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Historiografía griega

Por historiografía griega se entiende a la escritura de la historia de la Antigua


Grecia, desde el siglo V a. C. hasta el siglo IV d. C., desde Heródoto hasta
Zósimo, pasando por Tucídides, Posidonio, Polibio, etcétera. En total, Jacoby,
en Fragmente der griechischen Historiker, identificó a 856 historiadores
griegos, incluidos los mitógrafos y cronistas locales.

El concepto de historiografía nació en Grecia,1 aunque se acepta que


anteriormente ya existía una concepción histórica en Oriente, un deseo de
permanencia de todo lo que se ha hecho. Ahora bien, esa concepción histórica
primitiva es una mera transmisión de datos históricos que, como las listas
reales del Antiguo Egipto, carecían del análisis histórico que se hace
actualmente, sin negar por ello su gran valor documental.

Se considera a Heródoto el primer historiador, tanto en la actualidad como en


la antigüedad.2 Tucídides estableció posteriormente la base racional y
Heródoto, «padre de la historiografía», y
metodológica de una historiografía nacida como reacción ante lo irracional de Tucídides, «padre del rigor histórico».
la mitología griega. Previamente, ya Hecateo de Mileto había atenuado lo
sobrenatural, pero la separación total no se produce hasta Tucídides. Heródoto concibió su Historia como un medio de evitar el
olvido de aquello que merecía ser recordado. En la Antigua Grecia se veía también la historia como medio de mostrar ejemplos,
aunque no modelos de acontecimientos futuros. Asimismo desde Heródoto los historiadores realizan un examen crítico del
pasado y de los hechos supuestamente acaecidos. Heródoto, así lo expresa en IV, 195, 2: «realmente, ignoro si esto es verdad,
simplemente consigno lo que cuentan».3

En cuanto a las fuentes, existía una preponderancia de las fuentes orales sobre las escritas.4 En los orígenes de la historiografía
era casi obligado el uso de fuentes orales, pues a diferencia de los historiadores actuales, que se basan sobre todo en la
investigación de textos, los griegos antiguos no disponían la mayor parte de las veces de suficiente material archivístico o
bibliográfico. Sin embargo, cuando ya sí era posible trabajar con los fondos de las bibliotecas, los historiadores siguieron
prefiriendo la tradición oral; e incluso criticaron a los que solo trabajaban con fuentes escritas como, por ejemplo, Timeo.
Además, hay que tener en cuenta que los griegos no solían conocer lenguas bárbaras, por tanto, Heródoto no podía entender por sí
mismo las crónicas orientales, aunque tampoco mostró interés en conocerlas. La elección de la tradición oral conllevaba la
necesidad de las primeras reflexiones en cuanto al método histórico, como es la crítica de las fuentes, su relación y graduación
según el valor de los testimonios recogidos. De ahí por ejemplo su empeño en mostrar todas las versiones reconocidas, aunque
considere algunas erróneas. Asimismo, la tradición oral obligaba a establecer una cronología que ordenase los hechos aislados
tras su recopilación. Las fuentes escritas quedaron relegadas a los arqueólogos o antiquaria, es decir, para el estudio de los
tiempos remotos.

Índice
Temática
Historia contemporánea
El estudio de las causas de las guerras
Historia económica y social
Localización
Crónicas locales
Teorías cíclicas
Estilo y fuentes
Situación del historiador
Historia
Orígenes
Heródoto
Otros historiadores menores
Tucídides
Historiadores del siglo IV a. C.
Jenofonte y la Helénicas de Oxirrinco
Teopompo
Otros historiadores
Periodo helenístico
Timeo
Polibio
Posidonio
Historiografía en la época imperial
Historia de Roma
Decadencia

Limitaciones
Sesgos personales
Véase también
Notas
Bibliografía
General
Monografías
Fuentes primarias
Enlaces externos

Temática
La historiografía griega no se interesa exclusivamente por hechos aislados, sino por el decurso
de los acontecimientos en su totalidad.
Schrader, Los orígenes de la oratoria y la historiografía en la Grecia clásica, p. 88.

En la historiografía griega en general se superan los límites de la historia local e incluso Heródoto abarcó casi todo el mundo
conocido por los griegos. El tema central fue la guerra, aunque también hubo historia constitucional, trágica, biografías e incluso
etnografía. La elección de tema se fundamentaba en el valor de los acontecimientos ocurridos y en la información disponible. Por
ejemplo para Heródoto un hecho histórico tenía tal valor si no debía dejarse que fuera olvidado. Tucídides por su parte eligió la
guerra del Peloponeso como tema central de su obra por el motivo obvio de considerarlo el punto álgido de la historia que vivió.
Sin embargo, dentro de ese gran tema tuvo que elegir constantemente entre temas menores con absoluta arbitrariedad. Como
señala Roussel en Los Historiadores Griegos, la arbitrariedad obligó a Tucídides en ocasiones a recargar a personajes con detalles
significativos, falseándolos en parte.5

Historia contemporánea
La historiografía griega es mayoritariamente contemporánea, es decir, sobre la misma época en la que vivían los historiadores.
Esto se explica porque había mayor información sobre temas cercanos en el tiempo, sobre todo había más testigos orales,
prefiriéndose esas fuentes sobre las escritas. Tucídides, en su afán por el rigor histórico, consideraba la experiencia personal como
imprescindible al igual que Polibio.6 Los propios historiadores consideraban más fiables las obras que trataban sobre lo
contemporáneo. Además, la historia antigua griega parecía muy exigua al lado de la egipcia por ejemplo. En cualquier caso, lo
que el propio historiador vivía lo consideraba como un momento único y clave en la historia, ya sea la guerra del Peloponeso o la
expansión romana. Lo entendían como el cambio de una época a otra y como tal había que reflejarlo.

El estudio de las causas de las guerras


Dentro de lo contemporáneo, el tema preferente era la historia político-militar. Tucídides creía que la única historia verdadera era
la que trataba de política y guerras. Este criterio perduró en los siguientes historiadores, ya sea Jenofonte, Teopompo o Polibio.
Sin embargo, el historiador griego se interesaba más por los cambios constitucionales aunque ya Heródoto situó a la guerra como
el centro de la historiografía. Arnaldo Momigliano, experto en historiografía, plantea que este menor interés por los
enfrentamientos bélicos se debía a que eran algo cotidiano en el mundo griego. Momigliano destaca en cualquier caso la
importancia del estudio de las causas de cada guerra.7 Heródoto se remontó hasta los tiempos más remotos para explicar las
guerras médicas, cayendo en el mito.8 Tucídides supuso un avance al dejar de lado interpretaciones míticas y diferenciar entre
causas superficiales y profundas (o «más verdaderas»). Este esquema fue ampliado por Polibio, que distingue entre el hecho
inicial que da comienzo a la guerra, el pretexto para comenzarla y la verdadera causa.9

Historia económica y social


En general los autores griegos consideraron los temas económico-sociales de mucho menor interés que los político-militares.10
Existían breves y superficiales menciones a temas económicos, pero nunca se consideraron relevantes para el devenir histórico.
Esta falta de interés se ve reflejada en la práctica por la falta de estadísticas económicas en la antigüedad.11 En cuanto al estudio
de la sociedad, también fue pobre y considerado de poca importancia. Incluso se consideraba degradante hablar sobre las clases
más desfavorecidas.12 En Grecia el único autor relevante que recogió información sobre la sociedad fue el filósofo
Aristóteles.13

Localización
En general, la historiografía griega tiene un
sesgo regional, tratando la mayor parte de las
obras de la historia griega sin importar
demasiado la del resto de lugares. Hay
excepciones como Heródoto que con sus
excursos realiza una introducción a la historia
de Egipto o de Persia, por los cuales fue muy
criticado y llegó incluso a ser tildado de
«amigo de los bárbaros».14 Por otro lado, la
poca profundidad del trabajo de Heródoto en
Oriente espoleó a que ellos hicieran su propia El mundo griego a mediados del siglo VI a. C.
historia, como hizo Manetón en Egipto. Otros
autores también se ocuparon de Oriente, pero siguiendo a Alejandro Magno, como Jenofonte o posteriormente Flavio Arriano.

