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Introducción

A fines del 2001, se promulgó la Ley N°27584


Es por lo antes expuesto que, en el presente trabajo, se desarrollará el contenido del
proceso contencioso administrativo, deteniéndonos en su naturaleza jurídica así como en
las etapas que posee. Por otro lado, se examinará los mismos puntos para el proceso de
urgencia sumado a un análisis sobre los requerimientos necesarios que supone esta vía
excepcional y los postulados taxativos que se pueden tutelar por este. Todo esto permitirá
puntualizar las diferencias entre ambos procesos y delimitar los supuestos de acción de
cada uno.

1.- Proceso Contencioso Administrativo

1.1.- Naturaleza Jurídica

La acción contenciosa administrativa está prevista en el artículo 148 de la Constitución


Política del Perú. A su vez, se encuentra regulada en el TUO de la Ley N° 27584, donde se
le denomina PROCESO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO. Mediante este, el Poder
Judicial ejerce el control jurídico de las actuaciones de la administración pública sujetas al
derecho administrativo y, además, la tutela de los derechos e intereses de los
administrados; como la ha dispuesto el artículo 1° de la mencionada ley.
De esta manera, Priori señala que el Proceso Contencioso Administrativo es un proceso
instrumento por medio del cual se despliega la función jurisdiccional del Estado (2010 p.31).
Así, mediante el proceso contencioso administrativo se pretende: i) la tutela de las
situaciones jurídicas de los administrados frente a cualquier actuación u omisión de la
administración y ii) garantizar el sometimiento de la Administración a la revisión de
constitucionalidad y de legalidad en su actuación y omisión.
Esto es respaldado por Roxana Jimenez, cuando señala que “tiene un aspecto objetivo
(control de constitucionalidad y legalidad de la actuación administrativa) y un aspecto
subjetivo (tutela jurisdiccional adecuada de las pretensiones de las partes frente a la
actuación de la Administración Pública), por lo que es un contencioso administrativo
objetivo-subjetivo.” (2012 p. 5)
Por otro lado, este proceso además de ser un instrumento de control de la Administración
Pública y la legalidad, es un instrumento de tutela procesal dispensada por el ordenamiento
jurídico a favor de los particulares y sus posiciones jurídicas.
La actual regulación del contencioso administrativo fue reformulada en función al derecho
a la tutela judicial efectiva pues este el contenido de este derecho exige que en ningún caso
el particular quede desprovisto de medios efectivos para tutelar sus situaciones jurídicas,
sus pretensiones. Por consiguiente, el derecho a la tutela judicial efectiva es una garantía
de la permanente obligación estatal de articular todos los medios procesales posibles para
la defensa de los derechos e intereses de los ciudadanos, teniendo como objetivo final, la
solución de los conflictos e incertidumbres con relevancia jurídica.

La Resolución que agota la vía administrativa, podrá impugnarse mediante el Proceso


Contencioso Administrativo, el cual se regirá por las normas contenidas en el TUO de la
Ley N.º 27584, Ley que regula el Proceso Contencioso Administrativo.
A partir de ello, el Juez especializado en lo contencioso administrativo (si bien ciertamente
el ámbito de actuación del Estado es tan amplio y diverso que no puede hablarse
propiamente de especialización, ésta se referirá a las pautas procedimentales y finalidad
antes explicada, por la condición de los legitimados para demandar y su relación frente al
Estado) debe mantenerse atento a aplicar los principios de este proceso, los cuales siempre
servirán para llenar de contenido los vacíos de las normas.
Ahora bien, el Proceso Contencioso Administrativo comparte, como es evidente, los
principios procesales y derechos básicos, como el de tutela jurisdiccional efectiva,
independencia e imparcialidad de los órganos jurisdiccionales, igualdad, economía
procesal, etc. Asimismo, cuenta con principios propios como lo son el de integración,
igualdad procesal, favorecimiento del proceso, y suplencia de oficio:
● Principio de Integración. “Los jueces no deben dejar de resolver el conflicto de
intereses o la incertidumbre con relevancia jurídica por defecto o deficiencia de la
Ley. En tales casos, deberán aplicar los principios del derecho administrativo.”
(artículo 2.1 del T.U.O. de la Ley 27584).
● Principio de igualdad procesal. “Las partes en el Proceso Contencioso
Administrativo deberán ser tratadas con igualdad, independientemente de su
condición de entidad pública o administrado.” (artículo 2.2 del T.U.O. de la Ley
27584).
● Principio de favorecimiento del proceso. “El Juez no podrá rechazar liminarmente la
demanda en aquellos casos en los que por falta de precisión del marco legal exista
incertidumbre respecto del agotamiento de la vía previa. Asimismo, en caso de que
el Juez tenga cualquier otra duda razonable sobre la procedencia o no de la
demanda, deberá preferir darle trámite a la misma.” (artículo 2.3 del T.U.O. de la
Ley 27584).
● Principio de Suplencia de Oficio. “El Juez deberá suplir las deficiencias formales en
las que incurran las partes, sin perjuicio de disponer la subsanación de las mismas
en un plazo razonable en los casos en que no sea posible la suplencia de oficio.”
(artículo 2.4 del T.U.O. de la Ley 27584).

