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0016/ 2019 – H
DIÓCESIS DE HUACHO
HUACHO
NULIDAD MATRIMONIAL
2019
Sumario
Tribunal Eclesiástico de Primera Instancia
Diócesis de Huacho Av. Brasil – 321,
Huacho
SENTENCIA DEFINITIVA
la señora Jhazmin María Pérez Herrera, parte convenida, cuyo domicilio se encuentra
en la Av. Los Barrios Altos – 105, distrito de Miraflores, provincia de Pomayucay, del
departamento de Piura, de la vecina nación de Argentina; defendida personalmente en el
juicio;
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I. SPECIES FACTI.
3. Pedro Fernández Julca, nacido en Cajamarca el día 20 de marzo del año 1986, con
domicilio en el distrito Huaura, localidad de Balconcillo, Av. 28 de Julio 326 y Jhazmin
María Pérez Herrera, nacida el 20 de mayo del 1987 en el distrito de Miraflores,
Argentina, celebraron el matrimonio en la parroquia “Jesús el Buen Maestro” en el distrito
de Miraflores en Argentina; Diócesis de Miraflores, el día 15 de septiembre de 2006.
5. Tras tres años de noviazgo Pedro propuso el matrimonio a Jhazmin a la que ella
desistió, su justificación fue adquirir los títulos de la carrera. El joven lo entiende y
esperaba contraer matrimonio cuanto terminen los estudios. Mientras tanto seguían de
novios y vivían su propósito.
6. Durante ese tiempo de espera vivían con miras a su matrimonio hasta el 2008, fecha
en que terminaron los estudios y cumplieron su compromiso con la celebración del
matrimonio. La iniciativa del matrimonio fue propuesta por el joven.
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la convivencia matrimonial duró seis años durante los últimos años eran solo riñas y
encaros a la mujer por su situación y algunos desvíos de parte del varón que le fue infiel
con otra, decidieron la separación y el divorcio civil. Tal acto fue comenzado por la mujer.
9. El Sr. Pedro Fernández Julca, presumiendo y entendiendo, con conciencia clara que
el matrimonio contraído con la Sra. Jhazmin María Pérez Herrera, fue nulo por las cosas
que concurrieron en tal acto, presentó solicitud para que el caso fuera revisado por nuestro
tribunal (competente para tal caso), bajo el capítulo de matrimonio contraído bajo engaño
por dolo provocado a tenor del c. 1098.
10. Se constituyó el tribunal de juez único por decreto del día 19 de marzo del 2019;
el día 1 de abril del presente año se dio la aceptación de Libero mediante decreto; luego
se llevó acabo establecimiento de los límites de la controversia en la sesión del 16 de abril
del 2019; el dubio a resolver fue concordado en la siguiente formula:
"Si consta que el matrimonio de las partes ha sido contraído inválidamente a título de
engaño con dolo procurado por la parte convenida”.
II. IN IURE
12. En la elección del estado de vida, todos los fieles tienen el derecho a ser inmunes
de cualquier coacción (CIC. can. 219).
13. El matrimonio es un estado de vida que surge del consentimiento manifestado entre
personas jurídicamente hábiles (cfr. CIC. can. 1057 § 1), que es el acto de la voluntad por
el cual el varón y la mujer se entregan y aceptan mutuamente para constituir el consorcio
matrimonial. (cfr. CIC. can. 1057 §2).
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Así mismo el derecho canónico define el matrimonio como una Alianza: “quo vir et
mulier Ínter se totius vitae consortium constituit, índole sua naturali ad bonun coniugum
atque adprolis generationem et educaitionem ordinatum”. La alianza matrimonial, por la
que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su
misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole,
fue elevada por Cristo Señor a la dignidad de sacramento entre bautizados. (CIC. can.
1055§ 1).
14. Todo pacto o Alianza tiene un contenido, el matrimonio tiene como contenido la
unión de un hombre y una mujer -la iglesia sólo reconoce como matrimonio la unión
heterosexual- para la constitución de un consorcio de toda la vida. Ese consorcio es una
unidad vital, que no anula las personalidades individuales. “Su recíproca pertenencia es
representación real, mediante el signo sacramental, de la misma relación de Cristo con la
Iglesia” (JUAN PABLO II, FC. n° 13, 1981).
