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Curso de Semiología, para artistas y diseñadores

Curso de Semiología
para artistas y diseñadores

por Jaime M. Jiménez Cuanalo


prólogo de Martha Soto

ZonA
LímitE


Curso de Semiología
para artistas y diseñadores

ZonA
LímitE
Curso de Semiología, para artistas y diseñadores

Esta investigación fue digtaminada por pares académicos

Editorial Zona Límite


Escuela Superior de Artes Visuales
son operadas por Arte del Noroeste AC. Organización No Gubernamental sin fines de lucro, cuyo
fin es promover la profesionalización, estudio y difusión del arte, como medios para mejorar la
calidad de vida.

Derechos reservados en lengua española


© 2017 Jaime M. Jiménez Cuanalo
Todos los derechos reservados conforme a la ley
Hecho en México/made in Mexico.

Portada: Martha Soto.


Ilustraciones: Jaime Jiménez, Martha Soto, Piergiacomo Maldonado y Salvador León
Comentarios y sugerencias: editorial@esav.edu.mx
División administrativa.
Tijuana BC. México.
Tel. 01 (664) 680-2640

Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuese el medio, sin la anuencia por
escrito del titular de los derechos.

ISBN: 978-607-97753-0-8
Impreso en USA/ Printed in the USA.

1. Composición. 2. Semiótica. 3. Semiología. 4. Significación.


PRÓLOGO

Tabla de Contenidos
PRÓLOGO IX
I. Introducción 1
¿Qué son la Semiología y la Semiótica? 3
Antecedentes Históricos 6
II. Teoría General de la Significación 11
Naturaleza informática del universo 11
Clasificación de las señales 17
III. Semiótica Emotiva 21
Campo perceptual 21
Semiótica acromática 27
Semiótica Cromática 34
Efectos típicos básicos del color en arte y diseño 39
IV Semiótica Convencional 43
Símbolos icónicos 44
Símbolos Lingüísticos y gráficos 46
Función denotativa - connotativa 47
Dimensión subjetiva 48
Función conminativa 50
Función interpretativa 51
V Hermenéutica del Arte y Diseño 53
ANÁLISIS SEMIOLÓGICO 59
CONCLUSIÓN 64
VI Glosario 67
Conceptos de semiología general 73
VII Bibliografía 79
Curso de Semiología, para artistas y diseñadores

PRÓLOGO
Te has preguntado ¿por qué diferentes personas ven en unas manchas de
pintura la misma imagen de, por ejemplo, una cara triste de una mujer de
la aristocracia medieval? o ¿cómo podemos predecir lo que otras personas
verán en una pantalla de TV y cómo reaccionarán ante ello?¿por qué las
personas de tribus que no conocían la tradición naturalista del arte occi-
dental, no veían imágenes de sus personas o su aldea cuando les mostra-
ban las antiguas fotografías en blanco y negro? ¿qué códigos debe tener
una imagen o un espacio para poder funcionar, ya sea en la publicidad o
en la arquitectura? Estas son algunas de las preguntas que los alumnos o
estudiosos de las artes visuales, escénicas, cinematográficas, arquitectura,
comunicación, diseño gráfico o industrial, se plantean a la hora de bocetar
un proyecto; porque nadie desea crear una imagen cómica y que el público
la perciba como trágica, o una imagen romántica y que el público la perciba
como triste, etc.
Este curso de “Semiología para Artistas y Diseñadores” del Doctor Jai-
me Jiménez Cuanalo es una excelente herramienta para que los estudiantes
de estos campos puedan comprender los procesos de significación de la
imagen. Este curso nos aclara cómo usamos nuestros instintos y las con-
venciones creadas a partir del arte para transmitir información codificada
en configuraciones artificiales. En términos generales se aborda en forma
breve y práctica la manera como la semiótica explica la forma en que se aso-
cia un valor significativo a la información. Esto es, la semiótica no se ocupa
tanto de qué significa esto o lo otro, sino más bien sobre ¿cómo? o ¿por qué?
esto llega a significar algo para alguien y por qué –según cada circunstan-
cia– no todo lo que intentamos comunicar significa lo mismo para todos.
O, como dice el autor de este libro: “Entender correctamente los procesos
de significación es primordial para aquellos involucrados en la gene-
ración de nuevos códigos y lenguajes artísticos, y su aplicación que hacen
los diseñadores, y los analistas comunicólogos”.
Martha Soto
Curso de Semiología, para artistas y diseñadores