Grecia dejó de ser el tema primordial a mediados del periodo helenístico, con el creciente poderío romano. El primero en intuir la
posible importancia de Roma fue Timeo de Tauromenio, pero fue Polibio quien trató primero el tema con mayor profundidad. A
partir del siglo I a. C. y hasta la decadencia final de la historiografía griega, la historia sobre Roma fue la temática dominante y,
según algunos autores, fue esa falta de renovación una de las causas de ese deterioro.15

Crónicas locales
Tanto autores antiguos (Dionisio de Halicarnaso) como modernos (Wilamowitz) defendieron que los cronistas locales precedieron
a los primeros historiadores, como sucedió en la historiografía romana. En cualquier caso, a partir del siglo V a. C. se encuentran
crónicas de ciudades y santuarios. Sin apenas rigor histórico, se conciben, en general, como forma de exacerbar el orgullo local,
proyectando en ocasiones el presente sobre el pasado, distorsionándolo.16 Existiendo hasta la decadencia final, los más
conocidos fueron los atidógrafos, en el siglo IV a. C.

Teorías cíclicas
Algunas obras presentan ideas cíclicas o de sucesión de imperios, como Heródoto al expresar que los imperios se introducen
siempre en una dinámica de expansión insaciable. Pese a que en ocasiones se ha considerado que los historiadores griegos tenían
concepciones cíclicas del tiempo histórico,17 especialmente Polibio, Tucídides y Heródoto, Momigliano lo niega
rotundamente.18 Para ese autor, que Tucídides expresara que su historia servía como modelo para el futuro no implica ninguna
idea de eterno retorno. Acepta que Polibio es más ambiguo, pero tampoco presenta ninguna teoría cíclica en su obra.19

Era más común una visión orgánica de la historia, una periodización mediante sucesión de ciclos ejemplificada en una sucesión
vital: infancia, madurez y vejez. Esta era la visión que daba, por ejemplo, Lucio Anneo Floro. Otras visiones cíclicas son las de
las edades (plata, bronce, heroica y de hierro) de Hecateo de Mileto, basadas en la progresiva degradación, salvo el paréntesis
heroico, y finalmente un esquema de progreso cultural y tecnológico que abarcaba desde la barbarie a la civilización. Estos
esquemas nacieron antes que la propia historiografía y fueron luego adaptados y perfeccionados a gran escala por los
historiadores.19 El primer autor griego en plasmar este marco fue el poeta Hesíodo en Trabajos y días.20

Estilo y fuentes
Schrader determina tres elementos típicos principales. En primer lugar, la existencia de un proemio autobiográfico donde se
destaca la importancia del hecho a tratar. Este proemio aparece ya en Hecateo de Mileto. En segundo lugar, se establece la
metodología histórica, cuando el autor explica sus fuentes y qué pasos seguirá para contar su historia. En tercer lugar, la
articulación de la obra en partes narrativas y discursivas. Estos discursos son en general invención de los autores, aunque
ateniéndose al sentido original.21 Por último, hay otros elementos típicos menos comunes y más variables, tales como las escenas
tipificadas en la narración de batallas o los excursos típicos de Heródoto.22

Sobre las fuentes, en general, hubo un predominio de las orales sobre las escritas, lo cual determinó en parte la preeminencia de la
historia contemporánea, por la dificultad de recoger información oral, que no consistiera en mitos, sobre tiempos remotos.
Además, historiadores como Tucídides o Jenofonte se basaron en su memoria al describir hechos en los que participaron.4 Por su
parte, el uso de fuentes escritas aumentó en función del incremento del material disponible.

La elección de las fuentes, cuando había más de una con contenidos contradictorios, se hacía según la más probable.23 Esa
elección no tiene por qué significar una creencia de que esa versión es la cierta y así lo señalaba Heródoto,24 quien en ocasiones
se limitaba a dar varias versiones sin preocuparse en la validez de cada una.

Situación del historiador


Los historiadores griegos no obtenían ningún beneficio social de su labor.25 La mayoría eran expatriados o exiliados, como por
ejemplo Tucídides de Atenas o Heródoto de Halicarnaso, lo cual contrasta con la posición de los historiadores romanos, que
formaban parte de la élite dominante. Sin embargo, esta situación daba mayor libertad de crítica a los autores griegos, dándose
pocos casos de persecuciones. El más conocido es el de Calístenes, que fue mandado ejecutar por conjurar contra Alejandro
Magno. Dentro de la propia historiografía se consideraba de menor importancia la antiquaria, que hacía referencia al estudio de
los tiempos remotos.26

En cuanto a la transmisión de su obra, hasta el siglo V a. C. al público se le atraía mediante recitales de lectura. Esta costumbre
decayó tras Tucídides, quien consideraba que su obra estaba hecha para permanecer en el futuro.27 Las lecturas volvieron a
hacerse muy comunes en el periodo helenístico como una forma de presentación de la obra. Además, eran una forma de conseguir
un sustento económico por la labor historiográfica.28 En esa época no existían libros como en la actualidad, escribiéndose sobre
papiro que se almacenaba en rollos. La lectura era difícil ya que no se marcaban ni los comienzos de capítulo ni párrafos y, en
general, no había separación entre las palabras. Como cada obra se copiaba a mano no existía una gran disponibilidad de los
textos historiográficos. Hay constancia de la existencia de algunas tiendas de libros, pero se trataba de pequeños negocios
familiares sin circulación a escala comercial.29

Historia

Orígenes

El descubrimiento del otro, el exotismo, más que alguna


especie de conciencia nacional, están en el origen de las
primeras reflexiones históricas.30
Roussel, Denis. Los historiadores griegos.

