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INTRODUCCION
Cada persona tiene rasgos físicos, cualidades personales, manifestaciones peculiares en su forma
de ser v relacionarse con los demás. Posee recuerdos, experiencias, motivaciones, intereses y
expectativas como parte de su constelación personal que caracteriza el modus propio con que
aparece a los ojos de los demás y se reconoce a sí mismo.
Nacemos y desenvolvemos nuestras actividades, en lugares específicos, muchas veces
consideramos como propios y que el resto de las personas suele reconocer como tales; y en fin,
desde nuestro nacimientos o muy cercano a este hecho, se nos asigna un nombre, con el que damos
valor legal a los documentos personales, como constancia que legítima nuestra identidad en el
conjunto de las relaciones sociales y jurídicas.
Todos estos elementos sirven para que cada persona se reconozca y sea reconocida en su
individualidad, lo que contribuye a fijar las diferencias entre "yo" y el "otro".
A rasgos muy generales se menciona entonces la identidad. como una condición y proceso, a
través, y en cuyo curso, se logra establecer los limites y peculiaridades que distinguen e
individualizan a las personas; doblemente vinculada a la herencia natural y la experiencia
vivencial de cada individuo, única e irrepetible por su singularidad, y a la herencia histórico-social
de la cual todos somos portadores.
La identidad, más allá de los elementos perceptibles, no es sólo una cualidad implícita en la
condición unitaria del individuo; sino que se perfila y enriquece en el curso de la vida social; en
el contacto multinacional con las instituciones, que comienza en la familia, y luego se amplifica
a otras diversas estructuras sociales. Con los hábitos, costumbres, actividades, obligaciones y
responsabilidades que contraemos y desarrollamos desde pequeños, en el curso de las distintas
interacciones sociales que forman parte de nuestras vidas.
De esta manera, todas las estructuras sociales que componen el tejido de la sociedad, gracias a la
huella heredada de una generación a otra y al continuo accionar de las personas que en ellas
construyen, reproducen y perpetúan el conjunto de peculiaridades que los caracteriza, logran
desarrollar sus propias identidades colectivas, cuyos mecanismos funcionales y principios
rectores regulan la relación intergrupal y la mediación con las estructuras externas.
LA IDENTIDAD CULTURAL
Cada cultura produce los rasgos distintivos que la singularizan. Mediante la continuada
interacción social en que el hombre desarrolla su existencia, se adoptan hábitos, costumbres,
modos de acción y relación con el entorno natural y social, que sí bien están matizados por las
peculiaridades de las vivencias personales e irrepetibles de cada sujeto, establecen un
denominador común, una generalidad esencial, válida para el reconocimiento intragrupal y la
diferenciación respecto a los elementos ajenos.
Este conjunto de peculiaridades comprende además de características perceptibles, otras
propiedades que se ubican en el plano de la subjetividad colectiva e integran los principios, juicios
y valores por los que se rige y norma la vida de la colectividad. Los cambios en estos aspectos no
resultan muy dinámicos por la complejidad de los procesos mediante los cuales se construyen y
sedimentan, de aquí que muchas de estas características se depuren y transmitan de una
generación a otra, constituyendo el sustrato distintivo fundamental de la colectividad.
La identidad cultural se manifiesta en el grado y formas de adscripcion a los elementos distintivos
de la cultura. CUYOS valores y significados colectivamente construidos, no constituyen un
conjunto homogéneamente aceptado, por lo que su estudio no puede abordarse con carácter
puntual excluyente, sino como apunta Juan M. Ramírez, como : "síntesis de la diversidad,
subsumiendo en un solo término la heterogeneidad de factores que inciden en ella" (Ramírez,
1990; pág. 132).
Estos factores diversos, y en ocasiones hasta contradictorios. componen el sustrato identificativo
de la variedad de grupos integrantes de la realidad social de un país. Desde las estructuras de
comunidades y barrios, dichas identidades colectivas, aportan, entrelazan y contrastan sus matices
diversos para amplificar la identidad cultural nacional.