I. Introducción
En los últimos cien años se ha desarrollado una de las más fascinantes aventuras en
la historia del intelecto humano –y de la cultura Occidental, en particular–; re-de-
scubrimos el invento más poderoso jamás creado por la humanidad: el lenguaje.
Lo re descubrimos porque, aparentemente, habíamos olvidado que desde nuestro
origen más remoto los seres humanos hemos estado reaccionando emotivamente
frente a las configuraciones de estímulos que nos presenta nuestro medio ambi-
ente; hemos representando esas configuraciones mediante formas artísticas, para
luego crear un concepto o percepto convencional de esas formas y hemos impues-
to esas convenciones a la materia y la energía, creando de esa manera las ‘cosas’,
para poder así finalmente nombrarlas, arbitraria y convencionalmente. Todo este
proceso como una forma de tomar posesión y dominio sobre el mundo, como una
estrategia para sobrevivir. Este re-descubrimiento es lo que hoy conocemos como
semiología.
El presente trabajo, constituye un manual práctico de introducción a la semi-
ología; particularmente aplicada a los campos del arte, el diseño y la comunicación,
para estudiantes de nivel licenciatura. Este libro presenta los contenidos del curso
de Semiología, que se imparte dentro de las licenciaturas y maestrías del área de
arte y arquitectura de la Escuela Superior de Artes Visuales en la ciudad de Tijua-
na, México, en base a los avances de nuestra escuela en el campo de la Arsología o
ciencia del arte, desarrollada por nuestros investigadores y docentes.
Curso de Semiología, para artistas y diseñadores

La información aquí presentada es, pues, el resultado práctico de nues-


tra búsqueda por dotar a los futuros artistas y estudiosos del arte, de un arsenal
de conocimientos básicos sobre la función significativa de los elementos y de la
mecánica de los lenguajes formales, como son las artes y el diseño. Y no pretende
ser un tratado exhaustivo del tema, sino simplemente facilitar el trabajo del estudi-
ante o del maestro de curso.
Es de señalarse que el surgimiento y desarrollo de la semiología durante el
pasado siglo XX trajo consecuencias graves y contradictorias: De una parte, el des-
cubrimiento de que el lenguaje es arbitrario y convencional ha impulsado, por una
mala interpretación, el derrumbe de la propia cultura Occidental; que en nuestros
días va perdiendo coherencia por la paulatina sustitución del conocimiento por
la opinión; es decir, por la idea de que está bien sustituir la certeza por la validez,
como criterio para elegir la opción de conocimiento que nos conviene aplicar en
un caso concreto. Por ejemplo, es común escuchar a las personas decir “mi opin-
ión es tan válida como la tuya” pero, cuando se trata de obtener determinados
resultados en concreto, –en el arte o el diseño, por ejemplo– la validez no es un
criterio útil ni, mucho menos, práctico para la toma de decisiones. Alguien que no
ha estudiado medicina, por ejemplo, le podría decir a un médico: “tu opinión es tan
válida como la mía para decidir si se tiene que operar a alguien o no, porque todos
tenemos derecho a opinar”. Es claro que, aplicar así el criterio de validez pudiera
tener consecuencias desastrosas. Sin embargo, está de moda y se insiste, sobre
todo en el contexto de las llamadas ciencias sociales y en lo que se refiere a las
investigaciones sobre arte y diseño, en invocar el criterio de validez y del derecho
de todos a opinar, lo que se suma con el temor de los expertos a dar definiciones
u opiniones concretas; así como una creencia generalizada en la exagerada rela-
tividad y subjetividad del lenguaje que hace imposible cualquier discusión teórica
productiva. Pero irónicamente, por otra parte, el redescubrimiento del poder de la
comunicación formal y de los mecanismos de creación del discurso, posibilitados
por el desarrollo de la semiología, han permitido a comunicólogos, diseñadores y
publicistas, una cada vez mayor efectividad y precisión en la producción de men-
sajes de tipo conminativo y condicionante.
Esto ha traído consigo un aumento sin precedentes en el poder de influir la
conducta de los individuos y las tendencias de la sociedad a través de los medios de
comunicación, que hoy sirven a nuestros líderes políticos y económicos. De modo
que hoy en día los medios crean un enemigo o inventan una necesidad absurda
cualquier día de la semana y los desaparecen al día siguiente; pero bien podríamos
usar ese mismo poder y esos mismos mecanismos para informar y coordinar en
I. Introducción