15 El canon 1055 del CIC está inspirado en el Concilio Vaticano II. Define al
matrimonio como: pacto por el que un hombre y una mujer constituyen un consorcio de
toda la vida. La esencia del matrimonio consiste en un pacto (foedus), una alianza, es
imagen y participación de la alianza de amor entre Cristo y la Iglesia. (Cfr. Const. Past.
GS 48-51). "En cuanto gesto sacramental de santificación, la celebración del
matrimonio... debe ser por sí misma válida, digna y fructuosa" (JUAN PABLO II, FC 67,
1981).
16. El vínculo matrimonial (CIC. can. 1055, §1) tiene como una única causa eficiente
el libre consentimiento de las partes (CIC. can. 1057 §1-2). El código, sanciona al
respecto: “Consensus matrimonialis est actus voluntatis, quo vir et mulier foedere
irrevocabili sese mutuo tradunt et accipiunt ad constituendum matrimonium”. El
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17. El matrimonio constituye, por tanto, un estado de vida que involucra integralmente
al hombre y la mujer para toda la vida. Al prestar el consentimiento por parte de los
contrayentes el consentimiento interno de la voluntad se presume conforme a las palabras
o signos empleados (cfr. CIC. can. 1101 § 1), pero si unos de los contrayentes su voluntad
está gravemente perturbada, como pude ser el caso de dolo grave, contraen inválidamente.
(cfr. CIC. can. 1103)
18. El consentimiento consiste en "un acto humano, por el cual los esposos se dan y se
reciben mutuamente" (GS 48. Cf. CIC. can. 1057, §2): "Yo te recibo como esposa" - "Yo
te recibo como esposo". Este consentimiento que une a los esposos entre sí, encuentra su
plenitud en el hecho de que los dos "vienen a ser una sola carne" (Cf. Gn 2,24; Mc 10,8;
Ef. 5,31). El consentimiento debe ser un acto de la voluntad de cada uno de los
contrayentes, libre de violencia o de temor grave externo (cfr. CIC. can. 1103). Ningún
poder humano puede reemplazar este consentimiento (CIC. can. 1057, §1). Si esta libertad
falta, el matrimonio es inválido. (cfr. CEC 1628- 1629).
19. Para que un consenso matrimonial sea válido es necesario un consentimiento libre
legítimamente manifestado por ambas partes. Por consenso se entiende el asentimiento
voluntario, en pleno uso de la libertad y las facultades, libre de coacciones ni engaños. Si
no fuera así, tal consenso sería inválido.
El vínculo matrimonial (CIC. can. 1055§ 1) tiene como una única causa eficiente el libre
consentimiento de las partes (CIC. can. 1057, §1-2), El código, sanciona al respecto:
“Consensum matrimonialis est actas voluntatis, quo vir et mulier foedere irrevocábili
sese mutuo tradunt et accipiunt ad constituendum matrimonium” El consentimiento
coaccionado por elemento cualesquiera sean su naturaleza no produce el acto jurídico del
matrimonio.
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Este canon subraya que quien celebra el matrimonio engañado con dolo, urdido para
para obtener el consentimiento matrimonial, acerca de la cualidad de la otra parte que por
su naturaleza puede perturbar gravemente la comunidad matrimonial, lo contrae
inválidamente.
21. El dolo es “el engaño deliberado y fraudulento cometido sobre otro en virtud del
cual éste es inducido a poner un determinado acto jurídico” (MICHIELS. G., Principia
generalia de personis in ecclesia, 1955, p. 432). Toda suerte de astucia, mentira, falacia,
encubrimiento o maquinación intencionalmente urdida para enredar, engañar, equivocar,
defraudar o hacer errar a una parte a cerca de una cualidad del otro contrayente.
22. Para que el error a cerca de la cualidad de la persona causada por el engaño haga
nulo el consentimiento matrimonial, se deben verificar las siguientes condiciones:
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Por tanto, conducta dolosa por parte del agente; dirigida a obtener el consentimiento
conyugal; error efectivo por parte del deceptus; y cualidad relevante para perturbar el
consorcio de la vida conyugal.
