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1.1 La prevención
El objetivo básico de la salud y seguridad laboral es la eliminación de todos los accidentes, produzcan o no
daños personales y enfermedades profesionales por medio de la prevención de todos las situaciones o sucesos
no deseados que afecten o puedan afectar la integridad de las personas, instalaciones, ambiente o la continuidad
de los procesos de producción.
El esfuerzo que una sociedad dedica a la prevención de accidentes y enfermedades u otras catástrofes, es el
indicador más completo del nivel de calidad de vida de esa sociedad, que está ligada a su evolución social.
Considerando al sistema de trabajo como el conjunto de personas y medios técnicos que bajo determinadas
condiciones actúan sobre el proceso de trabajo para llevar a cabo una actividad laboral, la prevención en salud y
seguridad ocupacional está basada en la confiabilidad de los sistemas de trabajo y no existe fuera de las
personas que confían en ella, la promueven y la practican.
La prevención es en sí misma un concepto intangible y abstracto, que consiste en definir y tratar con acciones
que, dentro de los sistemas de trabajo, sean lo más incompatibles con los sucesos que queremos evitar, en este
caso los accidentes.
Si la tomamos como concepto pasivo sería procurar que no sucedan accidentes. Mientras que como concepto
activo consiste en definir las conductas y actuaciones del sistema de trabajo más incompatibles con los
accidentes.
La experiencia sobre accidentes va generando procedimientos de seguridad que resultan a veces una mera
acumulación de prohibiciones que expresan claramente lo que no hay que hacer, pero que orientan poco sobre
los que sí se debe hacer para que la operación sea segura. Por ello la forma de tratar la prevención a partir de la
implementación de un SG SySO es considerar que todo procedimiento de trabajo deberá definir lo que debe
hacerse correctamente, para que no existan dudas y a la vez se deberán generar los mecanismos para
imposibilitar o dificultar al resto de las opciones, que podrían llevar a accidentes.
Cuando se evalúa cuáles son los niveles de prevención adoptados lo común es centrarse en los índices de
desempeño reactivos (basados en estadísticas de accidentes). Pero esto es como si la Mercedez Benz tomara
como indicador de calidad sólo el número de rechazos, devoluciones o quejas de clientes, o bien en un servicio
hospitalario se determinara su calidad midiendo la cantidad de defunciones. Es claro que esos indicadores
sirven cuando las cosas funcionan regular o mal, pero no son los más precisos para evaluar el desempeño
cuando se alcanzan ciertos grados de eficacia.
Por ello a partir de la implementación de un SG SySO habrá que desarrollar, además, formas de medición
proactivas basadas en el funcionamiento de los mecanismos que determinan una buena gestión de la
prevención, tales como los niveles de capacitación, la cantidad de acciones preventivas (inspecciones,
mediciones de parámetros del ambiente de trabajo), mediciones del clima laboral, etc.).
El máximo trabajo que puede desarrollar una máquina viene dado por la cantidad de energía consumido, el
máximo crecimiento de una población viene determinado por la disponibilidad de agua, o sea que todos los
sistemas tienen limitaciones estructurales. En el caso de los SG SySO se podría anunciar que la calidad y el
alcance de un programa preventivo estable vienen limitado por la calidad del programa productivo al que se
integra. Cuando una organización tiene dificultades o incapacidad para desarrollar un programa productivo
eficaz, del que se deriva su objetivo funcional, producir en condiciones cuya relación calidad / precio sea
competitiva, difícilmente puede integrar programas preventivos de elevada calidad o eficacia. En este caso
productividad y calidad de las condiciones de trabajo no son aspectos antagónicos sino concordantes.
Por todo ello, la seguridad no se opone a la mejora de la productividad, y la calidad sino que la acompaña y la
prevención es parte integrante de ese proceso.
Los errores y las fallas son subproductos del funcionamiento normal. Todo lo que funciona puede fallar y la
prevención se aplica a todo lo que funciona.
Por lo tanto la seguridad no es sólo una técnica sobre la eliminación de los errores, sino una tecnología para
reducir y prevenir las consecuencias de los errores y las fallas producidas, pero contando con ellas.
Los sistemas seguros no son los que fallan poco, sino los que aún fallando no provocan accidentes.
Es por todo ello que los sistemas más seguros no son tanto los resistentes a fallas, sino los resistentes a las
consecuencias de las fallas.
El análisis de las fallas y los errores, lleva a plantear otra limitación observable en algunos análisis preventivos
con relación a que las causas de los accidentes: “error humano o a la falla técnica”.
La falla o error es una desviación más o menos probable, indeseable o inesperada del funcionamiento de un
sistema de trabajo.
