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DE APRENDIZAJE
RUTERO
La Mente Inconsciente
Tu mente inconsciente tiene el control sobre el 95% de las cosas que tú haces.
Hace las cosas de las cuales no te das cuenta.
La mente inconsciente se maneja igual que una computadora y tiene tres
características:
– Es literal
– No analiza
– No tiene sentido del humor
¿De qué manera nos programamos? ==> Por medio del Pensamiento y el
Lenguaje.
Aun cuando sólo piensas, tu mente cree que realmente tienes el limón en la
boca y genera la corriente eléctrica necesaria para que tus glándulas
produzcan la salivación.
Cada emoción que yo vivo me predispone a una acción. Lo que decimos es que no hay
pensamiento ni acción sin emoción. Cuando miro el mundo, estoy predispuesto: o lo amo,
o me sorprende, o me asusta, o me entristece o me asombra. Y esto me lleva a actuar. Si
tengo rabia, mi predisposición podría ser a castigar al otro; el agradecimiento podría
llevarme a servir; el estar resignado podría llevarme a no moverme; mi tristeza, a
recogerme; mi miedo, a ocultarme o a salir corriendo. De cada emoción, surge una
predisposición a un movimiento determinado. La emoción —por tanto— le da sentido y
propósito a mi actuar.
Cuando tengo miedo estoy dispuesto a actuar de una manera muy distinta a que si siento
tristeza. Desde la gratitud voy a enfrentar el mundo de una manera muy distinta a si estoy
en el resentimiento. ¿A qué me impulsan las emociones? A un mundo de acciones
diferentes. Y eso es central entenderlo y sobre todo conectarlo con mi experiencia.
Si me ofrecen salir a la playa el fin de semana, esa invitación será bien distinta si la
escucho desde el entusiasmo que desde la apatía. Esto me llevará a ir o a no ir.
Igualmente, si estoy en una discusión y mi emocionalidad es de rabia, mi escucha será muy
distinta a una escucha desde la apertura, por ejemplo.
Esto nos muestra que ciertas acciones están más a la mano que otras e incluso hay
acciones que desaparecen completamente de nuestras posibilidades dada la emoción que
estoy habitando: en la rabia es imposible una reconciliación con el amigo con quien hemos
tenido una discusión, y desde el miedo es probable que no logremos esa conversación
relajada y segura que nos permitiría, en una entrevista de trabajo, conseguir esa posición
con que tanto hemos soñado. Igualmente, si estamos predispuestos a la desconfianza, se
pueden cerrar las posibilidades de coordinar acciones con alguien, mientras que en el
entusiasmo se nos abren posibilidades hacia el futuro.
Cada emoción nos predispone de un modo diferente a la acción; cada una de ellas nos
señala una dirección que, en el pasado, permitió resolver adecuadamente los
innumerables desafíos a que se ha visto sometida la existencia humana.
6. TRISTEZA:
La tristeza busca el silencio, nos aleja del mundo por un rato para mirarlo con cierta
distancia, con una nueva perspectiva, invitándonos a valorar lo que tenemos y lo que
hemos perdido.
Decir que la tristeza es mala no tiene sentido. Cuando aparece la tristeza, ella viene, nos
visita, nos ponemos en contacto con una pérdida y después desaparece. Hace su tarea
y se va.
En este proceso, ustedes inevitablemente van a pasar por momentos tristes. Cuando
nos damos cuenta de lo que hemos perdido por no haber visto algo antes, por no
haber conocido algo antes, puede ser que aparezca la tristeza. Ahí les diría: recíbanla y
vívanla. Y si vienen las lágrimas, que vengan. Porque ahí hay algo que nos importa y
cuando algo nos importa, nos indica el sentido.
La tristeza tiene ese tremendo rol en el aprender, en el saber. Hay algo misterioso en la
tristeza que tiene que ver con esto: ¿Han tenido esos días en que viene la tristeza y no
saben cuál es la pérdida? Les voy a decir una cosa: si se dan un ratito y escuchan, va a
aparecer por ahí el mensajito que la vida tiene para ustedes.
Es necesario, legitimar la tristeza, aceptarla como un regalo. Solo entonces ella tiene
lugar para realizar su trabajo y una vez que lo ha hecho, graciosamente se retira
dejando el terreno para que la alegría haga el suyo.
HERRAMIENTA
Contextualizar la emoción, es decir explicar y dar sentido a la emoción. ¿En que
consistiría? En algo tan sencillo (o no tanto) como ser capaz de darme a mí mismo una
explicación serena, tolerante y cálida del motivo por el que estoy triste. Algo así como:
“Es normal que esté triste por no haber sido elegido para este trabajo. Todas las
personas en una situación así sentirían una dosis mayor o menor de tristeza. A fin de
cuentas me hacía mucha ilusión lograr ese puesto para mi y había hecho fantasías
sobre ello…” .
No siempre somos capaces de tener ese diálogo comprensivo y cálido con nosotros
mismos y frecuentemente nos regalamos auto-reproches que no hacen sino aumentar
nuestra tristeza y dar al traste con nuestra autoestima.
Normalizar nuestra emoción (esto nos ocurre a todos) y comprender nuestro malestar
es importante para poder gestionar las emociones correctamente.
POSTURA Y RESPIRACION
7. MIEDO:
El miedo, tal y como lo define la real academia es una “perturbación del ánimo que se
presenta cuando la persona se enfrenta a situaciones de peligro, sean estas de
carácter real o imaginario”.
El miedo, como el dolor, es una emoción adaptativa, que existe en nuestras vidas
porque es útil para la supervivencia, nos ayuda a defendernos de los peligros
externos; nos ayuda a anticiparnos, a superarnos y a crecer.
Ahora bien, cuando esa emoción se convierte en una emoción tóxica, negativa y
destructiva; cuando el miedo se convierte en irracional y excesivo, tan intenso y
duradero que bloquea nuestras capacidades… entonces, es necesario aprender a
controlarlo.
En ocasiones, resulta complicado identificarlo como la emoción básica que está detrás
de nuestras acciones, porque el miedo tiene muchas manifestaciones:
- En función de la intensidad el miedo puede manifestarse en forma de
malestar leve, recelo, ansiedad anticipatoria, temor, pánico bloqueante, fobia,
angustia o terror
- En función de los comportamientos asociados, el miedo puede aparecer en
forma de: tristeza, agresividad, aislamiento, celos, culpa, vergüenza…
Sea como fuere, y tenga la cara que tenga; es preciso aprender a gestionar los miedos
que limitan nuestras vidas, ya que, vivir en el miedo tóxico, tiene graves
consecuencias para la salud física, mental y relacional de las personas.
Los miedos que no gestionamos nos persiguen a lo largo de nuestra vida, con distintas
formas y en diferentes circunstancias, pero los miedos no gestionados no
desaparecen.
Cuando aprendemos a vivir las situaciones como una oportunidad, generamos
emociones más positivas que nos ayudan, a su vez, a generar más oportunidades de
aprendizaje y crecimiento; saliendo fortalecidos de cualquier situación que aparezca
en nuestra vida y nos toque gestionar.
Las personas no siempre elegimos las circunstancias que nos rodean, sin embargo, es
responsabilidad nuestra aprender a vivir con esas circunstancias, de la mejor manera
posible.
¿A que le temo?
¿en que parte del cuerpo siento en el miedo?
¿Qué sucede en mi cuerpo cuando experimento miedo?
Lo peor de vivir obsesionado con algún miedo es el estado de ansiedad que éste produce,
no dejándote disfrutar de una vida plena. Realmente el miedo está relacionado con un
peligro presente e inminente. Sin embargo, la ansiedad hace referencia a la anticipación
de un peligro futuro.
También será importante que no te juzgues por tener ese miedo. Acéptalo. Aunque no lo
creas, está ahí para algo. Él tiene una intención positiva, aunque a priori no puedas verla.
Será bueno que escribas en un papel ese miedo, que lo veas fuera de ti. Compartirlo con
gente cercana es también una buena idea. Comprobarás que a medida que hablas de él su
nivel de intensidad va disminuyendo.
Al conocer el origen y causa de tu miedo podrás preparar un plan de acción para minimizar
su impacto. En muchas ocasiones este miedo te advierte de ciertos recursos que necesitas
para solventar la situación con garantías. Escucha a tu miedo. ¿Qué recursos te pide?
Puedes convertir tu miedo en tu aliado. Descubre para que está ahí, qué está pidiendo que
hagas. Así podrás convertirlo en tu fiel escudero.
En este post estuviste trabajando el DAFO (haz clic aquí para volverlo a leer). Este es un
buen momento para recordarlo. Observa y toma conciencia de todas las fortalezas de las
que dispones. ¿Cuáles de ellas te pueden ayudar ahora?
Haz una lista de acciones que puedan minimizar el impacto de los peores escenarios
posibles. Ahora la probabilidad de éxito seguro que aumenta, disminuyendo de esta
manera la ansiedad y el miedo que te provoca la situación desencadenante.
Si tienes miedo a hablar en público estará bien empezar exponiéndote poco a poco.
Empieza hablando en grupos reducidos y en situaciones controladas (reuniones de amigos,
reuniones de vecinos, reuniones de trabajo). Después puedes empezar en contextos más
grandes. Puedes pedir pronunciar algunas palabras en ciertos eventos donde seas invitado
(fiestas, bodas, bautizos, etc). Paso a paso verás cómo la expresión del miedo irá
disminuyendo.
Según Joseph E. LeDoux, famoso neurocientífico nacido en Luisiana (EEUU) en 1949, lo que
contribuye al proceso de extinción del miedo es habituar al córtex prefrontal para inhibir
las aferencias a la amígdala (parte del cerebro encargada de la respuesta emocional, sobre
todo la respuesta ataque-huida). Ve poco a poco.
Recuerda que fallarás todas las canastas que no intentes. Haz que tus sueños sean más
grandes que tus miedos. No vivas a medias por miedo a vivir. Actúa, entra en acción poco
a poco y verás que al final te gustará enfrentarte a tus miedos para ir avanzando hacia tus
sueños.
POSTURA Y RESPIRACION
Disposición a avanzar, inhalación y exhalación rápida.
8. La Rabia
¿qué es para ti la rabia?
¿Cómo identificas lo que te causa esta emoción?
¿En que parte del cuerpo la sientes?
¿Qué la desencadena?
Es por tanto una emoción fundamental que nos da la naturaleza para poder
defendernos de aquello que consideramos injusto. Nos otorga fuerza, empuje y
coraje para no dejarnos doblegar ni someter. Si no existiese la rabia, una de
las consecuencias sería que permitiríamos que nos maltratasen, agrediesen y
atacasen, sin hacer nada al respecto.
También hay que tener presente que no hay que sentirse mal por sentir rabia,
es una emoción muy humana y absolutamente necesaria. Es una emoción de
valiosa utilidad para poder ser libres y vivir en un mundo justo y con buenos
valores. Lo importante es que su poder esté al servicio de nuestra voluntad y
trabaje para el bien común, y no para una parte primitiva e insensible que
existe en algún lugar de nuestro cerebro primario. Como con todas las
emociones, ellas no son el problema en sí, sino la forma de gestionarlas. Y,
también como en todas, el primer paso necesario para poder gestionarla sabia
y sanamente, es la aceptación.
Luchar contra la rabia, solo avivará su fuego. Cuando intentamos aplastar una
emoción, no permitirnos sentirla bajo la idea de que no debería ser, de que no
deberíamos tenerla, lo único que hacemos es añadir más material inflamable.
Puede que consigamos un pseudo progreso a nivel superficial, pero la rabia no
gestionada estará ahí, esperándonos para saltar nuevamente, y con más
vehemencia.
EL ESCLAVO DE MI ESCLAVA
El yogui sonrió:
El sabio ignoró sus palabras y volvió a cerrar los ojos. La cara del emperador
se enrojeció tanto que parecía que estaba a punto de estallar.
– ¿Acaso no sabes quién soy yo? ¡Soy Alejandro El Conquistador del mundo y
te puedo cortar en mil pedazos! – le gritó mientras desenvainaba su espada.
Tu segunda declaración fue que eres conquistador del mundo. Sin embargo,
permíteme decirte que solo eres un esclavo de mi esclava.
El sabio respondió:
– Mi esclava es la ira: hace mucho que está bajo mi control. En cambio, tú eres
su esclavo, porque al sentirte importante te ofendes por todo y pierdes la calma
con mucha facilidad. Por lo tanto, ¡solo eres un esclavo de mi esclava!
HERRAMIENTA:
MANUAL DE LA RABIA:
Cada uno realizara un manual en el que quede muy claro para los demás
como es el proceso de enojarse y sentir rabia de la manera en que lo hace,
debe hacerlo paso a paso.
El manual debe contestar los siguientes interrogantes:
- ¿Qué activa la rabia?
- ¿Qué sensaciones experimentas?
- ¿Qué pensamientos hay?
MOVIMIENTO Y RESPIRACION
Ejercicio del hacha
9. TERNURA
La ternura es una emoción central, a nuestro juicio, de una forma de saber o conocer el
mundo, que se opone a una forma de saber basada en el miedo y que apunta a la
predicción y al control.
Un niño que creció sin ternura es un ser humano que no conoce la seguridad. La ternura
es fundamental en generar espacios seguros. La ternura no solamente funciona en un
espacio pequeño, la ternura puede darse en un espacio colectivo.
La ternura que damos tiene que ver con cuidar al otro. Algunos dan muy poco, algunos no
tienen ningún problema de cuidar a los demás. ¿Hasta el punto de olvidarse de ellos
mismos y sin preguntarse “Y quién me cuida a mí?”. Si nos volcamos tanto en el dar,
probablemente dejaremos poco espacio para recibir, y esto puede llevarnos a sentir
carencias, porque aquí el lema: “Más das, más recibes” no siempre funciona. Es
interesante ser consciente como ocurre en nosotros el baile entre dar y recibir, entre
cuidar y ser cuidado. Para bailar bien el baile de ternura se necesita una buena dosis de
confianza para dar y una apertura para recibir. Y también tener en cuenta los ritmos,
teniendo en cuenta mi ritmo y el ritmo de otro, porque para que el baile fluya, nos
tenemos que compaginar uno al otro y esto requiere de atención, empatía y respeto.
HERRAMIENTA
Podemos practicar mediante auto – caricias o auto – abrazos, buenas palabras hacia
nosotros mismos. La autoestima se verá beneficiada, y nuestro cuerpo lo agradecerá. Y en
el caso sí que funciona el lema: “Más te das (a ti mismo), más recibes”.
MOVIMIENTO
Postura de la estrella, baja en posición de bendición termina con un abrazo
Respiración normal
10.Gratitud
Cuando no hay gratitud, la satisfacción es casi imposible, si es que no directamente
imposible. La gratitud es esta emoción que dice: “gracias por lo que recibo o lo que tengo,
por los que me aman, por la existencia, eso es. No estoy esperando ni buscando, ni
apreciando solamente aquello que no tengo”.
La gratitud se conecta con la alegría porque cuando no somos capaces de recibir los
infinitos regalos de la vida, la alegría tiende a desaparecer pues no hay nada que celebrar.
No tengo que perseguir momentos extraordinarios para encontrar la felicidad. Está justo
frente a mí si presto atención y practico la gratitud
A medida que cultivemos la gratitud empezamos a tener un placer por lo cotidiano, por la
existencia, y un deseo de servir a otros. El deseo de servir a otro ser humano lo
entendemos como un acto ético, y es insuficiente si no tiene un profundo significado en
términos de su poder ontológico. Es decir, cuando nosotros servimos, nos constituimos en
seres que no pueden ser sin servir. Es decir, el acto del servicio produce un
enriquecimiento de nuestra existencia. Nosotros podemos ser regalos. Es la emoción que
nos predispone en la vida a ser un regalo.
Pero generalmente vivimos en la escasez. En nuestra sociedad todo tiene precio, pero
nada tiene valor, y eso produce insatisfacción. Fíjense que la satisfacción se convierte en
un enemigo del sistema económico, porque éste funciona en gran parte para satisfacer
nuestras insatisfacciones. El consumismo es una consecuencia directa de la insatisfacción.
HERRAMIENTA
Lista mental de mínimo 10 aspectos por lo que se siente agradecido
MOVIMIENTO Y RESPIRACIÓN
11.ALEGRÍA
La alegría es entregarnos a la vida simplemente para celebrarla. La risa, por ejemplo, esa
que sale del estómago, esa risa intensa, es la más sana de las expresiones del cuerpo, y
produce salud.
En una sociedad en que se pierde la alegría lo que surge es el deseo de la excitación, la
búsqueda de emociones fuertes, a través de actividades fuertes o de esas películas llenas
de explosiones, acción y estímulos. ¿Y saben qué pasa con la excitación? Esto solo se
tolera por instantes.
La excitación tiene una estructura que permite fuertes subidas y lo que viene después es
la depresión. Por eso la tremenda epidemia de depresión de nuestro tiempo está asociada
a la búsqueda de la excitación. Es una búsqueda interminable pues el próximo viaje tiene
que ser más alto o más fuerte porque de lo contrario ya no nos satisface. La alegría, en
cambio, podemos vivirla constantemente. Nuestro cuerpo acepta la alegría como una
emoción regular.
12. Centramiento:
13. Conclusiones: ¿Qué te llevas? ¿a qué te comprometes?