La historiografía griega nace en el siglo V a. C. de la mano de Heródoto.2 Para


algunos autores, se trata de un nacimiento tardío por el mayor peso del mito y la
falta de interés por descubrir unos orígenes más racionales.31 Antes ya había
textos de carácter histórico pero según Bravo, entre otros, no son fuentes
historiográficas al carecer de espíritu crítico.32 Para Burrow, estas primeras
descripciones históricas se centraban en historias locales sobre sus supuestos
orígenes.33 Schrader determina tres elementos básicos y definitorios de la
historiografía griega:34

El mito y la literatura arcaica. La historia primitiva arcaica la


constituían los relatos legendarios, y es Homero el mayor exponente
de ese periodo. Aunque se rechaza que sea un «primer historiador»,
algunos autores lo consideran el «posibilitador» de la historiografía Busto de Heródoto, en Atenas.
posterior.35 Otros reducen su importancia, considerándolo el
precursor de la cronografía y de que en él nace la concepción de
sucesión cronológica.36 La presencia del mito solo empezó a reducirse con Hecateo de Mileto al constatar la
larga historia oriental en comparación con la historia griega.
El afán explorador e investigador que daría origen a los periplos.
El nacimiento de una concepción racional del mundo que llevó por un lado al surgimiento de una geografía
representativa o cartográfica. Por otro lado, posibilitó la sustitución del mito por esquemas racionales, con el
surgimiento de los logógrafos. Además, ayudó al nacimiento de la historiografía una necesidad de afirmación
personal, al crearse genealogías que rastreaban los antepasados de las familias. Entre los logógrafos
destacaron Cadmo de Mileto, Helánico de Lesbos y especialmente Hecateo de Mileto.37 Además se realizaron
anales rudimentarios, como la relación cronológica de los vencedores de los juegos olímpicos realizada por
Hipias.
Otros autores señalan como fundamental para el nacimiento de la historiografía griega la influencia oriental. El contacto con el
imperio persa vuelve conscientes a los griegos de lo que les rodea y de su herencia cultural, lo que representó un estímulo para
contar su historia.38 Por tanto, se deja en un segundo grado la importancia de una conciencia nacional para el surgimiento de la
historiografía.30
Heródoto
Fue considerado por sus sucesores tanto el «padre de la historia» como el
«mayor embustero».39 En la actualidad está mejor considerado y, aunque con
reservas, se le considera fiable.40 Sus críticos en la antigüedad lo creían amigo
de los bárbaros, y calificaban sus escritos como historias interesantes pero ajenas
a la verdad.14

Heródoto nació entre los años 490 y 480 a. C., en una familia de notables de
Halicarnaso. Implicado en una conjura, debió exiliarse marchando primero a la Posible visión del mundo según la
isla de Samos y posteriormente a recorrer el mundo conocido, y quedó reflejado Historia de Heródoto.
ese peregrinaje en su obra. El lugar de su muerte, acaecida en 425 a. C., no es
seguro, aunque en la Suda se fija en Turios.

Hay una serie de características que convierten a Heródoto en algo nuevo, diferente a todo lo anterior: se trata de un autor
personal claramente definido y no cuenta ninguna historia narrada por musas, sino el resultado de una investigación. Además su
obra narra los sucesos del hombre; los dioses dejan de tener cabida en la historiografía, al menos de forma directa o personal.41
Para Schrader, la obra de Heródoto está integrada por una Historia de Lidia, una Historia de Persia y una Historia de las Guerras
Médicas. Su Historia, dividida en nueve libros en la biblioteca de Alejandría, se articulaba según un criterio ternario. Asimismo,
cada pasaje se articula en tres partes: una introducción, una digresión y la narración del episodio de que se trate pudiendo haber
digresiones adicionales en algunas partes.42 La propia investigación de Heródoto tenía un criterio ternario.43

La Historia se basa principalmente en las fuentes orales y en caso de obtener distintas versiones, exponía las que más fundamento
tenían para que cada uno eligiera.44 En cuanto a las fuentes escritas, destacaron por su uso tres grupos: los datos aportados por
poetas; inscripciones, listas oficiales y administrativas así como oráculos; las informaciones de logógrafos y literatura de su
época. El desconocimiento del idioma de algunas inscripciones y listas oficiales hacía que en ocasiones Heródoto cometiera
errores en su interpretación por una mala traducción. En cuanto a influencias de autores anteriores, la crítica distingue unos treinta
pasajes basados en Hecateo de Mileto.45 En su obra destacan también sus descripciones geográficas y etnográficas, en mayor
parte fruto de su propia experiencia como viajero.46

Otros historiadores menores


Las únicas obras que pueden ser consideradas históricas en el principio y mediados del siglo V a. C. provienen de los logógrafos.
Se conocen gracias a la labor compiladora de Dionisio de Halicarnaso y a otros autores como Plutarco en los que se encuentran
fragmentos de las obras de los logógrafos.47 En este siglo destaca entre ellos Helánico de Lesbos.48 Su importancia se observa
también en el hecho de que es mencionado por Tucídides y aunque sea una mención crítica, solo a él y a Heródoto tiene la
consideración de mencionarlos. Tucídides destaca que Helánico es el único que trata la historia de Ática reciente, aunque sin
exactitud cronográfica y de forma demasiado breve.49 Helánico, quien escribió sobre la historia de Atenas, fue un precursor de
las crónicas locales de historia contemporánea, superando además a Heródoto en cuestiones de cronología. Su labor la
continuaron en el siglo siguiente los atidógrafos. El último logógrafo conocido fue Ferécides de Leros, que murió en el año
400 a. C., y era más mitógrafo que historiador. Es suya la versión más antigua que se conoce del mito de Procris.

Tucídides
Tucídides nació en torno al 460-455 a. C. en Atenas, en una familia noble con concesiones de minas. Es posible que al iniciarse la
guerra contra Esparta, Tucídides prestara servicio en su ciudad. En el año 424 a. C. fue elegido estratego y ante una derrota
militar fue considerado el culpable, y tuvo que exiliarse. Su muerte acaeció probablemente en el 398 a. C. Esa fecha está en
consonancia con la afirmación de Marcelino (Vita, 34) de que Tucídides murió en la cincuentena.50 Algunos investigadores
modernos niegan su condición de exiliado, viéndolo como una muestra de la intromisión posterior de Jenofonte en la obra de
Tucídides.51
Su trabajo ha llegado a la actualidad sin nombre definido y dividido en ocho
libros, pero se suele conocer como la Historia de la Guerra del Peloponeso.52 La
obra quedó inacabada, al sorprender la muerte a Tucídides. El momento en el
que se realizó la obra ha generado un intenso debate historiográfico, denominado
la «cuestión tucidídea». La discusión se centra en dos teorías: analítica y
unitaria. La primera propone que la obra se escribió en diversas fases, mientras
que la segunda, que se ha impuesto en la actualidad, expone que toda la obra se
escribió de manera continuada, debatiéndose entonces en qué momento empezó
Tucídides a escribir la obra.53

Su obra supone un avance al diferenciar las causas políticas de la guerra en


causas «superficiales» y «verdaderas o la razón profunda». Además, rechaza
cualquier intervención divina, distanciándose así de Heródoto. Tucídides quiso
mostrar la guerra como inevitable y consideraba para él la razón profunda el
temor de Esparta al poderío ateniense. Algunos investigadores consideran que el
estudio de las causas de Tucídides era aún poco elaborado y se limitaba a señalar
Tucídides de Atenas.
los sentimientos profundos de las poblaciones.54 Tucídides apenas influyó en
los historiadores inmediatamente posteriores, pero con el paso de los siglos se
convirtió en un modelo y con él se iniciará el lenguaje histórico, con su jerga particular, que luego imitarán historiadores romanos
como Suetonio o Tácito.55

En cuanto a las fuentes, al igual que Heródoto usa principalmente fuentes orales, aunque también hace uso de inscripciones para
conocer cifras exactas, que en caso de que no conociera no se inventaba. Él mismo asegura hacer una selección crítica de los
informes orales, aprovechándose además de haber vivido muchos de los acontecimientos como testigo directo.56

Historiadores del siglo IV a. C.