En el seno de los espacios de asentamiento poblacional, se crean variadas estructuras sociales con
perfil organizativo y funcional propio; aunque dependiente del entramado social más amplio del
que forman parte. Tales son, los sindicatos, instituciones religiosas, organizaciones políticas,
agrupaciones juveniles. etc...Cada una de ellas, presupone contenidos culturales significativos con
los cuales sus miembros establecen niveles de compromiso que matizan modos de intervención
social y formas respectivas de enjuiciamiento de la realidad circundante, de las agrupaciones de
que forman parte, y de sí mismos en tanto que individuos.
El origen de la rica diversidad cultural del Perú es la mezcla y combinación a lo largos de los años
entre peruanos y razas extranjeras, estamos hablando de cruces de genes entre:
- Peruano-europeos.- Piel clara cara fina con rasgos de expresión más definido, normalmente con
el pelo claro o rubio y ojos verdes/azules.
- Peruano-asiático.- Con cara más fina aun ojos chinos y pelo lacio peruano-africano: color de piel
morena o oscura ojos negros y con el pelo zambo.
Diversidad cultural se refiere al grado de diversidad y variación tanto a nivel mundial como en
ciertas áreas, en las que existe interacción de diferentes culturas coexistentes.
Muchos estados y organizaciones consideran que la diversidad cultural es parte del patrimonio
común de la humanidad y tienen políticas o actitudes favorables a ella. Las acciones en favor de
la diversidad cultural usualmente comprenden la preservación y promoción de culturas existentes.
La Declaración universal sobre la diversidad cultural, adoptada por UNESCO en noviembre de
2001, se refiere a la diversidad cultural en una amplia variedad de contextos y el proyecto de
Convención sobre la Diversidad Cultural elaborado por la Red Internacional de Políticas
Culturales prevé la cooperación entre las partes en un número de esos asuntos.
Observemos que ambos planos, resultan válidos tanto para el investigador como para los sujetos
implicados, pues están íntimamente relacionados con el modo en que se aborda la identidad como
fenómeno sociocultural y los criterios que prevalezcan en cuanto al alcance y esencia de la cultura.
El primer plano de apreciación de la identidad cultural se limita al reconocimiento de los rasgos
distintivos más sensibles, inmediatos y generales, que pueden captarse con mayor facilidad por
su concreción y que establecen a grosso modo los límites y diferencias con otras culturas.
El segundo plano, presupone una profundidad en la dimensión simbólica de estos rasgos. Acceder
a los significados, los posibles sentidos que se les otorgue individualmente, y por ende, las
valoraciones respecto a los elementos culturales con los que se define en cada caso y para cada
grupo, su particular identidad cultural.
A tal efecto, resulta importante tener en cuenta algunos factores importantes, como son:
- La amplia gama de significados culturales heredados y los generados en las múltiples estructuras
e interacciones sociales
- El lugar que ocupa cada colectivo y sujeto en la estructura de ordenamiento social imperante
- El papel y trascendencia de cada colectivo en cuanto a sus relaciones intra y extra grupales
- La valoración grupal e individual de estas interacciones y ordenamiento social
- El autor reconocimiento intragrupal y macrosocial
- La vivencialidad personal en la configuración del perfil psicológico del sujeto
Como puede apreciarse, este es un plano que respecto a los sujetos implicados puede brindar el
acceso consciente y autoreflexivo en torno a los procesos de identidad, y por ende, a la cultura
propia.
Es importante señalar que la identidad cultural se manifiesta más allá de la conciencia de sus
portadores al respecto. Constituye una segunda piel que sólo por una intervención volitiva
orientada conscientemente, se logra enmascarar.
Sin embargo, la adhesión consciente a los rasgos identificativos de la cultura, aquella a través de
la cual estos cobran sentido para cada sujeto, se pueden establecer de dos formas básicas, ambas,
íntimamente relacionadas con la vivencialidad de los sujetos.
IDENTIDAD SOCIAL
INTRODUCCIÓN
Cuando hablamos de derechos fundamentales, hacemos referencia a la persona humana, en
sentido amplio, lo que le pertenece a cada hombre por ser tal de modo elemental en la sociedad.
