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By Gonzalo Dominguez
“Más los filisteos le echaron mano, y le sacaron los ojos, y le llevaron a Gaza; y le
ataron con cadenas para que moliese en la cárcel”. Jueces 16:21
Una persona puede experimentar ataduras en una, varias o todas las áreas de su
vida. Existen diferentes géneros y tipos de ataduras. Ataduras viejas y nuevas,
propias y generacionales, voluntarias e involuntarias, visibles e invisibles. Una
atadura existe dentro de uno de estos seis grupos: ataduras físicas, emocionales,
espirituales, culturales, sociales y económicas.
Cuando una persona está cautiva por una atadura, experimenta lo que Sansón
experimentó en Gaza: girar en círculos en un molinete, dando vueltas en el mismo
sitio sin poder avanzar, derrochando esfuerzo y energía para el beneficio de otro.
Siempre habrá alguien que se beneficia de una atadura: el infierno y las personas
que operan bajo las tinieblas.
La persona que ha tenido una atadura por mucho tiempo, muchas veces no es
conciente de esa atadura, hasta que es expuesta por la luz y el poder de Dios. A
Sansón le arrancaron los ojos; esto proféticamente nos dice que donde no hay visión
no hay avance, pero además predomina una ataudura. Las ataduras traen ceguera
espiritual, falta de visión, de entendimiento y de esperanza.
Las grandes ataduras comienzan con pequeñas puertas abiertas, y van creciendo
y arraigándose al punto de convertirse en fortalezas y luego en maldiciones. Toma
tiempo y rebelión que una atadura inicial se transforme en una maldición
generacional.
Por ejemplo, las ataduras físicas tienen que ver con la manifestación demoníaca en
el ámbito del cuerpo y la influencia que ejercen sobre el, aunque la raíz esté en el
alma. Algunos ejemplos de ataduras en el ámbito físico se manifiestan en forma de
vicios y son: uso de drogas, dependencia innecesaria de fármacos, alcoholismo,
hábitos y conductas sexuales desordenadas y desenfrenadas, falta de higiene u
obsesión por la misma, desordenes alimenticios que se manifiestan en la obesidad,
la bulimia o la anorexia.
Sansón había desarrollado una seria conducta viciosa y un estilo de vida
desordenado en su sexualidad, en su llamado y en su identidad. Eso provocó que
una atadura llevara a una fortaleza, y finalmente a la destrucción. Normalmente una
atadura física tiene un equivalente en una atadura emocional y espiritual. Es decir,
lo físico es reflejado en lo emocional.
No obstante, Sansón le dio a Dalila tres falsas respuestas, que sin embargo
contienen códigos proféticos que nos muestran más acerca de cómo operan las
ataduras y en qué niveles y nos dejan importantes enseñanzas. “Si me ataren
fuertemente con siete mimbres verdes que aún no estén enjutos, entonces me
debilitaré y seré como cualquiera de los hombres” Jueces 16:7
2. TIPOS DE ATADURAS.
Ataduras con mimbres verdes: Lo primero tuvo que ver con ser atado por siete
mimbres verdes, y con un hechizo de sus propias palabras: no dijo que perdería su
fuerza, sino “si me ataren me debilitaré y seré como cualquier de los hombres”. En
esta instancia había perdido ¼ de su fuerza. Sus propias palabras comenzaron a
tejer el comienzo de su final.
La palabra hebrea original para este tipo de ataduras es “kelub”, y se refiere a los
mimbres utilizados para tenzar arcos y lanzar flechas.
También se refiere a los mimbres que se utilizaban para fabricar jaulas. Esto es muy
interesante por dos razones: al enredarse con sus propias palabras Sansón estaba
entregando su unción para la guerra y su discernimiento profético. Recordemos que
la palabra “pecado”, no tiene que ver en su signifciado original tanto con maldad,
sino mas bien con “errar al blanco”.
Entonces, al declarar esto con sus propias palabras, el se estaba atando al error, y
a la pérdida de su libertad. Entendamos esto: nadie pierde la unción de un día para
otro, y nadie cae de la noche a la mañana. Toda caída, es una serie de errores y
malas decisiones, que termina en un caos, pero se origina con algo pequeño. Los
grandes desastres siempre comienzan con pequeñas mentiras y pequeñas
“cesiones” que a la larga se terminan pagando muy caro.
Proféticamente, las cuerdas también nos habla de territorios y dominios. Al ser atado
con cuerdas, él estaba cediendo su territorio asignado. Nuevamente se ató con sus
propias palabras al decir: “si me ataren, me debilitaré y seré como cualquiera de los
hombres”. En esta instancia ya había perdido la mitad de su fuerza. Una persona
que ha experimentado pérdida de su familia, ministerio, capital, de sus bienes, de
su área de influencia y de aquello que en un momento tuvo y ya no tiene, está en
este nivel de ataduras.