Pese a que en este siglo se cuentan más de un centenar de historiadores, apenas se han conservado fragmentos o algunas citas de
la mayoría de ellos. Solo de Jenofonte se ha conservado su obra completa, por la alta consideración que tenían sus escritos en la
antigüedad, lo que contrasta con el poco reconocimiento de los investigadores actuales.57 En este siglo tuvo mayor éxito la
filosofía, que no prestó interés por los trabajos históricos ni metodologías rigurosas. En este contexto quedan los trabajos
históricos de Platón en los que desdibuja la separación entre realidad y mito, inventando incluso toda una región como la
Atlántida. Otros historiadores de este siglo son Teopompo, Éforo de Cime, Ctesias y los atidógrafos.

Jenofonte y la Helénicas de Oxirrinco


Nació el 431 a. C. en Atenas, en el seno de una familia acomodada. De entre sus obras destaca la continuación de la obra
inacabada de Tucídides, las Helénicas. También hizo una biografía de Ciro II el Grande, la Ciropedia y diversas obras sobre el
proceso que se instruyó contra Sócrates. Además escribió la Anábasis donde narra la expedición militar de Ciro el Joven contra
Artajerjes II. El propio Jenofonte participó en esa expedición. La Anábasis contrasta con las obras anteriores sobre la historia
griega al centrarse en un periodo corto y en un solo personaje, el propio Jenofonte.58

Sus diferencias con Tucídides son notables; por ejemplo, recupera las influencias divinas en las Helénicas.59 El estilo de
Jenofonte es decadente y pesimista, con mucha influencia retórica y poca metodología histórica. Aunque se le considera un
historiador menor, su estudio es fundamental por la conservación de todas sus obras, siendo la base de muchas teorías
historiográficas sobre esa época.60
Jenofonte no fue el único continuador de la obra de Tucídides. Además de unas
Helénicas poco conocidas de Teopompo, destacan las denominadas Helénicas de
Oxirrinco. Durante el siglo XX se fueron descubriendo en Oxirrinco unos
papiros que contenían esta historia.61 Según Lérida, su principal característica
es la falta de estilo, pero se conjuga con una correcta objetividad y presentación
de los hechos, que los hacen una fuente más fiable que Jenofonte.61 La
identidad del autor de estos papiros no está clara, aunque para muchos
investigadores podría tratarse de un tal Cratipo de Atenas.62 También se piensa
en Teopompo,63 aparte de otras opciones menos plausibles como Éforo de
Cime,64 Androción, Anaxímenes o Démaco.65

Teopompo
Nacido en Quíos en 380 a. C., se lo considera el mejor historiador de este
siglo.66 Aunque se ha perdido toda su obra, quedan muchos fragmentos
copiados por otros autores. De su obra más temprana, las Helénicas, apenas
quedan fragmentos. Es una continuación de la obra de Tucídides, considerada de
poca importancia y propia de la maduración como autor de Teopompo.67 Desde Jenofonte, busto en Berlín.
sus inicios, se aprecia la influencia de Heródoto, Isócrates y Antístenes.68

Su obra más importante son las Filípicas, conocida por los numerosos fragmentos en obras de otros autores. Teopompo fue el
primer historiador que apreció el agotamiento de las tesis de Tucídides y el cambio de escenario por el acceso al poder de Filipo
de Macedonia, desapareciendo la principal lucha entre Esparta y Atenas. En sus Filípicas combina la crítica moral a Filipo por su
comportamiento, que le llevó a su asesinato, con alabanzas a sus acciones políticas como defensor del panhelenismo. Asimismo
muestra su odio por la democracia y las instituciones atenienses, considerándolas culpables de la degeneración de las
sociedades.69

Otros historiadores
Entre el resto de historiadores destaca Éforo que, aunque su obra esté perdida,
fue citado y plagiado por Diodoro y Estrabón entre otros. Escribió una Historia
en treinta libros, una historia general del mundo griego, desde el siglo XI a. C.
hasta el 340 a. C., que mereció el elogio de Polibio como primera historia
universal.70 Su obra estuvo muy influida por los conceptos retóricos de
Isócrates, del que fue discípulo. Esto se refleja en sus discursos, completamente
inventados.70 Además su obra tiene un prejuicio patriótico que le llevaba a
acusar a Heródoto de «filobarbarismo» por contar la historia de regiones ajenas a
Grecia.71

Otros autores fueron Filisto de Siracusa y Ctesias. El primero escribió una


Historia de Sicilia desde los orígenes hasta el final de la guerra del Peloponeso,
además de un estudio sobre Dionisio el Viejo y un apéndice sobre su hijo el
Joven. De su obra solo quedan pequeños fragmentos en citas de otros autores, y
Gracias a Estrabón, aquí según un
era en la antigüedad muy reconocido.72 Por su parte, Ctesias escribió Persica e
grabado del siglo XVI, se conoce a
Indica. Destacó por sus furibundas críticas a Heródoto, acusándolo de mentiroso,
varios autores como Éforo o
lo que no impidió que lo plagiara cuando escribió sobre periodos remotos. Gustó Posidonio.
por su exotismo entre sus contemporáneos, pero es ajeno a cualquier
metodología histórica.73
Además, en este siglo destacan los atidógrafos, que contaban la historia del Ática. Al perder Atenas su poderío, renació un interés
por los tiempos pasados que se reflejó en autores como Clidemo que escribió Atthis en cuatro libros o Androción que publicó otra
obra con el mismo nombre. Su característica principal era un patriotismo muy tradicionalista. Por último, quedan los historiadores
que siguieron a Alejandro Magno, y transmitieron su periplo. Ese séquito de historiadores archivó todo lo que sucedía en unas
Efemérides dirigidas por Eumenes de Cardia y Diodoto de Eritrea. Varios historiadores contaron la biografía de Alejandro:
Calístenes de Olinto, que fue condenado a muerte acusado de conjura; Ptolomeo tras su coronación en Egipto; y Aristóbulo. Estos
dos últimos autores fueron considerados en la antigüedad como la fuente más fiable.74

Por último, hay que mencionar la influencia de una filosofía en auge sobre la historiografía. La historia se considera un medio
más para mostrar la filosofía. Así por ejemplo lo hace Platón, dividiendo la historia en una era anterior al diluvio y una etapa
poscataclismo. De este modo puede «inventar» toda una historia del mundo anterior, del que no quedarían pruebas físicas,
mostrándolo como su modelo político. Sobre el mundo poscataclismo también hace una historia Platón, aprovechándola para sus
motivaciones filosóficas, presentando un cuadro pesimista y decadente.75

Periodo helenístico
Desde el comienzo de este periodo, la historiografía perdió su carácter político, orientándose hacia la superficialidad y la ficción
novelesca. El número de historiadores es muy alto, pero destacan por su metodología y trascendencia Polibio, Posidonio y Timeo.
Además del suyo es el periodo de la «historiografía trágica», representada por ejemplo por Filarco. Este tipo de historiografía es
el más representativo del momento, al realzarse más el valor literario que la historiografía en sí.76 Estos historiadores fueron
duramente criticados por Polibio, pues pensaba que los recursos trágicos obstruían la búsqueda de precisión y veracidad. Por otro
lado también destaca por la magnitud de su obra Diodoro Sículo, que realiza una antología de la historiografía anterior en la
Bibliotheca Historica, formada por 40 libros y que trata desde el remoto universo mítico hasta las campañas de César en la Galia.
Al ser un resumen, su obra es, según Grant, superficial y poco original, aunque destaca por su rechazo a la introducción de
discursos en la trama.77

