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CAPITULO 01:

INTRODUCCION AL ESTUDIO DE SUELOS

DEFINICIÓN DE SUELO
Es la capa superficial de la corteza terrestre, que resulta de la descomposición de las rocas por los
cambios bruscos de temperatura y por la acción del agua, del viento y de los seres vivos.
El proceso mediante el cual los fragmentos de roca se hacen cada vez más pequeños, se disuelven
o van a formar nuevos compuestos, se conoce con el nombre de meteorización.

Los productos rocosos de la meteorización se mezclan con el aire, agua y restos orgánicos
provenientes de plantas y animales para formar suelos.
Luego el suelo puede ser considerado como el producto de la interacción entre la litosfera, la
atmósfera, la hidrosfera y la biosfera. Este proceso tarda muchos años, razón por la cual los suelos
son considerados recursos naturales no renovables. En el suelo se desarrolla gran parte de la vida
terrestre, en él crece una gran cantidad de plantas, y viven muchos animales.

Como consecuencia de la actividad humana desarrollada a través de los años, surge la necesidad
de introducir un nuevo concepto, el suelo artificial o material de construcción. La procedencia de
los materiales puede ser diversa, diferenciando entre materiales naturales (arcillas, arenas y
gravas heterométricas) y materiales artificiales (escombros de construcción, residuos de diversos
procesos de fabricación como el cemento, etc).
En el ámbito de la construcción los suelos se distinguen principalmente de acuerdo a su capacidad
de soporte o cimentación.
Los suelos rocosos poseen altas resistencias a acciones o solicitaciones de carga, por eso lo
convierte en el suelo por excelencia para cimentación.

DEFINICIÓN DE LA MECÁNICA DE LOS SUELOS


La Mecánica de suelos es una disciplina fundada formalmente por Karl Terzaghi en la segunda
década del siglo XX
Terzaghi dice: La mecánica de suelos es la aplicación de las leyes de la mecánica y la hidráulica a
los problemas de ingeniería que tratan con sedimentos y otras acumulaciones no consolidadas de
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partículas sólidas, producidas por la desintegración mecánica o la descomposición química de las
rocas, independientemente de que tengan o no materia orgánica.
La mecánica de suelos incluye:
a. Teorías sobre el comportamiento de los suelos sujetas a cargas, basadas en simplificaciones
necesarias dado el estado actual de la teoría.
b. Investigación de las propiedades físicas de los suelos.
c. Aplicación del conocimiento teórico y empírico de los problemas prácticos.

Los métodos de investigación de laboratorio figuran en la rutina de la mecánica de suelos.


En la mecánica de suelos es importante el tratamiento de las muestras (inalteradas – alteradas). La
mecánica de suelos desarrolló los sistemas de clasificación de suelos – color, olor, texturas,
distribución de tamaños, plasticidad (A. Casagrande).

El muestreo y la clasificación de los suelos son dos requisitos previos indispensables para la
aplicación de la mecánica de suelos a los problemas de diseño.

Antes de realizar cualquier tipo de construcción uno de los pasos fundamentales es realizar un
estudio característico del suelo, con el objetivo de conocer las propiedades del mismo y como se
puede aprovechar para el uso que deseamos realizar. Si la capacidad del suelo se ve minimizada en
relación a la aplicación de fuerzas, es probable que el mismo se deforme y que tenga como
consecuencia que se generen algunos acontecimientos secundarios no determinados durante la
fase del diseño del proyecto. Estas deformaciones secundarias pueden traer como consecuencia la
proliferación de grietas, fisuras, y en los casos verdaderamente extremos, hasta el colapso de toda
la obra. Siempre hay que observar detenidamente mediante un estudio pertinente tanto las
condiciones del suelo como la del cimiento que trabaja como un medio de contacto entre el suelo
y la estructura.

PROBLEMAS PLANTEADOS POR EL TERRENO EN LA INGENIERÍA CIVIL.


En su trabajo práctico el ingeniero civil ha de enfrentarse con muy diversos e importantes
problemas planteados por el terreno. Prácticamente todas las estructuras de ingeniería civil,
edificios, puentes, carreteras, túneles, muros, torres, canales o presas, deben cimentarse sobre la

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superficie de la tierra o dentro de ella. Para que una estructura se comporte satisfactoriamente
debe poseer una cimentación adecuada.
Cuando el terreno firme está próximo a la superficie, una forma viable de transmitir al terreno las
cargas concentradas de los muros o pilares de un edificio es mediante zapatas. Un sistema de
zapatas se denomina cimentación superficial. Cuando el terreno firme no está próximo a la
superficie, un sistema habitual para transmitir el peso de una estructura al terreno es mediante
elementos verticales como pilotes o caissons.

El suelo es el material de construcción más abundante del mundo y en muchas zonas constituye,
de hecho, el único material disponible localmente. Cuando el ingeniero emplea el suelo como
material de construcción debe seleccionar el tipo adecuado de suelo, así como el método de
colocación y, luego, controlar su colocación en obra. Ejemplos de suelo como material de
construcción son las presas en tierra, rellenos para urbanizaciones o vías.

Otro problema común es cuando la superficie del terreno no es horizontal y existe una
componente del peso que tiende a provocar el deslizamiento del suelo. Si a lo largo de una
superficie potencial de deslizamiento, los esfuerzos tangenciales debidos al peso o cualquier otra
causa (como agua de filtración, peso de una estructura o de un terremoto) superan la resistencia
al corte del suelo, se produce el deslizamiento de una parte del terreno.

Las otras estructuras muy ligadas a la mecánica de suelos son aquellas construidas bajo la
superficie del terreno como las alcantarillas y túneles, entre otros, y que está sometida a las
fuerzas que ejerce el suelo en contacto con la misma. Las estructuras de contención son otro
problema a resolver con el apoyo de la mecánica de suelo entre las más comunes están los muros
de gravedad, los tablestacados, las pantallas ancladas y los muros en tierra armada.

ORIGEN Y FORMACIÓN DE LOS SUELOS


FORMACIÓN DE LOS SUELOS
El suelo es resultado de la interacción de cinco factores:
El material parental, el relieve, el tiempo, el clima, y los seres vivos.
Los tres primeros factores desempeñan un rol pasivo, mientras que el clima y los seres vivos
participan activamente en la formación del suelo.
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El material parental o roca madre es el sustrato a partir del cual se desarrolla el suelo. De éste se
deriva directamente la fracción mineral del suelo y ejerce una fuerte influencia sobre todo en la
textura del suelo.
El clima influye en la formación del suelo a través de la temperatura y la precipitación, los cuales
determinan la velocidad de descomposición de los minerales y la redistribución de los elementos,
tanto animal como vegetal.
Los seres vivos (plantas, animales, bacterias y hongos) son el origen de la materia orgánica del
suelo, y facilitan su mezcla con la materia mineral.

El relieve afecta a la cantidad de agua que penetra en el suelo y a la cantidad de material que es
arrastrado, sea por el agua o el viento.
El tiempo es necesario para un completo desarrollo del suelo. El tiempo de formación de un
pequeño volumen de suelo es muy largo (1 cm3 de suelo puede tardar entre 100 y 1000 años en
formarse) pero su destrucción es muy rápida.

PRINCIPALES TIPOS DE SUELOS


Los suelos en la construcción pueden agruparse en 5 tipos básicos:

La grava: Esta formada por grandes granos minerales con diámetros mayores a 2 mm.
La arena: Se componen de partículas minerales que varían aproximadamente desde 0.06 y 2mm.
Limo. Es un suelo de partículas muy pequeñas (oscilan entre 0.002 y 0.06 mm), no es plástico y
tiene capilaridad elevada. Cuando se encuentra en estado suelto su resistencia es pequeña; su
presencia debe ser motivo de reserva por parte del diseñador y el constructor.
Arcilla. Contienen partículas de tamaño coloidal que producen su plasticidad.
La plasticidad y resistencia en seco están afectadas por la forma y la composición mineral de las
partículas.
Es dura cuando está seca, pero su consolidación se produce lentamente. Cuando es humedecida
se torna plástica y deformable, modificando su consistencia según el grado de humedecimiento
que alcance; por lo tanto, en suelos arcillosos la alteración del contenido de agua en su masa juega
importante rol en su comportamiento y resistencia.

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El humedecimiento, que en algunos casos llega hasta la saturación, se produce de diversas
maneras. Causas potenciales de humedecimiento son las lluvias y el aumento del caudal de los ríos
y arroyos.

GRAVAS ARENAS LIMO LIMO

> 2.00 mm 2.00 a 0.06 mm. 0.06 a 0.002 mm < 0.002 mm.

COMPONENTES DEL SUELO


Se pueden clasificar en inorgánicos, como la arena, la arcilla; y orgánicos, cuya formación está
comprendida por restos de plantas y animales. Uno de los componentes orgánicos de los suelos es
el humus. El humus se encuentra en las capas superiores de los suelos y constituye el producto
final de la descomposición de restos vivos, junto con algunos minerales; tiene un color de
amarillento a negro, un olor característico a ser vivo en putrefacción y confiere un alto grado de
fertilidad a los suelos.

FASES DEL SUELO:


Fase Sólida: Formado principalmente por minerales formados por compuestos relacionado con la
litosfera, como sílice o arena, arcilla o greda y cal. También incluye el humus.
Fase Líquida: Comprende el agua de la hidrosfera que se filtra por entre las partículas del suelo.
Fase Gaseosa: Tiene una composición similar a la del aire que respiramos, aunque con mayor
proporción de dióxido de carbono (CO). Además, presenta un contenido muy alto de vapor de
agua. Cuando el suelo es muy poroso, los espacios de aire disminuyen, al llenarse de agua.

PROPIEDADES DEL SUELO IMPORTANTES EN INGENIERÍA


Densidad: La cantidad de materia sólida presente por unidad de volumen recibe el nombre de
densidad en seco del material. En el caso de los suelos granulares y orgánico-fibrosos, la densidad
en seco es el factor más importante desde el punto de vista de sus propiedades ingenieriles.
Fricción Interna: La fricción pura de Coulomb equivale a la simple resistencia a la fuerza cortante
en la teoría de la elasticidad. La fricción interna suele expresarse geométricamente como el ángulo
de fricción interna Ø. Entonces la componente friccional de la resistencia a la cortante, Tmax de
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una masa de suelo, equivale a N tan Ø , donde N es la fuerza perpendicular que actúa sobre dicha
masa. Los valores de Ø van desde unos 28° en el caso de arenas sueltas y limos no plásticos, hasta
unos 48° en el de arenas sueltas y gravillas. El valor aumenta junto con la densidad, la angularidad
y la granulometría de las partículas; disminuye cuando el suelo contiene mica; es relativamente
indiferente a la velocidad de carga y el tamaño de las partículas; y puede aumentar o disminuir
bajo cargas repetitivas o cíclicas.
Cohesión: Es la máxima resistencia del suelo a la tensión. Resulta de la compleja interacción de
muchos factores, como la adherencia coloidal de la superficie de las partículas, la tensión capilar
de las películas de agua, la atracción electrostática de las superficies cargadas, las condiciones de
drenaje y el historial de esfuerzos. Sólo existe verdaderamente cohesión en el caso de arcillas que
tienen contacto de canto con cara entre sus partículas. Los suelo o terrenos no plásticos de grano
fino pueden exhibir una cohesión aparente cuando están en condiciones de saturación parcial.
Compresibilidad: Esta propiedad define las características de esfuerzo-deformación del suelo. La
aplicación de esfuerzos agregados a una masa de suelo origina cambios de volumen y
desplazamientos. Estos desplazamientos, cuando ocurren a nivel de la cimentación, provocan
asentamientos en ella. La limitación de los asentamientos a ciertos valores permisibles suele regir
el diseño de las cimentaciones, sobre todo cuando los suelo o terrenos son granulares. En el caso
de los suelos granulares, la compresibilidad se expresa en términos del módulo de Young E, el cual
suele considerarse equivalente al módulo secante de la curva de esfuerzo-deformación, obtenida
por medio de una prueba triaxial estándar.
Permeabilidad: Es la capacidad de una masa de suelo o terreno de permitir el flujo de líquidos a
través de un gradiente hidráulico. En el diseño de cimentaciones, por lo general lo único que es
necesario saber es la permeabilidad en condiciones de saturación. Las permeabilidades de casi
todos los tipos de suelo son muy variables y dependen en gran medida de variaciones
relativamente pequeñas de la masa edafológica.