Ataduras con trenzas de su cabeza a una estaca: Lo tercero tuvo que ver con tejer
siete guedejas (trenzas) de su cabeza con tela y asegurarlo a la estaca. Notemos
que el primer tipo de ataduras, los mimbres verdes, alcanzó al cuerpo; el segundo
tipo de ataduras alcanzó al alma y las emociones; y este tercer tipo de ataduras de
su cabello a una estaca clavada en tierra, alcanzó la cabeza, es decir el espíritu, el
hombre interior y la unción que este portaba.
Cuando hablamos de las trenzas, es una figura profética de los pensamientos y las
decisiones, y en el caso de Sansón, estaba relacionado directamente con su
identidad. Es decir, el estaba diciendo proféticamente, ato mi unción y mi llamado a
una estaca clavada en la tierra. Cada vez que el infierno logra controlar la mente
trayendo depresión, angustia, verdades contaminadas y pensamientos tóxicos
cargados de autocompasión y reproches, es porque hay una estaca clavada a la
tierra, que está transmitiendo la maldición de ella.
El hecho de que esta atadura tuviera que ver con su cabeza, nos habla de la
abdicación de su autoridad y su medida de unción. Lo que él creía que era un
engaño a Dalila, era en realidad un engaño hacia él mismo. Jamás satanás puede
operar en una vida, un territrio o una nación si alguien no le otrogó el derecho legal
de hacerlo.
En el caso de la tierra, quien se lo dio fue Adán, pero en el caso de cada individuo,
a lo largo de nuestra vida vamos cediendo derechos legales. Cada estaca clavada
en la tierra, tiene que ver con la legalidad con la que el infierno está operando.
Sansón no se dió cuenta, de que antes de revelar el gran secreto y de la posterior
gran caída, primero había sido atado por sus propias acciones, por sus propias
mentiras y por sus propios enemigos.
Los límites fueron puestos por Dios para protegernos, pero en este caso, todos los
límites que lo protegían, habían sido violados sistemáticamente, a tal punto que ya
cuando al final Sansón revela el secreto de su fuerza, su unción había sido drenada
por causa de las ataduras a las que el mismo se había amarrado. La estaca fue el
paso previo a la caída.
En el momento en que Dalila ató sus cabellos a una estaca, usurpó la autoridad y
la unción del cielo, clavándolo y amarrandolo en la tierra llena de maldiciones. Tomó
lo que Sansón tenía del más allá, y lo clavó con una estaca a las limitaciones del
más acá. ¿Cuantas personas existen hoy con poderosos llamados, y con dones
sobresalientes, pero con su propósito clavado a una estaca por causa de una mala
decisión o una mala relación?
3. ATADURAS SECUENCIALES.
En el primer episodio, cuando Sansón mencionó los mimbres verdes, alertó que
debían ser siete. Cuando nuevamente en el segundo episodio de las cuerdas y en
el tercero de las trenzas, también fue específico en que debían ser siete. Cuando el
profeta Eliseo le dijo a Naamán que se sumergiera en el río, también le dijo que
fueran siete.
El hecho de que Sansón estuviera atado a un molino que giraba en círculos, nos
habla claramente de que las ataduras espirituales operan en forma secuencial y
cíclica. Es decir, hay un patrón común y distintivo en la forma de accionar del
infierno, y en la medida que lo identificamos, lo exponemos y nos liberamos, pierde
su fuerza, su efecto y su poder.
Por ejemplo, alguien que no fuma, pero toma en su mano su primer cigarrillo, va a
oír una voz suave que le dice: ¿porqué no hacerlo? ¡Te mereces descargar toda tu
ira y frustración con este cigarrillo! La adicción nunca entra con su rostro más
oscuro, sino con la dulzura de los argumentos porque los argumentos son la
antesala a las ataduras. Los argumentos siempre operan en la base del “yo” y del
ego. Cuando una Palabra viene de Dios para romper un argumento, lo primero que
mata es el “yo”.
Segundo nivel: atadura inicial y eventual. Luego que el argumento es sembrado,
todo argumento lleva a la acción, entonces esto tiene que ver con el pecado inicial
y primario. El perdón y la liberación son las armas más poderosas para desterrar y
cauterizar el efecto de esta atadura. La atadura inicial es como una semilla que
necesita una tierra preparada en donde crecer y multiplicarse. Cuando una persona
maldice, planifica una venganza, insiste en recordar episodios traumáticos de su
vida, o permite que su mente se convierta en un río de suciedades y basura, la
atadura encuentra el terreno ideal en donde establecerse. Si una atadura encuentra
un corazón arrepentido, quebrantado, humillado y dispuesto a la Presencia de Dios,
no puede prosperar.
Muchas veces guardamos y escondemos lo que hemos hecho o sido, por miedo a
la religión o al qué dirán, pero es justamente ahí donde la atadura se transforma en
hábito, donde tiene el beneficio de la oscuridad. Dios es luz y en Él no hay oscuridad.
Cuando una persona llega a este nivel, ya ha comenzado a dar la primera vuelta del
molino de la esclavitud. La atadura habitual termina generando una dependencia
peligrosa en donde la persona pelea por ser libre y romper esa fuerza que la
mantiene atada, pero ya no puede.
