de la persona jurídica, es criterio
establecido por esta instancia (Resoluciones Nº 321-98-ORLC/TR y 396-98-ORLC/TR
del 4 de setiembre y 29 de octubre de 1998, respectivamente) la obligatoriedad de dicho
requisito, a efectos de verificar la continuidad de los libros y evitar duplicidad o incon-
gruencias en los libros que lleva la persona jurídica;
Que, en cuanto a la existencia del título pendiente Nº 125801 del 13 de julio del 2000,
cabe indicar que el mismo ha sido resuelto mediante resolución Nº 443-2000-ORLC/
TR del 14 de diciembre del 2000, notificada al interesado el 20 del mismo mes y año;
y habiendo transcurrido el término de los 30 días para interponer la acción contencioso
administrativa conforme a lo dispuesto por el Art. 541 Inc. 3) del Código Procesal Civil,
el asiento de presentación ha vencido; por lo tanto, corresponde dejar sin efecto este ex-
tremo de la observación;
De conformidad con el primer párrafo del artículo 2011 del Código Civil, numeral IV del
Título Preliminar, artículos 150 y 151 del Reglamento General de los Registros Públicos,
no es procedente amparar la presente solicitud de inscripción; y, Estando a lo acordado;
Se resuelve:
REVOCAR el primer, segundo, tercer y cuarto extremos, DEJAR SIN EFECTO el quinto
extremo y AMPLIAR conforme a lo señalado en el sétimo y antepenúltimo consideran-
dos, la observación formulada por el Registrador del Registro de Personas Jurídicas de
Lima, al título referido en la parte expositiva de la presente resolución.
Regístrese y comuníquese.
116
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
J14 J1
Res. N° 130-97-ORLC/TR
Tribunal Registral
Lima, 16 de abril de 1997
Resolución N° 130-97-ORLC/TR
Lima, 16 de abril de 1997
VISTA, la apelación interpuesta por LAVANDERÍAS LAVA CLIN S.A. representada
por doña Georgina Saravia Changanaqui (Hoja de Trámite N° 2536 del 17 de febrero
de 1997) contra la observación formulada por el Registrador Público Dr. José Anto-
nio Anderson Trujillo contra la solicitud de inscripción del Nombramiento del Direc-
torio acordado por la Junta General Extraordinaria de Accionistas de la apelante del
23 de diciembre de 1996, según consta de la copia certificada del acta respectiva que
acompaña. El Título se presentó el 6 de enero de 1997 con el N° 1467. El Registrador
denegó la inscripción por cuanto: “1.- en las copias certificadas del acta del 23-12-96
se acuerda aceptar la renuncia y revocar el nombramiento de Natalia Gutiérrez Sán-
chez al cargo de director de la sociedad. Al respecto, de la revisión de la partida de la
sociedad se advierte que no consta registrado su nombramiento. Se deja constancia
que en la copia de la Carta Notarial recaudada, Natalia Gutiérrez formula renuncia
tanto al cargo de director como al de Gerente. 2.- Asimismo, en la Junta General de
Accionistas del 23-12-96, se acuerda nombrar el Directorio para completar el periodo
anterior, a partir del 23-12-96 al 30-03-99. Al respecto cabe precisar que conforme
al estatuto social el periodo del directorio es de dos años, por lo que el acuerdo
contraviene la disposición. 3.- De los documentos recaudados no se advierte que la
Sra. María Georgina Saravia Changanaqui hubiera formulado su renuncia al cargo
117
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
de Director. Debe celebrarse nueva junta aclaratoria Arts. 150 y 151 del Reglamento
General de los Registros Públicos y 2011 del Código Civil”; y,
Considerando:
Que, Lavanderías Lava Clin S.A. es una sociedad anónima inscrita a fojas 248 del tomo
392 y en la Ficha de Continuación de Tomo N° 121135 del Registro Mercantil de Lima,
cuyo Directorio está conformado por siete Directores tal como se establece en el Art. 33
de su Estatuto y cuyo mandato se encuentra fijado en dos años, acorde con el Art. 34 del
mismo, según consta de las modificaciones acordadas por su Junta General Extraordina-
ria de Accionistas del 23 de mayo de 1975, elevadas a Escritura Pública del 13 de agosto
de 1975 ante el Notario de Lima Dr. Enrique Maguiña Gálvez e inscritas en el asiento 26
de fojas 98 del Tomo 397 del precitado Registro en virtud del Título archivado N° 5195
del 8 de setiembre de 1975;
Que, a tenor de lo expuesto y mediante el título venido en grado que contiene la copia
certificada del acta de la Junta General Extraordinaria de Accionistas del 23 de diciembre
de 1996, reunida en segunda convocatoria, se solicita la inscripción del acuerdo tomado
por dicha Junta de aceptar la renuncia y en consecuencia revocar el nombramiento de
los Directores, señores Maximina Luisa Quispe Lazarte, Faustino Germán Ruiz, Faus-
to Huarcaya Pillaca, Luis Enrique Vargas Vásquez, Natalia Gutiérrez Sánchez y María
Georgina Saravia Changanaqui y consecuentemente la inscripción del nombramiento
como Directores, para el periodo que se inicia el 23 de diciembre de 1996 y finaliza el 30
de marzo de 1999, de los señores Fermín Oropeza Mayor, Joni Vargas Blanco, María Ele-
na Rojas Navarro, Guillermina Sotomayor Sancho Dávila, Rosa María Vicente Cruzado,
Mateo Rodríguez Guarniz y Rosa León Alvarado;
Que, las personas removidas del cargo de directores, a excepción de doña Natalia Gutié-
rrez Sánchez quien no fue nombrada directora sino Gerente de la empresa, fueron elegi-
das por acuerdo del 7 de marzo de 1995 de la Junta General Extraordinaria de Accionistas
de la apelante, inscrito en el asiento 1 de la Ficha N° 121135 a mérito del Título archivado
N° 135156 del 19 de setiembre de 1995;
Que, para efectos de aceptar la renuncia de las referidas personas la Junta General del 23
de diciembre de 1996, tuvo en cuenta el contenido de la carta de fecha 27 de agosto de
1996, que les fuera cursada por conducto notarial mediante la cual los señores Maximina
Luisa Quispe Lazarte, Faustino Germán Ruiz, Fausto Huarcaya Pillaca, Luis Enrique
Vargas Vásquez, Natalia Gutiérrez Sánchez y María Georgina Saravia Changanaqui, co-
municaron su decisión irrevocable de renunciar a su cargo de directores de la empresa,
agregándose que la última de las citadas renunciaba igualmente a su cargo de Gerente;
Que, del contenido del acta de la antedicha Junta General se desprende que este órgano
social luego de aceptar las renuncias de los aludidos Directores, lo cual de por sí implica-
ba el cese de los mismos, procedió a removerlos, desconociendo que el acto de renuncia
al cargo de Director constituye un acto diferente al acto de la remoción puesto que, entre
otros aspectos, la primera obedece a una decisión personal expuesta unilateralmente por
quien la formula y la segunda depende de la decisión o el designio de terceros, como bien
puede apreciarse del texto del Art. 157 de la Ley General de Sociedades;
Que, en esta medida, aceptándose que la renuncia de un Director difiere de la remoción
del mismo, de los avisos publicados en el Diario Oficial “El Peruano” del 13 de diciembre
de 1996 y del diario “Expreso” se advierte que la agenda de la Junta convocada única-
mente se refería al nombramiento del Directorio con omisión de cualquier alusión a la
remoción de Directores, contraviniéndose de esta manera lo dispuesto por el Art. 124 de
la Ley General de Sociedades siendo que, además, según se indica en el recurso impug-
natorio, don Oswaldo Paniura Ramírez fue removido por tener pleito pendiente con la
sociedad;
118
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
Que, el Art. 47 del Reglamento del Registro Mercantil establece que los Registradores
en todas las inscripciones que sean consecuencia de un acuerdo de Junta General o del
Directorio, están obligados a comprobar que se han cumplido las normas legales sobre
quórum y convocatoria a sesiones;
Que, sin perjuicio de lo expuesto en los considerandos precedentes, los acuerdos tomados
por la Junta General en mención, desconocen los Arts. 33 y 34 del Estatuto de la sociedad,
estando a que por un lado, con el nombramiento del nuevo Directorio y no habiendo sido
sustituido o removido don Oswaldo Paniura Ramírez, el número de Directores de la em-
presa ha quedado conformado por ocho miembros y no por siete como estatutariamente
se exige y, por otro, siendo que la vigencia del mandato del Directorio es de dos años, el
nombramiento de las nuevas personas desde el 23 de Diciembre de 1996 hasta el 30 de
marzo de 1999 ha excedido por más de un año de duración de su mandato;
Que, en lo concerniente a lo aducido por la apelante quien afirma que el título alzado debe
ser inscrito, por cuanto la consignación errada en el acta de la Junta General del 23 de
diciembre de 1996, de la renuncia de doña Natalia Gutiérrez Sánchez al cargo de direc-
tora cuando realmente es la Gerente de la sociedad y el antedicho plazo de vigencia del
mandato del Directorio, como también la omisión de considerar la remoción en el cargo
de Director de don Oswaldo Paniura Ramírez, ha sido salvada con los escritos de aclara-
ción del 14 de enero y 10 de febrero de 1997, debe precisarse que el acta que recoge los
acuerdos de la Junta General de Accionistas constituye el único instrumento que contiene
la declaración de voluntad de una Junta General y en tanto no exista una autorización
o delegación expresa conferida por este mismo órgano en favor de un tercero para que
rectifique su contenido, toda otra declaración ajena a los acuerdos de la Junta, enunciada
por terceros e incluso por sus representantes, no puede alterar ni enervar el contenido del
acta en cuestión;
Que, cabe añadir en lo referente a los mencionados escritos del 14 de enero y 10 de fe-
brero de 1997 y teniendo en consideración que la voluntad de la Junta General ha sido
recogida formalmente en un acta que integra un libro legalizado conforme a ley y que esta
acta ha sido asentada con determinados equívocos que se requiere rectificar confirmándo-
se la voluntad del órgano decisorio; que el Art. 232 del Código Civil dispone que la forma
del instrumento de confirmación debe tener iguales solemnidades a las establecidas para
la validez del acto que se confirma; y,
Estando a lo acordado:
Se resuelve:
Confirmar la observación formulada por el Registrador del Registro de Personas Jurídicas
de Lima al título referido en la parte expositiva de conformidad con los considerandos
expuestos en la presente Resolución.
Regístrese y comuníquese.
Dra. MARTHA SILVA DÍAZ
Presidenta del Tribunal Registral
Dra. ELENA VÁSQUEZ TORRES
Vocal del Tribunal Registral
Dr. WALTER POMA MORALES
Vocal del Tribunal Registral
119
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
J15 J1
Res. Nº 191-2000-ORLC/TR
Tribunal Registral
Lima, 15 de junio del 2000
120
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
Considerando:
Que, mediante el título alzado en grado se solicita la inscripción de la modificación par-
cial de estatuto de Inversiones Fabe S.A., en mérito a los partes notariales de las escrituras
públicas de fechas 9 de noviembre de 1999 y 27 de diciembre de 1999, otorgadas ante la
notaria de Lima Dra. María Mujica Barreda; apreciándose de los referidos instrumentos
públicos que en el primero se inserta el acta de la junta general de accionistas realizada
el 14 de octubre de 1999, así como los avisos de convocatoria publicados en el diario
oficial El Peruano y otro de circulación nacional, asimismo, en la escritura pública com-
plementaria se insertan avisos que dan publicidad al acuerdo de la modificación parcial
de estatuto;
Que, revisada la partida registral, ficha Nº 39105 que continúa en la partida electróni-
ca Nº 01058533 del libro de Sociedades del Registro de Personas Jurídicas de Lima,
se aprecia que en el asiento B 00001 corre extendida la adecuación del estatuto a la
Ley General de Sociedades así como su modificación total, otorgada mediante escri-
tura pública del 30 de diciembre de 1998 ante el notario de Lima Dr. Sergio Berrospi
Polo e inscrito en mérito del título Nº 7364 del 14 de enero de 1999;
Que, respecto del primer extremo de la observación sobre el lugar de celebración de
la junta, el artículo 135 de la Ley General de Sociedades establece que en el acta de
cada junta debe constar entre otros aspectos el lugar, fecha y hora en que se realizó;
lo cual debe ser concordado con lo establecido por el segundo párrafo del artículo
116 de la Ley General de Sociedades, el cual establece que el aviso de convocatoria
especifica el lugar, día y hora de celebración de la junta general, así como los asuntos
a tratar;
Que, de los documentos presentados se aprecia que en el acta de junta general del 14
de octubre de 1999 se consigna como lugar de realización de la junta “las oficinas
de la sociedad” y, en cambio, en los avisos de convocatoria se indica que el lugar de
la celebración de la junta general es en las oficinas de la sociedad ubicadas en la Av.
