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Deben existir
El espíritu de las leyes, contiene frecuente referencia a la historia antigua. Aporta algunas teorías
novedosas y otras que, si bien reconocen antecedentes importantes -como la división de poderes de
Locke- alcanzan aquí su dimensión definitiva. En primer lugar, la concepción de la ley, que traslada
la idea de ley-mandamiento u orden imperativa, al a idea de ley-relación natural, “Las leyes en su
significado más amplio –señala al comienzo del Espíritu (I, 1)- son las relaciones derivadas de la
naturaleza de las cosas, y en ese sentido, todos los seres tuenen sus leyes”. El mundo material se
mueve según ciertas leyes-relaciones, y si existiera otro, “obedecería a reglas constantes, o sería
destruido”.
Quizá el mayor acierto de Montesquieu radica solo en la anterior clasificación tripartita-hoy clásica
y adoptada por numerosísimas constituciones-, sino en aclarar que tales poderes deben ser ejercidos
por personas distintas. De nada valdrá, por ejemplo, que Venecia distinga los poderes, si luego los
ejercen las mismas personas o, por lo menos, personas con idénticos intereses, “personas de una
misma casta”. Otra consecuencia de la mayor importancia se desprende, algo menos explícitamente,
en este famoso capítulo del Espíritu de las leyes: que las diversas autoridades cuyo poder es
necesario balancear, deben tener funciones y facultades precisamente diferenciadas. La división del
poder logra reducir los riesgos de tiranía; pero sin correlativa división de funciones, cae en el
desorden y la ineficacia. Así pasó con la administración colonial hispana.
Destacaremos dos momentos conmovedores del Espíritu de las leyes: primero, su clamor contra
la Inquisición, que acababa de enviar a la hoguera en Lisboa a una judía de dieciocho años; clamor
que culmina en este discurso; clamor que culmina en este discurso: “Si alguien en la posteridad se
atreve a decir jamás que en el siglo en que vivimos los pueblos de Europa eran civilizados, os
citarán para probar que eran bárbaros; y la idea que se tendrá de vosotros será tal, que desacreditará
a vuestro siglo y hará odiosos a todos vuestros contemporáneos” (XV, 13).
El otro pasaje es esta profunda reflexión, que anticipa la socialdemocracia: “Algunas limosnas que
sea han dado a un hombre desnudo en la calle, no llenan las obligaciones del Estado, el cual debe
asegurar a todos los ciudadanos subsistencia, alimento, vestido digno y los medios de vida que le
permitan sobrevivir sin riesgo” (XXIII, 29)1
De este modo en la vinculación entre el ser humano y su medio ambiente la razón tiene que
entender la forma de relacionarse con el clima, el suelo, la forma de gobierno, el comercio, la
religión y las costumbres de las sociedades. Con esas concepciones se va constituyendo la obra por
la que más se le reconoce El espíritu de las leyes.
El único plan reconocido en la obra El espíritu de las leyes es: como dice Sabine “Seguir las
modificaciones jurídicas e institucionales apropiadas a cada forma de gobierno y las variaciones
requeridas en cada una de ellas por las circunstancias, tanto físicas como institucionales. Pero en
verdad no hay mucha concatenación en la materia y la cantidad de cosas irrelevantes es
extraordinaria.”
En la composición de la obra encontramos temas tan diversos como la misma división de los libros.
Al principio, el autor cuenta la atención a las leyes, en el libro titulado de las leyes en general,
donde aborda las leyes en sus relaciones con los diversos seres, las leyes de la naturaleza y las leyes
positivas.
El libro segundo trata de las leyes que se derivan del gobierno en su forma republicana, monarquía
y despótica y, como consecuencia en libro tercero expone los principios de estas tres formas de
gobierno señalando que los del gobierno republicano están fincados el pueblo; los del monárquico
en la voluntad del supremo poder y los del despótico en que haya un solo gobernante que lo ejerce
según su voluntad y sus caprichos.
Los libros XI y XII contienen el estudio de la libertad política civil y allí es donde se encuentran las
propuestas esenciales del equilibrio de poderes para una adecuada estructura política de la sociedad.
