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“La
constitucionalización del proceso, la primacía del derecho sustancial y la
caducidad contencioso administrativa”. Escuela de Derecho y Ciencias
Políticas de la U.P.B. Colombia, 2013.
La Constitución Política tiene principios que irradian a todas las normas del
ordenamiento jurídico, con mucha a razón a una rama de importante trascendencia
a como lo es el derecho procesal, originando lo que se conoce como su
constitucionalización. Siendo imperativo que los operadores jurídicos utilicen cada
vez más, al momento de aplicar las reglas procesales, los denominados principios
constitucionales del proceso.
Una vez utilizada la subsunción que permite integral la regla procesal con el
principio constitucional del proceso, es necesario realizar un juicio de ponderación,
para solucionar los conflictos entre principios, este juicio se lleva a cabo cuando el
juez debe decidir si le otorga eficacia a uno o otro principio que concurren en una
misma situación y están en un conflicto entre sí. Sin embargo, hartamente se ha
dicho que esto debe ser resuelto a través del criterio de la prevalencia del derecho
sustantivo sobre el adjetivo, el juicio de ponderación que permite determinar en ese
caso particular cuál principio debe tener prevalencia sobre el otro, siendo posible
excepcionar la aplicación de la regla procesal en virtud del principio constitucional
del proceso con el cual se integra.
Por esto, los principios constitucionales del proceso han adquirido gran
importancia en la racionalidad del derecho procesal, al punto que en los actuales
momentos acompañan la aplicación de las reglas procesales. Sin embargo, esto no
significa que haya diferencia entre los principios constitucionales y los de la norma
procesal concreta, por consiguiente, para englobarlos, se prefiere hablar de los
principios constitucionales del proceso. Así también nos encontramos con los que
se expresan de manera implícita, siendo aquellos que no están expresamente
positivizados en las normas jurídicas, sino que en su fundamento se encuentra en
una serie de normas de las cuales el intérprete echa mano para inferir su existencia,
como corre con los principios de proporcionalidad y el de seguridad jurídica. Cabe
anotar, que los principios constitucionales se entienden como normas
evidentemente justas o correctas.
Según lo anterior, no es posible señalar una definición que pueda ser utilizada
en todos los casos, sobre lo que significa el exceso de ritual manifiesto, porque lejos
de ser una un concepto, es una practica correcta de la actividad procesal, y como
tal, no admite ninguna conceptualización dogmática. En consecuencia, la
determinación de cuando una decisión jurisdiccional ha incurrido en un defecto
procedimental por exceso de ritual manifiesto dependerá de se cumplan varias
condiciones: primera, que se trate de una decisión judicial tomada luego de agotar
un procedimiento en el que se evidencia el desconocimiento de una norma procesal.
Segundo, que, atendiendo a las circunstancias particulares del caso concreto, la
aplicación de la norma procesal o su no aplicación, resulte excesiva porque no
cumple con la finalidad de ser un medio para la aplicación del derecho sustancial.
Los principios pro actioni y pro damato según los cuales, en algunos casos,
el término de caducidad debe empezar a contarse a partir de la fecha en que el
interesado tuvo conocimiento del hecho que produjo el daño, que puede coincidir
con la ocurrencia del mismo en algunos eventos, pero en otros casos no.
Couture en su ensayo “Las garantías procesales del proceso civil” (1946), advierte
que la doctrina procesal moderna tiene una etapa significativa que cumplir.
Sus aportes tuvieron un pronto eco dentro de la doctrina procesal, de tal forma que
a la distancia se aprecia que fue el iniciador de una corriente dogmática que se ha
consolidado en la actualidad, hasta las recientes bases constitucionales para un
proceso civil justo.
Fix-Zamudio acoge la postura de Couture, las cuales además las agrupa en una
nueva disciplina denominada “derecho constitucional procesal” cuyo objeto es el
examen de las normas y principios constitucional contenidos en los instrumentos
procesales. En cambio, el “derecho procesal constitucional” como disciplina de
confluencia y limítrofe con aquella, la considera como objeto de estudio de la ciencia
procesal.
Las connotaciones del debido proceso legal que se suelen emplear para identificar
a esta categoría procesal es motivo de profundo estudio en la actualidad a su
concepción como garantía constitucional. Se suele confundir su caracterización
como derecho fundamental con aquella otra dimensión de la tutela de los derechos
a través de los procesos constitucionales diseñados para lograr su efectividad.