Timeo
Era natural de Sicilia pero tuvo que exiliarse a Atenas, y permaneció allí al menos unos cincuenta años, donde se dio a conocer
por sus duras críticas, siendo apodado «Timeo el denigrador». Murió en Sicilia en 260 a. C. Es considerado el historiador más
destacable de los comienzos del periodo helenístico. Escribió una Historia Siciliana de treinta y ocho libros y, al final de su vida,
una historia de Pirro. Su principal característica es el uso mayoritario de las fuentes escritas, lo que le valió duras críticas de
Polibio, que se convirtió en su mayor crítico.78 Tuvo otros críticos como Polemón, que escribió un Contra Timeo en el siglo
II a. C.

La obra de Timeo está perdida. Pese a sus críticas se conoce en su mayor parte por Polibio. Así, en la Historia Siciliana, primero
había una introducción de cinco libros y antes de la parte narrativa un libro dedicado a la naturaleza de la historia. El resto del
libro trataba de la historia siciliana propiamente dicha, con alusiones a la Magna Grecia. Según Momigliano, las líneas principales
de la historia eran la lucha contra las tiranías y el conflicto entre griegos y cartagineses.

Por otro lado, Timeo introduce un tema inédito en su obra: la historia de Roma. Se cree que, brevemente en la Historia Siciliana y
de forma más amplia en su monografía sobre Pirro, estudió los orígenes de la incipiente civilización romana. Timeo fue el primer
historiador en comprender el ascenso de una nueva potencia.79 También es destacable por ser el primero en establecer una
cronología con el cómputo de las Olimpiadas.80

Polibio
Fue el primer historiador griego en tratar el fenómeno romano, influido por Timeo, con profundidad. Nació en el año 200 a. C. en
Megalópolis. Poco después de la conquista romana fue deportado a Roma junto a otros notables de su ciudad. Durante su estancia
allí hizo amistad con los Escipión, y pudo seguir a Publio Cornelio Escipión Emiliano en sus conquistas. En cuanto a su labor
historiográfica, escribió unas Historias en cuarenta libros de las que solo se conservan casi completos los cinco primeros,
quedando del resto únicamente fragmentos. Su obra trata de la historia del progreso romano y abarca desde la primera guerra
púnica hasta el año 146 a. C., tras la destrucción de Corinto y Cartago.81

La principal crítica a Polibio es su excesiva alabanza de la política romana.82 Como mucho llega a ver injusta la invasión de
Cerdeña,83 pero lo considera como algo puntual y no como una muestra de la política general romana. Igualmente hace críticas
individuales como a Marco Claudio Marcelo, al que acusa de poco prudente,84 pero no hay crítica general como puede haberla
contra la política de los estados griegos. Para Momigliano esto puede deberse a una identificación, en parte, de Polibio con el
éxito romano, aunque no a una capitulación completa.85

Por otra parte, a Polibio se le reconoce un avance en el estudio de las causas de los sucesos históricos. Polibio tenía en cuenta tres
conceptos:86

Causa: «conjunto de operaciones mentales que predisponen a actuar una vez se ha hecho abstracción de los
acontecimientos previos».
Pretexto: «el detonante o el imperativo ineludible que obliga a pasar de inmediato a la acción».
Comienzo: «suele coincidir con un suceso especialmente memorable».
Con este esquema teórico ganan importancia los individuos y las decisiones que toman. En todo caso, este esquema no era del
todo sólido ni era válido en cualquier circunstancia.87 Polibio destaca además por sus constantes alusiones a su método y a su
elección por la historia contemporánea, justificada según él por la constante renovación de la materia y por su utilidad.88

Posidonio
Vivió entre el siglo II y el siglo I a. C. y se dedicó a múltiples materias como la geografía y la filosofía. De su labor histórica no
se conserva nada, pero fue utilizado por muchos autores posteriores como Estrabón, Tito Livio, Diodoro o Apiano. Continuó la
obra de Polibio narrando un periodo comprendido entre el 135 o el 145 a. C. y los comienzos de la dictadura de Sila. Destaca en
él su crítica a la esclavitud, en la que llega a celebrar que los ciudadanos de Quíos sean convertidos en esclavos por haberla
introducido previamente en el mundo helénico.

Para algunos investigadores, Posidonio cometió el mismo error que Polibio al tratar a los romanos con poca profundidad,
obviando las diferencias culturales entre romanos y griegos.89 Tampoco hizo demasiadas críticas a la política imperialista
romana, pero sí es más duro que Polibio, criticando por ejemplo el expolio comercial.90

Historiografía en la época imperial


La historiografía griega no desapareció por la dominación romana. Según Momigliano, fue el ascenso y consolidación del
cristianismo lo que llevó a la decadencia del mundo griego y, por tanto, de su historiografía. Entonces surgió un nuevo tipo
historiográfico, la historiografía cristiana. En todo caso, otros autores, como Roussel, consideran que la historiografía griega no
tenía más que contar y su agotamiento era patente tras demostrarse el poderío romano.15

En cualquier caso, en el periodo comprendido entre el siglo I a. C. y el siglo V d. C. la historiografía griega mantuvo aún
muestras de viveza con autores como Dionisio de Halicarnaso (aún en el siglo I a. C.), Apiano, Dion Casio o Flavio Arriano.
Como signo de decadencia historiográfica se multiplicaron las obras pseudohistóricas, entre cuyos autores destaca Pausanias.

Historia de Roma
A partir del siglo I a. C. Roma se convierte en el imperio más potente del mundo conocido gracias a una agresiva política de
expansión. La historiografía del momento no es ajena al poderío romano y la mayor parte de los historiadores griegos viajan a
Roma para contar la historia del nuevo imperio. Además, en una clara diferenciación con los autores helenísticos, los
historiadores de este periodo se introducen más en el modo de vida romano, conociendo el latín por ejemplo, aunque en un
principio todavía no se considera una realidad ajena al mundo griego. En todo caso, Dionisio de Halicarnaso, al conocer el
idioma, pudo consultar con mayor facilidad las fuentes originarias, realizando una Historia antigua de Roma, compuesta por
veintidós libros, de los que se conservan diez. Su obra carecía de espíritu crítico y abusaba de la retórica, pero en cualquier caso
era aún ajena a cualquier forma de pseudohistoria.91

Apiano y Dion Casio también se dedicaron a la historia romana. El primero escribió en el siglo II una Historia romana en
veinticuatro libros que se inicia con la llegada de Eneas a Italia. Por su parte, Dion Casio, ya en el siglo III, volvió a escribir otra
Historia romana, demostrando la falta de temas y la repetición en la que caía la historiografía griega. En este caso, contaba con
ochenta libros, desde la época mítica de Eneas hasta el segundo consulado. En la obra de Dion Casio es cada vez más patente la
falta de crítica historiográfica, y resulta una obra ideada para contentar más que con fines históricos.92

El único autor destacable ajeno al tema de la historia de Roma fue Flavio Arriano. Procedente de la asiática Bitinia, escribió una
historia oriental en el siglo II, la Anábasis de Alejandro. Con siete libros tiene influencias de Heródoto, Tucídides y, en menor
medida, de Jenofonte. Pese a su original elección de tema, Arriano también muestra signos de la decadencia del género, su obra
es pobre desde el punto de vista científico y cae con frecuencia en el encomio.93

Decadencia
Hubo otros autores menos destacables que son únicamente muestras de la progresiva degeneración del género y de la derivación a
la pseudohistoria y a la literatura. Algunos de estos fueron Herodiano, que escribió una historia de Roma muy específica, tras la
muerte de Marco Aurelio; Publio Herenio Dexipo, que se centró más en los prólogos que en la obra en sí misma; Eunapio de
Sardes autor de Vida de filósofos y sofistas y una Crónica continuadora de Dexipo.

