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CAPITULO PRIMERO
EL TEXTO Y EL DISCURSO
N
o haremos en este manual una separación radical cnrre
"análisis del discurso" y "lingüística del tcxro" , Po r el
conuario, consideramos que ambas disciplinas está n cs-
trechamenre ligadas, aunque manrengan su especificidad. D e he-
cho, haremos constantemente alusión a uno u arra de esros campos,
ya que, en nuestra perspectiva, se iluminan uno al orro (Van Oijk,
1980: 21-29; Maingueneau, 1976: 99-102).
Trataremos, en todo caso, de precisar los términos cada vez
que sea necesario. En efecro, lo primero que crea probl em a es la
polisemia de los términos "texro" y "discurso". Cada uno po r su
lado es ambiguo, y a menudo se emplean indistintamente lino u
otro como si fuesen inrercambiables. Así, por ejemplo, Jean Oelisle,
en su libro sobre el análisis del discurso y la traducción, defin e lo
qu e el llama la "texrología" como "el estudio de los discursos" (1984:
16). Por su parte, Lozano, Peña-Marín y Abril titulan su libro
Andlisis del discurso (1989) y agregan como subtítulo " Hacia un a
semiótica de la interacción textual". Esros mismos aurores seña-
lan diversos senridos del término "texro" (Lozano et al., 1989: 15-
19) . Por su parte, Maingueneau presenta por lo menos seis senridos
posibles del término "discurso" (Maingueneau, 1976: 15). C omo
lo se ñJIa VJn Dijk (1980: 20)., la confusión proviene adem á de
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qu e en una lengua se empl ea, por ejemplo, "tcxto" para lo qu c cn ya lo señalaba Ducrot cn 1980 . (Ver "' Ióle et énonciation" en Les
otras sc llama "discurso", o /lO cxistc/l los dos términos: "disco ursc mots du discorm). En efecto, el sujeto produ cto r del di scurso in s-
studies" del inglés cq uivale a "texrwissenschaft" del alemán. Agre- cribe en su texto las m arcas de su situació n, como también las
guemos que, en francés, existe discusió n sobre las expresiones marcas de su des tinatario real o imaginario.
"analyse du di sco urs", " ... de disco urs" y " .. .des discours", y que Cua ndo se habla de "texto" se focal iza la mirada en el aspecto
para cada una de estas den o min aciones se avanzan ser ias razones construccional o arquitectural. Es por ello que se puede hablar de
teóricas. "gramáti ca del texto". Dicho en los términos de Kintsch y Van
Dijk (1975: 100), " ~I~maremos 'texto' la estructura formal, gra-
matical, de un discurso". '
[N ótese qu e estamos usando el término "texto" en su acepción
1. 1. ¿QUE ES EL TEXTO?
restringida, relativa a textos verbales. En una concepción más am-
plia, que viene de la semiótica, se puede considerar texto todo
Diremos, para empezar, que ambas entidades, el te xto y el di scur-
so, están relacionadas: conjunto significante, cualquiera que sea el sistema de signos con
. ~,' que esté construido. En ese sentido pueden ser considerados tex-
• El texto es una configuración lingüísti ca . Es un co njunto de ele- tos una película, una sinfonía, un cuadro, etc. Para los fines de
mentos lingüísticos (palabras, orac ion es ... ) organ izados según este manual nos atendremos esencialmente al texto como reali-
reglas estrictas de constru cción. \ ' " . r ; ; i .'., , :, ¡ dad verbal].
• El discurso es la emisión co ncreta d e un texto, por un en unci a-
dor determinado, en un a situación de co municació n determi-
nada. . . 1.2. COMPETENCIA DISCURSIVA Y TEXTUAL
La relación es inextricab le: no puede haber discurso sin un tex- El texto, como entidad formal , corresponde al nivel superior de la
to del discurso. El texto funciona como discurso en una situación competencia construccional (u organizacionaI) del individuo. El
determinada. Como 'I ;'d ic'e J. -M . Adam (1990: -23), se-p{¡ede ~i~curso corresponde a la puesta en acción de la competen;a l'
hacer' una ecuación admitida hoy en forma generalizada: el dis- discursiva del individuo. Ambas com petencias ~textual y discursiva- i¡
curso es el texto más las condiciones de producción . De es te mod o, torman parte, pero a distintos niveles, de lo que se ha dado en
podemos por ejemplo analizar una conversación ya sea como dis- llamar desde Hymes (I972) la competencia de comunicación.