Pardo y Aliaga Nº 666 del distrito de San Isidro;
Que, si bien es cierto, el artículo 112 de la Ley General de Sociedades, establece que
la junta general se celebrará en el lugar del domicilio social, salvo que el estatuto
prevea la posibilidad de celebrarla en lugar distinto (lo cual no ocurre en el presente
caso), siendo que el artículo 20 de la ley define que el domicilio social es el lugar se-
ñalado en el estatuto, donde desarrolla alguna de sus actividades principales o donde
instala su administración, por lo que ambos artículos se refieren solo a la ciudad o lo-
calidad; no menos cierto es que el artículo 116 de la citada ley establece que el aviso
de convocatoria especifique el lugar en que la junta se celebrará, debiendo entenderse
que la ley requiere en este último caso una determinación de modo preciso, que per-
mita a los accionistas conocer con exactitud el lugar de celebración de la junta, para
poder intervenir y ejercer sus derechos en esta, de ahí que señalar la dirección, esto
es, indicar la avenida o calle, numeración –si la tuviera–, distrito y otras referencias,
cumple con el requerimiento del artículo;
Que, en cambio el artículo 135 de la ley societaria, que regula sobre el contenido de
las actas de las juntas resulta ser más permisivo, ya que en el acta se deja constancia
del lugar, siendo este documento una expresión escrita tanto de los acuerdos a que
arriba la junta, como de las circunstancias de tiempo y lugar en que se adopten, en
consecuencia, no se requiere que en el acta se consigne el lugar con la misma riguro-
sidad que en el aviso de convocatoria, aunque necesariamente las referencias al lugar
que consten en el acta deben permitir la verificación de que coincide con el señalado
en la convocatoria;
121
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
122
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
efecto debe tenerse en cuenta que el ejercicio del derecho de separación no suspende la
modificación del estatuto;
Que, por consiguiente no corresponde al registrador verificar dentro de su función
calificadora, el hecho que se le dé publicidad al acuerdo adoptado, sin perjuicio por
parte de la sociedad del cumplimiento de la indicada obligación, lo que del docu-
mento señalado en el primer considerando ya lo ha realizado, por consiguiente este
extremo de la observación debe ser revocado;
De conformidad con el artículo 2011 del Código Civil, artículos 150 y 151 del Re-
glamento General de los Registros Públicos, no resulta procedente acoger la presente
solicitud de inscripción; y,
Estando a lo acordado;
Se resuelve:
CONFIRMAR el segundo extremo de la observación formulada por el registrador del
Registro de Personas Jurídicas de Lima al título referido en la parte expositiva, y REVO-
CAR lo demás que contiene por los fundamentos expuestos en los considerandos de la
presente resolución.
Regístrese y comuníquese.
DRA. ELENA VÁSQUEZ TORRES
Presidenta de la Segunda Sala del Tribunal Registral
DRA. NORA MARIELLA ALDANA DURÁN
Vocal del Tribunal Registral
DR. WALTER POMA MORALES
Vocal del Tribunal Registral
123
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
J16 J1
Res. N° 020-2004-SUNARP-TR-A
Tribunal Registral
Arequipa, 30 de enero del 2004
El Peruano, 10/04/2004
124
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
les otorga, entre ellos su derecho a asistir o no a la junta en cuestión, y como consecuencia
de ello votar y, en su caso, impugnar los acuerdos aprobados”.
125
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
del Art. 413 de la Ley General de Sociedades dice ‘Desde el acuerdo de disolución
cesa la representación de los directores, administradores, gerentes y representantes
en general, asumiendo los liquidadores las funciones que le corresponden de acuerdo
a ley, al estatuto, al pacto social, a los convenios entre accionistas Inscritos ante la
sociedad y a los acuerdos de la junta general’. En tal sentido dicho acuerdo es nulo.
5. Las actas de asamblea no reúnen los requisitos del Art. 135 de la Ley General de So-
ciedades, como: indicación si se celebra en primera, segunda o tercera convocatoria,
el nombre de accionistas presentes o de quienes los representen, el número y clase
de acciones de las que son titulares, el nombre de quienes actuaron como presidente
y secretario (no se eligió secretario), la forma y resultado de las votaciones. Cuando
el acta es aprobada en la misma junta, ella debe contener constancia de dicha apro-
bación y ser firmada, cuando menos por el presidente, el secretario y un accionista
designado al efecto.
6. Falta señalar datos del libro de actas del cual se extrae el acta (s) de junta general,
como el número del libro de actas que está en uso, así como el número con el que ha
sido aperturado, fecha de legalización y nombre del funcionario que legaliza. Base
legal: Art. 13 del Reglamento del Registro de Sociedades.
7. Dejamos constancia que la transferencia de acciones no es un acto inscribible en los
Registros Públicos, dicho control lo efectúan los socios en el libro de matricula de
acciones. Base legal: Reglamento del Registro de Sociedades.
8. Finalmente, la sociedad no ha cumplido con adecuarse a la Nueva Ley General de
Sociedades, Ley N° 26887. Teniendo presente que la Nueva Ley General de Socieda-
des fue promulgada el 9/12/1997, y entró en vigencia desde el 1/1/1998, en tal sen-
tido es necesario que la estructura de la sociedad se adecue previamente a la Nueva
Ley General de Sociedades. Base legal: Ley N° 27388 (...)”.
126
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
V. Planteamiento de la cuestión
Interviene como vocal ponente Jorge Linares Carreón, con el informe oral del abogado
Jorge Alfredo Valencia Luque.
De lo expuesto y del análisis del caso, a criterio de esta Sala, la cuestión en discusión es
establecer si los actos contenidos en las actas de junta general de accionistas del 4 y 8 de
enero de 2000, en razón a la normatividad pertinente, pueden acceder al Registro.
VI. Análisis
1. Se han presentado al Registro copias certificadas notarialmente de las actas de las
juntas generales de accionistas de la Empresa Radiodifusora Comercial Juliaca
S.A., realizadas los días 4 y 8 de enero de 2000, en las que se acordó la disolu-
ción y liquidación de la sociedad, y se ratificó el nombramiento del presidente
del directorio Sr. Leoncio Torres Ccalla como gerente general de la sociedad;
acuerdos cuya inscripción se peticiona en la rogatoria.
2. Por Ley N° 26887 se promulgó la Ley General de Sociedades, estableciéndose en su
Octava Disposición Final que la misma entró en vigencia a partir del 1 de enero de 1998,
siendo por ello errada la afirmación del apelante en el sentido que cuando se llevaron a
cabo las juntas generales sub materia (los días 4 y 8 de enero de 2000) no se encontraba
vigente la Ley N° 26887. En función a ello no se debe confundir la fecha de entrada en
vigencia de la ley en mención, con el plazo para la adecuación de las sociedades a la ley,
el mismo que a mérito de sucesivas normas fue prorrogado sucesivamente.
3. En efecto, mediante la Primera Disposición Transitoria de la Ley N° 26887 se estable-
ció que las sociedades debían adecuar su pacto social y su estatuto a las disposiciones
de la ley, en la oportunidad de la primera reforma que efectúen a los mismos o, a más
tardar, dentro de los 270 días siguientes a la fecha de su entrada en vigencia (1 de
enero de 1998); la misma norma establece que hasta que las sociedades no se adapten
127
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
a la ley se seguirán rigiendo por sus propias estipulaciones en todo aquello que no se
oponga a las normas imperativas de la ley. Posteriormente, mediante Ley N° 26977,
se prorrogó el plazo para la adecuación de las sociedades hasta el 31 de diciembre de
1999; luego, mediante la Ley N° 27219 el plazo para la adecuación se volvió a pro-
rrogar hasta el 31 de diciembre de 2000, y; finalmente, mediante la Ley N° 27388 el
plazo se prorrogó, por última vez, hasta el 31 de diciembre de 2001. Por tanto, si bien
el plazo para la adecuación de las sociedades a la Ley General de Sociedades se pro-
rrogó hasta el 31 de diciembre de 2001, ello en modo alguno significa que la referida
ley entró en vigencia en tal fecha, como erradamente sostiene el apelante.
4. Ahora bien, la consecuencia de la falta de adecuación de las sociedades a la Ley
General de Sociedades es que adquieren la condición de sociedades irregulares, con
los efectos establecidos en el artículo 424 de la Ley N° 26887, esto es, que los ad-
ministradores, representantes y, en general, quienes se presenten ante terceros ac-
tuando a nombre de la sociedad irregular son personal, solidaria e ilimitadamente
responsables por los contratos y, en general, por los actos jurídicos realizados desde
que se produjo la irregularidad. Al respecto es oportuno precisar que mediante Ley
N° 27673 se estableció que las sociedades que adecúen su pacto social y estatuto a
las disposiciones de la Ley N° 26887, después de vencido el plazo establecido en
la Primera Disposición Transitoria de la ley, modificado por las Leyes N°s. 26977,
27219, no requerirán de convocatoria judicial y no serán consideradas irregulares y
consecuentemente no les serán aplicables las consecuencias señaladas en la Segunda
Disposición Transitoria de la Ley N° 26887 ni la presunción de extinción por prolon-
gada inactividad. En buena cuenta, lo que la Ley N° 27673 establece es que las so-
ciedades pueden adecuarse a la Ley N° 26887 en cualquier momento, sin establecer
un plazo límite para tal efecto.
En el presente caso, de la partida registral consta que la sociedad no se ha adecuado a la
Ley General de Sociedades; por tanto, ha devenido en una sociedad irregular, pese a que
según la Ley N° 27673 la adecuación podría realizarse en cualquier momento.
5. La irregularidad de una sociedad importa un estado a cuyo mérito la sociedad realiza
una actuación cuyo funcionamiento no guarda armonía con los preceptos que el orde-
namiento legal societario impone a las sociedades, pudiendo, sin embargo, celebrar
relaciones jurídicas válidas y eficaces con terceros. Al respecto, Gonzalo Mercado
Neumann(1) puntualiza: “Todas las sociedades irregulares, bien sea que la adquisición
efe la irregularidad se haya producido en la etapa previa a la inscripción registral o con
posterioridad a ella, se caracterizan por ser sociedades que actúan en el tráfico real y
efectivamente, constituyéndose en parte activa y pasiva de relaciones jurídicas, cuya
eficacia es reconocida por el Derecho en defensa de los terceros”.
6. De acuerdo al artículo 426 de la Ley N° 26887 –Ley General de Sociedades– ante la
existencia de una sociedad irregular, se presentan dos opciones, que según la norma
son alternativas, esto es: 1) la regularización o formalización de la sociedad, o 2) la
disolución y liquidación de la sociedad irregular.
La regularización de una sociedad de irregularidad sobrevenida (como en el caso sub
materia) implica la subsanación de la causal que originó el estado de irregularidad.
En el presente caso, la irregularidad sobrevenida de la sociedad se produjo por la
falta de adecuación de la misma a la Ley General de Sociedades, lo que determina
que su regularización (de acuerdo a la primera opción antes glosada) se producirá
con su adecuación a la ley. A su vez, la vía de la disolución y liquidación (de acuerdo
(1) Mercado Neumann, Gonzalo. Sociedades irregulares. Tratado de Derecho Mercantil. Tomo I,. Derecho Societario.
Gaceta Jurídica S.A., Lima, 2003, p. 1313.
128
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
(2) RUBIO CORREA, Marcial. Prescripción, caducidad y otros conceptos en el nuevo Código Civil. Fundación M.J. De
La Puente. Lima, 1987, p. 201.
129
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
bio de domicilio social, etc., temas que también están vinculados al “destino” de la
sociedad. En razón a lo señalado, el punto 1 de la tacha debe ser confirmado.
10. Conforme al segundo párrafo del artículo 131 de la Ley N° 26887, cualquiera que
sea el número de reuniones en que se divida una junta, se la considerará como una
sola, debiendo el quórum computarse y establecerse al inicio de la junta, de acuerdo
al primer párrafo del artículo 124 de la misma norma. En el presente caso, en el acta
del 8 de enero de 2000 (a la que solo asistió el accionista Leoncio Torres Ccalla) se
consigna que a cada uno de los accionistas Leoncio Torres Ccalla, Josefina Cuentas
de Mita y Domingo Luque Apaza les corresponde el 33,33% del capital social; por
lo que al haberse establecido el porcentaje accionarial de quienes intervienen en la
junta general, debe revocarse el punto 2 de la tacha. Se deja constancia que del título
no consta que se haya presentado acta del 22 de diciembre de 1999 (como señala el
Registrador), porque las actas presentadas son del 4 y 8 de enero de 2000.