El último historiador griego reconocido fue Zósimo, que vivió durante el reinado de Anastasio I. Escribió una Historia Nueva
contemporánea en seis libros, centrada en las sucesiones imperiales. Atribuyó la decadencia romana al rechazo de los dioses
paganos y es comparable en cuanto a su metodología a Polibio.94

Limitaciones
La principal problemática de la historiografía griega es la pérdida de la mayor parte de las obras. De la mayoría de los
historiadores solo se conservan fragmentos en otros autores, en ocasiones sin señalar claramente su origen. Se ha perdido la obra
de autores como Hecateo de Mileto, Ctesias, Éforo, Teopompo y un largo etcétera.95 Otro tipo de limitaciones son las
estrictamente historiográficas, referentes al uso de los historiadores griegos como fuente para los autores modernos. Grant señala
diversos problemas, entre ellos: preferencia por la calidad literaria sobre la historiográfica, justificación personal de lo hecho en el
pasado, influencias familiares y políticas, presencia de anacronismos, chovinismo o el gusto moralizante.96 El mismo autor
concluye en cualquier caso que no hay que rechazar su uso como fuente, sino simplemente ser cautelosos con la información que
suministran, sin dejar por ello de poder ser, asimismo, apreciables desde el punto de vista artístico.97

Sobre las limitaciones de los autores griegos, el filósofo francés Châtelet señala además su deficiente cronología y el rechazo de
los hechos objetivos cuando estos no permiten restaurar un orden claro.98 Señala, por ejemplo, que en Heródoto hay más
preocupación por mostrar la magnitud de lo que se cuenta que de determinar los sucesos de una época determinada.99 El francés
atribuye asimismo las diferencias científicas entre la historiografía actual y la griega a la diferente concepción del pasado y la
temporalidad, pues los griegos no consideraban al hombre como sujeto de la historia, sino que tenían la idea de un «devenir
cósmico» prefijado.100
Sesgos personales
La obra de los historiadores griegos no fue ajena a sus vidas. Así, en la obra de la mayoría se pueden apreciar justificaciones de
errores cometidos, lagunas en ese sentido o incluso invenciones. Esta tendencia será la tónica general en las autobiografías.101
Asimismo, son constantes las difamaciones personales de enemigos del autor. De este modo Tucídides atacó a Cleón, quien
contribuyó a su exilio,102 o Jenofonte a Menón.103 Del mismo modo hay que entender el ataque de Polibio a Timeo, a fin de
consolidarse como el principal historiador de Grecia y Roma.104 Por el lado contrario, también existían sesgos personales
favorables, como Polibio con los Escipión. Estas deformaciones históricas fueron ya visibles en la antigüedad, y el mismo
Cicerón llamó la atención sobre ellas.105