curso, ya sea como texto: en el primer caso, se observará que un Recordemos brevemente que la competencia de comunicación
enunciador específico se dirige con sus palabras a un destinatario del individuo, entendida como su capacidad para participar en
específico, en un marco situacional (espacio temporal) específico; interacciones comunicativas, comprende primero un componen-
en el segundo caso, se observará cómo los elementos ling üísticos te sociocultural, y luego dos componentes interrelacionados: la
(palabras, oraciones ... ) se es tructuran respondiendo a reglas de competencia construccional (u organizacional) y la competencia
construcción textual. discursiva. La primera designa el conocimiento de! "código", es
El texto conserva en su sup erficie las hu ellas de la situació n de deci r el conocimiento de los elementos y las reglas que constitu-
discurso. Por lo tanto, LlI'l>Cstudio acabado del tcxto remitirá necc- ye n el sistem a de una lengu a. La segunda designa la capacidad de : "
sariame nte a sus condicioIles de producción y de recepción. utili zar el código en situacion'e~-d e c-o muni cación determinadas '- ;, '
Textualidad y enunciación va n nece<;ariamente de la man o, como No es la actllación mism a (o "perForma nce", si aceptamos e! an-
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' ...... '"
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., . I
glicismo), sino el saber emmciatiuo que permite "la movilización progresión y relación (conexión), y rigcn la creación de textos I "
de la lengua por el hablante" (lknvellislc). Dccimos que estas dos cohesivos y coherentes, como se verá en el capít ul o tercero.
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1competencias está n inrerrelacionadas porque el individuo normal La compete ncia discursiva es de ca rác ter diferenre: es la capaci-\!
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posee al mismo tiempo el conocimienro de las reglas constituri v.lS dad de hacer funcionar los textos en situaciones de comunicación l' /"
I del código y el co nocimi enro de las reglas que rigen el uso del
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~e~erminadas., a l~~~ ~n destinata:io determin:ldo, p:lr:l obtener ob- r
I lenguaje en las diversas situaciones de com unicación. Nadie pue- JetlvOS exrra- lll1gulstlCos determll1ados. La competencia discursiva \
! de hablar una lengua si no co noce la organización (el código) de se co mpone de una competencia situacional y una competencia
esa lengua; pero el conocimienro del código no basu para pode r enunciativa, esta última entendida en términos de competencia
comunicar en esa lengua . modal, ilocutiva, inferencial e imerrex tual, como ve remos en el
En la competenál consrruccional (que también algunos lla- capítu lo segu ndo.
man "gramatical", en el senrid o amplio del término) podemos
distinguir un componelHe pre-sígnico y un co mponenrc sígnico.
El primero se refiere al dominio de las unidades no significanres 1.3. EL TEXTO COMO OCURREN C IA Y COMO TIPO
del código: fon emas y grafemas (en el caso de los individuos
alfabetizados). El segundo concierne al nivel de los signos: co m- Otra dificu ltad en la distinción "texto / discurso" proviene de con-
petencia morfológica (conocimi ento de la construcción de las si derar el texro como ocurrencia o como tipo , lo que en alguna
palabras), competencia léx ica (conocimienro de la form a y el sig- med ida se relaciona también con el considerarlo como una reali -
nificado de las palabras), compete ncia sintáctica (conocimienro dad concreta o como una entidad abstracta. Para algunos aurores
de la estructura y signifi cado de las oraciones) y competencia tex- un texro es una realidad concrera, empírica, correspondiente a un
tual (conocimienro de la estructura y significado de los rexros). A discurso efectivamente emitido. En este sentido, el texto repre-
cada una de es tas competencias corresponde una unidad sígnica: senta el resultado material del acro de comunicación. Con pala-
e! morfema, la palabra, la oración, el texro. Por eso es que decimos bras de Charaudeau, "e! texro es ra manifestaci ón material (verbal
que e! texro es la unidad superior de la co mpetencia construccio- y semiológica, oral/gráfica, gestual, icónica, etc.) de la puesta en
nal de! individuo: un texto es una unidad mayor que la oración, escena de un acto de comunicación, en una situación dada , para
así como la oración es una unidad mayor que la palabra. Un texro realizar el proyecto de habla de un locuror dado" (1992: 645.
está compuesro de oraciones, aunque puede haber, en situaciones Nuestra traducción).
