Núcleo Amigdalino, Miedo y Ansiedad

Resumen objetivo elaborado

por el Comité de Redacción Científica de SIIC sobre la base del artículo
Contributions of the Central Extended Amygdala to Fear and Anxiety
de
Shackman A, Fox A
integrantes de
University of Maryland, Baltimore; University of California, Davis, EE.UU.
El artículo original, compuesto por 14 páginas, fue editado por
Journal of Neuroscience
36(31):8050-8063, Ago 2016

Los resultados de múltiples investigaciones señalan que el núcleo amigdalino

central extendido y el núcleo del lecho de la estría terminal juegan un papel
central en el procesamiento de las situaciones de amenaza y en los estados
de miedo y de ansiedad.

Introducción y objetivos tructuras les permite participar en la regulación de la expresión

Se acepta que las respuestas a una amenaza, tanto fásicas
como sostenidas, reflejan circuitos neurales centrados en el
núcleo amigdalino y en el núcleo del lecho de la estría termi-
nal (NLET), que conforman lo que se denomina el núcleo amig-
dalino central extendido (NACE). Los estudios anatómicos han
mostrado que estos núcleos forman una unidad altamente inter-
conectada, que integra información relacionada con la situación
de amenaza y con los estados de miedo y de ansiedad.
Las expresiones anormales de miedo y de ansiedad constituyen
los trastornos neuropsiquiátricos más frecuentes en la actualidad;
estos trastornos contribuyen a la aparición de depresión y de abuso
de sustancias, y se asocian con un alto impacto negativo social
y económico. Por otro lado, los tratamientos disponibles tienen
una efectividad poco firme o se vinculan con eventos adversos
significativos. Los investigadores coinciden en que es necesaria una
comprensión más acabada de los circuitos neurales que controlan
la expresión de miedo y de ansiedad en los seres humanos.
Estudios en seres humanos y en animales han identificado que
algunas regiones del núcleo amigdalino y el NLET juegan un pa-
pel central en la regulación del miedo y de la ansiedad. Sin em-
bargo, no se han dilucidado aún los mecanismos intrínsecos de
estas acciones reguladoras. La simplificación conceptual expresa
que el núcleo amigdalino es responsable de la regulación del mie-
do, mientras que el NLET regula la ansiedad.
En esta revisión, los autores examinaron los estudios sobre la
regulación de la ansiedad y del miedo en seres humanos y en
primates no humanos. Los trastornos de ansiedad se diagnosti-
can sobre la base de síntomas subjetivos, y los estudios en seres
humanos son esenciales para desentrañar los mecanismos neu-
rales. Los estudios en seres humanos, por otro lado, brindan la
oportunidad de generar nuevas hipótesis que luego pueden ser
probadas en modelos d animales (translación invertida). El obje-
tivo de los autores fue facilitar el camino para futuras investiga-
ciones y ofrecer estrategias que contribuyan al conocimiento más
completo de las enfermedades neuropsiquiátricas.
 
Núcleo amigdalino central extendido
En los primates, el NACE abarca un grupo heterogéneo de nú-
cleos ubicados debajo del lóbulo temporal medial, incluidos el
núcleo central de la amígdala, el NLET, las regiones amigdalinas
intermedias, el núcleo medial de la amígdala, el núcleo accum-
bens, la sustancia innominada y la amígdala extendida sublenti-
cular. Los estudios anatómicos han indicado que estas estructuras
constituyen una unidad funcional altamente integrada, tanto es-
tructuralmente como funcionalmente. El núcleo amigdalino está
conectado al NLET a través de la vía ventral amigdalofugal y de
la estría terminal. La posición anatómica y funcional de estas es-
de miedo/ansiedad, en la alerta, la inhibición conductual y la ac-
tividad neuroendocrina.
El NACE puede responder a una variedad de amenazas. Estu-
dios funcionales (por ejemplo, con tomografía por emisión de
positrones [PET]) en primates han permitido a los investigadores
obtener medidas concurrentes de las modificaciones cerebrales
durante las respuestas conductuales defensivas a una variedad de
estímulos interpretados como amenazantes por el sistema neural.
Estos estudios han identificado un aumento de la actividad meta-
bólica del núcleo amigdalino y del NLET, asociado con síntomas
de miedo y de ansiedad. Los estudios con PET en primates pro-
veen un entramado translacional importante para los estudios en
seres humanos.
Una cantidad creciente de datos obtenidos mediante estudios
con resonancia magnética funcional (RMNf) sugiere que el núcleo
amigdalino y el NLET están involucrados por igual, en los seres
humanos, en el procesamiento de las situaciones de amenaza.
La actividad de estos núcleos se observa en respuesta a diversos
tipos de estímulos, incluidos aquellos de tipo pavloviano, imáge-
nes aversivas y rostros con expresiones emocionales. La activación
neural del NACE predice cambios concurrentes en la fisiología
periférica (aumento del cortisol circulante, cambios en la conduc-
tancia de la piel, etc.) y en la conducta (conductas de rechazo y
de alejamiento, parálisis, cambios en la vocalización, cambios en
la alerta, entre otros). La contribución diferencial de cada uno de
los núcleos es aún motivo de investigación.
 
