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Obama: un falso Prometeo asume su Deflación.

http://www.cotizalia.com/tribuna/obama-prometeo-deflacion-20101116-4388.html

Justo este fin de semana, durante las reuniones del G20, el presidente Obama no tuvo más remedio
que declarar públicamente que su país (y en cierta forma todos) afronte un serio peligro de sufrir Deflación.
Previamente, las actas publicas de la FED sugerían la conveniencia de crear expectativas de una inflación algo
mayor y el último artículo de su Presidente, Ben Bernanke, explicitaba su idea de que la inflación americana
estaba por debajo de aquello a lo que le obliga su cargo, que es: promover el máximo empleo, la estabilidad
de precios y tasas moderadas de interés a largo plazo. En la gráfica más abajo indica, con la segunda derivada
del Índice de Precios, ciertamente, la tendencia deflacionista en que se encuentran.

Desde el punto de vista de la Teoría de las Expectativas Racionales, ambas declaraciones no tienen
precedentes, pues inducir expectativas sobre una previsión, que se retroalimenta a sí misma, termina
generando un espiral deflacionaria que nos metería en un verdadero lío Global. Hemos de suponer que las
motivaciones de tantas declaraciones en ese sentido son una llamada de atención al Mundo, y tienen su origen
en la imposibilidad para los Estados Unidos de seguir haciendo de locomotora global aumentando su PIB
nominal y, por ello, deben corregirse decididamente los desequilibrios comerciales globales, de lo que los
EE.UU. son la primera víctima (enlace para ver otros escenarios deflacionarios).

Durante su campaña, el Presidente Obama abusó del arquetipo prometeico, tan querido por la
izquierda del pensamiento mágico, e hizo pensar a muchos que nos traía el fuego civilizador de los dioses. Ya
metido en faena, y viendo su incapacidad para generar crecimiento, acudió a Clinton, “maestro” de la New
Economy, quien suponemos le dijo lo que había, y no satisfecho, tal vez desconfiado por sus problemas con
los Clinton, que juntos o por separado son muchísimo más brillantes que él, acudió a Al Gore, quien solo
pudo darle la Green Economy, una propuesta de crecimiento insuficiente, cara y distorsionadora de la
Economía, que además fue machacada usando el ejemplo español. Es lo que tienen estos charlatanes que se
suben a una tarima y timan al público con su antorcha mágica, que al final, su propuesta es inútil, cara y
absorben recursos de otros sectores más dinámicos; estos shows en algún caso resultan hasta patéticos.

Para levantar el régimen de actividad de su Sistema Económico, Obama necesitaría, además, algo del
calibre, o incluso mayor (y mejor) de lo hecho por Clinton, quien mucho antes de tomar el poder ya trabajaba
con el Council on Competitiveness, y llegó al gobierno con un nuevo paradigma en términos del Rol del
Gobierno en temas tecnológicos y con el plan de usar el Dividendo de la Paz en el impulso de la robótica, las
autopistas inteligentes, la biotecnología, maquinas-herramientas, trenes de levitación magnética,
comunicaciones de fibra óptica, redes informáticas, dispositivos de memoria e imágenes digitales; así hacía la
crónica el NYT nada menos que en Noviembre de 1992. Esto lo digo porque, si observamos el siguiente
gráfico sobre perfil cíclico de largo plazo de del Uso de la Capacidad de Producción de Estados Unidos
(enlace para verlo en más detalle), podemos ver que la corrección de las fuerzas seculares por exceso de
Oferta que enfrentan los americanos cuya distancia a recorrer exige un esfuerzo realmente titánico, parte del
cual ya se ha malgastado en los fútiles caprichos dogmáticos de Obama (¿les recuerda a alguien?)

Obama no solo dejará (muchos le consideran OTP) a su país con una deuda similar al de Roosevelt,
con la diferencia sideral de que los planes Obama no traerán externalidades industriales de FDR que, por citar
un ejemplo de muchos, hicieron del ASME el estándar industrial mundial aún vigente hoy día, si no que
con su deuda, Obama ni siquiera ha puesto las a bases para corregir los errores que arrastramos de la que hoy
llamaremos Era Clinton, con lo que ella implica en modos y modas de gestión, y que nos han traído hasta
aquí. Y me explico, el enfoque inicial de Clinton fue excelente, sin parangón y digno de estudio por cualquier
partido político serio; sin embargo, a diferencia de sus dos predecesores, erró en algo fundamental, como si
de un simple aprendiz se tratara intentó construir un damero sin incluir las losas negras, esto es: olvidó en sus
reformas el rol fundamental que desempeñan los agentes inhibidores del sistema y, mediante la Gramm–
Leach–Bliley Act eliminó la Ley Glass-Stegal; a partir de ahí, la incompetencia supervisora sobre el Sistema
Financiero se convirtió en la norma Global, y en eso seguimos, pues Obama ni siquiera ha propuesto una
reforma con un calendario cómodo a la banca para corregir semejante carencia sistémica.

Ante la urgencia de las circunstancias y cediendo a las presiones de los lobbies, Obama ha mantenido
el TARP y las rebajas fiscales de Bush II, se ha vuelto más razonable sobre la energía nuclear y la explotación
petrolífera en la plataforma continental, ha incentivado la compra de viviendas y renovación de vehículos, ha
salvado a GM y Chrysler (y con ello la industria de componentes de USA); en enero de 2009 firmó una Ley
de Recuperación y Reinversión (¿Más capacidad de producción? ¡Si sobra!), que solo destina un 1% a
Investigación Científica (origen del Tea Party), pero eso sí, con el timing justo para las elecciones de hace
unos días, que al final perdió estrepitosamente. Finalmente, prepara una segunda ronda de estímulos, esta vez
en infraestructuras viarias y aeropuertos, pero nada para sanear y vigilar en serio el Sistema Financiero que
sigue en las mismas.

Termino diciendo que tal vez lo peor del falso Prometeo americano, más allá del riesgo de duplicar
la deuda pública en un en un escenario deflacionario, es haber alimentado expectativas de que las cosas
pueden seguir haciéndose como en la Era Clinton, tanto a nivel público como privado, o el que otros
(adivinen) emularan sus propuestas cuando gobiernan sobre realidades radicalmente, distintas distrayendo a
los ciudadanos de la solución urgente que requieren sus problemas. Entérense, la Era Clinton ha muerto.

Luis Riestra Delgado. /15-11-2.010/

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