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Prot.

0016/ 2019 – H

DIÓCESIS DE HUACHO

TRIBUNAL DE PRIMERA INSTANCIA

HUACHO

NULIDAD MATRIMONIAL

(Fernández Julca - Pérez Herrera)

SENTENCIA DEFINITIVA EN PRIMERA INSTANCIA

2019

Sumario
Tribunal Eclesiástico de Primera Instancia
Diócesis de Huacho Av. Brasil – 321,
Huacho

SENTENCIA DEFINITIVA

In Nomine Domini. Amen

En el nombre del Señor. Amén

1. Siendo Obispo de la Diócesis de Huacho, Reverendísimo Monseñor Antonio


Santarsiero Rosa, OSJ, el día 25 de mayo del 2019, el tribunal de primera instancia
constituido por el Rev. P. Dr. Juan Delgado Ruiz, Juez único; P. Lic.: Mario López
García, Defensor del vínculo y P. Lic.: Robert Otoniel Chávez, Notario; reunidos en la
sede oficial del tribunal.

Examinados atentamente los actos de la causa relativos a la petición de la declaración


de nulidad de la celebración del matrimonio entre los señores:

2. Pedro Fernández Julca, parte actora, natural de Cajamarca, con domicilio en el


departamento de Lima, provincia de Huaura, distrito Huaura, localidad de Balconcillo,
Av. 28 de Julio 326, quien se ha defendido personalmente;

la señora Jhazmin María Pérez Herrera, parte convenida, cuyo domicilio se encuentra
en la Av. Los Barrios Altos – 105, distrito de Miraflores, provincia de Pomayucay, del
departamento de Piura, de la vecina nación de Argentina; defendida personalmente en el
juicio;

completada la instrucción judicial; la de recibido las debidas animadversiones del


defensor del vínculo el Rev. P. Lic.: Mario López García, y después de haber dado a las
partes los mismos derechos de la ley sin dar por excluido a ninguna de las partes; hemos
llegado a la siguiente sentencia definitiva.

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I. SPECIES FACTI.

3. Pedro Fernández Julca, nacido en Cajamarca el día 20 de marzo del año 1986, con
domicilio en el distrito Huaura, localidad de Balconcillo, Av. 28 de Julio 326 y Jhazmin
María Pérez Herrera, nacida el 20 de mayo del 1987 en el distrito de Miraflores,
Argentina, celebraron el matrimonio en la parroquia “Jesús el Buen Maestro” en el distrito
de Miraflores en Argentina; Diócesis de Miraflores, el día 15 de septiembre de 2006.

4. Pedro conoció a Jhazmin en la ciudad de Lima con ocasión de un concurso


académico llevado a cabo por la Universidad Mayor de San Marcos, en el año 2002. Y
rápidamente llegaron a ser novios. Los unió los estudios y el deporte y sobretodo su
religiosidad que queda reflejada en su propósito de noviazgo: “fieles hasta la muerte,
puros hasta el altar”. la distancia les separó físicamente pero no les era obstáculo para
amarse.

5. Tras tres años de noviazgo Pedro propuso el matrimonio a Jhazmin a la que ella
desistió, su justificación fue adquirir los títulos de la carrera. El joven lo entiende y
esperaba contraer matrimonio cuanto terminen los estudios. Mientras tanto seguían de
novios y vivían su propósito.

6. Durante ese tiempo de espera vivían con miras a su matrimonio hasta el 2008, fecha
en que terminaron los estudios y cumplieron su compromiso con la celebración del
matrimonio. La iniciativa del matrimonio fue propuesta por el joven.

7. El matrimonio se celebró en la parroquia “Jesús el Buen Maestro” distrito de


Miraflores en Argentina, Diócesis de Miraflores. Pedro notaba a Jhazmin preocupada a
lo que no le dio tanta importancia.

Después de la boda, por motivos de trabajo se establecimos en Perú, distrito de


Miraflores. La convivencia matrimonial duró cinco años.