1.2 Primera etapa del proceso ordinario:

1.2.1 Interposición de Demanda


La demanda es el acto procesal que da por inicio el proceso administrativo. En esta se
establece la relación jurídica procesal pues contiene enunciados a los sujetos de la relación
procesal (demandante, demandado y órgano jurisdiccional)
Asimismo contiene la o las pretensiones. En ella se establece tanto el pedido concreto que
en la demanda se formula, así como los fundamentos de hecho de ese pedido.

1.2.2 Calificación de la demanda


Es el momento en el cual el Juez revisa de manera preliminar que la demanda cumpla con
los requisitos de admisibilidad o procedencia establecidos en el TUO de la Ley 27584, así
como los exigidos por el Código Procesal Civil.
a) Los requisitos de admisibilidad (artículo 22° del TUO de la Ley N° 27584) son requisitos
procesales de forma que la demanda debe tener. La demanda del proceso administrativo
debe contener todos los requisitos establecidos en el Código Procesal Civil, además de los
previstos en leyes especiales. Así ciertos supuestos de inadmisibilidad son por falta de
claridad en su petitorio, una deficiente fundamentación jurídica falta de señalamiento de
Casilla Electrónica proporcionada por el PJ, entre otros.
.
b) Los requisitos de procedencia (artículo 23° del TUO de la Ley N° 27584) son requisitos
procesales de fondo de la demanda. No son simple formalidades, sino requisitos que suelen
redundar en la validez de la relación jurídica procesal que se instaura con la demanda.
Algunos supuestos de improcedencia son falta de interés para obrar, por no competencia o
por petitorio(s) jurídicamente imposible.

1.2.3 Notificación y traslado


Es el acto de comunicación a todos los que son demandados en el proceso, de que existe
una demanda en su contra. Se trata de un acto de comunicación completo, en la medida
que es necesario que se señala con los exactos términos en los que se ha planteado la
demanda. Es el presupuesto para el ejercicio del derecho de defensa del demandado.
Se encuentra regulado en el artículo 28° del TUO de la Ley N° 27584

1.2.4 Contestación
Es el acto procesal mediante el cual la parte demandada ejerce su derecho de defensa. Es
necesario señalar que en los procesos administrativos la administración no es la única que
tendrá la condición de demanda en el proceso. El artículo 27.2 de la ley establece el plazo
de diez días para contestar la demanda, contados desde la notificación de la resolución que
la admite a trámite.

1.3.- Segunda etapa del proceso ordinario (etapa probatoria)