11. Del acta del 8 de enero de 2000 consta que se nombra como liquidador de la sociedad
al Sr. Leoncio Torres Ccalla; por lo que el punto 3 de la tacha debe ser revocado. Se
deja constancia que del título no consta que se haya presentado acta del 22 de diciem-
bre de 1999, porque las actas presentadas son del 4 y 8 de enero de 2000, por lo que
la tacha es errada al indicar que existe acta del 22 de diciembre de 1999.
12. Conforme al tercer párrafo del artículo 413 de la Ley N° 26887, desde el acuerdo
de disolución cesa la representación de los directores, administradores, gerentes y
representantes en general, asumiendo los liquidadores las funciones que les corres-
ponde conforme a ley, al estatuto, al pacto social, a los convenios entre accionistas
inscritos ante la sociedad y a los acuerdos de la junta general.
13. En el presente caso, al haberse acordado la disolución y liquidación de la sociedad,
resulta contrario a la norma contenida en el artículo 413 de la Ley N° 26887 el
nombrarse, simultáneamente, como gerente general de la sociedad al Sr. Leoncio
Torres Ccalla; por lo que el punto 4 de la tacha debe confirmarse. Al respecto, debe
añadirse que en el asiento 14 de la partida registral corre inscrito que ya en sesión
extraordinaria de junta general del 29 de diciembre de 1977 se acordó la disolución
de la sociedad, nombrándose como liquidador al Sr. Leoncio Z. Torres.
14. Conforme al artículo 135 de la Ley N° 26887, en el acta debe constar la designación
de un secretario, quien se encargará de la redacción del acta; señalándose en la mis-
ma norma, entre otros temas, que el acta tiene fuerza legal desde su aprobación, y que
para ello es necesario que, si el acta es aprobada en la misma junta, ella debe contener
constancia de dicha aprobación y ser firmada, cuando menos, por el presidente, el
secretario y un accionista designado al efecto.
15. De las actas del 4 de enero de 2000 y 8 de enero de 2000 no consta que se haya
nombrado a un secretario. Al respecto, el apelante sostiene que los notarios pú-
blicos que participaron en las reuniones suplieron las funciones del secretario, lo
que hubiera sido lícito, sin embargo ello no se desprende de las actas y todo lo
contrario, en el acta del 4 de enero de 2000 se consigna que el notario Luis Cuba
Oballe se retiró de la reunión al no habérsele renovado su contrato de servicios
notariales (solo se le contrató por una hora); en todo caso, de acuerdo al artículo
138 de la Ley N° 26887 la función que los notarios públicos tienen al participar
en las juntas es la de certificar la autenticidad de los acuerdos adoptados. Asi-
mismo, de las actas presentadas no consta que estas hayan sido aprobadas, ni que
estén firmadas por el secretario debidamente nombrado, dado que solo aparecen
firmadas por el Sr. Leoncio Torres Ccalla en su doble condición de presidente y
accionista. Por ello debe confirmarse el punto 5 de la tacha.
130
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
16. Conforme al artículo 136 de la Ley N° 26887, excepcionalmente, cuando por cualquier
circunstancia no se pueda asentar el acta en los libros o documentos indicados en el
artículo 134 de la misma norma, ella se extenderá y firmará por todos los accionistas
concurrentes en un documento especial, el que se adherirá o transcribirá al libro o a
las hojas sueltas no bien estas se encuentren disponibles, o en cualquier otra forma que
permita la ley. Asimismo, conforme al artículo 112 del D.L. N° 26002 - Ley del Nota-
riado - el notario certifica la apertura de libros u hojas sueltas de actas, de contabilidad
y otros que la ley señale; conforme al artículo 113 de la misma norma la legalización
consiste en una constancia puesta en la primera foja útil del libro o primera hoja suelta
con indicación del número que el notario le asignará, del nombre, de la denominación o
razón social de la entidad el objeto del libro números de folios de que consta y si esta es
llevada en forma simple o doble, día y lugar en que se otorga y, sello y firma del notario,
todos los folios llevarán sello notarial, y; finalmente, de acuerdo al artículo 115 de la
misma norma, para solicitar la legalización de un segundo libro u hojas sueltas, deberá
acreditarse el hecho de haberse concluido el anterior o la presentación de certificación
que demuestre en forma fehaciente su pérdida.
17. De las actas presentadas consta que no existen los libros societarios, dado que solo
existen algunas copias fotostáticas del libro de actas debidamente legalizado, por
lo que la sociedad debe proceder a aperturar otro libro de actas de juntas generales
(de acuerdo al artículo 115 de la Ley N° 26002), para así posibilitar, en función al
principio de titulación auténtica, el acceso de los acuerdos pertinentes al Registro. En
mérito a lo señalado, debe confirmarse el punto 6 de la tacha; dejándose constancia
que en este caso no se está aplicando el Reglamento del Registro de Sociedades, por
ser una norma emitida con posterioridad a la realización de las juntas generales sub-
materia, sino las normas antes glosadas.
18. Lo consignado en el punto 7 de la tacha no constituye propiamente una objección
táctica o legal a la inscripción del título, porque constituye una abstracta afirmación
jurídica; por ello debe ser dejada sin efecto.
19. Como se ha indicado precedentemente, en el asiento 14 de la partida registral (remitida
a este Colegiado mediante Oficio N° 2770-2003/Z.R.N° XIII-ORJ, para la absolución
del grado) consta que a mérito de la sesión extraordinaria de junta general del 29 de
diciembre de 1977 se acordó la disolución y liquidación de la sociedad, asiento que se
encuentra legitimado de acuerdo al artículo 2013 del Código Civil. De la revisión del
título archivado que sustenta tal asiento (remitido a este Colegiado mediante Oficio N°
00141-2004/ZR N.XIII-ORJ) fluye que se nombró a la junta liquidadora de la socie-
dad, siendo su presidenta la señora Josefina C. Cuentas y su vicepresidente el señor
Leoncio Z. Torres Ccalla. En razón a lo indicado, el título que se pretende inscribir
(disolución y liquidación de la sociedad) es incompatible con el título inscrito en el
asiento 14 de la partida registral, que también publicita una disolución y liquidación de
la sociedad acordada hace muchos años atrás; por ello, al ser títulos excluyentes entre
sí, de acuerdo al artículo 2017 del Código Civil, el título submateria adolece de defecto
insubsanable, por lo que debe ampliarse la tacha en tal sentido.
20. Conforme al artículo 126 de la Ley N° 26887, para que la junta adopte válidamente
acuerdos relacionados, entre otros temas, con la disolución y liquidación de la so-
ciedad, es necesaria en primera convocatoria, cuando menos, la concurrencia de dos
tercios de las acciones suscritas con derecho a voto, en segunda convocatoria basta
la concurrencia de al menos tres quintas partes de las acciones suscritas con derecho
a voto. Tal norma prescribe un quórum calificado en función a la naturaleza e impor-
tancia societaria de los temas en ella previstos.
21. En el presente caso, el único socio concurrente, que acreditó su condición como
tal, en las juntas del 4 y 8 de enero de 2000, en las que se acordó la disolución y
131
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
liquidación de la sociedad, fue el Sr. Leoncio Torres Ccalla, quien como él mismo
lo reconoce tiene el 33,33% del accionariado de la sociedad. En razón a lo señalado,
teniéndose en cuenta que el quórum calificado requerido para la adopción válida
de acuerdos de disolución y liquidación societaria es del 60% del accionariado, no
el 33,33%, el título adolece de defecto insubsanable; por lo que debe disponerse la
ampliación de la tacha en tal sentido.
22. De la revisión de la copia certificada de la partida registral relativa a la Empresa Radio
Difusora Comercial Juliaca S.A., remitida a este Colegiado por el Registrador Público
con el oficio de alzada N° 2770-2003/Z.R.N°XIII-ORJ, se desprende que los dife-
rentes asientos han sido transcritos sin haberse extendido el asiento de regularización
pertinente; por ello, debe disponerse que el Registrador Público proceda a realizar las
acciones prevista en los artículos 71 al 73 del Reglamento General de los Registros
Públicos, para conseguir la extensión del asiento de regularización pertinente.
23. De conformidad con el Art. 2011 del Código Civil, el Art. V del Título Preliminar y
Arts. 31, 32 y 156 del Reglamento General de los Registros Públicos.
Estando a lo acordado por unanimidad, con la intervención de la vocal (e) Claudia
Tejada Ponce, según Resolución del Superintendente Adjunto de los Registros Públi-
cos N° 030-2003-SUNARP/SA, del 16 de diciembre de 2003.
Vil. Resolución
1. REVOCAR los puntos 8, 2, y 3 de la tacha, a mérito de lo señalado, respectivamente,
en los numerales 6, 10 y 11 del análisis de esta resolución.
2. CONFIRMAR los puntos 1, 4, 5 y 6 de la tacha, a mérito de lo señalado, respectiva-
mente, en los numerales 9, 13, 15 y 17 del análisis de esta resolución.
3. AMPLIAR LA TACHA, a mérito de lo señalado en los numerales 19 y 21 del análi-
sis de esta resolución.
4. DEJAR SIN EFECTO el punto 7 de la observación, a mérito de lo señalado en el
numeral 18 del análisis de esta resolución.
5. DISPONER que el Registrador Público realice las acciones pertinentes para la exten-
sión del asiento de regularización correspondiente, según lo señalado en el numeral
22 del análisis de esta resolución.
Regístrese y comuníquese
132
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
J17 J1
Res. Nº 249-2002-ORLC/TR
Tribunal Registral
Lima, 14 de mayo de 2002
133
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
134
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
VI. Análisis
1.- De conformidad con el artículo 134 de la Ley General de Sociedades, los acuerdos de
la junta general constan en actas, las que pueden asentarse en un libro especialmente
abierto a dicho efecto, en hojas sueltas o en cualquier otra forma que permita la Ley,
señalando seguidamente el mencionado artículo, que cuando las actas consten en
libros o documentos ellos serán legalizados conforme a Ley.
El artículo 136 de la Ley General de Sociedades prevé que, excepcionalmente, las
actas que contienen los acuerdos de los órganos sociales, puedan extenderse en do-
cumento especial, cuando por cualquier circunstancia no se puedan asentar en los
libros de la sociedad. El documento especial se adherirá o transcribirá al libro no bien
se encuentre disponible o en cualquier otra forma que permita la Ley. El documento
especial deberá ser entregado al gerente general, quien será responsable de cumplir
con lo antes previsto en el más breve plazo.
2.- Esta instancia, a través de sus resoluciones ha establecido que procede la inscripción
de los acuerdos de la junta general extendidos en documento especial cuando los
acuerdos provengan de una junta general convocada judicialmente, pues en dicho
supuesto resultaría ineficaz haber acudido al Poder Judicial para que convoque a jun-
ta y una vez obtenido resolución favorable y celebrarse la junta general, encontrarse
en la imposibilidad de inscribir los acuerdos adoptados al no contarse con los libros
(Resolución Nº 171-99-ORLC/TR del 16 de julio de 1999).
Otro de los supuestos en los que se ha señalado que procede la inscripción en mérito
a documento especial es la convocatoria realizada por el Notario a efectos de la ade-
cuación del estatuto a la Ley General de Sociedades, facultad otorgada al señalado
profesional en virtud del Decreto de Urgencia Nº 111-2000 del 1 de diciembre de
2000.
3.- Asimismo, esta instancia ha establecido dos supuestos adicionales, los que no
resultan aplicables a las sociedades sino a las asociaciones y cooperativas, pues
se trata de las asambleas en las que se acuerda el nombramiento de los repre-
sentantes ante la Cofopri para que realicen los trámites de titulación a que hace
referencia la Ley 26878 –Ley General de Habilitaciones Urbanas–, y en el caso
de las cooperativas, cuando la asamblea general es convocada por el consejo de
vigilancia, en el supuesto del artículo 31 inciso 16 de la Ley General de Coope-
rativas.
4.- Sin embargo, el actual Reglamento del Registro de Sociedades establece en el Art.
6 que “Los actos que constan en documentos especiales, se inscribirán solo después
que hayan sido adheridos o transcritos al libro o a las hojas sueltas correspondientes.
Excepcionalmente, se inscribirán cuando, por razones de imposibilidad manifiesta
debidamente acreditadas a criterio del Registrador, no resulte posible adherirlos o
transcribirlos”.
135
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
136
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
juntas generales, así como la representación de los socios en ellas, se regirá por las
disposiciones de las sociedades anónimas en cuanto sean aplicables. Esto mismo está
establecido en la cláusula sétima del estatuto de la sociedad (título archivado 871 del
13 de abril de 1978).