8. Durante un viaje al norte de Argentina, el 10 de julio del 2011, Pedro descubre el


motivo de la preocupación que tenía Jhazmin en a la celebración. Jhazmin tenía una hija
cuyo nombre es Estefany Mendoza Herrera y que le dejó encargado en su prima. De la
que Pedro llegó a enterarse 3 años después del matrimonio celebrado.

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la convivencia matrimonial duró seis años durante los últimos años eran solo riñas y
encaros a la mujer por su situación y algunos desvíos de parte del varón que le fue infiel
con otra, decidieron la separación y el divorcio civil. Tal acto fue comenzado por la mujer.

9. El Sr. Pedro Fernández Julca, presumiendo y entendiendo, con conciencia clara que
el matrimonio contraído con la Sra. Jhazmin María Pérez Herrera, fue nulo por las cosas
que concurrieron en tal acto, presentó solicitud para que el caso fuera revisado por nuestro
tribunal (competente para tal caso), bajo el capítulo de matrimonio contraído bajo engaño
por dolo provocado a tenor del c. 1098.

10. Se constituyó el tribunal de juez único por decreto del día 19 de marzo del 2019;
el día 1 de abril del presente año se dio la aceptación de Libero mediante decreto; luego
se llevó acabo establecimiento de los límites de la controversia en la sesión del 16 de abril
del 2019; el dubio a resolver fue concordado en la siguiente formula:

"Si consta que el matrimonio de las partes ha sido contraído inválidamente a título de
engaño con dolo procurado por la parte convenida”.

11. Terminada la instrucción y publicadas las actas y habiendo considerado


detenidamente el caso, oídas las partes procesales que nos han beneficiado de su derecho
y no han presentado sus defensas, mientras que el defensor del vínculo a pedido, en
oposición a las partes, responder NEGATIVE al caso:

Debemos responder al dubio propuesto.

II. IN IURE

12. En la elección del estado de vida, todos los fieles tienen el derecho a ser inmunes
de cualquier coacción (CIC. can. 219).

13. El matrimonio es un estado de vida que surge del consentimiento manifestado entre
personas jurídicamente hábiles (cfr. CIC. can. 1057 § 1), que es el acto de la voluntad por
el cual el varón y la mujer se entregan y aceptan mutuamente para constituir el consorcio
matrimonial. (cfr. CIC. can. 1057 §2).

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Así mismo el derecho canónico define el matrimonio como una Alianza: “quo vir et
mulier Ínter se totius vitae consortium constituit, índole sua naturali ad bonun coniugum
atque adprolis generationem et educaitionem ordinatum”. La alianza matrimonial, por la
que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su
misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole,
fue elevada por Cristo Señor a la dignidad de sacramento entre bautizados. (CIC. can.
1055§ 1).

14. Todo pacto o Alianza tiene un contenido, el matrimonio tiene como contenido la
unión de un hombre y una mujer -la iglesia sólo reconoce como matrimonio la unión
heterosexual- para la constitución de un consorcio de toda la vida. Ese consorcio es una
unidad vital, que no anula las personalidades individuales. “Su recíproca pertenencia es
representación real, mediante el signo sacramental, de la misma relación de Cristo con la
Iglesia” (JUAN PABLO II, FC. n° 13, 1981).

Al prestar el consentimiento por parte de los contrayentes el consentimiento interno de


la voluntad se presume conforme a las palabras o signos empleados (Cfr. CIC. can. 1101
§ 1), pero si unos de los contrayentes su voluntad está gravemente perturbada, como pude
ser el caso de dolo grave, contraen inválidamente.

15 El canon 1055 del CIC está inspirado en el Concilio Vaticano II. Define al
matrimonio como: pacto por el que un hombre y una mujer constituyen un consorcio de
toda la vida. La esencia del matrimonio consiste en un pacto (foedus), una alianza, es
imagen y participación de la alianza de amor entre Cristo y la Iglesia. (Cfr. Const. Past.
GS 48-51). "En cuanto gesto sacramental de santificación, la celebración del
matrimonio... debe ser por sí misma válida, digna y fructuosa" (JUAN PABLO II, FC 67,
1981).