Son diversas las interpretaciones y opiniones que se han hecho sobre esta obra de Montesquieu,
algunas poco atinadas lo que lo obligó a publicar en 1750 su Defensa del Espíritu de las leyes, para
precisar algunas de sus ideas que pretendía tergiversarse. Aunque el libro más consultado en el XI,
es necesario tener una visión general de la misma para identificar sus alcances y también por qué
no, sus limitaciones en nuestro tiempo.2
1
Sanguinetti Horacio, Curso de derecho político, 4ta. Edición, pág. 141
2
El espíritu de las leyes, Montesquieu, Grandes clásicos del Derecho, volumen 5. OXFORD, university Press.
Impreso en México 1999
8. SEÑALE CUATRO PLANTEAMIENTOS BÁSICOS DEL
NEOLIBERALLISMO
El término"socialismo utópico" fue introducido por Karl Marx para distinguir tal
corriente utópica del socialismo científico, basado en un análisis científico de la
realidad social.
El socialismo utópico es la primera corriente del pensamiento moderno socialista,
que se desarrolló entre el siglo XVIII y el XIX en Europa. A fines del siglo XVIII y
comienzos del siglo XIX,la clase burguesa se erige en la clase dominante de lo
que pasaría a llamarse la era de la Revolución Industrial. Existe una serie de
autores llamados 'Socialistas Utópicos' porque consideraban necesario cambiar al
mundo hacia modos todavía no existentes. Ellos comprendían que la economía
industrial estaba en la base de las sociedades que imaginaban, pero de manera
muy distinta a como se daban en ese momento de las primeras décadas luego de
la Revolución Industrial. Pregonaban por sistemas basados en imperativos
morales de felicidad y bienestar general. Se imaginaban distintos diseños de
sociedades alternativas, en las que variaban en sus miradas modélicas.
Owen, quien trató de llevar a la práctica sus ideas sobre la organización del
trabajo y la distribución de la riqueza, estableciendo el seguro social, bibliotecas,
escuelas para niños y adultos, y otras prestaciones para los obreros, en una
comunidad que llamó New Harmony. De ella se derivan los modelos de las
comunidades utópicas. Algunos dicen que las ideas socialistas de Owen
fracasaron porque pretendían, por medio del convencimiento obtener el respaldo
de la sociedad, incluida la burguesía.
Racismo.
Se fundaba en gran parte en la “teoría racial” que proclamaba la superioridad de
una supuesta “raza alemana”; declaraba racialmente inferiores a los judíos, a la
raza negra y, sobre todo, a aquellos provenientes de mezclas de razas. En Mein
Kampf, Hitler llamaba a los judíos los enemigos absolutos de Alemania,
responsables de todos los males y organizadores del capitalismo.
Nacionalismo.
Difundió el amor hacia la patria a la cual se debía subordinar el individuo,
pronunciándose contra todo lo que tenía carácter internacional, como la Iglesia
Católica, el marxismo y el capitalismo.
Autoritarismo.
Uno los pilares del nazismo fue el culto al líder. El partido nazi se basaba en una
rígida jerarquía en donde la obediencia al jefe era la regla.
Pangermanismo. La unión de los pueblos germanos se vió como el primer paso de
la expansión de Alemania por el mundo para recuperar su “grandeza” de antaño.
El pangermanismo
pero por esta ideología se echaron encima el desprercio de los francés. Pero lo
mas contradictorio de este se idealizaron con la teoría sobre la desigualdad de las
razas humanas del francés Gobineu en la que se exaltaba la superioridad de la
raza blanca, además se influenciaron por la eugenesia esto significa una doctrina
que se basa en el perfeccionamiento de una raza mediante técnicas como la
ingeniería genética o selección no natural, obteniéndose sujetos con
características especiales, y Antisemita Los judíos encarnaban, para Hitler, todos
los males que aquejaban a la nación alemana (no judía): eran los proletariados
agitadores, los financistas avaros y los grandes industriales que exprimían al
pueblo alemán; eran la prensa que difamaba a la nación, y también los débiles y
corruptos parlamentarios cómplices de los humillantes tratados de paz y de la
debilidad de la nación. Eran, en síntesis, el enemigo racial, que desde el interior
corrompía y contaminaba a la nación, debilitándola, el judío era el enemigo
absoluto se les consideraba como los envenenadores del pueblo.
14. NACIONAL SOCIALLISMO, PUNTUALICE SUS IDEAS
FUNDAMENTALES