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CÓMO LA FALTA DE HERRAMIENTAS PARA GESTIONAR LAS EMOCIONES, AFECTAN LOS PROCESOS

DE APRENDIZAJE

RUTERO

1. Bienvenida: presentación: 3 minutos


Centramiento:
¿Cómo llegas?: considerando que sean 20 participantes 10 segundos cada uno: 5 minutos
1. Gimnasia cerebral: 10 minutos
Índice pulgar: 3 minutos
Mano derecha hacia adelante, mano izquierda hacia atrás: 3 minutos
Oreja nariz: 3 minutos
Total: 18 minutos

2. Metáfora del puente, preguntas poderosas: 5 minutos

3. El lenguaje como herramienta generativa: 1 minuto

Muchos de nosotros no terminamos de tomar conciencia sobre el poder del


lenguaje y el impacto que tienen nuestras palabras en la relación con nosotros
mismos y con los demás. Ciertamente, el lenguaje tiene la capacidad de dar
y quitar poder.
El lenguaje es una herramienta poderosa para construir y diseñar nuestro
mundo y nuestra vida; es el pilar mediante el cual nos construimos y
transformamos como seres humanos.
El poder generador del lenguaje, también nos hace responsables de la realidad
respecto a posibilidades, compromisos y futuros diferentes que creamos
cuando hablamos. De hecho, también somos de acuerdo a cómo hablamos.
Todos nosotros nacemos con la posibilidad de diseñar nuestra propia forma de
ser, a través de la capacidad generativa del lenguaje. Efectivamente, si
cambiamos nuestro lenguaje, y agregamos y dejamos de lado ciertas frases y
palabras, nos hacemos responsables de nuestro mundo y por lo tanto,
podemos transformarlo.

4. LA MENTE: EL CONSIENTE VS EL INCONSCIENTE 2 minutos


La mente consciente aloja solo un 5% del potencial total, y este 5% es el que
usamos regularmente —incluso los genios—. Ella se encarga de cuantificar, de
decidir si algo está bien o mal; juzga, evalúa, critica, etc. Todas estas funciones
son valiosas, porque te permiten hacer elecciones conscientes que determinan
tu discernimiento. Cuando no es así, te da una luz de alarma para corregir algo
que no esté de acuerdo a tus parámetros de valores y creencias.

El máximo potencial de la mente está alojado en la mente inconsciente.


Estamos hablando del 95% de la mente. ¡Atención! Cuando hablo de un 95%
me refiero a esos reflejos mecánicos que me impiden darme cuenta de lo que
hago, y que desconocen la razón de por qué actúo de la manera que actúo.
Por ejemplo:

Gran parte de la mente inconsciente se ocupa de que tu cuerpo funcione en


automático todo el día; esto involucra la respiración, los latidos de tu corazón,
las múltiples funciones de los órganos internos y el correcto funcionamiento de
los sistemas orgánicos que te permiten vivir sano.

¿Cuántas veces respiras al día? ¿Cuántas veces late tu corazón? ¿Cuántas


hormonas generan tu cuerpo?

Tú no lo sabes, ni tu mente consciente, pero tu mente inconsciente si lo sabe y


lo ejecuta a la perfección, pues maneja en automático tu organismo las 24
horas del día, los siete días de la semana y los 365 días del año. Tú duermes,
pero ella nunca descansa. Desde que naces hasta que mueres de manera
automática la mente inconsciente está ahí silenciosa, haciendo su trabajo.

La Mente Inconsciente
Tu mente inconsciente tiene el control sobre el 95% de las cosas que tú haces.
Hace las cosas de las cuales no te das cuenta.
La mente inconsciente se maneja igual que una computadora y tiene tres
características:
– Es literal
– No analiza
– No tiene sentido del humor

La mente inconsciente empieza a funcionar en la octava semana de gestación.