16. El vínculo matrimonial (CIC. can. 1055, §1) tiene como una única causa eficiente
el libre consentimiento de las partes (CIC. can. 1057 §1-2). El código, sanciona al
respecto: “Consensus matrimonialis est actus voluntatis, quo vir et mulier foedere
irrevocabili sese mutuo tradunt et accipiunt ad constituendum matrimonium”. El

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consentimiento coaccionado por elementos cualesquiera sean su naturaleza no producen


el acto jurídico del matrimonio.

El mismo efecto ha sido subrayado el Concilio Vaticano II en el número 48 de la GS;


y de su doctrina se colige que el matrimonio sea un acto humano por la cual los cónyuges
se dan y se reciben mutuamente en libertad plena.

17. El matrimonio constituye, por tanto, un estado de vida que involucra integralmente
al hombre y la mujer para toda la vida. Al prestar el consentimiento por parte de los
contrayentes el consentimiento interno de la voluntad se presume conforme a las palabras
o signos empleados (cfr. CIC. can. 1101 § 1), pero si unos de los contrayentes su voluntad
está gravemente perturbada, como pude ser el caso de dolo grave, contraen inválidamente.
(cfr. CIC. can. 1103)

18. El consentimiento consiste en "un acto humano, por el cual los esposos se dan y se
reciben mutuamente" (GS 48. Cf. CIC. can. 1057, §2): "Yo te recibo como esposa" - "Yo
te recibo como esposo". Este consentimiento que une a los esposos entre sí, encuentra su
plenitud en el hecho de que los dos "vienen a ser una sola carne" (Cf. Gn 2,24; Mc 10,8;
Ef. 5,31). El consentimiento debe ser un acto de la voluntad de cada uno de los
contrayentes, libre de violencia o de temor grave externo (cfr. CIC. can. 1103). Ningún
poder humano puede reemplazar este consentimiento (CIC. can. 1057, §1). Si esta libertad
falta, el matrimonio es inválido. (cfr. CEC 1628- 1629).

19. Para que un consenso matrimonial sea válido es necesario un consentimiento libre
legítimamente manifestado por ambas partes. Por consenso se entiende el asentimiento
voluntario, en pleno uso de la libertad y las facultades, libre de coacciones ni engaños. Si
no fuera así, tal consenso sería inválido.

“Ser libre quiere decir: no obrar por coacción” (CEC. 1625).

El vínculo matrimonial (CIC. can. 1055§ 1) tiene como una única causa eficiente el libre
consentimiento de las partes (CIC. can. 1057, §1-2), El código, sanciona al respecto:
“Consensum matrimonialis est actas voluntatis, quo vir et mulier foedere irrevocábili
sese mutuo tradunt et accipiunt ad constituendum matrimonium” El consentimiento
coaccionado por elemento cualesquiera sean su naturaleza no produce el acto jurídico del
matrimonio.

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20. El intercambio de los consentimientos es el acto constitutivo del matrimonio, su


cau eficiente (CIC. can.124, §1), por la que, por ejemplo, el derecho prevé que están
impedidos de contraer matrimonio los incapaces de dar su consentimiento libre (CIC. can.
1095). Como ejemplo, pueden ser incapaces de dar un consentimiento perfecto lo
afectados por circunstancias que vician dicho acto necesario, tales como la ignorancia
(CIC. can.1096), el error (CIC. can. 1097, §1-2), dolo (CIC. can. 1098) e incluso la
violencia y miedo grave (CIC. can.1103).

Por tanto, es de suma importancia el consentimiento en el contrato matrimonial, para


que esta surta efecto eficaz. Pero sucede que el consentimiento puede ser viciado por
motivos internos y/o externos, como puede ser el caso de aquel que se produce por dolo
grave del que nos habla el can.1098 del CIC.

Este canon subraya que quien celebra el matrimonio engañado con dolo, urdido para
para obtener el consentimiento matrimonial, acerca de la cualidad de la otra parte que por
su naturaleza puede perturbar gravemente la comunidad matrimonial, lo contrae
inválidamente.