En el caso del alcohólico o del que tiene un vicio, esto se da cuando ya no puede
controlar ni controlarse en el consumo del alcohól, en el caso del mentiroso, tiene
que ver con que en todo lo que dice o hace, agrega u oculta algo, o tergiversa las
cosas de lo que realmente son y todo lo hace casi sin ser consciente. Todo aquello
que escapa de tu control y tu dominio propio, es una atadura de carácter habitual
que ha generado una conducta que necesita ser liberada.
Todo comenzó con algo simple y puntual, pero que con el paso del tiempo fue
ganando lugar y territorio hasta convertirse en algo que no deja de crecer, intoxicar
y matar. Así como un cáncer va destruyendo a las células buenas, y va
empoderando las células malas, una atadura de raíz expansiva hace el mismo
proceso.
“Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus
bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa”. Mateo 12:29
Donde existe una fortaleza, gobierna un hombre fuerte, y viceversa. En este nivel,
la persona está bajo posesión de un demonio dominante, que mantiene una
estructura activa de pecado y tinieblas. Hay un gobierno con legalidad totalmente
contrario a Dios y a su Reino. Si la atadura tiene que ver con enfermedad, el espíritu
enviado es de sufrimiento, autocompasión, dolor y tragedia. Si la atadura tiene que
ver con problemas espirituales, es enviado un espíritu de iniquidad, hechicería y
manipulación que controla y domina la mente de la persona y la lleva a controlar.
Muchas fortalezas están constituídas con mentiras e intrigas para proteger el
pecado oculto, es decir, edificar una fortaleza para salvar las apariencias. Otras
fortalezas están constituídas por el aislamiento y la soledad absoluta. Cuando Jesús
habló de atar al hombre fuerte y tomar su palacio, se refería a este nivel de
liberación. En esta instancia, es importante saber que primero hay que derribar esa
fortaleza con ayuno y oración, para luego liberar el alma de esa atadura dominante.
Sexto nivel: Indentidad basada en la atadura. En este nivel, luego de que la persona
haya edificado fortalezas para proteger a la atadura, la persona asume una
identidad absolutamente igual a la atadura que no le deja vivir. La identidad de
Gedeón estaba basada en una atadura: el creía que era un cobarde, él creía que
era un inútil, pero Dios veía por encima de las ataduras de Gedeón a tal punto que
le dice: “varón esforzado y valiente”.
En este nivel de atadura, la persona deja de estar en esclavitud para convertirse en
un esclavo, de tener una enfermedad, a ser un enfermo. Que hayas cometido un
error, no significa que eres un error. Que hayas fracasado, no significa que seas un
fracaso. El enemigo gana sus grandes batallas, cuando logra ganar y suplantar la
identidad original de la persona por una identidad falsa.
El último nivel de atadura, tiene que ver con la herencia de los padres a los hijos
hasta la tercera y cuarta generación. Llega un momento en que la atadura forma
parte de la identidad, y esta se transmite por sangre a las generaciones posteriores.
Esto explica porqué hay familias enteras y naciones enteras atadas y amarradas a
un patrón común. Existen naciones marcadas por la corrupción, otras por la
explotación la pobreza y la ignorancia, otras por las masacres y la extrema
brutalidad, otras por el materialismo y la inmoralidad, otras naciones marcadas por
el orgullo y la arrogancia y otras por la envidia y los conflictos permanentes. Las
ataduras del primer Herodes, se convirtieron en maldiciones generacionales hasta
la tercera y cuarta generación. Todos persiguieron a los enviados de Dios, todos
siempre estuvieron a un paso de entregarse y hacer lo correcto, y todos murieron
de la forma mas terrible. La peor herencia que le puedes dejar a tus hijos, es saber
que han existido maldiciones y ataduras por generaciones, pero no hacer nada para
cortarlas y detener su avance.
4. ¿CÓMO PUEDO SER LIBRE DE ATADURAS EN MI VIDA?
Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo; y había allí una mujer que
desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y
en ninguna manera se podía enderezar. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo:
Mujer, eres libre de tu enfermedad.
Y puso las manos sobre ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a Dios (…) Y a
esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía
desatar de esta ligadura en el día de reposo?
Lucas 13:10-13 y 16
No escondas el problema.
Aunque sea vergonzoso, y la atadura te obligue a mirar al piso, no te escondas en
tu vergueza. Muchas veces no es sencillo vivir con ciertas cargas, pero en el secreto
y en la oscuridad, es donde el diablo puede hacer de las suyas. Aislado y escondido,
siempre estarás cautivo. Busca que la luz entre a ese lugar espiritual, y no tengas
miedo de lo que puedan decir o pensar. Muchas veces es en la vergüenza y en la
exposisión, donde Dios más manifiesta su Gloria y su poder.
Padre Celestial, vengo delante de ti, a renunciar a toda oscuridad, a todo secreto, a
toda esclavitud en las regiones de mi alma, de mi mente, de mi cuerpo y de mi
espíritu. Ahora mismo, declaro con mi boca que Jesucristo es mi Señor. Señor de
mis emociones. Señor de mis pensamientos. Señor de mis decisiones. Señor de
mis acciones.