forma eficiente y productiva a la sociedad.


Por todas estas razones, resulta de gran importancia que, casi todas las es-
cuelas de arte, diseño, publicidad o comunicación, incluyan hoy la materia de se-
miología en sus planes de estudio. Esto permitirá a los nuevos creadores de sig-
nificados dominar los elementos básicos de la semiología para desarrollar su labor
de forma no sólo más eficaz, sino también más consciente de su poder y conse-
cuencias. Pero también creará una brecha, haciendo más competitivos a quienes
dominan la semiótica y obsoletos a quienes no la han estudiado.

¿Qué son la Semiología y la Semiótica?


La semiología. Es la disciplina científica que estudia los procesos de signifi-
cación. La palabra semiología se forma de las raíces grecolatinas semeion=señal o
signo y logos=pensamiento o conocimiento. La semiología es una disciplina de es-
tudio porque cumple con los requisitos que toda disciplina de estudio debe tener:

• Objeto de estudio. La semiología tiene un objeto de estudio concreto y único, dif-


erente a las demás disciplinas de estudio y que es, precisamente, la significación.
• Problema de estudio. La semiología estudia el proceso de significación en cuanto
tal y no en otros aspectos que pueda tener o compartir con otros fenómenos. Por
eso, las principales preguntas de la semiología son: ¿Qué es la significación?¿Cómo
funciona la significación? Y ¿qué efectos produce la significación? –o, en otras pal-
abras, para qué sirve.
• Metodología. La semiología suscribe el método científico.
• Integración teórica. La semiología cuenta ya con diversos investigadores y textos
que tratan de responder las preguntas de la semiología, de modo que poco a poco se
va integrando como un cuerpo coherente de conocimientos que se complementan
unos a otros.

Además, la semiología es una ciencia, porque cumple con los requisitos in-
dispensables para serlo:

• Observación experimental. La semiología no sólo piensa sobre el fenómeno de la


significación, sino que lo observa en todos sus aspectos y manifestaciones; sobre
todo, observa su desarrollo como proceso. La semiología observa los mecanismos
cerebrales, evolutivos, de comportamiento, formales, culturales, etc., que intervi
Curso de Semiología, para artistas y diseñadores

II. Teoría General de la


Significación
La significación o semiosis es un proceso en el cual un sujeto
asocia una configuración percibida –señal– a una configura-
ción evocada –significado.