Se puede hablar de errores o de fallas en la medida en que forman parte de la conducta no esperada, imprevista
de un sistema. Pero tanto las fallas como los errores, son todos irreductiblemente humanos. Pues en un sistema
técnico, máquina o equipo, existen varias fases de donde puede producirse una falla: el proyecto, el diseño, la
construcción, la puesta a punto, el mantenimiento o la operación.
Desafortunadamente cuando se habla de error humano solamente se quiere decir que se tiene un causante
directo.
Alguien dijo “El que sonría cuando las cosas van mal, es que ha encontrado a quién echarle la culpa”
A nivel semántico parece más adecuado hablar de errores o fallas operativas y errores o fallas no operativas.
Además hay que convivir y contar con los errores ya que son elementos valiosos que aportan experiencia y
aprendizaje, tomados desde el lado positivo, ya que así podemos:
* definir el riesgo aceptable
* detectar deficiencias y limitaciones de los sistemas
* limitar riesgos mayores
* mejorar la formación
* diseñar ayudas más inteligentes
* inventariar los errores
* traducir cuantitativamente la confiabilidad humana.
Una de las ventajas de considerar las condiciones de trabajo dentro del sistema trabajo es que la seguridad o la
inseguridad son consecuencias derivadas de los diferentes estados del sistema.
Actuar con seguridad supone actuar sobre el sistema de trabajo, lo que implica percibir previamente las
relaciones existentes entre la tecnología, las personas, la organización y todo ello con relación al comportamiento
seguro.
Un procedimiento de trabajo, que pueda hacerse con o sin seguridad, se debe considerar un mal procedimiento
de trabajo.
La seguridad no debe ser un accesorio desmontable del trabajo. No debe ser opcional, ni conceptual ni
operativamente.
Para que un sistema de seguridad esté integrado dentro del sistema de trabajo es necesario aplicar el principio
de proximidad.
Esto implica concebir la seguridad del sistema a la vez que el propio sistema, esto es desde el proyecto o diseño.
Con ello se consigue una máxima eficacia y una mayor dificultad respecto de que sea desmontable.
La ausencia de un diseño previo o de una planificación, lleva a que los errores iniciales terminen por arrastrarse y
acumularse en las siguientes etapas del proyecto, la construcción, la puesta a punto, el mantenimiento y las
operaciones.
Cuando se habla de un diseño o proyecto preventivo debe considerarse presente en cada uno de los
componentes del sistema de trabajo.
La rentabilidad de la seguridad se puede ver desde el punto de vista económico como del social. Y no tan sólo
por los costos directos sino de los indirectos, aquellos que no parecen visibles en primera instancia.
La siguiente figura nos ilustra que los costos directos producidos por la no-prevención son apenas la punta del
iceberg.
Las personas, el equipo, el material y el medio ambiente de trabajo constituyen las cuatro partes del subsistema
de la organización total. Todos ellos deben interactuar en forma adecuada para obtener un control efectivo de la
seguridad, la calidad, la producción y los costos. Estos cuatro subsistemas son fuentes importantes de pérdidas
y también cuatro fuentes importantes de control.
Y los costos serán más fácilmente compensables a mediano y corto plazo cuando la prevención sea
considerada:
• desde el proyecto
• como parte integrante del sistema de trabajo
• en el contexto de la calidad global de la empresa
A continuación se verá una descripción de los hechos históricos que trajeron aparejados aumentos en las tasas
de siniestralidad y cómo por medio de las regulaciones se intentó poner un freno en este avance, sin lograrlo.
Hasta llegar a la nueva concepción de la salud y la seguridad por medio de la implementación de los sistemas de
gestión en salud y seguridad ocupacional y su integración con otros sistemas de gestión
La Administración de la salud y la seguridad han tenido cambios importantes a través del tiempo.
Uno pensaría que este tema se ha iniciado con la Revolución Iindustrial pero nada más alejado de la realidad.
Aunque nos parezca mentira ya en la antigua Babilonia existía el “Código de Hammurabi” que prescribía
castigos a los capataces por las lesiones que sufrieran sus trabajadores. Por ejemplo si un trabajador perdía un
brazo debido al descuido o negligencia de un capataz, se procedía a cortar el brazo del capataz para equiparar la
pérdida del trabajador.
Desde hace muchos siglos existen datos experimentales referidos a descripciones de enfermedades
profesionales, derivados de investigaciones realizadas, en aquellas épocas, sobre actividades mineras y
extractivas, con autores tan famosos como Platón, Lucrecio, Hipócrates y Galeno.
Hacia 1567, Paracelso, hizo numerosas observaciones relacionando los métodos de trabajo o las sustancias
manipuladas con distintas enfermedades que se asociaron con actividades laborales.