determinadas, texros de una sola oración, como en el caso de las Otros autores (Slatka, Adam, etc.) afirman, en cambio, que el
pancartas: Se ruega transitarpor ¡a vereda del frmte. Golpee antes de texro es una entidad abstracta, opuesta al discurso que sería la
entrar. También en e! caso de las pancartas se pueden encomrar única realidad concreta observable. "Un enunciado -'texro' en el
texros constituidos por una sola palabra: Peligro. Salida, o un sentido de objeto material oral o escriro, de objeto empírico-
sinragma: Estacionamiento prohibido. No entra;: El texro es, en- observable y descriptible, no es el texro, objero construido, por
ronces, la unidad de comunicación. En efecro, el individu o no definición, y que debe ser pensado en el marco de una teoría de su
-comunica con oraciones aisladas, sino co n secuencias de oraciones estructura composicional. Esra definición de TEXTO como obje-
que muestran entre ellas relaciones formales que constituyen lo ro abstracro, opuesta al DISCURSO (objero concrero producido
que llamamos las reglas de tex tualización (o de construcción del en una situación determinada) es hoy admirida unánimemente"
texro). Estas reglas tex tuales se expresan en términos de recurrencia, (Adam, 1992 : 15. Nuestra traducción).
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males o inform ales y t¡U1(Oclun o co mo el ot ro res pond cn a reglas I. ó. LA S FRO NTERAS DEL TEXTO
consrruccionales específi cas. Ejem pl os: en la co mun icación oral, el
"Nic00 , mí(,II/e las jJalltujlllS" del Sr. Jourdain es una secuencia lex- Un a l'' 'lima precisión leóri ca , qu e toma más bien la forma de un a
tual oral informal; en camb io el discurso in augural del aií o acadé- interroga n le: ¿Cldles son los I Ím ites del texto?, ¿dónde cm pieza y
mico. por pane del rector de una universidad es generalme'He un dónde termina un texto? La pregunta no es banal, y la respuesta
tena oral del más alto nivel {ormal. En la comunicación escrita, los no es f;ícil, aunque muchos autores coincidan en que una de las
grafflti de los muros de la ciudad (COIllO "Vale callampa el proc('so car:l Crerísl icas del rexro es SIl rla1/mm. es decir el hecho de presen -
t!C/I/(}(Trít i co '; c~cril() cn un Jl1uro de la Universidad dc ( :onccpCi('lll larse COlllO Ull lodu. Pero la definición de esta clausura no es siem-
en 1992) son textos escritos en estilo informal-y más aún los graff'ti pre clara 2 . Se puede decir, por ejemplo, que eSta clausura está
oc los baíios PlIblicos-; en cambio, una comunicación ciendll ca es seíi alaoa por una notoria interrupción en la intervención; pero
generalmellte un texto escrito delnds alto nivel f( lrIll ;¡ 1. e<;() p:Hecier:l 110 h:l\l:n )':1 </lle 1111 :1 il1tcrrllpcit'lll ptlede p,ovellir
Una distinción general nds, previa para entrar en materia, se del hecho que el texto esd inconcluso, o quedó inconcluso. Bajtfn
refiere a la oposición existente enrre "rexros literarios" y "lextos apunra al fenómeno del "cambio de los sujetos discursivos" para
ordinarios". En realidad esta distinción no es en absoluto clara, indicar lo que él llama la {romera del enlJllciado (qlle en SIlS ('.~cri
porqlle para mantenerb hahrÍ;¡ qlle dispol1C1" de 1111:1 ddll1ici("11 tm p:II't"CC coillcidir COll Cllt"XIO): "El Cllllllli;¡do II() es ulla ullidad
universalmente aceptada de lo qu e es "texto literario". Y a nuestro convencional sino real, delimitada con preci sión por el cambio de
parecer esa definición no existe. Es por ello que Van Dijk (19 82: los suj etos discursivos, y que termina con el hecho de ceder la pala-
118) llega a afirmar que es literario lo que un a sociedad dada, en bra al otro, una especie de rlixi silencioso que se percibe por los
un momento dado, decide que es literario. 1hjtÍII hahlaba Jlli~ oyellles COlllO seiíal de qlle c1lrablame ha concluido" (1985: 261) .
bien de géneros discursivos primarios y secundarios: aquéllos se- Digamos que todo locutor tiene una noción intuitiva de la
rían textos (simples) de la comunicación inmediata; éstos serían unidad de los elementos de un texto, es decir la impresión de que
textos que "surgen en condi ciones de la comunicación cultural todas las oraciones de un conjunto hien {armado cOllStituyen un
más compleja: comunicación artística, científica, sociopolítica, texto. Es lo que algunos llaman "el efecto de texto", y que tiene
ete." (1985: 250). Sin entrar en la discusión, y sin dejar de lado la que ver con lo que más adelante llamaremos "macroestructura".
