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SÉ TÚ MISMO

La consciencia va y viene en la máquina humana. Pensamos que tenemos consciencia y


frecuentemente describimos nuestras experiencias usando la expresión: "era consciente
de" esto o aquello. Creer que somos conscientes es un truco de la máquina, porque si le
preguntáramos a alguien si es consciente en un determinado momento, la persona
acertadamente respondería que "sí". Y es así porque la pregunta misma aviva, por un
breve momento, la llama de la presencia en ella. Darse cuenta que estamos dormidos es
el primer paso hacia el despertar.

Las funciones no son la consciencia y sin embargo forman parte del estudio de sí
mismo. La consciencia tiene grados. Esto significa que la consciencia fluctua, de un
momento a otro, entre cuatro diferentes estados: el primer estado es el sueño; el segundo
estado es la vigilia; el tercer estado corresponde a la función emocional superior o
Mundo 12; el cuarto estado corresponde a la función mental superior o Mundo 6.
Vivimos nuestras vidas en los primeros dos estados, que en realidad son estados de
inconsciencia. Tenemos que aprender a alcanzar el tercer y cuarto estados de
consciencia en nuestra vida cotidiana. Debemos aprender a estar presentes.

"La consciencia no puede desarrollarse o crecer por sí misma" dijo Ouspensky, pero,
añade, “la consciencia se puede prolongar y controlar como resultado de determinados
esfuerzos y estudio.” Una Escuela del Cuarto Camino enseña a desarrollar el poder de la
auto observación a través de la disciplina llamada recuerdo de sí. Este proceso interno
espiritual comienza con la división de la atención y tiene diferentes etapas: comienza
con el "Yo" observador continua con el Mayordomo suplente y el Mayordomo. El "Yo"
observador, el Mayordomo suplente y el Mayordomo sirven como una escalera hacia
nuestros centros superiores o Amo, a pesar de que son aspectos de la máquina y se
encuentran en la parte intelectual del centro emocional. La meta del estudio de uno
mismo es despertar el Amo, es decir, el ser consciente divino de uno mismo
Estos diferentes niveles de evolución toman tiempo, requieren de esfuerzos y de una
guía. Sin embargo, sin la disciplina del recuerdo de sí y la ayuda de una escuela
consciente uno está en manos de la Ley de accidente. Una verdadera escuela del Cuarto
Camino sirve como tercera fuerza en nuestros esfuerzos para despertar. Robert Burton
nos recuerda que, "La oportunidad de estar presente existe a lo largo de toda nuestra
vida. Penetrar el presente y recordamos de nosotros mismos depende de la combinación
de esfuerzos de los Dioses y de nosotros mismos".

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