Bernardo Ramazzini, en su tratado publicado en 1700 describe con detalle riesgos y/o enfermedades
relacionadas con 54 profesiones diversas.
La Revolución Industrial que acontece entre 1760 y 1830 como consecuencia de un movimiento que tiene su
origen en Inglaterra, da paso a la aparición de problemas ocupacionales muy serios, numerosos accidentes,
muchos de ellos mortales, entre los más frecuentes, en niños. No existían límites en la jornada laboral, las
condiciones de trabajo eran pésimas, en situaciones de verdadero hacinamiento. Las máquinas se diseñaban
con poca o ninguna consideración respecto de la seguridad del trabajador, la mano de obra disponible no estaba
entrenada, ni calificada para el uso de esas nuevas máquinas, que a su vez se encontraban desprovistas de
resguardos, las fuentes motrices cambiaban rápidamente desde la capacidad del hombre,, a la del vapor, la
electricidad y la combustión interna, las jornadas laborales de 11 y 13 horas aumentaban la exposición a
accidentes potenciales, las instalaciones para atención de emergencia era tremendamente inadecuadas, y casi
nunca se disponía de ayuda médica.
Es por ello que empiezan a aparecer algunas reglamentaciones para paliar tales situaciones:
En 1802 la Ley de Fábricas en Inglaterra intenta frenar el abuso que se cometía con la sobreexplotación de los
niños que se llevaban a cabo en las fábricas textiles en distintos puntos del país. Pero no fue bien entendida y se
aplicó con escaso rigor y por ello se dictaron sucesivas leyes cada vez más restrictivas.
En otras ocasiones las leyes de seguridad se vieron influenciadas por razones políticas por ejemplo en Alemania
Imperial para detener el aumento del comunismo en 1880 se dictó la primera ley de compensación de los
trabajadores atendiendo a las condiciones de riesgo en los lugares de trabajo. Los industriales alemanes
impulsados por las amenazas de los escritos de Marx apoyaron esa ley y al hacerlo dieron expresión a una de
las primeras preocupaciones que se registran de parte de los ejecutivos, en cuanto a que la seguridad en el lugar
de trabajo fuese vital para el éxito de los negocios.
En los EEUU en 1887 en Massachussets se crearon los inspectores de fábricas. Luego en 1909 se hizo un
estudio en Allegheny, Pennsylvania que reveló que en ese condado se habían producido entre 1906 y 1907, 526
accidentes de trabajo fatales y que más del 50% de las viudas y los niños que sobrevivieron a los accidentados
quedaron sin ninguna fuente de ingreso. A raíz de esto se promulgaron leyes de compensación que luego se
extendieron a otros estados.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) fue creada en 1919 y como uno de los resultado del Tratado de
Versalles, para servir como organismo para la promoción de la justicia social y los derechos humanos y laborales
internacionalmente reconocidos. En 1946 se convirtió en el primer organismo especializado de las Naciones
Unidas. Es un organismo tripartito, formado en el mismo nivel de igualdad por entes gubernamentales,
representantes de las asociaciones de los trabajadores y asociaciones de los empleadores.
La OIT formula normas internacionales del trabajo, que revisten la forma de convenios y de recomendaciones,
por las que se fijan las condiciones mínimas en materia de derechos laborales fundamentales. Entre ellas la
Recomendación de la OIT Nº 112 en 1959 introduce el término de “Servicio de Salud Ocupacional” y les confiere
la responsabilidad sobre la protección de los trabajadores contra cualquier riesgo asociado al trabajo y define la
contribución que pueden ejercer respecto de la adaptación física y mental de los trabajadores de manera de
mantener en el más alto grado su salud. Éste podría considerarse como el puntapié inicial que dio lugar a que
muchos países miembro de la OIT replicaran esa recomendación en legislaciones nacionales respecto de salud y
seguridad ocupacional.
Esta rápida revisión histórica nos muestra que cuando los directivos mostraron indiferencia frente al bienestar de
los trabajadores, se respondía con reacción e intervención. Mediante la intervención estatal se intenta garantizar
la seguridad, cuando los directivos se muestran negligentes para asumir su responsabilidad total como líderes.
El desafío para la administración está claro.
Pero inexorablemente la intervención de los estados no puede parar las situaciones que pasan por la conciencia
de los individuos. La fiscalización de esas mismas reglamentaciones es generalmente mala y con ello, todo
termina en expresiones de deseo, pero en pocos resultados efectivos.
La seguridad a través del liderazgo es más gratificante y otorga más satisfacciones, es más económica y otorga
a su vez mayores éxitos que la seguridad impuesta por grupos de trabajo o por la intervención del gobierno.
