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UNIVERSIDAD MILITAR NUEVA GRANADA

PROGRAMA DE ECONOMÍA
RESUMEN DEL LIBRO
“EL TESORO DE INGLATERRA POR EL COMERCIO EXTERIOR”
THOMAS MUN-1664
2004-10-15

PROFESOR: JOSE ISRAEL BAUTISTA RAMÍREZ

Este libro es dejado por Thomas Mun a su hijo John y es presentado al conde de South
Hampton.

El libro comienza con una recomendación al joven Mun sobre lo que se debe tener en
cuenta como leyes y principios de vida. La primera es temer a Dios y la segunda es la
política, es decir como amar y servir a la patria y como instruirse en los deberes y conducta
de varias profesiones que a veces dirigen y a veces ejecutan los asuntos de la república y le
cuenta sobre los fines del dinero que sirve para los fines anteriores además de explicarle los
medios generales para que un país se enriquezca y como el comerciante debe ser quien
realice esta empresa.

En este orden de ideas viendo los orígenes de la actividad comercial por parte de los
comerciantes, no bien vistos en sociedad, establece unas funciones propias del mercader
dedicado al comercio exterior, dentro de estas establece las siguientes:

1.El comerciante es justamente llamado el administrador del patrimonio del reino, por
medio del comercio con otras naciones.
2. El comerciante debe ser buen escribano, un buen aritmético y un buen contador, para
llevar bien la noble regla del Debe y el Haber, que se usa solamente entre comerciantes.
3. Debe conocer las medidas, pesos y monedas de todos los países extranjeros,
especialmente de aquellos con los cuales se tiene comercio.
4.Debe conocer las aduanas, peajes, impuestos, tributos, manejos y otras cargas existentes
sobre toda clase de mercancías exportadas o importadas.
5. Debe saber qué diferentes productos abundan en cada país y de qué mercancías carecen.
6. Debe entender y ser un observador cuidadoso del tipo de cambio, de las letras de un
estado a otro, para que de esa manera pueda dirigir mejor sus asuntos y enviar y recibir sus
monedas con las mayores ventajas posibles.
7. Debe saber que mercancías están prohibidas a la exportación o importación en dichos
países extranjeros
8. Debe saber de acuerdo con qué tarifas y condiciones fletar sus naves y asegurar sus
riesgos de un país a otro, y estar bien enterado de las leyes, reglas y costumbres de los
asuntos de seguros, tanto de las de aquí como de otras naciones por los muchos accidentes
que pueden suceder, por el daño o pérdida de las naves o de las mercancías o de ambos.
9. Debe tener conocimiento de la bondad y de los precios de todos los diferentes materiales
que se requieren para construir y reparar naves y las diversas operaciones de construcción
de las mismas.
10. Debe tener conocimiento desapasionado, si no perfecto, de todo genero de mercancías.

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11. Entre otras debe ser competente en la navegación, debe hablar diversas lenguas,
especialmente la lengua latina.

Mun ennoblece la profesión de comerciante y critica el hecho de no ser una profesión


estimada en Inglaterra como si en otros países. De esta manera no se preocupan por la
perfección de la profesión y tampoco es practicada y seguida por la nobleza. En otras
naciones si pasa de padres a hijos para el gran enriquecimiento y el sostenimiento de sus
nombres y familias. En el caso de Inglaterra desafortunadamente al quedar el hijo rico
desdeña la profesión de su padre conceptuando más honroso ser un caballero, aunque solo
sea de nombre y que termina con la herencia, en la ignorancia y en excesos no rentables.

Los medios ordinarios para aumentar la riqueza de un país son el comercio exterior, por lo
que se debe observar esta regla: vender más anualmente a los extranjeros en valor de lo que
consumimos de ellos. Por ejemplo si se exporta dos millones doscientas mil libras e
importamos dos millones de libras tenemos un exceso de doscientas mil libras que
enriquecerá anualmente al país.

El patrimonio de un reino es bien natural o bien artificial, la riqueza natural es solamente en


tanto que pueda substraerse del propio uso y exportarse al extranjero. La artificial consiste
en el trueque de las manufacturas por mercancías extranjeras.

En cuanto a la utilización del recurso agrícola, indica que se deben utilizar las tierras
ociosas y sembrarlas de productos que se importan, y también se deben disminuir las
importaciones de artículos que se utilizan en la dieta y los vestidos. En las exportaciones se
deben tener en cuenta las necesidades de los vecinos y se deben subir considerablemente de
precio si se llevan en los propios barcos, pues se gana no solamente por el precio de la
mercancía, sino por los gastos de seguros y de flete.

Se debe estimular y fomentar el comercio con países remotos o distantes, pues además del
aumento en la navegación, las mercancías enviadas allá y recibidas de ellos son mucho más
productivas para el reino que el tráfico cercano y a la mano.

Por otro lado sería muy provechoso exportar dinero así como mercancías, pues haciéndose
esto en el intercambio solamente aumentará la riqueza del país. Además sería buena política
y de resultados provechosos para el estado permitir que las manufacturas fabricadas con
materiales extranjeros, sean exportadas libres de impuestos aduanales, así se emplearía un
gran número de indigentes con un incremento anual de valor de las propias mercancías
remitidas a otros países y motivaría que se introdujeran más materias primas extranjeras,
con el mejoramiento consiguiente de los impuestos del rey. Este sería el caso de la ley
Vallejo en Colombia.

Es necesario no cargar los artículos nacionales con impuestos aduanales demasiado altos a
fin de que encareciéndolos para el consumo extranjero se impida la venta. Deben
favorecerse los artículos extranjeros que se traen para ser transportados nuevamente, pues
de otra forma esa clase de tráfico tan necesario para el bien del país no puede prosperar. Por
otra parte el consumo de esta clase de artículos extranjeros en el país puede gravarse más,

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resultando provechoso para la propia balanza de comercio y permitiendo al rey recibir más
ingresos anuales por este concepto.

En todas las cosas se debe tratar de sacar todas las ventajas posibles, ya sean cosas
naturales o artificiales y puesto que la gente que vive del trabajo es mayor que la que vive
del capital, se deben sostener los esfuerzos de la multitud en los que consiste el mayor vigor
y riqueza del rey y del reino, pues en donde la población es numerosa y las manufacturas
buenas, el comercio debe ser grande y el país rico. Coloca el ejemplo del mineral de hierro
que en las minas no es de gran valor, pero si lo es si procesa y se convierte en cañones,
mosquetes y muchos otros instrumentos de guerra, de esta forma se obtiene de estas
manufacturas más provecho que la riqueza natural.

En cuanto a la exportación de la moneda se comenta el caso de España, que es la fuente del


dinero y que prohíbe la exportación de la misma y se contrasta con Inglaterra que al no
tener minas debe conseguir riqueza en el comercio exterior y eso se consigue procurando
que nuestros artículos que se exportan anualmente superen en valor los artículos extranjeros
que se consumen internamente. Pero primero se debe aumentar el comercio permitiéndonos
traer más artículos extranjeros, los cuales siendo exportados nuevamente traerán a su
tiempo, un gran aumento de la riqueza del país.

Ahora bien la abundancia de dinero en un reino hace los artículos domésticos más caros, lo
cual aumenta el beneficio de algunos particulares y va en contra del beneficio del público
en términos de la cantidad de comercio. Como la abundancia de dinero hace los artículos
más caros, así los artículos caros disminuyen su consumo, como sucede con las telas
inglesas. Aspecto que no es entendido por los terratenientes. Este asunto es interesante en la
medida en que en el ciclo del comercio no se deben dejar acumular mercancías, pues un
alza de precios, disminuyen el consumo y obviamente el bienestar.

En el caso de España después de apoderarse de las minas de las Indias Occidentales, ha


continuado con la guerra, ampliando sus dominios aspirando ambiciosamente a un imperio
por el poder de su dinero. Luego se llega al punto de descubrir que España es demasiado
pobre y estéril para abastecerse a sí misma. Esa política en contra de los demás es tanto más
notable en términos de la enfermedad de la guerra que gasta enormemente su tesoro y lo
desparrama como en el caso de la guerra contra Alemania, pues sus soldados gastan el
dinero en otros lugares y de esa forma acabaran con todo su capital, pues gastan más de lo
que reciben llegando hasta el caso de usar monedas de cobre, causando de esta forma
confusión y ruina.

En los beneficios del comercio exterior hay tres clases de ganancias, en primer lugar la de
la república, en segundo lugar el comerciante y en tercer lugar el rey por el cobro de las
aduanas y los impuestos. En el caso del comerciante este por sus esfuerzos lleva y trae
mercancías con buenas ganancias, pero el país puede empobrecerse por los desórdenes
públicos y cuando por excesos consuma más artículos extranjeros que los que se puede
pagar con las exportaciones de nuestra mercancía, es una característica del despilfarrador
que gasta mas de lo que tiene.

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Mun establece que hay tres maneras por medio de las cuales un comerciante puede obtener
utilidad de sus mercancías en ultramar: en dinero, en mercancías o por el cambio, pero la
ordenanza de empleos, no solo restringe el dinero sino el uso del cambio por letras, lo cual
viola las leyes del comercio y es un acto sin ejemplo en ningún lugar del mundo, de esta
forma cualquier restricción del comercio que se tome aquí la pueden tomar los demás
países contra el país.

Una nación debe restringir la exportación de municiones y vituallas para la guerra y cuando
se hace se debe recibir el pago en moneda y es obvio que España y otros países que las
necesitan se deshagan de su dinero, aunque en este comercio debe tenerse en cuenta que
tratar de imponer el pago en dinero para este tipo de artículos trae como consecuencia que
se encuentren otros métodos para reemplazar la obligación.

El intercambio entre comerciantes por letras es un recurso y práctica por medio del cual
aquellos que tienen dinero en un país pueden entregar el mismo para recibirlo de nueva
cuenta en otro país, a determinado tiempo e interés convenidos de antemano, con lo cual el
que da dinero prestado y el que lo recibe quedan ajustados, sin transporte de tesoros de
estado a estado, ahora lo que causa desestimación o sobreestimación del dinero por el
cambio, es la abundancia o escasez de él en aquellos lugares en que se hace el cambio. Por
ejemplo cuando hay abundancia de dinero que debe cobrarse en Ámsterdam, entonces la
moneda del país será devaluada en el cambio, porque aquellos que reciben el dinero,
viéndolo tan abundantemente ofrecido, sacan provecho de esa circunstancia, para si
mismos, recibiéndolo con devaluación. Por el contrario, cuando aquí hay escasez de dinero
para ser entregado en Ámsterdam, el girador hará la misma ganancia, encareciendo el
dinero del país.

En las últimas partes del libro critica a Gerardo Malynes, quien ha escrito varios libros para
hacer creer al mundo que la devaluación de nuestra moneda en el cambio agota nuestro
tesoro, lo cual es pura falacia, que consiste en atribuir a causas secundarias aquellos efectos
que son producidos por otras monedas más eficientes, lo que acontece igualmente aunque
dichas causas secundarias no existieran. También ha propuesto un remedio igualmente
inútil, conservar el precio de cambio por letras, al par pro pari, por orden de la autoridad,
que sería una oficina inventada sin igual en ningún lugar del mundo y que no solamente
sería improductiva sino también perjudicial.

El comerciante que es un simple cambista de dinero por medio de letras no puede aumentar
o disminuir nuestra riqueza y se llega a pensar que el dinero que esos cambistas traen o
llevan del reino no esta comprendido en la balanza del comercio exterior, en la medida en
que se da la devaluación y se compensa. Por otra parte establece en forma crítica las 24
hazañas admirables como Malynes las llama que hacen los cambistas, por el uso y el poder
del cambio.

En cuanto a los excesos y males de la República el primero es la usura en donde se afirma


que esta se puede convertir en caridad en la medida que los ricos presten a los pobres
gratuitamente. Sería una obra agradable a Dios y conveniente para la República, pero como

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se afirma que cuando la usura aumenta disminuye el comercio y en el caso de los ricos o
viejos que se dedican a vivir de los intereses, entonces aparecen los jóvenes y pobres para
asumir el papel de los retirados, de esta manera ahora la pobreza de uno viene a ser la
oportunidad de otro.

No toda clase de liberalidad o pompa debe evitarse, pues si se llega a ser demasiado frugal
que no se usen los productos extranjeros, entonces como se hace para dar salida a las
propias mercancías, que sucedería con los barcos, los marinos y las municiones, los pobres
artesanos y muchos otros más. En cuanto a si el príncipe debe acumular riquezas, Mun
afirma que un príncipe que tiene existencia de dinero odia la paz, desprecia la amistad de
sus vecinos y aliados, y entra no solo en guerras innecesarias sino también peligrosas a
veces para ruina de su propio estado, lo cual no esta en contra de la formación y
acumulación legal de tesoros por príncipes prudentes y previsores.

Ahora cuando tenga que conseguirse más tesoro del que puede obtenerse por las
contribuciones ordinaria, debe hacerse con igualdad, para evitar el odio del pueblo, que
nunca esta satisfecho a menos que sus contribuciones sean impuestas por consentimiento
general, motivo por el cual la invención del parlamento es una excelente política de
gobierno para conservar una amable cordialidad entre el rey y sus súbditos.

En resumen de todo lo que se ha dicho es que una verdadera norma del comercio exterior es
que en todos aquellos lugares en donde las mercancías exportadas por el país son superadas
en valor por mercancías extranjeras traídas al país, allí el dinero del país está devaluado en
el cambio y en donde sucede lo contrario la moneda nacional es sobreestimada Se deben
considerar entonces para mantener la verdadera forma y valor del comercio exterior lo
siguiente: la gran renta del rey, la honra del reino, la noble profesión de comerciante, la
escuela de los oficios, la satisfacción de las necesidades del país, el empleo de los pobres, el
mejoramiento de las tierras, la manutención de los marineros que dirigen los barcos
nacionales, las murallas del reino, los recursos del nuestro tesoro, el nervio de las guerras y
el terror de los enemigos.

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