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Inmediatamente al despertar, me pongo de rodillas, haciendo la señal de la cruz rezo las tres
avemarías.
La devoción de ¨LAS TRES AVEMARÍAS¨
La Virgen Inmaculada prometió a Santa Matilde que quien rece diariamente las TRES
AVEMARÍAS, tendrá su auxilio durante la vida y su especial asistencia a la hora de la
muerte.
María, Madre mía, ¡líbrame de caer en pecado mortal!
1ª Por el poder que te concedió el Padre Eterno.
Ave Maria...
2ª Por la sabiduría que te concedió el Hijo.
Ave Maria.. .
3ª Por el amor que te concedió el Espíritu Santo.
Ave Maria...
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
ANGELUS
Oremos, Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas para que los
que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo Jesucristo, por
su Pasión y Cruz seamos llevados a la gloria de su Resurrección. Por el mismo
Jesucristo Nuestro Señor. R. Amén.
ORACIONES DE LA MAÑANA.
Ave María Purísima, sin pecado original concebida.
Por la señal + de la Santa Cruz, de nuestros + enemigos, líbranos, Señor, + Dios nuestro.
En el nombre del Padre, + y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Ofrecimiento de obras.
Dígnate, Señor, Dios del cielo y de la tierra, dirigir, santificar, conducir y gobernar en
este día nuestros cuerpos, nuestros sentidos, palabras y acciones, según tu ley y por el
camino de tus preceptos, para que aquí y en la eternidad, por tu favor, merezcamos
ser salvos y libres, oh Salvador nuestro, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Acto de fe.
Dios mío, creo firmemente todo lo que cree y enseña la Santa Iglesia Católica,
Apostólica y Romana, porque eres Tú, verdad infalible, quien se lo ha revelado.
Acto de esperanza.
Dios mío, espero con firme confianza, que me has de dar, por los méritos de Jesucristo,
tu gracia en este mundo, y, observando tus mandamientos, tu gloria en el otro; porque
así me lo has prometido y eres todopoderoso, bueno y fiel a tus promesas.
Acto de caridad.
Dios mío, Te amo con todo mi corazón, con toda mi alma, con todas mis fuerzas y
sobre todas las cosas, por ser infinitamente bueno e infinitamente amable; y a mi
prójimo como a mi mismo, por tu amor.
Demos gracias a Dios por los beneficios que nos ha hecho y ofrezcámonos a El.
Te doy, oh Dios, humildemente gracias por todos los beneficios que hasta aquí me has
dispensado, y si he llegado a este día, es por un efecto nuevo de tu bondad. Quiero,
por lo mismo, emplearlo únicamente en tu servicio; Te consagro todos los
pensamiento, acciones y trabajos. Bendícelos, Señor, a fin de que no haya ninguno que
no esté animado de amor y no tienda a tu mayor gloria.
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; Venga a nosotros tu
reino; Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día
dánosle hoy; Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros
deudores. Y no nos dejes caer en la tentación; mas líbranos del mal. Amén.
Dios te salve María; llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita Tú eres entre
todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de
Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén
Celestial patrono, con cuyo nombre me glorío, rogad siempre a Dios por mí:
confirmadme en la fe; robustecedme en la virtud; defendedme en la lucha, para que
vencedor del maligno enemigo, merezca conseguir la gloria eterna. Así sea.
Ofrece a Dios cada obra en particular rezando una Avemaría al principio de cada una y
diciendo:
Dios mío, os ofrezco esta obra que voy a hacer por vuestro amor. Bendecidme, Señor,
y Vos ¡oh, Jesús!, y Vos también, oh, María bendecidme.
REZA EL ÁNGELUS TRES VECES AL DÍA, como es costumbre, y así merecerás las
bendiciones de tu Madre del Cielo.
ORACIONES DE LA NOCHE
Por la señal + de la Santa Cruz, de nuestros + enemigos, líbranos Señor, + Dios nuestro.
En el nombre del Padre, + y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Demos gracias a Dios por todos los favores que nos ha prodigado.