21. El dolo es “el engaño deliberado y fraudulento cometido sobre otro en virtud del
cual éste es inducido a poner un determinado acto jurídico” (MICHIELS. G., Principia
generalia de personis in ecclesia, 1955, p. 432). Toda suerte de astucia, mentira, falacia,
encubrimiento o maquinación intencionalmente urdida para enredar, engañar, equivocar,
defraudar o hacer errar a una parte a cerca de una cualidad del otro contrayente.

El dolo consiste en el engaño del otro, deliberado y fraudulentamente cometido, y por


el que se le induce a realizar un acto jurídico. El dolo, de por sí, es sólo causa secundaria
de la invalidez, pues la causa principal que dirime el matrimonio es el acto del
consentimiento, pero si éste se ve afectado por el dolo, entonces el matrimonio es
inválido.

22. Para que el error a cerca de la cualidad de la persona causada por el engaño haga
nulo el consentimiento matrimonial, se deben verificar las siguientes condiciones:

a) la causa del error debe ser el dolo


b) el objeto del dolo debe ser una cualidad del contrayente

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c) el actuar con dolo debe ser con la intención de obtener el consentimiento


matrimonial;
d) la cualidad deseada debe ser en grado de perturbar gravemente la comunidad de
vida matrimonial.

Por tanto, conducta dolosa por parte del agente; dirigida a obtener el consentimiento
conyugal; error efectivo por parte del deceptus; y cualidad relevante para perturbar el
consorcio de la vida conyugal.

Elementos constitutivos del dolo:

a) Sujeto que provoca el dolo.

23. Las alternativas que se presentan con relación con el sujeto que provoca el dolo
son dos: que el dolo deba provenir necesariamente del otro contrayente o si es posible que
sea provocado por tercera persona; por otro lado, la intencionalidad se puede manifestar
de manera positiva o negativa: en ambos casos, pero sobretodo en el último, la tarea de
jurisprudencia será fundamental, y el problema está en íntima relación con cuanto
digamos a propósito de la importancia objetiva de la cualidad sobre la que el contrayente
haya resultado engañado( REINA A. Dereccho canonico matrimonial, 1998, p. 1060);
pero siempre el dolo ha de ser provocado mediante maquinaciones insidiosas. Con ello
se quiere decir que la intencionalidad se puede manifestar en acciones u omisiones. Así
el simple silencio podría constituir una conducta dolosa si va acompañado de la intención
de engañar a la otra parte (cfr. MONETA L. Curso de derecho matrimonial, 2002, p.
156).

24. De la definición de dolo dada en el principio se deduce que en su mismo concepto


hay una intención de arrancar maliciosamente un determinado acto jurídico. El
consentimiento matrimonial. “Es evidente que esta intención contraria a la buena fe del
contrayente ha de ser deliberada” (cfr. CASTAÑO J. F. L´influsso del dolo nel consenso
matrimoniale, 1984, p. 571), no es suficiente una intención genérica de engañar. Pero,
además de ser deliberada es necesario la intencionalidad especifica de provocar un error
para obtener el consentimiento (cfr. LLANO R. O erro sobre a qualidade da persoa
provocado por dolo, 1988, p. 40).

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25 En síntesis, “lo que debe calificar al dolo matrimonial es un doble elemento: la


intención de obtener la voluntad matrimonial, mediante engaños ardides, falsas promesas,
etc. y la eficacia o relación de causalidad entre estos medios y la emisión del
consentimiento matrimonial” (GARCIA GÁRATE, En torno a la autonomía del dolo
matrimonial, 1985, p. 1076).