utilización esporádica de textos literarios!, concentraremos nues- Lo más importante para nosotros es ohservar qlle !odo texto con-
tra atención más bien en lo que podemos llamar "tenos ordina - ti ene cn mayor o menor medida las marcas de ~LI clausura. Dicho
rios" (como Austin habla del "lenguaje ordinario") , es decir aquellos en otros términos, normalmente el texto presenta marcas forma-
textos que surgen en la comunicación cotidiana: caneles, letreros, les de su comienzo y su fin. Existen morfemas que, por ejemplo,
panfletos, textos de periódico, textos publicitarios, anuncios, tiras anuncian que se acerca el fin del texto (en el oral, elementos fáticos
cómicas, chistes, ete. como "B1/ello ... "; en el escrilo, conectores como "En suma, en re-
¡Rcc urrir a eje mpl os d e textos lire ra ri o s y a pl a lHca mi c lHos teó ri cos qu c vie ne n
del campo d e los cSllIdi m lit erari os sc ju qi fl ca, a l m (' no ~ por d os ra7o nes : un a, los " N(íte~t: qu e ta mh ié n cx istc la pos ic ió ll o pu es ra qu c subra ya la tipa/lira del tex-
textos litcra ri os han sid o p rod uc id os po r "¡cx tu J li 7ad o res cO l1lp ete lll e~" (o socia l- lO . Pero se pu ed c d ccir q ue los"quc pl a ntean esta pos ic ió n . acertad a desde cse punto
m ellle reco noc id os co m o tales) ; d os, e! ca mpo d e los cs tudi os lit cra ri os t ie ne un a d e vista , p ie nsa n en la apertura co nstitutiva del ICX IO hac ia tod o el co njunto de
larga tradi c ió n de refl ex ió n sobrc la est ru c tura y e l fu nc io namie n to d e los textos, la rcx to s q ue fo rm a n un uni verso di sc ursivo (Gc ne tt c, 1978 , 19R2 ; Eco, 19(,3 , 19R 1).
q ue sed a abs urdo d esco nocc r. Vel l' I1lOS cSle p ll nlO c n e l sll hcal' fllllo <o hre " illl c n ex tu ali lbd ".
sumen ... '), o indican que el reno ha rerminado (en el oral: "He CABALLERO:,
•
dicho. Gracias'; ere.; en el escrito, el "Vflle" dc los romanos, el •
"Fin" de las novelas y de las películas, cre.). DAIIIAS
•
En el caso de los rexros conversacionales asisrimos por una par-
re a una verdadera "negociacióll" de los rumos de palabra que TOQUE EL TIMBRE EN LA ENTRADA •
11
marcan el cambio de inrerlocuLOr; pero lo más imporranre es que
se observan rituales de aperrura y de cbusura del inrercambio roral
¡SEÑORA, SEÑORITA!
•
(Goffman, 1987). Por ejemplo, uno dc los inrerlocurores empieza POR IZESPETO AL TEMPLO. A SUS HERMANOS O A UD. MISIIIA.
a emirir señales de que está proponiendo el fin del inrercambio (y, SE LE RUEGA PRESENTARSE DECENTEMENTE.
por lo tanto, el fin del rexro): "Bu ellO. entOl/ces, quedamos eIl eso'; a QUE SU VESTIDO SEA SIN ESCOTE Y SIN SOLERAS. ~j
lo que el arra inrerlocuror pued e responder con señales de que
acepta el rérmino del intercambio: "Sí, en eso qlledamos'~ A esto
puede suceder una serie de emisiones puramcl1[c confirmativas Observe que:
de que ambos aceptan la clausura dc:l di ,ilogo: "Bltello, usted lile
llama': "Sí. yo lo Ifamo'; erc. (Ver, por ejemplo, Rouler, 1981, para o No se trata aquí de un solo rexro, sino de una serie de pequeños texros.
el estudio de las conversaciones aurénricas). la mayoría comtituidos por una sola oración.
• No hay unidad temática entre ellos: algunos se refleren a realidades
generales (como los leueros que indican los baños: CAl3ALLEROS .
DAMAS, o instrucciones generales, como PROHIBIDA LA ENTRA-
EJERCICIO
DA) y podrían encomrarse en cualquier otro lugar. Orros se re(Jeren
específlcamenre a prácticas rituales, como la prohibición de rocar las
Caneles observados durante una visiu a la iglesia de San Francisco de imágenes duranre los acros lirúrgicos.
Tucumán (en diversos lugares de la nave):
o Algunos mensajes están consrruidos en forma personalizada: NO ES-
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