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Tales hallazgos se efectuaron en base al análisis de muestras de agua y de suelo del área
natural protegida (ANP) registradas en el periodo 1994 al 2015.
Las mayores concentraciones de los contaminantes, tanto para agua como suelos, se
encuentran en las inmediaciones de las infraestructuras petroleras Batería N° 3 y oleoducto,
del Lote 8x, y podrían estar actuando como focos de dispersión de la contaminación a lo largo
de los cursos de agua, especialmente aguas abajo.
La zona de estudio para el análisis histórico abarca una parte de la Reserva Nacional Pacaya
Samiria y muestra una afectación de la productividad primaria o recuperación de bosque de
746.45 has. dentro del área adyacente a la batería Yanayacu y a los oleoductos.
Se estima una superficie de bosque de 8,116.24 has. afectadas con una alta mortalidad de
árboles, debido a los impactos en las zonas fragmentadas, de las cuales 2,948.19 (36.6%) se
sitúan en el interior de la citada reserva.
Afectación de la contaminación
Una nota informativa difundida por la asociación Derecho, Ambiente y Recursos Naturales
(DAR) señala que otros estudios científicos (2) identifican que la exposición a compuestos
tóxicos del petróleo genera graves riesgos para la salud humana.
Por ejemplo hay una mayor incidencia de cáncer, pérdida de audición, afectación a riñones,
hígado, huesos y dientes; y afectación a los sistemas reproductivo, inmunológico, nervioso,
cardiovascular y respiratorio.
También se identificó que los peces que viven en aguas que están en contacto directo con
vertidos petroleros presentan signos evidentes de contaminación. Lo mismo sucede con las
poblaciones de aves y mamíferos de caza que se acercan a los vertidos de hidrocarburos.
Ello podría significar un riesgo aún mayor para la población humana, especialmente la que vive
en las proximidades de la zona, debido a que muchos compuestos del petróleo podrían entrar
a la cadena alimentaria que al ser ingeridos provocarían que se acumulen tóxicos en el
organismo.
Monitoreo insuficiente
Ander
Ordoñez, vigilante de ACODECOSPAT con manos manchadas de petroleo. Fuente: Observatorio
Petrolero
El estudio sostiene que el monitoreo de agua y suelo que actualmente realizan las autoridades
ambientales es insuficiente para conocer cómo repercute en la población las sustancias
contaminantes.
Por esto sugieren que se debería incluir el análisis de los sedimentos y la pesca en los
monitoreos regulares.
Para entender el impacto real causado por la contaminación petrolera en el Lote 8x dentro de
la Reserva Nacional Pacaya Samiria es necesario mejorar los protocolos de análisis partiendo
del conocimiento de la composición del petróleo crudo de los pozos y de las aguas de
formación que ayuden a seleccionar adecuadamente indicadores que estén claramente
relacionados con la actividad petrolera.
El investigador Luis Moya Ibáñez, del Proyecto Especial de Desarrollo Integral de la Cuenca del
Río Putumayo, manifestó que si bien la legislación nacional vigente permite el desarrollo de
actividades petroleras dentro de las áreas naturales protegidas de uso directo esto no significa
que las empresas puedan contaminarla.
De ser así, actuarían contra sus objetivos. Moya recomendó al Servicio Nacional de Áreas
Naturales Protegidas incluir en el Plan Maestro del área natural protegida un objetivo
específico relacionado a la mitigación y remediación de la contaminación petrolera existente,
así como la restauración de los ecosistemas impactados.
El estudio estará disponible en las próximas semanas en el sitio web de la asociación Derecho,
Ambiente y Recursos Naturales (www.dar.org.pe).
Notas
El análisis abarca tanto el periodo previo al año 2008, cuando la legislación nacional incorporó
la obligatoriedad de la reinyección de las aguas de producción que contienen grandes
concentraciones de cloruros, hidrocarburos aromáticos y metales pesados como plomo,
cadmio o mercurio, entre otros, y que eran vertidos directamente a los ríos y quebradas.
U.S. Department of Health and Human Services and Agency for Toxic Substances and
Disease Registry (ATSDR). Toxicological profile for Polycyclic Aromatic
Hydrocarbons. ATSDR: Atlanta (1995)
EPA. National primary drinking water regulations. Contaminant Specific Fact Sheets
Volatile Organic Chemicals - Technical Version. (1995) [Disponible
en:http://www.epa.gov/OGWDW/dwh/t-voc.html.]
Vyskocil A., Leroux T., Truchon G., Lemay F. Gendron M., Gagnon F., & Viau C. (2008).
“Ethyl benzene should be considered ototoxic at occupationally relevant exposure
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Zhang M., Wang Y., Wang Q., Yang D., Zhang J., Wang F., & Gu Q. (2013).
“Ethylbenzene-induced hearing loss, neurobehavioral function, and neurotransmitter
alterations in petrochemical workers”. Journal of Occupational and Environmental
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Bahadar H., Mostafalou S., & Abdollahi M. (2014). “Current understandings and
perspectives on non-cancer health effects of benzene: A global concern”.Toxicology
and applied pharmacology, 276(2), 83-94.