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3.

Qué es un corredor urbano

La organización de la ciudad tiene en los corredores urbanos un punto medular, la


estructura específica de cada ciudad, afirma Timms (1996), se materializa en torno
al esqueleto constituido por la infraestructura de transportes, los sistemas de
parques y bulevares, la industria y la organización de los negocios, y los accidentes
topográficos. Todo ello rompe la ciudad en numerosas áreas que podemos
denominar áreas naturales del crecimiento de la ciudad.

Los corredores urbanos varían en función y forma cuando son parte de una
estructura de la ciudad, o cuando lo son de un sistema de ciudades
En el primer caso se trata de un problema intra-urbano, es decir, cuando
contribuye a la planificación de un determinado centro urbano, pero cuando se
trata de un sistema de ciudades, serán corredores inter-urbanos.
Sólo para citar un ejemplo, Rodríguez y Precedo (1989) reportan el impacto de
un cambio funcional generado por un corredor inter-urbano: las áreas centrales,
afirman, perdieron capacidad de difusión, las periferias se desarticularon, o
desconectaron, y algunos espacios interiores, que antes funcionaban como
periféricos, ahora son Subcentros dinámicos, transfiriendo el dinamismo hacia
el nuevo Corredor Metropolitano de la Costa Gallega.
Son múltiples los ejemplos de conurbación, cuya solución funcional inicia con la
implantación de un corredor que vincula los centros en cuestión. Sin embargo,
en este artículo nos referiremos exclusivamente a los corredores intra-urbanos,
cuya expresión se da al interior de la ciudad.
Los CU en un centro urbano desempeñan un papel crucial en la organización de
la ciudad. Dicho desempeño tiene sentidos múltiples:
HAY NUCLEOS ADMINISTRTIVOS , COMERCIALES

NUCLEOS DE RECREAION PUBLICA

N.TURISTICOS Y CULTURALES

CORREDORES COMERCIALES

Corredor: Vía flanqueada por instalaciones de interés comercial, turístico o de otra índole y
que vincula zonas o núcleos de interés urbano, caracterizado por una gran circulación
peatonal.

Corredores comerciales: Calles definidas por su carácter terciario, que concentran un alto
número de edificaciones con una tipología mixta, donde las plantas bajas están preparadas
para asimilar funciones de comercios, gastronomía y servicios en general, reservando las
plantas altas para la función residencial. Estas vías, por su localización privilegiada, mantienen
una condición vinculante entre zonas jerarquizadas del Centro Histórico, estableciendo un
sentido direccional muy fuerte, en uno y otro sentido. Históricamente han formado parte del
sistema de centro de la ciudad, y constituyeron calles de reconocida fama de índole comercial.
La disminución del movimiento económico en décadas anteriores provocó transformaciones
en su uso de suelo al apropiarse la vivienda de la planta baja de no pocos edificios y una red de
ciudadelas que han deteriorado el patrimonio construido. A partir del Decreto-Ley 143 del
Consejo de Estado en 1993, producto de la estrategia de recuperación de la Oficina del
Historiador, comienza la refuncionalización de estas arterias, especialmente Obispo.

De esa manera la estructura urbana de la Ciudad de Guatemala constituye un sistema


articulado de piezas y barrios, centralidades, corredores urbanos, rondas, nodos y una retícula
verde; integrados en el territorio, conformando una malla del tejido urbano-social con el
objetivo de la promoción de una mejor calidad de vida de los habitantes.
Corredores Urbanos:

Los corredores urbanos conforman el nivel de estructura que articula las grandes funciones de
la ciudad y que reconoce e impulsa las capacidades de generar oportunidades de desarrollo
económico para la competitividad de la ciudad. El corredor, a su vez, implica una complejidad
intrínseca con diversas opciones de movilidad: posee espacios públicos de alta calidad, franjas
densas de comercio, uso residencial y espacios productivos para el desarrollo urbano de la
ciudad.

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