Naturaleza informática del universo


Para comprender el anterior modelo, lo primero que necesitamos tener cla-
ro es que, hasta donde nuestra capacidad de observación alcanza, el universo está
hecho todo de información. A nivel macroscópico, es decir, en la escala o tamaño
de cosas que podemos ver a simple vista, la información parece manifestarse como
‘estados de las cosas’. Por ejemplo, ‘esta silla es roja’ es un dato diferente a ‘esta silla
es azul’; ‘ese libro es nuevo’ es un dato diferente a ‘ese libro es viejo’. Cualquier esta-
do que guarda cualquier porción del universo observable es un ‘Dato’. Pero los mis-
mos datos pueden estar relacionados de muchas maneras diferentes; es decir, las
mismas cosas que hay en un lugar pueden estar acomodadas de muchas maneras,
lo que a veces está arriba puede luego estar abajo, lo que está ahora junto podría en
otro momento estar separado, etc. A la forma exacta cómo están acomodados los
datos en un lugar y tiempo determinados le llamamos ‘Configuración’.
II. Teoría General de la Significación

Fig. 3. Diferentes configuraciones de la misma información.

Como podemos asumir, la información que hay en la cocina representada en


las dos imágenes de arriba, es la misma. Los datos, como trastos y utensilios que
estaban sobre el mostrador, en la segunda imagen están ocultos dentro de cajones
y gavetas, pero no han desaparecido de la cocina, sino que han sido ‘acomodados’,
es decir configurados, de otra manera. Como podemos ver, esto trae consigo un
cambio semiológico importante, pues una imagen representa ‘una cocina desor-
denada’ y la otra ‘una cocina pulcra y ordenada’, dos significados muy diferentes.
La colección de todos los datos y la configuración que tienen en un lugar y
tiempo determinados son la información que hay allí. Podemos entonces decir que
información es el estado que tiene una porción cualquiera del universo en un lugar
y tiempo determinados. La palabra información viene del prefijo latino in– =hacia
adentro, formatio= dar forma y el sufijo –ción = acción de… O sea que, etimológi-
camente, información es lo que da forma. Por ejemplo, un conjunto determinado
de datos –estufa, refrigerador, gabinete– puede estar acomodado en una configu-
ración que les da la forma de ‘muebleria’ o ‘tienda de muebles’, pero los mismos
pueden estar acomodados de otra manera y entonces su forma es la de ‘cocina’. O,
en una habitación, los datos pueden estar acomodados en una configuración que
les da la forma ‘cuarto ordenado’ o en otra configuración que da la forma ‘cuarto
desordenado’. La misma tierra que se encuentra el suelo, si la acomodamos adher-
ida a un traje blanco se convierte en ‘mugre’ o ‘suciedad’.
Como dijo el filósofo alemán Immanuel Kant1, no podemos conocer la real-
idad en sí misma, sino solamente como aparece a nuestros sentidos. Es decir, lo
único que los seres vivos podemos conocer del mundo es nuestra experiencia sen-
sorial-emotiva de la configuración que tiene el mundo en cada lugar y momento de-
terminado. Y muchas veces, empezamos a reconocer nuestra respuesta emocional

1 En su libro, Crítica de la Razón Pura, sección: Estética Trascendental


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típica a ciertas configuraciones típicas. A esto le llamamos fenómeno, a un


tipo de experiencia del mundo; por ejemplo, la experiencia de encontrarnos de
frente con un depredador peligroso, o la experiencia de detectar una fruta madura.
Y según la Teoría General del Arte que hemos venido proponiendo, en la naturaleza
no existe otra identidad que la del fenómeno y, sólo después de la representación
artística, es el ser humano el que crea un nuevo tipo de identidad a la que llamamos
‘cosas’ y ‘conceptos’.

Fig. 4 Cada configuración significa algo para alguién [Salvador León]

Por ejemplo, al fenómeno ‘encontrarnos con un depredador’,


le ponemos un nombre: ‘león’ y se convierte en una cosa, y le ad-
judicamos características como ‘melena’, ‘garras’, ‘pelaje corto y
naranja’, etc., y se convierte en un concepto.