23. Las alternativas que se presentan con relación con el sujeto que provoca el dolo
son dos: que el dolo deba provenir necesariamente del otro contrayente o si es posible que
sea provocado por tercera persona; por otro lado, la intencionalidad se puede manifestar
de manera positiva o negativa: en ambos casos, pero sobretodo en el último, la tarea de
jurisprudencia será fundamental, y el problema está en íntima relación con cuanto
digamos a propósito de la importancia objetiva de la cualidad sobre la que el contrayente
haya resultado engañado( REINA A. Dereccho canonico matrimonial, 1998, p. 1060);
pero siempre el dolo ha de ser provocado mediante maquinaciones insidiosas. Con ello
se quiere decir que la intencionalidad se puede manifestar en acciones u omisiones. Así
el simple silencio podría constituir una conducta dolosa si va acompañado de la intención
de engañar a la otra parte (cfr. MONETA L. Curso de derecho matrimonial, 2002, p.
156).
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26. No bastaría una conducta maliciosa sin más, ya que el CIC. can. 1098 dispone: ad
obtinendum consensum patrato. Es decir, además de la intención del incutiensde engañar
con la finalidad de obtener la prestación del consentimiento matrimonial, el dolo tiene
que ser determinativo, o si se prefiere causam dans (sería insuficiente el dolus incidens).
Por eso, además del dolo y de la intencionalidad, es necesario que el sujeto haya caído
en el engaño. Es decir, el caso de que se dé una acción dolosa pero la persona no sufra
ningún engaño, no se puede decir que se dé el dolo del que habla en CIC. can. 1098,
porque el fin de la norma no es el castigo de quien engaña, sino la protección de la libertad
del engañado, esta no queda lesionada, pese a la mala fe, si conoce lo que se pretende
ocultar.
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c) La cualidad
28. Otro elemento que tipifica el dolo es la cualidad. Esto no debe confundirse con el
motivo. “Puede suceder, de hecho, que alguien resulte engañado respecto a la motivación
por la cual la otra persona quiere contraer matrimonio con ella, y pese a ello no existe
error dolosamente causado sobre una cualidad del sujeto. Se sanciona el dolo sobre una
cualidad, que puede, por su naturaleza, perturbar gravemente el consorcio conyugal. El
dolo revierte sobre el objeto del consentimiento por existir una causa impeditiva de su
normal desenvolvimiento”. (BERNÁRDEZ A. Compendio de derecho matrimonial
canónico, 1991, p. 152).
29. Dos criterios para delimitar la cuestión de la cualidad: “a) criterio objetivo, es decir,
la cualidad equivocada dolosamente debe tener una cierta entidad y relación con el
matrimonio (cfr. CIC. can. 1055): v. gr. La esterilidad, salud física y mental, el embarazo
prematrimonial; b) criterio subjetivo, es decir, la repercusión que ello tiene en el
engañado: es, por último, el criterio definitivo en esta cuestión” (M. CALVO TOJO,
Error y dolo en el consentimiento matrimonial, según el nuevo código de derecho
canónico, 1984, p.160).
Por tanto, se refieren al dolo que es objetivamente grave y en relación con la propia
naturaleza o esencia del matrimonio (cfr. FÓRNES J. Derecho matrimonial canónico,
2006, p. 137). lo que causa la nulidad del consentimiento matrimonial no es el engaño en
sí mismo, sino el error causado por el engaño- falta por tanto en este el objeto del
consentimiento matrimonial.
30. Entre el engaño con dolo y la expresión del consentimiento matrimonial debe estar
presente la noción de causalidad, esto es, que sin el engaño con dolo el consentimiento
matrimonial no sería estado emitido. El engaño con dolo llevado a cabo para obtener un
fin distinto no provoca la nulidad del matrimonio. El objeto del engaño con dolo debe ser
en atención a la cualidad de la otra persona que existía ya al momento de contraer el
matrimonio, y puede por su naturaleza, perturbar gravemente la comunidad matrimonial.
31. Una vez más, la iglesia vuelca sus esfuerzos en la defensa de la libertad, pues el
matrimonio es, sin lugar a dudas, acto de libertad y como efecto del dolo, no es posible la
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III. IN FACTO
32. Los resultados de la instrucción son válidas y moralmente ciertas para demostrar
los fines del dolo que ha sufrido la parte actora. Se muestra con certeza, ya sea en la
confesión judicial o extrajudicial, ya sea por las partes en litigio o los testigos y
testimonios.