Durante los inicios del siglo pasado, la Revolución industrial había traído consigo que las tasas de mortalidad y
de invalidez se elevaran a niveles impresionantes. Es entendible que en esa época el esfuerzo de la seguridad
se orientara a disminuir las lesiones, las incapacidades y las muertes. Y mediante la aplicación de medidas
tecnológicas de ingeniería se consiguiera bajar las tasas de siniestralidad.
El estilo gerencial de esa época era predominantemente Tayloriano de la administración científica con el
cronómetro y la regla de cálculo en la mano. El trabajo se entendía como un intercambio impersonal de mano de
obra por dinero. El objetivo era la producción de gran volumen. La seguridad se encontraba muy baja en la
escala de motivación de la dirección.
A mediados del siglo XX la evolución marca el cambio, tendiendo a integrar la seguridad como un sistema de
gerenciamiento profesional, experimentando muchos avances significativos, se comienza a ampliar la imagen
mental de la dirección sobre la seguridad y sobre la mejor manera de garantizarla. El enfoque de sistemas para
la prevención y el control de accidentes, se comienza a aplicar al proceso integrando la seguridad a la
producción.
N° accid.
Medidas técnicas
Factor humano
OHSAS 18.001
Figura 2
A medida que esta nueva filosofía va avanzando, la sociedad descubre que muchas de las fallas que se siguen
cometiendo son debidas a problemas que se arrastran por deficiencias en la organización, en la supervisión, en
el control, en la capacitación, o sea en aspectos que no eran tenidos en cuenta. Es así que se introducen los
sistemas de gestión, para generar cambios que perduren en el tiempo, que sean sistemáticos, con una
planificación previa, implementación sobre la base de la planificación, verificación para comprobar la efectividad
de lo implementado y revisión periódica, para introducir los cambios que aseguren la mejora continua.
Se introduce así un concepto que es de los más fructíferos de las ciencias aplicadas, el “sistema”. Un sistema
existe cuando las partes interaccionan entre sí con un fin común. Por ello la organización deja de “moverse”
como formada por compartimentos estancos, con estructuras rígidas, donde una parte no sabe lo que hace la
otra, sino que la nueva forma de gestión, integra las distintas áreas relacionándolas entre sí, pero todas con un
fin común, la gestión exitosa. Esto es el sistema de gestión.
Figura 3
Es así que se integran los aspectos de seguridad y salud ocupacional a la gestión de la empresa por medio de
los sistemas de gestión de seguridad y salud ocupacional que tienen la misión de desarrollar acciones
sistemáticas orientadas a lograr un ambiente laboral más seguro, minimizar los riesgos y las consecuencias de
los accidentes, reducir los costos de seguros y mejorar la imagen de la compañía.
La buena gestión empresaria no es la gestión de la calidad, del medio ambiente o del ambiente de trabajo o de la
responsabilidad social, en forma aislada, sino integrada y asociada a un desarrollo comercial y financiero.
La calidad del producto es la principal razón de ser de la empresa, por lo que busca en ello la excelencia. Pero
la asignatura pendiente es crecer en forma compatible con el desarrollo sostenible. Esto significa competir a
nivel global con estrategia de negocios que respondan a las necesidades presentes de las empresas y de la
comunidad, protegiendo y manteniendo los recursos naturales y humanos que serán necesarios en el futuro,
promoviendo el desarrollo económico pero con respeto medioambiental y conciencia social.
Se populariza el concepto de “calidad” , pero que excede las definiciones clásicas. La “satisfacción del cliente”
está dada por otros paradigmas, dentro de los cuales, los más notorios, se refieren a la “calidad de vida”. La
“calidad” no está limitada a la calidad del producto y/o servicio, sino que también se amplía al concepto de la
seguridad y salud ocupacional, que representan hoy bienes fundamentales y oportunidades de mejora del
negocio para cualquier empresa bien estructurada y organizada.
Los estándares ISO 9001:2000, ISO 14001:2004, OHSAS 18001:2007 y la SA 8000:2001 son normativas
internacionales que brindan los requisitos que deben reunir los sistemas de gestión de la calidad, ambiental, de
salud y seguridad ocupacional y responsabilidad social, respectivamente. Cada una de ellas tiene requisitos
específicos pero coinciden en varios puntos comunes, la aplicación del ciclo PDCA, el enfoque sistémico de la
resolución de los problemas y la mejora continua.
En otras palabras estos nuevos paradigmas, fruto del proceso de evolución, constituyen una realidad dentro de la
planificación estratégica de gran número de organizaciones, que han encontrado en ellas una manera de
responder competitivamente a los mercados más exigentes.