9. El artículo 294 inciso 3 de la vigente Ley General de Sociedades establece que el
pacto social de las sociedades comerciales de responsabilidad limitada debe incluir
reglas relativas a “la forma y oportunidad de la convocatoria que deberá efectuar el
gerente, mediante esquelas bajo cargo, facsímil, correo electrónico u otro medio de
comunicación que permita obtener constancia de recepción, dirigidas al domicilio o
a la dirección designada por el socio a este efecto”.
En ese sentido, debe definirse si la norma citada es imperativa.
10.- Las normas imperativas son definidas como aquellas que se imponen de modo abso-
luto a la voluntad de los particulares, pues estos no pueden sustituirlas ni alterarlas.
La Ley General de Sociedades no establece expresamente cuáles de sus normas son
imperativas. Dado que las normas imperativas no admiten pacto en contrario, cuando
expresamente una norma dispone que no admite pacto en contrario, se tiene la certe-
za que se trata de una norma imperativa. Asimismo, cuando expresamente una norma
sanciona con nulidad su inobservancia, se tiene la certeza que se trata de una norma
imperativa.
Sin embargo, existen normas que –a pesar de no consignar expresamente que no
admiten pacto en contrario o no sancionar expresamente con nulidad su inobser-
vancia–, recogen aspectos sustanciales de la sociedad que necesariamente deben ser
cumplidos, esto es, son normas imperativas. Es el caso por ejemplo del Art. 283 de la
Ley, que señala que en la sociedad comercial de responsabilidad limitada el capital
está dividido en participaciones iguales, acumulables e indivisibles, que no pueden
ser incorporadas en títulos valores ni denominarse acciones.
11.- En este caso la norma bajo examen introduce una forma especial de convocatoria
a junta general, no contemplada por la anterior Ley General de Sociedades. Esta
forma especial de convocatoria ha sido expresamente establecida para la sociedad
comercial de responsabilidad limitada así como para la sociedad anónima cerrada.
En cambio, se ha mantenido la convocatoria a través de publicaciones en los diarios
para las sociedades anónimas.
Esta forma de convocatoria –en la que la misma se dirige al domicilio del socio,
con constancia de recepción–, es por lo tanto propia de las sociedades con número
limitado de socios, constituyéndose en un rasgo esencial de la sociedad comercial de
responsabilidad limitada, lo que se ve reforzado por los términos mandatorios en que
está redactada la norma bajo examen.
En ese sentido, se concluye que la norma contenida en el artículo 294 inciso 3 de
la Ley General de Sociedades es de carácter imperativo, razón por la que todas las
sociedades comerciales de responsabilidad limitada, aun cuando no se hayan ade-
cuado a la Ley General de Sociedades vigente, se encuentran obligadas a observar su
aplicación.
12.- Ahora bien, no existe inconveniente en que en la sociedad comercial de responsabili-
dad limitada se efectúe la convocatoria a junta general mediante publicaciones en los
diarios, siempre que esta convocatoria se realice en forma adicional a la convocatoria
que debe realizar el gerente utilizando medio de comunicación que permita obtener
constancia de recepción.
13.- En este caso la convocatoria a la junta del 7 de diciembre de 2001 fue realizada por el
Presidente Ejecutivo mediante publicaciones en el Diario Oficial El Peruano y en el
137
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
VII. Resolución
REVOCAR el primer extremo y CONFIRMAR el segundo extremo de la observación
formulada por la Registradora Pública del Callao al título referido en la parte expositiva.
Regístrese y comuníquese.
NORA MARIELLA ALDANA DURÁN
Presidenta de la Tercera Sala
del Tribunal Registral
FREDY SILVA VILLAJUÁN
Vocal del Tribunal Registral
LUIS ALBERTO ALIAGA HUARIPATA
Vocal del Tribunal Registral
138
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
J18 J1
Exp. N° 2390-2006
Corte Superior de Justicia de Lima
12 de enero del 2007
Autos y vistos:
Es materia de grado la apelación interpuesta por la entidad demandada, contra la reso-
lución número dieciocho (sentencia) de fecha veintiséis de abril del dos mil seis obrante
de fojas trescientos sesentidós a trescientos setenticuatro, que declara fundada en todos
sus extremos la demanda, en consecuencia nulo y sin efecto los acuerdos adoptados en la
junta general de accionistas de fecha treintiuno de marzo del dos mil tres y su continua-
ción de fecha cinco de abril del citado año; interviniendo como Vocal Ponente el Señor
Betancour Bossio; y,
Atendiendo:
Primero.- Son argumentos de la parte apelante los siguientes: a) Del acta de la junta
general cuestionada, fluye que la propuesta del Presidente de la citada junta contempló la
ratificación del directorio elegido el trece de febrero del dos mil tres, que se encontraba
en funciones, por lo que se deja de lado la remoción y nueva elección, ya que carece de
sentido, en tanto que la junta somete a aprobación la ratificación del directorio, elegido
139
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
140
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
con esta norma, vulnerando el derecho de los accionistas minoritarios a obtener represen-
tatividad en el directorio, por consiguiente el acuerdo tomado es contrario a Ley. Debien-
do agregar que la excepción citada en el último párrafo de la norma expuesta, referente a
la inaplicación de este precepto cuando los directores son elegidos por unanimidad, no es
procedente, dado que en la junta general dicho punto fue materia de votación, aprobándo-
se el mismo por mayoría, conforme se puede advertir del acta de dicha junta que corre en
autos (fojas ciento treintitrés); por consiguiente el argumento expuesto no resulta cierto,
debiendo desestimarse.
Sexto.- En cuanto al argumento expuesto en el punto b) del primer considerando, si bien
es cierto al tratarse el segundo punto de la agenda, referente a la elección del directorio,
no se tomó decisión al respecto, pues ya se había procedido con la ratificación en los
cargos de los miembros del mismo, elegidos en anterior junta general de accionistas,
sin embargo, ello no significa que no se pueda aplicar el artículo 164 de la Ley acotada
(26887), pues es innegable que la ratificación del acuerdo, es referente a la elección de
los miembros del directorio elegido anteriormente, en tal sentido no se puede aplicar un
criterio restrictivo al analizar la norma expuesta, tanto más, si es evidente la vulneración
del derecho de los accionistas minoritarios a obtener protección de sus intereses, así como
el incumplimiento de la norma concerniente a la constitución del directorio con repre-
sentación de los accionistas minoritarios. Por ende, el argumento citado en esta parte no
resulta amparable.
Sétimo- En lo referente al argumento citado en el punto c) del primer considerando, ello
no resulta creíble, puesto que don Norbert Lind Petrovic, representante de los accionistas
Fernando de Trazegnies Granda y Emerging Markets Investmens, al procederse a la vo-
tación respecto al primer punto de agenda de la junta general, concerniente a la remoción
de los miembros del directorio y la designación de sus reemplazantes, se mencionó en el
acta “(...) el doctor Norbert Lind vota en contra con el cuarentisiete por ciento de las ac-
ciones que representa, señalando que la petición aprobada por la mayoría del señor Gui-
llermo Dasso carece de sustento legal y estatutario y se reserva el derecho de impugnar
los acuerdos producto de ambas votaciones”(fojas ciento treintitrés); en tal sentido debe
considerarse que tal acto conlleva a formular oposición al acuerdo tomado, no debiendo
asumir el sentido literal de lo expuesto, sino la sustantividad del texto, debiendo concluir
que el acto de impugnar, conlleva a una oposición al acuerdo, que establece el artículo
140 de la Ley General de Sociedades, por ende los demandantes cuentan con legitimación
activa que les permite ejercer vía derecho de acción, la pretensión demandada. A mayor
abundamiento es preciso hacer mención también a lo expuesto por el representante de los
accionistas demandantes (fojas ciento cuarenticuatro) “En este mismo acto a nombre de
mis accionistas que represento en esta junta, deseo expresar que nos reservamos funda-
mentaroportunamenteantelaautoridadquecorrespondalosrecursosdeimpugnaciónde
los acuerdos adoptados en esta junta (...)”.
Octavo.- La conclusión expuesta precedentemente, encuentra mayor sustento, puesto
que, en el caso de autos, se ha producido la vulneración de una norma societaria, que
atenta contra el derecho de los accionistas; por consiguiente, la pretensión de impugna-
ción procede contra acuerdos de la junta general cuyo contenido sea contrario a esta ley,
se oponga al estatuto o al pacto social, o lesione en beneficio directo o indirecto de uno o
varios accionistas, los intereses de la sociedad, como ha sucedido en el caso de autos. En
tal sentido lo alegado en esta parte por el apelante tampoco resulta imparable.
Noveno.- En lo referente al argumento precisado en el punto d) del primer considerando,
debe señalarse que el agravio alegado no se ha producido, ya que en el caso materia de
autos, ante la vulneración de los derechos de los accionistas impugnantes y haber ejercido
su derecho de acción, al formular la pretensión de impugnación de acuerdos, el A quo al
resolver el proceso, aplicó las normas de carácter societario, conforme se ha expuesto en
141
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
los considerandos precedentes. Por otro lado, en cuanto al castigo de costas y costos, que
le causa un agravio de orden económico, ello tampoco encuentra sustento, puesto que la
propia norma procesal civil en su artículo 412, señala que “El reembolso de las costas
y costos del proceso no requiere ser demandado y es de cargo de la parte vencida, salvo
declaración judicial expresa y motivada de exoneración”; por ende el pago de costas y
costos es procedente y es de cargo de la parte vencida, como en el presente caso se ha
dado, siendo este un asunto accesorio que no versa sobre el fondo del asunto. En tal sen-
tido las alegaciones efectuadas en esta parte deben ser desestimadas,
Por dichas consideraciones:
Se resuelve:
CONFIRMAR la sentencia contenida en la resolución número dieciocho de fecha veinti-
séis de abril del dos mil seis, obrante de fojas trescientos sesentidós a trescientos setenti-
cuatro, que declara FUNDADA la demanda interpuesta por FERNANDO DE TRAZEG-
NIES GRANDA y EMERGING MARKETS INVESTMENTS contra la SOCIEDAD
MINERA TINTIRAYOC S.A.C. sobre Impugnación de Acuerdos, que ordena la nulidad
y deja sin efecto los acuerdos adoptados en la junta general de accionistas de fecha trein-
tiuno de marzo del dos mil tres y su continuación el cinco de abril del dos mil tres, con
costas y costos; DISPUSIERON que consentida o ejecutoriada que sea la presente reso-
lución se devuelvan los presentes autos al juzgado de origen.
S.S.
BETANCOUR BOSSIO
RUIZ TORRES
MARTÍNEZ ASURZA
142
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
J19 J1
Cas. N° 504-99
Corte Suprema de la República
Lima, 10 de agosto de 1999
143
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
vez que conforme a Ley, es el Juez Civil el único competente para conocer de cualquier
acción por las controversias que se susciten respecto de la convocatoria de las juntas
generales de accionistas y los acuerdos que en ella se adopten y con lo resuelto se le ha
afectado su derecho a la tutela jurisdiccional, infringiendo lo dispuesto en el Artículo
Primero del Título Preliminar del Código Civil;
Considerando:
Primero.- Que, la acción interpuesta es la de impugnación de acuerdos de la junta ge-
neral extraordinaria de accionistas de la Compañía Latinoamericana de Radiodifusión
Sociedad Anónima, de fecha veintiséis de setiembre de mil novecientos noventisiete y
para que se deje sin efecto la referida junta, por cuanto entre la primera y la segunda
convocatoria no mediaron tres días como lo exige la Ley General de Sociedades;
Segundo.- Que, la sentencia de vista ha considerado que como la convocatoria reposa
en un mandato judicial del Primer Juzgado Corporativo Transitorio de Derecho Público,
cualquier cuestionamiento a la misma correspondía hacerlo en el mismo proceso y no
en vía de acción, desde que admitir lo contrario importaría alterar los términos de una
decisión judicial firme;
Tercero.- Que, el Artículo ciento cincuentidós de la Ley General de Sociedades, apro-
bada por Decreto Legislativo número trescientos once, modificado por la segunda dis-
posición modificatoria del Código Procesal Civil, aplicable al caso por razón de tiempo,
establece que las impugnaciones de juntas generales o de acuerdos adoptados en ellas
que se funden en defecto de convocatoria o a falta de quórum, se tramitan como proceso
sumarísimo;
Cuarto.- Que, tratándose una acción de impugnación de junta general y de sus acuerdos, ba-
sada en defecto de convocatoria, el trámite que le correspondía era de proceso sumarísimo;
Quinto.- Que, los Artículos quinto y sexto del Código Procesal Civil disponen que co-
rresponde a los órganos jurisdiccionales civiles el conocimiento de todo aquello que no
esté atribuido por la Ley a otros órganos jurisdiccionales y que la competencia civil no
puede renunciarse ni modificarse, salvo en aquellos casos expresamente previstos en la
Ley o en los convenios internacionales respectivos;
Sexto.- Que, en consecuencia, el proceso sumarísimo de impugnación de acuerdos, de
conformidad con las disposiciones antes citadas del Código Procesal Civil, era de com-
petencia de los Jueces Civiles, al no existir Jueces Comerciales;
Sétimo.- Que, la convocatoria a la junta extraordinaria de accionistas de la Compañía
Latinoamericana de Radiodifusión Sociedad Anónima, realizada por el Primer Juzgado
Corporativo Transitorio de Derecho Público, ha sido dictada dentro de la acción de am-
paro interpuesta por don Samuel y Mendel Winter Zuzunaga, contra don Baruch Ivcher
Bronstein, el Ministerio del Interior y el Ministerio de Transportes, Comunicaciones,
Vivienda y Construcción, y en el que no ha sido parte la demandante, por lo que no puede
afectar a ella lo resuelto en dicho proceso;
Octavo.- Que, al declararse improcedente la demanda de impugnación de acuerdos, se
ha afectado a la actora su derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, contemplado en el
Artículo Primero del Código Procesal Civil y se ha incurrido en las causales de nulidad a
que se refieren los Artículos seis y ciento setentiuno del Código Procesal Civil;
Noveno.- Que, por las razones expuestas y presentándose la causal del inciso
tercero del Artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil, y de con-
formidad con el acápite dos punto uno del Artículo trescientos noventiséis del
Código Adjetivo; declararon: FUNDADO el Recurso de Casación de fojas cua-
trocientos veintisiete interpuesto por doña Michal Ivcher Even; en consecuencia
declara NULA la sentencia de vista de fojas trescientos treintitrés, su fecha trece
144
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
SS ORTIZ B.