Ciertamente lo que cuenta es que el dolo haya influido en el consentimiento


matrimonial, esto es que el consentimiento matrimonial provenga de aquel error doloso,
sin el cual el consentimiento no se hubiera dado nunca. Por eso poco importa que el dolo
sea causado por la otra parte o por una tercera persona. (cfr. CASTAÑO J. F. L´influsso
del dolo nel consenso matrimoniale, 1984, p. 572).

b) La víctima del dolo

26. No bastaría una conducta maliciosa sin más, ya que el CIC. can. 1098 dispone: ad
obtinendum consensum patrato. Es decir, además de la intención del incutiensde engañar
con la finalidad de obtener la prestación del consentimiento matrimonial, el dolo tiene
que ser determinativo, o si se prefiere causam dans (sería insuficiente el dolus incidens).

27. Lo relevante en esta figura jurídica no es el dolo en sí mismo considerado; sino


que lo decisivo es el influjo que ese dolo tiene en la mente y después en la voluntad del
que va a contraer: la llamada pars decepta.

Por eso, además del dolo y de la intencionalidad, es necesario que el sujeto haya caído
en el engaño. Es decir, el caso de que se dé una acción dolosa pero la persona no sufra
ningún engaño, no se puede decir que se dé el dolo del que habla en CIC. can. 1098,
porque el fin de la norma no es el castigo de quien engaña, sino la protección de la libertad
del engañado, esta no queda lesionada, pese a la mala fe, si conoce lo que se pretende
ocultar.

Por tanto, si el contrayente decepcionado a sabiendas por la realidad contrae


matrimonio, ese matrimonio se tiene por válido.

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c) La cualidad

28. Otro elemento que tipifica el dolo es la cualidad. Esto no debe confundirse con el
motivo. “Puede suceder, de hecho, que alguien resulte engañado respecto a la motivación
por la cual la otra persona quiere contraer matrimonio con ella, y pese a ello no existe
error dolosamente causado sobre una cualidad del sujeto. Se sanciona el dolo sobre una
cualidad, que puede, por su naturaleza, perturbar gravemente el consorcio conyugal. El
dolo revierte sobre el objeto del consentimiento por existir una causa impeditiva de su
normal desenvolvimiento”. (BERNÁRDEZ A. Compendio de derecho matrimonial
canónico, 1991, p. 152).

29. Dos criterios para delimitar la cuestión de la cualidad: “a) criterio objetivo, es decir,
la cualidad equivocada dolosamente debe tener una cierta entidad y relación con el
matrimonio (cfr. CIC. can. 1055): v. gr. La esterilidad, salud física y mental, el embarazo
prematrimonial; b) criterio subjetivo, es decir, la repercusión que ello tiene en el
engañado: es, por último, el criterio definitivo en esta cuestión” (M. CALVO TOJO,
Error y dolo en el consentimiento matrimonial, según el nuevo código de derecho
canónico, 1984, p.160).

Por tanto, se refieren al dolo que es objetivamente grave y en relación con la propia
naturaleza o esencia del matrimonio (cfr. FÓRNES J. Derecho matrimonial canónico,
2006, p. 137). lo que causa la nulidad del consentimiento matrimonial no es el engaño en
sí mismo, sino el error causado por el engaño- falta por tanto en este el objeto del
consentimiento matrimonial.

30. Entre el engaño con dolo y la expresión del consentimiento matrimonial debe estar
presente la noción de causalidad, esto es, que sin el engaño con dolo el consentimiento
matrimonial no sería estado emitido. El engaño con dolo llevado a cabo para obtener un
fin distinto no provoca la nulidad del matrimonio. El objeto del engaño con dolo debe ser
en atención a la cualidad de la otra persona que existía ya al momento de contraer el
matrimonio, y puede por su naturaleza, perturbar gravemente la comunidad matrimonial.

31. Una vez más, la iglesia vuelca sus esfuerzos en la defensa de la libertad, pues el
matrimonio es, sin lugar a dudas, acto de libertad y como efecto del dolo, no es posible la

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realización del acto fundacional del matrimonio (Cfr. BAÑARES. J. Compendio de


derecho matrimonial canónico, 1991, p. 152).