La semiosis. Sin embargo, no hay que confundir la forma con el significado,


puesto que las formas que hemos puesto como ejemplo arriba son conceptos ab-
stractos o posibles, pero que no pueden existir en la realidad más que cuando son
lo que son para alguien. Es decir, el significado es una forma para alguien. Por ejem-
plo, para un ratón que decida vivir en la parte de atrás del refrigerador que usamos
en el ejemplo de arriba, no importa cuánto o cómo acomode los muebles, nunca
será ni mueblería ni cocina, ninguna de esas formas posibles es un significado que
el ratón le da a esas configuraciones.
III. Semiótica Emotiva

III. Semiótica Emotiva

Campo perceptual
En la naturaleza, el campo perceptual es todo lo que un ser vivo puede perc-
ibir en un momento determinado; obviamente, el campo perceptual natural sigue
al sujeto. Si estoy en mi recámara, mi campo perceptual –lo que puedo ver, oír, oler,
etc.– es lo que está en mi recámara, pero si me salgo a la calle, ahora mi campo
perceptual es todo lo que puedo percibir en la calle. En este sentido, el campo per-
ceptual natural depende enteramente del punto de vista del sujeto que percibe, es
siempre cambiante y, por eso, decimos que es ‘abierto’.
Pero los seres humanos hemos aprendido a crear campos perceptuales ar-
tificiales, que no van cambiando constantemente conforme se mueve y cambia el
sujeto que percibe. Estos campos perceptuales son estables y son delimitados y
fijados por el ‘autor’ del signo, sea diseñador o artista y tienen la función de crear
significados estables y objetivos fuera del flujo del mundo y del sujeto que cambi-
an constantemente; por eso, decimos que los campos perceptuales artificiales son
‘cerrados’. Por ejemplo, al tomar una foto de una escena, el fotógrafo decide y de-
limita lo que se va a ver de esa escena, lo que se va a quedar fuera de la foto y desde
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aspectos múltiples y complejos, los cuales explicaremos de manera muy bási-


ca a continuación.

Semiótica acromática
Al igual que la mayoría de los mamíferos, los seres humanos tenemos un
sistema visual que percibe el mundo en ‘escala de grises’, o sea que solamente ve
zonas que van de muy claro –blanco– a muy oscuro –negro–, pasando por todos los
tonos de gris posibles. Es decir, tenemos un sistema visual que no distingue colores
con matiz y saturación, sino sólo tonos. Este sistema visual es antiguo y está adap-
tado para navegar; es decir, para determinar donde hay obstáculos y dónde hay
paso libre, para determinar si los objetos están cerca, lejos, arriba, abajo, izquierda
o derecha; si están quietos o se mueven y si se mueven rápido o despacio, hacia
nosotros, alejándose de nosotros o en perpendicular.
Esto quiere decir que, en arte y diseño, será muy importante la manera en
que compongamos –organicemos y distribuyamos– los tonos o, más bien, las dif-
erencias de tono, para que nuestro público entienda la relación espacial de los el-
ementos de nuestra composición. Una mala composición tonal hará difícil saber
dónde se encuentran las partes de nuestra composición en relación al fondo y en-
tre ellas, o apreciar y definir su movilidad. Esto resulta particularmente importante
en las artes y el diseño espacial, como en la arquitectura o la escultura.
Es importante señalar que, en la arquitectura, la composición tonal influye
grandemente en la manera en que el público usará el espacio, por donde cami-
narán, donde van a tender a ubicarse, a que partes del espacio van a entrar poco o
nada, etc.

La composición tonal será útil por lo tanto para controlar el


tránsito y acceso de las personas, lo cual puede tener efectos
potentes en, por ejemplo, las ventas de una tienda, ya que si la
gente tiende a no circular por una parte de la tienda, las mer-
cancías allí exhibidas probablemente se venderán poco. Así,
también, será muy importante la correcta composición tonal si
queremos que el público perciba los movimientos de un bailarín
o la coreografía de un combate, en artes escénicas. También
será fundamental para transmitir conceptos como ‘arriba’, ‘infe-
rior’ o ‘cercano’, en el diseño gráfico o las artes visuales.
III. Semiótica Emotiva