SÁNCHEZ PALACIOS P.
ECHEVARRÍA A.
CASTILLO LA ROSAS
ALVA S.
145
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
J20 J1
Cas. N° 3070-98-Lambayeque
Corte Suprema de la República
Lima, 2 de junio de 1997
146
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
previstas en los incisos primero, segundo y tercero del Artículo trescientos ochentiséis
del Código Procesal Civil, esto es, en la interpretación errónea del Artículo ciento ochen-
tiocho de la Ley número veintiséis mil ochocientos ochentisiete (Ley General de Socie-
dades), inaplicación del Artículo veintiséis del Decreto Legislativo número ochocientos
dos y Decreto de Urgencia número ciento once-noventisiete; y en la contravención de las
normas que garantizan el derecho al debido proceso, en razón de que la Sala ha vulnerado
las normas procesales contenidas en los Artículos primero, segundo y tercero del Título
Preliminar del Código Procesal Civil y en los Artículos segundo y cuatrocientos sesenti-
séis del acotado, referidas a la tutela jurisdiccional referente al ejercicio del derecho de
las partes de fijar sus pretensiones y hechos sustentatorios.
Considerando:
Primero.- Que, del análisis de la demanda se desprende que esta es interpuesta por la
Empresa Agroindustrial Pomalca Sociedad Anónima, representada por quien dice ser
Presidente del Directorio Luis Rodríguez Brumester y los accionistas que suscriben por
su propio derecho y como delegados en representación de otros, materializando en esta
forma una acumulación subjetiva, activa y originaria con arreglo a los Artículos ochenti-
trés y ochentinueve del Código Procesal Civil; esos accionistas son don Absalón Benavi-
des Tiravanti, Pedro Sánchez Santacruz, Antonio Mena Morales, Félix Pillaca Sánchez,
Napoleón Coronado Cadenillas, Gumercindo Agapito Bejarano, Óscar Siancas Bobadi-
lla, Manuel Chirinos Campos, José Yovera Portocarrero, Eduardo Pejerrey Gastulo, Vir-
gilio Sánchez Acuña, Roberto Paz Lamas, Teremerio Díaz Alarcón, Hermis Silva Albújar
y don Felipe Artemio Mondragón Flores.
Segundo.- Que, el demandado Bernardino Céspedes Pérez, interpuso la excepción de fal-
ta de legitimidad para obrar de los demandantes porque la acción la planteaban a nombre
de la empresa Agro Industrial Pomalca Sociedad Anónima, cuando a esta le correspondía
ser la demandada por tratarse de una impugnación de acuerdos de una Junta General.
Tercero.- Que, la sentencia de vista impugnada, en su parte pertinente declara fundada la
excepción, por esa razón y por falta de legitimidad de obrar del demandado, olvidándose
de los quince socios demandantes que accionaban también por su propio derecho de
accionistas, de conformidad con la facultad que confiere el Artículo ciento cuarenta de la
Ley General de Sociedades número veintiséis mil ochocientos ochentisiete.
Cuarto.- Que, en cambio esa decisión se ajusta a Ley cuando se refiere a la falta de le-
gitimidad para obrar de la empresa, que figura como demandante cuya Junta General se
impugna, pues de acuerdo con la misma norma citada el derecho legítimo para demandar
lo tienen los socios con las calidades que indica; y en verdad procedimental, en esta ac-
ción esa empresa con su nuevo Directorio hasta ahora vigente, tiene la condición de litis
consorte necesario pasivo.
Quinto.- Que, no obstante, por lo expresado en el considerando tercero la decisión de la
Sala Civil Superior al privarles su derecho a plantear la acción a los socios demandantes,
si bien es cierto que transgrede las normas de tutela jurisdiccional del debido proceso,
también es cierto que es como consecuencia de la aplicación defectuosa de normas de
derecho material contenidas en el artículo citado.
Sexto.- Que, estando a las conclusiones precedentes el Recurso de Casación es fundado
por la causal primera del Artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil y
corresponde pronunciarse de conformidad con el inciso primero del Artículo trescientos
noventiséis del mismo Cuerpo de Leyes.
Sentencia:
Por estos fundamentos, declararon FUNDADO el Recurso de Casación interpuesto por
don Absalón Benavides Tiravanti y otros a fojas trescientos setenta; en consecuencia
147
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
S.S.
URRELLO A.
ORTIZ B.
SÁNCHEZ PALACIOS P..
ECHEVARRÍA A.
CASTILLO LA ROSA S.
148
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
J21 J1
Cas. N° 2481-98-Lima
Corte Suprema de la República
Lima, 2 de marzo de 1999
Considerando:
Primero.- Que, la resolución de vista materia de casación declara improcedente la demanda
interpuesta por don Genaro Delgado Parker teniendo como fundamento la derogada Ley Ge-
neral de Sociedades, ley aplicable al caso; y en consecuencia, son de aplicación los Artículos
ciento treintinueve, ciento cuarenticuatro y ciento cuarenticinco de la misma.
149
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
Segundo.- Que, la Ley General de Sociedades número veintiséis mil ochocientos ochen-
tisiete comenzó a regir a partir del primero de enero de mil novecientos noventiocho,
salvo disposición distinta de algún artículo de dicha ley, según lo dispuesto por su Octava
Disposición Final.
Tercero.- Que, la demanda de impugnación incoada por don Genaro Delgado Parker se
dirige contra los acuerdos adoptados en la Junta de Accionistas de fecha seis y nueve de
enero de mil novecientos noventiocho, la misma que se interpuso el seis de marzo del
mismo año; sin embargo, dichos acuerdos se refieren a la ratificación de acuerdos adopta-
dos en Junta de Accionistas celebradas en mil novecientos noventiséis y mil novecientos
noventisiete, a las cuales el demandante concurrió y no las observó.
Cuarto.- Que, en consecuencia, eran aplicables al caso las normas de la derogada Ley
General de Sociedades, por tanto no se han aplicado indebidamente los Artículos ciento
treintinueve, ciento cuarenticuatro y ciento cuarenticinco de la derogada Ley General de
Sociedades.
Quinto.- Que, la denuncia de inaplicación del Artículo ciento cuarentidós de la Ley nú-
mero veintiséis mil ochocientos ochentisiete, Ley General de Sociedades, vigente, se
circunscribe exclusivamente al tema de aplicación de la ley en el tiempo. En tal sentido, a
fin de determinar qué ley es la aplicable al presente caso, se requiere precisar previamente
cuáles son los hechos que han servido de supuesto jurídico a la norma jurídica.
Sexto.- Que, en el escrito de demanda se ha fijado como pretensión la nulidad de los
acuerdos adoptados en la Junta General Ordinaria y Extraordinaria de Accionistas del
Grupo Pantel Sociedad Anónima, realizada con fechas seis y nueve de enero de mil no-
vecientos noventiocho. En dicha junta se ratificaron los acuerdos adoptados en el año de
mil novecientos noventiséis y noventisiete, es decir, en la junta de fechas seis y nueve
de enero de mil novecientos noventiocho se han ratificado los acuerdos del año de mil
novecientos noventiséis y noventisiete, hechos que estaban regulados por el Decreto Le-
gislativo número trescientos once.
Sétimo.- Que, los acuerdos adoptados en el año de mil novecientos noventiséis y noven-
tisiete, constituyen hechos que se han subsumido al supuesto jurídico contemplado en el
Artículo ciento cuarenticuatro del Decreto Legislativo número trescientos once.
Octavo.- Que, realizando una interpretación sistemática de las normas que regulan la
aplicación de la ley en el tiempo, se debe concluir que de manera general el Código Civil
acoje la teoría de los hechos cumplidos, conforme está regulado en los Artículos tercero
del Título Preliminar y dos mil ciento veintiuno, sin embargo, solo de manera especial,
cuando la ley lo establece expresamente, debe entenderse que una norma es de aplicación
ultractiva, conforme está regulado en el Artículo dos mil ciento veinte del citado cuerpo
legal.
Noveno.- Que, siendo de aplicación al presente caso la teoría de los hechos cumplidos,
es necesario precisar previamente si el hecho del vencimiento del plazo de caducidad de
impugnación de los acuerdos del año mil novecientos noventiséis y noventisiete, se ha
producido o no.
Décimo.- Que, el Artículo ciento cuarenticuatro del Decreto Legislativo número tres-
cientos once establecía un plazo de caducidad de seis meses para impugnar el Acuerdo
de la Junta General, no habiendo el recurrente impugnado dentro de ese plazo los citados
acuerdos, debe entenderse que el vencimiento del plazo de caducidad para impugnar se
ha cumplido, en consecuencia, habiéndose consumado los hechos bajo el imperio del
citado Decreto Legislativo, no resulta de aplicación al presente caso el Artículo ciento
cuarentidós de la Ley número veintiséis mil ochocientos ochentisiete, Ley General de
Sociedades vigente.
150
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
Sentencia:
Estando a las consideraciones que anteceden, la Sala Civil de la Corte Suprema; declara
INFUNDADO el Recurso de Casación interpuesto por don Genaro Delgado Parker; en
consecuencia, NO CASAR la resolución de vista de fojas ciento veintiséis, su fecha tres
de agosto de mil novecientos noventiocho, CONDENARON al recurrente al pago de una
multa de dos Unidades de Referencia Procesal así como de las costas y costos originados
en la tramitación del recurso; en los seguidos con Grupo Pantel Sociedad Anónima, sobre
impugnación de acuerdos; ORDENARON se publique la presente resolución en el Diario
Oficial El Peruano; bajo responsabilidad; y los devolvieron.
SS. PANTOJA
IBERICO
RONCALLA
OVIEDO DE A.
CELIS.