La etapa probatoria es parte de la actividad procesal del proceso contencioso
administrativo, cuyo objeto es presentar pruebas que las partes implicadas consideren
pertinentes dentro de un plazo señalado por la ley. Julio Prat señala que “la prueba en el
proceso anulatorio (contencioso administrativo) se regula por los principios generales del
derecho procesal, sin perjuicio de las peculiaridades propias a esta clase de juicios. Es
justamente en esta etapa procesal en donde más se pone en manifiesto la existencia de
reglas especiales que derogan al derecho común” (1982, p.178).
En el ordenamiento peruano, lo relativo a la etapa probatoria se encuentra en el Subcapítulo
III (“Medios Probatorios”) del Capítulo IV (“Desarrollo del Proceso”) del Decreto Supremo
N°011-2019-JUS (en adelanteTUO de la Ley N° 27584).
Ahora bien, el alcance de la actividad probatoria, está regulada en el artículo 29 del TUO
de la Ley N° 27584, la cual se restringe a las actuaciones recogidas en el procedimiento
administrativo, salvo que se produzcan nuevos hechos o que se trate de hechos que hayan
sido conocidos con posteridad al inicio del proceso. En cualquiera de estos supuestos,
podrá acompañarse los respectivos medios probatorios. Asimismo, en el último párrafo, se
agrega que en el caso acumularse la pretensión indemnizatoria (que es el daño causado
con alguna actuación impugnable mediante proceso contencioso administrativo) podrán
alegarse todos los hechos que le sirvan de sustento, ofreciendo los medios probatorios
pertinentes. Por otra parte, es importante añadir que debe tenerse en cuenta las normas
del Código Procesal Civil, ya que son de aplicación
supletoria.
Por otra parte, el artículo 32 del TUO de la Ley N° 27584 señala que la carga de la prueba
es para quien afirma los hechos que sustenten su pretensión que, en su mayoría de veces,
es para el actor que demanda a la Administración. Alberto Hinostroza señala que la carga
de la prueba es “el conjunto de reglas de juicio que le señala al magistrado la manera como
resolverá en aquellos casos de omisión de pruebas o pruebas de oficio. Así, como el Juez
no puede inhibirse de expedir el correspondiente fallo, tales reglas le ayudarán a
pronunciarse sobre el asunto” (2011, p.420).
Ahora bien, debido a que la carga de la prueba, en su mayoría, está en el poder de la
Administración, existe, como señala Prat, una situación de institucional inferioridad entre
actor y la demandada; por ello, el artículo 33 del TUO de la Ley N° 27584 expresa que las
entidades administrativas deben facilitar las pruebas solicitadas por el Juez, en caso de
incumplimiento se podrá aplicar las respectivas sanciones del artículo 53 del Código
Procesal Civil.
1.4.- Tercera etapa del proceso ordinario (etapa de alegaciones)
Después presenciar la etapa probatoria, las partes implicadas comenzarán a argumentar
utilizando los medios idóneos y legales que son permitidos en el Proceso Contencioso
Administrativo. De esta manera, esta etapa se dividirá en dos: actividad cautelar y actividad
impugnatoria.
1.4.1.- Actividad cautelar
Con respecto a la actividad cautelar, está compuesta por el uso de medidas cautelares las
cuales se definen como: “Aquella institución procesal mediante la cual el órgano
jurisdiccional, a instancia de parte, asegura la eficacia o el cumplimiento de la sentencias a
dictarse en el proceso que dirige, anticipando todos o determinados efectos del fallo, en
razón de existir verosimilitud en el derecho invocado y peligro en que la demora en la
sustanciación de la decisión judicial no pueda reintegrar a la parte vencedora en el juicio la
totalidad de su derecho” (Hinostroza, 2011, p.423). En otras palabras, la medida cautelar
tiene como fin que el tiempo que demora el proceso no termine por perjudicar al titular de
la situación de la situación jurídica de ventaja.
Por otra parte, el artículo 38 del TUO de la Ley N° 27584 establece sus requisitos, los cuales
se resumen en: apariencia de buen derecho (art. 38, inciso 1); peligro en la demora (art. 38,
inciso 2); y adecuación (art. 38, inciso 3). Asimismo, existen otros requisitos regulados en
el Código Procesal Civil (aplicable a medidas cautelares por disposición del último párrafo
del artículo 38 delTUO de la Ley N° 27584).
Por otro lado, en el artículo 29 del TUO de la Ley N° 27584 se mencionan que son
especialmente procedentes las medidas cautelares de innovar y de no innovar. Con
respecto a la medida cautelar de no innovar, se sostiene que “es una medida cautelar que
tiene por objeto el mantenimiento de la situación de hecho existente al tiempo de ser