Perspectiva integradora sobre el miedo y la ansiedad
Los datos anatómicos, fisiológicos y mecanicistas disponibles
indican que el NACE es una unidad funcional altamente interco-
nectada, encargada de procesar los estados de miedo y de an-
siedad producidos por una variedad de estímulos aversivos. Los
estudios basados en imágenes muestran que la actividad funcio-
nal del NACE se correlaciona con los síntomas de miedo y de an-
siedad. El núcleo amigdalino y el NLET señalan respuestas tanto
fásicas como sostenidas durante la exposición a una amenaza
incierta, ambigua o temporalmente remota.
Si bien los avances de la investigación neurocognitiva han sido
importantes, subyacen aún muchas incógnitas sobre el papel
específico que juega cada uno de los núcleos del NACE en los
procesos de repuesta a las amenazas. Los autores de esta revisión
mencionan puntualmente algunos aspectos que deben ser consi-
derados en futuras investigaciones.
 
Rigurosidad en la metodología de la investigación
El avance del conocimiento de los aspectos neurobiológicos del
miedo y de la ansiedad requiere que la investigación determine
cómo el núcleo amigdalino, el NLET y otras regiones cerebrales
procesan la presencia de diferentes tipos de amenaza, y cómo
responden a ella. Las amenazas difieren en varios aspectos (pro-
babilidad, inminencia, duración) y existen datos concluyentes
que indican que estas dimensiones categóricas son relevantes.
Sin embargo, poco se sabe sobre la respuesta diferencial cerebral
a estas categorías. Para los autores, el progreso conceptual se
ha visto obstaculizado por la utilización en las investigaciones de
paradigmas y de pruebas que confunden estas dimensiones.
Extraer inferencias congruentes sobre las respuestas fásicas y
sobre las respuestas sostenidas de los sistemas neurales a ame-
nazas multidimensionales, tanto en seres humanos como en
animales, requiere herramientas adecuadamente validadas. Las
respuestas neurales o conductuales pueden diferir significativa-
mente con la duración o con el número de los eventos investi-
gados. La probabilidad de una amenaza, así como su certidumbre,
su inminencia y su duración influyen en las respuestas medidas. Por
otra parte, la conclusión que un determinado sector cerebral no está
involucrado en una función psicológica compleja y multidimensional
como el miedo, excede el simple resultado de una prueba aislada.
Los estudios en seres humanos brindan la oportunidad de estable-
cer los mecanismos neurales asociados con los síntomas subjetivos,
algo que no está al alcance en los modelos en animales. Las técni-
cas de correlación (por ejemplo, RMNf) entre fenómenos cerebrales
y experiencias emocionales representan una herramienta potente
para el avance del conocimiento en esta área de investigación.
 
Complejidad neuroanatómica
Las investigaciones neurocognitivas basadas en neuroimáge-
nes deben considerar la complejidad neuroanatómica de los fe-
nómenos que se intentan analizar, especialmente si se utilizan
métodos automatizados de interpretaciones funcionales (por
ejemplo, activación de determinadas regiones cerebrales). Para
los autores de esta revisión, los investigadores de estos fenóme-
nos necesitan tener un conocimiento profundo de neuroanato-
mía para alcanzar conclusiones válidas. Las imágenes de RMN
con difusión ponderada, los atlas automatizados de imágenes y
las técnicas quimioarquitectónicas con PET son algunos de los
avances en las técnicas de neuroimágenes.
Coordinación de la investigación entre especies
La limitación más importante de los estudios de neuroimá-
genes en las investigaciones sobre el miedo y sobre la ansiedad
radica en el hecho de que no pueden evaluar la causalidad de
los fenómenos que registran. El desafío para las futuras investi-
gaciones es desarrollar métodos mecanicistas de interpretación.
Este desafío requiere coordinación entre la investigación en se-
res humanos y la investigación en animales, para crear modelos
translacionales, integrados y bidereccionales que sean utilizables
por ambas disciplinas.
Estos modelos pueden incluir técnicas de vectores virales, qui-
miogenéticas y optogenéticas en modelos e animales, evaluadas
con las mismas herramientas de neuroimágenes utilizadas en se-
res humanos. La combinación de la RMNf en seres humanos con
neurorretroalimentación cognitiva-conductual o con interven-
ciones farmacológicas es otra área fértil para estudiar modelos
translacionales.
 
El papel de la clínica y del “mundo real”
La mayoría de los estudios sobre el miedo y la ansiedad se apo-
yan en un número limitado de manipulaciones bien controladas,
pero altamente artificiales, llevadas a cabo en condiciones no na-
turales. Estos métodos han producido avances en el conocimien-
to, pero resultan insuficientes para el estudio de fenómenos com-
plejos como el miedo y la ansiedad. Los estudios recientes que
combinan RMNf con sujetos que experimentan distintas emocio-
nes en ambientes naturales, similares a la realidad, representan
un terreno promisorio para las futuras investigaciones. Los auto-
res creen que estos abordajes pueden lograr una profundidad de
conocimiento que no pueden aportar los estudios en animales o
las mediciones de laboratorio de las funciones cerebrales.
 
Conclusiones
Una amplia variedad de información señala que el NACE y el
NLET juegan un papel central en el procesamiento de las situa-
ciones de amenaza y en las respuestas a ellas. Ambas estructuras
muestran activación asociada con cambios conductuales, fisio-
lógicos y emocionales durante la exposición a amenazas, tanto
agudas y tangibles, como inciertas y remotas.
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