De este modo, se hace necesario promover el respeto de los derechos fundamentales de cada
persona, de modo de asegurar que la interacción con "otro" de ningún modo atente contra
la dignidad del ser humano.
En este contexto, los derechos esenciales de la persona humana, y los correlativos deberes se
explicitan a partir del reconocimiento del derecho a la vida y se relacionan con la posibilidad de
que la vida sea vivida de una manera digna.
Entre los derechos fundamentales de la persona, podemos mencionar el derecho a un nombre, a
la nacionalidad, el derecho al honor y el derecho a la identidad, que es el conjunto de atributos y
características que permiten la individualización de la persona en sociedad y, en tal sentido,
comprende varios otros derechos según el sujeto de derecho de que se trate y a las
circunstancias en que se presenten.
El derecho a identidad, es un derecho humano que se expresa en la imagen y circunstancias que
determinan quien y que es una persona, el cual se hace efectivo con un nombre, una
identificación y una nacionalidad.
Sin duda tener una identidad permite que nos diferenciemos de los demás, ya sea por nuestras
características físicas personales o modo de pensar. Pero la identidad va más allá del hecho de
ser diferentes al resto. Estas características propias deben ser reconocidas por los otros, y de esta
forma podremos individualizarnos y a la vez, ser reconocidos, sentirnos parte de
aquella comunidad que nos reconoce.
EL DERECHO A LA IDENTIDAD
1.- DEFINICIÓN.
La identidad, se define como el modo de ser de cada persona, proyectada a la realidad social.
El derecho a la identidad, importa atribuir jurídicamente a una persona la aptitud suficiente para
ser titular de derechos y obligaciones. Este reconocimiento, realizado sobre la base de una
concepción ontológica del ser humano, constituye el fundamento para que el individuo pueda
desenvolverse plenamente dentro del proceso de interacción social, implicando, a su vez, la
obligación – tanto del Estado como de los particulares – de respetar esta subjetividad jurídica.
La identidad de la persona, no se agota con los caracteres que externamente la individualizan, y
que conforman sus signos distintivos, sino que incluyen un conjunto de valores espirituales que
definen la personalidad de cada sujeto, sus cualidades, atributos, pensamientos, que permiten
traducirlos en comportamientos efectivos de proyección social, no interno. Consiste, en que
cada persona no vea individualizada, ni alterada, ni negada la proyección externa y social de
su personalidad.
En consecuencia, todo individuo tiene derecho a ser reconocido por los demás como poseedor
de una identidad propia e inconfundible, a ser él ser que auténticamente es.
Este derecho protege la finalidad que cada quien tiene de ser auténtico, de poder diferenciarse
de los demás pero a la vez ser reconocido por ellos; por ello, la identidad no se da por el solo
reconocimiento en un instrumento legal o la sola entrega del DNI, sino que es un proceso
dialéctico.
FERNÁNDEZ Señala que "la identidad es, precisamente, lo que diferencia a cada persona de
los demás seres humanos, no obstante ser igual estructuralmente a todos ellos. Es, pues, el
derecho a ser "uno mismo y no otro".
2.- TUTELA JURÍDICA.
Conforme, a lo expuesto por el supremo interprete en la Sentencia Nº2273-2005-PHC/TC [2] la
identidad es uno de los atributos esenciales de la persona, que ocupa un lugar primordial en
nuestro ordenamiento jurídico en el Inc. 1 del artículo 2º de la Constitución, entendido como el
derecho que tiene todo individuo a ser reconocido estrictamente por lo que es y el modo como
es. Es decir, el derecho a ser individualizado conforme a determinados rasgos distintivos,
esencialmente de carácter objetivo (nombres, seudónimos, registros, herencia genética,
características corporales, etc.) y aquellos otros que se derivan del
propio desarrollo y comportamiento personal, más bien de carácter subjetivo (ideología,
identidad cultural, valores, reputación, etc.).