decretada con relación a las cosas sobre las que versa el litigio” (Álvarez Julia; Neuss; y
Wagner, 1990, p.443). Mientras que la medida cautelar de innovar, según Hinostroza, es
“aquella diligencia cautelar de carácter excepcional, ordenada de oficio o a petición de
parte, cuyo objeto es reponer un estado de hecho o de derecho, siendo menester que se
despliegue una actividad (innovativa) que modifique nuevamente el mundo exterior para
lograr así tal reposición” (2011: 441).
Se presentará un extracto del expediente N° 06332-2017-78-1801-JR-CA-04 de la Corte
Superior de Justicia de Lima como modelo para ilustrar cómo se solicita un otorgamiento
de Medida Cautelar Innovativa:
“La empresa recurrente […], solicita como Medida Cautelar Innovativa: se declare la
suspensión de los efectos de la Resolución N° 0604-2017- TCE-S1 [..], dictada por
la Primera Sala del Tribunal de Contrataciones del Estado; y por tanto, la suspensión
de todas las consecuencias jurídicas que se puedan derivar de la precitada
resolución, en el Concurso Público N° 003-2016/MDLM, convocado por la
Municipalidad de La Molina para el “Servicio de Mantenimiento de Áreas Verdes en
el distrito de La Molina”; asimismo, se ordene que la Municipalidad Distrital de La
Molina se abstenga de iniciar o continuar con un nuevo proceso de selección o
contratación similar a la Buena Pro del Concurso Público N° 003-2016/MDLM [...] ;
se ordene se reponga su situación de derecho que fuese alterada a consecuencia
de los efectos de la Resolución N° 0604-2017-TCE-S1 […], de modo que se le
restituya como ganadora de la Buena Pro del Concurso Público N° 003-2016/MDLM
[…]”
1.4.2.- Actividad impugnatoria.
En esta actividad se hace uso de recursos, el cual es un “medio impugnatorio dirigido a
lograr la revisión de una resolución judicial afectada de vicio o error de forma o de fondo, a
efecto de que sea revocada o invalidada, total o parcialmente, por el órgano jurisdiccional
superior, que deberá emitir una nueva decisión al respecto u ordenar al inferior jerárquico
que lo haga de acuerdo a los considerandos del primero” (Hinostroza, 2011, p.449). De esta
manera, se convierte en un derecho, el cual posee doble finalidad; primero, servir de
garantía al ciudadano; segundo, herramienta de control interno de la organización judicial.
El artículo 34 del TUO de la Ley N° 27584 establece cuatro recursos: recurso de reposición
(contra los decretos a fin de que el Juez los revoque); recurso de apelación (contra
sentencias -excepto las expedidas en revisión-y autos- excepto los excluidos por ley-);
recurso de casación (contra sentencias expedidas en revisión por las Cortes Superiores y
autos expedidos por las Cortes Superiores que, en revisión, ponen fin al proceso); y recurso
de queja (contra las resoluciones que declaran inadmisible e improcedente el recurso de
apelación o casación. Asimismo, procede contra la resolución que concede el recurso de
apelación con un efecto distinto al solicitado).
Un ejemplo de un recurso de casación es el Auto Calificatorio del Recurso Casación N°
14420 - 2016 Lima:
“[…] viene a conocimiento de esta Sala Suprema el recurso de casación interpuesto
por la empresa demandante […], contra la sentencia […], que revocó la sentencia
de primera instancia de fecha treinta y uno de julio de catorce […]”
1.5 Cuarta etapa del proceso ordinario (sentencia)
La sentencia se encuentra normada en Capítulo VII (“Sentencias”) del Decreto. Por otra
parte, la doctrina define la sentencia como “la resolución que pronuncia el Tribunal con
aplicación de la ley sobre el punto o cuestión que ante él se controvierta. En cuanto la
sentencia resume y concreta la comprobación realizada por el juez sobre los hechos y el
derecho aplicable, es un acto de inteligencia; pero en cuanto la voluntad de la ley se
concreta en una orden o resolución, la sentencia constituye un acto de voluntad”
(Moreno,1984, p.177). Para Ovalle Favela, la sentencia es “la resolución que emite el
juzgador sobre el litigio sometido a su conocimiento y mediante la cual normalmente pone
término al proceso” (1980:146).
Por otra parte, el TUO de la Ley N° 27584, en el artículo 42, establece la posibilidad de
transacción o conciliación en cualquier momento del proceso, lo cual conlleva a un ahorro
procesal.
2. Proceso de urgencia
Este proceso se regula dentro del Texto Único Ordenado de la Ley Nº 27584 que regula el
proceso contencioso-administrativo (en adelante, TUO de la Ley Nº 27584). Ella permite
utilizar el proceso urgente como vía sumarísima para darle pronta respuesta a aquellas
materias que no pueden esperar los largos plazos del proceso contencioso ordinario
(Balazar, 2012, p.141).

