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Editorial

“Siguiendo tus huellas


e irradiando tus mismoS
sentimientos”
(oración para el año sacerdotal CEA)

El Año sacerdotal que nos propuso cele-


brar el Papa Benedicto con motivo de los 150
años de la muerte de San Juan María Vianney
va llegando a su fin. Nos ha permitido renovar
nuestras vidas y nuestro ministerio estimula-
dos por la oración, el aprecio y la cercanía de
muchos hermanos; también tomando concien-
cia más profunda del “tesoro que llevamos en
vasijas de barro” (2 Cor. 4,7), nos ayudó a pro-
fundizar nuestro compromiso de conversión
personal y pastoral.

En ese contexto, este nº 47 de Pastores


aborda distintas facetas de nuestro ser sacer-
dotal:
¡Somos sacerdotes! por la gracia de Dios.
Mons. Domingo Castagna despierta en noso-
tros el asombro, la gratitud y el anhelo de fide-
lidad en el contexto de una Misa Crismal.

PA S T O R E S
NUM. 47 • ABRIL 2010 1
Editorial

¡Somos sacerdotes en este tiempo! Y la re- en justicia y paz (2010-2016)” y Guillermo


flexión de Mons. Juan María Uriarte nos ayuda Rosolino y Alejandro Mingo, sacerdotes, nos
a identificar las coordenadas más relevantes de proponen algunos desafíos para la fe y el mi-
nuestra cultura y su impacto en nuestras vidas. nisterio en este tiempo.

¡Somos sacerdotes en este tiempo… pero Las figuras del santo cura de Ars, del car-
sin dejarnos “apresar” por él! Mons. Christian denal Eduardo Pironio y José Gabriel del Ro-
Pretch Bañados nos señala algunas pistas para sario Brochero a quienes nuestros obispos nos
ser fieles al Espíritu de Dios en esta hora de invitaban a contemplar especialmente en este
tantos cambios. año sacerdotal, se hacen presentes en este nú-
mero de Pastores a través de una selección de
¡Somos sacerdotes, en este tiempo y en textos de la Carta de Juan XXIII en el centena-
esta Patria bendita que camina a los bicente- rio de la muerte de San Juan María Vianney y
narios! Como muchos hermanos latinoameri- las semblanzas que Mons. Domingo Castagna
canos nos disponemos a celebrar los 200 años nos ofrece del Cardenal y del Cura Brochero.
de nuestra vida independiente. Queremos vivir
intensamente el compromiso de justicia y so- Por último, en continuidad con el nº 46
lidaridad por el que tantos argentinos y tam- y sabiendo que estamos llamados a “crecer
bién tantos sacerdotes dieron lo mejor de sí como personas para servir como pastores”
mismos. El P. Tomás Santidrián nos sitúa en (Juan María Uriarte) compartimos la reflexión
un marco amplio invitándonos a mirar los ejes del P. Stephen Rossetti, de la Diócesis de Syra-
fundamentales de la Carta “Caritas in verita- cuse-New York, quien a partir de su experien-
te” del Papa Benedicto XVI. Mons. Jorge Lo- cia docente y profesional plantea un camino
zano, obispo de Gualeguaychú nos introduce de maduración humana para que podamos ser
en la Carta de la CEA “Hacia un bicentenerio personas eucarísticas.

PA S T O R E S
2 NUM. 47 • ABRIL 2010
Año
Sacerd
año
SACERDOTAL

"La valoración del individuo es una de las grandes

conquistas de la modernidad. Un ser humano no es

un número. Tiene su singularidad irrepetible y su


derecho a un proyecto personal. La matriz cristia-

na de la cultura europea."

[mons. juan maría uriarte


Obispo emérito de San Sebastián]

PA S T O R E S
NUM. 47 • ABRIL 2010 3
año sacerdotal

[ s . S . JUAN X X III ]

Algunos textos extraídos


de la Encíclica SACERDOTTI
NOSTRI PRIMORDIA
en el centenario de la muerte del Santo Cura de Ars

Al escribiros esta Carta Nuestro espíritu y experiencia Nos dice también la valiente fi-
Nuestro corazón se dirigen de modo singular delidad de la gran mayoría y las ascensiones
a los sacerdotes, Nuestros queridos hijos, para espirituales de los mejores. A los unos y a los
exhortar a todos insistentemente y, sobre todo, otros, en el día de la Ordenación, les dirigió
a los que se hallan ocupados en el ministerio el Señor estas palabras tan llenas de ternura:
pastoral a que mediten los admirables ejem- Iam non dicam vos servos, sed amicos. Que
plos de un hermano suyo en el sacerdocio, lle- esta Nuestra Carta encíclica pueda ayudarles
gado a ser su celestial Patrono. a todos a perseverar y crecer en esta amistad
divina, que constituye la alegría y la fuerza de
••• toda vida sacerdotal.

Hacia estas cimas de la santidad sacerdotal •••


nos arrastra a todos San Juan María Vianney,
y Nos sirve de alegría el invitar a los sacerdo- Rico para dar a los demás, mas pobre
tes de hoy; porque si sabemos las dificultades para sí, vivió con total despego de los bienes
que ellos encuentran en su vida personal y en de este mundo y su corazón verdaderamente
las cargas del ministerio, si no ignoramos las libre se abría generosamente a todas las mise-
tentaciones y las fatigas de algunos, Nuestra rias materiales y espirituales que a él llegaban.
«Mi secreto -decía él- es sencillísimo: dar todo
y no conservar nada». Su desinterés le hacía
muy atento hacia los pobres, sobre todo a los
de su parroquia, con los cuales mostraba una
extremada delicadeza, tratándolos «con ver-
dadera ternura, con muchas atenciones y, en
cierto modo, con respeto». Al final de su vida,
le gustaba repetir: «Estoy contentísimo; ya no
tengo nada y el buen Dios me puede llamar
cuando quiera».

•••

Nos consta que hoy muchos sacerdotes


viven efectivamente en condiciones de pobre-
za real. La glorificación de uno de ellos, que

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voluntariamente vivió tan despojado y que se


alegraba con el pensamiento de ser el más po-
bre de la parroquia, les servirá de providen-
cial estímulo para renunciar a sí mismos en la
práctica de una pobreza evangélica. Y si Nues-
tra paternal solicitud les puede servir de algún
consuelo, sepan que Nos gozamos vivamente
por su desinterés en servicio de Cristo y de la
Iglesia.

•••

A los sacerdotes de hoy, tan fácilmente


atraídos por la eficacia de la acción y tan fá-
cilmente tentados por un peligroso activismo,
¡cuán saludable es este modelo de asidua ora-
ción en una vida íntegramente consagrada a las
necesidades de las almas! «Lo que nos impide
a los sacerdotes -decía- ser santos es la falta
de reflexión; no entra uno en sí mismo; no se
sabe lo que se hace; necesitamos la reflexión,
la oración, la unión con Dios?». Y él mismo
-afirma uno de sus contemporáneos- se halla-
ba en estado de continua oración, sin que de
él lo distrajeran ni la pesada fatiga de las con-
fesiones ni las demás obligaciones pastorales.
«Conservaba una unión constante con Dios en
medio de una vida excesivamente ocupada».

•••

Es preciso añadir el provecho que de ahí


resulta para los fieles, testigos de esta piedad
de sus sacerdotes y atraídos por su ejemplo.
«Si queréis que los fieles oren con devoción
-decía Pío XII al clero de Roma- dadles perso-
nalmente el primer ejemplo, en la iglesia, oran-
do ante ellos. Un sacerdote arrodillado ante el
tabernáculo, en actitud digna, en un profundo Pontifical Romano: «Conoced lo que hacéis;
recogimiento, es para el pueblo ejemplo de imitad lo que tratáis». Mas cedamos aquí la
edificación, una advertencia, una invitación palabra a Nuestro, inolvidable Predecesor en
para que el pueblo le imite». La oración fue, su exhortación Menti Nostrae: «Como toda
por excelencia, el arma apostólica del joven la vida del Salvador estuvo orientada al sa-
Cura de Ars. No dudemos de su eficacia en crificio de sí mismo, así también la vida del
todo momento. sacerdote -que debe reproducir en sí mismo
la imagen de Cristo-, debe ser con El, por El
••• y en El un sacrificio aceptable... Por lo tanto,
no se contentará con celebrar la Santa Misa,
Más aún. Toda la santificación personal sino que la vivirá íntimamente; sólo de esta
del sacerdote ha de modelarse sobre el sa- manera podrá alcanzar la fuerza sobrenatu-
crificio que celebra, según la invitación del ral que le transformará y le hará participar

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en cierto modo de la vida de expiación del la fundación de escuelas cristianas y en favor


mismo Divino Redentor». de las misiones parroquiales, él fue, en verdad,
para su pequeña grey, el buen pastor que cono-
••• ce a sus ovejas, que las libera de los peligros
y las guía con autoridad y con prudencia. Sin
Es evidente que no se trata aquí de recor- darse cuenta, tejía tal vez su propio elogio,
dar toda la admirable historia de este humilde cuando así exclamó en uno de sus sermones:
cura de pueblo, cuyo confesionario durante «Un buen pastor, un pastor según el corazón
treinta años se vio asediado por multitudes de Dios: ved el mayor tesoro que la bondad de
tan numerosas que algunos espíritus fuertes de Dios puede conceder a una parroquia».
la época osaron acusarle de perturbar el siglo
XIX, tampoco creemos oportuno tratar aquí de •••
sus métodos de apostolado, no siempre aplica-
bles al apostolado contemporáneo. Nos basta Con afecto paternal, Nos pedimos a Nues-
recordar sobre este punto que el Santo Cura tros amados sacerdotes que periódicamente se
fue en su tiempo un modelo de celo pastoral examinen sobre la forma en que celebran los
en aquella aldea de Francia, donde la fe y las santos misterios, y sobre las espirituales dis-
costumbres se resentían todavía de los trastor- posiciones con que ascienden al altar y sobre
nos de la Revolución. «No, hay mucho amor los frutos que se esfuerzan por obtener de él.
de Dios en esa parroquia; ya lo introducirá El Centenario de este admirable sacerdote,
usted», le dijeron al enviarle a ella. Apóstol que del «consuelo y fortuna de celebrar la san-
infatigable, lleno de iniciativas para ganar la ta Misa» lograba ánimos para su propio sacri-
juventud y santificar los hogares, atento a las ficio, les invita a ello; Nos abrigamos la firme
humanas necesidades de sus ovejas, cercano a esperanza de que su intercesión les obtendrá
su vida, solícito en prodigarse sin medida por abundantes gracias de luz y de fuerza.

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[ M o n s . DOMINGO S . CA S TAGNA ]

Homilía de Mons.
DOMINGO S. CASTAGNA
en la Misa Crismal del 4 de abril de 2007

Hoy es un día en el que la Iglesia de autorizado lo que hasta el momento era consi-
Corrientes se congrega en torno a la Cátedra derado -y lo sigue siendo- gravísimo atentado
del Pastor para bendecir los óleos y consagrar contra la moral y las buenas costumbres. El
el Santo Crisma. Es tradición que represen- mundo, que ahora se muestra, estaba oculto
tantes de todas las comunidades parroquiales embrionariamente en el pasado. Ciertamente
peregrinen hasta este lugar conducidos por existían contenciones que no dejaban asomar
sus párrocos. Quiero darles mi bienvenida y lo que ahora aparece. El hombre no es peor ni
brindarles -en nombre de Jesús- mi cercanía mejor que el de otros tiempos. Sigue siendo
afectuosa y mi enseñanza. Con motivo de la un hijo alejado de su Padre, alentado misterio-
renovación anual de las promesas sacerdota- samente a regresar a la casa familiar abando-
les, precisamente en vísperas de la Institución nada. Jesús es el Camino de regreso y la Igle-
de la Eucaristía y del Sacerdocio, me dirijo, sia lo señala eficazmente para que el hombre
con particular afecto, a ustedes mis queridos actual tenga la oportunidad de descubrirlo y
hermanos y amigos sacerdotes; quiero exten- animarse a recorrerlo.
der mi paterna atención a todos los diáconos. Es la hora de la fe. Lo es desde Pente-
Deseo volcar en sus corazones buenos mis costés. Nuestro humilde ministerio de após-
experiencias e inquietudes, particularmente toles y profetas propone al mundo un plan de
autorizadas en razón del último tramo de mi regreso al Padre desplegando, por la predica-
servicio como Pastor de esta amada Arquidió- ción, el necesario horizonte de la fe. Somos
cesis. No pretendo amonestarlos, ni descorrer ministros de Jesucristo y, por ello, “adminis-
el velo de los límites y carencias que nos tocan tradores de los misterios de Dios”. Somos
por igual. Permítanme formular algunas con-
sideraciones, a modo de fraterna confidencia.
Como a ustedes me ha asaltado una
gran preocupación al comprobar la debilidad
de la fe de grandes sectores de nuestros bau-
tizados en la Iglesia Católica. Frecuentemente
me pregunté por qué y cedí a la tentación de
echar culpas a diversos factores, a veces injus-
tamente personalizados: las culturas modernas
y postmodernas, el relativismo, los medios
transmisores de tenebrosas deformaciones
para la mente y el comportamiento de sus con-
sumidores, las reformas legislativas que han

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prescindibles, pero, el ministerio de la fe que mente necesario ser hombres de fe. Para ello
hemos recibido no lo es. Si pierde su capaci- será imprescindible dedicar mucho tiempo a
dad de detener la caída hacia el abismo, en su meditación, leyéndola y aprendiéndola de
grandes multitudes de bautizados y no bau- labios de la Iglesia. Se produce entonces una
tizados, ¿no será a causa de nuestro silencio, saludable identificación con el Maestro, hasta
legítimos ministros de la palabra de Dios? autorizar -por parte del ministro (sacerdote y
El celo apostólico hacía exclamar a Pablo: diácono)- esta sorprendente y humilde confe-
“¡Ay de mi si no evangelizare!”. La predica- sión al pueblo: “El que me mira ve a Cristo”.
ción de la fe, que conduce al bautismo y a la Releí, con especial atención, las pala-
Eucaristía, reclama sin duda, toda la vida de bras de Jesús a sus discípulos: “Ustedes son
su ministro. El hombre contemporáneo, den- la luz del mundo… ustedes son la sal de la
tro y fuera de la Iglesia, padece hambre de tierra”. (Mateo 5) Es a todo el pueblo cristia-
la palabra de la fe aunque no sea consciente no a quien las dirige, incluidos sus Pastores y
de ello. Nuestra labor es proponer la Palabra consagrados. No es al mundo. El estado del
para que su gracia suscite la fe en quienes no mismo está impregnado de error y de corrup-
la poseen, la nutra en quienes la poseen y la ción. Necesita la sal y la luz que, por expreso
preserve de toda distorsión. ¡Pesada misión! mandato divino, deben ser los fieles, verda-
Estremecedora y consoladora al mismo tiem- deros “discípulos y misioneros de Jesucristo”
po. Vale la pena darlo todo, hasta derramar (Vª Conferencia Episcopal de Latinoamérica y
la sangre, por ser fieles a ella. La gravedad el Caribe). La fe mantiene encendida la luz y,
de la hora nos urge cultivar el conocimiento en la sal, conserva la capacidad de salar. Si la
de la Palabra mediante el estudio y, principal- fe se debilita, la luz se apaga y la sal no sirve
mente, mediante la oración. Los santos mi- “sino para ser tirada y pisoteada”. Por lo tan-
nistros -sacerdotes y diáconos- han sido mo- to, la fe -que debemos servir como apóstoles
delos de esa remota y continua preparación, y profetas- identifica al pueblo cristiano como
consistente en la contemplación del “rostro luz del mundo y sal de la tierra. El tristemen-
de Cristo” - la Palabra encarnada. Para ser te comprobado debilitamiento de la fe denota
idóneos ministros de la Palabra es absoluta- que el error y la corrupción no reciben el sa-

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ludable contraataque de una luz que ilumine y mados interiormente por esta convicción de-
de una sal que elimine la corrupción o preser- bemos decidirnos ser la predicación viviente
ve de ella. Nuestro ministerio -no nosotros- es de la palabra de la fe mediante una vida verda-
indudablemente insustituible. Nuestra vida de deramente santa.
fe está involucrada en el ejercicio del mismo. Y ustedes, queridos fieles cristianos y
Debemos ser una formulación existencial de ciudadanos del Pueblo de Dios: amen singu-
la palabra, destinada a confirmar y a fortale- larmente a sus sacerdotes y diáconos, servido-
cer la fe de nuestras comunidades. Para ello res de la fe de ustedes. Trasciendan, como sé
necesitamos -nosotros mismos- recibirla con que procuran hacerlo, las pobrezas y riquezas
gozo en una permanente actitud personal de que observen en ellos para concentrarse en
conversión y de penitencia. Así lo afirma la la gracia del Evangelio que les predican. La
catequesis de la Liturgia correspondiente a la gracia proviene del Espíritu Santo, que se vale
ordenación presbiteral: “Anuncien a todos los de esas palabras y humildes personas -San
hombres la palabra de Dios que ustedes mis- Pablo las califica con un término de aparente
mos han recibido con alegría. Mediten la ley desprestigio: “necedad”- para causar la con-
del Señor, crean lo que leen, enseñen lo que versión y la santidad. Confíen en ellos y há-
creen y practiquen lo que enseñan”. ganles sentir la frescura de una docilidad que
Los ministros del Evangelio, al mejor los anime a ser mejores creyentes y humildes
estilo apostólico, debemos ser hombres de fe servidores de la fe.
sencilla y comprometida. Nuestros herma- Estamos iniciando el trienio prepara-
nos bautizados sabrán adherirse a la fe que torio al Centenario de la erección canónica de
les predicamos si ven que “hablamos porque nuestra Iglesia Particular de Corrientes. Es una
creemos” y porque lo enseñado es verdad en ocasión sin igual para enclavar nuestra fe en
nuestras vidas. Que sabemos “dar razón de la roca viva de la palabra de Dios que se nos
nuestra esperanza” y que guardamos en nues- ofrece por el ministerio sagrado. La sociedad
tros corazones -como María- lo que ofrecemos correntina necesita experimentar la presencia
a nuestras comunidades. Si prestamos princi- de la fe de ustedes. Debe brillar la Luz que di-
pal atención al ejercicio de este ministerio, la sipe el error y producirse la eliminación de la
fe capacitará a nuestros bautizados para hacer corrupción por la acción de la Sal. Repito las
“cristianas” sus múltiples actividades, como exactas palabras de Jesús: “Ustedes son la sal
también sus diversas condiciones de vida. De de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con
otra manera no se producirá la evangelización qué se la volverá a salar?” “Ustedes son la luz
de las contradictorias culturas contemporá- del mundo… Así debe brillar ante los ojos de
neas, tan alejadas de los valores evangélicos. los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de
La palabra de la fe es “gracia” que salva al que vean sus buenas obras y glorifiquen al Pa-
que cree. San Pablo lo expresa así en la Car- dre que está en el cielo”. (Mateo 5, 13. 14. 16).
ta a los Romanos: “Yo no me avergüenzo del No duden, mis hermanos, que la predicación
Evangelio, porque es el poder de Dios para es el instrumento humanamente pobre, elegido
salvación de todos los que creen” (1, 16). Ani- por Dios, para salvar al mundo.

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[ M o n s . j u a n m a r í a u r i a r t e ]
Obispo emérito de San Sebastián

SER PRESBÍTERO
EN EL SENO DE NUESTRA
CULTURA1

INTRODUCCIÓN Presbíteros, religiosos y obispos no perte-


necemos a una galaxia diferente. En un grado u
1. El porqué de esta reflexión otro registramos en nuestra propia existencia el
mismo impacto y percibimos idéntica dificul-
No es ninguna desmesura afirmar que, en tad para transmitir a nuestra sociedad los va-
la época actual, estamos asistiendo a una mu- lores del Evangelio. Sería injusto calificar tal
tación histórica en el sentido riguroso de la ex- impacto como globalmente negativo. La cul-
presión. La transformación cultural que esta- tura que nos impregna y envuelve alberga den-
mos viviendo afecta notablemente a la Iglesia. tro de sí valores y contravalores. PDV destaca
Así lo ve, por ejemplo, la Conferencia Epis- «su ambivalencia y su carácter en ocasiones
copal de Francia: «la crisis que atraviesa hoy contradictorio». Incluso nos advierte que no es
en día la Iglesia se debe en buena medida a la justo rechazar en bloque los mismos factores
repercusión en la Iglesia misma y en la vida negativos «porque en cada uno de ellos puede
de sus miembros de un conjunto de cambios esconderse algún valor que espera ser descu-
sociales y culturales rápidos y profundos que bierto y reconducido a su plena verdad»3.
tienen una dimensión mundial»2. La correla- La actitud evangélica ante la nueva cultu-
ción de fuerzas entre la Iglesia y la sociedad ra no puede ser, en consecuencia, ni cerrada-
ha cambiado de signo. Para bien y para mal, mente resistente ni ingenuamente condescen-
el influjo de las corrientes culturales predo- diente. Determinados aspectos de la cultura
minantes sobre la comunidad cristiana y sus actual constituyen para los creyentes una pro-
miembros se ha intensificado sobremanera. En vocación positiva que nos ayuda a descubrir
cambio, la influencia de ésta sobre la sociedad incluso virtualidades adormecidas de nuestro
se ha debilitado sensiblemente. Podemos decir propio mensaje. La cerrazón nos vuelve cie-
con verdad que somos una iglesia debilitada gos y sordos a esta interpelación saludable. La
en una sociedad poderosa que configura en condescendencia ingenua va empobreciendo
buena medida la mente y la sensibilidad de los por dentro nuestra sustancia creyente y restán-
creyentes, condiciona su percepción de los va- dole capacidad interpeladora ante la sociedad.
lores y la gestación de sus opciones y modifica Solo una actitud de discernimiento que sabe
las condiciones mismas de nuestro encuentro distinguir el trigo de la avena y ésta de la ci-
con el Dios de Jesucristo. zaña se nos revela lúcida y evangélica. Pablo
supo decírnoslo clara y escuetamente: «exami-
1
Charla dirigida a los Delegados para el Clero de las nadlo todo y quedaos con lo bueno»4.
diócesis de España.
2
Conferencia Episcopal de Francia: «Proponer la fe en la 3
PDV 10.
sociedad actual», En Ecclesia, nn. 2835-36, pág. 125. 4
1 Tes 5, 21.