151
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
J22 J1
Res. Nº 397-2001-ORLC/TR
Tribunal Registral
Lima, 12 de setiembre de 2001
152
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
por junta general del 03/01/2001 fue removido del cargo. Artículo 2015 del CC. Artículo
151 del Reglamento General de los Registros Públicos. Habiéndose registrado la remo-
ción del Sr. Eddie Aldo Ángel Thornberry Schiantarelli en el cargo de gerente general,
y habiéndose inscrito además el nombramiento de otro gerente general, su ratificación
en dicho cargo no resulta procedente, debiendo la junta proceder a su nombramiento
respectivo, en atención a que el asiento de remoción de gerente ha surtido plenos efectos
jurídicos, no pudiendo en consecuencia ratificarse un nombramiento no inscrito. Artículo
2015 del CC. 2.- La junta general del 16/04/2001 ha sido convocada por el Sr. Eddie Aldo
Ángel Thornberry Schiantarelli, sin embargo, el gerente registrado en la partida de la
sociedad es el Sr. Juan Carlos Tabja Majluf, en consecuencia la junta no ha sido válida-
mente convocada. Artículo 245 de la LGS. Respecto a este punto se indica que conforme
al acuerdo adoptado por junta general de accionistas del 03/01/2001, se nombra al nuevo
gerente a partir del 09/04/2001, y de las esquelas de convocatoria se advierte que las mis-
mas han sido notificadas con fecha 09/04/2001, es decir cuando el Sr. Eddie Aldo Ángel
Thornberry Schianterelli no era gerente, dejándose constancia de que la fecha que reviste
validez de dichas convocatorias es la de su notificación y que en el presente caso fueron
por conducto notarial. 3.- Sin perjuicio de lo señalado anteriormente deberá presentar una
certificación expedida por el gerente inscrito respecto de los accionistas de la sociedad a
fin de verificar que todos los accionistas hayan sido debidamente convocados. Artículo
245 de la LGS y artículo 47 del Reglamento General de los Registros Públicos. Respecto
a este punto deberá ser presentada la certificación solicitada ya que, de conformidad con
lo dispuesto por el artículo 188 inciso 5, es el gerente el encargado de expedir las certifi-
caciones del contenido de los libros de la sociedad”, interviniendo como vocal ponente la
Dra. Gloria Amparo Salvatierra Valdivia; y,
Considerando:
Que, mediante el título venido en grado, se solicita la inscripción de acuerdos de junta
general adoptados por CORPORACIÓN TURÍSTICA PERUANA S.A.C., en mérito a
copias certificadas por notario del acta de la junta general de accionistas realizada el 16 de
abril de 2001 y copias legalizadas por notario de las esquelas de convocatoria a la citada
junta mediante conducto notarial;
Que, el apelante tanto en el escrito de fecha 3 de mayo de 2001 así como en el recurso
de impugnación, precisa la rogación del presente título, en el sentido de que los actos a
inscribir son la revocatoria y el nombramiento del gerente de la sociedad bajo examen;
Que, revisada la partida registral, ficha Nº 115195 que continúa en la partida electrónica
Nº 11015342 del Libro de Sociedades del Registro de Personas Jurídicas de Lima, se
aprecia que en el asiento C 0004 de la partida, constan inscritos los acuerdos adoptados
por la junta general de accionistas realizada el 3 de enero de 2001, en la que se acordó
prescindir de los servicios del gerente general Eddie Aldo Ángel Thornberry Schiantarelli
y nombrar para dicho cargo a Juan Carlos Tabja Majluf;
Que, sobre los acuerdos que son materia de inscripción, cabe señalar, con respecto a
la revocación del gerente general, que la junta general de accionistas del 16 de abril de
2001 aprobó por unanimidad de las acciones concurrentes, dejar sin efecto todos los
acuerdos adoptados en la junta general de accionistas de fecha 3 de enero de 2001 (...)”
y con relación al acuerdo de nombramiento de gerente general, la junta acordó “(...) por
unanimidad de las acciones concurrentes (...) ratificar en el cargo de gerente general de
la empresa al señor Eddie Aldo Ángel Thornberry Schiantarelli, con DNI Nº 07862611
aprobando su gestión realizada hasta la fecha (...)”.
Que, resulta oportuno precisar que en el presente caso lo que pretende la junta al dejar
sin efecto los acuerdos de la junta general realizada el 3 de enero de 2001, es que retroac-
tivamente estos no produzcan o generen consecuencias, con lo cual se quiere volver a la
153
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
situación jurídica que tenía la sociedad antes de haberse adoptado dichos acuerdos; tema
que guarda relación con la ineficacia del acto jurídico; que para Marcial Rubio es (...) la
incapacidad de este para producir sus efectos, bien porque ha sido mal constituido, o bien
porque ciertas circunstancias exteriores a él impiden tales efectos”(“La invalidez del acto
jurídico”. Pág.13. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 1995);
lo cual es diferente a la revocación del acuerdo, por cuanto con la revocación se extingue
o modifica el acto revocado a partir de la fecha en que se adopta el acuerdo de revocarlo y
no opera con efectos retroactivos, es decir el acto surtió efectos desde que se acordó hasta
su revocación, supuesto distinto al acuerdo que se pretende inscribir.
Que, supuesto diferente es el de la remoción del gerente general, lo que puede ser acor-
dado en cualquier momento por el directorio o la junta general, cualquiera que sea el
órgano del que haya emanado su nombramiento, según lo señala el artículo 187 de la Ley
General de Sociedades, que recoge el principio de libre revocabilidad de los administra-
dores; acto que sí está facultado a realizar la junta general o el directorio, lo que a su vez
constituye un título modificatorio del nombramiento del gerente general de la sociedad
inscrito;
Que, la Ley General de Sociedades prevé la impugnación de los acuerdos de la junta
general, cuyo contenido sea contrario a dicha ley, se opongan al estatuto o al pacto
social o lesionen los intereses de la sociedad, así como los que incurran en causal de
anulabilidad; el referido artículo señala que no procede la impugnación cuando el
acuerdo haya sido revocado o sustituido por otro adoptado conforme a ley, al pacto
social o al estatuto;
Que, por lo tanto, la ley prevé expresamente que la junta general revoque o sustituya
sus acuerdos, pero no prevé que los deje sin efecto; sin embargo, debe distinguirse
entre dejar sin efecto retroactivamente –lo que implica la pretensión de que el acuer-
do no haya surtido efectos, tal como si nunca hubiera existido–, y dejar sin efecto no
retroactivamente, lo que implica que el acuerdo surtió efectos desde que se adoptó
hasta que se acordó dejarlo sin efecto; como puede apreciarse, dejar sin efecto no
retroactivamente equivale a revocar el acuerdo, de manera que cuando se presenten
para su calificación acuerdos de la junta general en los que se señale que se “deja sin
efecto” un acuerdo determinado, deberá evaluarse si la junta pretende que ello sea
retroactivo o no; si de la evaluación del acuerdo se concluye que no se pretende que
sea retroactivo, no habrá inconveniente para inscribir el acuerdo, pues dejar sin efecto
no retroactivamente equivale a revocar el acuerdo;
Que, además atendiendo a que los acuerdos adoptados se encuentran inscritos en
el registro, el contenido de dicha inscripción se presume cierto y produce todos sus
efectos, mientras no se rectifique o se declare judicialmente su invalidez, conforme al
principio de legitimación recogido en el artículo 2013 del Código Civil, constituyen-
do a su vez una garantía del Sistema Nacional de los Registros Públicos la intangibi-
lidad del contenido de los asientos registrales, salvo título modificatorio posterior o
sentencia judicial firme, según lo indica el artículo 3 inciso b) de la Ley Nº 26366; en
consecuencia, el único órgano del Estado que puede declarar la nulidad de una ins-
cripción es el Poder Judicial, según lo establecido en el artículo 172 del Reglamento
General de los Registros Públicos;
Que, de lo glosado en los considerandos precedentes, se colige que el acuerdo de dejar sin
efecto la junta general del 3 de enero de 2001 pretende que ello tenga efectos retroactivos,
razón por la que no puede inscribirse, por lo que se debe confirmar el inciso a) del primer
extremo de la observación y ampliarla conforme se indica en la presente resolución;
Que, en cuanto a la ratificación del gerente general, señor Eddie Aldo Ángel Thornberry
Schiantarelli; cabe indicar que al ratificar a una persona en su cargo, se está confirmando
154
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
su designación, partiendo del supuesto de que la persona ratificada aún está ocupando di-
cho cargo o ha culminado su mandato pero aún no ha sido reemplazada; lo que no sucede
en el presente caso, por cuanto, de la revisión de los antecedentes registrales, se aprecia
que en el asiento C 0004 consta su remoción como gerente general y la designación del
actual gerente general de la sociedad, recaída en el señor Juan Carlos Tabja Majluf; por
lo que tal “ratificación” no se adecua a los antecedentes registrales al no tener vigencia el
acto previo inscrito, que es la designación en el cargo de gerente general, en aplicación de
lo dispuesto por los artículos 2011 y 2015 del Código Civil, concordados con el artículo
151 del Reglamento General de los Registros Públicos; en tal sentido, lo que sí procede
inscribir es el nombramiento de un nuevo gerente general si así lo acuerda la junta general
de accionistas; por lo que se debe confirmar el literal b) del primer extremo de la obser-
vación;
Que, adicionalmente, de la ratificación del nombramiento del anterior gerente general se
advierte que se pretende“dejar sin efecto”los acuerdos adoptados en la junta general del
3 de enero de 2001 y que tengan efectos retroactivos, por cuanto al no haber producido
efectos dicha junta general, aún estaría vigente la designación como gerente del señor
Eddie Aldo Ángel Thornberry Schiantarelli, lo que conforme se ha indicado, no se ajusta
a las normas sobre la materia;
Que, de otro lado, respecto a la convocatoria a la junta general de accionistas, tratándose
de una sociedad anónima cerrada sin directorio, esta es convocada por el gerente general,
de conformidad con lo dispuesto por el artículo 245 de la Ley General de Sociedades,
concordada con el artículo 23 del estatuto, entendiéndose que la realiza el gerente general
vigente;
Que, de la revisión de los cargos de la convocatoria de la junta general a inscribir, se
aprecia que la efectuó Eddie Aldo Ángel Thornberry Schiantarelli; de otro lado, las con-
vocatorias tienen fecha 7 de abril de 2001, tramitadas por conducto notarial, ingresando
al oficio del notario el mismo día 7 de abril, las que fueron entregadas a los accionistas
el 9 de abril; al respecto, de la revisión del título archivado Nº 61226 del 29 de marzo de
2001 se aprecia que la junta general de accionistas realizada el 3 de enero de 2001 señaló
que el señor Eddie Aldo Ángel Thornberry Schiantarelli ocuparía el cargo de gerente
general hasta el 8 de abril del año en curso y a partir del 9 de abril de 2001, ocuparía el
cargo el señor Carlos Tabja Majluf; de lo cual se desprende que al momento de efectuar
la convocatoria, aún el señor Eddie Thornberry ostentaba el cargo de gerente general, por
lo que dicha persona tenía la facultad de convocar a junta general;
Que, la registradora formula observación señalando que el 9 de abril de 2001 Eddie Thor-
nberry ya no era gerente general; sin embargo, la fecha que debe tomarse en cuenta no es
la de recepción de la esquela, sino la fecha en que el gerente general entregó las esquelas
al oficio del notario, esto es, el 7 de abril de 2001 conforme al sello puesto por la notaría;
al respecto, debe recalcarse que la fecha de recepción de la esquela por el socio se toma
en cuenta para verificar que haya sido cursada con la antelación debida y en cambio, para
efectos de verificar la legitimidad del gerente general que convoca, debe considerarse la
fecha en que las esquelas fueron remitidas a la notaría; en tal sentido se debe revocar el
segundo extremo de la observación;
Que, adicionalmente, sobre el particular, se aprecia que en la extensión del asiento C
0004 de la partida electrónica Nº 11015342 no se ha consignado la fecha de vencimien-
to del mandato como gerente del señor Eddie Aldo Ángel Thornberry Schiantarelli, ni
tampoco la fecha de inicio en dicho cargo del señor Juan Carlos Tabja Majluf, omisión
que debe ser rectificada de oficio de conformidad con lo dispuesto por el artículo 175 del
Reglamento General de los Registros Públicos;
155
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
Que, sobre la certificación de la convocatoria a todos los accionistas que solicita la regis-
tradora, la misma que debe ser expedida por el gerente inscrito, se debe precisar que se
ha presentado el cargo de las cartas notariales remitidas una de otra a Javier Elías Musi-
ris Díaz; desprendiéndose que son dos los accionistas de Corporación Turística Peruana
S.A.C., lo cual es corroborado en el acta de junta general bajo examen en la que se indica
que“Habiéndose efectuado la convocatoria por esquelas remitidas notarialmente a cada
uno de los dos accionistas de la sociedad (...)”; por lo que no es necesaria la presentación
de la certificación solicitada por la registradora, debiéndose revocar el tercer extremo de
la observación; y,
Estando a lo acordado;
Se resuelve:
1. CONFIRMAR el primer extremo de la observación formulada por la registradora
pública (e) del Registro de Personas Jurídicas de Lima al título referido en la parte
expositiva, REVOCAR lo demás que contiene y AMPLIARLA por los fundamentos
expuestos en los considerandos que anteceden.
2. DISPONER que el registrador público del Registro de Personas Jurídicas de Lima
proceda a rectificar el asiento C0004 de la partida electrónica Nº 11015342, confor-
me a lo señalado en el decimosexto considerando de la presente resolución.
Regístrese y comuníquese.-
156
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
J23 J1
Cas. Nº 3124-2001-Junín
Corte Suprema de la República
Lima, 19 de noviembre del 2001
El Peruano, 02/02/2002
VISTOS, con el acompañado; y ATENDIENDO: Primero: Que, el recurso de casación
interpuesto por Lopesa Industrial SAC cumple con los requisitos de forma que para su
admisibilidad exige el artículo trescientos ochentisiete del Código Procesal Civil. Segun-
do.- Que, en cuanto a los requisitos de fondo, la impugnante invoca el artículo trescientos
ochentiséis del Código Procesal Civil, expresando como causales para la interposición
de su recurso la aplicación indebida o la interpretación errónea de una norma de derecho
material, así como de la doctrina jurisprudencial; la inaplicación de una norma de derecho
material o de la doctrina jurisprudencial; y la contravención de las normas que garantizan
el derecho a un debido proceso o la infracción de las formas esenciales para la eficacia
y validez de los actos procesales. Tercero.- Desarrollando su recurso indica que el actor
fundó su acción de impugnación de acuerdos en que para modificar el estatuto social se
requería una junta extraordinaria conforme al artículo ciento veintitrés inciso a) de la
Nueva Ley General de Sociedades, y no de una ordinaria como la que se efectuó, y en
que la adecuación de la sociedad anónima a una sociedad anónima cerrada se ha tomado
por mayoría y no por unanimidad, transgrediéndose la tercera disposición transitoria de
la citada Ley; que ellos han demostrado a lo largo del proceso que la junta se ha realizado
con todas las formalidades que exige la Ley, habiéndose incluso registrado los acuerdos;
que si bien la tercera disposición transitoria dispone que las sociedades anónimas cons-
tituidas antes de la vigencia de la nueva Ley podrán adaptarse al régimen de la Sociedad
Anónima Cerrada con la aprobación de la totalidad de los accionistas, debe enfatizarse el
hecho de que no se contó con la participación del actor, en razón que el mismo se retiró de
la junta de mala manera; que ante el panorama sui géneris son de aplicación los artículos
ciento veinticuatro y ciento veintiséis de la Ley General de Sociedades vigente referidos
157
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
SS. ECHEVARRÍA A.
LAZARTE H.
ZUBIATE R.
BIAGGI G.
QUINTANILLA Q.
158
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
J24 J1
159
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
Considerando:
Primero.- Que, conforme se aprecia del petitorio de la demanda, el accionante, don
Wilmer Arturo Saavedra Zegarra por derecho propio y en representación de don Ró-
mulo Chávez Montenegro y otros, solicita la nulidad del acto jurídico y del docu-
mento que lo contiene, consistente en los acuerdos de la Junta General Ordinaria
de Accionistas de fecha dieciséis de abril de mil novecientos noventicinco llevada a
cabo por la demandada Empresa Nor Oriente Sociedad Anónima por cuanto consi-
dera que los acuerdos allí adoptados se han tomado sin contar con el quórum legal,
habiéndose, además, arribado a acuerdos ilegales al haberse modificado los estatu-
tos respectivos de la referida empresa; Segundo.- En principio, es menester precisar
cuál es la norma de aplicación al caso de autos, toda vez que de los fundamentos del
recurso de casación declarada procedente se extrae que lo que en puridad pretende
demostrar el recurrente es que al caso de autos le serían de aplicación las normas del
Código Civil en cuanto a la fijación de los plazos de caducidad respecto de la impug-
nación de nulidad interpuesta, no siendo de aplicación, según su entender, las normas
de la derogada Ley General de Sociedades - Decreto Supremo número cero cero
tres-ochenticinco-JUS- ni la vigente Ley General de Sociedades número veintiséis
mil ochocientos ochentisiete; Tercero.- Que, la actual Ley General de Sociedades
número veintiséis mil ochocientos ochentisiete entró en vigencia el primero de enero
de mil novecientos noventiocho conforme a la Octava Disposición Final de su Título
Final, no obstante ello, si bien los acuerdos de la Junta General de Accionistas de la
Empresa Nor Oriente Sociedad Anónima cuestionados se realizaron el dieciséis de
abril de mil novecientos noventicinco, se debe precisar, sin embargo, que no resulta
de aplicación para la tramitación de la presente causa las normas del derogado De-
creto Supremo número cero cero tres-ochenticinco-JUS, dado que conforme dispo-
ne la Segunda Disposición Final de la acotada Ley General de Sociedades número
veintiséis mil ochocientos ochentisiete todas las Sociedades Mercantiles y Civiles
sin excepción, quedan sometidas a esta ley, así como las sucursales cualquiera fuera
el momento en que fueron constituidas; Cuarto.- En tal contexto, resulta evidente
que al caso de autos le son de aplicación las disposiciones contendidas en la referida
Ley número veintiséis mil ochocientos ochentisiete por disposición expresa de su
propia normatividad allí regulada, en aplicación retroactiva; Quinto.- Que, en esa
lógica, el artículo ciento cincuenta de la citada Ley General de Sociedades número
veintiséis mil ochocientos ochentisiete dispone de manera expresa que la acción de
nulidad para la impugnación de acuerdos de junta será procedente cuando incidan las
causales de nulidad previstas en el Código Civil, debiendo sustanciarse en la vía de
conocimiento y dejando establecido, además, que dicha acción de nulidad caducará
transcurrido el año del acuerdo adoptado materia de impugnación; Sexto.- De lo ex-
puesto se extrae, por un lado, que la acción de nulidad, con el fin de impugnar los
160
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
SS.
TICONA POSTIGO
CARRIÓN LUGO
FERREIRA VILDOZOLA
PALOMINO GARCÍA
HERNÁNDEZ PÉREZ
161
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
J25 J1
Exp. N° 369-2005
Corte Superior de Justicia de Lima
Autos y vistos:
Es materia de grado el recurso de apelación interpuesto por Epifanio Nieto Zárate Gon-
zalo Gines Marca y César Ernau Cox contra el auto emitido mediante resolución número
nueve emitida en la audiencia de saneamiento procesal de fecha dieciocho de abril de
dos mil cinco obrante de fojas ciento a ciento dieciocho que declara infundada la excep-
ción de representación Insuficiente del Demandado y fundada la excepción de caducidad
en consecuencia nulo todo lo actuado, dándose por concluido el proceso. Interviniendo
como Vocal Ponente el Señor Wong Abad y,
Atendiendo:
Primero: Son argumentos de la apelada el hecho de haberse aplicado en la resolución
recurrida una norma impertinente para el caso de autos, estos es el artículo 150 de la Ley
General de Sociedades. Se indica además que la aplicación de dicho dispositivo priva a la
parte apelante del derecho a gozar de tutela jurisdiccional efectiva.
Segundo: Del recurso de apelación de fojas ciento veintiséis a ciento veintinueve, se
advierte que la finalidad que motiva a los accionantes iniciar el presente proceso está
destinada a que: a) se declare la nulidad de los acuerdos celebrados en la Junta Gene-
ral de Accionistas de la Empresa de Servicio de Transportes “25 de Setiembre Sociedad
162
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
Anónima” celebrado con fecha dieciséis de noviembre del dos mil dos, b) la nulidad de la
escritura pública (como pretensión accesoria) y c) la nulidad de inscripciones registrales.
Tercero: El artículo IX del Título Preliminar del Código Civil establece que: Las disposi-
ciones del Código Civil se aplican supletoriamente a las relaciones y situaciones jurídicas
reguladas por otras leyes, siempre que no sean incompatibles con su naturaleza.
Cuarto: En efecto, y conforme se detalla en el segundo considerando de la presente re-
solución las pretensiones solicitadas por los accionantes derivan de un hecho regido por
la Ley General de Sociedades, como es la declaración de nulidad de la Junta General de
Accionistas de la Empresa de Servicio de Transportes “25 de Setiembre Sociedad Anó-
nima” celebrado con fecha dieciséis de noviembre del dos mil dos, en tal sentido para
resolver las controversias suscitadas en dicho acto resulta pertinente remitirse a la norma
antes citada.
Quinto: Si bien es cierto la nulidad de acto jurídico se enmarca dentro de la normatividad
establecida por nuestro Código Sustantivo (artículo 219), también lo es que para el caso
de autos debe primar el principio de especialidad de las normas, dado que los actos que se
pretenden dejar sin efecto, derivan de un acto de naturaleza societaria, motivo por el cual
el plazo para interponer la pretensión demandada es el contenido en el último párrafo del
artículo 150 de la Ley General de Sociedades.
Sexto: Siendo así, habiendo transcurrido en exceso el plazo establecido por el artículo
142 de la Ley General de Sociedades para impugnar los acuerdos celebrados en la Junta
General de Accionistas de la Empresa 25 de Septiembre celebrada el día dieciséis de
noviembre de dos mil dos, la excepción de caducidad interpuesta por la parte demandante
resulta amparable, por tanto
Se resuelve:
CONFIRMAR el auto apelado emitido mediante resolución número nueve emitido en la
audiencia de saneamiento procesal de fecha dieciocho de abril de dos mil cinco obrante
de fojas ciento quince a ciento dieciocho que declara infundada la excepción de Repre-
sentación Insuficiente del Demandado y fundada la excepción de caducidad en conse-
cuencia nulo todo lo actuado, dándose por concluido el proceso. DISPUSIERON que
por Secretaría se de cumplimiento a lo dispuesto en el primer párrafo del artículo 383 del
Código Procesal Civil. En los seguidos por EPIFANIO NIETO ZÁRATE, GONZALO
GINES MARCA y CÉSAR ERNAU COX con TRANSPORTES 25 de SETIEMBRE
sobre NULIDAD DE ACTO JURÍDICO.
163
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
J1
Exp. N° 054-2005
Corte Superior de Justicia de Lima
Miraflores, 30 de junio de 2005
Autos y vistos:
Vienen en grado de apelación la resolución de fecha once de abril del año en curso,
corriente a fojas ciento uno y fojas ciento dos, que declara improcedente la demanda in-
terpuesta de fojas ochentiocho a fojas cien, motivado por el recurso vertical corriente de
fojas ciento doce a fojas ciento catorce; interviniendo como Vocal ponente el señor Yaya
Zumaeta;y,
Atendiendo:
Primero: A que, la alzada tiene como sustento que la pretensión de Nulidad de Con-
vocatoria y Acuerdos de junta de Socios de una Sociedad Minera de Responsabilidad
Limitada no es competencia de los juzgados Civiles Subespecializados en materia Co-
mercial, toda vez que estos conocen únicamente las materias contenidas en la Resolución
Administrativa número cero cero seis –dos mil cuatro -SP-CS, entre las que se encuentran
las pretensiones derivadas de la Ley General de sociedades, mas no de la Ley General de
Minería.
Segundo: A que, conforme aparece del artículo primero del Estatuto de la Sociedad Mi-
nera de Responsabilidad Limitada “La Descuidada de Huaraz”, cuya modificación y ade-
cuación a la Nueva Ley General de Sociedades obra en el Testimonio corriente de fojas
veinticuatro a treintidós, ella se rige en todo lo previsto en su Estatuto por el Texto único
Ordenado de la Ley General de Minería así como por la Ley General de Sociedades. Con-
secuentemente al no existir regulación expresa en el Estatuto respecto al procedimiento
164
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
que se debe seguir en caso de impugnación de acuerdos, resultan aplicables las normas de
la materia de alguno de los cuerpos normativos antes mencionados.
Tercero: A que, el Texto Único Ordenado de la Ley General de Minería, aprobado por
Decreto Supremo número cero catorce - noventidós - EM, regula en el Capítulo Octavo
de su Título Decimotercero a las sociedades mineras de responsabilidad limitada (so-
ciedades legales), estableciendo además de la forma de su constitución, capital social y
domicilio social, el régimen de su administración, dentro del que señala el procedimiento
de convocatoria a las Juntas Generales de Socios, el quórum (tanto para la instalación
de la junta como para la validez de los acuerdos adoptados), así como el procedimiento
para la liquidación y disolución de la sociedad, no encontrándose regulación en dicho
cuerpo normativo respecto a la impugnación o nulidad de las convocatorias y/o acuerdos
adoptados.
Cuarto: A que, sin embargo la Ley General de Sociedades - Ley veintiséis mil ochocien-
tos ochentisiete sí regula las pretensiones relativas a la nulidad e impugnación de acuer-
dos, resultando aplicables dichas disposiciones al caso de autos en virtud a lo siguiente:
i) porque al no encontrarse regulación expresa sobre la materia en la norma especial debe
aplicarse la general, conforme lo establecido en la precitada cláusula primera del Estatuto
de la sociedad (específicamente a fojas veintisiete vuelta), y, ii) porque en la Segunda
Disposición Final de la Ley General de Sociedades se establece el sometimiento a ella de
todas las sociedades mercantiles y civiles sin excepción.
Quinto: A que, en ese sentido, la alzada debe ser anulada, debiendo la juez de la causa
emitir nuevo auto de calificación de la demanda evaluando, además de la concurrencia de
los requisitos de admisibilidad procedencia (que no se encuentre incursa dentro de alguna
de las causales de improcedencia) de conformidad con nuestro ordenamiento procesal,
el cumplimiento de los requisitos especiales establecidos por la ley de la materia para el
tipo de pretensiones postuladas.
Por tales razones y de conformidad con lo establecido además por el artículo trescientos
ochenta y tres del Código Procesal Civil;
Resolvieron:
ANULAR la resolución de fecha once de abril del año en curso, corriente a fojas ciento
uno y fojas ciento dos, que declara improcedente la demanda interpuesta de fojas ochen-
tiocho a fojas cien, debiendo la juez de la causa emitir nuevo auto de calificación de la de-
manda teniendo en cuenta las consideraciones precedentes; en los seguidos por ELENA
PINZAS CHIPOCO Y OTROS con WASHINGTON FRANCISCO ENRIQUE PINZAS
CHIPOCO sobre NULIDAD DE CONVOCATORIA Y ACUERDOS SOCIETARIOS;
notificándose mediante cédula y devolviéndose.-
SS.
WONG ABAD
YAYA ZUMAETA
RUIZ TORRES
165
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
J1
Cas. Nº 188-2002
Corte Superior de Justicia de Lima
Lima, 16 de julio de 2002
166
PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
167
MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
CONSIDERANDO:
Primero.- Que, al haberse declarado procedentes los recursos de casación de fojas dos
mil noventa y dos mil ciento catorce por causales in indicando e in procedendo, es nece-
sario analizar en primer término la causal de contravención de normas del debido proce-
so, porque de existir tal situación ya no cabe pronunciamiento sobre la causal prevista en
los incisos primero y segundo del artículo trescientos ochentiséis del Código Procesal
Civil; Segundo.- Que, existe contravención a las normas que garantizan el derecho a un
debido proceso cuando, en el desarrollo del mismo, no se ha respetado los derechos pro-
cesales de las partes, se han obviado o alterado actos de procedimiento, la tutela jurisdic-
cional no ha sido efectiva y/o el órgano jurisdiccional deja de motivar sus decisiones, o lo
hace en forma incoherente, en clara transgresión de la norrnatividad vigente y de los
principios procesales; Tercero.- Que, con la demanda de fojas ochenticuatro interpuesta,
entre otros, por los recurrentes Fernando Miguel y Humerto Sambuceti Pedraglio, se
persigue la declaratoria de nulidad de la Junta General Extraordinaria celebrada por la
empresa Cadena Moderna deTelecomunicaciones Sociedad Anónima, con fecha catorce
de de julio de mil novecientos noventiocho bajo el fundamento de que, en la misma, los
demandados se atribuyen falsamente la titularidad sobre el total de las acciones de la ci-
tada empresa, que los demandantes no fueron notificados para su concurrencia y que la
Junta se celebró en lugar distinto al del domicilio legal, accesoriamente, los recurrentes
demandaron la Nulidad de los Acuerdos tomados en la precitada Junta General Extraor-
dinaria, así como también la nulidad de su inscripción registral; Cuarto.- Que, por su por
su parte, absolviendo el traslado de la demanda, a fojas doscientos cincuenticinco, Salva-
dor Enrique Otoya Silva formula reconvención solicitando se declare la nulidad de la
Junta General Extraordinaria de Accionistas de Cadena Moderna de Telecomunicaciones
Sociedad Anónima, celebrada el tres de diciembre de mil novecientos ochentiuno, por la
cual se aumenta el número de acciones de la empresa demandada, así como también so-
licita se declare la Nulidad de la Escritura Pública que la contiene, procediéndose con la
cancelación del asiento registral respectivo, por cuanto con dicho documento los deman-
dantes pretenden sustentar en este proceso su calidad de accionistas mayoritarios, cuando
lo cierto es que la acotada Junta se celebró sin que existiera convocatoria alguna, que no
aparece la firma de todos los asistentes y que se efectuó con la intervención de Fernando
Sambuceti Pedraglio como Gerente cuando a esa fecha el citado señor no tenia tal cali-
dad; Quinto.- Que, por su parte, a fojas quinientos sesentidós, Cadena Moderna de Tele-
comunicaciones Sociedad Anónima formula reconvención de la demanda, solicitando la
reinvindicación del inmueble donde funciona su planta de transmisión, así como de los
bienes de propiedad de la empresa bajo inventario, los mismos que en la actualidad se
encuentran en posesión de los demandantes, pese a que existen nuevos miembros del di-
rectorio elegidos mediante Junta General Extraordinaria del catorce de julio de mil nove-
cientos noventiocho, la misma cuya nulidad pretenden los accionantes; Sexto.- Que, el
tercer párrafo del artículo cuatrocientos cuarenticinco del Código Procesal Civil establece
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PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
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MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
proceso, sin haber sido materia de tacha, y, como tal, se encuentra sujeta a valoración por
parte del A quo, la que efectúa de forma conjunta con los demás elementos probatorios
admitidos en autos; siendo así, estando a que la subsanación del vicio en este extremo
tampoco va a influir en el resultado de la decisión adoptada por las instancias de mérito,
es de aplicación el principio de trascendencia de la nulidad reseñada en los considerandos
que anteceden; Décimo Segundo.- Que, finalmente, respecto a la falta de pronunciamien-
to por parte del Colegiado Superior respecto de todos los puntos que han sido materia de
apelación, es de anotarse una vez más que la Sala de vista ha reproducido los fundamen-
tos de la sentencia de apelada, haciendo suyas sus conclusiones con la facultad que le
asiste en virtud a lo dispuesto en el artículo doce de la Ley Orgánica del Poder Judicial;
por tanto, debe entenderse que los extremos sobre el fondo de la sentencia de primera
instancia, cuestionados en apelación, han sido acogidos nuevamente por el Superior y, en
todo caso, en lo que respecta a las formalidades de las sentencias de mérito, los recurren-
tes han invocado las mismas transgresiones como fundamento de su recurso de casación,
mereciendo pronunciamiento de este Tribunal en el sentido de que su subsanación no
influirá de manera decisiva en el sentido de lo resuelto; Décimo Tercero.- Que, ingresan-
do al análisis de las causales in iudicando, los recurrentes denuncian, respecto del extre-
mo que resuelve la reconvención planteada por Salvador Enrique Otoya Silva a fojas
doscientos cincuenticinco, la aplicación indebida de los artículos ciento catorce, ciento
quince y ciento veinticinco de la Ley General de Sociedades , refiriendo que las citadas
normas no guardan relación alguna con las pretensiones formuladas en la aludida recon-
vención. En efecto, si se atiende a que la reconvención formulada por el demandado
Salvador Enrique Otoya Silva de que la Junta General Extraordinaria en la que se aumen-
tó el número de acciones de la empresa demandada ha sido celebrada sin que existiera
convocatoria alguna, sin registrarse la firma de todos los asistentes y con la intervención
de Fernando Sambuceti Pedraglio como Gerente cuando a esa fecha el citado señor no
tenía tal calidad, resulta evidente que los fundamentos en los que se sustenta la nulidad no
guardan relación alguna con las normas denunciadas por estar referidas éstas a la celebra-
ción de la Junta anual obligatoria, a las atribuciones de la Junta General de Accionistas y
a la constitución de quórum simple, respectivamente. No obstante esta evidencia, las
instancias de mérito al resolver sobre la reconvención formulada por el demandado Sal-
vador Enrique Otoya Silva, han aplicado como fundamento jurídico básico para su ampa-
ro lo dispuesto en el artículo décimo noveno de los Estatutos de la Sociedad, que estable-
ce los requisitos de la convocatoria a las Juntas Generales de accionistas, concluyendo de
que no se ha dado cumplimiento a los mismos, situación que el Juzgador concuerda con
la previsión contenida en los artículos ciento veintiséis y ciento veintisiete de la Ley Ge-
neral de Sociedades, aplicados también al momento de resolver la reconvención formula-
da los cuales, se señala, también han sido contravenidos; Décimo Cuarto.- Que, igual
suerte corre la denuncia por aplicación indebida del artículo ciento sesentiuno del Código
Civil, referido a la ineficacia del acto jurídico por exceso de facultades o ausencia de és-
tas, por no debatirse en autos la ineficacia sino la nulidad de un acto jurídico. No obstan-
te ello, al igual que lo expresado en el considerando anterior, y estando a que la sentencia
apelada sólo se ha limitado a citar indistintamente la aludida norma material al finalizar
la redacción de sus considerandos, sin indicar si aquella sirve de sustento a la demanda o
a las reconvenciones formuladas, esta Sala Casatoria estima, en virtud del criterio de
esencialidad, que la subsanación del vicio no va a influir de manera decisiva sobre la
sentencia recurrida, por lo que, en lo relativo a la causal de aplicación indebida, procede
conforme a lo dispuesto en el segundo párrafo del artículo trescientos noventisiete del
Código Procesal Civil, en virtud al cual la Sala no casará la sentencia por el sólo hecho
de estar erróneamente motivada si su parte resolutiva se ajusta a derecho; Décimo Quin-
to.- Que, en lo relativo a la denuncia por inaplicación del artículo doscientos diecinueve
incisos .primero, cuarto y octavo, si bien se advierte que la citada norma resulta per-
tinente con las pretensiones sobre nulidad de actos jurídicos que se debaten en autos,
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PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
al establecer las causales por las cuales éstos pueden ser declarados nulos, sin embargo,
como sucede con las denuncias anteriores, su aplicación en nada modificaría la situación
de las sentencias, pretendiéndose a través del recurso la revaloración de la prueba actuada
a fin de concluir que el acto jurídico cuestionado es nulo por dichas causales, circunstan-
cia que resulta incompatible con la causal alegada; Décimo Sexto.- Que, en lo que res-
pecta a la inaplicación del artículo dos mil trece del Código Civil, habiéndose planteado
reconvención a fin de obtener la nulidad, entre otros, precisamente de la inscripción regis-
tral de las veintidós mil trescientos treintiun acciones cuya titularidad pretenden hacer
valer en este proceso los demandantes, y encontrándose acreditada y, por ende, amparada
dicha pretensión por las instancias de mérito, no resulta pertinente la aplicación el princi-
pio de legitimación que se denuncia; Décimo Séptimo.- Que, finalmente, en lo que res-
pecta a la denuncia por inaplicación del artículo ciento quince de la Ley General de So-
ciedades, se tiene que la misma debe ser desestimada, pues es de advertirse que el mismo
sí ha sido aplicado en autos, apareciendo incluso que ha sido denunciado por el mismo
recurrente por la causal de aplicación indebida; Décimo Octavo.-Que, en cuanto a la
denuncia por inaplicación del artículo ciento treinticuatro de la Ley General de Socieda-
des, así como del artículo ciento dieciséis de la Ley del Notariado, se tiene que los mis-
mos tienen su sustento en situaciones fácticas cuya acreditación se pretende en Sede Ca-
satoria, lo que resulta incompatible con la causal invocada, destinada a la discusión de
aspectos de iure y no de lo que se estima probado; Décimo Noveno.- Que, por las razones
expuestas, al no configurarse en autos las denuncias por contravención procesal ni por
aplicación indebida o inaplicación de normas de derecho material alegada, de conformi-
dad con lo dispuesto en los artículos trescientos noventisiete (18), trescientos noventio-
cho y trescientos noventinueve del Código Procesal Civil, declararon INFUNDADOS los
recursos de casación interpuestos a fojas dos mil noventa por Fernando Miguel Angel
Sambuceti Pedraglio, y a fojas dos mil ciento catorce por Humberto Sambuceti Pedraglio,
ambos contra la sentencia de vista de fojas dos mil setenticuatro, su fecha diecinueve de
noviembre del dos mil uno; CONDENARON a los recurrentes al pago de las costas y
costos originados por la tramitación del presente recurso, así como al pago de una multa
de dos Unidades de Referencia Procesal por cada uno; DISPUSIERON la publicación de
la presente resolución en el Diario Oficial El Peruano; en los seguidos por Fernando Mi-
guel Angel Sambuceti Pedraglio y Otros con Cadena Moderna de Telecomunicaciones
Sociedad Anónima y Otros sobre Nulidad de Junta General Extraordinaria de Accionistas
y Otros; y los devolvieron.-
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PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
ÍNDICE GENERAL
CAPÍTULO I
LOS ÓRGANOS DE LA SOCIEDAD
CAPÍTULO II
LA JUNTA GENERAL DE ACCIONISTAS
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MANUEL ALBERTO TORRES CARRASCO
CAPÍTULO III
IMPUGNACIÓN DE
ACUERDOS SOCIALES
JURISPRUDENCIA
VINCULADA
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PROBLEMÁTICA DE LAS JUNTAS GENERALES EN LA JURISPRUDENCIA SOCIETARIA
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