Pero si no se prueba y por lo cual, la a versión no queda clara, al menos en relación al


momento concreto en que se celebró, falta uno de los pilares en los que sustenta la prueba
de dolo invalidante, por la que no se alcanza la certeza moral, para declarar nulo un
matrimonio (cfr. CIC. can. 1604 § 1- 4).

III. IN FACTO
32. Los resultados de la instrucción son válidas y moralmente ciertas para demostrar
los fines del dolo que ha sufrido la parte actora. Se muestra con certeza, ya sea en la
confesión judicial o extrajudicial, ya sea por las partes en litigio o los testigos y
testimonios.

33. Por algún tiempo el noviazgo del Sr. Pedro creció con éxito: “Así, durante el
tiempo del noviazgo todo transcurrió de maravilla la distancia no era obstáculo para
amarnos. Nuestro propósito de noviazgo se resumía en estas palabras: fieles hasta la
muerte, puros hasta el altar… mientras tanto el propósito del noviazgo yo le observaba
estrictamente”. (Libelo p. 2)

34. El Sr. Pedro Fernández Julca, acusa de nulidad su matrimonio con la Sra. Jhazmin
María Pérez Herrera, por haber contraído matrimonio bajo engaño por dolo grave
procurado. Pues en el Libelo la parte actora dice que Jhazmin “había tenido una hija cuyo
nombre es Estefany Mendoza Herrera. Ella no me lo había dicho antes de contraer el
matrimonio”. (Libelo p. 3).

Pedro tenía todas las buenas intenciones de contraer el matrimonio por lo que no tenía
problemas (cfr. interrg. p. 4). Le que le propuso el matrimonio en el dos mil ocho y se
casaron.

35. La Sra. Jhazmin María Pérez Herrera a su vez sostiene que tenía ambos tenían
todas las buenas ideas de ser y formar una buena familia con Pedro. Dice: “Teníamos
buenos ideales de una familia fecunda y feliz. Realmente nos amábamos e hicimos un
propósito de noviazgo según nuestra convicción religiosa: fieles hasta la muerte, puros
hasta el altar” (interrg. p. 7).

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36. La parte convenida agrega diciendo que los años de noviazgo que transcurrieron
fueron bellos pues se amaban mucho a excepción del incidente que ella sufrió. “Los años
de noviazgo con Pedro transcurrió durante un tiempo con normalidad, en los estudios
realmente eran bellos. A excepción del incidente que me sucedió, lo cual marcó mi vida
personal” (Interrg. p. 7). Esa excepción constituye el haber faltado al propósito de su
noviazgo y que quedó embarazada. “Era en una salida de amigos. Resulté embarazada de
uno de ellos que se unió a mí en relación íntima después de una tarde de fiesta de la que
salimos totalmente borrachos” (Interrg. p. 7).
Fue el motivo del embarazo y para que no se enterase lo llevó a que le mintiera una
primera ves cuando Pedro quería ir a visitarle en las vacaciones del 2003. “Llegue a
mentirle porque durante el verano del 2003 Pedro me comunicó que quería visitarme a
Argentina, yo la mentí diciendo que no vaya porque no iba a estar allí, que me iba con
papá a Londres. Todo era porque no se enterase de mi situación” (Interrg. p. 8).

37. Ese inconveniente fue fruto de una acción no deseada pues quería mucho a Pedro
y nunca hubiese querido traicionarlo. Por temor a que él lo dejara decidió no
comunicárselo y prohibió a su familia decírselo a Pedro amenazándolo que el suicidio en
el caso de que se enterase Pedro de su citación. “dije a mis padres y familiares que no lo
dijesen amenazándoles con suicidarme si Pedro se enterara antes de casarnos” (Interrg. p.
8). No lo dijo “porque pensaba que si se enteraba él me abandonaría y pensé que con el
matrimonio religioso ya nos uniríamos para siempre, era una manera de asegurarme. Y
ya después se lo diría” (Interrg. p. 8).