2.1. Naturaleza jurídica


A lo largo de la historia se ha podido observar los avances del derecho en cuanto protección
jurisdiccional. A modo de ejemplo tenemos, luego de la postguerra, la III República de
Francia dio un rango primordial a la jurisdicción administrativa. Con ello le siguió EE.UU.
que asignó 3 funciones a los tribunales jurisdiccionales. Todo esto conllevo a hablar de la
tutela jurisdiccional (Sumario, s/a, p.122).

En el Perú la tutela jurisdiccional es un eje esencial del proceso contencioso-administrativo;


sin embargo, ha surgido situaciones jurídicas que no pueden ser tuteladas pues no existen
o no son suficientes los procesos que existen en la norma peruana. Ante ello, se crea un
espacio para el nacimiento de la tutela diferenciada; es decir, una tutela específica para un
grupo de casos especiales.
Aquí es donde se ubica la promulgación del Decreto Supremo N°018-93-JUS, TUO de la
ley N°27584, en la cual se menciona dos procesos: proceso especial y proceso urgente.
Según esta norma, el proceso urgente es aquel que de manera abreviada se ocupa de
casos en los cuales se violan derechos de los administrados. Pero no implica que solamente
haya un derecho afectado sino que estén presentes los requisitos y pretensiones que la ley
le asigna para su uso.

Como se mencionó en el párrafo anterior, la naturaleza de este proceso es uno de tutela


diferenciada. Este tipo de tutela “se presenta como una respuesta del Derecho Procesal a
las nuevas situaciones complejas que se generan en la vida de relación del hombre,
tomando en cuenta que la tutela ordinaria (proceso de cognición) no admite la posibilidad
de una respuesta inmediata, sino más diferible en el tiempo” (Hurtado, 2006, p.465). Por lo
tanto, ante la afectación de derechos fundamentales se necesita una actuación inmediata
que pueda protegerlos.
2.2. Requerimientos necesarios para que se proceda aplicar el proceso urgente
En el artículo 25 del TUO de la Ley Nº 27584 se indica que existen tres requisitos que deben
estar presentes para el mérito de la demanda. Cabe agregar que, como menciona Omar
Sumaria, estos requisitos no son “de predictibilidad” sino “de fondo”(s/a, p.137).
En primer lugar, la existencia de un interés tutelable cierto y manifiesto, esto significa que
debe de existir la certeza sobre la existencia del derecho discutido, es decir, una garantía
objetiva y cierta (Jiménez, 2008, p.10). Por lo tanto, no se cumple el requisito si el interés
es dudoso o requiere de búsqueda exhaustiva.
En segundo lugar, la existencia de una necesidad de tutela impostergable. La tutela de
urgencia se basa en una “urgencia pura” que responde a una demostración a primera vista
de la existencia de una situación urgente (Sumaria, s/a, p.137). Si bien las medidas
cautelares apuntan a esta urgencia, esta última se diferencia por ser “funcional, es decir, es
necesaria la revisión del proceso principal para proceder con una cautelar. En cambio en la
“urgencia pura” se tiene como objetivo prevenir y evitar la aparición de un daño mediante
un pronunciamiento inmediato. Por consiguiente, luego de ver si existe un interés afectado,
debe determinarse si este necesita una atención inmediata ante un ineludible peligro de
demora del proceso principal.
En tercer lugar, que esta vía sea la única eficaz para la tutela del derecho invocado. Aquí
es necesario preguntarnos si un proceso diferente al de urgencia, por ejemplo los tipo
cognitivo declarativos, serían necesarios y eficaces para la tutela de un derecho que
necesita rápida atención. Este requisito debe siempre relacionarse con los dos ante
mencionados, es decir, existe un interés tutelable con necesidad impostergable que tenga
como única vía el proceso contenciosos administrativo. Cabe agregar, el uso del término
“única vía” no significa que obligatoriamente deba agotarse todas las vías procedimentales
para acceder a este proceso, ello en base a dos razones. Por un lado, la norma no menciona
que deba exigirse el agotamiento de vías procedimentales ni que se prohíba la existencia
de uno con anterioridad. Por otro lado, no se puede exigir el agotamiento cuando se trata
de la vulneracion derechos fundamentales, por ejemplo el derecho de pensión.