nificado que ‘obstáculo’, las cosas que se mueven lento son ‘objeto de interés’
que hay que evaluar para saber si tomar una acción o no y, finalmente, las cosas
que se mueven rápido requieren ‘atención urgente’, sean buenas para mí o malas
para mí. Por supuesto, como todo lo demás en la semiología de la percepción, la
explicación no es tan simple, porque la velocidad se interpreta en relación con la
direción, la agrupación, el ritmo y otros factores. A continuación algunos ejemplos,
• algo que se mueve lento y de manera muy arrítmica, aislado y con ten-
dencia a alejarse de nosotros, se interpreta como que puede ser un ani-
mal herido o débil y nuestra respuesta emotiva será la de apresarlo.
• Algo que se mueve lento, rítmico, aislado que se aleja de nosotros, puede
ser un depredador que presta su atención a otra cosa y nuestra reacción
emotiva será de quedarnos quietos, a la expectativa.
• Cualquier cosa que viene hacia nosotros a gran velocidad, normalmente
provocará una reacción de evadir, de protegernos.
• Un grupo grande de elementos que se mueven rápido en una dirección
que no es hacia nosotros, normalmente nos dará el impulso de seguirlos,
es la alarma que provoca la estampida de las personas en las situaciones
de desastres.

Semiótica Cromática
A diferencia de la mayoría de los mamíferos, los seres humanos y otros si-
mios tenemos un segundo sistema visual ‘a colores’ que distingue los matices y
la saturación de los colores, además de su tono. Este sistema visual evolucionó
mucho más tarde y tiene dos funciones evolutivas principales; identificar objetos
sin necesidad de que se muevas y distinguir las caras de diferentes personas, así
como su estado emocional y sus intenciones.
La luz. Llega a nuestros ojos como ondas que pueden ser más largas o más
cortas y que pueden venir de una sola medida o mezcladas de diferentes medidas,
además pueden venir en gran cantidad o en poca cantidad. Nuestros ojos tienen
límites muy concretos; si es muy poca luz, no vemos nada, si es demasiada luz,
tampoco, otro tanto pasa con la longitud de onda, no podemos ver la luz que viene
en ondas demasiado cortas o demasiado largas.
Matiz. Es la longitud de onda que nuestro cerebro calcula que tiene la luz que
está viendo y corresponde normalmente a los nombres principales o genéricos de
los colores. Las ondas de luz más cortas que podemos ver son las que vemos como
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‘color violeta’, un poco más grandes nos parecen ‘azul’, ‘verde’, ‘amarillo’,
‘naranja’ y, las ondas de luz más largas que nuestros ojos pueden ver, las percibi-
mos como ‘rojo’.
Los ‘colores’ que vemos en las cosas –una manzana verde o roja, por ejemp-
lo– son en realidad el matiz o longitud de onda de la luz que rebota en su superfi-
cie. Nuestra vista evolucionó para detectar ese matiz, porque depende de la com-
posición química de cada cosa y eso a la vez determina en buena medida si es algo
bueno, malo o indiferente para nosotros. Es decir, nuestros ojos no evolucionaron
la visión a colores para ver el mundo ni más bonito, ni más ‘real’; sino para identifi-
car las cosas cuya composición química es nutritiva, venenosa, indica su disponib-
ilidad para la reproducción, etc.
Saturación. Es la ‘limpieza’ de la luz; es decir, ¿qué tan mezclada o pura viene
la luz en su longitud de onda? Si la luz viene en nada más una longitud de onda,
vemos un color ‘puro’, ‘colorido’ o ‘intenso’. Si la luz viene mezclada a partes iguales
de todos los colores, vemos ‘blanco’. Cuando la luz trae una longitud de onda en
gran cantidad y una pequeña cantidad de todas las otras en una misma proporción,
el color se ve ‘grisáceo’ y, si la luz viene en gran cantidad de una longitud de onda
pero mezclada con luz en otras longitudes de onda en diferentes proporciones, el
color nos parece ‘pardo’ o ‘sucio’.

