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¿Es su grupo un sistema abusivo y manipulador?

Si responde afirmativamente a una o varias de las siguientes preguntas le aconsejamos que se


ponga en contacto con una de las asociaciones indicadas al final del libro.

¿Su grupo pide a sus miembros obediencia incondicional?


¿Su grupo desconfía de todas las críticas o ideas diferentes de su enseñanza oficial?
¿Su grupo humilla o critica en público a sus miembros?
¿Su grupo pide a sus miembros que confiese sus imperfecciones delante de todos?
¿Su grupo enseña que sus miembros son la élite de Dios?
¿Su grupo enseña que le ocurrirá una catástrofe si abandona?
¿Su grupo enseña que sólo dentro de él se conoce la verdad y la interpretación exacta de la Biblia?
¿Su grupo considera que el resto de la cristiandad y de la sociedad son sus enemigos?
¿Su grupo le empuja a dejar la familia o a divorciarse en caso de que no quieran adherir?

Empleamos la palabra grupo de forma genérica, puede designar la realidad eclesial a la que
pertenece (iglesia local, parroquia, comunidad, grupo de oración, iglesia doméstica…) o el grupo
cristiano que usted frecuenta (coro, grupo de jóvenes…).

¿Siente complejo de culpabilidad si no participa en cada reunión, estudio de la Biblia o en otras


reuniones organizadas por el grupo?
¿Cree usted incondicionalmente en todo lo que el grupo dice y enseña?
¿Siente una gran culpabilidad si usted no piensa como el dirigente o si no le obedece
incondicionalmente?
¿Tiene miedo de dejar el grupo?
¿Piensa que para tomar una decisión, necesita el permiso del dirigente eclesial?
¿Si no consigue hacer lo que el dirigente le pide piensa que Dios está enfadado con usted? ¿Qué le
va a castigar? ¿Cree que si usted trabaja mucho por el grupo Dios le perdonará?

Si usted tiene un problema con el director del grupo:


-¿Piensa que Dios le castigará?
-¿Piensa que es por su culpa?
-¿Piensa que ha cometido un pecado?
¿Su director le ha propuesto tener relaciones sexuales con él?
¿Una persona en situación de responsabilidad se ha mostrado de forma inconveniente en el plano
sexual? (palabras, actitudes, actos)
¿Su familia o amigos han observado que usted usa demasiado los versículos de la Biblia en las
conversaciones y que no se puede hablar normalmente con usted?
¿Su familia o cónyuge se quejan de que usted dedica más tiempo al grupo que a ellos?
¿Alguien le ha dicho que su director le controla y manipula?

¿Qué hacer en caso de abuso espiritual?

Estas son las principales recomendaciones cuando se toma conciencia de que se acude a un grupo
abusivo:

1. Aceptar ayuda
Es muy difícil dejar un grupo abusivo: la víctima está fragilizada, sufre, necesita ayuda. La buena
voluntad de su entorno puede no bastar. Se aconseja vivamente dejarse acompañar por una persona
formada en estas cuestiones. El acompañamiento permite identificar la mecánica del abuso y
reconstruir poco a poco la propia identidad, esto lleva tiempo.

2. Abandonar el grupo
Si alguien ha sufrido abusos espirituales de parte de un responsable de su comunidad, no hay que
intentar hablar directamente con el que abusa. Esta persona culpabilizaría todavía más a la víctima,
intentará impedir que abandonar el grupo, le echaría la culpa de todo lo que pasó, en definitiva la
haría sufrir todavía más. La mejor solución es alejarla del grupo para protegerla.

Si la víctima siente necesidad de denunciar el abuso, tiene la posibilidad de avisar a los miembros
de la jerarquía superior a la persona que abusa, por ejemplo a los responsables de la iglesia a la que
pertenece esa persona. Si se trata de una iglesia local independiente se puede informar de la
experiencia a otros responsables. Lo que cuenta es protegerse, crear una instancia que permita
reconstruirse.