Por eso fue cuando en la celebración del matrimonio ella estaba preocupada, pues su
conciencia la acusaba de ocultar algo a su amado. “Fue Pedro quien me propuso el
matrimonio en el 2008. Yo la acepté, aunque mi conciencia no era limpia. Le ocultaba
algo, que tenía una hija, pues él no lo sabía”. (Interrg. p. 8). “Veía a Pedro bien sereno,
alegre y con buena voluntad de contraer matrimonio conmigo. Llegamos temprano a la
Parroquia Jesús el Buen Maestro” distrito de Miraflores en Argentina. Yo en realidad
estaba preocupada y con una conciencia intranquila, preocupada, nerviosa, pero trataba
de aparentar” (Interrog. p. 9).

38. Es unánime el testimonio de las partes que confirman que la parte demanda ocultó
conscientemente tal acto y que es fruto de eso fue la causa de su fracaso matrimonial. La

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parte actora señala: “fuera de que durante la ceremonia notaba a Jhazmin un poco
preocupada, nerviosa, todo se realizó con normalidad (Interrg. p. 4). La parte demanda
confirma: “yo en realidad estaba preocupada y con una conciencia intranquila,
preocupada, nerviosa, pero trataba de aparentar (Interrg. p. 9).

39. La boda se celebró el día 15 de septiembre en la iglesia parroquial “Jesús el Buen


Maestro” en el distrito de Miraflores – Argentina. Y se establecieron en Lima y la parte
convenida señala no haber estado tranquila durante la convivencia matrimonial que duró
seis años. “Siempre en mi conciencia no estaba tranquila aparentaba ser feliz, Pedro
notaba mi preocupación. Me preguntaba qué pasaba, a lo que yo respondía siempre que
era por el trabajo. Se mostraba muy amable conmigo y por lo que notaba, también sufría
por eso” (Interrg. 9) .

40. Los testigos confirman que la parte convenida les prohibió tajantemente decírselo
a Pedro sobre su situación y sufría por ello. “Ella nos lo prohibió comunicársele a Pedro.
Cayo en depresión, nos dijo que nunca hubiese querido hacer eso, pues tenía un
compromiso y además sus planes de los estudios se veían troncados. No lo comunicamos
nada a Pedro por prohibición de ella misma” (Interrg. p. 13). “Así transcurrió el tiempo,
pero Jhazmin ya no era la misma, se notaba preocupada”. (Interrg. p. 13).

El hermano de la convenida señala: “Mi hermana, pues, tenía un cargo de conciencia


que nosotros sabíamos, pero no nos atrevimos a decir nada” (Interrog. P. 15).

41. En el 2011 la parte actora se ha enterado de la hija de la parte convenida encargada


en su prima. La parte convenida dice que “ya quería hacerle saber mi preocupación y le
propuse ir de vacaciones a visitar al norte de argentina. Allí estaba mi prima Lily y mi
hija Estefany. Yo no pude presentárselo sola pues temía sus reacciones así que le dije a
Lily que lo diera a saber y así fue”. (Interrg. p. 9).

42. Con la prueba del ADN presentado por la parte convenida confirma que la hija no
es de Pedro. Y que por tanto le fue infiel y con esa infidelidad llegó a la celebración del
matrimonio sin hacerle conocer el caso a la parte actora. “Ella nos dijo que estaba
embarazada, pero que no era de Pedro sino de otro amigo suyo que habían salido y se
habían embriagado y mantuvieron relaciones íntimas. Mi hermana nos prohibió

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tajantemente decírselo a Pedro, pues temía que lo dejara. Nunca hubiera querido hacerlo
eso y así fue. Luego terminados los estudios se casaron (Interrg. p. 15).

“Mi prima nos lo prohibió comunicársele a Pedro. Cayó en depresión, nos dijo que
nunca hubiese querido hacer eso, pues tenía un compromiso y además sus planes de los
estudios se veían troncados. No lo comunicamos nada a Pedro por prohibición de ella
misma. En cuanto nació el bebé me lo encargó a mí para que ella continuara los estudios,
así fue. Así transcurrió el tiempo, pero Jhazmin ya no era la misma, se notaba preocupada.
Pero una vez terminada los estudios se casaron” (Interrg. p. 13).