Por consiguiente, las demandas contencioso administrativas cuyas pretensiones no


cumplan estos requisitos se tramitarán en proceso ordinario del artículo 27 del T.U.O. de la
Ley Nº 27584.
2.3 Postulados que se tramitan en vía de proceso urgente
Los postulados que se tramitan en vía del proceso urgente, son fundamentalmente tres. Por
un lado, se tiene la pretensión del cese de cualquier actuación material, que no se sustente
en acto administrativo. Esta pretensión se generará cuando a través de una potestad
pública, se procede a afectar la esfera jurídica de una persona sin motivación, es decir, sin
la existencia de justificación alguna. En la doctrina nacional se conoce como vía de hecho
y se está frente a la vulneración de una de las libertades del administrado.

Según Bazalar, se puede graficar esta pretensión en el caso de un funcionario con potestad
gerencial, que procede a prohibir el ingreso a uno de sus trabajadores en el centro laboral,
alegando que la relación laboral ha concluido y por ende, será notificada por escrito (lo cual
nunca sucede).(202, p.143). En esta situación, se puede apreciar que se ha procedido a
vulnerar el derecho al debido proceso, a la defensa y a la motivación. Por lo que, frente a
éste caso, es de gran importancia tener protección y tratar de resolver el conflicto de manera
inmediata

Por otro lado, se tiene la pretensión vinculada al cumplimiento por la administración de una
determinada actuación a la que se encuentre obligada por mandato de la ley o acto
administrativo firme. Esta pretensión se ejecuta cuando, por ejemplo hay casos en los que
no se procede a otorgar la bonificación por años de servicio, luto o sepelio a un
trabajador.(Bazalar, 2012, p.144) . En este caso, lo que sucede es que al no cumplimiento
de la Administración, la vía judicial establece el cumplimiento de ésta ley y al mismo tiempo,
sanciones a los funcionarios involucrados. Como ya se mencionó,” el proceso urgente se
fundamenta en la protección de aquellos derechos constitucionales que pueden ser
resueltos por la justicia ordinaria, sin necesidad de acudir a un proceso constitucional”
(Bazalar 2012, p.144)

Finalmente, se tiene la pretensión relativa a materia previsional referida al contenido


esencial del derecho a la pensión. En este caso, la pretensión se ejecutará en razón a la
vulneración del derecho de pensión en dos supuestos. El primero, cuando no se permite el
ingreso a un sistema de pensiones, ya sea dependiente o independiente y el segundo, se
dará cuando a pesar de cumplir con todos los requisitos para la ejecución de la pensión,
éste no se ejecuta. Teniendo en cuenta que este derecho es un derecho fundamental y
urgente, no se puede responder al administrado mediante un proceso contencioso
ordinario, sino uno que implique mayor celeridad, es decir, el proceso urgente.

2.4 Etapas del proceso de urgencia:


Al tener en cuenta que la naturaleza jurídica del proceso contencioso administrativo urgente
está basada en la defensa del contenido esencial del derecho fundamental a la pensión de
los servidores públicos, se puede reconocer que éste proceso es una vía judicial específica
que presenta etapas, las cuales se desarrollarán a continuación

2.4.1 Presentación de la demanda


La presentación de la demanda es la primera etapa del proceso urgente. En esta
situación, el administrado que ha sido afectado procede a presentar su demanda al juez
especializado en el ámbito de lo Contencioso Administrativo

2.4.2 Admisibilidad de la demanda


En esta segunda etapa, el juez procede a emitir un auto que básicamente es la resolución
la cual afirma la admisión de la demanda y al ser admitida, se procede a trasladar esta
resolución a los demandados. Se tiene que tener en cuenta que si no se ha cumplido
con todos los requisitos contemplados en el proceso urgente, esta demanda será
atendida en el proceso especial.

