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La pícara pájara

pica,
en la típica jícara.
En la típica jícara
pica,
la pájara pícara.

CARLOS ADRIANO LÓPEZ PÉREZ

Pata, Peta, Pita y


Pota, cuatro patas
con dos patas,
cada pata.

CARLOS ADRIANO LÓPEZ PÉREZ


En lo alto vive, en lo
alto mora, en lo alto
teje la tejedora.
Respuesta:
La araña

CARLOS ADRIANO LÓPEZ PÉREZ

Tengo forma de
patito, soy arqueado
y redondito.
Respuesta:
El dos

CARLOS ADRIANO LÓPEZ PÉREZ


E ncontrábase un día un león, reposando
tranquilamente en la selva, cuando un mosquito
trompetero decidió declararle la guerra.
– ¡No creas que tu título de rey me inquieta!-
Exclamaba el insecto volador desafiante al
león, conocido como el rey de la selva.
Tras aquellas palabras, el mosquito, ni corto ni
perezoso, empezó a rodear al león volando de
un lado a otro, subiendo y bajando, mientras
hacía sonar su larga trompeta.
¡El león rugía enfurecido ante el atrevimiento
del mosquito! Y a pesar de sus intentos por
zafarse, el mosquito le picaba en el lomo, en el
hocico y hasta en la nariz, hasta que el león se
derrumbó en el suelo por el cansancio.
Sentíase victorioso el mosquito, y alzando de
nuevo su trompeta, retomó el camino por el
que había venido. Pero tropezó en su marcha el
mosquito con una tela de araña, y vencido se
vio también.

Y es que no existen
nunca peligros
pequeños, ni
tropiezos
insignificantes.

CARLOS ADRIANO LÓPEZ PÉREZ


D icen que la avaricia rompe el saco. Un buen
ejemplo es del hombre que hubo una vez, cuya
gallina todos los días le ponía un hermoso huevo
de oro.

Aquel hombre, feliz por ser el dueño de tan


increíble animal, imaginó que se haría rico con el
tesoro que aquella gallina debía albergar en sus
entrañas. Ni corto ni perezoso decidió sacrificar al
pobre animal para poder comprobar cuánto
brillaba el tesoro de la gallina. Sin embargo, al
abrirla pudo comprobar con sus propios ojos,
como aquella gallina era igual por dentro que
aquellas que no ponían ni un solo huevo
extraordinario. Y de esta forma fue como el
hombre de la gallina de los huevos de oro, se
privó de su gran fortuna.

Qué gran mensaje y


lección para las personas
egoístas…De la noche a
la mañana, el rico se
vuelve pobre
por no conformarse
con lo que gana.

CARLOS ADRIANO LÓPEZ PÉREZ

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