43. Las circunstancias en que se desarrolló en matrimonio del Sr. Pedro y la Sra.
Jhazmin la resumimos así:

- El matrimonio fue como consecuencia de un compromiso que hicieron (cfr. Interrg.


p. 3, 8, 10, 15).

- En la celebración se notaba en Jhazmin un poco de preocupación porque su


conciencia lo acusaba de estar ocultando la verdad (cfr. Lib. p. 2, Interrg. p. 8, 9, 15).

- Infidelidad de la parte convenida antes del matrimonio (cfr. Lib. p. 1, 3. Interrg. p. 4,


8, 9, 11, 15).

- Las partes, tras el matrimonio, intentaron establecer una vida conyugal firme, pero
después que la parte actora se ha enterado haber sido engañado vinieron las riñas y las
infidelidades (cfr. Lib. p. 3. Interrg. p. 5, 9, 11, 13, 15).

Se concluye que el Sr. Pedro Fernández Julca, fue sometido a un directo engaño doloso
al contraer el matrimonio por la parte convenida. Como declara en la formulación del
dubio.

44. En cuanto lo que defensor del vínculo ha afirmado sobre la insuficiencia de pruebas
en esta relación a la aversión que debe probar el grave, debemos afirmar que nos basta la
claridad de los testigos y pruebas para demostrar dicha que el matrimonio fue celebrado
con plena conciencia de dolo por la parte convenida.

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Pero a esto debemos agregar que, por nuestra parte, SÍ podemos demostrar la presencia
de que ha sido perturbado al matrimonio en aquel momento, por la desgracia sucedida a
la parte convenida.

45. De lo dicho se puede concluir que la parte convenida acudió al matrimonio con
una conciencia gravemente dolosa. Así lo confirman en unanimidad las declaraciones de
las partes y testigos y se confirman por los hechos. Dada la linealidad de las declaraciones,
las cuales no revelan contradicciones internas y son concordes entre ellos en los hechos
descritos. Los testigos, nada sospechosos, son igualmente creíbles, porque son concordes
en la narración de los hechos.

46. En conclusión, los hechos, las declaraciones y pruebas instructoras practicadas, en


sentido global, prueban con certeza moral el defecto en el consenso matrimonial por
engaño doloso gravemente provocado por la parte convenida.

Por tanto, considerado atentamente cuanto ha sido expuesto, sea de derecho y de


hecho, Yo, juez único para esta causa, junto al Tribunal de primera Instancia de la
Diócesis de Huacho, legítimamente presente en la Sede del Tribunal, teniendo solo a Dios
ante los ojos, declaro y sentencio definitivamente que la duda propuesta debe responderse
como sigue:

“Sí, consta que el matrimonio de las partes ha sido contraído inválidamente a título
de engaño con dolo procurado por la parte convenida”.

BETITUM:
Se prohíbe a la misma mujer, parte convenida, contraer otro matrimonio canónico sin
previa consulta al ordinario del lugar.

Comuníquese a quienes sean competentes y Ejecútese la sentencia inmediatamente


según derecho (c. 1614).

Dado en la Sede del tribunal, siendo el 4 de junio de 2019.

P. Dr. Juan Delgado Ruiz, P. Lic.: Robert Otoniel Chávez


Juez único Notario

15
Tribunal Eclesiástico de Primera Instancia
Diócesis de Huacho Av. Brasil – 321,
Huacho

Prot. 0017/ 2019- H

DECRETO

Siendo S/. 1000 una contribución obligatoria al costo de la causa se pide a las partes
cancelarla repartiéndose la carga equitativamente.

El perito en medicina, que ha apoyado la causa ha declarado haber recibido la suma de


S/. 1200, por la que queda comprometido liquidar S/. 100 a cuentas del Tribunal.

Dado en la Sede del tribunal, siendo el 25 de mayo de 2019.

P. Dr. Juan Delgado Ruiz, P. Lic.: Robert Otoniel Chávez


Juez único Notario

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