2.4.3.Absolución de la demanda
Cuando se habla de la absolución de la demanda, ésta está referida a la contestación
por parte del demandado que debe presentarse en un plazo de tres días hábiles.

2.4.4. Sentencia de la demanda


Esta etapa implica que con la existencia o no de contestación por parte del demandado,
en un plazo de cinco días, el juez procederá a emitir la sentencia. La regla general en el
proceso contencioso administrativo es que antes de proceder a emitir una sentencia, es
necesario el dictamen fiscal por parte del Ministerio Público. Sin embargo, al estar en un
proceso urgente, no existe la necesidad de un dictamen fiscal ya que al haberlo, se
estaría perdiendo la naturaleza de urgencia y la celeridad en el caso.

2.4.5. Notificación
Finalmente, la notificación es considerada la última etapa del proceso de urgencia en el
que se procederá a notificar a las partes. Si es que alguna de las partes se considera
desfavorecida, tendrá un plazo de cinco días para presentar una apelación. “El juez al
conceder este recurso, lo concede con un efecto suspensivo, es decir, los efectos de la
sentencia se suspenden hasta que se resuelva la apelación” (Pacori, 2015). Además,
es importante recalcar que si se obtiene una sentencia favorable en segunda instancia
el proceso culmina y por ende, no existiría la posibilidad de interponer una casación.

3.- Diferencias entre el proceso ordinario y el proceso urgente


Luego del análisis presentado en el presente trabajo se ha reconocido las siguientes
diferencias:
En primer lugar, podemos observar que existe una gran diferencia en cuanto a los plazos.
Por un lado, en el proceso ordinario el plazo de la contestación es de 10 días, mientras,
que en el proceso urgente es 3 días. Asimismo, se puede apreciar la diferencia respecto
del órgano jurisdiccional competente. Debido a que en el proceso ordinario tiene un plazo
de 15 días, en cambio, en el proceso urgente es al instante ya que tiene como finalidad
la celeridad del proceso.

En segundo lugar, y acorde al párrafo anterior, en el proceso ordinario,el dictamen fiscal


es de gran importancia, cuando la actuación impugnable de la administración pública
vulnere o amenace un interés difuso. Sin embargo, en el proceso urgente no es
necesario el dictamen del fiscal, pues se estaría dejando de lado la esencia de la
celeridad del proceso.

En tercer lugar, las pretensiones en el proceso urgente están reguladas taxativamente


en el artículo 25 del TUO de la Ley 27854, mientras que en el proceso ordinario no existe
una restricción respecto de las pretensiones

Finalmente, con respecto a los requisitos que se exige en ambos procesos podemos
observar que el proceso ordinario sólo excluye a los requisitos del proceso urgente, es
decir, si se cumple los tres requisitos se tramita por proceso urgente y si no se cumple
pasa a proceso ordinario.

4. Conclusión:
Consideramos que la finalidad que intenta recoger el proceso contencioso de
urgencia, es que el proceso tenga celeridad la cual no es satisfecha. Ya que, el legislador
ha intentado con buenas intenciones pretender usar los mismos dogmas del proceso
civil pero de manera acelerada. Aquello solo ocasiona que por más que se intente que
el proceso sea breve, seguirá teniendo estas dificultades de un proceso ordinario.
Asimismo, si se le suma la existente carga procesal en el ámbito contencioso
administrativo; conlleva a que la esencia del proceso de urgencia se desnaturalice.

Con respecto a la actuación del Ministerio Público, se concluye que en el año 2019 este
organismo tuvo una participación inestable. Debido a que, en primer lugar, el 14 de
febrero, la Ley N° 30914, dispuso que la Fiscalía ya no intervendría como dictaminador
ni como parte en los procesos contencioso administrativos. Posteriormente, el 7 de Mayo
del mismo año, se dicta el Decreto Supremo N° 011-2019-JUS, incorporando la
actuación del Ministerio Público cuando se vulnere o amenace un interés difuso regulado
en el artículo 14. De esta manera, se estaría configurando inseguridad jurídica en los
administrados.

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