Vamos grabando durante toda la vida todos los sucesos que vivimos.
Hemos sido programados por:
– Padres
– Maestros
– Amigos
– Compañeros
– Publicidad
– Nosotros mismos

¿De qué manera nos programamos? ==> Por medio del Pensamiento y el
Lenguaje.

Todo lo que piensas y hablas, genera un programa en tu mente inconsciente


que va a ser recibido de manera literal, sin análisis y sin sentido del humor.

La mente inconsciente no capta la palabra “NO”


Calidad de Pensamientos = Calidad de Vida
Para la mente inconsciente Pensar = Hacer
Nuestra mente inconsciente no distingue si lo que estamos pensando está en
realidad sucediendo o solo lo estamos pensando.

DINAMICA: Dirigir el que piensen en un limón.

Aun cuando sólo piensas, tu mente cree que realmente tienes el limón en la
boca y genera la corriente eléctrica necesaria para que tus glándulas
produzcan la salivación.

Todo esto para entrar en materia:


¿Cuál es el papel de las emociones en todo esto?

5. Las emociones: introducción


Decimos que la emoción es una predisposición a la acción. La palabra emoción viene del
latín emovere (mover hacia afuera), es decir ‘lo que me mueve’, ‘lo que me pone en
acción’.

Cada emoción que yo vivo me predispone a una acción. Lo que decimos es que no hay
pensamiento ni acción sin emoción. Cuando miro el mundo, estoy predispuesto: o lo amo,
o me sorprende, o me asusta, o me entristece o me asombra. Y esto me lleva a actuar. Si
tengo rabia, mi predisposición podría ser a castigar al otro; el agradecimiento podría
llevarme a servir; el estar resignado podría llevarme a no moverme; mi tristeza, a
recogerme; mi miedo, a ocultarme o a salir corriendo. De cada emoción, surge una
predisposición a un movimiento determinado. La emoción —por tanto— le da sentido y
propósito a mi actuar.

Cuando tengo miedo estoy dispuesto a actuar de una manera muy distinta a que si siento
tristeza. Desde la gratitud voy a enfrentar el mundo de una manera muy distinta a si estoy
en el resentimiento. ¿A qué me impulsan las emociones? A un mundo de acciones
diferentes. Y eso es central entenderlo y sobre todo conectarlo con mi experiencia.

Si me ofrecen salir a la playa el fin de semana, esa invitación será bien distinta si la
escucho desde el entusiasmo que desde la apatía. Esto me llevará a ir o a no ir.
Igualmente, si estoy en una discusión y mi emocionalidad es de rabia, mi escucha será muy
distinta a una escucha desde la apertura, por ejemplo.

Esto nos muestra que ciertas acciones están más a la mano que otras e incluso hay
acciones que desaparecen completamente de nuestras posibilidades dada la emoción que
estoy habitando: en la rabia es imposible una reconciliación con el amigo con quien hemos
tenido una discusión, y desde el miedo es probable que no logremos esa conversación
relajada y segura que nos permitiría, en una entrevista de trabajo, conseguir esa posición
con que tanto hemos soñado. Igualmente, si estamos predispuestos a la desconfianza, se
pueden cerrar las posibilidades de coordinar acciones con alguien, mientras que en el
entusiasmo se nos abren posibilidades hacia el futuro.

Un cambio emocional en mí mueve mi pensamiento en una dirección diferente. Es decir,


mi emocionalidad es crucial en la forma como yo pienso, como veo, como privilegio ciertas
acciones sobre otras. Las emociones que habito determinan en gran medida la manera
como me comporto conmigo mismo y cómo me relaciono con otros.

Cada emoción nos predispone de un modo diferente a la acción; cada una de ellas nos
señala una dirección que, en el pasado, permitió resolver adecuadamente los
innumerables desafíos a que se ha visto sometida la existencia humana.

NUESTRO PROPOSITO HOY ES HACER CONSCIENCIA DE LOS JUICIOS


QUE TENGO DE LAS EMOCIONES, RECONOCER LAS BASICAS Y
ENTREGARLES HERRAMIENTAS PARA GESTIONARLAS.

6. TRISTEZA:
La tristeza busca el silencio, nos aleja del mundo por un rato para mirarlo con cierta
distancia, con una nueva perspectiva, invitándonos a valorar lo que tenemos y lo que
hemos perdido.
Decir que la tristeza es mala no tiene sentido. Cuando aparece la tristeza, ella viene, nos
visita, nos ponemos en contacto con una pérdida y después desaparece. Hace su tarea
y se va.

En este proceso, ustedes inevitablemente van a pasar por momentos tristes. Cuando
nos damos cuenta de lo que hemos perdido por no haber visto algo antes, por no
haber conocido algo antes, puede ser que aparezca la tristeza. Ahí les diría: recíbanla y
vívanla. Y si vienen las lágrimas, que vengan. Porque ahí hay algo que nos importa y
cuando algo nos importa, nos indica el sentido.

La tristeza tiene ese tremendo rol en el aprender, en el saber. Hay algo misterioso en la
tristeza que tiene que ver con esto: ¿Han tenido esos días en que viene la tristeza y no
saben cuál es la pérdida? Les voy a decir una cosa: si se dan un ratito y escuchan, va a
aparecer por ahí el mensajito que la vida tiene para ustedes.

Es necesario, legitimar la tristeza, aceptarla como un regalo. Solo entonces ella tiene
lugar para realizar su trabajo y una vez que lo ha hecho, graciosamente se retira
dejando el terreno para que la alegría haga el suyo.

¿Qué hace que me sienta triste?


¿Qué pensamientos surgen desde la tristeza?
¿Qué tan fácil es para mí, permitirme estar triste?
¿Qué significado tiene para ti la vulnerabilidad?
¿Qué sucede en tu interior cuando estas cerca de una persona que se siente triste?

HERRAMIENTA
Contextualizar la emoción, es decir explicar y dar sentido a la emoción. ¿En que
consistiría? En algo tan sencillo (o no tanto) como ser capaz de darme a mí mismo una
explicación serena, tolerante y cálida del motivo por el que estoy triste. Algo así como:
“Es normal que esté triste por no haber sido elegido para este trabajo. Todas las
personas en una situación así sentirían una dosis mayor o menor de tristeza. A fin de
cuentas me hacía mucha ilusión lograr ese puesto para mi y había hecho fantasías
sobre ello…” .

No siempre somos capaces de tener ese diálogo comprensivo y cálido con nosotros
mismos y frecuentemente nos regalamos auto-reproches que no hacen sino aumentar
nuestra tristeza y dar al traste con nuestra autoestima.

Normalizar nuestra emoción (esto nos ocurre a todos) y comprender nuestro malestar
es importante para poder gestionar las emociones correctamente.

POSTURA Y RESPIRACION

Pies a la altura de los hombros


Brazos hacia arriba
Plantas de las manos hacia arriba.

Inhalación y exhalación profunda

Realizar una caminata de por lo menos 20 minutos

7. MIEDO:
El miedo, tal y como lo define la real academia es una “perturbación del ánimo que se
presenta cuando la persona se enfrenta a situaciones de peligro, sean estas de
carácter real o imaginario”.
El miedo, como el dolor, es una emoción adaptativa, que existe en nuestras vidas
porque es útil para la supervivencia, nos ayuda a defendernos de los peligros
externos; nos ayuda a anticiparnos, a superarnos y a crecer.
Ahora bien, cuando esa emoción se convierte en una emoción tóxica, negativa y
destructiva; cuando el miedo se convierte en irracional y excesivo, tan intenso y
duradero que bloquea nuestras capacidades… entonces, es necesario aprender a
controlarlo.
En ocasiones, resulta complicado identificarlo como la emoción básica que está detrás
de nuestras acciones, porque el miedo tiene muchas manifestaciones:
- En función de la intensidad el miedo puede manifestarse en forma de
malestar leve, recelo, ansiedad anticipatoria, temor, pánico bloqueante, fobia,
angustia o terror
- En función de los comportamientos asociados, el miedo puede aparecer en
forma de: tristeza, agresividad, aislamiento, celos, culpa, vergüenza…
Sea como fuere, y tenga la cara que tenga; es preciso aprender a gestionar los miedos
que limitan nuestras vidas, ya que, vivir en el miedo tóxico, tiene graves
consecuencias para la salud física, mental y relacional de las personas.

Los miedos que no gestionamos nos persiguen a lo largo de nuestra vida, con distintas
formas y en diferentes circunstancias, pero los miedos no gestionados no
desaparecen.
Cuando aprendemos a vivir las situaciones como una oportunidad, generamos
emociones más positivas que nos ayudan, a su vez, a generar más oportunidades de
aprendizaje y crecimiento; saliendo fortalecidos de cualquier situación que aparezca
en nuestra vida y nos toque gestionar.
Las personas no siempre elegimos las circunstancias que nos rodean, sin embargo, es
responsabilidad nuestra aprender a vivir con esas circunstancias, de la mejor manera
posible.

¿A que le temo?
¿en que parte del cuerpo siento en el miedo?
¿Qué sucede en mi cuerpo cuando experimento miedo?

Miedo al fracaso. – Miedo a perder algo.

– Miedo a exponerte ante los demás. – Miedo a brillar.

– Miedo al rechazo. – Miedo a ser señalado.

– Miedo al qué dirán. – Miedo a la soledad.

– Miedo a la pérdida de un ser querido. – Miedo a la vejez.

– Miedo a la enfermedad. – Miedo al sufrimiento.

Estos son solo algunos miedos. Identifica el tuyo.

Lo peor de vivir obsesionado con algún miedo es el estado de ansiedad que éste produce,
no dejándote disfrutar de una vida plena. Realmente el miedo está relacionado con un
peligro presente e inminente. Sin embargo, la ansiedad hace referencia a la anticipación
de un peligro futuro.
También será importante que no te juzgues por tener ese miedo. Acéptalo. Aunque no lo
creas, está ahí para algo. Él tiene una intención positiva, aunque a priori no puedas verla.

Será bueno que escribas en un papel ese miedo, que lo veas fuera de ti. Compartirlo con
gente cercana es también una buena idea. Comprobarás que a medida que hablas de él su
nivel de intensidad va disminuyendo.

PASO 2. CONCIENCIA CORPORAL.


Toma conciencia de cómo el miedo se expresa en tu cuerpo. Pensamiento, corporalidad y
emoción forman una triada indivisible y los tres se retroalimentan. Es posible bajar el nivel
de intensidad de una emoción a través de cambios corporales y cambios de pensamiento.
Rompe con la expresión del miedo en tu cuerpo. Cambia de postura cuando éste empiece
a expresarse. Si tu respiración se acelera, haz ejercicios de respiración para relajarte. Haz
respiraciones abdominales. Intenta que sean lentas y profundas. Así ya estás cambiando la
fisiología. El miedo tiene su propia respiración (corta, frecuente y entrecortada)

PASO 3. LA HISTORIA DETRÁS DEL MIEDO.


El siguiente paso es descubrir qué historia hay detrás de tu miedo. Descubrir cuándo
empezó y qué es exactamente lo que lo origina. Será bueno que plasmes por escrito tus
aprendizajes.

Al conocer el origen y causa de tu miedo podrás preparar un plan de acción para minimizar
su impacto. En muchas ocasiones este miedo te advierte de ciertos recursos que necesitas
para solventar la situación con garantías. Escucha a tu miedo. ¿Qué recursos te pide?

PASO 4. LA INTENCIÓN POSITIVA.


Toda emoción tiene una intención positiva de base. Te tocará a ti descubrirla.

Puedes convertir tu miedo en tu aliado. Descubre para que está ahí, qué está pidiendo que
hagas. Así podrás convertirlo en tu fiel escudero.

Déjame que te cuente algo sobre el miedo. Las investigaciones de Yerkes-Dodson en su


teoría de la U invertida demuestran que hay una relación entre el miedo y la eficiencia en
el rendimiento. Sus estudios probaron que mantener un nivel óptimo de miedo puede
mejorar el rendimiento de tus acciones.

Cuando te planteas un objetivo y éste no es lo suficientemente retador no se activa la


emoción del miedo, minimizando así tu rendimiento. De la misma forma, cuando la
reacción del miedo es excesiva y sobrepasas el nivel óptimo el miedo te bloqueará
emocionalmente y te entorpecerá la acción. Lo adecuado es mantener ese nivel óptimo de
miedo para así poder ser tu mejor versión.

PASO 5. ÁRMATE DE RECURSOS.


Toma conciencia de tus éxitos anteriores. Toma conciencia de los recursos que utilizaste
para alcanzarlos. Eres un ganador. No vivas como un perdedor. Toma conciencia de todos
tus talentos y cómo puedes ponerlos a tu servicio ante la situación desencadenante del
miedo.

En este post estuviste trabajando el DAFO (haz clic aquí para volverlo a leer). Este es un
buen momento para recordarlo. Observa y toma conciencia de todas las fortalezas de las
que dispones. ¿Cuáles de ellas te pueden ayudar ahora?

PASO 6. ¿QUÉ ES LO PEOR QUE TE PUEDE PASAR?


Toma conciencia del peor escenario posible si decides enfrentarte a tu miedo. En la
mayoría de las ocasiones el peor escenario posible es bastante mejor que las
consecuencias que tendrá en tu vida el no enfrentarte a tu miedo ahora. ¡Actúa! Tus
sueños te esperan.

PASO 7. PLAN DE CONTINGENCIA.


En muchas ocasiones el miedo se comporta como un fiel mensajero previniéndote de la
situación peligrosa e informándote de que es posible que te falten algunos recursos para
salir airoso de la misma.

Haz una lista de acciones que puedan minimizar el impacto de los peores escenarios
posibles. Ahora la probabilidad de éxito seguro que aumenta, disminuyendo de esta
manera la ansiedad y el miedo que te provoca la situación desencadenante.

PASO 8. ENFRÉNTATE A TU MIEDO.


Hazlo poco a poco. Enfréntate gradualmente a tu miedo. Experimenta situaciones donde
ese miedo se proyecta en muy baja intensidad para después ir subiendo la intensidad de
las experiencias. A esto se le llama desensibilización gradual.

Si tienes miedo a hablar en público estará bien empezar exponiéndote poco a poco.
Empieza hablando en grupos reducidos y en situaciones controladas (reuniones de amigos,
reuniones de vecinos, reuniones de trabajo). Después puedes empezar en contextos más
grandes. Puedes pedir pronunciar algunas palabras en ciertos eventos donde seas invitado
(fiestas, bodas, bautizos, etc). Paso a paso verás cómo la expresión del miedo irá
disminuyendo.

Según Joseph E. LeDoux, famoso neurocientífico nacido en Luisiana (EEUU) en 1949, lo que
contribuye al proceso de extinción del miedo es habituar al córtex prefrontal para inhibir
las aferencias a la amígdala (parte del cerebro encargada de la respuesta emocional, sobre
todo la respuesta ataque-huida). Ve poco a poco.

Recuerda que fallarás todas las canastas que no intentes. Haz que tus sueños sean más
grandes que tus miedos. No vivas a medias por miedo a vivir. Actúa, entra en acción poco
a poco y verás que al final te gustará enfrentarte a tus miedos para ir avanzando hacia tus
sueños.

POSTURA Y RESPIRACION
Disposición a avanzar, inhalación y exhalación rápida.

8. La Rabia
¿qué es para ti la rabia?
¿Cómo identificas lo que te causa esta emoción?
¿En que parte del cuerpo la sientes?
¿Qué la desencadena?

la rabia es nuestra capacidad innata para reaccionar ante injusticias, y así


poder restablecer el equilibrio y la sensación de justicia.

Es por tanto una emoción fundamental que nos da la naturaleza para poder
defendernos de aquello que consideramos injusto. Nos otorga fuerza, empuje y
coraje para no dejarnos doblegar ni someter. Si no existiese la rabia, una de
las consecuencias sería que permitiríamos que nos maltratasen, agrediesen y
atacasen, sin hacer nada al respecto.

Antes de entrar a intentar gestionarla sanamente, lo que debemos tener claro


es que, siempre que sintamos rabia, estaremos ante una situación que nos
parece injusta o incorrecta, independientemente de si eso es verdad o no.
Mientras nuestra mente lo considere injusto, activará el mecanismo de la rabia.
Sin (sensación de) injusticia, no hay rabia.

También hay que tener presente que no hay que sentirse mal por sentir rabia,
es una emoción muy humana y absolutamente necesaria. Es una emoción de
valiosa utilidad para poder ser libres y vivir en un mundo justo y con buenos
valores. Lo importante es que su poder esté al servicio de nuestra voluntad y
trabaje para el bien común, y no para una parte primitiva e insensible que
existe en algún lugar de nuestro cerebro primario. Como con todas las
emociones, ellas no son el problema en sí, sino la forma de gestionarlas. Y,
también como en todas, el primer paso necesario para poder gestionarla sabia
y sanamente, es la aceptación.

Luchar contra la rabia, solo avivará su fuego. Cuando intentamos aplastar una
emoción, no permitirnos sentirla bajo la idea de que no debería ser, de que no
deberíamos tenerla, lo único que hacemos es añadir más material inflamable.
Puede que consigamos un pseudo progreso a nivel superficial, pero la rabia no
gestionada estará ahí, esperándonos para saltar nuevamente, y con más
vehemencia.
EL ESCLAVO DE MI ESCLAVA

Cuentan que el emperador griego Alejandro Magno sufría frecuentes ataques


de ira. Antes de partir a su famosa expedición a la India, un hombre de
confianza le dijo que no podría conseguir mejor consejero que un sabio yogui,
y que sería muy afortunado si podía encontrar uno y llevarlo con él a Grecia.

Apenas pisó tierra hindú, el emperador hizo todas las averiguaciones


necesarias. Le informaron que los sabios solían vivir como ascetas en los
bosques. Después de semanas de recorrer la foresta, encontró a uno
meditando bajo un árbol.

Alejandro se sentó cerca y, apenas el sabio abrió los ojos, le dijo:

– Por favor, sé mi consejero. Si vienes conmigo te daré todo lo que necesitas,


incluso una parte de mi palacio y muchos sirvientes para atenderte.

El yogui sonrió:

– No necesito nada, estoy muy feliz aquí.

El emperador no podía creer lo que escuchaba:

– ¿Cómo te atreves a rechazar mi oferta? ¡Cualquiera estaría más que


agradecido!

El sabio ignoró sus palabras y volvió a cerrar los ojos. La cara del emperador
se enrojeció tanto que parecía que estaba a punto de estallar.

– ¿Acaso no sabes quién soy yo? ¡Soy Alejandro El Conquistador del mundo y
te puedo cortar en mil pedazos! – le gritó mientras desenvainaba su espada.

Inmutable, el yogui volvió a sonreír:

– Tú has hecho dos declaraciones: la primera, que me puedes cortar en mil


pedazos. No es cierto, no puedes cortarme en pedazos. Lo único que puedes
cortar es este cuerpo, que no es más que una vestidura que llevo. Yo soy
infinito y eterno.

Tu segunda declaración fue que eres conquistador del mundo. Sin embargo,
permíteme decirte que solo eres un esclavo de mi esclava.

– No comprendo lo que dices, ¿esclavo de tu esclava? -vociferó el emperador.

El sabio respondió:
– Mi esclava es la ira: hace mucho que está bajo mi control. En cambio, tú eres
su esclavo, porque al sentirte importante te ofendes por todo y pierdes la calma
con mucha facilidad. Por lo tanto, ¡solo eres un esclavo de mi esclava!

Al escuchar sus palabras, el emperador comprendió que estaba ante la


presencia de un verdadero sabio, y se inclinó ante él.

HERRAMIENTA:

MANUAL DE LA RABIA:
Cada uno realizara un manual en el que quede muy claro para los demás
como es el proceso de enojarse y sentir rabia de la manera en que lo hace,
debe hacerlo paso a paso.
El manual debe contestar los siguientes interrogantes:
- ¿Qué activa la rabia?
- ¿Qué sensaciones experimentas?
- ¿Qué pensamientos hay?

MOVIMIENTO Y RESPIRACION
Ejercicio del hacha

9. TERNURA
La ternura es una emoción central, a nuestro juicio, de una forma de saber o conocer el
mundo, que se opone a una forma de saber basada en el miedo y que apunta a la
predicción y al control.

La ternura nos predispone a las caricias, a la expresión de nuestro amor y también a


proteger lo que amamos. Cuando danzamos en ella, canalizamos poderes primordiales
que nos enseñan a ser parte de un todo misterioso. Ella nos permite experimentar la
fuerza vital de nuestra pertenencia a la vida, y la energía de ser amados, de ser
simplemente parte de algo mayor y de estar constituidos en ello.

Un niño que creció sin ternura es un ser humano que no conoce la seguridad. La ternura
es fundamental en generar espacios seguros. La ternura no solamente funciona en un
espacio pequeño, la ternura puede darse en un espacio colectivo.

La ternura es también un impulso prodigioso que nos posibilita ciertas conversaciones de


gran importancia. Es precisamente en el espacio de seguridad que ella crea en donde
podemos tener las conversaciones más íntimas, más trascendentes, más sanadoras.
Cuando recibimos ternura sabemos que somos amados, cuando la entregamos sabemos
que podemos amar. Allí podemos mencionar lo que de otro modo sería innombrable,
pedir la ayuda que necesitamos desesperadamente, abrir el alma al amigo, escucharlo en
paz.

De las emociones básicas, la ternura es la única que produce un descenso en el ritmo


normal de los latidos de nuestro corazón. Es decir, cuando estamos en un espacio de
absoluta ternura, el palpitar del corazón baja de su nivel regular.

La ternura es un regalo, un soplo vital, una manifestación de nuestra mutua permanencia.


Es una ofrenda, un don, una luz maravillosa en medio del misterio de la vida. Es una fuerza
central, una manifestación universal, un mensaje eterno.

La ternura que damos tiene que ver con cuidar al otro. Algunos dan muy poco, algunos no
tienen ningún problema de cuidar a los demás. ¿Hasta el punto de olvidarse de ellos
mismos y sin preguntarse “Y quién me cuida a mí?”. Si nos volcamos tanto en el dar,
probablemente dejaremos poco espacio para recibir, y esto puede llevarnos a sentir
carencias, porque aquí el lema: “Más das, más recibes” no siempre funciona. Es
interesante ser consciente como ocurre en nosotros el baile entre dar y recibir, entre
cuidar y ser cuidado. Para bailar bien el baile de ternura se necesita una buena dosis de
confianza para dar y una apertura para recibir. Y también tener en cuenta los ritmos,
teniendo en cuenta mi ritmo y el ritmo de otro, porque para que el baile fluya, nos
tenemos que compaginar uno al otro y esto requiere de atención, empatía y respeto.

¿Qué despierta en mi ternura?


¿Qué tan a la mano la tienes?

HERRAMIENTA
Podemos practicar mediante auto – caricias o auto – abrazos, buenas palabras hacia
nosotros mismos. La autoestima se verá beneficiada, y nuestro cuerpo lo agradecerá. Y en
el caso sí que funciona el lema: “Más te das (a ti mismo), más recibes”.

MOVIMIENTO
Postura de la estrella, baja en posición de bendición termina con un abrazo
Respiración normal

10.Gratitud
Cuando no hay gratitud, la satisfacción es casi imposible, si es que no directamente
imposible. La gratitud es esta emoción que dice: “gracias por lo que recibo o lo que tengo,
por los que me aman, por la existencia, eso es. No estoy esperando ni buscando, ni
apreciando solamente aquello que no tengo”.

La gratitud, que viene del latín ‘gratis’, es la capacidad de despertar en la mañana,


respirar y dar gracias por el aire o por el agua; dar gracias por lo que estamos comiendo,
tomar la mano del hijo chiquitito que se me acaba de meter en la cama y celebrar su
manito dulce y decir “gracias por este ser maravilloso”. Esa es la gratitud, gracias porque
sí. En la gratitud no hay intercambio, son puros regalos.

La gratitud cuando la cultivamos es simplemente sorprendente.

La gratitud se conecta con la alegría porque cuando no somos capaces de recibir los
infinitos regalos de la vida, la alegría tiende a desaparecer pues no hay nada que celebrar.

No tengo que perseguir momentos extraordinarios para encontrar la felicidad. Está justo
frente a mí si presto atención y practico la gratitud

A medida que cultivemos la gratitud empezamos a tener un placer por lo cotidiano, por la
existencia, y un deseo de servir a otros. El deseo de servir a otro ser humano lo
entendemos como un acto ético, y es insuficiente si no tiene un profundo significado en
términos de su poder ontológico. Es decir, cuando nosotros servimos, nos constituimos en
seres que no pueden ser sin servir. Es decir, el acto del servicio produce un
enriquecimiento de nuestra existencia. Nosotros podemos ser regalos. Es la emoción que
nos predispone en la vida a ser un regalo.

Pero generalmente vivimos en la escasez. En nuestra sociedad todo tiene precio, pero
nada tiene valor, y eso produce insatisfacción. Fíjense que la satisfacción se convierte en
un enemigo del sistema económico, porque éste funciona en gran parte para satisfacer
nuestras insatisfacciones. El consumismo es una consecuencia directa de la insatisfacción.

Recuperar nuestra gratitud, aparte de devolverle el encanto y la divinidad a nuestro


universo, nos llena de humildad y de compañía.

¿Cuánto tiempo dedicas a diario para dar gracias?


¿Dónde sientes la gratitud?
¿Cómo expresas la gratitud?

HERRAMIENTA
Lista mental de mínimo 10 aspectos por lo que se siente agradecido

MOVIMIENTO Y RESPIRACIÓN

11.ALEGRÍA
La alegría es entregarnos a la vida simplemente para celebrarla. La risa, por ejemplo, esa
que sale del estómago, esa risa intensa, es la más sana de las expresiones del cuerpo, y
produce salud.
En una sociedad en que se pierde la alegría lo que surge es el deseo de la excitación, la
búsqueda de emociones fuertes, a través de actividades fuertes o de esas películas llenas
de explosiones, acción y estímulos. ¿Y saben qué pasa con la excitación? Esto solo se
tolera por instantes.

La excitación tiene una estructura que permite fuertes subidas y lo que viene después es
la depresión. Por eso la tremenda epidemia de depresión de nuestro tiempo está asociada
a la búsqueda de la excitación. Es una búsqueda interminable pues el próximo viaje tiene
que ser más alto o más fuerte porque de lo contrario ya no nos satisface. La alegría, en
cambio, podemos vivirla constantemente. Nuestro cuerpo acepta la alegría como una
emoción regular.

12. Centramiento:
13. Conclusiones: ¿Qué te llevas? ¿a qué te comprometes?

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