¿Cómo agradecerte, Dios mío, todos los bienes que he recibido de Ti? Tú has pensado
en mi desde toda la eternidad, me has sacado de la nada, me has dado tu vida para
rescatarme y me colmas a diario de infinitos favores. ¡Ah, Señor!, ¿qué puedo hacer en
agradecimiento por tanta bondad? Uníos a mí, espíritus bienaventurados, para alabar
al Dios de las misericordias, que no cesa de hacer bien a la más ingrata de sus
criaturas.
Examen de conciencia
1.- ¿Cómo he rezado mis oraciones y mi rosario? ¿He combatido las distracciones? ¿he
rezado con atención y sin prisas? ¿he interrumpido las oraciones por frivolidades? ¿He
buscado el lugar y el tiempo adecuado para rezar? ¿He tenido una postura decente?
2.- ¿He respetado mi cuerpo como templo y morada de Dios? ¿Me he confesado bien
de mis pecados? ¿He sido honesto, sincero y humilde en mis confesiones? ¿Me he
protegido con el agua bendita?
3.- ¿He respetado el nombre de Dios, de la Madre de Dios y de los santos? ¿He
respetado a mis padres, hermanos, cónyuge? ¿He cumplido con mis obligaciones,
responsabilidades y compromisos? ¿He levantado falsos, he afirmado sin estar seguro?
¿He sembrado la discordia y la envidia con mis comentarios? ¿He robado? ¿He
regresado lo que pido prestado?
4.- ¿He guardado el sexto y noveno mandamiento? ¿He pecado con mis manos, ojos,
pensamientos? ¿He entrado en lugares de pecado? ¿He escuchado música ofensiva a
la ley de Dios? ¿He visto programas de televisión o películas que ofenden la ley de
Dios?
5.- En tenido el cuidado de internet, teléfono, mensajes, correos y medios
electrónicos.
6.- ¿He dado buen ejemplo a mi prójimo? ¿He enseñado al que no sabe? ¿He corregido
con caridad? ¿He perdonado de corazón?
7.- ¿He dedicado un tiempo al estudio de la doctrina católica? ¿He perdido el tiempo?
8.- ¿He desconfiado de la Divina Providencia? ¿He tenido amor desordenado al dinero,
me he quejado de lo que Dios permite?
9.- ¿He combatido mi pasión dominante? ¿Qué he hecho para combatirla? ¿He
analizado detenidamente mis defectos y fortalezas para mejor servir a Dios?
10.- ¿Ha invadido mi corazón la tristeza, el desaliento, el desánimo, el fastidio? ¿He
dudado del amor de Dios? ¿He combatido estos sentimientos? ¿Los he manifestado en
confesión tal como son?
11.- Pidamos el auxilio de la Santísima Virgen María, imploremos su auxilio, sus gracias,
su protección, su sabiduría, su amor y pidamos a Dios perdón de nuestros pecados.
¡Oh Dios mío! ¡Cuántas veces os he ofendido por pensamientos, palabras, obras y
omisiones! Me pesa, Señor, de todo corazón, siendo Vos mi Creador, mi Redentor y
todo mi bien.
Aborrezco todo pecado por ser ofensa vuestra y prefiero la muerte antes de volver a
pecar. Propongo firmemente no ofenderos jamás, huir de todas las ocasiones de
pecado, y satisfacer a vuestra divina justicia con una vida llena de fervor. Os ofrezco en
satisfacción todas las obras buenas y padecimientos de mi vida junto con las alabanzas
de los justos de la tierra y de los bienaventurados del cielo y en unión de los méritos
infinitos de vuestro Hijo Santísimo. Amén.
Acto de contrición.
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por
ser Vos quien sois y porque Os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de
haberos ofendido, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme, cumplir la
penitencia que me fuere impuesta; Os ofrezco mi vida, obras y trabajos, en satisfacción
de todos mis pecados. Confío en vuestra bondad y misericordia infinita, me los
perdonaréis por los méritos de vuestra preciosísima Sangre, pasión y muerte; me
daréis gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio hasta el fin
de mi vida. Amén.