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año sacerdotal

postindustrial y posmoderna, florece la perso-


Un mendigo perpetuamente in-
nalidad narcisista.
satisfecho. Siempre considera
1. Apuntes descriptivos
insuficiente y deficiente el amor

que recibe. En la opinión pública prevalece una vi-


sión muy negativa del narcisismo. No es exac-
tamente ésta la posición de una importante
2. La óptica y los pasos de mi corriente psicoanalítica. No es que esta co-
exposición rriente no reconozca los excesos y deforma-
ciones patológicas del narcisismo en la socie-
Mi reflexión de hoy pretende situarse, si- dad actual. Pero sostiene con fundamento que
quiera de manera modesta y tosca, en el re- el genuino narcisismo (llamado primario) es
gistro del discernimiento. Para discernir, hay necesario para estructurar un «yo» sólido que
que describir. Quiero, por tanto, moverme en sea capaz de regular, por un lado los impulsos
el área descriptiva. Otras intervenciones auto- eróticos y agresivos, humanizándolos, y por
rizadas nos ayudarán a comprender con ma- el otro las exigencias rigoristas y culpabiliza-
yor profundidad la cultura predominante y a doras, igualmente impulsivas, que amenazan
responder operativamente a ella desde nuestra la libertad y la alegría de vivir. Este «yo» no
condición de presbíteros. es ni pura razón ni pura voluntad. Es también
No seré en absoluto exhaustivo en la enu- afecto y amor a sí mismo. Es un «yo libidinal»
meración ni en la descripción de estos rasgos en la terminología técnica. En este sentido po-
culturales. Más bien seré conciso. Este audito- demos reconocer que el «yo» tiene un fuerte
rio tiene de ellos una idea suficiente. Más me componente narcísico. Si fuera pura razón o
emplearé en describir el impacto favorable y pura voluntad no sería capaz de mantener a
desfavorable que tales rasgos pueden y suelen raya los impulsos y exigencias antedichos. Las
provocar en los presbíteros. ciencias humanas han «recuperado» este nar-
En sintonía con esta óptica, el itinerario cisismo genuino bajo la rúbrica de la autoes-
va a ser sumamente sencillo. Iremos recorrien- tima, necesaria para la propia salud psíquica
do uno a uno los factores culturales elegidos y para entablar relaciones no dependientes ni
y recogiendo las diferentes repercusiones de posesivas5.
dichos rasgos en la mentalidad, sensibilidad y Todo va bien hasta aquí. Pero es innegable
comportamiento de los sacerdotes. que en nuestra cultura actual este narcisismo
originario se ha desbordado caudalosamente.
I. UNA CULTURA IMPREGNADA DE El amor narcísico se ha curvado intensamen-
NARCISISMO te sobre sí mismo y ha perdido vigor y fres-
cor para abrirse a un amor a otras personas,
Según analistas acreditados, toda cultura comunidades y causas. Ha degenerado en
segrega, entre otros más saludables, un tipo «narcisismo secundario». Quien lo padece es
de personalidad que, al interiorizar algunos un perpetuo mendigo de amor, de aprecio, de
de sus elementos destacados, subraya particu- elogio, de admiración acrítica. Un mendigo
larmente las desviaciones de aquella cultura. perpetuamente insatisfecho. Siempre conside-
A principios de siglo cobra relieve la perso- ra insuficiente y deficiente el amor que recibe.
nalidad histérica, estudiada por el psicoaná- Ata a las personas a sí mismo, porque teme
lisis. La época de la guerra europea del año perderlas. Teme perderlas porque en el fondo
39, propicia la gestación de la personalidad duda de que sea digno de su amor.
autoritaria, que tiene su auge en el régimen Si la personalidad narcisista se sitúa así en
nazi. En la posguerra emerge con fuerza la el registro del deseo, se sitúa análogamente en
personalidad depresiva, caracterizada por el
oscurecimiento del sentido y el debilitamiento 5
LAPLANCHE­‑PONTALIS: «Diccionario del Psicoanáli-
de la voluntad de vivir. En la actual sociedad sis». Barna 1971. Ed. Labor, págs. 238-242.

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año sacerdotal

el registro del proyecto. Para compensar este


En el límite, el individualista
déficit de seguridad en sí mismo y deslumbrar
a los demás, busca con encendida intensidad acaba rechazando todo aquello
su propia realización personal. Solo cuenta su
que no le vale, no le sirve, no le
proyecto... o su sueño. Los vínculos de solida-
ridad con otras personas o con la comunidad gusta. No se compromete con
no tienen peso vital para él.
nada ni con nadie. Su concepto
2. Repercusiones en la vida de libertad queda esencialmente
presbiteral
mutilado: es pura libertad «de»;
Hay que comenzar diciendo que una gran no libertad «para». «Usar y tirar»
parte de nuestro clero tiene una autoestima
sana y suficiente para no incurrir significati- se convierte en la filosofía prác-
vamente en este narcisismo desbordado. Su tica del individualismo. La aplica
sanidad mental y su oficio pastoral cultivan en
él una actitud oblativa, que es justamente la no solo a los objetos, sino tam-
contrapuesta. Su autoestima es suficiente para
bién a las personas.
no vivir en estado de aflicción a causa de la
devaluación social del sacerdocio. Casi todos
podemos adolecer de algún ribete un tanto otro formado por los perpetuamente insatisfe-
desmesurado. Pero el conjunto de la persona chos que siempre se sienten insuficientemente
está en su sitio. apreciados para lo que creen valer. A. Cencini
Un grupo más afectado por esta desviación los retrata admirablemente: «D. Narciso, sa-
son los sacerdotes excesivamente sensibles. cerdote emprendedor, que intenta reflejarse en
Toleran con mucho dolor las tensiones inevi- todo lo que hace, vive con la sospecha con-
tables en la vida pastoral, las desatenciones o tinua de que la vida le exige demasiado sin
indelicadezas de los sacerdotes, el olvido de recompensarle adecuadamente. Siente a la
los responsables diocesanos, las dificultades Iglesia, a la diócesis, a la parroquia, a la co-
evangelizadoras Sufren intensamente cuando munidad religiosa, más como madrastra que
alguna iniciativa pastoral no ha tenido el eco como madre. Cree que el obispo o sus superio-
que esperaban. Echan de menos los gestos de res no lo valoran bastante. Ve aquella parro-
aprecio, confianza y valoración de sus superio- quia o aquel cargo particular como un traje
res. En el fondo, su autoestima es baja. Cada demasiado estrecho para sus posibilidades.
decepción les rebaja dicha autoestima. Cada Naturalmente, si algo no funciona, la culpa es
gesto de aprecio les conforta y les consuela. siempre de la estructura o de los otros. Los
Son muy agradecidos a estos gestos. Los ne- demás abusan de él mientras él apenas recibe
cesitan como agua de mayo. algo de ellos. Al seguir mirándose siempre en
Este grupo no debe confundirse con aquel lo que él hace, corre el riesgo de ahogarse,
como Narciso, en su propio estanque»6.
Realizar estudios brillantes en lugares
renombrados, ocupar puestos relevantes, ad-
quirir notoriedad social, buscar protagonismo
donde sea, son algunas de sus ambiciones, ma-
quilladas a veces de nobles ideales.
No lo olvidemos. Incluso en estos casos
que aparentemente muestran una autoestima
exagerada, late la duda fundamental: ¿merez-

6
CENCINI, MOLARI, FAVALE, DIANICH: «El presbítero en
la iglesia de hoy». Madrid, 1994, edit. Atenas, pág. 28.

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co de verdad ser amado y valorado?


El mismo sacerdote cultiva y ha

II. UNA CULTURA QUE PRIVILEGIA LA de cultivar su individualidad, sus


INDIVIDUALIDAD cualidades, sus aficiones, sus

1. Notas descriptivas amistades, sus espacios de vida

privada, (que necesita como cual-


La valoración del individuo es una de las
grandes conquistas de la modernidad. Un ser quier ser humano), su descanso
humano no es un número. Tiene su singula-
semanal, la relación con su pro-
ridad irrepetible y su derecho a un proyecto
personal. La matriz cristiana de la cultura pia familia. Una vida entregada ha
europea ha favorecido la emergencia de esta
de ser rejuvenecida no solo por
mentalidad hoy fuertemente arraigada en ge-
neraciones jóvenes y adultas. Ha favorecido la la oración, sino también en todos
autorrealización y la dicha de muchas perso-
estos «espacios ecológicos».
nas. Ha propiciado el respeto a la intimidad y
a la libre decisión. Ha marginado patrones de
conducta autoritaria. Para el individualista, nos encadena al pasa-
En general, este justo aprecio de la indivi- do y nos impide crear un futuro diferente. Es
dualidad no ha sido equilibrado por otros valo- incompatible con la vida humana en la que el
res importantes. Por ejemplo, la solidaridad ha cambio es un elemento esencial. Pretender ser
quedado debilitada por la exaltación de la indi- fieles es un acto de orgullo que sobrevalora las
vidualidad. El espíritu competitivo se ha torna- propias fuerzas. Es incluso inmoral, porque el
do en muchas ocasiones competencia desleal. ser humano ha de ser fiel a sí mismo y elegir en
Los mismos vínculos familiares se han afloja- cada momento lo que le realiza como persona.
do. En suma: el riesgo real de nuestra cultura
consiste en que el aprecio de la individualidad 2. La individualidad en los
degenere en individualismo. Un riesgo que es presbíteros
más que una amenaza. Es una realidad. Si la
cultura de la individualidad no quiere quedar La cultura de la individualidad ha modi-
atrapada en el individualismo, es preciso que ficado positivamente muchos aspectos de la
sea complementado por la «cultura del víncu- vida presbiteral. La relación de antaño, me-
lo» (X. Lacroix)7. Ser persona consiste en ser drosa, dependiente, exenta de diálogo con
libre y, al mismo tiempo, estar ligado. los responsables diocesanos y con el obispo,
En el límite, el individualista acaba re- se ha tornado, generalmente, un intercambio
chazando todo aquello que no le vale, no le más confiado y más libre, aunque aún hay en
sirve, no le gusta. No se compromete con nada este punto un camino que recorrer. La libertad
ni con nadie. Su concepto de libertad queda de bastantes sacerdotes a solas con el obispo
esencialmente mutilado: es pura libertad «de»; es aún limitada. La apertura es a veces más
no libertad «para». «Usar y tirar» se convierte calculada que confiada, sobre todo en ciertas
en la filosofía práctica del individualismo. La generaciones.
aplica no solo a los objetos, sino también a las La atención de la diócesis a la situación de
personas. cada presbítero en su salud, en su formación,
El individualista no quiere adquirir com- en su espiritualidad, en sus condiciones mate-
promisos: le atan. Su resistencia a los compro- riales de vida, en su satisfacción personal, es
misos se torna verdadera alergia cuando se tra- hoy notablemente más cuidada que hace 25
ta de compromisos perpetuos y definitivos. Si años. El diálogo previo a un cambio de destino
hay una palabra que aborrece, es la fidelidad. y la consideración otorgada a las razones del
presbítero son una realidad en muchas dióce-
7
LACROIX, X.: «Enjeux autour de la famille». Études, 1995. sis, aunque los destinos serán siempre fuente

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de tensión y momento delicado. en otros tiempos. Cuando se hace realidad,


Las aptitudes singulares de un sacerdote cuaja con frecuencia en una vida comunitaria
para los estudios u otras capacidades son hoy bastante pobre en contenido, en la que no es
más tenidas en cuenta. mucho ni lo más valioso lo que se comparte.
El mismo sacerdote cultiva y ha de cul- No observo en este punto una disposición más
tivar su individualidad, sus cualidades, sus abierta y positiva en las jóvenes generaciones
aficiones, sus amistades, sus espacios de vida sacerdotales. Somos todavía muchos demasia-
privada, (que necesita como cualquier ser hu- do solitarios y demasiado poco comunitarios.
mano), su descanso semanal, la relación con El individualismo puede tener también su
su propia familia. Una vida entregada ha de ser reflejo en el nivel de disponibilidad reclamado
rejuvenecida no solo por la oración, sino tam- por nuestra consagración a la diócesis y por la
bién en todos estos «espacios ecológicos». consiguiente obediencia prometida al obispo.
Pero los presbíteros no somos inmunes a Es cierto que el obispo debe ser respetuoso y
la malformación de la individualidad llamada receptivo ante las razones e incluso ante las
individualismo. Subsiste en bastantes la di- dificultades afectivas que el sacerdote le ma-
ficultad de enrolarse en proyectos pastorales nifieste a la hora del cambio o de destino. Pero
compartidos. El deseo de ser protagonistas y algunos nombramientos resultan demasiado
la resistencia a renunciar a una parte de «mi» costosos y dejan heridas que delatan una dis-
proyecto para construir «nuestro proyecto», ponibilidad limitada. La ironía y el ingenio
dan cuenta de esta dificultad. La tendencia de clerical ha alumbrado un dicho manifiesta-
bastantes a tomar decisiones en solitario sin mente exagerado, pero no exento de todo rea-
consultar a los órganos colegiados de la parro- lismo: «antes se hacían 60 nombramientos en
quia no es tampoco inexistente. Es cierto que un día; hoy hacen falta 60 días para hacer un
la tradición heredada no nos ayuda demasiado nombramiento».
en este empeño. Pero sí debería movilizar-
nos la viva conciencia de que nuestra misión 3. Elogio de la fidelidad
es co­‑misión. Hace pensar, asimismo, que la
calurosa invitación conciliar a «alguna forma Individualismo y fidelidad se aborrecen
de vida común»8 tenga hoy un eco menor que mutuamente. Entre individualidad y fidelidad,
en cambio, existe una gran coherencia.
8
CONCILIO VATICANO II, P.O. 8. El compromiso para toda la vida es una

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de las dimensiones de la existencia presbiteral. III. UNA CULTURA QUE PROMUEVE


Tal compromiso es una de las dimensiones de LA LIBERACIÓN SEXUAL
la existencia presbiteral. Reclama una fideli-
dad que, lejos de ser una obstinada perseve- 1. La «explosión sexual»
rancia, es «el amor que resiste al desgaste del
tiempo» (Rovira)9. Así la denomina A. Berge en su libro «La
Una de las heridas del postconcilio ha sido sexualité aujourd’hi»10. La liberación sexual
(está siendo) la pérdida de sangre presbiteral que es una de las señas de identidad de nuestra cul-
ha sufrido la Iglesia. No es mi propósito emitir
tura. Según algunos, «es la única revolución
aquí valoración alguna al respecto. El área de la
que ha triunfado». No vamos a describirla
fidelidad no se limita a este capítulo doloroso.
con detenimiento. Solo vamos a enumerar sus
La experiencia me dice que en nuestros
etapas principales. Primero aconteció la rup-
presbiterios nos encontramos con toda una
tura entre la sexualidad y el matrimonio. No
gama de actitudes relativas a este punto. Feliz-
podía ser éste el único espacio legítimo para
mente, está viva en bastantes sacerdotes una
ejercitar la relación sexual. Reducirla esa área
admirable fidelidad evangélica que se carac-
restringida favorecería la obsesión y la consi-
teriza por ser agradecida, modesta, concreta y
guiente violencia sexual. Más tarde se produjo
misericordiosa. Más numerosos son aquellos
la disociación entre la sexualidad y la procrea-
que mantienen una sólida fidelidad fundamen-
ción. El perfeccionamiento de los métodos
tal, aunque se haya desdibujado en ellos el
anticonceptivos fue determinante. Quedaba
aliento vivo de seguir creciendo evangélica-
un tercer paso: la disociación entre sexualidad
mente. Existe, asimismo, la fidelidad intermi-
y amor. El intercambio sexual se separa del
tente, inestable, en la que se alternan arranques
compromiso del amor y deja de ser expresión
de fidelidad y fases de infidelidad. No es tan
del amor. Tal vez es necesario hoy aludir a una
infrecuente la fidelidad mediocre o tibia, tra-
fase ulterior: la vida y relación sexual no es
bajada por una mezcla de ilusión decreciente
patrimonio connatural de dos géneros sexua-
y escepticismo creciente. Conocemos también
les diferentes. Tan connatural es la relación
la fidelidad mecánica que cumple externamen-
homosexual como la heterosexual.
te pero ha perdido la motivación y el aliento
Ciertamente, la liberación de mentalidades
interior. Es también real en algunos la insta-
y comportamientos sexuales ha barrido deter-
lación crónica en una doble vida. un tabique
minados tabúes represivos, ha ensanchado cri-
entre el personaje que guarda celosamente una
terios éticos demasiado estrechos, ha generado
apariencia de honorabilidad y la persona que
naturalidad en la relación entre los sexos. Po-
vive un naufragio espiritual.
demos, con todo, preguntarnos si no ha sido
La fidelidad en el ministerio ha sido siem-
para muchos portadora de una nueva esclavi-
pre una noble aspiración y una tarea espiritual
tud: una banalización de la vida sexual y una
delicada. Hoy resulta más delicada todavía. El
necesidad de colmar con la multiplicación de
individualismo ya señalado la ha hecho más
experiencias el vacío creado por un intercam-
problemática. La «cultura del contrato» (Lévy
bio sexual «plano», carente de profundidad an-
Strauss) la ha empobrecido al querer conver-
tirla en algo rescindible. La movilidad y las tropológica y de comunicación humana.
mutaciones de la vida en la que el cambio de
rumbo se ha naturalizado, le han afectado sen- 2. El erotismo ambiental
siblemente. La fidelidad es, junto a la solida-
ridad y la libertad, fundamento de una convi- Uno de los grandes efectos de la explo-
vencia humana. Hecha de confianza, de amor sión sexual de nuestros tiempos es el fenóme-
y de compromiso, posee una gran dignidad no social del erotismo ambiental. Circula en
antropológica y espiritual. la atmósfera humana una multitud ingente de
estímulos eróticos que mantienen desde muy
9
ROVIRAS, J. : «Fidelidad», en «Diccionario teológico de temprano a muchos humanos en una «alerta
la vida consagrada». Madrid, 1992, Publicaciones Cla-
retianas, págs. 695-711. 10
Ed. Castermann.

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sexual» casi permanente y, por tanto, en una


La experiencia no tan limitada
excitabilidad sexual desmedida. Las imágenes
eróticas se multiplican en la calle, en la TV, en de un trato de cierta profundi-
Internet. Los modos de producirse y de vestir
dad con muchos sacerdotes me
y el lenguaje entre personas sexuadas contri-
buyen a esta «esfera erótica» que nos envuel- sitúa muy enfrente de muchas
ve. La publicidad pretende erotizar los objetos
publicaciones...
deseables que nos invita a adquirir vinculán-
dolos a un fuerte estímulo erótico.
La multiplicidad de estímulos «digeridos» ¿Cómo resuena en el interior de un cé-
crea con frecuencia una «fijación erótica» que libe todo este fragor del erotismo circundan-
es una verdadera adicción. Esta adicción pro- te? ¿Produce algunos efectos en sus criterios
voca regresiones psíquicas a estadios arcaicos morales, en su valoración del celibato, en su
de la evolución sexual y facilita conductas comportamiento?
compulsivas que propician la violencia en la La experiencia no tan limitada de un trato
relación sexual. Tal vez la multiplicación del de cierta profundidad con muchos sacerdotes
maltrato y la violencia de género tengan algo me sitúa muy enfrente de muchas publicacio-
que ver con el fenómeno que describimos. La nes que, sin rigor, con morbo y con ambición
«liberación sexual» sin puertas genera una publicitaria, construyen panoramas desolado-
«liberación de la agresividad». Por higiene res que rayan la maledicencia. Mi experiencia
psíquica y por sensibilidad moral, deberíamos tampoco es coincidente con la aproximación
poner los filtros al alcance de nuestra mano demasiado gruesa de G. Mauco: «un tercio de
para evitar esta invasión envilecedora. sacerdotes cae y se levanta; un tercio cae y no
El erotismo ambiental no se reduce a so- se levanta; un tercio no cae, sino permanece
breestimular las pulsiones sexuales. Concentra en pie». Según mi convicción, en las actuales
además, en torno a ellas, toda una constelación circunstancias erotizantes un porcentaje nada
de energías psíquicas que, si no estuvieran po- insignificante de presbíteros viven su celiba-
larizadas en torno a lo sexual y succionadas to con generosidad incluso elegante. En otro
por él, podrían invertirse saludable y producti- porcentaje mayor, el celibato es un intento ho-
vamente en proyectos sociales, en realizacio- nesto y un logro aceptable. Otro grupo nada
nes estéticas, en rendimiento laboral, en com- desdeñable vive su condición célibe con una
promiso religioso. notable tasa de ansiedad e insatisfacción y con
Vivir en un ambiente erótico cagado aca- alternancias en su conducta. Existe, en fin, un
ba transformando incluso los mismos criterios grupo menor de presbíteros que «han tirado la
morales que han de regir la vida sexual. Del toalla» y se encuentran más o menos incómo-
rigorismo pasado se transita al permisivis- damente instalados en la doble vida.
mo que acaba, en muchos casos, legitimando Un sacerdote o seminarista tempranamen-
«todo lo que nos pide el cuerpo». te inmerso en un ambiente erótico, experimen-
ta mayores dificultades para la continencia
3. La vida célibe en este con- sexual, presupuesto necesario de una existen-
texto cia célibe. No puedo aducir estudios riguro-
sos; pero tengo la fundada impresión de que,
No es extraño que en esta atmósfera per- por ejemplo, liberarse de la servidumbre au-
vivan y se acentúen viejas ideas que, resucita- toerótica resulta hoy a las generaciones pres-
das en su día por W. Reich11, sostienen que el biterales, sobre todo jóvenes, más costoso que
celibato es una situación antinatural que, por en épocas anteriores.
serlo, provoca en quienes lo practican la de- El intercambio entre hombre y mujer se ha
nostada trilogía: tristeza, rareza, dureza. naturalizado notablemente. Este fenómeno per-
mite a los mismos sacerdotes unos modos de
11
Ref. en su obra «La función del orgasmo», y “La re- relación no regidos por el rudo principio agus-
volución sexual” tiniano: «cum feminis, sermo brevis et rigidus».

