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“Yo también fui de izquierda, pero mejoré muchísimo”, sería la reivindicación de éstos
conceptos, que se arraigarían en la necesidad de la autocrítica y la determinación de
un nuevo principio de autonomía intelectual, donde no sea la corriente quien arrastre
mis pensamientos, sino la cualidad del ser que vaya contra la corriente, ese sería en
todo caso, el mejor medio para enaltecer las buenas formas de ser intelectual. Sin
embargo, esto no es fácil, en la medida que los órdenes espontáneos han generado la
atmosfera surrealista del pensamiento uniforme, ese que dictamina desde los nuevos
principios de la academia, que se debe pensar y que no, y que debemos considerar
correcto, o ese hermoso calificativo de "incorrecto", que pone de manifiesto la
existencia de dispositivos de normalización, como hablaría Michel Foucault. A partir de
esta noción, es que me arrogo el derecho, de ponerlos de manifiesto, cuestionarlos,
tornarlos visibles, disciplinadores y hasta represivos, es la causa y motivo por el cual,
mis formas no van dirigidas a la ideas en un orden de falacia cronológica, sino en la
apreciación del tiempo en base al éxito de las ideas.
Este análisis que puede ser un poco complejo, pero que requiere del buen uso de la
palabra, del discurso y las virtudes del buen académico, es la fiel crítica, que contravía
al establishment educativo, que pasó de representar el conjunto de universalidad de
ideas, a convertirse en un monasterio donde se predica una religión política. Esa es la
decadencia del “alma máter”, ya no son los interlocutores dando largas charlas sobre
la importancia del ser ilustrado, sino el predicador del evangelio marxista que convierte
al estudiante en un ser iletrado. No hablaría esto, sí profesará rotundo
desconocimiento, pero mi paso por el mundo universitario, marcó en mi, el antes y el
después de un pensamiento, que hoy defiendo como mi ideología.
Es por ello, que les genera molestia, la poca empatía que pueda tener con sus
postulados. El discurso de clases, el materialismo histórico, el manifiesto y sus
derivados a pequeñas pinceladas, trazados desde la superficialidad, desde la
apreciación ajena y no desde la propia, pasan a ser las nuevas cátedras de uso
obligatorio: “economía marxista”, “marxismo y sociología”, “lucha y revolución”,
“materialismo dialéctico e historia”, serían algunas de las materias súper exclusivas
del estudiantado, y claro que existe el derecho fundamental de ser expresadas y
enseñadas, solo en la medida que no sean otorgadas como dogmas de fe, sino que
exista la posibilidad al debate, la interpretación personal e intransferible, pero también
a la crítica y el disentimiento, algo que claramente no sucede. Ahora bien, sí los
términos de la enseñanza pública están condicionadas a ideologías y sus
supercherías, ¿no sería entonces esto un debacle significativo, que explicaría el
comportamiento, el discurso y las formas de ver el mundo, casi “atomizado”,
“sistemático” y “uniforme” de sus egresados?. Eres tanto y cuanto apoyes sus
postulados, de lo contrario te sometes al escrutinio moral e intelectual, del que se han
apropiado, como sí se tratasen de jueces o sí se quiere “policías del pensamiento”.
Sin embargo, no todo es malo, los pensamientos sirven en la medida que dan
dinámica a los nuevos discursos, sean en pro o en contra, así mismo, la crítica, que
debe partir de bases tan lógicas cómo: “¿por qué no estoy de acuerdo?” y “¿cómo
fundamento mi discrepancia?”, eso ya no existe.
Pero no hay que culpar de todo a la religión del progresismo, que después de todo
usa el discurso emotivo para adueñarse de valores significativamente buenos y
queridos por el cúmulo de la población, esas formas de política vienen desde la
antigüedad, y que parafraseando a Orwell: “en tiempos de engaño universal, decir la
verdad se convierte en un acto de odio”, caben perfectamente en la argumentación de
mi escrito. También hay que mirar la naturaleza del hombre, somos “animales que
razonan”, y en la lucha por llegar a esa cúspide, nos encontramos con la emotividad y
el sentimiento, algo que indudablemente nos hace irracionales. Entonces, ¿cómo
hacer política con basamentos netamente racionales?, sí eso desprendería un sin
número de variables, que para su éxito o cometido, resultarían ser impopulares, por
ejemplo: “el reducir el gasto público y recortar los programas sociales” o “reducir el
tamaño del estado”, algo tan inviable, pero necesario en tiempos de crisis, que a la
postre golpearía la realidad, de unos individuos en sociedad que se han acostumbrado
a ser los receptores de dadivosos, paternalistas y oficinistas de estructuras
clientelares.
Paper Crítico y Académico – LIBERALES CLÁSICOS 3
Formas de Pensamiento – Crítica y Pensamiento Individual
Por eso vemos a progresistas sumamente ilustrados, que no conocen los orígenes de
sus ideologías, ¿o será que piensan que la historia no es un instrumento político y por
eso no es necesario conocerla o en su defecto conocerla a medias y a conveniencia?