Fig. 21 Saturación. [elaboración propia]

Tono. Es la intensidad con la que nuestro cerebro calcula que el objeto refleja
la luz. Si refleja mucha luz, el objeto parece ‘claro’ y, si refleja muy poca luz, se ve
‘oscuro’. En los extremos, cuando la intensidad de la luz es mucha, no importa si la
luz viene pura o mezclada, veremos ‘blanco’ y, si la luz reflejada es muy poca, tam-
poco importa su composición, veremos ‘negro’. No hay que confundir los conceptos
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IV Semiótica
Convencional

La semiótica convencional es la significación que surge por una convención –es


decir, un acuerdo entre varias personas– de asociar un signo con un significado.
El signo que se va a asociar puede ser cualquier tipo de configuración, desde una
creada a una simplemente señalada o elegida; desde una letra, hasta una figura
abstracta, hasta una figura naturalista simplificada. El significado puede ser lo que
sea: una cosa, una idea o concepto, otro signo, etc. Y la convención puede ser tácita
–como los nombres de las cosas en nuestro idioma, no se hizo una votación o con-
venio expreso, pero todos estamos de acuerdo en que así se llaman las cosas– o la
convención puede ser expresa –como en el espionaje y en los juegos de niños, que
se ponen de acuerdo para comunicarse ‘en secreto’.

CONVENCIÓN: Acto de voluntad que asocia una cosa A con


otra B, para un cierto grupo de personas en un lugar y tiempo
determinados.
Mediante una convención, las personas pueden crear todo tipo de códigos,
utilizando todo tipo de elementos. Usamos dibujos (letras) para representar soni
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V Hermenéutica del
Arte y Diseño

Hermenéutica quiere decir, básicamente, interpretación; y es el proceso mediante


el cual le atribuimos sentido o significado, en este caso, a una pieza de arte o de
diseño. Comprender cómo o mediante qué mecanismos o procesos nuestro público
va a atribuirle un sentido o significado a nuestro trabajo, nos ayudará a dar a nues-
tras piezas el ajuste final que garantice su correcta recepción. Ahora bien, aunque
el proceso de interpretación del arte y el diseño sucede mayormente en un mismo
proceso, a un mismo tiempo, podemos desglosar los elementos que lo componen
para comprenderlo mejor. A cada aspecto de la interpretación le llamaremos ‘lec-
tura’.
Lectura emotiva. El primer impacto de una composición sobre el público
sucede de manera subconsciente y corresponde a la TRE: Ante cada tipo de config-
uración, un ser humano tendrá una reacción típica. Las reacciones típicas serán, en
principio, las que hemos heredado a manera de instinto de nuestros antepasados
para responder a fenómenos o acontecimientos comunes o típicos de su vida en
estado silvestre. Así por ejemplo, las respuestas a configuraciones como ‘incen-
dio forestal’, ‘pareja en disposición reproductiva’, ‘tormenta inminente’, etc., son las
más fuertes y más inmediatas. Existen también configuraciones que evocan o rep
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VI Glosario

ARTE. El proceso mediante el cual los seres humanos creamos formas,


creamos lo artificial. Es un proceso que sintetiza significados nuevos mediante
la manipulación ‘al tanteo’ de estímulos visuales, sonoros o de otro tipo en una
secuencia de iteraciones emotivas y racionales, que resultan en la creación de una
configuración artificial materializada en una obra de arte. Esta configuración crea-
da, tiene como fin ser interpretada por asociación emocional-convencional y con-
vertida en concepto o percepto, para luego ser asimilada en la cultura mediante
nuevas iteraciones.

El arte es informático y, por tanto, virtual de modo que no hay


ninguna ‘cosa’ que sea arte, ni está el arte en el artista, ni en el
público, ni en la obra. Como cualquier fenómeno informático,
es virtual; se manifiesta materialmente, pero en sí mismo es
inmaterial.

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