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La Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) es una organización que reivindica y lucha por los

derechos de los pequeños productores a nivel nacional. La organización es la clave para pelear y
poder acceder a esos derechos, estando solos sería muy difícil y hasta imposible conseguirlos.
Organizarse con los otros es esencial para transformar la realidad en la que viven los pequeños
productores todos los días, esta transformación no es de un día para el otro, es un trabajo de
hormiga de todos los días, paso a paso.
El modo de producción vigente basado en agrotóxicos, impulsado solamente por un afán de lucro,
sin importar consecuencias, obliga a los pequeños productores a trabajar en pésimas condiciones,
todo el día, dejando de lado su salud y otros derechos básicos, entre ellos el derecho a la educación.
No es casual que muchísimos de ellos hayan abandonado la escuela, o apenas sepan escribir.
Para tener una vida digna es necesario mejorar las condiciones del trabajo diario de los pequeños
productores, como así también construir herramientas esenciales para la vida cotidiana. Una de
ellas es la educación. Es así que desde el año 2017 funciona en la UTT un espacio de alfabetización
de adultos para hacerle frente a la necesidad de aprender a leer y escribir de los productores. Con el
Programa cubano «Yo sí puedo» cientos de miles de personas en Latinoamérica accedieron a la
lectoescritura, disminuyendo la tasa de analfabetismo en muchos países.
Hoy en la Argentina el último censo del año 2010 nos dice que cerca de un millón de personas son
iletradas, en su mayoría estas personas no pudieron acudir a la educación formal por la falta de
oportunidades que el estado les negó, ya sean económicas como sociales. Frente a esta desigualdad
se decidió consolidar este espacio, también en transformación, y con deseos de convertirse en un
espacio de formación aún mayor para los pequeños productores.
Se comenzó ese camino en La Plata donde más de treinta productoras se organizaron y pudieron
formarse con la ayuda del programa para poder reproducir estos conocimientos al resto de sus
compañeros. A partir de las necesidades de cada uno de ellos se fueron armando grupos en todo el
territorio, con sus saberes previos se fueron tejiendo lazos, charlas, debates, encuentros y de a poco
se construyen los conocimientos y aprendizajes.
Así es como de a poco se fue consolidando el espacio de alfabetización de la UTT. Desde el inicio
hasta el día de hoy pudieron abrir otros talleres, en la Colonia Agrícola de Luján, en Esteban
Echeverría, en Mar del Plata.
Desde la organización tomamos esto como un gran desafío, porque consideramos que el derecho a
educarse es básico y fundamental. Por eso es que lanzamos este año una Campaña Alfabetización
de Adultos, junto a un acompañamiento en talleres de apoyo escolar para los más chicos. Nuestros
talleres educativos son un ámbito para aprender y aprendernos, para discutir, para pensarnos. Desde
allí podemos ser mejores compañeros, mejores personas.
El pedagogo brasilero Paulo Freire dijo una vez “La educación no cambia el mundo: cambia a las
personas que van a cambiar el mundo”: para transformar la realidad se empieza desde abajo, desde
los cimientos, la educación es un derecho vedado por los gobiernos de turno históricamente a las
clases más pudientes de la sociedad. Por eso desde la UTT nos organizamos para construir
espacios, lazos en donde todos aprendan y compartan sus saberes. Cuando una persona aprende a
leer y a escribir implica una relación distinta con lo que la rodea, con sus hijxs, su familia, su
entorno y con ella misma, con la conformación de su identidad, de su historia, de su ser.
La educación nos libera, nos hace ver que somos capaces de transformar e intervenir el mundo, de
hacer las cosas más bellas o más feas, de cambiar la realidad que nos oprime y sobre todo nos
muestra que la realidad puede cambiarse si luchamos todos juntos.

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