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De la construcción jurídica al desastre legal:

La aplicación de la “apelación por salto” en


el caso PUCP ante el TC
La Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), se encuentra nuevamente ante un proceso
constitucional en manos de los actuales miembros del Tribunal Constitucional (TC). Esta vez ha sido
el Señor Muñoz Cho, representante del Cardenal y Arzobispo de Lima Monseñor Juan Luis Cipriani,
quien ha promovido el proceso a través de una institución procesal recientemente creada por el TC
denominada “apelación por salto”. ¿En qué consiste la “apelación por salto” y qué legitima su
aplicación para el caso de la PUCP?

El antecedente de la “apelación por salto” lo encontramos en un caso que conviene citar previamente.
Se trata del proceso de amparo iniciado por un trabajador despedido de una Municipalidad Distrital
de Lima donde el Tribunal Constitucional (TC) declaró fundado su pedido (2004). Posteriormente, el
Juez Constitucional ejecutor de la Sentencia del TC interpretó de manera diferente la parte resolutiva
de dicha sentencia, produciendo que el trabajador inicie otro proceso de amparo que llegó hasta el
TC nuevamente. A través de la sentencia de este segundo proceso de Amparo (denominado Amparo
contra Amparo en la doctrina), el TC creó la institución de “Recurso de Apelación por salto a favor
de la Ejecución de una Sentencia del TC” (Expediente Nº 004-2009-PA/TC) para evitar el largo
segundo proceso de amparo reiniciada por el trabajador.

Siguiendo este antecedente podemos afirmar que la apelación por salto consiste en el recurso que
una persona interpone contra una resolución de un Juez Constitucional en ejecución de sentencia
para que, “saltando” la siguiente instancia, se recurra directamente al Tribunal Constitucional que
resolverá en última instancia. Esta definición supone entender previamente que el proceso
constitucional tiene normalmente tres “instancias”: dos instancias a nivel del Poder Judicial y una
instancia ante el TC. En el Poder Judicial normalmente las dos instancias son: El Juez Constitucional
de Primera Instancia, donde se inicia la demanda o pedido constitucional y se ejecuta la sentencia
final, y la Sala Constitucional de la Corte Superior que, como Segunda Instancia, recibe en apelación
los pedido de las partes del proceso luego que fuera resuelto en Primera Instancia.

La “apelación por salto” ocurre cuando la persona favorecida por una Sentencia del TC y estando en
ejecución de sentencia recibe una resolución negativa del Juez Constitucional ejecutor (Primera
Instancia), recurriendo en apelación directamente ante el TC (Tercera Instancia), “saltándose” la sala
constitucional (Segunda Instancia). Este concepto procesal constitucional tiene 3 elementos o
requisitos:

1. Se aplica cuando un proceso constitucional, como el Amparo, está en ejecución de sentencia


luego de haber pasado por el proceso “regular” de las tres instancias previas.

2. El proceso constitucional previo debió tener sentencia final favorable del TC, a favor de la persona
que inició la demanda o pedido constitucional.

3. Se busca proteger el Derecho Constitucional amparado en la sentencia final del TC. Para ello
debe tenerse en cuenta tres nuevos elementos:
3.1. Existe un Derecho Constitucional que ha sido definido y amparado en la sentencia final del TC,
el mismo que debe ser protegido, buscando volver a la situación anterior de la transgresión del
Derecho.

3.2. Busca evitar la demora en la ejecución de la Sentencia del TC que declaró fundada la demanda
o pedido constitucional. No hacerlo en la brevedad, puede afectar más el derecho constitucional
invocado.

3.3. La razón por la que el juez ejecutor (de Primera Instancia) niega la ejecución de la sentencia del
TC es porque no puede aplicar dicha sentencia por problemas de interpretación o precisión de la
Sentencia de TC. Esto significa que el TC se constituye en un principal interesado para que se
cumpla su sentencia.

Todos los elementos o requisitos destacados se aplican al caso del trabajador citado al inicio. El
trabajador consiguió que su demanda de Amparo Laboral sea declarada Fundada por el TC y cuando
su proceso estuvo en ejecución (Juez de Primera Instancia), surgieron dudas sobre el derecho de
reposición del trabajador: si se reponía bajo locación de servicios o como trabajador permanente. El
juez ejecutor resolvió que se trataba de locación de servicios, entonces el trabajador tenía todo el
derecho de “apelar por salto” recurriendo directamente ante el TC.

¿Qué ocurre con el caso de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP)? ¿El proceso
constitucional promovido esta vez por el Sr. Muñoz Cho contra la PUCP cumple con los requisitos
para aplicar la “apelación por salto”? Creemos que no, por tres razones:

1) No se cumple con el requisito 2. El proceso de Amparo que sirve de fundamento al proceso iniciado
por el Sr. Muñoz Cho no fue iniciado por él, sino por la PUCP. Se trata del proceso de amparo que
inició la PUCP para defender su autonomía (2009). Pero este proceso constitucional tampoco tiene
una sentencia favorable sino desestimatoria.

2) No se cumple el requisito 3. Al ser desestimada la demanda iniciada por la PUCP, no existe un


derecho constitucional definido por proteger. En consecuencia, ni la PUCP ni el Señor Muñoz Cho
tendrían sentencia por ejecutar ni resoluciones para “apelar por salto”. Tampoco hay urgencia ni
posibilidad que el Juez ejecutor dude sobre la sentencia.