3. Presentar una demanda


A lo largo de los años me he enterado de abusos particularmente chocantes. Con el pretexto de
obedecer a Dios, los pastores han pegado a niños pequeños porque habían llorado durante el
sermón. O dieron una paliza en público a una mujer con el pretexto de que no acudieron al culto del
domingo. Actos así son ilegales y reprensibles según las leyes vigentes. En tales casos hay que
denunciar a la policía. Ningún pasaje de la Biblia enseña que un dirigente cristiano tenga derecho en
nombre de Dios a cometer abusos sexuales o físicos. Al contrario, en la epístola a los Romanos, el
apóstol Pablo afirma que todos los cristianos deben respetar las leyes instituidas en el país (13:1-7).
En el versículo 4, Pablo precisa claramente que los que obran mal deberán dar cuenta de su
conducta: “Pues la autoridad, la ley, están al servicio de Dios para ayudarte a portarte bien. Pero si
haces el mal, échate a temblar, porque no en vano la autoridad lleva la espada y está al servicio de
Dios para castigar al delincuente.” No obstante se recomienda a la víctima que no inicie sola
procedimientos judiciales. En efecto, hay que saber que pocas veces se escucha a una víctima, no
basta decir la verdad para ser escuchado y creído. La víctima se arriesga a vivir que se ponga en
duda su palabra como un segundo abuso. Por ello siguiendo lo que Jesús aconseja “siéntate y
calcula el gasto antes de construir una torre”, la víctima debe reflexionar con conocimiento de causa
antes de iniciar un procedimiento. Le interesa pedir el apoyo de una asociación de ayuda a las
víctimas.
Características del dirigente que practica el abuso espiritual

¿Cuáles son las características del responsable de una iglesia que practica el abuso espiritual?

1. Personalidad carismática, posee enormes facultades de seducción.


2. Autoritario, busca sistemáticamente controlarlo todo.
3. No admite ninguna crítica. Desacredita a los que se le oponen.
4. Dice que ha recibido de Dios directamente esta autoridad que le da poder de conocer la única y
justa interpretación de la Biblia.
5. En general, ese poder de manifiesta por dones particulares: hacer milagros, profetizar, curar,
dirigir, discernir, ser el pastor, son los dones más citados.
6. Utiliza técnicas de manipulación mental para el control de la gente.
7. Nunca tiene bastante.
8. Más que conducir las gentes a Jesucristo, busca ser servido y satisfacer su sed de poder.
9. Es paranoico.

El psiquiatra Abgrall recuerda en su libro “La mecánica de las sectas” que “no hay gurú sin
paranoia”. Se puede decir lo mismo de cualquier dirigente cristiano que practica el abuso espiritual.
A propósito de la paranoia mantiene Abgrall que: “Esta psicosis da al gurú el sentimiento de ser
diferente del resto de la humanidad, y la convicción de que tiene un papel de guía y de líder. Se trata
de una patología de la personalidad caracterizada por cuatro criterios que la psiquiatría conoce
desde tiempo ha: hipertrofia del yo, falsedad del juicio, desconfianza y “psicorrigidez”.”

1. Hipertrofia del yo
Todo lo que el responsable piensa, hace y quiere hacer, es expresión de la voluntad de Dios. El tiene
la verdad absoluta. El es el centro de todo, la salvación sólo puede llegar a través de él. Se le debe
entera obediencia, incluso si eso lleva a la muerte.

2. Falsedad de juicio
Los comentarios y enseñanzas del responsable están siempre llenos de contradicciones y
absurdeces. Justifican sin embargo todos los falsos juicios en el seno del grupo. Pero para sus
adeptos, representan la verdad y sustituyen todas las formas coherentes de pensar en nuestra
sociedad. Contradecir la palabra del responsable equivale a poner en cuestión a todo el grupo.

3. La desconfianza
Todas las críticas emitidas por gentes del exterior hacia el responsable son consideradas por este
como un ataque satánico. Los adeptos, que creen firmemente que el responsable es perseguido a
causa de su saber y su poder, ante las críticas refuerzan la desconfianza. Es un verdadero círculo
vicioso en el que los adeptos que están sometidos al líder lo convencen de que lo que dice, hace y
piensa es verdadero. Este proceso permite al líder mantener sus adeptos con la obsesión de que toda
la sociedad les persigue.

4. La psicorrigidez
El responsable no reconocerá jamás los errores de su enseñanza, incluso si se muestran pruebas
irrefutables. Para él sólo vale su juicio. El tiene razón y el resto de la humanidad está equivocado.
Nada podrá deshacer sus convicciones. Según él, los que le critican son ignorantes. Sus objeciones
le molestan poco, al contrario le sirven como argumentos para probar a sus adeptos que el mundo es
incapaz de comprenderle.

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