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Tales modos son más sanos que los rigores de teológica, espiritual y pedagógica del celibato.
antaño. Pero espontáneamente propician situa- A pesar de ello, «nos enfrentamos más bien
ciones en las que la soledad y la intimidad pue- en solitario y no demasiado equipados a las
den encender los resortes de la ternura, el sexo sucesivas evoluciones y crisis que van produ-
e incluso el amor. Las viejas reservas deben ser ciendo en nosotros el desarrollo y los cambios
sustituidas por una elemental cautela. de nuestra sexualidad y afectividad»12. La
Cabe asimismo un corrimiento progresivo transparencia ante un testigo cercano, respe-
en nuestros mismos criterios morales acerca tuoso, libre y capaz de una escucha cualifica-
de determinados deslices incoherentes con da, resulta saludable para todos y necesaria
una opción célibe. Creo que, si no la califi- para muchos.
cación moral misma, sí puede perder enteros
la importancia vital que les atribuimos. No se IV. UNA CULTURA QUE DEBILITA EL
trata de volver a escrúpulos del pasado. Sí de SENTIDO DE PERTENENCIA
aquilatar los criterios morales para no incurrir
en el permisivismo. Y en este asunto, siempre Para los analistas de nuestra cultura (p.ej.
será verdad aquella afirmación de Jon Sobrino. para P. Berger), uno de los fenómenos destaca-
«no se puede ser célibe sin vivir con pasión el dos es la fragmentación y el debilitamiento del
ministerio». Añado con plena convicción: “sin sentido de pertenencia.
adherirnos vitalmente a Jesucristo”
Se han liberalizado las costumbres, pero 1. El sentido de pertenencia
no se ha liberado todavía suficientemente
la palabra que comunica transparentemente A. Maslow, un gran psicólogo humanis-
nuestras vivencias, nuestras tentaciones, nues-
tros traspiés. Hemos avanzado a la hora de ad- 12
GARCÍA, J.A., SJ : «En torno a la formación: cinco hi-
quirir una más adecuada visión antropológica, pótesis de trabajo». Sal Terrae, dic. 1990.

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ta, incluye el sentido de pertenencia entre las Las primeras pertenencias que se resienten son
seis necesidades vitales básicas de la persona. las que nos ligan a comunidades o colectivos
No le falta razón: la pertenencia es un compo- más amplios con los cuales la relación de la
nente de la identidad. Uno no sabe quién es persona es menos intensa y más institucional.
mientras no sabe a quién y a qué pertenece. El sujeto humano, particularmente el hombre
Los estudios realizados con niños criados en y la mujer de nuestros días, se adhiere más fá-
un ambiente sexualmente promiscuo en el que cilmente a microgrupos más próximos en los
no tienen clara referencia de quiénes son sus que encuentra acogida y afectividad. Es más
padres, resultan desoladores: la confusión y el débil y quebradiza su adhesión a grupos que
marasmo son dominantes. Si queremos man- le trascienden espacial y temporalmente. El
tener entera nuestra salud psíquica, nuestras desapego institucional es hoy un fenómeno
cinco o seis pertenencias básicas tienen que frecuente y creciente. La adhesión a las insti-
ser muy claras y muy sentidas: la familia, la tuciones muy amplias tiende a ser precaria; la
comunidad humana próxima, el ámbito socio- confianza depositada en ellas es, con frecuen-
cultural del que formamos parte, la comuni- cia, débil. El carácter frío y lejano de las gran-
dad eclesial eucarística local y universal, la des instituciones favorece el desenganche vital
humanidad, Dios. Los creyentes no podemos de las personas. Así puede explicarse en parte
olvidar además que la pertenencia es una di- la alta valoración actual de la familia. Tal vez
mensión fundamental del la comunión, alma es exagerada, pero apunta en buena dirección
de la comunidad eclesial. la reflexión de Susan Sontag: «La familia es el
Estos son los caracteres principales del último reducto de calor en un mundo helado».
sentido de pertenencia. Es adhesión a un grupo
con el que nos sentimos solidarios en su his- 3. Pertenencia y vida presbi-
toria, en sus grandezas y miserias. Es empatía teral
para con los componentes del grupo al que
pertenecemos. Es un sentimiento recíproco: Afirmar que el sentido de pertenencia a la
aquellos a quienes pertenezco me pertenecen comunidad parroquial, religiosa, diocesana y
también a mí. Se alimenta de experiencias co- universal no es un patrimonio sólido en nues-
munitarias reales y simbólicas de comunión. tros presbiterios, sería contrario a la verdad y
Convivir, concelebrar, colaborar y compartir abiertamente injusto. Probablemente no existi-
son los cuatro verbos generadores del sentido rá en el mundo de las grandes instituciones cí-
de pertenencia. vicas una adhesión más sólida que ésta. Man-
tener, con todo, que la crisis de pertenencia
2. La crisis del sentido de no está afectando sino muy periféricamente a
pertenencia nuestros presbiterios sería ingenuidad o miedo
a la verdad.
La vida parcelada y fragmentada crea Es bien conocida la retracción que experi-
una multitud de pertenencias muy débiles y mentan respecto de la vida diocesana bastan-
debilita asimismo las pertenencias fuertes. Es tes sacerdotes a partir de su jubilación y, sobre
normal que esto suceda si vivo en una familia, todo, a partir de su ancianidad efectiva. Según
trabajo en otro barrio, me divierto en otras la- los expertos en gerontología, las tres crisis de
titudes, tengo mi grupo natural en otro lugar, las personas mayores afectan a su identidad, a
celebro mi fe donde por las circunstancias me- su autonomía y a su sentido de pertenencia13.
jor me viene, paso temporadas de viaje o de El caso es sensiblemente más suave en los sa-
vacación con otras personas diferentes. cerdotes que en los ancianos de su generación.
En una lectura de mayor profundidad, al- Pero también entre nosotros, bastantes sacer-
gunos especialistas emparentan esta crisis con dotes se sienten un tanto al margen de la co-
el auge de la individualidad. Según ellos, esta rriente de la vida eclesial. Esta marginalidad,
tendencia al desapego sería una reacción de-
fensiva del individuo frente a la tentación de 13
LAFOREST : «Introducción a la gerontología». Barce-
omnipresencia del grupo y de la institución. lona 1991. Herder.

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favorecida por la propia dinámica del anciano que la situación creada no es una simple crisis
y tal vez en algunos casos por nuestro des- de sentido de pertenencia sino que está propi-
cuido a la hora de informarles y motivarles, ciada también por centralismos eclesiales no
provoca por su parte cierto desentendimiento exentos de ideología.
y una regresión hacia su mundo interior. El sentido de pertenencia puede ser exclu-
Pero la crisis del sentido de pertenencia sivo y no inclusivo en algunos sacerdotes. Una
se extiende también a otras generaciones. La sensibilidad sacerdotal debe articular bien sus
polarización del presbítero en su comunidad pertenencias eclesiales y seculares. Quienes
parroquial y la distancia psíquica respecto de viven muy pendientes de la Iglesia y de sus vi-
otras pertenencias eclesiológicamente muy cisitudes (a veces también de las intrascenden-
consistentes como la iglesia local, no es un fe- tes) y bastante indiferentes a los avatares de la
nómeno residual. Según mi limitada experien- sociedad, muestran un sentido de pertenencia
cia, las generaciones más jóvenes no parecen más «eclesiástico» que eclesial. No hemos
escapar a este mismo movimiento. Tampoco de ser mundanos, pero sí seculares. Aquellos
las generaciones intermedias son del todo aje- otros que viven muy atentos a los movimien-
nas a él, aunque creo que en muchas diócesis tos de la sociedad y son poco sensibles a los
son ellas las que llevan el peso mayor de la res- intentos y tropiezos de nuestra Iglesia, están
ponsabilidad por la totalidad diocesana. Tal vez lejos de reconocer suficientemente a esta co-
esta débil implicación en lo diocesano, en sus munidad «santa y necesitada de purificación»
proyectos globales, en sus celebraciones, sea (LG 8), que ha recibido la misión de ser sacra-
algo que no se deba solamente a la polaridad mento del Reino de Dios.
parroquial. Una mejor teología de la iglesia lo- Puede también orientarse, en fin, el sen-
cal favorece la implicación, pero no crea sin timiento de pertenencia del sacerdote hacia
más sentimientos de pertenencia. Tenemos que grupos eclesialmente legítimos, ejemplares
discernir qué es, en este punto, cultural y qué en muchos aspectos, que le ofrecen un espa-
es debido a deficiencias formativas pasadas o cio cálido de fe y de acogida. Cuando esta
presentes y a carencias de reciprocidad y aten- orientación debilita o difumina el sentido de
ción individualizada por parte de la diócesis. pertenencia parroquial o diocesana, está des-
No quiero eludir una expresión de esta cri- plazando de manera no correcta su adhesión
sis que afecta a la relación de bastantes presbí- preferente, que debe centrarse en la parroquia,
teros con la Iglesia en niveles nacionales más en la diócesis, en la Iglesia universal.
amplios y con la misma Iglesia universal. Es
innegable que la figura del Sucesor de Pedro V. UNA CULTURA QUE ACENTÚA LA
es, en el nivel real y simbólico, generador ne- SATISFACCIÓN DE LOS DESEOS
cesario y eficaz de un sólido sentimiento de
pertenencia eclesial. La comparación con otras 1. El rasgo cultural
confesiones cristianas evidencia la hondura y
el valor inestimable del servicio del Primado. En los últimos 40 años, el nivel de vida ha
Observo, con todo, en bastantes sacerdotes y experimentado entre nosotros un incremento
muchos cristianos, una insatisfacción, un su- casi exponencial. Hemos pasado de tiempos
frimiento y una tensión de voltaje bastante alto de estrechez y obligada austeridad a años de
respecto a estructuras eclesiales más amplias abundancia, por desgracia no accesible a to-
en las que creen intuir posiciones defensivas dos los ciudadanos. El progreso técnico ha
y políticamente escoradas. La misma Cu- modificado muy notablemente los hábitos de
ria vaticana no se sustrae a una sospecha de vida de la gente en el comer, en el vestir, en la
orientación involutiva. Esta percepción, exa- vivienda, en los viajes, en las vacaciones. Po-
gerada y deformada por algunos Medios de sibilitados por este progreso técnico, producir
Comunicación Social, llega a rebajar notable- y consumir se han convertido en dos grandes
mente el crédito moral de los pastores no solo tractores de la vida social.
ante la sociedad sino ante los mismos fieles. Lejos de ser un mal, una vida relativamen-
Hace sufrir mucho a sacerdotes que estiman te holgada que permite la satisfacción de nece-

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los demás queda acallada y neutralizada por la


urgencia de nuestro deseo. Para el consumista,
el Tercer Mundo, por ejemplo, no existe.
Dos efectos perniciosos genera el consu-
mismo en el deseo humano. El primero es la
creciente incapacidad para diferir la satisfac-
ción. En cuanto nace el deseo, brota la com-
pulsión por obtener inmediatamente su objeto.
El deseo humano no vive un proceso de elabo-
ración y de maduración. En consecuencia, la
calidad de la satisfacción obtenida es mucho
más pobre. Al consumista le sucede como al
prostático, que experimenta una imperio-
sa necesidad de evacuación y extrae de ella
una muy limitada satisfacción. El consumis-
ta se cansa pronto de los objetos adquiridos.
Necesita cambiar en cuanto percibe la salida
al mercado de una nueva marca. El segundo
efecto pernicioso es la escasa tolerancia a la
frustración de nuestros deseos, previsiones y
sidades y deseos materiales y culturales es una expectativas. Cualquier privación inesperada
meta deseable. Sucede, sin embargo que la lo descompone y le vuelve agresivo. Hace un
dinámica provocada por el binomio «producir­ drama de sus carencias y le es muy costoso
‑consumir» se ha revelado insaciable. Producir
neutralizar el vacío que le dejan. Así se explica
para consumir y consumir para producir, nos
el fenómeno de que muchos viven tanto más
ha conducido a la espiral de producir más para
insatisfechos cuanto más bienes poseen.
consumir más y consumir más para producir
más. Así lo postula el sistema económico vi-
2. Incidencias en la vida pres-
gente que necesita trabajadores denodados y
biteral
consumidores acendrados. El afán obsesivo
por producir y el ansia compulsiva de consu-
Las economías presbiterales, por lo gene-
mir (el consumismo) son, en realidad, dos sa-
lidas diferentes y falsas al vacío de sentido de ral, no dan para mucho. Nuestros hermanos
la vida humana. y sobrinos viven, con mucha frecuencia, más
La Real Academia define el consumismo holgados que nosotros. A veces «heredamos»
como «actitud de consumo repetido e indiscri- de ellos prendas y objetos todavía en buen
minado de bienes en general materiales y no uso. Además la voluntad de no esclavizarnos
absolutamente necesarios». Esta calificación y la llamada evangélica a vivir al nivel de la
mesurada resulta demasiado neutra para los gente humilde nos inmuniza a muchos ante la
analistas sociales, a la vista de los estragos que persistente tentación consumista. PDV propo-
produce tal actitud. El consumismo es «la fie- ne a los presbíteros la pobreza no solo «como
bre por consumir». Esclaviza a las personas, una forma de existencia que les conforma más
creando en ellas verdaderas adicciones. El manifiestamente a Cristo»14, sino también
consumista vive obsesionado por adquirir ves- como una actitud que «prepara al sacerdote
tidos, vehículos, aparatos musicales, bebidas, para estar al lado de los más pobres y hacerse
espectáculos, viajes. Para el consumista, «el solidario con sus esfuerzos por una sociedad
mundo es una gran manzana, una gran botella, más justa y como un signo concreto de la insu-
un gran pecho. Nosotros somos los lactantes, misión a la tiranía del mundo contemporáneo
los eternamente expectantes, los eternamente que pone toda su confianza en el dinero y en la
decepcionados» (Eric Fromm). La sensibili-
dad para con las necesidades y sufrimientos de 14
PDV 17.

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seguridad material»15. descubrir en el fondo de las actuales genera-


Estamos llamados a un modo alternativo ciones un déficit de «confianza básica»16, una
de vivir que produce libertad y alegría y que, inseguridad radical, «una extraña combina-
por sí mismo, denuncia mansa e intrépidamen- ción de intensa ambición y de fantasías gran-
te un consumismo que produce insensibilidad, diosas, sentimientos de inferioridad, excesiva
esclavitud e idolatría. Pero se nos plantea dependencia de la aprobación, insatisfacción
cómo vivir estos valores «en la cultura de la respecto de sí mismo»17. Me atrevo a añadir:
satisfacción» (Galbraith). la sensación de no estar asentados en un fun-
Siempre habremos de estar atentos para damento firme y el temor (tal vez el miedo)
que ningún hábito de consumismo se nos cue- a un futuro incierto. Parece faltarles un punto
le por las rendijas de nuestra vida. No en todos de apoyo originario y una plataforma de pro-
los casos nuestro tenor de vida se acerca en la yección hacia el futuro. La inseguridad propia
medida suficiente y perceptible al nivel de la y la dificultad de confiar en los otros y en el
gente modesta que vive alcanzada de recursos. Otro van emparejadas en este síndrome de la
También nosotros podemos ser un tanto escla- desconfianza básica.
vos de «necesidades innecesarias». En algunas No tengo ni espacio ni competencia para
de nuestras casas pueden quizás sobrar apara- analizar con detalle las causas de este déficit
tos técnicos. En nuestro diario vivir son tal vez vital tan importante. Pero sí la suficiente ex-
excesivos los kilómetros innecesarios de nues- periencia para detectar las raíces tempranas de
tro automóvil. Nuestras vacaciones, cada vez este déficit. Winnicot se inclina por señalar fa-
más «ecuménicas», requerirían acaso una re- llas de calado en la relación arcaica con la ma-
visión con criterios evangélicos (que no son lo dre. La crisis de estabilidad de la pareja pasa
mismo que los criterios rigoristas). Pudiera ser sin duda esta pesada factura a los hijos nacidos
que nuestra cartilla de ahorro fuera en algunos de ésta. Los niños que gozan de estabilidad fa-
casos más abultada que la requerida por una miliar tienen una seguridad vital mayor. Me
prudente previsión coherente con el Evangelio pregunto, no sin fundamento, si la fe en Dios,
de la pobreza. A pesar de nuestras modestas sólida y sentida, no ha ofrecido a muchos una
percepciones y de que la tendencia cultural no persuasión de estar asentados, acompañados,
orienta al ahorro, la pasión por acumular no es acogidos. El déficit de esta experiencia en las
del todo ajena a todos los sacerdotes. generaciones nuevas y adultas agrava la ca-
La pasión por el dinero es una pasión fría rencia señalada.
que «metaliza» el corazón y lo hace más in- Podemos entrever razonablemente algu-
sensible a Dios y a los pobres. nos de los efectos de esta falla en la cimenta-
ción de la persona. La falta de confianza bá-
sica puede erosionar la mutua confianza de la
VI. UNA CULTURA QUE NO CONSOLI-
pareja y afectar así a la estabilidad del amor
DA LA «CONFIANZA BÁSICA»
compartido. Puede deteriorar otras relaciones
humanas, tiñéndolas de actitudes suspicaces
1. Un déficit paradójico
o hipersensibles. Puede dificultar la entrega
confiada a Dios.
Las altas metas logradas por el hombre
en el conocimiento y dominio del mundo y en
2. Confianza básica y vida
la consecución de la salud y el bienestar, pro-
presbiteral
vocan en él un sentimiento colectivo de auto-
suficiencia. A primera vista, este sentimiento
El firme anclaje en Dios que tantas vidas
colectivo debería reforzar su seguridad subje-
sacerdotales profesan, es y debe ser una fuen-
tiva y existencial. Paradójicamente no parece
te de seguridad básica. Pero no compensa del
ser este el efecto producido por tantos éxitos
humanos. Prometeo tiene los pies de barro. 16
ERIKSON : «Infanzia e societá». Roma, 1967.
Psicoanalistas de renombre mundial creen 17
KERNBERG, B. : «Conditions and Pathological Narcis-
sisme» (citado por A. Cencini en «Por amor, con amor, en
15
PDV 30. el amor», pág. 162).

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año sacerdotal

na y su trabajo. He aquí una tarea especialmen-


El alivio producido por el revivir
te indicada para Delegados y Obispos.
de la Religión queda acidulado

por el hecho cierto de que mu-


VII. UNA CULTURA CON «DIOS AL
chos que viven este despertar MARGEN»
no se orientan hacia la fe en
«Last, no least», la cultura predominan-
Jesús ni menos a la comunidad te se caracteriza por dejar a Dios «respetuo-
samente aparte» (De Lubac). A veces no tan
eclesial.
respetuosamente. Hoy la economía, el saber,
la política, las instituciones, el ocio, la misma
todo otras carencias tempranas que pudieran ética, se han emancipado de la tutela religiosa
anidar en algunos sacerdotes. Varios sínto- y se rigen, al menos metodológicamente, por
mas podrían delatar estas carencias. Uno se- el criterio «etsi Deus non daretur» (como si
ría la ansiedad intensa y un tanto crónica que Dios no existiera). En general, no niegan ex-
acompaña a bastantes sacerdotes en su vida plícitamente la realidad de Dios, pero tampoco
y trabajo. En una primera aproximación está lo necesitan para sus formulaciones teóricas ni
provocada por la incertidumbre de conseguir para su desenvolvimiento práctico.
aquel objetivo que deseamos obtener. Pero Esta posición «metodológica» ha sido
una aproximación más honda y más certera traducida, en la cultura de la gente corriente,
revela algo de la inseguridad existencial que en una actitud real. Tal actitud ha pasado a la
antes hemos descrito. A la persona ansiosa le sangre de buena parte de la sociedad europea.
cuesta mantener su paz interior. Su ansiedad Un porcentaje apreciable y creciente de ciu-
se refleja en la prisa, muchas veces inmotiva- dadanos es religiosamente indiferente. Según
da, que se apodera de él. La prisa le vuelve todas las apariencias y todos los sondeos, Dios
impaciente. El insomnio es su pesadilla. no les preocupa en absoluto. «La indiferencia
Un segundo síntoma sería la hiper­ no constituye una situación intermedia entre
‑responsabilidad. El hiper­‑responsable no se el creyente y el ateo, sino la forma más radical
fía de que las cosas se harán si él se desen- del alejamiento de Dios»18. Un porcentaje to-
tiende de ellas. Por eso le cuesta mucho «des- davía mayor, que se considera creyente y man-
conectar». La responsabilidad «le persigue». tiene alguna práctica religiosa, ha «desalojado
Le conduce además a la hiperactividad que a Dios» de áreas importantes de su vida labo-
pone nerviosos a él y a sus colaboradores. ral, lúdica, familiar, económica, sexual. No vi-
Le quita el sosiego para escuchar a la gen- ven «ante Dios» (Bonhoeffer). Para ser objeti-
te... y a Dios. Más al fondo, debajo del hiper­ vos, hemos de reconocer con alegría que para
‑responsable subyace una persona tocada por otra porción estimable de la ciudadanía «Dios
la antedicha inseguridad existencial. La hiper­ sigue siendo Dios»: da sentido a su vida, mo-
‑responsabilidad es, ante todo, la patología de tiva su comportamiento moral, comunica sin-
los responsable existencialmente inseguros. tonía con los excluidos, infunde esperanza, es
Llegar hasta el fondo de la inseguridad fuente de alegría y consuelo en la tribulación.
existencial es una tarea muy ardua en la que Su fe procura honestamente, aunque no sin
se afanan, con resultados modestos, cuando es deficiencias, aceptarlo como Dios en todas las
muy profunda, algunos especialistas. La pro- áreas de la vida.
fundización en la experiencia creyente, sobre Al mismo tiempo, mientras las Iglesias vi-
todo en la confianza en Dios «a fondo perdi- ven en época de apretura, la Religión pervive,
do», significa un notable alivio. Puesto que esta según una sólida convicción de los analistas,
inseguridad es, en gran medida, de naturaleza que ha sido sorpresiva incluso para ellos mis-
afectiva, se presta a ser confortada a través de
una relación rica en familiaridad y explícita a 18
VELASCO, J.M.: «La misión evangelizadora hoy». San
la hora de mostrarles aprecio real por su perso- Sebastián, 2002, Ed. Idatz, pág. 66.