El Código Civil -al enunciar en su artículo 19 el "derecho y el deber de llevar un nombre"- nos
remite a la idea del nombre como una manifestación del derecho a la identidad personal. El
nombre, entendido como un todo que integra los prenombres y los apellidos, constituye una
verdad objetiva, cuyo origen lo encontramos en la serie de elementos que componen la partida
de nacimiento. ¿Por qué nos referimos a este documento y no al DNI? Sencillamente porque a
través de la partida de nacimiento se acredita el nacimiento de la persona y, en consecuencia, su
existencia.
La jurisprudencia es pacífica respecto de la tutela otorgada por la carta magna al derecho a la
identidad. Este derecho es también reconocido a nivel de la más avanzada y lúcida
jurisprudencia y doctrina extranjera. La Corte de Casación Italiana, pionera en sistematizar una
doctrina tutelar del derecho a la identidad se expresó en el sentido de que: "cada sujeto
tiene un interés generalmente considerado merecedor de tutela jurídica, de ser representado en
la vida de relación con su verdadera identidad "(Corte de Casación Italiana, sentencia del
22/6/85 citado por Fernández Sessarego, "Derecho a la Identidad" Buenos Aires, Astrea, 1996 p
86.)
CONCLUSIONES
El derecho a identidad, es un derecho humano que se expresa en la imagen y circunstancias
que determinan quien y que es una persona, el cual se hace efectivo con un nombre, una
identificación y una nacionalidad.
Todo individuo tiene derecho a ser reconocido por los demás como poseedor de una
identidad propia e inconfundible, a ser él ser que auténticamente es.
El derecho a la identidad, a su vez, tiene un valor instrumental para el ejercicio de
determinados derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, de tal manera
que su plena vigencia fortalece la democracia y el ejercicio de los derechos y libertades
fundamentales.
IDENTIDAD NACIONAL
INTRODUCCIÓN
El ser humano interactúa y socializa con otros semejantes y se reconoce como tal, y va
descubriendo coincidencias y discrepancias. Asimismo, asume el rol que le determinan,
Alcanza objetivos compartidos, y al lograrlos obtiene el éxito deseado alcanzando sus propias
metas. Además, tiene conocimientode su medio ambiente, de su entorno, organiza el día a día y
se vale de todos los instrumentos, medios y mecanismos para sobrevivir y defenderse de los
peligros. Asimismo, se identifica con este entorno; todo ello es parte de sí mismo, de sus
afectos, de sus valores, de sus tradiciones, cultura e Identidad.
El Objetivo del presente estudio es determinar cuáles los principales factores que en inciden en
la constitución de la Identidad Nacional en el Perú.
La relevancia del tema se fundamenta, porque contribuye a la formación de la identidad
nacional de los todos los peruanos para luchar contra actitudes y conductas poco nacionalistas y
antipatrióticas.
La importancia de la Identidad Nacional está dada porque representa una serie de símbolos, que
no sólo nos identifica como país, sino que lo distingue de cualquier otra nación en el mundo.
Estos elementos patrios son usados comúnmente para celebrar algún acontecimiento que reviste
importancia de tipo histórico, social, cultural, científico, y simboliza el orgullo que se siente al
formar parte de esta nación en este caso el Perú.
CONCLUSIONES
1.- A los peruanos, nos hace falta valorar más a nuestro país y por eso se produce una carencia
de "Identidad Nacional", el problema lastimosamente es multifactorial, y además, desde niños
no se les enseñan a valorar y respetar a su patria empezando por los símbolos patrios.
2.- Se debe revalorar nuestra "Identidad Nacional", diciéndole: Un No retundo a los programas
"alienantes y enlatados", que producen una degradación de nuestra culturas y nuestra dignidad,
tales como: La Chola Jacinta, La Chola Chabuca y otros talk shows que se propalan y difunden
en nuestro medio.
3.- La identidad nacional se va construyendo, en nuestro caso, a través del sentimiento que se va
adquiriendo desde que empezamos la escuelita, hasta el día de hoy, con el conocimiento
profundo de cada uno de nuestros valores.
4.- Desde las Instituciones Educativas se debe empezar la tarea de la formación y
fortalecimiento de la "Identidad Nacional", ya que los alumnos deberían ser orientados a partir
de áreas cognitivas, afectivas y sociales para un completo entendimiento sobre quienes somos
para su formación.