33. Por algún tiempo el noviazgo del Sr. Pedro creció con éxito: “Así, durante el
tiempo del noviazgo todo transcurrió de maravilla la distancia no era obstáculo para
amarnos. Nuestro propósito de noviazgo se resumía en estas palabras: fieles hasta la
muerte, puros hasta el altar… mientras tanto el propósito del noviazgo yo le observaba
estrictamente”. (Libelo p. 2)
34. El Sr. Pedro Fernández Julca, acusa de nulidad su matrimonio con la Sra. Jhazmin
María Pérez Herrera, por haber contraído matrimonio bajo engaño por dolo grave
procurado. Pues en el Libelo la parte actora dice que Jhazmin “había tenido una hija cuyo
nombre es Estefany Mendoza Herrera. Ella no me lo había dicho antes de contraer el
matrimonio”. (Libelo p. 3).
Pedro tenía todas las buenas intenciones de contraer el matrimonio por lo que no tenía
problemas (cfr. interrg. p. 4). Le que le propuso el matrimonio en el dos mil ocho y se
casaron.
35. La Sra. Jhazmin María Pérez Herrera a su vez sostiene que tenía ambos tenían
todas las buenas ideas de ser y formar una buena familia con Pedro. Dice: “Teníamos
buenos ideales de una familia fecunda y feliz. Realmente nos amábamos e hicimos un
propósito de noviazgo según nuestra convicción religiosa: fieles hasta la muerte, puros
hasta el altar” (interrg. p. 7).
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36. La parte convenida agrega diciendo que los años de noviazgo que transcurrieron
fueron bellos pues se amaban mucho a excepción del incidente que ella sufrió. “Los años
de noviazgo con Pedro transcurrió durante un tiempo con normalidad, en los estudios
realmente eran bellos. A excepción del incidente que me sucedió, lo cual marcó mi vida
personal” (Interrg. p. 7). Esa excepción constituye el haber faltado al propósito de su
noviazgo y que quedó embarazada. “Era en una salida de amigos. Resulté embarazada de
uno de ellos que se unió a mí en relación íntima después de una tarde de fiesta de la que
salimos totalmente borrachos” (Interrg. p. 7).
Fue el motivo del embarazo y para que no se enterase lo llevó a que le mintiera una
primera ves cuando Pedro quería ir a visitarle en las vacaciones del 2003. “Llegue a
mentirle porque durante el verano del 2003 Pedro me comunicó que quería visitarme a
Argentina, yo la mentí diciendo que no vaya porque no iba a estar allí, que me iba con
papá a Londres. Todo era porque no se enterase de mi situación” (Interrg. p. 8).
37. Ese inconveniente fue fruto de una acción no deseada pues quería mucho a Pedro
y nunca hubiese querido traicionarlo. Por temor a que él lo dejara decidió no
comunicárselo y prohibió a su familia decírselo a Pedro amenazándolo que el suicidio en
el caso de que se enterase Pedro de su citación. “dije a mis padres y familiares que no lo
dijesen amenazándoles con suicidarme si Pedro se enterara antes de casarnos” (Interrg. p.
8). No lo dijo “porque pensaba que si se enteraba él me abandonaría y pensé que con el
matrimonio religioso ya nos uniríamos para siempre, era una manera de asegurarme. Y
ya después se lo diría” (Interrg. p. 8).
Por eso fue cuando en la celebración del matrimonio ella estaba preocupada, pues su
conciencia la acusaba de ocultar algo a su amado. “Fue Pedro quien me propuso el
matrimonio en el 2008. Yo la acepté, aunque mi conciencia no era limpia. Le ocultaba
algo, que tenía una hija, pues él no lo sabía”. (Interrg. p. 8). “Veía a Pedro bien sereno,
alegre y con buena voluntad de contraer matrimonio conmigo. Llegamos temprano a la
Parroquia Jesús el Buen Maestro” distrito de Miraflores en Argentina. Yo en realidad
estaba preocupada y con una conciencia intranquila, preocupada, nerviosa, pero trataba
de aparentar” (Interrog. p. 9).
38. Es unánime el testimonio de las partes que confirman que la parte demanda ocultó
conscientemente tal acto y que es fruto de eso fue la causa de su fracaso matrimonial. La
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parte actora señala: “fuera de que durante la ceremonia notaba a Jhazmin un poco
preocupada, nerviosa, todo se realizó con normalidad (Interrg. p. 4). La parte demanda
confirma: “yo en realidad estaba preocupada y con una conciencia intranquila,
preocupada, nerviosa, pero trataba de aparentar (Interrg. p. 9).
40. Los testigos confirman que la parte convenida les prohibió tajantemente decírselo
a Pedro sobre su situación y sufría por ello. “Ella nos lo prohibió comunicársele a Pedro.
Cayo en depresión, nos dijo que nunca hubiese querido hacer eso, pues tenía un
compromiso y además sus planes de los estudios se veían troncados. No lo comunicamos
nada a Pedro por prohibición de ella misma” (Interrg. p. 13). “Así transcurrió el tiempo,
pero Jhazmin ya no era la misma, se notaba preocupada”. (Interrg. p. 13).
42. Con la prueba del ADN presentado por la parte convenida confirma que la hija no
es de Pedro. Y que por tanto le fue infiel y con esa infidelidad llegó a la celebración del
matrimonio sin hacerle conocer el caso a la parte actora. “Ella nos dijo que estaba
embarazada, pero que no era de Pedro sino de otro amigo suyo que habían salido y se
habían embriagado y mantuvieron relaciones íntimas. Mi hermana nos prohibió
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tajantemente decírselo a Pedro, pues temía que lo dejara. Nunca hubiera querido hacerlo
eso y así fue. Luego terminados los estudios se casaron (Interrg. p. 15).
“Mi prima nos lo prohibió comunicársele a Pedro. Cayó en depresión, nos dijo que
nunca hubiese querido hacer eso, pues tenía un compromiso y además sus planes de los
estudios se veían troncados. No lo comunicamos nada a Pedro por prohibición de ella
misma. En cuanto nació el bebé me lo encargó a mí para que ella continuara los estudios,
así fue. Así transcurrió el tiempo, pero Jhazmin ya no era la misma, se notaba preocupada.
Pero una vez terminada los estudios se casaron” (Interrg. p. 13).
43. Las circunstancias en que se desarrolló en matrimonio del Sr. Pedro y la Sra.
Jhazmin la resumimos así:
- Las partes, tras el matrimonio, intentaron establecer una vida conyugal firme, pero
después que la parte actora se ha enterado haber sido engañado vinieron las riñas y las
infidelidades (cfr. Lib. p. 3. Interrg. p. 5, 9, 11, 13, 15).
Se concluye que el Sr. Pedro Fernández Julca, fue sometido a un directo engaño doloso
al contraer el matrimonio por la parte convenida. Como declara en la formulación del
dubio.
44. En cuanto lo que defensor del vínculo ha afirmado sobre la insuficiencia de pruebas
en esta relación a la aversión que debe probar el grave, debemos afirmar que nos basta la
claridad de los testigos y pruebas para demostrar dicha que el matrimonio fue celebrado
con plena conciencia de dolo por la parte convenida.
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Pero a esto debemos agregar que, por nuestra parte, SÍ podemos demostrar la presencia
de que ha sido perturbado al matrimonio en aquel momento, por la desgracia sucedida a
la parte convenida.
45. De lo dicho se puede concluir que la parte convenida acudió al matrimonio con
una conciencia gravemente dolosa. Así lo confirman en unanimidad las declaraciones de
las partes y testigos y se confirman por los hechos. Dada la linealidad de las declaraciones,
las cuales no revelan contradicciones internas y son concordes entre ellos en los hechos
descritos. Los testigos, nada sospechosos, son igualmente creíbles, porque son concordes
en la narración de los hechos.
“Sí, consta que el matrimonio de las partes ha sido contraído inválidamente a título
de engaño con dolo procurado por la parte convenida”.
BETITUM:
Se prohíbe a la misma mujer, parte convenida, contraer otro matrimonio canónico sin
previa consulta al ordinario del lugar.
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DECRETO
Siendo S/. 1000 una contribución obligatoria al costo de la causa se pide a las partes
cancelarla repartiéndose la carga equitativamente.
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