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año sacerdotal

mos. Se da por descontado que va a seguir per- Muchos son los sacerdotes con recursos
viviendo, en este mundo secularizado, tanto en nacidos de su fe, de su espiritualidad y del co-
su formato institucional en las Iglesias como nocimiento del corazón humano para sobrepo-
en multitud de «nuevos movimientos religio- nerse a esta dura prueba. Saben por su fe que
sos» que muestran una gran vitalidad aunque la voluntad salvífica de Dios es perenne y está
están surcadas por muchas ambigüedades y plenamente vigente. Su espiritualidad, cultiva-
contaminaciones. A pesar de estas últimas, el da durante largos años, ha ido aclimatando en
«revivir religioso» parece expresar una resis- su interior el movimiento de entrega confiada
tencia y una protesta del corazón humano ante a Dios no solo de su presente y futuro perso-
un clima cultural asfixiante, empeñado en ex- nal, sino del presente y futuro de la comunidad
plicar, dominar y parcelar la realidad del mun- eclesial. Saben de quién se han fiado (cfr. 2
do y desacostumbrado a contemplarlo como Tim 1, 12). Su experiencia humana les hace
un todo, de respetarlo y de preguntarse por su decir con Rahner: «el hombre y la mujer de
origen y su destino. Los «nuevos movimientos hoy son diferentes, pero son humanos»19.
religiosos» revelarían la apertura básica e in- Pero la cultura que margina a Dios es
deleble de los humanos a Algo o Alguien que como una niebla baja que nos penetra hasta
nos desborda. los huesos. El creyente de todos los tiempos
¿No hay contradicción entre el «eclipse ha mantenido en su interior una dialéctica con
de Dios» (M. Buber) arriba descrito y el re- el ateo potencial que lleva dentro de sí. «Dón-
nacer religioso ahora apuntado? Creo que son de te buscaré», decía San Anselmo ya en el
dos fenómenos simultáneos. La increencia y siglo XI. Hoy esta dialéctica se vuelve más
la indiferencia siguen avanzando implacable- apremiante. Muchas realidades que evocaban
mente, sobre todo en las nuevas generaciones. casi espontáneamente a Dios, parecen haberse
La religión continúa emergiendo aquí y allí vuelto opacas a la mirada del hombre actual.
en formas variadas. Todavía, al menos entre El hombre y la mujer de nuestros días descu-
nosotros, la onda irreligiosa es ampliamente bre mucho más fácilmente en el mundo el ros-
mayoritaria y más perceptible. Es arriesgado tro del hombre que la huella de Dios.
aventurar, en este y otros muchos asuntos, el El sacerdote no es un simple espectador
mapa del futuro. «El futuro de la Iglesia y del preocupado, afligido, esperanzado de este pa-
cristianismo depende primariamente de Dios norama. Él mismo está también habitado por
y no del hombre. Dios puede, por tanto, con- esta sensibilidad. Se siente tendido «entre el
fundir las mejores y más fundadas prediccio- silencio de Dios y la extrañeza del mundo»
nes, como ha sucedido frecuentemente en la (Olegario Glez. de Cardedal). La pregunta de
historia» (Van der Pol). San Anselmo: «¿dónde estás?», se reformula
(apenas me atrevo a decirlo) en esta otra: «¿es-
2. Los presbíteros «ante Dios» tás?» Mircea Elíade20 sostiene que la gran di-
ferencia entre el hombre antiguo y el hombre
Los presbíteros estamos concernidos por moderno radica en que, para el antiguo, Dios
este fenómeno desde muchos flancos. La indi- era más cercano que las cosechas, los ríos, la
ferencia creciente interpela nuestra esperanza tormenta, la tribu. En cambio, el hombre mo-
pastoral e induce la tentación de preguntarnos derno tiene dificultad para percibir y sentir a
si no estaremos entrando en una época post­ Dios como real. Somos hombres de este tiem-
po. El presbítero está habitado por las dos sen-
‑religiosa. El alivio producido por el revivir de
sibilidades: la que siente familiar a Dios y la
la Religión queda acidulado por el hecho cier-
que lo siente extraño. Aquí radica su escisión
to de que muchos que viven este despertar no
fundamental.
se orientan hacia la fe en Jesús ni menos a la
Los presbíteros que gestionan bien esta
comunidad eclesial. A más de un sacerdote le
cuesta aceptar que haya dedicado su vida entera 19
RAHNER, K.: «El hombre actual y la religión», en «Es-
a suscitar la fe para encontrarse... con ésto. Y critos de Teología», t. 6, Taurus, Madrid 1969, págs. 15-
más de uno lleva el tiro debajo del ala en forma 23.
de decepción y de sensación de infecundidad. 20
«Lo sagrado y lo profano».

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«escisión» entre su fe y las corrientes cultura- él en el Plan Pastoral 2002­‑200521. La tarea de


les dominantes que también se alojan dentro obispos y delegados consiste en ayudar a pro-
de él, van accediendo, por la gracia del Espí- cesar bien esta delicada operación.
ritu, a una adhesión más aquilatada a Dios, a
una exigente purificación de su imagen, que •••
nos ha sido revelada en Jesucristo, el Señor.
La radiografía elemental de nuestra reali-
Saben, por intuición, que la oración es un
dad presbiteral, leída en la atmósfera cultural
camino indeclinable para que Dios sea Dios
envolvente de nuestro tiempo, nos prepara ­-así
en su vida cada vez con mayor hondura. Son
lo espero­­- para comprender en profundidad,
acendradamente fieles a esa lucha diaria de
gracias a la reflexión de Ángel Cordovilla, la
la oración individual, que les prepara para la
escisión antropológica que el sacerdote expe-
oración comunitaria y litúrgica. Los encuen- rimenta dentro de este contexto cultural y el
tros diarios con diversas personas y los acon- momento de gracia que ella propicia. Mi inter-
tecimientos de cada jornada van haciéndose vención y la suya nos ayudarán a comprobar la
para ellos un lugar cada vez más transparente pertinencia del hilo conductor de la conferen-
de encuentro con el Señor. El trato con los su- cia del P. Fernández Martos, que sitúa al sa-
frientes se torna espacio privilegiado de esta cerdote como «puente entre las dos orillas», la
transparencia. de la cultura y la de la fe, y formula las pautas
Si no aprendemos a gestionar esta escisión, espirituales que esa situación hace necesarias.
nuestra postura vital puede resentirse y conver- Esperamos lleguéis a percibir la ligazón exis-
tirse en un híbrido de cultura y fe que, como tente entre los temas desplegados por los tres
todo híbrido, resulta infecundo. La impregna- ponentes. Nuestra única intención consiste en
ción cultural llevará de ordinario las de ganar que el conjunto articulado de las conferencias
os dé alguna luz para la tarea que con vuestros
sobre la fe, que irá quedando como un residuo
obispos y en su nombre realizáis entre vues-
resistente, pero residuo. Poco a poco podemos
tros sacerdotes.
sorprendernos como «secularizados por den-
tro». El riesgo no es imaginario. La Conferen- 21
«Plan Pastoral 2000-2005», en Ecclesia, n. 3087, pág.
cia Episcopal de España nos avisaba acerca de 195.

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[ P. C r i s t i á n P r e c h t B a ñ a d o s ]

RASGOS CONTEMPORÁNEOS
DE LA ESPIRITUALIDAD
PRESBITERAL

Ser sacerdotes es un inmenso don del Se- nómeno de que en un Continente tan agrario,
ñor: es un proyecto y un desafío que se vive de una cantidad cercana al 80% de sus habitantes,
cara a los tiempos de la historia. Como toda sean hayan optado por vivir en la ciudad.
obra de Dios, el presbiterado tiene ciertos ras- Por eso nos proponemos describir algunas
gos permanentes y otros rasgos, o acentuacio- tendencias del tiempo en que vivimos –espe-
nes, que dependen de los tiempos de Dios y cialmente en la cultura urbana– y sacar algu-
de la Iglesia. nas conclusiones para el ministerio presbite-
Hoy vivimos un tránsito cultural de pro- ral. Obviamente, por lo vasto del tema y por
porciones, propio de un mundo globalizado, la rapidez de los cambios, estas observaciones
que necesariamente incide en nuestra manera no son afirmaciones rotundas sino más bien
de vivir el sacerdocio. Este tránsito se vive de proposiciones para ser discutidas, precisadas,
manera más intensa, y hasta dramática, en la corregidas y complementadas. Y, obviamente,
ciudad y en la gran ciudad. En América La- también mis referencias están vinculadas a
tina tenemos urbes como Ciudad de México, Santiago de Chile, lo que “estrecha” la visión
Bogotá, Sao Paulo, Buenos Aires, Santiago y del desafío que presenta la gran ciudad a nues-
tantas más. Pero, además, se da el extraño fe- tro ministerio.

I UNA MIRADA AL TIEMPO EN QUE


VIVIMOS

Para comenzar nos situamos en el contex-


to de este neo-renacimiento en que el hombre
–varón y mujer– se vuelve ensimismado sobre
su grandeza. Y tal como en el primer renaci-
miento, este tiempo tiene algo de pagano, en
el mejor sentido de la palabra. Es decir, tiene
muchos dioses, sin ser politeísta, y deja en lu-
gar secundario la referencia al Único Señor.
Estamos encandilados por los logros de
la ciencia y de la técnica y nos proponemos
construir una torre que llegue hasta el cielo,
como en Babel3, para quitarle a Dios su rei-

3
Ver Gén 4, 11 ss.

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te, en este mundo fragmentado por muchas


Tampoco se nos escapa el rena-
individualidades, la familia se convierte pro-
cer de la vocación social entre gresivamente en el referente más estable que
tenemos. Por esta razón, “sobrecalentamos”
los jóvenes ni el florecimien-
la vida familiar de tantas expectativas que, a
to de los voluntariados, como veces, ésta se siente agobiada y no da abasto
para responder a todas las demandas. Una bue-
hace 50 años en que en vez de na parte de esta demanda recae sobre la mujer,
“un techo para Chile” hacíamos “gerente de los afectos” y exigida por varios
frentes a la vez… Ella es madre, esposa, dueña
la campaña de la fonolita y ayu- de casa, cocinera y, cada vez más frecuente,
dábamos a parar mediaguas… trabaja para añadir sustento al hogar. Todo esto
tiene muy desorientado a varón quien no logra
asumir su nueva situación menos aún cuando
nado y entronizar a la humanidad divinizada. el cambio de roles lo hace asumir nuevas obli-
Dios ha perdido el lugar que tenía en la cultura gaciones domésticas y la cultura ambiente lo
campesina y, por lo tanto, la Iglesia también ha induce a desarrollar los rasgos femeninos de
mudado de lugar en la conciencia de la gente. su personalidad.
Sobre todo, en la cultura urbana. Y esto con- Y, obviamente, en este contexto, que valo-
diciona, necesariamente, nuestros ritos y ple- riza la individuación (y a veces el individualis-
garias y también las expectativas que la gente mo) florece una mentalidad asistémica que se
tiene sobre nuestro ministerio presbiteral. desafecciona de las instituciones, las rechaza
La nueva generación –a la cual también y quiere contribuir a mostrar su inutilidad o
pertenecemos– está obnubilada por el mane- su inconsistencia, como lo hace cierta pren-
jo del progreso. Ha comenzado a descifrar el sa. Nos referimos a todas las instituciones:
mapa genético y a experimentar con el miste- la familia, la Iglesia, el Estado, los partidos
rio de la vida buscando clonar al ser humano. políticos, etc. Lo que vale y se promueve es
Por otra parte, la economía ha alcanzado para el individuo, el mundo privado, la iniciativa
algunos el status de ciencia exacta, siendo a la privada, la privatización de la religión y de
vez filosofía y profecía, y nadie puede ocupar las relaciones conyugales. Un ejemplo de lo
una tribuna si no exhibe su competencia en las que decimos se da con respecto al matrimonio
cifras que supuestamente indicarían el progre- en que crece el número de jóvenes que no re-
so, aunque no siempre se reflejen en la calidad curren ni al testigo del Estado ni al la Iglesia
de vida. En este ambiente han nacido los hijos para casarse pues, ¿para qué? ¿qué es lo que
del mercado más individualistas que los hijos ellos pueden añadir al amor que dos personas
del Estado, casi siempre más sociales, y cada se profesan?
uno de ellos busca el éxito que la sociedad le Otro elemento, que también nos desafía,
debe a sus méritos personales. es el florecimiento de las minorías sociales,
En esta misma medida la sociedad y la en todo campo de cosas, desde la nueva con-
familia se estrechan, se atomizan… Vivimos ciencia de los pueblos originarios5 –con toda
en el reino de las “bandejas”4 –por horarios su carga histórica– a las minorías sexuales, o
de estudio o de trabajo, por preferencias en la a la gente que se agrupa por intereses diversos
programación de la TV, etc., cada uno con desde la promoción de la mujer hasta la ecolo-
la suya– y no tanto de la mesa común que gía, pasando por la derrota del SIDA, el apoyo
ofrecía una conversación comunitaria con sus a la mujer sola y jefa de hogar, los esfuerzos
correspondientes encuentros, discusiones y por hacer retroceder el consumo ilegítimo de
reencuentros. Sin embargo, y paradójicamen- drogas hasta las tribus urbanas que se expre-
san en grafitis.
4
“Bandejas” o “charolas” en que llevamos los platos de
comida… Hoy no es raro ver gente ante la TV y con una 5
En Chile particularmente mapuche y pascuense, aun-
bandeja sobre sus rodillas, comiendo la merienda o la que también hay conciencia de las minorías aymaras
cena de la tarde, en vez de poner la mesa familiar. del norte y otras etnias aún menos numerosas.

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Somos conscientes que este diagnóstico de este tiempo. Y, por ende, hijos y hermanos
abreviado es mucho más matizado. En el mis- de esta misma cultura. Por eso, así como hay
mo país y en la misma ciudad conviven cultu- ONGs -expresiones neo institucionales de la
ras muy diversas. Junto al ruido de la moderni- caridad en el mundo secular- en la Iglesia se
dad tardía –atizada por muchos comunicadores desarrollan movimientos y asociaciones que
sociales– convive una cultura más tradicional, en pequeño (o invocando nuevas estructuras
y las ideologías del pasado reciente pugnan canónicas) quieren vivir sus ideales sin depen-
por reconquistar o mantener su vigencia. Tam- der directamente de los Pastores inmediatos.
poco se nos escapa el renacer de la vocación Prefieren depender del Papa de Roma o de sus
social entre los jóvenes ni el florecimiento de propias jerarquías.
los voluntariados, como hace 50 años en que Esta situación también afecta al magiste-
en vez de “un techo para Chile” hacíamos la rio eclesial pues en una sociedad multicultural
campaña de la fonolita y ayudábamos a parar hay que aprender a hablar varios idiomas en
mediaguas… No dejamos de valorar, tampoco, una misma sociedad… y no siempre se puede
los procesos de individuación (no siempre de hablar en una ciudad con un lenguaje que todos
personalización) y la mayor conciencia de ciu- comprendan. Está el lenguaje de los jóvenes,
dadanía que empieza a existir entre la gente. Y, el de los profesionales, el lenguaje mal llama-
en el campo religioso, las búsquedas místicas do culto y el lenguaje popular, los lenguajes
y espirituales que despuntan en medio de tan- de los migrantes, etc. La situación se hace más
to pragmatismo y que, paradójicamente, no se compleja si incorporamos no sólo el lenguaje
buscan (o no se encuentran las respuestas) en del Chat y el Internet sino la posibilidad que
las parroquias y las estructuras de la Iglesia, este medio nos brinda para encontrar “maes-
salvo en algunos grupos, movimientos o expe- tros personales”, sustrayéndonos al influjo del
riencias más particulares. De ahí la curiosidad maestro común: el párroco, el obispo y hasta
por lo que puede ofrecer la sabiduría oriental o el Papa, salvo en momentos muy singulares.
de las diversas expresiones del New Age. A todo esto se añade la nueva situación en
Pero, lo que parece prevalecer, al menos los medios de comunicación que poco a poco
a primera vista, es una mentalidad más indi- han pasado de ser comunicadores a contralores
vidualista, subjetiva, atenta al yo más que al e, incluso, a ser inquisidores. “Fiscalizadores”
bien común. Y la Iglesia –también nosotros– como a algunos de ellos les gusta llamarse, a
no escapa de estas realidades en la medida pesar de no haber sido elegidos para desem-
en que está formada por varones y mujeres peñar esta función ni toleren más contraloría

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no tienen reparo que estos mismos derechos


sean violados por los medios públicos de co-
municación social, invocando la libertad de
expresión y de investigación. Una colusión de
derechos entre la salvaguarda de la dignidad
persona y la libertad de información…
No, hermanos, no se confundan. Quien
escribe es una persona esperanzada, incluso
un optimista, convencida de que para poder
cantar la esperanza hay que saber detectar la
vida en medio de aquellas cosas que la niegan
y que, para celebrarla, se requiere la ley del
grano de trigo. La Encarnación es silenciosa,
vulnerable, escandalosa y a la Pascua sólo se
llega por la cruz y el descenso a los infiernos.
Lo que es claro es que estamos en medio
de la nueva cultura que antes se designó como
adveniente y que ya se ha instalado entre no-
sotros. Esta nos desafía a dar pasos cualitativa-
mente nuevos para enfrentar la evangelización
de los tiempos nuevos. En Santiago decimos
que queremos “evangelizar el corazón de la
cultura”, o bien “el corazón de la ciudad”…
y eso significa ser capaces de dialogar con el
corazón del varón y de la mujer contemporá-
neos, el corazón de los jóvenes, el corazón de
los comunicadores, de los gestores… y como
siempre, privilegiar el diálogo con el corazón
que la propia conciencia. Sin querer queriendo de los pobres, que padecen tanto las antiguas
tienden a pasar del cuarto al primero de los como las nuevas pobrezas.
poderes, guiados ellos también por intereses
económicos y de grupos. En este contexto, II RASGOS DE ESPIRITUALIDAD
cada uno de ellos busca su propio segmento PRESBITERAL
y, en general, es fácil que la verdad periodísti-
ca se confunda con el “rating” y que algunos 1. Algunas notas de espiri-
consideren legítimo publicar lo que da dinero, tualidad presbiteral
así sea difamando. Es raro que pidan discul-
pas cuando se equivocan y que estas excusas Así las cosas, cambia todo cambia… y
aparezcan con la misma espectacularidad que seguirá cambiando con creciente rapidez. Por
las acusaciones. Y cuando, en el mejor de los esta razón hay que volver a mirar nuestra es-
casos se disculpan, el mal ya se ha extendido y piritualidad presbiteral, en este nuevo contex-
los desmentidos no se escuchan. to cultural, para ver lo que en ella hay debe
Es curioso, pero lo que los derechos hu- permanecer y lo que debe cambiar para ser
manos exigen a todos, especialmente a los go- mejores discípulos y misioneros del Evange-
bernantes, en cuanto a presumir la inocencia lio. Queremos remar mar adentro en estas mis-
de un imputado mientras no se demuestre lo mas aguas procelosas de la historia y volver
contrario, o en cuanto a la prohibición de vio- a echar la red donde tantas noches la hemos
lar la intimidad de la vivienda y de las comu- tirado en vano para recoger la pesca que nos
nicaciones6 (salvo por orden judicial), algunos prepara el Señor7. ¿No lo hicieron así los que

6
Declaración de los Derechos Humanos, art. 11 y 12 7
Ver NMI 58

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nos precedieron en tiempos del nazismo, del la tentación de la fuga mundi y la fuga indivi-
marxismo o de la seguridad nacional ? Y para dualista, igualmente perniciosa, y que consis-
ir más lejos, ¿ no lo hicieron así los “Padres de te en construirse cada uno su pequeña iglesia
la Iglesia” de los primeros cinco siglos y los –capilla, parroquia o movimiento– modelada
“Padres de la Iglesia” del siglo XX en nuestra a su imagen y semejanza. También hay que
Iglesia de América Latina y el Caribe? evitar buscar las fuentes de la espiritualidad
Evangelizar el corazón de esta cultura es lejos de nuestro ministerio porque entonces
un llamado a evangelizar nuestro corazón sa- entraríamos en un paralelismo sin destino. En
cerdotal, nuestra vida consagrada, nuestra vo- ese sentido, una lectio divina de la II Corintios
cación ministerial. Un llamado a darnos tiempo es más que actual para nuestra espiritualidad,
para orar nuestro ministerio, para que en él la para descubrir en ella como San Pablo se for-
acción no se coma a la contemplación,8 y para talece en medio de contradicciones, escisiones
que las soluciones a problemas tan concretos, y aún persecuciones. Esta puede ayudarnos
broten de una mirada-con-Cristo de la nueva a resituar nuestra caridad pastoral que sigue
realidad que también protagonizamos. Así las siendo el lugar desde donde se alimenta nues-
cosas: el “¿qué haría Cristo en mi lugar?”9 si- tra espiritualidad presbiteral.
gue siendo lema y actitud de vida.
Ante la magnitud de los desafíos pasto- 1.2. Un ministerio en medio de este
rales que enfrentamos hay quienes pierden el mundo
norte de su actuar y no pocos se sienten des-
concertados. De ahí la necesidad de subrayar Lo propio nuestro es el anuncio del Evan-
que en esta búsqueda no estamos solos. Antes gelio del Reino en un mundo que tiene – como
que nosotros se han reunido nuestros Obispos siempre – otros evangelios y otros reinos. Esto
en el Sínodo de América y el Sínodo sobre el no es nuevo. Lo nuevo tal vez es que, pocas
Ministerio episcopal. Junto a la Iglesia Uni- veces como ahora, esos otros reinos han teni-
versal hemos preparado y celebrado el Jubi- do tanto marketing y un alcance tan univer-
leo de la Encarnación y hemos recibido de sal, gracias a la globalización de la vida y de
manos del Papa Juan Pablo el testamento de las comunicaciones. Lo espontáneo es pensar
dicha experiencia de fe, la Novo Millennio en tener emisoras de radio y de Televisión, y
Ineunte, que tiene gran vigencia para la vida crear páginas web para vocear nuestro mensa-
de la Iglesia. Ahora nos preparamos para la je. No está mal… Pero antes, hay cosas más
V Conferencia Plenaria del Episcopado Lati- urgentes que están absolutamente a nuestro
noamericano y junto a nuestros pastores nos alcance, como por ejemplo:
preguntamos como ser presbíteros- discípulos
y presbíteros-misioneros especialmente, en a. El encuentro vital con Jesucristo y la
nuestro caso, en los presbiterios locales y en el mística cristiana
clero secular. Y para aportar a esa reflexión los “Hoy existe un gran hambre de nueva es-
invito a subrayar algunas notas de espirituali- piritualidad que signifique una experiencia de
dad presbiteral. Dios en nuestras propias vidas. Esta experien-
cia es esencial para todo ministro pero no se
1.1. Una vocación apostólica, diocesana la puede encontrar fuera de los límites de su
y secular ministerio. Tiene que ser posible encontrar las
semillas de esta nueva espiritualidad en la pro-
En primer lugar, no hay que olvidar que la pia esencia del servicio cristiano. La oración
nuestra es una vocación apostólica, diocesana no es una preparación para el trabajo o una
y secular, que nos lleva a anunciar el Evangelio condición indispensable para que el ministerio
en medio del mundo y desde el corazón de una sea eficaz. La oración es vida. la oración y el
Iglesia Particular. Por lo tanto, hay que evitar ministerio son una misma cosa y jamás pue-
den separarse”10.
8
Ver NMI 43.1
9
Criterio de acción de San Alberto Hurtado 10
Nouwen, “Un ministerio creativo”, PPC 1998, pág. 18

PA S T O R E S
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Esta experiencia mística se hace hoy más en espiritualidades narcisistas. La caridad si-
necesaria pues, precisamente por el pragmatis- gue siendo el único termómetro para medir la
mo reinante y por el subjetivismo ambiente, la autenticidad del encuentro con Cristo.
gente tiende a refugiarse en experiencias místi- Por eso, la lectio divina es hoy una fuente
cas… que encuentra en las escuelas orientales inmejorable de espiritualidad histórico-cari-
y no en el seno de la propia Iglesia. A nosotros tativa, ya que leemos la Palabra en su propia
los presbíteros nos perciben como hombres de situación histórica: “qué dice la Palabra”, así
acción, organizadores, gerentes pastorales, y como en el contexto de nuestra propia histo-
sienten que la Iglesia enseña moral o que re- ria: “qué nos dice la Palabra”; oramos desde
duce su mensaje a la moral, pero que no apor- esa lectura situada:“oratio” y buscamos cómo
ta las razones profundas de la fe. Es un punto hacer vida o prolongar el sabor de esa palabra:
muy serio para un examen de conciencia, y “contemplatio”.
para analizar nuestra vivencia espiritual, nues- La experiencia de la lectio está vinculada
tro magisterio y nuestras homilías. a nuestras homilías que son un reto a nuestra
En nuestra espiritualidad, entonces, debe espiritualidad y una exigencia cada vez más
explicitarse el encuentro vital con Jesucristo y aguda de nuestros auditorios. La preparación
su seguimiento en un discipulado permanen- de la homilía en oración, atentos a los signos
te. No podemos ni debemos callar el amor y la de los tiempos y a la comunidad a la cual ser-
pasión que El suscita en nosotros; y su nombre vimos, es una fuente permanente de espiritua-
debe estar continuamente en nuestros labios. El lidad y de discipulado misionero. Ello requiere
es “el producto” que la Iglesia ofrece al mun- entrar en el misterio… en la buena nueva que
do y, sin lugar a dudas, absolutamente el mejor Dios tiene para nuestro pueblo hoy día… en la
que podemos aportar en nuestro tiempo11. lógica de Dios para articular la vida. Y no sólo
morar en los epifenómenos, las anécdotas, los
b. La lectio divina lugares comunes, nuestras preferencias políti-
Es claro que la mística cristiana siempre cas, los enunciados éticos o la superficialidad.
apunta a la persona y a la historia y no se re- Este punto ha sido muy hablado. Lo im-
duce a una vaguedad de sentimientos de “sen- portante es tomar decisiones al respecto, máxi-
tirse bien”. Esta se funda en una relación per- me ante auditorios que exigen mayor com-
sonal con el Señor, se proyecta en el acontecer petencia porque no comulgan con ruedas de
-es la Encarnación, es la Pascua, es el don del carreta. Exigen diversidad de “lenguas”, por
Espíritu en Pentecostés- y nunca se encierra las subculturas presentes en nuestros “audito-
rios”, y mejores contenidos pues mayor es la
11
Cf E in Am 67.1 educación de quienes nos escuchan. Y exigen

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año sacerdotal

también más calidad en la transmisión, acos- se trata de una capitalidad de personas que, a
tumbrados como están a la imagen televisiva la vez, son discípulos, aprendices, seguido-
y a una cierta calidad de sonido en emisiones res y, por cierto, hermanos de las personas a
radiales. ¿ No es esta una buena razón para quienes sirven. Esto hace que teológicamente
hacernos discípulos junto a los hermanos con nuestro ministerio no nos distancia del pueblo
quieres compartimos este ministerio y prepa- fiel. Somos distintos por vocación pero no te-
rar la homilía en comunión con otros pastores, nemos por qué ser distantes. Y hoy existe en el
diáconos permanentes, religiosos o ministros pueblo de Dios, y en la gente en general, una
de nuestra comunidades? aguda conciencia democrática que tiende a re-
chazar, y a veces con mucho vigor, cualquier
c. La vida a la intemperie forma de endiosamiento. Y eso también entra
Hay que recordar también que hoy vivi- en la observación de la “casa de vidrio” a la
mos en una “casa de vidrio”. Siempre la gente que providencialmente estamos sometidos.
se fijó en sus curas: dónde se encontraba su
cabalgadura, dónde su camioneta, con quien d. De las sensaciones a las convicciones
se junta a comer, a jugar, a beber, quiénes vi- Otra fuente de espiritualidad nos la ofrece
sitaban su casa, cuáles eran sus preferencias… la demanda actual de mayor competencia en
Pero, a la vez, la gente cuidaba a sus sacerdo- nuestro ministerio que nos obliga a estudiar e
tes y la sociedad los protegía, los sentía pro- incluso a especializarnos. Los presbíteros ju-
pios. Hoy, en cambio, vivimos en medio del gamos en la liga profesional de la fe y de la
mundo, a la intemperie, sin protección alguna moral, de la Liturgia y la espiritualidad y no en
y, al revés, bajo el escrutinio de los MCS y simples campeonatos de barrio sobre estos te-
con el deseo de ver nuestras caídas. Estamos mas tan cruciales. Nuestra palabra cuenta. Nos
en situación semejante a lo que hoy se pide a guste o no nos guste, somos un referente del
los líderes del país, a los servidores públicos, pensamiento de la Iglesia. Por lo tanto, impor-
en un ambiente que tiende a desacralizar a las ta mucho lo que decimos al hablar de temas
personas y a demostrar la inconsistencia de las candentes: el matrimonio civil, la bioética, la
instituciones. Pues bien, esta misma realidad penalización de los menores, la corrupción,
nos da la posibilidad de vivir con mayor trans- los derechos humanos, por sólo referirme a
parencia y humildad, dejando de lado ciertas los que aparecen en la primera página de los
incoherencias e ingenuidades que muchos co- diarios. Y si eso es necesario en la temática
metemos, y sabiendo que nuestra vida está ex- vigente, se requiere también competencia en
puesta ante los ojos del mundo global. Una ra- nuestra enseñanza y acompañamiento espiri-
zón más para avivar la calidad de nuestra vida tual para ayudar a los fieles a pasar de las sen-
espiritual, de vivir “de cara a Dios”, procuran- saciones a las convicciones en el seguimiento
do la paz de la conciencia en medio de esta de Jesucristo. Esto último es especialmente
sobre exposición. Una excelente razón para necesario entre los jóvenes y en la evangeli-
valorar el que la gente quiera conocer nuestro zación de la religiosidad popular, que es gran
discipulado y valorar nuestros aprendizajes, riqueza de la Iglesia.
presentándonos con el ropaje de hermanos que Una razón más para tomar en serio nues-
juntos caminamos en pos del Señor y no como tra formación permanente y aprovechar todas
“autoridades” que están sobre los demás. Es las oportunidades de profundizar nuestra con-
decir, como “amigos” y “servidores” como a dición ministerial.
Jesús le gusta llamarnos.
De esta observación mas bien externa se 1.3. Desde el corazón de una Iglesia
deriva también otra consideración más teoló- Particular
gica. El Concilio Vaticano II nos regaló una
conciencia más nítida de la capitalidad de El individualismo reinante también nos
nuestro ministerio. Bien. Pero, esa capitalidad afecta en nuestra vida y ministerio. Es un he-
en términos absolutos corresponde al Señor cho que nos cuesta trabajar en equipo y vivir
Jesucristo. En nosotros, obispos y presbíteros, en comunión. Además, y lamentablemente,

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los curas solemos ser la peor cuchilla contra es imagen y semejanza de la Santa Trinidad,
los curas. No pocas críticas que leemos en los quiere decir que empezando por el corazón del
medios de comunicación se originan en nues- hombre –varón y mujer– y en todas las rea-
tros comentarios irresponsables, frutos de ce- lidades del mundo, tanto en el microcosmos
los, envidias o simples descalificaciones. Y se como en el macrocosmos, late una estructura
da la gran paradoja que quienes mejor saben y trinitaria. Es a ese corazón al que tenemos que
sabemos lo que cuesta realizar un ministerio apuntar. Y es a ese corazón al que tenemos que
entregado, creativo, estimulante y consecuen- convertirnos con la gracia de Dios.
te… somos los que más criticamos al hermano Pero, esto no es marketing. No es una
ante el menor renuncio o el menor descuido. oferta para otros. Es un paso a dar por cada
Hoy más que nunca hay que estrechar la uno de nosotros para recrear un presbiterio
comunión, aumentar el amor por el equipo, unido a los co-presbíteros en torno al Obispo
la comunidad de vida, ser reflejos de la Santa en que el “miren como se aman” pueda ser la
Trinidad. Y aprender a vivir como discípulos, exclamación de quienes nos rodean…
como gente que sabe que tiene mucho que
aprender de Jesús, del Evangelio, de nues- b. Practicar la espiritualidad de comunión
tros Pastores, de los hermanos. Y, por amor No es necesario, en este punto, volver
de Dios, hacer un voto de santa hermandad a citar in extenso el texto paradigmático de
en que aprendamos a corregirnos con amor, a Juan Pablo II12. Es un texto tan bien armado
llevar las cargas unos de otros, sin jamás eri- e inspirado en que no falta ni sobra ninguna
girnos en jueces de los hermanos ni hacer leña palabra. Es la mejor descripción vigente de la
de un apóstol caído. espiritualidad de la comunión. En ella el Papa
la presenta como la respuesta a los designios
a. Redescubrir el Evangelio de la comunión de Dios y a los anhelos del hombre, que nos
Ante esta realidad es imperioso redescu- lleva a mirarnos cordialmente, a considerarnos
brir la comunión como un Evangelio, una bue- parte unos de los otros, a darnos espacio en
na noticia para el mundo, para la Iglesia, para nuestro crecimiento y a sentir como propios
cada uno de nosotros. Y reconocer que la co- los éxitos de los demás. Ni más ni menos.
munión es hoy la gran profecía que podemos La espiritualidad de comunión se basa en
ofrecer a un mundo individualista. Es apuntar una sabiduría renovada diariamente. Su inicio
al corazón del sistema y no quedarnos en las es el asombro. Porque el tesoro de la dignidad
exterioridades. Si es verdad que la creación humana en los redimidos lo llevamos en vasi-
jas de barro [2 Cor 4,7] nos admira sobrema-
nera cuánto resplandece a través de la opaci-
dad del recipiente. Porque, como lo confirma
el apóstol Pablo, no pocas veces hacemos lo
que no queremos y no hacemos lo que quere-
mos [Cf Rom 7,15]. Por esto nos alegra cada
vez que constatamos que alguien hace el bien
y se aparta del mal, y que se ha decidido a su-
perar el mal, haciendo el bien.
En los primeros tiempos del cristianis-
mo se acuñó la sentencia: “Viste al hermano
- ¡viste a Cristo!”. No queremos pasar de prisa
cerca del hermano, con tantas preocupaciones
que nublan la mirada; queremos detenernos
ante él con corazón contemplativo, acogiendo
y admirando a Cristo en él y abriendo el espíri-
tu a la verdad que él aporta. Nunca debiéramos

12
Cf. Novo Millennio Ineunte, N. 43

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acostumbrarnos al regalo inmerecido que los


demás son para mí […]
No es evidente la generosidad. Mucho me-
nos la gracia. Más natural sería la fragilidad de
la inconstancia y, en cierto sentido, el egoísmo.
La grandeza humana es siempre una gozosa
novedad que viene del Dios vivo, “quien con-
cede al mundo todos los bienes” [Pl. Eucarísti-
ca N. III]. Quien sepa admirarla atraerá a otros
al “Camino” [Acts. 18, 25], siendo una persona
positiva, sembrador de esperanza, constructor
de historia con el Señor Jesús”13.

c. Amar y construir la Iglesia-comunión


En definitiva, se trata de amar y construir
la Iglesia comunión. Y para ello, una sugeren- entre los jóvenes, que son cristianos sinceros
cia: hace bien hacer una “lectio ecclesiae”, y aman a la Iglesia, se echan para atrás cuando
aplicando a la Iglesia Particular los mismos sienten que estamos dedicados a alimentar la
pasos de la lectio divina. Es verdad que la lec- “institución”. O peor, cuando sienten que de-
tio divina se hace sobre un texto escrito. Pero, fendemos la “institución”. Es la crítica actual a
no es menor verdad que la Palabra revelada ciertas posturas episcopales en temas valóricos
se expresa también en la historia de nuestras que producen molestia y rechazo precisamente
comunidades. Y es tremendamente edificante porque no se sitúan entre los discípulos sino que
escribir los rasgos salientes de nuestra propia siempre hablan como maestros… Por eso nues-
Iglesia, desde los tiempos de la Colonia, en tro amor por la Iglesia institución –que también
que al menos en el caso de Chile, todos nues- lo tenemos– debe hacer hincapié en la Iglesia-
tros obispos fueron grandes defensores de los comunión y en las relaciones más personales y
indios. En que hubo los fiscales de Chiloé, respetuosas que existan entre nosotros para que
antecedente local del diaconado permanente. brille especialmente el “evangelio de la comu-
En que hemos tenido pastores que han sido li- nión” y el “evangelio de la fraternidad”. Y para
turgos y animadores sociales, a la vez. Así son que nuestra relación institucional se vea como
los iconos de nuestro presbiterio: D. Manuel fruto de este amor y no al revés.
Larraín, el Cardenal Silva Henríquez, D. Enri- Es curioso, en esto hemos vuelto -por
que Alvear, por sólo citar algunos. Y así lo fue otras razones- a los tiempos inmediatamente
especialmente el primer santo varón canoniza-
posteriores al Concilio, al debate sobre caris-
do en Chile, el P. Alberto Hurtado sj.
ma e institución. Sólo que ahora este debate se
Motivados por el impulso de la contem-
da a nivel de la sociedad global.
plación de nuestra identidad más honda, po-
En síntesis, estos son tiempos providen-
demos dedicarnos decididamente a construir
ciales para vivir en comunidades apostólicas,
una Iglesia-comunión, parroquias que sean
para fortalecer nuestras comunidades presbi-
comunidad de comunidades y movimientos,
terales y revitalizar las comunidades de con-
instituciones de Iglesia –Universidad, Cole-
sagrados y consagradas. Un tiempo para salir
gios y otras obras de bien– que estén regidas
del discurso y pasar a la acción haciendo de la
por el principio de la comunión, como lo pide
Parroquia una comunidad de comunidades y
el Papa en su carta de inicios del milenio14.
de los movimientos un lugar de comunión con
Pero, cuidado. Estamos en un tiempo en
la Iglesia Particular.
que la mentalidad asistémica ha calado hondo.
Y, por eso, muchos los laicos, especialmente
d. Celebrar la Eucaristía con asombro
13
Cardenal Fco. Javier Errázuriz, “Permaneced en mi Al revalorizar la Iglesia-comunión, no po-
amor”, Santiago 2002, N. 26 demos olvidar la fuente de espiritualidad que
14
Cf. NMI 43 encontramos en la Eucaristía, sobre todo en

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1.4. Al servicio de la humanidad

a. Las nuevas pobrezas


En fin, lo recordábamos al comienzo,
nuestro ministerio se desarrolla en medio del
mundo en que a las antiguas pobrezas, se han
sumado las “nuevas pobrezas” que hoy recla-
la vida de un presbítero, como lo recuerda el man la atención de la Iglesia y sus pastores20.
Papa Juan Pablo en su Carta Encíclica, “Ec- Estas últimas están representadas por ejemplo,
clesia de Eucharistía”. por la soledad y abandono de los ancianos que
Llama la atención el “gran asombro y cada día alcanzan más años pero con menor
gratitud”15 con que el Papa nos entrega “su calidad de vida; por los migrantes y desplaza-
testimonio de fe en la Santa Eucaristía”16. Su dos, por la insidia de la droga, por la cesantía,
deseo, y nos viene muy bien recordarlo, es pre- por la maternidad precoz y otras situaciones
cisamente “suscitar este asombro eucarístico” que afectan la vida familiar, y por tantas otras
en toda la Iglesia y, en especial, en los ministros causas que afectan incluso a personas que no
ordenados17. En eso nos lleva la delantera San sufren de pobreza material. Por lo tanto, es
Juan María Vianney, patrono de los párrocos, hora de redescubrir la opción preferencial por
quien pasaba largas horas de contemplación los pobres a favor de las antiguas y de las nue-
eucarística que se añadían a la devoción orante vas pobrezas.
de la Misa diaria. En ella asumía y sumergía No hay Iglesia auténtica si en ella los po-
los dolores y problemas que acogía en el con- bres no se sienten en su casa. Ni hay cristia-
fesionario y que muchas veces lo superaban. nismo auténtico sin el ejercicio de la caridad,
Pero en esta misma debilidad se hacía fuerte el como lo señala el Papa Benedicto en su Carta
Señor. La Eucaristía es nuestro don. La Euca- “Deus Caristas est” situando el ejercicio de
ristía es nuestra fuerza. La Eucaristía es la gran la Caridad en el mismo nivel que la procla-
pedagoga de la vida en comunión. mación de la Palabra y la celebración de los
En palabras del Papa: “la Iglesia vive de la sacramentos de la fe: “practicar el amor hacia
Eucaristía. Esta verdad no expresa solamente las viudas y los huérfanos, los presos, los en-
una experiencia cotidiana de fe, sino que en- fermos y los necesitados de todo tipo, perte-
cierra en síntesis el núcleo del misterio de la nece a la esencia de la Iglesia tanto como el
Iglesia”18. Y, si la Iglesia vive de la Eucaris- servicio de los Sacramentos y el anuncio del
tía, quiere decir que de ella vive cada cristiano Evangelio. La iglesia no puede descuidar el
y, en particular, los ministros ordenados que servicio de la caridad, como no puede omitir
cada día presidimos su celebración y que en- los Sacramentos y la Palabra”21. Esta afirma-
contramos en ella la fuente primera de nuestra ción cualifica directamente la vida de los mi-
vitalidad espiritual. nistros ordenados con esta trilogía inseparable
de Caridad-Palabra y Sacramento.
Tanto el Rostro eucarístico de Cristo como
el asombro y la gratitud con que contempla-
b. Una nueva imaginación en la caridad
mos y celebramos la Eucaristía son como la
Fuente de espiritualidad será enrolarnos
síntesis de la vida de la Iglesia y de nuestra
en el ejercicio de la “nueva imaginación de
vida personal. Y para los ministros ordenados
la caridad”22, que privilegia la cercanía a las
vale especialmente lo que nos decía en su Vi-
personas por sobre la eficacia en las acciones.
sita a Chile: “un sacerdote vale lo que vale su
Y no porque la cercanía carezca de eficacia,
Eucaristía”19.
sino porque la cercanía es el primer signo
de la presencia del Reino: “el tiempo se ha
15
Cf EE 5.2; 6.1; 48; 59.1
16
EE 59.2 cumplido, el Reino está cerca, conviértanse
17
EE 5.2, 5.3
18
EE 1 20
NMI 50.2
19
Encuentro con los sacerdotes en la Catedral de San- 21
Benedicto XVI, DCA (25.12.05), N. 22
tiago, Abril 1987. 22
NMI 50.2

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y crean en el Evangelio”23. Esta cercanía es 2. En conclusión


la que permite que los pobres “se sientan en
su casa”24 en nuestras comunidades, y que Como se puede ver, a través de estas su-
jamás sientan la ayuda como algo que les gerencias, no se trata sino de resituar nuestro
viene desde afuera y menos de arriba para ministerio y acoger las nuevas formas de la
abajo. La cercanía del Reino, en el ministe- caridad pastoral que sigue siendo el humus
rio de Jesús25, hace que siempre las personas determinante de nuestra espiritualidad y, por
que reciban su ayuda se conviertan en sujetos lo tanto, la fuente de la actitud apostólica de
de su propia historia, dejando de ser objetos quien tiene que anunciar el Evangelio en me-
pasivos de una compasión mal entendida. Y
dio de las realidades cambiantes del mundo…
por eso cuando Jesús envía a sus discípulos
Una Iglesia que requiere crecer en amor, en
en misión les manda anunciar la cercanía del
ministerialidad, en espiritualidad de comu-
Reino con su palabra y con sus obras, espe-
nión… Es decir, de verdaderos discípulos
cialmente a favor de los enfermos…
de Jesús al servicio de un mundo cambiante,
No se trata de solucionar los problemas
con grandes mutaciones culturales, en el que
del país. No se trata de hacer instituciones in-
mensas y difíciles de mantener, salvo que Dios –como siempre– el lenguaje de la experien-
lo quiera así. Se trata de mostrar la humani- cia mística y de la caridad vivida, tienen la
dad de nuestro ministerio, de nuestros senti- delantera.
mientos, de nuestra solidaridad, convencidos Y, para vivir este ministerio apostólico
de que el pobre es Cristo de manera singular. con un corazón de discípulo, los medios de
Y recordando también que “sin esta forma de siempre, tan probados en la historia de la Igle-
evangelización, llevada a cabo mediante la ca- sia: la Liturgia de las Horas (haciendo hin-
ridad y el testimonio de la pobreza cristiana, el capié en la “lectio”), la Eucaristía (renovada
anuncio del Evangelio –aun siendo la primera por el “asombro” y el lenguaje celebrativo),
caridad– corre el riesgo de ser incomprendido la moderación en el comer y en el beber, la
o de ahogarse en el mar de las palabras al que sencillez en el vestir… Sin olvidar algunos
la actual sociedad de la comunicación nos so- ritmos vitales, que no hay que descuidar en
mete cada dia. La caridad de las obras corro- materia de oración: una mañana a la sema-
bora la caridad de las palabras”26. na, un día al mes, una semana al año, un mes
cada cinco años… Y unas buenas vacaciones,
bien descansadas, para reponer las neuronas
23
Mc 1,14
desgastadas.
24
NMI 50.3
25
Cf Mc 1, 15ss María, Madre de los apóstoles, ¡ruega por
26
NMI 50.3 nosotros!

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[Monseñor Domingo S. Castagna]


arzobispo emérito de Corrientes

El Siervo de Dios
cardenal
Eduardo f. pironio

Nuestros contemporáneos, despedida y el beso fraterno que imprimí res-


los santos petuosamente en su mejilla. Tuve el privilegio
de hacer una extensa y formal declaración, por
No es fácil referirse a la santidad de alguien pedido de la postulación de la Causa de beati-
que comparte aún nuestra vida terrena. Está en- ficación, ya en curso.
sombrecida por la mediocridad generalizada  
que impide intuir el misterio de gracia que ope- Santidad y fecundidad
ra en el interior de las personas. En mi ya lar- ministerial
ga vida he conocido mucha gente santa; es un
verdadero desafío de fe descubrir el final del SaHay mucho que decir, pero, en las dimen-
camino que transitan: la santidad. Recuerdo a siones de estas semblanzas de sacerdotes san-
la Madre Teresa de Calcuta, a Juan Pablo II y tos, es preciso presentar los rasgos principa-
al Cardenal Eduardo Pironio. Ya atravesado el les y más significativos de la personalidad del
umbral del tiempo, sus imágenes se despren- Siervo de Dios Cardenal Pironio. Para ello
den del espeso velo que oculta la identidad qué mejor que algunos aspectos de mi decla-
causada por la gracia. Hoy quiero referirme, ración en el proceso de beatificación. Muchos
con sencillez y temor, al Siervo de Dios Car- otros amigos, aún vivos, lo han conocido me-
denal Eduardo Pironio. Es una nítida figura jor que yo. De todos modos, como lo he inten-
sacerdotal para nuestro tiempo. He tenido el tado en la deposición canónica mencionada,
privilegio de mantener con él una amistad que procuraré exponer el resultado de mi perso-
llegó a su cumbre el 13 de enero de 1998, ape- nal visión. Me limitaré a observar los signos
nas veinte días antes de su santa muerte. No visibles de su vida sacerdotal santa. Sin duda,
olvido su rostro sufrido, su ternura habitual, el propósito del Papa Benedicto XVI, en este
su intimidad a flor de labios y su súplica hu-
Año, consiste en mostrar al ministerio sacer-
milde al “hermano menor Obispo”: “Ahora
dotal como un sendero obligado de santidad.
dame tu bendición”. Recuerdo el abrazo de
Más aún, señalar que la santidad del sacer-
dote constituye una exigencia urgente para la
evangelización del mundo. Hace unos años
formulé estremecido, con ocasión de un reti-
ro para sacerdotes, esta frase conclusiva: “En
el ejercicio del ministerio sacerdotal no hay
alternativa, o santos o inútiles”.   Llegué a
ella al examinar la vida y el comportamiento
pastoral de estos grandes sacerdotes.

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El Cardenal Eduardo Pironio los años violentos, son mal vistas, particular-
mente por los sostenedores de la ideología de
la “seguridad nacional”, que acarrearía tanto
El desempeño de su notable misión sacer-
dolor y muerte. Es entonces cuando su vida
dotal y episcopal está sólidamente sostenido
corre verdadero peligro. No obstante, mantie-
por una  innegable y ascendente espirituali-
ne una ejemplar reserva ante las agresiones y
dad. El Cardenal Pironio se destaca como un
amenazas a su persona.
hombre de profunda y constante oración, que
 
aflora espontáneamente en su contacto per-
sonal. De allí el aprecio que le profesan los Los consagrados
sectores diversos de la Iglesia: obispos, sa-
cerdotes, consagrados y laicos. Su reconocida Su amor a la Iglesia, como lo conduce a
sensibilidad, informada por la gracia, lo acerca amar profundamente a los sacerdotes y laicos,
a los más humildes y pobres, a los atribulados, también enciende en él un aprecio destacable
a cada persona que se relaciona con él. El trato por la Vida Consagrada. Su designación como
cordial y amigable es como el distintivo de su Prefecto de la Congregación para los Religio-
personalidad y, no obstante, se manifiesta do- sos, Institutos Seculares y Vida Apostólica
tado de una excepcional ecuanimidad. Su es- le ofrece la ocasión de dedicarse con mayor
fervor y sabiduría a esa delicada misión. Pro-
píritu abierto alienta el abordaje de múltiples
mueve las mutuas relaciones entre Obispos
y puntuales temas de teología, espiritualidad
y Superiores Mayores constituyéndose, sin
y pastoral. En mi entrevista con él, poco an-
proponérselo, en un verdadero modelo de Pas-
tes de su muerte, me confiesa su dolor por no
tor de toda la Vida Consagrada. Cuando S. S.
haber dispuesto del tiempo necesario para es-
Pablo VI lo escoge para ese servicio, su nom-
cribir  sobre algunos temas, diferidos para el
bramiento causa alegría en muchos y silencio
tiempo de su retiro como emérito.
en otros. Hombre joven -54 años como Pro
 
Prefecto y 55 años como Prefecto y Carde-
Amor a la Virgen nal- constituye una esperanza entre los princi-
pales colaboradores del Santo Padre. Su paso
Un capítulo aparte merece su amor y de- por la Congregación es muy valorado por los
voción entrañables a la Santísima Virgen. Bien consagrados de todo el mundo. Lo consideran
fundado teológicamente y, no obstante, provis- un Pastor comprensivo y sostenedor de los va-
to de una conmovedora sencillez, hasta conta- lores esenciales de la Vida Consagrada en la
giar su amor de hijo gozoso y agradecido. Iglesia y en el mundo.
 
Los sacerdotes  
Sus virtudes
LosNo quiero olvidar su deferencia hacia los
sacerdotes de toda edad. Su trato con ellos se Sé que en tan breves páginas debo renun-
distingue por una caridad ilimitada. Con mo- ciar a la mención de muchos aspectos importan-
tivo de recibir el Palio arzobispal me invita a tes de su intensa y fecunda trayectoria de hom-
almorzar a solas con él. Recuerdo con gratitud bre de Iglesia. El cometido de estas semblanzas
sus santos consejos, especialmente el de amar sacerdotales es descubrir el secreto profundo de
incondicionalmente a los sacerdotes como pa- la santidad que las modela. Deseo referirme -en
dre paciente y solícito: “¡Ama mucho a los sa- el Cardenal- a su vivencia de las virtudes cris-
cerdotes!” -me dijo entonces- “No te canses de tianas que hacen a la santidad.
amarlos”. Ese sincero amor se expresa, de for-  
ma ejemplar, en sus palabras y gestos. Como La fe
consecuencia es profundamente amado y ve-
nerado por quienes lo conocen. Su proverbial Todo en él indica que vive en Dios. Sus
apertura a todos y su solicitud, especialmente gestos, sus reacciones, sus palabras y sus va-
por quienes padecen cruel persecución durante liosos escritos proceden de una experiencia

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profunda, silenciosa y sólida de la fe. En las Fundamento de su vida virtuosa


simples y familiares conversaciones aflora una
lúcida conciencia de la presencia de Cristo,
Quisiera concluir esta incompleta des-
en el misterio adorable de la Pascua. Su fe se
cripción con la mención de dos virtudes
alimenta de la Palabra y de los Sacramentos,
suyas básicas: la humildad y la fortaleza.
especialmente de la Eucaristía. En sus expre-
En cuanto a la primera: su notable sencillez,
siones familiares y en sus sabias reflexiones
expresada en las conversaciones, escritos
teológico-pastorales se comprueba una cons-
y estilo de vida, indica un espíritu pobre y
tante referencia a la Escritura, a los Padres y al
disponible al sacrificio. Su relación con las
Magisterio, en el espacio propio causado por
personas, especialmente con los jóvenes y
su intensa vida de contemplación. Es ejemplar
los pobres, adopta gestos y actitudes muy ex-
su amor a la persona del Papa y su creyente
presivas de su cálida cercanía. Acostumbra
adhesión al Magisterio pontificio. En los mo-
a responder toda correspondencia, de quien
mentos difíciles, que los tiene, se mantiene
viniere, con sorprendente rapidez y cordiali-
sereno y seguro en Dios. De esa manera logra
dad. No manifiesta apego a bienes, funciones
alentar a quienes, en grave crisis, acuden a su
ejemplo y a su consejo. y personas; su testamento lo pone satisfac-
  toriamente en claro. Manifiesta su humildad
en la gratitud a Dios, que lo elige sintiéndo-
La esperanza
se él -en su modestia– sin merecimientos.
También expresa su humilde agradecimiento
Su excepcional confianza en Dios otorga
a quienes han posibilitado que fuera lo que
a sus reacciones, ante las contradicciones que
fue: sus padres, hermanos, superiores y ami-
debe soportar, una notable seguridad y gozo
gos, especialmente sus amados Pontífices
en el Espíritu. Expone incansablemente, en
Pablo VI y Juan Pablo II. Su excepcional ca-
su magisterio escrito y hablado, los valores
pacidad de diálogo con todos tiene su origen,
cristianos de la esperanza y de la alegría. La
sin duda, en la práctica secreta y silenciosa
Pascua de Cristo lo impulsa a vivir el mis-
de la humildad. Las circunstancias difíciles,
terio de la Cruz y anhelar la santidad como
hasta dramáticas, que jalonan su rico y ex-
Vida nueva.
  tenso ministerio, lo encuentran entero espi-
ritual y psíquicamente. Goza de la fortaleza
La caridad
del que se siente necesitado de Dios y confía
absolutamente en Él. No se habla con él de
Expresa, con mucha naturalidad, su pro-
algunos temas que puedan dar motivo a una
fundo amor a Dios. Hace notar, sin afectación
desmedida interpretación de acontecimien-
alguna, estar enamorado de Jesucristo, al
tos públicos y desafortunados. Ante lo inex-
modo de San Pablo y se aproxima a la prácti-
plicable del comportamiento de algunos pro-
ca inspirada por Santo Domingo de Guzmán:
tagonistas, guarda un discreto silencio. La
“Hablar a Dios o de Dios”. No recuerdo, en
enfermedad que lo aqueja, cuya naturaleza
nuestras entrevistas, haberme alejado sin una
grave conoce desde sus orígenes, no le hace
palabra o pensamiento que me ayudara a entu-
perder su cordialidad y dinamismo. Guarda
siasmarme por las cosas de Dios. Ante la des-
un heroico silencio.
cripción de acontecimientos bochornosos del
 
mundo responde con su habitual referencia al
amor de Dios por los hombres. Esa ejemplar Concluyendo
actitud rige sus relaciones con las personas,
por ello, no las discrimina ni las descalifica. Es preciso conservar de este buen Pastor
No recuerdo que haya expresado una opi- de la Iglesia argentina la sustancia de su men-
nión negativa ante decisiones de la autoridad, saje. Se constituye en un testimonio fuerte de
o ante actitudes de sus iguales, quizás poco que el Misterio de la Pascua de Cristo suscita
consideradas hacia su persona o contrarias a santos sacerdotes en quienes se dejan trabajar
su pensamiento. interiormente por su Espíritu.

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año sacerdotal

[Monseñor Domingo S. Castagna]


arzobispo emérito de Corrientes

Venerable José Gabriel


Brochero
 

¿Quién es Brochero? sa entrega es el amor a Cristo. No es el cura


agauchado, de armas tomar, más movilizador
Es difícil decir algo sobre lo mucho que social que siervo paciente. Es capaz de jugar-
expresa la vida de un hombre como Brochero. lo todo al ideal misterioso que el Evangelio le
Me pregunto por qué este sacerdote ejemplar propone. Para él, el Evangelio es Cristo, y se
ha sido sometido a prejuicios inexplicables y interna con valiente y tierna devoción en su
minimizada su gravitación pastoral y social. constante y principal contemplación.
Las razones que habitualmente se exponen
no logran justificar el cerco histórico que le Testigo humilde y fiel de Jesús
han impuesto. Algo parecido ha ocurrido con
el proceso canónico del hoy Beato Ceferino Cuando llega el fin de su vida, ciego y so-
Namuncurá. El camino a la Beatificación del litario, se sacia con breves frases evangélicas
Padre Brochero está hoy despejado y espera leídas por una humilde y piadosa religiosa. El
ser recorrido con mayor celeridad. El gran em- final es la rúbrica de una existencia de fideli-
pujón proviene de un movimiento sacerdotal dad a la Eucaristía y al servicio humilde de sus
que no deja de organizar encuentros al amparo feligreses. No deja de pensar en las necesida-
de su original imagen de incansable surcador des de la gente, hambrienta de la gracia que él
de caminos. Detrás de ese cascarón de hombre dispensa incansablemente en el ejercicio de su
campechano, montado en su “mala cara”, está ministerio sagrado. Para ello se hace cargo de
lo que interesa a nuestros sacerdotes, mayo- sus necesidades y, abriendo nuevos caminos a
res y jóvenes, en el intento contemporáneo de través de las altas sierras, conduce a su reba-
llegar a los corazones de los hombres ham- ño a la ciudad de Córdoba, donde, mediante el
brientos de Dios. ¿Quién es Brochero? ¿De método de los Ejercicios ignacianos produce
dónde saca la pasión apostólica que lo domi- un movimiento evangelizador que transforma
na? Para comprenderlo es preciso remontar el a los fieles más difíciles de su vasta parroquia.
vuelo hacia los Apóstoles y entender el fervor No es un fenómeno hecho cura, popular y lí-
evangelizador que aparece en ellos. El Padre der, en una población que busca ampararse
Brochero es un apóstol, de la estirpe de aque- en él como el niño al prestigio de su padre.
llos, formados diligentemente por Jesús en la Es un apóstol, testigo humilde y fiel de Jesús;
intimidad de su Colegio. Se corre el riesgo de no tiene otro propósito que cumplir la misión
sindicarlo entre quienes se dedican a resolver recibida, como su Maestro cumplió la enco-
los graves problemas de los más pobres y ex- mendada por su Padre. Quiere ser el servidor
cluidos. También lo logra, de manera eminen- de todos, muy lejos de servirse de ellos, y, con
te, pero la motivación principal de su genero- su estilo y temperamento peculiares, terminar

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año sacerdotal

calladamente su vida en el silencio agónico de Breviario y atención a la salud espiritual de su


su aisladora enfermedad. pueblo. Todo lo hace como naturalmente. No
se le ocurre proponerse como modelo a nadie,
El gran secreto es la santidad hace lo que debe, interiormente animado por
el amor a Cristo y a su gente. Brochero es un
Siempre hay un secreto que explica lo amigo de Dios que, por serlo, no puede dejar
inexplicable de una vida heroica y socialmen- de ser amigo de los hombres. Su modelo es
te incomprendida como la suya. Me refiero a Jesús, que desborda su amor al Padre en su
la santidad. El sacerdote Brochero aprende, amor a los más desamados, hasta la Cruz. El
sorteando dificultades, a no desaprovechar Evangelio que medita y predica es la fuente
las oportunidades que le brindan las diversas innegable de la dignidad de sus feligreses, hu-
etapas del Seminario. Avanza sin estridencias mildes serranos, que él defiende contra viento
hacia la grave responsabilidad de un ministe- y marea. Su  fidelidad a Cristo se traduce en
rio sólo comprensible por la fe y vivido en el fidelidad a la Iglesia. Su celo pastoral no tiene
amor. Su temperamento generoso no autoriza fronteras, por ello se atreve a todo y reduce a
otro movimiento espiritual sino el que acaba nada las dificultades que se interponen en su
en el don total y silencioso de su vida. Alimen- proyecto misionero.
ta su espiritualidad bajo la conducción de sus
formadores y responde, atravesando las vaci- Su método evangelizador
laciones propias de una juventud normal, has-
ta decidirse definitivamente por el Reino. Las Confía en el poder de la gracia y echa
vísperas de su Ordenación constituyen un ver- mano a medios ya consagrados por la Iglesia.
dadero Getsemaní. Aprende de su Maestro a El que atrae su particular empeño es el método
conformarse con la voluntad del Padre. Aquel ignaciano de los Ejercicios Espirituales. Los
“fiat” es para siempre y ya no vuelve su mira- populariza de tal modo que su feligresía se
da atrás. Su vida sacerdotal es el crecimiento, acostumbra a confesarse de no haber acudido
hasta la heroicidad, de aquel consentimiento a ellos al expirar cada año. Él mismo se pone
inicial. Sin elucubraciones piadosas amane- al frente y realiza esfuerzos heroicos para su-
radas se mantiene fiel a lo aprendido: amor a perar los obstáculos que impiden su cumpli-
la Eucaristía y a la Virgen, rezo piadoso del miento. Me refiero a las largas travesías por
las altas sierras, el cuidado del ganado familiar
y tantos otros detalles, presentes en una ausen-
cia prolongada, que miran las casas y tareas
de campo de aquella humilde gente. El Padre
Brochero, por temperamento y, principalmen-
te, por convicción, no rehúye el desafío prove-
niente de las personas y lleva adelante su pro-
pósito de cambiarlas, sea cual fuere el estado
moral en que se encuentren. Su trayectoria de
Pastor está colmada de anécdotas, algunas de
original colorido. Es verdad que abre senderos
en la dura piedra serrana; esa tarea ímproba no
responde al intento demagógico de acumular
poder, su intención es abrirse paso en los co-
razones de todos para depositar la gracia del
Evangelio y de los sacramentos. De otra ma-
nera no se entienden sus pintorescas predicas
y su extremo empeño por acercar la Eucaristía
a sus distantes comunidades y la santa Unción
a los enfermos.

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año sacerdotal

El leproso heroico como un santo”. (“Pregonero del Amor” – Del


Forno  pág.102) El Padre Brochero acepta con
Los hombres revelan su auténtica calidad humildad el aislamiento al que lo reduce la te-
cuando sobreviene la ancianidad, la enferme- mible enfermedad. Se preocupa de disponer de
dad, la soledad y la muerte. Brochero entra en lo necesario para celebrar diariamente la Santa
esa misteriosa y apasionante etapa final sin de- Misa en su pobre pieza de enfermo. Se lo ve en
jar de comportarse como lo había hecho siem- silencio, sereno, “desgranando rosarios”. Allí
pre. Se enferma de lepra, la recibe como con- está el secreto de su vigor apostólico y de la
tagio de otro leproso a quien recupera del pe- santidad sacerdotal que lo identifica. Ciego, ya
cado. Transcribo el relato de una testigo de su no ve sino desde el corazón, pero, se abre ca-
tiempo: “En la salida del Tránsito a Pocho vi- mino, como lo hacía en las altas sierras, entre
vía un leproso. Era este de tan mala condición las tinieblas de la tierra, en busca de la Luz que
y hablar que nadie se arrimaba por no oírle supo y sabe dispensar, incansablemente, a sus
los insultos y blasfemias. Brochero, con todo, feligreses y amigos.
no temía visitarlo. Le llevaba ropas y alimen-
tos y hasta se supo que tomaba mate con él. Brochero santo
Le disuadíamos, más Brochero respondía con
gracia: “Pero, por favor; si allí hay un alma”. No dudo que Brochero llegará a ser vene-
Al fin, lo confesó y le llevó la Santa Comunión. rado como santo. El santo constituye la obra
Murió el leproso en sus brazos, resignado exclusiva de Dios. Para ello es preciso que

PA S T O R E S
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año sacerdotal

su libertad active un consentimiento perso- Como lo quiere Dios y el pueblo


nal, del todo necesario, para que la obra de lo necesita
santidad se cumpla. Brochero aprende a de-
jarlo hacer a Dios. Su santidad sacerdotal es No nació santo, ni le fue fácil la santidad.
silenciosa, como la brisa en la que Dios se Acabo de leer una afirmación suya sobre el sa-
hace presente, pasando a veces desapercibida
cerdote que me ha conmovido: “el sacerdote
o disimulada. La identificación del venerable
que no tiene mucha lástima de los pecadores,
sacerdote con su pueblo y su cultura, que aún
es medio sacerdote - y no tanto- estos trapos
atrae ciertas miradas de incomprensión y sos-
benditos que llevo encima no son los que me
pecha, sabe ocultar, “a los perfectos de este
hacen sacerdote: si no llevo en mi pecho la
mundo”, la verdadera identidad del Brochero
caridad, ni a cristiano llego”. (Referido por
santo. Finalmente lo que es desde el momen-
el P. L.Castellani) Los testigos de su vida afir-
to de su tránsito al cielo se revela por el reco-
man que Brochero podría haber desempeñado,
nocimiento y dictamen de la Iglesia peregri-
por su talento y cultura, una función destacada
na. Han pasado muchos años desde su muerte
(1914) y aún no se llega al término deseado. en el clero cordobés. Se decide por un heroico
El pueblo capta su virtud heroica, la Iglesia anonadamiento y se hace serrano con su humil-
la reconoce y los sacerdotes de todas las eda- de feligresía: adopta su lenguaje, sus imágenes
des la constituyen en modelo para sus vidas. ingenuas, su estilo pobre de vida. Aprende de
A medida que se avanza en el conocimiento Dios que, en su Hijo divino, se hace Hombre
de su temple de hombre de Dios, la sorpresa por amor. Se goza al referir todos los gestos
y la veneración brotan espontáneamente. La de su ministerio al comportamiento ejemplar
santidad que se observa en él es consecuencia de su Maestro. ¡Qué clara su enseñanza al se-
de un proceso oculto en el que actúa princi- ñalar que el sacerdote debe seguir a Jesús en
palmente la gracia. Brochero descubre, desde el “anonadamiento” o desacredita la imagen
su corazón humilde y silencioso, que es sim- sacerdotal! Mi breve reflexión sobre la perso-
ple y doloroso abrir el alma a la acción del nalidad del Cura Brochero es una invitación
Espíritu. Su vida no es fácil; sabe ser pobre tímida a conocerlo en su intimidad de hombre
con su Señor y, desde esa pobreza, “hacer la santo, de sacerdote como Dios lo quiere y el
voluntad del Padre”. pueblo lo necesita.

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Celegrac
de los
Bicente
Comienzo de
la celebración
de los
bicentenarios

"Celebrar estas fechas patrias nos puede ayudar a

renovar el compromiso ciudadano y los vínculos

que nos unen como pueblo en la historia y geogra-

fía. El Documento de la Conferencia Episcopal Ar-

gentina nos plantea el desafío de un “gran objetivo:

contribuir a erradicar la pobreza y la exclusión”

[ Jorge Eduardo Lozano


Obispo de Gualeguaychú y miembro de la
Comisión Episcopal de Pastoral Social ]

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BICENTENARIO

[ p b r o . t o m á s s a n t i d r i á n ]

Nueva Encíclica Social:


“Carta de ciudadanía
de la Iglesia” en el
mundo de hoy
El autor de este artículo, el P. Tomás Santidrián1, es sacerdote diocesano desde
hace ya más de 50 años, siempre tuvo una especial preocupación por la “cuestión
social”. En este breve artículo, escrito muy poco tiempo después de publicada la
encíclica “Caritas in veritate”, nos brinda una visión global de la misma teniendo
como horizonte la vida y la misión de los presbíteros en la sociedad actual.

Como Encíclica, representa el ejercicio ve Benedicto XVI.


del magisterio de la Iglesia para “todos los Pero hay más. La “técnica”, erigida ella,
cristianos”.1 también, –siglo XIX– con capacidad de ase-
Como Social, está enmarcada en un tiem- gurar la felicidad aquí en la tierra, resolvien-
po histórico y de allí que es una voz para “to- do los interrogantes de sentido de la vida que
dos los hombres de buena voluntad”… acosan a la humanidad. Llámese positivismo,
La historia que encuadra esta Encíclica materialismo, su final fue trágico en las dos
viene de muy lejos: la “Primera Revolución guerras mundiales del siglo XX, con millones
Industrial” (año 1750) con la consecuente de muertos y la amenaza latente de un con-
caída de la Aristocracia y la proclamación de flicto nuclear más destructivo todavía.
los Derechos Humanos (1769) en la Revolu- Dentro de este panorama la “Doctrina
ción Francesa. Social de la Iglesia” define con dos palabras
En el orden ideológico, la “Ilustración” el camino a recorrer: “Caritas in veritate”
–siglo XVIII– que establece el reinado de la (“Amor en la Verdad”).
“diosa razón”, capaz de resolver todos los pro- Amor en búsqueda de una “fraternidad
blemas de la existencia humana. Con el correr universal”. El Pontífice remarca este “llamado
del tiempo esta diosa desemboca en el “rela- (verdadera vocación) individual y comunitario
tivismo”, donde la verdad objetiva no existe para formar parte de la familia de Dios, como
y es suplida por el “consenso”, fundamento hijos suyos”. “Humanismo que excluye a Dios
último de los valores del hombre. Este relati- es un humanismo inhumano” (nº 78). No nos
vismo es uno de los escenarios donde se mue- extraña la conclusión: “Por tanto la fuerza más
poderosa al servicio del desarrollo es un hu-
1
Es sacerdote de la arquidiócesis de Rosario. Actual- manismo cristiano”. Remarquemos: humanis-
mente capellán del Colegio San Patricio. Además es mo “cristiano”!!
fundador y director de los Hogares de Protección al
Menor (HO.PRO.ME.). También coordina el grupo “San
¿Utopía o necesidad imperiosa en un mun-
Ambrosio” dedicado al estudio y difusión de la doctrina do en peligro de autodestrucción? Benedicto
social de la Iglesia. XVI no es pesimista en absoluto, solo trans-

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BICENTENARIO

cuestiona directamente a sus responsables:


La razón necesita siempre ser
aquellos “empresarios” que buscan el benefi-
purificada por la fe… a su vez cio económico a través de la producción; los
“políticos” cuando predomina en su obrar la
la religión tiene necesidad de
consolidación del poder; y los “científicos”
ser purificada por la razón para que miran exclusivamente el resultado de sus
descubrimientos (nº 71).
mostrar su auténtico rostro

humano” (nº 56). El Papa, en el tiempo de la posmoderni-


dad, reserva con razón un espacio aparte para
estos científicos. Léanse en los números 74
mite su mensaje desde el Evangelio, “el único
y siguientes de la Encíclica: el pensamien-
que sostiene y acumula los valores éticos”.
to de la Iglesia frente a las manipulaciones
del ser humano (la bioética). “Lucha cultural
Se impone el diálogo entre fe y razón; Be-
entre el absoluto de la técnica y la responsa-
nedicto XVI profundiza de manera sorpren-
bilidad moral” (nº 74). “Una razón abierta a
dente este encuentro de la Razón y de la Fe.
la trascendencia o una razón encerrada en la
“La razón necesita siempre ser purificada por
inmanencia” “Estamos ante un aut aut (o, o)
la fe… a su vez la religión tiene necesidad de
decisivo” (nº 74).
ser purificada por la razón para mostrar su au-
téntico rostro humano” (nº 56). ¿Habrá recor-
Esta vez la advertencia de Benedicto XVI
dado Benedicto los conflictos que suscitaron
es grave y solemne. Las diversas constatacio-
sus palabras en Ratisbona, a propósito de la
nes de los experimentos científicos sin refe-
“violencia” justificada con razones religiosas?
rencia a una moral superior y al respeto por
En una Encíclica como ésta, de carácter so-
el ser humano, llevan a Benedicto XVI a re-
cial, es legítima y muy clara la conclusión: “la
petir expresiones de algunos de sus predece-
ruptura de este diálogo –entre razón y fe reli-
sores en la sede de Pedro como “la cultura de
giosa– comporta un coste muy gravoso para el
la muerte”, a la que agrega “la cultura actual
desarrollo de la humanidad” (nº 56).
del desencanto total” (nº 75); “la cultura del
vacío” (el hombre despojado de su dignidad:
“Amor en la verdad”. Se trata de la ver-
la trascendencia).
dad que es objetiva, “que no es producida por
En definitiva, “hoy es preciso afirmar que
nosotros, que se descubre o mejor aún se re-
la cuestión social se ha convertido radicalmen-
cibe” (nº 41). Verdad que nos dice quién es el
te en una cuestión antropológica” (nº 75).
hombre y el lugar privilegiado que ocupa en
el universo. De cara a las ideologías que pre-
tenden la autonomía absoluta del hombre sin Se impone el diálogo entre fe y
Dios, liberado por consiguiente de toda ética
razón; Benedicto XVI profundiza
o referencia moral, el Pontífice se detiene y
reflexiona en ese escenario propio del mundo de manera sorprendente este
contemporáneo: la técnica. “La técnica como
encuentro de la Razón y de la Fe.
hecho profundamente humano manifiesta y
confirma el dominio del espíritu sobre la ma- “La razón necesita siempre ser
teria” (nº 69). Punto muy positivo pero a su
purificada por la fe… a su vez
vez tiene “un rostro ambiguo” (nº 70) cuando
se erige en el “único criterio de verdad”. Y así la religión tiene necesidad de
al quitar la centralidad de la persona humana
ser purificada por la razón para
pretende constituirse con su eficiencia, dueña
del destino del hombre. mostrar su auténtico rostro

humano” (nº 56).


Ante este nuevo panorama, la Encíclica

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BICENTENARIO

Digamos, de acuerdo con el espíritu y social más participativo y orgánico, menos


la letra de toda la Encíclica, que la cuestión burocratizado (nº 60).
social estriba en reconocer la centralidad del El fenómeno de las “migraciones”, que
hombre, con referencia a Dios su Creador. tanto afectan a la Unión Europea: “ningún
¿Quién al leer estas claras y firmes afir- país por sí solo puede ser capaz de hacer
maciones no recuerda las locuras del nacio- frente a los problemas migratorios actuales”
nalsocialismo (Hitler) en búsqueda del su- (nº 62).
per-hombre? Experiencias, que nadie puede Quién hubiera pensado que el Papa ha-
desconocer y que hoy se repiten en formas blaría como de un problema social, de la “so-
más sofisticadas pero no menos perversas en
ledad del hombre” que toca de cerca también
tantos laboratorios…
a los ricos en bienes de la tierra y a la que
define como “una de las pobrezas más hondas
Muchos otros temas de actualidad son
que el hombre puede experimentar” (nº 53).
abordados y clarificados en esta Encíclica. Te-
El tema del “hambre”, definido como “la
mas gravísimos en sí mismos, analizados con
extrema inseguridad de vida” (nº 27) (“los
mirada serena que se abre al optimismo en re-
lación al futuro. nuevos Lázaros”).
“El hombre y la ecología (nº 48), siendo El derecho a la “libertad religiosa” (“Dios
ésta expresión de un proyecto de amor y de el garante del verdadero desarrollo del hom-
verdad. bre”) (nº 29).
La “globalización” a la que define como La profunda relación entre “Deberes y
“el estallido de la interdependencia planetaria” Derechos” (“los deberes que los derechos pre-
(nº 24) y de la que dice: “nos ha hecho más suponen, y sin los cuales se convierten en algo
cercanos pero no más hermanos” (nº 20)… ex- arbitrario”) (nº 43).
presión para meditar. “El crecimiento demográfico y su re-
“Las grandes desigualdades” entre ricos lación con la procreación responsable y la
y pobres (nº 22) ya denunciadas por Paulo sexualidad” (nº 44). “Et coetera” (y tantos
VI, que se agravan en nuestro mundo y si- temas más).
guen evidenciando, con más fuerza, “el es-
cándalo de las disparidades hirientes”. Con- Benedicto XVI presenta su mensaje
secuentemente, la “Ayuda a los países po- –el humanismo cristiano– como la “Carta
bres”, basada en un sistema de solidaridad de Ciudadanía de la Iglesia en el mundo de
hoy”. Expresión original y de gran significa-
do por cierto.
Las grandes desigualdades” en-

tre ricos y pobres (nº 22) ya denun- Este artículo está pensado para una Revis-
ta Sacerdotal, “Pastores”. Me permito concluir
ciadas por Paulo VI, que se agra- con una reflexión a compartir con mis herma-
van en nuestro mundo y siguen nos sacerdotes. Ante el “egoísmo” reinante en
la sociedad actual, ante el “relativismo” de
evidenciando, con más fuerza, “el una razón en bancarrota, ante una “técnica” y
escándalo de las disparidades una “ciencia” unidimensional, Benedicto XVI
no habla de un simple humanismo; presenta
hirientes”. Consecuentemente, la
el “humanismo cristiano”, proclamando la ar-
“Ayuda a los países pobres”, basa- monía entre razón y fe. No será éste un recla-
mo para volver a los tiempos del Apóstol San
da en un sistema de solidaridad
Pablo, que en pleno paganismo, proclamaba:
social más participativo y orgáni- “nosotros insensatos predicamos a Cristo, y
Cristo Crucificado (Cfr. 1Cor. 1, 23)”. Sin am-
co, menos burocratizado (nº 60).
bages ni medias tintas.

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BICENTENARIO

[ J o r g e E d u a r d o L o z a n o 1
]

BICENTENARIO: INCLUSIÓN PARA


TODOS, FIESTA PARA TODOS
Presentación del documento de la Conferencia Episcopal
Argentina. “Hacia un Bicentenario en justicia y solidaridad
(2010-2016)”

Introducción: diera, no sólo noticias, sino también ayudara


a divulgar las nuevas ideas presentes en los
Estamos llamados a recorrer un camino en acontecimientos del 25 de Mayo.
un tiempo concreto. “Hacia un Bicentenario Este periódico, la “Gaceta de Buenos Ai-
en Justicia y Solidaridad (2010 – 2016)” nos res”, conoció su primer número el 7 de Junio
señala un horizonte y un plazo. Una tarea a de 1810, antes de cumplirse un mes de la Re-
realizar en este tiempo concreto. volución.
Celebrar estas fechas patrias nos puede Al poco tiempo de su aparición, la Prime-
ayudar a renovar el compromiso ciudadano ra Junta dispuso que los sacerdotes, al término
y los vínculos que nos unen como pueblo en de las misas, reunieran a los feligreses para
la historia y geografía. El Documento de la leerles el semanario, ya que no eran muchos
Conferencia Episcopal Argentina nos plantea los ciudadanos que sabían leer.
el desafío de un “gran objetivo: contribuir a La Gaceta fue dirigida por Mariano More-
erradicar la pobreza y la exclusión” (nº 19). no. El Dr. D. Manuel Alberti (sacerdote) vocal
En este artículo destaco sólo algunos de la Primera Junta se encargaba de recibir los
puntos del Documento buscando motivar su artículos que venían de las provincias.
lectura y reflexión. Comienzo con una mi- En Diciembre de 1810, Mariano Moreno
rada al contexto internacional que nos da un se aleja del gobierno, y la redacción de la Ga-
marco más amplio a la situación social en la ceta quedó en manos del dean Gregorio Funes,
Argentina.1 sacerdote e intelectual cordobés.
El 9 de Julio de 1816 el Congreso Nacio-
nal reunido en San Miguel de Tucumán decla-
Los Pastores de 1810 – 1816
y los del Bicentenario ra la Independencia. El acta fue firmada por 29
diputados de la Provincias del Río de la Plata.
Conversando con una historiadora, amiga De ellos, 12 eran sacerdotes. Sería muy bue-
de muchos años, ella me compartió algunos no contar con algún estudio más amplio de la
datos a cerca de la tarea de sacerdotes en 1810 tarea desarrollada por sacerdotes y religiosos
y 1816. Me pareció bueno que estos elementos hace 200 años.
formaran parte de esta introducción. Hoy la tarea de los pastores es diversa.
La Primera Junta de Gobierno decidió Pero también estamos llamados a incidir en
contar con un órgano de prensa que difun- la construcción de la sociedad. La predicación
en las fechas patrias, la catequesis incluyendo
1
Obispo de Gualeguaychú y miembro de la Comisión temas sociales, los actos escolares si estamos
Episcopal de Pastoral Social. vinculados a la educación.

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BICENTENARIO

En un estudio elaborado en el CELAM en la historia a la caída del Muro— señalaba


hace unos pocos años, se constataba que cer- que “el mundo se encuentra en un lamentable
ca del 80% de la dirigencia de América Latina vacío de ideas” (PP 85)
(políticos, sindicalistas, empresarios, minis- La caída de las utopías arrastró a las ideo-
tros, funcionarios, legisladores…) se educó logías, y también a las ideas. Un pragmatismo
en colegios católicos. Algunas cosas no las exacerbado comenzó a dominar el rumbo de
hemos comunicado bien, ya que estamos en el la política. Un ejemplo bien claro de esto es
Continente más desigual del Planeta. que las encuestas de opinión pública son más
En la tarea pastoral cotidiana celebramos observadas que las doctrinas y los ideales.
y anunciamos la vida nueva del Resucitado De a poco se fue cercenando el espacio de
que nos hace hermanos. Este tiempo de la la ética y la moral. No hay ética en lo públi-
Patria requiere una predicación y testimonio co, en el comercio internacional, en la cues-
que ayude a comprometernos en la Justicia y tión económica. La ley del mercado no admite
Solidaridad. regulación. Con la ausencia de la ley gana el
Voy a organizar y compartir esta reflexión más fuerte. Y ésas son entonces “la ley y la
en 5 puntos: ética” imperantes.

1) Contexto internacional El Papa Benedicto nos dice en su Encí-


clica Social que “los aspectos de la crisis y
2) Juntos para un nuevo proyecto de país sus soluciones, así como la posibilidad de un
nuevo desarrollo futuro, están cada vez más
3) Nuevas pobrezas y exclusión social interrelacionados, se implican recíprocamen-
te, requieren nuevos esfuerzos de comprensión
4) ¿Qué estilo de liderazgo necesitamos unitaria y una nueva síntesis humanista. Nos
hoy? preocupa justamente la complejidad y grave-
dad de la situación económica actual, pero
5) Conclusión hemos de asumir con realismo, confianza y
esperanza las nuevas responsabilidades que
nos reclama la situación de un mundo que
1) Contexto internacional necesita una profunda renovación cultural y
el redescubrimiento de valores de fondo sobre
Que vivimos tiempos difíciles, no es una los cuales construir un futuro mejor. La crisis
novedad. Por eso es importante cómo descri- nos obliga a revisar nuestro camino, a darnos
bimos la realidad y explicitar qué lugar ocupa- nuevas reglas y a encontrar nuevas formas de
mos en ella. compromiso, a apoyarnos en las experiencias
Decir que estamos atravesando una crisis positivas y a rechazar las negativas. De este
económica o financiera es cierto. Pero afir- modo, la crisis se convierte en ocasión de
mar sólo eso es parcializar la realidad y co- discernir y proyectar de un modo nuevo. Con-
rremos el riesgo de no dar con los caminos viene afrontar las dificultades del presente en
adecuados. esta clave, de manera confiada más que resig-
Desde Noviembre del 89, con la caída del nada”. (CiV 21)
Muro de Berlín, se fueron viniendo abajo tam-
bién algunas utopías. Nuestra sociedad se fue También un mensaje del CELAM de Fe-
globalizando con la lógica irracional del con- brero del 2009 nos ayuda a mirar lo que suce-
sumismo y el lucro. Poco importa a los “mer- de desde una perspectiva latinoamericana:
cados” la utopía de una gran familia humana.
Bien poco duraron aquellas ilusiones de paz “La actual crisis financiera ha puesto de
universal junto con el fin de la pobreza y el manifiesto el afán excesivo de lucro por enci-
hambre en el mundo. ma de la valoración del trabajo y del empleo,
convirtiéndolo en un fin en sí mismo.
Pablo VI —como adelantándose 20 años Esta inversión de valores pervierte las

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BICENTENARIO

relaciones humanas sustituyéndolas por las mente en 2015 se alcanzarán los objetivos so-
transacciones financieras, que debieran estar lemnemente asumidos en la Asamblea de las
al servicio de la producción y de la satisfac- Naciones Unidas.
ción de las necesidades humanas. La econo- En una reunión con los sacerdotes de
mía internacional ha concentrado el poder de Roma en Febrero del 2009, ante una pregunta
la riqueza en pocas manos, excluyendo a los el Papa contestó: “La avaricia humana es ido-
desfavorecidos e incrementando la desigual- latría que va contra el verdadero Dios y es fal-
dad”. (Cf. DA, n. 62) sificación de la imagen de Dios con otro Dios,
Mamón. Debemos denunciar con valentía,
En Septiembre del 2000, después de una pero también con propuestas concretas, por-
década de grandes conferencias y cumbres, que los grandes moralismos no ayudan si no
los representantes de los Estados reunidos en son sostenidos por el conocimiento de la rea-
Nueva York en la Sede de las Naciones Unidas lidad, que ayuda también a entender que cosa
aprobaron la “Declaración del Milenio”, com- se puede hacer en concreto. Desde siempre no
prometiendo a sus países en una nueva alianza sólo debemos denunciar los males, sino mos-
mundial. Estas metas acordadas se conocen trar los caminos que llevan a la justicia, a la
como los “Objetivos de Desarrollo del Mile- caridad, a la conversión de los corazones”.
nio” (ODM).
El primer objetivo es “erradicar la pobre- Asistimos a nivel internacional a la Pará-
za y el hambre”. Una de las metas propuestas bola evangélica de Lázaro alimentándose de
es “reducir a la mitad la pobreza y el hambre” las migajas que caen de la mesa del rico, que
para el 2015. sigue en sus banquetes obscenos. La riqueza
En Septiembre de 2008 el secretario ge- a nivel internacional se concentra de manera
neral de las Naciones Unidas solicitó un au- escandalosa. No se trata sólo de percepciones
mento de 18.000 millones de dólares al año
entre 2008 y 2010 para poder dar cumpli-
miento a las metas establecidas. Medida que
fue resistida.
Ante la crisis financiera, el gobierno
del Presidente Bush pide al Congreso de los
EE.UU. la suma de 700.000 millones de dóla-
res para posibilitar el rescate de los bancos e
instituciones financieras.
¿Podemos sorprendernos de semejante
caudal de dinero que se ha aportado en el
hemisferio norte para “salvar” a empresas
multinacionales y corporaciones financieras
transnacionales? ¿Podemos no cuestionarnos
por qué no existieron las mismas posibilida-
des en los últimos años para salvar del ham-
bre a millones?
Rescatar estas empresas significó res-
guardar algunas fuentes de trabajo, es cierto.
Pero no era ésa la finalidad, ya que esas mis-
mas empresas no han optado por privilegiar
a los trabajadores por encima de la rentabi-
lidad o competitividad. Cuando la ganancia
es buena se acumula, cuando hay pérdidas se
distribuyen.
Según los últimos datos de la FAO, se ha
incrementado el hambre en el mundo. Difícil-

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BICENTENARIO

o sensaciones sobre la realidad. “La riqueza nistas —oficialistas u opositores— de los di-
mundial crece en términos absolutos, pero au- versos medios de comunicación más que las
mentan también las desigualdades. En los paí- orientaciones del Magisterio y diversos ámbi-
ses ricos, nuevas categorías sociales se empo- tos pastorales.
brecen y nacen nuevas pobrezas. En las zonas Destaquemos también que ha habido en el
más pobres, algunos grupos gozan de un tipo último año una importante caída del nivel de
de superdesarrollo derrochador y consumista, empleo en diversos países europeos.
que contrasta de modo inaceptable con situa- Se produjo una baja significativa del pre-
ciones persistentes de miseria deshumaniza- cio de los productos que nosotros podemos
dora. Se sigue produciendo “el escándalo de comerciar a nivel internacional.
las disparidades hirientes” (CiV 22). La acu- Frente a esta situación crítica a nivel inter-
mulación de riqueza décadas atrás era el resul- nacional y regional, la Iglesia en el Continen-
tado de la explotación de los trabajadores y el te nos propone 2 cosas, en la Declaración del
abuso en el comercio entre los Estados. Hoy CELAM de Febrero que citaba recién:
es producto de la expulsión de multitudes del
acceso al trabajo y de la exclusión social. • el servicio a los más pobres: ser más so-
América Latina es el continente más des- lidarios con aquellos que más sufren las con-
igual del planeta, y la brecha entre los que secuencias de la crisis, los más desprotegidos.
menos tienen y los que más tienen es cada • poner en marcha nuestra inteligencia
vez mayor. y buscar nuevos modelos de desarrollo, que
Asombra que a veces aparezcan co-men- sean superadores del actual.
tarios acerca de esta asimétrica situación como
si fuera producto de intervención de extrate- Es necesario vincular intelectuales, las
rrestres o desastres naturales. La crisis es el universidades católicas y públicas, políticos,
resultado obtenido por quienes han pensado y sindicalistas, etc. para buscar un modelo de
decidido el sistema económico internacional. sociedad y de desarrollo integral que sea justo,
Décadas atrás varios preveían este desenlace solidario, equitativo. Esta necesidad de nuevos
debido al modo irracional e inmoral en que se modelos de desarrollo es planteada insistente-
han planteado las relaciones económicas entre mente en Aparecida y en la Encíclica Caritas
los Estados. in Veritate.

Son incisivas las preguntas del Papa a los 2) Juntos para un nuevo Pro-
Miembros del Cuerpo Diplomático: yecto de país (nº 11-15)
“¿Cómo no pensar en tantas personas y
familias afectadas por las dificultades y las La necesidad de un proyecto de país “no
incertidumbres que la actual crisis financiera es una preocupación nueva” en la Argentina.
y económica ha provocado a escala mundial? En varias oportunidades y desde diversos sec-
¿Cómo no evocar la crisis alimentaria y el ca- tores de la sociedad se ha planteado esta in-
lentamiento climático, que dificultan todavía quietud. Para ello es necesaria una mirada a
más el acceso a los alimentos y al agua a los largo plazo, la cual no es posible sin tomar en
habitantes de las regiones más pobres del pla- cuenta el presente y el pasado.
neta?”. (Discurso a los Miembros del Cuerpo Me acordaba en estos días de una novela
Diplomático, 8 de Enero de 2009) que relataba la historia de un hombre que
aparece perdido en un pueblo. La gente se le
No podemos darnos el lujo de tener mira- acerca y le pregunta: “¿Te podemos ayudar?
das ingenuas y opiniones superficiales. Tam- ¿A dónde tenés que ir?”. Y el hombre res-
poco aceptar sin reflexión crítica cualquier ponde: “No sé de dónde vengo, no sé hacia
tipo de interpretación que quieran darnos. dónde voy”.
Muchas veces me pregunto cómo se forma el Su horizonte era confuso e indetermina-
juicio crítico sobre la realidad de los pastores do porque no sabía dónde había comenzado
y consagrados. Si influyen en nosotros colum- su camino.

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la casualidad o, peor aún, de la fatalidad, en-


tonces estamos perdidos.
Podemos construir juntos si nos reconoce-
mos vinculados con lazos profundos de afec-
to y amistad social. Si nos vemos solamente
como socios podremos hacer buenos o malos
negocios, pero no un proyecto de país. Si sólo
nos tratamos como “consumidores y vende-
dores” podremos organizar una empresa, pero
Algo semejante nos puede suceder si no
nunca un país.
tenemos una mirada clara acerca de nuestra
Debemos pasar “de habitantes a ciudada-
historia; de nuestro caminar como Pueblo,
nos” y de ciudadanos a comunidad política.
como Nación, como Continente. Difícilmen-
te podamos proponernos un proyecto que sea
3) Nuevas pobrezas y exclu-
adecuado a nosotros si no partimos desde
sión social (nº 24-30)
nuestra identidad.

Los números 24 al 30 del Documento nos


“No se puede mirar hacia adelante sin
llevan a considerar “nuevas angustias que
tener en cuenta el camino recorrido y honrar
nos desafían”.
lo bueno de la propia historia.” (nº 9)
“Acercándonos al Bicentenario, recor-
damos que nuestra patria es un don de Dios El texto utiliza la expresión “nueva
confiado a nuestra libertad, como un regalo cuestión social” (nº 24 y 25). Las palabras
que debemos perfeccionar. Podremos crecer “nueva”, “novedosos”, aparecen de manera
sanamente como Nación si reafirmamos nues- insistente. Los textos quieren llamarnos la
tra identidad común.” (nº 11) atención porque “han surgido formas inédi-
tas de pobreza y exclusión”, “esclavitudes
Sabemos que nuestra historia no comien- modernas” (pensemos, por ejemplo, en los
za con la Revolución de Mayo. Forman parte llamados “talleres con cama caliente” en que
de nuestra identidad la cultura de los pueblos son sometidos tantos hermanos nuestros; en
originarios, la impronta de las Órdenes y Con- secuestro y venta de personas especialmente
gregaciones Religiosas que misionaron en es- niñas, niños y adolescentes, para la prostitu-
tas tierras. Cómo no mencionar el rechazo y ción). Nos conmueve porque “hoy los exclui-
resistencia a las invasiones inglesas en la pri- dos no son solamente ‘explotados’, sino que
mera década del siglo XIX. han llegado a ser ‘sobrantes y desechables’”.
Sin embargo, la proximidad del Bicente- (24). (Se cita a Juan Pablo II en SRS 15 y
nario del 25 de Mayo de 1810 nos hace evo- Aparecida 65).
carlo como “el primer grito de libertad para
nuestra Patria”. (nº 7) Leamos juntos el Nº 25 del Documento:
“La nueva cuestión social abarca tanto las
Si nuestra vinculación social se apoya situaciones de exclusión económica como las
en que nos encontramos hoy por casualidad, vidas humanas que no encuentran sentido y
pero sin una historia que nos una, difícilmen- ya no pueden reconocer la belleza de la exis-
te habrá un futuro que tengamos que construir tencia. ‘Se desvanece la concepción integral
juntos. Solamente tendremos un proyecto de del ser humano, su relación con el mundo y
país si conocemos esa historia común. Habrá con Dios.’ Los nuevos fenómenos ‘a menudo
un camino por recorrer si nos reconocemos afectan a ambientes y grupos no carentes de
parte de un pueblo y nos miramos cada uno recursos económicos, pero expuestos a la des-
de nosotros como parte de una familia hu- esperación del sinsentido de la vida, a la insi-
mana. Si todos permanecemos encerrados en dia de la droga, al abandono en la edad avan-
nuestro propio mundo y lo único que nos une zada o en la enfermedad, a la marginación o
es habitar una misma geografía producto de a la discriminación social’. Ello se manifiesta,

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por ejemplo, en el crecimiento del individua- cuya letra es inspiración de Cátulo Castillo,
lismo y en el debilitamiento de los vínculos expresa dramáticamente “la vida es una he-
personales y comunitarios. Nos preocupan rida absurda”.
especialmente las graves carencias afectivas El texto incorpora, como parte de la nueva
y emocionales. Contemplamos un gran anhe- cuestión social, la falta de sentido de la vida y
lo de encontrar razones para la existencia. no poder reconocer la belleza de la existencia.
La deuda social es también una deuda exis- El Papa Benedicto XVI en Brasil refiriéndose
tencial de crisis del sentido de la vida: ‘se a los jóvenes, decía que “no tienen miedo del
puede legítimamente pensar que la suerte de sacrificio sino de una vida sin sentido”. Ése es
la humanidad está en manos de quienes se- el mayor miedo que tienen los jóvenes hoy. No
pan dar razones para vivir’. Ello nos debería encontrar para dónde ir, el para qué esforzarse,
interpelar a todos e invitarnos a discernir y para qué la alegría y la fiesta. El individualis-
promover nuevos vínculos de pertenencia y mo “debilita los vínculos personales y comu-
convivencia y nuevos estilos de vida más fra- nitarios”, haciendo que la situación de pobreza
ternos y solidarios”. (nº 25) o sufrimiento del otro me pase desapercibido.
Es el grave riesgo de endurecer el corazón y
Hace unos meses leí un artículo en que “naturalizar la pobreza”, mirarla como parte
se citaba un escrito de Víctor Frankl acer- de la sociedad, de lo que hay en el mundo.
ca del sentido de la vida. Él decía que “... Así, los pobres son algo más del panorama
lo más profundo del hombre no es el deseo que contemplamos. Como dicen algunos, “los
de poder ni el deseo de placer sino el deseo ninguneamos”. Los hacemos imperceptibles
de sentido”, y que “la gran enfermedad de y hasta invisibles. En nuestro país mueren 8
nuestro tiempo es la carencia de objetivos, el niños por día a causa de la desnutrición; mejor
aburrimiento, la falta de sentido y de propó- dicho, de la injusticia. Algunos aseguran que
sitos”. (El hombre doliente, Barcelona, Her- son el doble.
der, 1987, pp. 12 y ss.) Continuemos con el Nº 25: “La deuda
Ya en 1949 advertía Frankl que “la nues- social es también una deuda existencial de
tra es una época de frustración existencial. Y crisis del sentido de la vida”. En el segui-
es particularmente el joven el que se siente miento que la Universidad Católica realiza de
frustrado en su deseo de sentido” (ídem, p.14). la deuda social, se observa el modo en que
(Tomado de Revista del CIAS de Setiembre- incide existencialmente en los argentinos la
Octubre 2007) situación de pobreza y exclusión. Afecta en
lo emocional, en lo afectivo; el problema
Las voces populares también recogen, económico no se manifiesta solamente en el
con los claroscuros que delinea la poesía, esta bolsillo vacío. Afecta la integridad de la per-
situación de angustia existencial. Un tango, sona humana. El pobre no sólo no puede ele-

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gir entre muchas comidas para alimentarse. no se limita al simple crecimiento económico”
También es pobre porque se siente excluido (nº 26). Y aquí aparece como cuestión ineludi-
y despreciado por la sociedad, que le dice: ble e imprescindible poner en un primer plano
“argentinos somos todos, pero no todos vivi- la dignidad del trabajo. Dignidad de la que to-
mos de la misma manera y no todos tenemos dos los hombres son merecedores.
los mismos derechos”. “Vos sí, vos no… yo El auténtico desarrollo es de todo el hom-
tampoco”, decía una de las campañas de las bre y todos los hombres (Populorum Progres-
Colecta Más X Menos. sio, 1967), integral y solidario.
El Papa Benedicto XVI en su reciente No será posible si no hay desarrollo de la
Encíclica Caritas in Veritate nos dice que Región. El bien común tiene una dimensión
“una de las pobrezas más hondas que el social y universal; difícilmente cada uno de
hombre puede experimentar es la soledad. nuestros países pueda tener buenas perspecti-
Ciertamente, también las otras pobrezas, in- vas desligándose del futuro de Paraguay, Bra-
cluidas las materiales, nacen del aislamien- sil, Uruguay, Chile, Bolivia… de cada uno de
to, del no ser amados o de la dificultad de los países que formamos la Región y de todo
amar”. (CiV 53) el continente latinoamericano. La pertenencia
a América Latina también es parte de nuestra
Para saldar la deuda social es necesario identidad. Hace poco un presidente de un país
buscar nuevos modelos de desarrollo, lo “que de la región dijo “los países no se mudan”.

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(José “Pepe” Mujica, presidente de la Repú-


Nosotros somos fruto de lo
blica Oriental del Uruguay)
otro que está sepultado, y el
El texto de la CEA (ver 26-29) menciona
día de mañana estaremos sepul-
varios puntos de preocupación que no alcan-
zaremos a desarrollar ahora pero no podemos tados y habrá otros que serán
dejar de citar:
fruto de lo que hemos hecho
• “el flagelo del trabajo informal”, cuyo hoy. Esta convicción es posible
principal contratista es el Estado,
• la grave situación de la educación, cuan- si miramos nuestra vida como
titativa y cualitativamente considerada, parte de un proyecto nacional,
• el peso de la deuda externa,
• un “histórico clima de corrupción”, como parte de la historia de un
• “el mal del clientelismo político”, que pueblo.
usa a los pobres y se aprovecha de su si-
tuación,
• la “marginación de los aborígenes y de de las tierras. También una paulatina extran-
los inmigrantes pobres”, jerización de su propiedad, especialmente en
• “los adolescentes y jóvenes que no estu- lugares cercanos a fuentes de agua dulce.
dian ni trabajan”, Y ante cada realidad que vamos anali-
• el consumo de drogas y alcohol cada vez zando queda al descubierto que no hay igual-
a más temprana edad, dad de oportunidades. Una de las principales
• el juego oficial y clandestino, causas de la desigualdad tiene que ver con
• la violencia e inseguridad. el material y la ubicación geográfica de la
cuna. No es lo mismo nacer en una provincia
Por eso, al principio del Documento se que en otra, en el centro de la ciudad o su
decía que la gran deuda de los argentinos es periferia. Duele mucho comprobar que con
la deuda social, y ella no admite postergación. el embarazo comienza una historia de des-
“No se trata solamente de un problema eco- igualdad que nunca será revertida. Nunca.
nómico o estadístico. Es, primariamente, un Por eso decimos que la desigualdad es siste-
problema moral.” (Nº 5) mática, estructural, permanente, persistente.
La pobreza no es un problema de esta- Esta descripción nos lleva a afirmar que, sin
dísticas o eslógans. A mi humilde entender, dudas, hay un núcleo duro de pobreza y tam-
es inadecuado usar imágenes que resultan in- bién un núcleo duro de riqueza.
suficientes para su descripción: frazada corta,
medio vaso lleno… 4) ¿Qué estilo de liderazgo
En Argentina no se puede hablar de pobre- necesitamos hoy? (nº 20-23)
za sin hablar también de riqueza. Nuestro país
ha tenido durante varios años de esta primera En estos tiempos hay que cuidar la místi-
década del siglo un ritmo importante de creci- ca del peregrino, la mística del caminante, la
miento económico. Sin embargo, esa riqueza mística de quien construye algo más allá de
no se distribuyó equitativamente. ¿Cómo no su propio horizonte. Don Atahualpa Yupanqui
relacionar esto con la fuga de capitales al ex- cantaba: “Es mi destino / piedra y camino /
terior? Con la lógica irracional de la acumula- de un sueño lejano y bello, viday / soy pere-
ción no se supera la desigualdad. grino”. Esto nos ayuda a tener esperanza, que
Este proceso de concentración de la rique- es distinta de la ilusión. Es esperanza Pascual
za había sido señalado ya en un documento de que se funda en el amor y resurrección de
la CEA, “Una tierra para todos”, del año 2004. Cristo. La Pascua nos garantiza que la muerte
En las últimas décadas ha habido una gradual y el pecado han “sido vencidos”. Ahora nos
concentración de la propiedad y la explotación toca a nosotros.

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Otro bello poema nos hace notar que “lo dar una mano”.
que el árbol tiene de florido, vive de lo que
tiene sepultado” (José Luis Bernárdez). • Perseverancia. “Puse rumbo al horizon-
te / y por nada me detuve” canta una canción
Nosotros somos fruto de lo otro que está de Joan Manuel Serrat. Síntesis poética de una
sepultado, y el día de mañana estaremos se- manera de incluir lo más humano de nosotros
pultados y habrá otros que serán fruto de lo mismos ante tropiezos, dudas o flaquezas cuan-
que hemos hecho hoy. Esta convicción es po- do vamos detrás de un proyecto. Y no ceder.
sible si miramos nuestra vida como parte de
un proyecto nacional, como parte de la his- • Capacidad de diálogo para la elaboración
toria de un pueblo. La imagen utilizada por de Políticas públicas, consensos fundamenta-
el poeta nos remite a una comunión de vida les, nuevos acuerdos (nº 13, 14, 15, 18).
entre raíces y frutos: no somos eslabones de
una larga y fría cadena, sino parte de una mis- • Capacidad de respuestas a las necesida-
ma realidad vital. des más urgentes, y simultáneamente compro-
Nosotros no somos los primeros. Hay meterse con otros organismos e instituciones
muchos que se han comprometido y entre- para organizar estructuras más justas en la so-
gado antes. Tampoco seremos los últimos en ciedad (Cfr. D.A. 383-384).
trabajar por el bien común, la justicia y la so-
lidaridad. • Estilo de vida sobrio y sencillo. En una
sociedad que promueve el consumismo y he-
A modo de puntualización, señalo algunas donismo, debemos ser testigos de una relación
características necesarias del estilo de lideraz- distinta con las cosas, de soberanía sobre uno
go que hace falta hoy: mismo. (cfr. CiV 51)

• Contemplar en los pobres el rostro de • Un claro NO a la violencia. Buscar des-


Cristo (nº 18, 20, 24). La Mística del Servicio terrar la violencia política, el lenguaje ofensi-
se nutre en una sólida espiritualidad. “La op- vo e hiriente. Desterrar también la violencia
ción preferencial por los pobres está implícita del hambre y el desamparo. La violencia de
en la fe cristológica” (Benedicto XVI, Discur- la falta de futuro. La agresión a quienes son
so Inaugural de Aparecida). empujados a vivir en la calle.

• Coherencia con convicciones religiosas, • Sensibles al cuidado del ambiente (nº


éticas, ideológicas y morales. Decir con firme- 38). Nosotros aspiramos a disponer de los
za no a la transa y la corrupción. La coima y el mismos bienes que han gozado nuestros
soborno se roban los dineros que son del pue- abuelos. Debemos comprometernos para que
blo. Los corruptos son cómplices del tráfico también las próximas generaciones tengan el
de armas, drogas. Son cómplices del secuestro mismo derecho.
y tortura de niñas, niños y adolescentes para
la explotación sexual. La corrupción oprime Los que más sufren las consecuencias del
y mata. Hacen falta convicciones firmes para deterioro del planeta son los pobres.
superar en este tiempo de relativismo impe- Un desarrollo sustentable implica no abu-
rante, el cualquierismo moral y la confusión sar ni sobreexplotar la naturaleza. ¿El planeta
de juicio crítico. es casa o fuente de recursos?
El consumo desmedido de una pequeña
• Vocaciones de compromiso social y polí- parte de la población mundial empuja la so-
tico. Sin la entrega de la vida no hay felicidad. breproducción de artículos suntuarios. Se di-
La MILITANCIA es una opción permanente lapidan recursos y bienes comunes a toda la
de servicio a los demás en una organización. familia humana, para satisfacer (fugazmente)
El militante no es un voluntario ocasional o a unos pocos. Por eso en la Doctrina Social de
curioso que se arrima “a ver qué pasa”, o “para la Iglesia se insiste en el principio del Destino

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Universal de los Bienes. Conclusión


En la raíz del problema ecológico y del
Cambio Climático está el afán de lucro des- Quisiera poner en un primer plano algu-
medido, la búsqueda de mayor rentabilidad en nas afirmaciones que el texto nos propone in-
el menor plazo, y sin medir consecuencias ni sistentemente.
reparar daños. La estructura de las relaciones
internacionales está basada en la fuerza y en el Es fundamental “no desviarnos del gran
poder. El individualismo con la propia genera- objetivo: contribuir a erradicar la pobreza y
ción y las siguientes provoca la proliferación la exclusión”. (nº 19)
de envases plásticos, pilas, celulares, equipos
de computación, electrodomésticos en gene- Es posible “proyectar como ‘Prioridad
ral, desechos nucleares. Nacional’ la erradicación de la pobreza y pro-
La tecnología permite capturar más peces mover el desarrollo integral de todos”. (nº 5)
de lo que los ritmos naturales logran producir
alterando seriamente el ecosistema oceánico. “Anhelamos poder celebrar un Bicente-
El abuso (y la falta de control) de agroquími- nario con justicia e inclusión social.” (nº 5)
cos, la falta de rotación de cultivos están pro-
vocando procesos irreversibles de desertifica- “¿No deberíamos acordar entre todos que
ción y pérdida de biodiversidad. esa deuda social, que no admite postergación,
sea la prioridad fundamental de nuestro que-
“La Iglesia tiene una responsabilidad con hacer?” (Ídem.)
respecto a la creación y la debe hacer valer en
público. Y, al hacerlo, no sólo debe defender Es imperativo y urgente erradicar la po-
la tierra, el agua y el aire como dones de la breza. Para ello es fundamental afirmar uno
creación que pertenecen a todos. Debe prote- de los principios clásicos de la DSI: el Destino
ger sobre todo al hombre contra la destruc- Universal de los Bienes.
ción de sí mismo.” (CiV 51) Su fundamento es Bíblico. Dios creó todos
los bienes para que los disfrutemos todos (cfr.
CiV. 49 y 51), no para que se acumulen en pocas
manos, y la gran mayoría de la comunidad que-
de despojada de todo. El mandato de Dios en el
Génesis es “ganarás el pan con el sudor de tu
frente”, no a costa del sudor de tus hermanos.
La humanidad es propietaria del Planeta.
Los argentinos somos propietarios de la Ar-
gentina.
Solamente, teniendo el destino universal
de los bienes como el principio orientador y
normativo podremos entonces hablar de inclu-
sión social.
La inclusión es un derecho de la humani-
dad. No es una concesión de un poder: es un
derecho.
Las generaciones futuras tienen el mismo
derecho que nosotros al aire puro, al agua po-
table, los alimentos sanos y suficientes.
Cuando hablamos de inclusión, no lo ha-
cemos pensando en esta sociedad consumista
del derroche, sino en “justicia y solidaridad”.
Hay un objetivo, un horizonte: Bicentena-
rio, fiesta para todos.

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BICENTENARIO

[ G . R o s o l i n o - A . M i n g o 1
]

200 AÑOS: OPORTUNIDAD


PARA “MIRAR LEJOS”

No pocos interrogantes emergen casi es-


1

pontáneamente. Por caso, en el “primer docu-


mento” de la comisión organizadora de los fes-
tejos, constituida por la Universidad Nacional
de Córdoba, se lee: “¿Qué significa hoy conme-
morar aquella gesta? ¿Qué fue la Revolución
de Mayo? ¿Qué es una revolución? ¿Cuál fue el
papel de Córdoba en aquellos acontecimientos?
¿Cuáles son los desafíos pendientes?”.2 Como
éstas, emergen otras preguntas, a menudo tan
importantes como las respuestas ensayadas. En la literatura referida a la relevancia de la me-
esta breve contribución nos concentramos sobre moria, sea individual, sea colectiva o grupal.3
todo en tres, por lo demás, interpelaciones que
Todos lo sabemos. