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¿QUÉ ES EL TDAH Y CUÁL ES SU TRATAMIENTO?

Beatriz Duda (presidenta APDA)


Maya Echegaray (vicepresidenta APDA) (carnet xxxxx)

El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es un problema bioquímico


de origen genético que afecta al 5 a 10% de niños y adolescentes. Los adultos también
pueden tener TDAH. Este trastorno presenta una disminución en la recaptación de la
dopamina y norepinefrina, neurotransmisores que son capturados en las terminaciones de
una neurona impidiendo su paso hacia la siguiente.

Se puede sospechar que una persona tiene TDAH si se distrae fácilmente, le cuesta
terminar tareas iniciadas, pierde constantemente sus objetos, no sabe controlar sus
impulsos —por ejemplo, está constantemente molestando a sus compañeros o hermanos e
interrumpiendo a sus maestros en clase, o avasallando a los demás porque no sabe esperar
su turno—; y muchas veces también presenta una necesidad de estar en constante
actividad —moviendo pies y manos, no pudiendo quedarse sentado por mucho rato,
hablando en exceso. Es decir, este trastorno puede presentar desatención, hiperactividad e
impulsividad, no teniendo que estar presentes los tres elementos necesariamente.

La principal razón para tratar el déficit de atención, con hiperactividad o sin ella, es que a
largo plazo perturba el desarrollo emocional y cognitivo del niño. Al afectar la focalización de
la atención y el control de impulsos, el TDAH se convierte en una traba en el desempeño de
la persona si no es diagnosticado y tratado adecuadamente. Además, como consecuencia
del pobre desempeño, el niño o adolescente vive una serie de fracasos académicos y
sociales que merman su autoestima, y por lo tanto afectan su desarrollo integral.

El diagnóstico y tratamiento de este trastorno lo efectúa el médico especialista, que puede


ser el neurólogo o el psiquiatra con conocimientos y experiencia en el tema, en personas de
edad pediátrica. Muchas veces también es necesaria una terapia, ya sea cognitivo
conductual, emocional o de aprendizaje; el coaching, que está empezando a desarrollarse
en nuestro medio, debe ser considerado como una alternativa cuando la persona requiere
organizarse para lograr alcanzar sus metas. Cualquiera que sea la terapia utilizada, es más
efectiva en un niño adecuadamente medicado. Igualmente es importante el manejo
apropiado tanto en la casa como en la escuela; por ello los padres y maestros deben
conocer las características de estos niños, y la implicancia de este trastorno en la vida
familiar, social y académica de quien lo tiene. Las lecturas adecuadas, recomendadas por
los profesionales involucrados, son un útil complemento.

Los niños con TDAH son desorganizados, por lo cual es importante que las indicaciones que
se les den sean muy claras y precisas (por ejemplo: “saquen el cuaderno amarillo de
matemática”). Además, es necesario recordarles sus obligaciones varias veces y hacer un
seguimiento del cumplimiento de las mismas porque son niños que tienen cierta dificultad
para aprender de su propia experiencia y para prever las consecuencias de cualquier acto.
De igual modo, hay que reconocerles sus méritos inmediatamente porque suelen responder
muy bien a este tipo de estímulos. Los niños con TDAH reciben, generalmente, tantos gritos
y reprimendas, que necesitan una buena dosis de elogios; así que es bueno dárselos cada
vez que se los merezcan.

Hay que tener presente que estos niños no son necesariamente “malcriados” sino que
muchas veces no pueden controlar el impulso de hablar (aunque la maestra esté dictando
clase), el impulso de moverse (aunque estén en asamblea o en un examen), el impulso de
tener un juego (aunque lo esté usando su amigo o hermano), etcétera. Entonces, la manera
de ayudarlos no es gritándolos o castigándolos sino más bien apoyándolos con el
tratamiento médico y psicológico adecuado a sus características, y usando estrategias que
lo ayuden a ir cambiando determinados comportamientos.

Debido a su falta de capacidad para organizarse, el buen uso de una agenda es algo que los
ayuda. Cuando hay proyectos o trabajos a largo plazo, ellos deben ser divididos en una
serie de pasos que se desarrollen gradualmente, para evitar que se sientan perdidos y que
no sepan por dónde empezar, evitándoles así frustraciones innecesarias.

La motivación es un factor clave para que todo niño rinda adecuadamente, pero en los niños
con TDAH es un factor indispensable. Cuanto más interesado esté el niño en lo que la
maestra expone, será más fácil que haga bien su tarea; por eso se recomienda ser muy
lúdico en la forma de presentar un tema, en la tonalidad al hablar, etcétera, y tener presente
el concepto de las inteligencias múltiples.

El establecimiento de un sistema de consecuencias positivas y negativas también es un


factor importante en el día a día de los niños con TDAH. Es necesario llegar a acuerdos que
deben ser cumplidos, de ello va a depender que el niño obtenga o pierda algún beneficio;
demás está decir que si el niño no cumple con aquello a lo que se ha comprometido, bajo
ninguna circunstancia debe obtener el beneficio e igualmente nunca debe levantarse un
castigo. Asimismo, hay que evitar a toda costa que el niño dé vuelta al sistema y exija un
premio para hacer cualquier cosa.

Si el niño es hiperactivo resulta muy útil darle la oportunidad de moverse mientras sus
compañeros están quietos, ya que necesita hacerlo; por ejemplo, se le puede pedir que
ordene útiles que son comunes o vaya a buscar las circulares para todos. Con este tipo de
ejercicios no solo beneficiamos su necesidad de moverse sino que alzamos su autoestima al
darle una tarea que implica responsabilidad y solidaridad; por supuesto, hay que
agradecerle en público si la cumple cabalmente.

Finalmente, es necesario señalar uno de los aspectos muy positivos de los niños con TDAH
y es que la dificultad que suelen tener para seguir los pasos y procedimientos usuales en las
diversas actividades, los lleva a imaginar maneras más fáciles de realizarlas, lo que puede
convertirse en la antesala de un invento. El ejemplo más notorio de nuestros días, es el
ahora exitoso empresario aéreo David Neeleman, quien tiene déficit de atención y es el
inventor del ticket aéreo electrónico, que elimina la preocupación de tener que cargar con el
pasaje impreso. No es difícil imaginarse que más de una vez él se haya quedado sin viajar
por haberse olvidado del pasaje en su casa. Así que, apoyemos a estos niños para que
puedan desarrollar todo su potencial y continuemos aprendiendo sobre el tema. En la página
web de la Asociación Peruana de Déficit de Atención (www.deficitdeatencionperu.org) hay
amplia información sobre el TDAH.

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