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BRYAN PALMA ANTIMIL

CATALINA TEDIAS
UNIVERSIDAD ANDRÉS BELLO
PROFESORA: VIVIANA PINOCHET

LA COMUNIDAD IMAGINADA DE LATINOAMÉRICA

En el proceso de creación de una obra escrita, ya sea literaria o no ficcional, esta va


dirigida predeterminadamente a un público en específico, o en su defecto, para “todos”. El
autor tiene conciencia de que es miembro de una comunidad colectiva en la que coexiste
junto a sus lectores, por ende, imagina un público ideal hacia el cual orienta su obra. Este
público generalizado imaginado también posee una cualidad fundamental, corresponde a la
visión global del territorio o sector abarcado por el autor. Por ejemplo, si este escribe acerca
de Cuba, y su obra va dedicada al pueblo de aquel país, en dicho proceso, construye un
imaginario de la población cubana, basado en sus ideales y principios, el cual tiene como
objetivo enmarcar o delimitar una identidad en común para todos los participantes de dicha
comunidad. Sin embargo, esta comunidad es excluyente, debido a que, siguiendo el
ejemplo anterior, si se encuentran marcas de genero de que el texto solo se refiere a
hombres burgueses, se infiere que en aquel imaginario sólo entra esta categoría. El autor
selecciona que es lo que incorpora a su construcción de comunidad, sobre todo si lo que
imagina es una nación.

La construcción de la nación corresponde a este proceso personal excluyente (en


algunos casos) de quien la piensa, situación que tiene estrecho vínculo con lo que señala
Anderson en “Comunidades Imaginadas”:

“(…) una comunidad política imaginada como inherentemente limitada y


soberana. Es imaginada porque aun los miembros de la nación más pequeña no
conocerán jamás a la mayoría de sus compatriotas, no los verán ni oirán
siquiera hablar de ellos, pero en la mente de cada uno vive la imagen de su
comunión”.(Anderson, 23)

El sujeto que construye este imaginario, siempre tiene una visión política, la cual se
ve manifestada en las personas conductas que incluye en su concepción de nación. Esta
construcción ficcional funciona como un ideal colectivo que la población real de un
territorio asocia al resto de sus “compatriotas”. Funciona como un motor de identidad y
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PROFESORA: VIVIANA PINOCHET

representación, debido a la imposibilidad de los vínculos reales de todas las personas de


una nación, por lo que este imaginario funciona como el punto de unión de todos los
habitantes de una región. Establece los parámetros de cultura y comportamientos de la
identidad esencial del pueblo que se imagina, enmarcando lo que la exacerba y anulando lo
que la ensucia, este proceso puede ser tanto positivo como negativo. Por ejemplo, desde la
difusión de una identidad latinoamericana rebelde, igualitaria y democrática hasta la
conformación de un imperio ario que lucha por la pureza racial y el exterminio de todo lo
que no entre en su comunidad imaginaria idealizada. Debido a esto, el concepto tratado
tiene tanto poder e interpretaciones, ligado también a las múltiples aplicaciones históricas
que pueden hacerse gracias a él.

En la obra “El matadero” de Echeverría, mediante un cuento alegórico, el autor


realiza una construcción del contexto histórico de su país. El autor se sitúa como un
habitante argentino, el cual está consciente de que comparte aquel espacio con el resto de
los habitantes de Argentina. Este ciudadano identifica las problemáticas sociales y las
denuncia mediante su obra, la cual esta pensada y dirigida hacia un imaginario político y
social que Echeverría tiene de la recepción de su mismo pueblo. En palabras más concretas,
el autor construye un imaginario del pueblo argentino, el cual está descontento por la
situación actual del país, por lo que al leer su texto, se fomentan la identidad argentina, la
cual tiene como eje principal la abolición del régimen militar de Juan Manuel de Rosas.
Mediante su particular narrativa destapa la realidad corrupta de su país, realizando una
construcción global de la población argentina y sus respectivas interacciones. Es obvio que
construye una comunidad imaginaria de Argentina, la cual se rige por los ideales políticos y
culturales del autor, el cual busca una repercusión determinada de su obra en el colectivo
que el mismo imagino, algo similar hace José Martí en “Nuestra América”.

Martí configura una identidad latinoamericana basada en el sentimiento que esta


debiera sentir por la represión extranjera imperialista. Busca establecer el punto de unión
entre todas las comunidades locales para la creación de un imaginario mucho más grande
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aun: Latinoamérica. El autor exacerba esta identidad mucho mayor que las nacionales ya
configuradas, buscando una unión política, con la finalidad de acabar con el yugo opresor.
En su escrito realiza una caracterización de toda América hispanohablante, señalando sus
puntos de unión y de diferencia. Es imposible que Martí conozca toda América, sin
embargo, el propósito de lo que escribe es acabar con las barreras temporales y geográficas
que sufre el continente, tiene como finalidad establecer un colectivo imaginario americano.
Busca la consolidación de una hermandad que sienta solidaridad y protección entre sus
miembros. En palabras simples, piensa América como una unión cultural, social y política
que debiese ser más considerada con su contexto, evitar los conflictos internos, velar por
su autogestión e independencia y luchar contra el imperialismo hegemónico.

Hay una similitud muy estrecha entre ambos autores, y es que ambos construyen una
nación imaginaria respecto a los receptores de su obra. Idealizan un lector ideal, el cual
debiese tener una reacción esperada por el escritor. Esta corresponde a la configuración de
una identidad colectiva, por una parte Argentina, y por la otra americana. Se hace un juicio
crítico del contexto actual que vive cada autor, para enmarcar la necesidad de una
revolución que vele por una verdadera “democracia”, hipotéticamente hablando, ya que no
se sabe el modelo político específico que cada autor estima correcto.

En definitiva, el proceso creativo de una comunidad imaginada, dependen de netamente


de los ideales políticos y sociales de quien la construye. Es un proceso excluyente donde el
autor “se reserva el derecho de admisión”, es decir decide que asuntos moralmente
correctos entran, o que malas prácticas debieran estar fuera de su nación ideal, la cual es
una noción individual de un grupo colectivo que lo supera en su condición humana de ser
individuo.
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Bibliografía

- Anderson, Benedict. Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión


del nacionalismo. México, FCE, 2011.

- Martí, José. Nuestra América (1891). Caracas: Biblioteca Ayacucho, 2005.

- Echeverría, Esteban. “El matadero”. Madrid: Cátedra, 2009.

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