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Ha habido muchas clasificaciones de las ciencias, desde su evolución

autónoma en los inicios del siglo XVII (Pérez Tamayo, 1990, p.10), hasta
como las conocemos actualmente. Por ejemplo, Wilhelm Windelband (1848-
1915), filósofo alemán, clasificó a las ciencias naturales en
nomotéticas y bautizó como ideográficas a las históricas y culturales.
Las ciencias nomotéticas serian aquellas que buscaban las regularidades
entre los fenómenos, tratando de lograr la universalidad de las
relaciones. Las ciencias ideográficas se preocuparon por la particular e
irrepetible de los fenómenos estudiados. Esta tipología de las ciencias
perdió la credibilidad y adeptos cuando se enfatizó y clarificó que
también los suceso naturales son irrepetibles y que lo analizable son
las clases de eventos, que lo singular no es exclusivo nada más de las
ciencias históricas y culturales.

También se habló y aún se sigue hablando, de ciencias naturales y


sociales. Otros (Cohen y Ángel, 2000) consideran útil dividir a las
ciencias inductiva (como la biología y la psicología) y deductivas (cómo
la lógica y la matemática pura). Otros han hablado de ciencias ideales
para referirse a la lógica y la matemática, y ciencias reales para
denotar aquellas con un campo empírico, como la biología y la
psicología, entre otras (Hessen, 2003). Sin embargo, la división que aquí
interesa al comentar lo que es la lógica y su importancia para la
investigación científica, es la que separa a las ciencias factuales, de
las formales. Las ciencias factuales se ocupan de alguna parcela del
mundo, más o menos delimitada, sin olvidar por supuesto las interfaces
entre ellas, tratando de generar teorías que den cuanta de los fenómenos
enmarcados dentro de su área. De esta manera, podemos entender lo que se
hace y de qué tratan las ciencias factuales, tales como la psicología, la
biología, la sociología, la bioquímica y la física.

CIENCIAS FORMALES

Por su parte, las ciencias formales son auto contenidas en un mundo


simbólico, en el cual al seguir una serie de reglas consensuadas, se
otorga el valor demostrativo a los asertos dentro de las mismas
disciplinas. La matemática y la lógica calificarían en esta categoría. No
requieren de procedimientos de validación externa, de tipo empírico, para
sus afirmaciones, porque sus símbolos no representan a ningún acontecer
mundano, están vacíos de mundo, valga la expresión.

VALOR DE LA LÓGICA PARA LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA

Cuando se quiere investigar, es recomendable revisar y familiarizarse con


lo escrito, teórica y empíricamente, reportado en la literatura,
relacionado con el tema de nuestro interés. De esas lecturas aprenderemos
los enfoques conceptuales diversos que pudiera haber al respecto del
fenómenos o fenómenos que queremos investigar. De esa manera, entramos en
contacto con las formas de imaginar esos fenómenos por parte de otros
autores, con los cuales podremos estar de acuerdo o no. Estaremos en
mejor posición para entenderlos, tal vez, y llevar a su falsación algunas
implicaciones que se hayan investigado toda vía o deducir algunas otras,
ayudándonos para ello con el modo lógico de pensar. Podremos incluso,
crear un nuevo modelo o microteoría, conjuntando o articulando algunos
constructos nuevos, pensados por nosotros mismos o armándolos a partir de
los de aquellos que fueren conmensurables, derivados de diferentes
teorías. Por conmensurable nos referimos a la propiedad de los
constructos que les permite eslabonarse entre sí, aun cuando su origen no
sea una misma matriz conceptual. Básicamente, se refiere a su
compatibilidad para la falsabilidad mediante la investigación científica.

Por tanto, podemos decir que el valor de la lógica para el proceso de la


investigación científica, se encuentra definitivamente en las primeras
etapas de la misma, cuando se está pensando cómo conceptualizar mejor los
fenómenos, para entenderlos. Es decir, la lógica sirve mucho al proceso
de la investigación porque le permite al científico razonar, pensar en
diferentes alternativas plausibles y elaborar conceptos que expliquen,
provisional y tentativamente, los fenómenos. Sin embargo, también es
importante cuando se elaboran las hipótesis, para así dirigir mejor los
esfuerzos de la recolección de información. Finalmente, también es
importante al hacer las inferencias o interpretar el significado de los
nuevo datos, derivados de la investigación científica.

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