Nombres como Marcuse, Haberman, Foucault hasta el mismísimo Gramsci y la
clasiquísima Escuela de Frankfurt, que dieron un nuevo sentido a las teorías
de Hegel, Marx y Freud y cuyo centro estaba constituido en el Instituto de
Investigación Social, inaugurado en 1923 en Alemania, no son conocidas por ellos.
“No existe tu verdad, existe la verdad y tu opinión”, sería una frase ideal para
identificar a aquellos que en su incongruencia, esbozan el discurso de la “supremacía
intelectual”. Pero no solo están los fundamentalistas de buena fe, existen los
negacioncitas de la razón, y sobre todo de la historia, por eso insisten en la
propagación de discursos políticos, sociales y culturales que ya han tenido asidero en
otros contextos, otras épocas, pero con el mismo eslogan de autoritarismo,
totalitarismo y atrocinio. Por ejemplo, y aunque suene trillado, la cantidad de sacrificios
humanos durante el siglo XX, por regímenes de corte así llamados “Comunistas”,
recordando solo algunos y los más sanguinarios; Iósif Stalin, las “Nomenklaturas
Soviéticas” conformadas por la partidocracia burocrática del Stalinismo, el
Secretariado General del Partido Comunista de la Unión Soviética o la conocida
Dirección General de Campos de Trabajo Correccional y Colonias de la rama de
lNKVD que dirigían el sistema penal de campos de trabajos forzados o mejor llamados
GULAGS.
Paper Crítico y Académico – LIBERALES CLÁSICOS 5
Formas de Pensamiento – Crítica y Pensamiento Individual
Sin mencionar otras monstruosidades cometidas por Mao Zedong, con el ya conocido
eslogan propagandístico de los tiranos, llamado Revolución, y una que otras
desgracias con sus matices ideológicas, como el fascismo Italiano de Mussolini, el
nacional-socialismo de Hitler y uno que otros conceptos que hoy son omitidos, no
discutidos, olvidados e incluso tergiversados, haciendo una falsa reescritura de la
historia, mediante la herramienta del desprestigio, el escrache y la censura a todos
aquellos que osen a recordarlos. A pesar de que es un tema que requeriría una
conceptualización más profunda, no enfatizaré en grandes rasgos por la finalidad
propia del paper.
Ahora bien, el progresista cree ser un libre pensador, ajeno a todas las “estúpidas”
tradiciones que bañan la sociedad, un sujeto libre de los contextos de la conservación
de la cultura. Una pieza que mientras alega justicia, igualdad y diversidad como
derecho fundamental, por otro lado, proclama banderas de sistemas que
acostumbraban a violar estos “derechos”. Un muñequito, que hace a su causa la
utilización de simbología de adoración, imágenes de grandes carniceros, que sí hoy
existieran, se opondrían rotundamente a las cualidades que ellos defienden.
El progresista, aquel que lucha por la diversidad sexual, pero idolatra al Che Guevara,
que defiende los derechos humanos, pero vocifera con Fidel Castro, que anhela la
paz, pero apoya groseramente a las guerrillas y la subversión, que propala un discurso
que justifica el accionar delictivo, solo por cuestiones sociales que llevaron al individuo
a cometer ese delito, que apoya los grandes genocidios, porque se trata de revolución,
que manda a leer a sus detractores, pero no conoce a sus propios próceres
ideológicos, que crítica los desastres económicos, pero es afín al socialismo.
Hoy en día, mejoré, a partir de que observé las contradicciones, cuando decidí tener
un pensamiento crítico sobre las situaciones, cuando comprendí que mi opinión no se
convierte en verdad, solo porque yo así lo crea, que la base del conocimiento y la
crítica, parte de leer, entender y comprender a tu adversario, antes de levantar
supuestos en falsas ideologías. Pasar por la izquierda, fue la piedra angular de mi
formación universitaria, también fui aquel idealista que compartía afinidad por una
igualdad, que en términos prácticos sigue siendo una utopía, que los discursos de
justicia social representan eufemismos y aforismos simpáticos de empobrecimiento
colectivo, que la historia tiene relevancia en la vida política, que la economía es una
experticia compleja, que requiere un estudio riguroso, serio, conciso, y no basta con la
pobre apreciación de sus opinadores. Acuñé la necesidad de abarcar tres aspectos
fundamentales: bases teóricas, evidencia empírica y formación moral. Porque el
dato sigue matando el relato, y por más que los detractores y sodomitas de la verdad,
sigan pregonando su verdad amañada, seguiré defendiendo los ideales de la vida, la
propiedad privada y la libertad.
Paper Crítico y Académico – LIBERALES CLÁSICOS 6
Formas de Pensamiento – Crítica y Pensamiento Individual
Bibliografía: