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SANTA CAPILLA

LUZ, AMBIENTE Y ATMÓSFERA


Para los pensadores góticos, la luz es el más noble de todos los fenómenos naturales,
un elemento a la vez material e inmaterial. Por todo ello, la luz de la iglesia gótica porta
un simbolismo divino: la vidriera permite que el espacio arquitectónico quede
mágicamente coloreado, y con ello transporta a los fieles desde el mundo terrenal hasta
una dimensión espiritual y ultraterrena.
La luz, como símbolo de Dios, se convierte en la gran protagonista del espacio interior,
adonde llega transformada por los vitrales de ricos colores, creando una atmósfera de
elevación e ingravidez poderosamente espiritual. Gracias a su audacia y al sabio uso de
la técnica, el arquitecto logró dotar al edificio de un aspecto desmaterializado que
evocaba la Jerusalén celeste, al tiempo que trataba de dar un carácter sagrado a la
dinastía de los Capeto. (Interesados y activos en la construcción de la capilla)
La iglesia inferior cumple la función de pedestal y soporta el peso de la construcción, por
lo que tiene escasa altura e iluminación, mientras que la espléndida parte superior estaba
destinada a las reliquias, a las que únicamente podían acceder el rey de Francia y la
corte.
Las bóvedas de crucería canalizan el peso de la cubierta hacia los pilares laterales, con
lo que las paredes, que no sustentan el techo, son suprimidas y reemplazadas por los
ventanales. La única superficie mural continua es la bóveda, que parece flotar ingrávida,
ignorando las leyes de la materia, mientras que nervios y pilares –sobre los que se
disponen las estatuas de los apóstoles– se adelgazan hasta el límite para ceder todo el
protagonismo a la luz. De este modo, la capilla se convierte en una urna de vidrio, en un
santuario etéreo que custodia la corona de espinas y las otras reliquias de la Pasión.

ORNAMENTOS Y ELEMENTOS EVANGELIZADORES


Para guardar las reliquias de la Pasión de Cristo que había adquirido (10, entre ellas la
corona de espinas y un trozo de la cruz), Luis IX de Francia mandó construir en el corazón
de París uno de los más fascinantes templos góticos de la historia.
La capilla se concibió como un gran joyero destinado a contener las reliquias, y por ello
se inspira en las obras de orfebrería que servían habitualmente de relicario, hechas en
metales nobles y decoradas con piedras y esmaltes coloristas.
Las reliquias de la Pasión se conservaban en una tribuna con un altar elevado, que fue
desmantelada durante la Revolución Francesa y reconstruida en el siglo XIX.
Las columnas azules con flores de lis son el símbolo de la Corona francesa; las columnas
rojas con castillos de oro lo son de Castilla, por ser Luis IX hijo de Blanca de Castilla.
Sus estatuas de los apóstoles pretendían estar revestidas de los símbolos más
representativos de cada apóstol y elementos de la pasión, según la tradición bíblica.
La vida y enseñanza de Jesucristo, tiene una representación gráfica dentro de sus 15
coloridas vidrieras. Los reyes bíblicos y cristianos están profusamente representados y
hay continuas alusiones a la monarquía francesa, que aparece ligada a la estirpe de
Cristo y situada al nivel de santos y profetas para reforzar su carácter sacro. También
por esta razón, la historia sagrada se mezcla con el presente: se narra tanto el Antiguo
Testamento –empezando por la Creación– como el traslado de la corona de espinas
hasta París.
Las paredes de la capilla alta fueron prácticamente suprimidas, reemplazándolas por
altos ventanales que dejan pasar la luz. Las vidrieras representan escenas religiosas.
en la actualidad no guarda ninguna de las reliquias que albergaba tras su construcción,
sino que las que sobrevivieron a la Revolución fueron depositadas en el Tesoro de la
Catedral de Notre Dame.

EN LA ÚLTIMA IMAGEN DE LA PRESENTACIÓN:


En esta miniatura, san Luis sostiene una maqueta de la Sainte-Chapelle, en cuya
concepción debió de participar muy activamente. Miniatura de las Crónicas de Saint-
Denis. Siglo XIII.

INFO GENERAL:
Muy dañada por un incendio en 1630, y privada de sus reliquias durante la Revolución
Francesa, en el siglo XIX fue objeto de una restauración extraordinaria.

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