Véase también
Historiografía
Historiografía clásica
Heródoto
Historias

Notas
10.
1. Esta es la opinión de los historiadores actuales. Así Crearon la doctrina, hoy no
lo expresa por ejemplo Finley, en Uso y abuso de la aceptada, de que la historia es un
historia, p. 11: «Los padres de la Historia fueron asunto esencialmente político (y
griegos». también un asunto militar).
2. Grant, Hist... p. 94
Heródoto es para nosotros el padre
de la historia como lo era para 11.
Cicerón. Muchos de ellos [los historiadores
Momigliano, La historiografía griegos y romanos] eran
griega, p. 9 conscientes de los factores
económicos, aunque los
3. Traducción de Schrader en Los orígenes de la consideraban menos significativos
oratoria y la historiografía en la Grecia clásica, p. que los hechos políticos; en
123. consecuencia, apenas existen
datos estadísticos en el mundo
4. Grant, Hist..., pp. 54-58. antiguo.
5. Roussel, Los historiadores griegos, pp. 90-100. Grant, Hist..., p. 82
6.
[Polibio] se vanaglorió de que el 12.
periodo principal de su historia En general, la dignidad de los
cayese dentro de la duración de la historiadores clásicos les impedía
vida de personas a las cuales se hablar de los sirvientes y de los
les podía preguntar. pescadores al modo como lo hace
Momigliano, La historio..., p. 48 por ejemplo el Nuevo Testamento.
Grant, Hist..., p. 86
7.
Los griegos llegaron a aceptar la 13. Grant, Hist..., p. 84.
guerra como un hecho natural, 14. «Sobre la malevolencia de Heródoto» de Plutarco,
como el nacimiento y la muerte,
publicado en Moralia (vol IX), Editorial Gredos
con los que nada hay que hacer.
Se interesaban por las causas de
(2002).
la guerra, no por las causas de la 15.
guerra como tal. Después de la revelación de la
Momigliano, La historio..., p. 161 potencia de Roma, la historiografía
griega ya no podía crear nada
nuevo.
8. En el libro I (1-5), Heródoto enmarca las primeras Roussel, Los hist..., p. 202
diferencias entre griegos y persas en los raptos
míticos, como el Ío.
16.
9. Roussel, Los historiadores griegos, p. 181.
En algunos casos proyectaban el
presente sobre el pasado y así
hicieron de Teseo un rey 33.
democrático.
Momigliano, La hist..., p. 58 Estos precursores y, quizá,
contemporáneos [de Heródoto]
parece que escribieron sobre los
17. Burrow Hist..., p. 213. pueblos y las ciudades, en general
18. acerca de sus supuestos orígenes.
De vez en cuando se ha sostenido Burrow, Hist..., p. 42
que Heródoto, Tucídides y
naturalmente Polibio tenían una 34. Schrader, Los orig..., pp. 162-186.
concepción cíclica del tiempo.
Intentaré demostrar que no es 35. López, La historiografía en Grecia..., p. 9.
verdad. 36. Schrader, Los orig..., p. 164.
Momigliano, La hist..., p. 78 37. Momigliano, «Il razionalismo di Ecateo de Mileto» en
Terzo contributo alla storia degli studi classici e del
19. Momigliano, «El tiempo en la historiografía griega», mondo antico (Roma, 1966) pp. 323-333.
incluido en La hist.... 38. Momigliano, La hist..., p. 133.
20. Shotwell, Hist..., pp. 182-183. 39.
21. Quamquam et apud Herodotum
Los he redactado tal y como, a mi patres historiae et apud
juicio, cada orador debió de haber Theopompum sunt innumerabiles
expresado lo más apropiado sobre fabulae
los diversos avatares, ateniéndome Cicerón, pasaje obtenido de
lo más escrupulosamente posible Momigliano, La hist..., p. 131
al sentido general de lo que
realmente se dijo. 40.
Tucídides (I 22, 1-2)
Digamos rápidamente que
Heródoto tuvo éxito en su empresa.
22. Schrader Los orígenes..., pp. 110-121. Hemos recogido ahora suficientes
23. testimonios para poder decir que
merece confianza.
Cuando disponen de dos fuentes
Momigliano, La hist..., p. 136
contradictorias, los historiadores
griegos y romanos suelen optar por
la que les parece la versión más 41. Según Schrader, en su introducción a la Historia
probable. (libros I y II).
Grant, Hist..., p. 63
42. Schrader, Los oríg..., pp. 132-133.
43.
24. Heródoto, VII, 152. La descripción geográfica de un
25. Momigliano, La hist..., p. 107. país; descripción de las
26. Tucídides, Historia de la Guerra del Peloponeso I, 21 costumbres del pueblo establecido
critica a los autores anteriores por su poca fiabilidad, en el país en cuestión; y atención
[...] a las cosas destacables
al remontarse demasiado en los tiempos remotos.
Schrader, Los oríg..., pp. 132-133
27.
En resumen, mi obra ha sido
compuesta como una adquisición 44.
para siempre más que como una Oh rey, si no se expresan los
pieza de concurso para escuchar diferentes puntos de vista, no es
un momento. posible para el que debe optar
Tucídides (I, 22) elegir el mejor camino, sino que
debe seguir el que se le sugiere.
Cuando, por el contrario, ambas
28. Momigliano, La hist..., pp. 109-113. opiniones son expresadas, es
29. Finley, M. I. Los griegos de la antigüedad (1975, V posible reconocer la mejor, del
edición), Editorial Labor, Barcelona, pp. 95-96. mismo modo en que solo se puede
reconocer el oro puro cuando se lo
30. Roussel, Los histo..., p. 20. frota contra aquél que no lo es.
31. Shotwell, Hist..., pp. 183-184. Heródoto, Historia (libro III, 10)
32.
Ninguno de estos documentos 45. Schrader, Los orig..., p. 137.
puede ser considerado fuente
46. Burrow, Hist, pp. 42-43.
historiográfica, puesto que no hay
en ellos intención de interpretar los 47. Burrow, La hist..., pp. 41-42
hechos relatados, lo que hoy 48.
denominaríamos espíritu crítico En realidad,la primera historia de
Bravo, Historia del mundo Grecia como tal es debida a
antiguo..., pp. 148-149.
Helánico de Lesbos, hacia finales 63. Lérida, Comen..., pp. 123-160.
del siglo V, que elaboró una crónica
de acontecimientos siguiendo la 64. Lérida, Comen..., pp. 179-193.
lista de sacerdotisas del templo de 65. Lérida, Comen..., pp. 194-202.
Hera en Argos. 66.
Bravo, Historia del..., p. 148
Teopompo fue, al parecer, el más
importante de los historiadores del
49. Tucídides, Historia de la Guerra del Peloponeso siglo IV
(libro I, 97) Roussel, Los hist... p. 137
50. Torres Esbarranch, J. J. en la introducción a la
Historia de la Guerra del Peloponeso. 67. Momigliano, La hist..., p. 173.
51. Canfora, L'historien Thucydude n'a jamais été exilé, 68.
DHA VI 1980, 287-289. Heródoto le presentaba aspectos
52. historiográficos que podían ser
La tradición nos ha legado [la renovados útilmente; Isócrates,
Historia de la Guerra del además de confirmar el
Peloponeso] en ocho libros y — panhelenismo, le indicaba el valor
perdóneseme, pues, por haber de la 'forma literaria'; Antístenes le
imitado la inercial costumbre de clarificaba teóricamente la
tantos editores— sin un título adhesión a la mentalidad
definido. espartana y con ello le armaba el
López, La hist..., p. 24 juicio con la intrépida seguridad de
los convencidos.
Momigliano, La hist... p. 187
53. Ramon Palerm, Estudios..., pp. 6-18.
54. Roussel, Los hist..., p. 94. 69.
55. Shotwell, Hist..., p. 233. Los bizantinos habían llegado a la
56. incontinencia y a habituarse a las
compañías y a beber en las
En cuanto a las acciones
realizadas en el curso de esta tabernas, porque vivían desde
hacía tiempo en régimen
guerra, he evitado tomar mis
democrático. [...] Los calcedonios
informaciones del primero que llegó
y de fiarme de mis impresiones [...] después gustaron la
democracia de los bizantinos, se
personales. Tanto con respecto a
los hechos de los que yo mismo he desmoronó su voluntad,
tornándose en la vida diaria
sido testigo como a aquellos que
otros me han relatado, he beodos y pródigos, de sabios y
mesurados que eran.
procedido en todos los casos a
fragmento 62 [65], obtenido de
efectuar verificaciones lo más
escrupulosas posibles. Momigliano, La hist... p. 191
Tucídides (I, 22).
70. Shotwell, Hist..., p. 243.
57. Shotwell, Hist..., p. 234. 71. Momigliano, La hist..., p. 23.
58. Burrow, Hist..., p. 81. 72.
59. Es un autor de primer orden, pleno,
Para hallar a quien matar, los penetrante, conciso, casi un
lacedemonios solo tenían Tucídides en pequeño.
dificultades en la elección. Sin Cicerón, obtenido de Roussel, Los
duda, fue un dios el que, en esta hist..., p. 136.
ocasión, les ofreció una tarea como
no habrían soñado nunca en 73.
pedirla en sus plegarias. Utilizó [...] relatos de valor dudoso y
Jenofonte (IV, 4, 12). chismes de corte, pero no por ello
tuvo menos éxito.
60. Roussel, Los hist..., p. 137.
Menor, pues para algunos, [...] su
extensa y variada obra sigue 74.
siendo un filón tanto para Cada vez que Ptolomeo, hijo de
comentarios históricos como para Lago, y Aristóbulo, hijo de
teorías historiográficas de todo Aristóbulo, autores ambos de una
tipo. 'Historia de Alejandro', están de
López, La hist... acuerdo sobre un punto, relataré lo
que ellos han dicho como un hecho
61. Lérida, Comen..., pp. 9-10. seguro.
Arriano, obtenido de Roussel, Los
62. Lérida, Comen..., pp. 161-178. hist..., p. 153
75. Châtelet, «La filosofía platónica de la historia» en no estaban capacitados para
revelarnos lo que iba a suceder
Nac...
después de ellos y, en segundo
76. lugar, porque es el género que
Estos historiadores 'secuestran' el siempre ha sido más útil
intelecto del lector mediante relatos Polibio (IX, 2), pasaje obtenido de
fantásticos, inventan y atribuyen a Roussel, Los hist..., p. 178
los protagonistas de la historia
discursos inverosímiles, y dan pie a
excursos que se apartan de los 89.
motivos principales. Polibio y Posidonio estuvieron en
López, La hist..., p. 38 condiciones de explicar el ánimo
de los griegos dominados por
Roma —también de razonar, desde
77. Grant, Hist..., p. 142. su personal perspectiva, las fases
78. de la expansión de aquella nueva
[Polibio] lo acusó de mentiroso y de potencia en relación al entorno
tonto, le reprochó no haber sido (Cartago, estados helenísticos,
más que un historiador de pueblos bárbaros)—, pero de
gabinete, perdido en los libros y los ningún modo fueron capaces de
documentos acumulados sin entender a Roma en su complicado
espíritu crítico, sin el menor entramado sociocultural.
conocimiento sobre las realidades López, La hist..., p. 42
de la política y la guerra.
Roussel, Los hist..., pp. 162-163 90.
Es duro contra los publicanos y en
79. particular ataca la explotación de
[Timeo] se apercibe de que Roma, Hispania y de la Galia por parte de
por efecto de la victoria sobre Pirro, comerciantes y financieros
estaba sustituyendo a los griegos romanos.
en la posición de enemiga de Momigliano, La hist..., p. 233
Cartago. [...] Timeo reconocía que
Cartago y Roma estaban en el 91.
mismo plano. [Dionisio] realizó su trabajo sin
Momigliano, La hist..., p. 218 espíritu crítico, pero con mucha
seriedad, a pesar del abuso de los
80. Shotwell, Hist..., p. 245. discursos y otros procedimientos
retóricos.
81. Cruz Andreotti, Polibio. Historias. (introducción) pp. Roussel, Los hist..., p. 201
XVI-XIX.
82. Momigliano, «Polibio, Posidonio y el imperialismo
92.
romano». Incluido en La historiografía griega.
No procede ver en su obra ni el
83. Polibio, Historias (III, 28, 2). más mínimo atisbo de crítica
84. Polibio, Historias (X, 32, 7-12). historiográfica; al contrario, una
85. evidente inclinación ideológica a la
monarquía hace de ella el producto
Esto no ha de interpretarse de inofensivo que los tiempos
modo banal, como si Polibio
demandaba.
hubiese capitulado moralmente e López, La hist..., p. 144
intelectualmente frente a los
romanos y se hubiese
transformado en su agente. 93. Según López, en La hist... pp. 130-150.
Momigliano, La hist..., p. 230 94.
Zósimo había sido el Polibio de la
86. Según López, La hist..., pp. 39-40. Decadencia romana.
87. Momigliano, La hist..., p. 243
A pesar de su aparente rigor, los
ensayos teóricos de Polibio no 95. Véase como ejemplo la lista incompleta de Grant,
eran siempre muy sólidos. Hist..., pp. 150-164.
Roussel, Los hist..., p. 181 96. Grant, «Desinformación y desaciertos» en los Hist...
97. Grant, Hist..., pp. 175-176.
88.
98. Châtelet, Nac..., p. 21.
He optado por la historia
pragmática, ante todo porque se 99.
trata de una historia cuya materia [Heródoto] confunde la majestad y
se renueva sin cesar y que exige la amplitud de una civilización con
un tratamiento muy original, por el su antigüedad, [...], sin esforzarse
hecho de que nuestros precursores casi nunca por determinar el lapso
de tiempo que separa los arrastrar por ciertos motivos
acontecimientos. personales. Grant, Hist..., p. 88
Châtelet, Nac..., p. 22
103.
100. Châtelet, «El espíritu historiador y la concepción El retrato que en ella [la Anabasis]
griega del devenir humano» en Nac... se nos hace de otro líder griego,
101. Grant, Hist..., p. 89. Menón, resulta completamente una
difamación, por tratarse de un
102.
enemigo personal del autor.
Tucídides, tan interesado en Grant, Hist..., p. 89
mantenerse atento a la objetividad,
critica al estadista y financiero
Cleón basándose no solo en 104. Grant, Hist..., pp. 89-90.
razones objetivas sino dejándose 105. Grant, Hist..., p. 93.

Bibliografía

General
Bravo Castañeda, Gonzalo: Historia del mundo antiguo: Una introducción crítica. Alianza, Madrid, 1994. ISBN
84-206-2773-9
Burrow, John: Historia de las Historias: de Heródoto al siglo XX. Crítica, Barcelona, 2009. ISBN 84-7423-699-6
Grant, Michael: Historiadores de Grecia y Roma: información y desinformación. Alianza Editorial, Madrid, 2003.
ISBN 84-206-5606-2
López López, Matías: La historiografía en Grecia y Roma: Conceptos y autores. Departament de Geografía i
Historia, Universitat de Barcelona, Lleida, 1991.
Momigliano, Arnaldo: La historiografía griega. Crítica, Barcelona, 1984. ISBN 84-7423-243-0
Roussel, Denis: Los historiadores griegos. Siglo XXI, Buenos Aires, 1975.
Shotwell, James T.: Historia de la historia en el mundo antiguo. Fondo de Cultura Económica, Madrid, 1982.
ISBN 84-375-0215-2

Monografías
Andrade, Nora (editora): Discurso y poder en la tragedia y la historiografía griegas. Editorial Universitaria de
Buenos Aires, 2003. ISBN 950-23-1264-3
Châtelet, François: El nacimiento de la Historia: la formación del pensamiento historiador en Grecia. Siglo XXI,
1978. ISBN 84-323-0322-4
Lérida Lafarga, Roberto: Comentario histórico de la Helénicas de Oxirrinco. Institución Fernando el Católico,
Diputación de Zaragoza, 2007. ISBN 84-7820-912-5
López Eire, Antonio y Schrader, Carlos: Los orígenes de la oratoria y la historiografía en la Grecia clásica.
Departamento de Ciencias de la Antigüedad de la Universidad de Zaragoza. 1994. ISBN 84-600-8987-8
Ramón Palerm, Vicente: Estudios sobre Tucídides. Ensayo de un repertorio bibliográfico (1973-1995).
Departamento de Ciencias de la Antigüedad de la Universidad de Zaragoza. 1996. ISBN 84-920431-2-1

Fuentes primarias
Heródoto (1987/1992). Historia. Obra completa. Madrid: Editorial Gredos.

Volumen I: Libros I-II. Trad. y notas de C. Schrader. Intr. de F. Rodríguez Adrados. Rev.: M. Jufresa Muñoz,
1992 [1ª edición, 4ª impresión]. ISBN 978-84-249-3482-8.
Tucídides (1990/1992). Historia de la Guerra del Peloponeso. Madrid: Editorial Gredos.

(1990) Libros I-II. Trad. y notas de J. J. Torres Esbarranch. Intr. general de J. Calonge. Rev.: E. Rodríguez
Monescillo. ISBN 84-249-1443-0.
Enlaces externos
PARMEGIANNI, Giovanni (ed.): Between Thucydides and Polybius: The Golden Age of Greek Historiography
(Desde Tucídides hasta Polibio: la edad de oro de la historiografía griega), 2014.

Portada con directorio electrónico en el lado izquierdo (https://chs.harvard.edu/CHS/article/display/5851), en


el sitio (https://chs.harvard.edu) del Centro de Estudios Helénicos (CHS o Center for Hellenic Studies),
institución de Washington afiliada a la Universidad de Harvard y dirigida por Gregory Nagy.

Para las citas: Parmegianni, Giovanni. 2014. Between Thucydides and Polybius: The Golden Age of Greek Historiography.
Hellenic Studies Series 64. Washington, DC: Center for Hellenic Studies.

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