EL SUELO COMO ELEMENTO PORTANTE DE LAS CIMENTACIONES


Las cargas que transmite la cimentación a las capas del terreno causan tensiones y por tanto,
deformaciones en la capa del terreno soporte. Como en todos los materiales, la deformación
depende de la tensión y de las propiedades del terreno soporte. Estas deformaciones tienen lugar
siempre y su suma produce asientos de las superficies de contacto entre la cimentación y el
terreno. La conducta del terreno bajo tensión está afectada por su densidad y por las proporciones
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relativas de agua y aire que llenan sus huecos. Estas propiedades varían con el tiempo y dependen
en cierto modo de otros muchos factores:
* Variación del volumen de huecos como consecuencia de la compactación del terreno.
* Variación del volumen de huecos como consecuencia del desplazamiento de las partículas.
* Variación del volumen de huecos como consecuencia de la deformación de las partículas del
terreno.
Los cimientos constituyen los subsistemas de cualquier edificación que transmiten directamente
las cargas de esta hacia el suelo o terreno; su función es distribuir las cargas del edificio,
dispersándolas en el suelo adyacente, de modo que éste y los materiales que los sostienen tengan
suficiente fuerza y rigidez para soportarlas sin sufrir deformaciones excesivas.
Debido a las interacciones de suelos y cimientos, las características de los suelo o terrenos sobre
los que se construye influyen de modo determinante en la selección del tipo y tamaño de los
cimientos usados; estos últimos a su vez, afectan significativamente el diseño de la
superestructura, el tiempo de construcción del edificio y, en consecuencia, los costos de la obra.
Por tanto, para lograr una edificación segura y económica es fundamental disponer de cierto
conocimiento de la mecánica de suelos y del diseño de cimentaciones.
El estudio de los suelos, sus propiedades, y comportamiento, desde el punto de vista de la
ingeniería civil, es el campo de la Mecánica de Suelos
Los geólogos definen los suelos o terrenos como rocas alteradas, mientras que los ingenieros
prefieren definirlos como el material que sostiene o carga el edificio por su base.
Los materiales que están presentes en los suelos naturales se clasifican en cuatro tipos: - arenas y
grava, - limos, - arcillas - materia orgánica. Las arenas y grava son materiales granulares no
plásticos. Las arcillas, se componen de partículas mucho más pequeñas, exhiben propiedades de
plasticidad y son muy cohesivas. Los limos son materiales intermedios en el tamaño de sus
partículas y se comportan, de modo típico, como materiales granulares, aunque pueden ser algo
plásticos. La materia orgánica consta principalmente de desechos vegetales. El origen de las capas
de suelo o terreno (edafológicas: es una rama de la ciencia que estudia la composición y naturaleza del suelo en
su relación con las plantas y el entorno que le rodea) y la forma como se depositan, arroja mucha luz sobre

su naturaleza y variabilidad en el campo. Los suelos son de dos orígenes: residual y sedimentario.
Los suelos residuales se forman in situ por la intemperización química de las rocas y, puesto que
jamás han sido perturbados físicamente, conservan las características geológicas menores del
material rocoso de origen. (En el campo, la transición de roca a suelo suele ser gradual.)
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Los suelos sedimentarios son transportados y depositados por la acción de ríos, mares, glaciares y
vientos. En general, el mecanismo de sedimentación regula la granulometría (tamaño de las
partículas), sus variaciones, y la estratigrafía y uniformidad de las capas edafológicas. Para la
completa identificación de un suelo o terreno el ingeniero necesita saber lo siguiente: - tamaño -
granulometría - forma - orientación - composición química de las partículas - las fracciones
coloidales y sedimentables que contiene. No obstante, las propiedades físicas del suelo pueden
hacerse variar considerablemente mediante la incorporación de pequeñas cantidades de
sustancias químicas la aplicación de métodos electroquímicos.
Se han realizado muchos intentos de clasificación de los suelos o terrenos con base en
propiedades comunes e identificables. Sin embargo, conforme se ha ido acumulando información
acerca de las propiedades de los suelos, los sistemas de clasificación se han tornado cada vez más
elaborados y complejos. Una de las principales dificultades consiste en que se quieren utilizar las
mismas clasificaciones para distintos usos; por ejemplo, un sistema utilizable para el diseño de
carreteras ya no es tan útil cuando el problema se relaciona básicamente con el diseño de
cimentaciones para edificios industriales.

HUMEDAD DEL SUELO


El agua suele estar presente en los suelos o terrenos en forma de una delgada capa absorbida a la
superficie de las partículas o como líquido libre entre éstas. Si el contenido de agua de un suelo
está principalmente en forma de capa, o humedad absorbida, entonces no se comporta como
líquido. Todos los sólidos tienden a absorber o condensar en su superficie cualquier líquido (y gas)
que entra en contacto con ellos. El tipo de ión, o de elemento metálico, presente en la
composición química de un sólido, influye considerablemente en la cantidad de agua que éste
pueda absorber. Por tanto, los procedimientos de intercambio iónico para la estabilización de los
suelos y el control de la percolación forman parte importante de la mecánica de suelo. Las capas
delgadas de agua son más fuertes que el agua de poros. En 1920, Terzaghi estableció que las
películas de agua de menos de 5.04 x 10-5 mm de espesor se comportan como semi-sólidos; no
hierven ni se congelan a temperaturas normales. En consecuencia con lo anterior, los suelos o
terrenos saturados se congelan con más facilidad que los suelos anegados, y los cristales de hielo
crecen al tomar humedad libre de los poros. Luego un deshielo repentino libera grandes
cantidades de agua, lo que suele tener drásticos resultados. Cuando los líquidos se evaporan, lo
primero que hacen es formar capas, por lo que se requiere un considerable aumento térmico para
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efectuar el cambio de estado entre la película líquida y el vapor. Por consiguiente, el efecto de
temperatura sobre el estado físico del suelo se explica en términos de la reducción del espesor de
las capas de líquido al elevarse dicha temperatura.

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