3) Si se aplica una “apelación por salto” en el caso de la PUCP, a pesar de no cumplir con dos de
los tres requisitos, se estaría cometiendo una “anomalía” o “aberración” jurídica. Se actuaría contra
la naturaleza jurídica de la institución creada: el recurso de “apelación por salto”. Pero también se
abriría paso a una única explicación: la arbitrariedad contra el orden jurídico.

Los magistrados del TC han aceptado con fecha 6 de enero de 2012 (resolución de queja) el pedido
de “apelación por salto” promovido por el Sr. Muñoz Cho en perjuicio de la PUCP. Esto significa que
ya han desnaturalizado la institución o concepto creado de “apelación por salto”. Pero más grave
aún será si es que emiten una resolución cuyo contenido sigue destruyendo la institución creada y
el ordenamiento jurídico. En tal situación, nos encontraríamos ante una situación de desastre no solo
legal sino constitucional que afectaría la propia institución del TC.

El Recurso de Apelación
Uno de los problemas que afronta la justicia constitucional es la inejecución de las
sentencias estimativas emitidas por el Tribunal Constitucional o la ejecución tardía o
desnaturalizada del mandato contenido en ellas. Con la finalidad de solucionar este
problema en la RTC 00168-2007-Q/TC se instituyó el recurso de agravio
constitucional interpuesto a favor de la ejecución de una sentencia del Tribunal
Constitucional; sin embargo, en la práctica este recurso no ha podido erigirse como una
solución eficaz para la ejecución inmediata y en sus propios términos de las sentencias
estimativas del Tribunal Constitucional.

Por esta razón, en la sentencia recaída en el Expediente Nº 00004-2009-PA/TC se


ha establecido como solución al problema descrito que, en la etapa de ejecución de las
sentencias estimativas del Tribunal Constitucional las Salas Superiores se encuentran
exoneradas de conocer el recurso de apelación interpuesto contra la resolución del juez
de ejecución que declara actuado, ejecutado o cumplido el mandato de una sentencia
del Tribunal Constitucional, o que declara fundada la contradicción u observación
propuesta por el obligado y que dicho recurso será conocido por salto por el Tribunal
Constitucional.

La solución procesal propuesta tiene por finalidad controlar no sólo la correcta


ejecución de las sentencias estimativas del Tribunal Constitucional, sino también hacer
realidad los fines de los procesos constitucionales y tutelar los principios constitucionales
de dignidad de la persona humana y de la cosa juzgada, así como los derechos
constitucionales a ser juzgado dentro de un plazo razonable y a la ejecución de las
resoluciones judiciales, ya que la inejecución total o ejecución defectuosa o tardía del
mandato de una sentencia estimativa, en la práctica, puede ser entendida como un acto
de denegación de justicia.

Ello porque en algunas ocasiones, la tramitación de la etapa de ejecución de una


sentencia estimativa del Tribunal Constitucional dura en el Poder Judicial más
de tres años, y en otras, origina que el demandante inicie un segundo proceso de
amparo con la finalidad de cuestionar las resoluciones emitidas en la etapa de ejecución,
es decir, que por la inercia de las autoridades jurisdiccionales o los excesos
procesales de la parte obligada el demandante se ve obligado a afrontar dos
procesos constitucionales, uno que le ordena la restitución de su derecho
constitucional vulnerado, y otro que ordena que dicho restablecimiento no sea una
declaración, sino que se haga realidad.
En este sentido, en la sentencia mencionada se ha establecido como doctrina
jurisprudencial que debe ser acatada y respetada por todos los jueces del Poder
Judicial, las siguientes reglas:

a. El recurso de agravio constitucional interpuesto a favor de la ejecución de una


sentencia del Tribunal Constitucional será denominado recurso de apelación
por salto a favor de la ejecución de una sentencia del Tribunal
Constitucional.

b. El recurso de apelación por salto a favor de la ejecución de una sentencia del


Tribunal Constitucional se interpone contra la resolución del juez de
ejecución que declara actuado, ejecutado o cumplido el mandato de una
sentencia del Tribunal Constitucional, o que declara fundada la contradicción u
observación propuesta por el obligado. Contra la resolución que deniega el
recurso de apelación por salto cabe el recurso de queja previsto en el artículo
401º del Código Procesal Civil. La resolución del recurso de apelación por salto
a favor de la ejecución de una sentencia del Tribunal Constitucional o del recurso
de queja por denegatoria del recurso referido se realizará sin trámite alguno.

c. El recurso de apelación por salto a favor de la ejecución de una sentencia del


Tribunal Constitucional no procede cuando: a) el cumplimiento de la sentencia
conlleve un debate sobre la cuantificación del monto de la pensión de cesantía o
jubilación, o de los devengados, o de los reintegros, o de los intereses, o de las
costas o de los costos; y b) el mandato de la sentencia constitucional cuya
ejecución se pretende establece en forma clara y expresa que es de cumplimiento
progresivo. En estos casos, el proceso de ejecución de la sentencia constitucional
sigue su trámite en las dos instancias del Poder Judicial y contra la resolución
denegatoria de segundo grado procede el recurso de agravio constitucional
interpuesto a favor de la ejecución de una sentencia del tribunal Constitucional
previsto en la RTC 00168-2007-Q/TC.

Tampoco procede cuando el propio recurrente decide que la correcta ejecución del
mandato de la sentencia constitucional se controle a través del amparo contra amparo.

Finalmente, en la sentencia se ordena disponer que todas las Salas Superiores del Poder
Judicial remitan los expedientes que estén conociendo por apelación y que tengan por
finalidad verificar el estricto cumplimiento de las sentencias del Tribunal Constitucional.

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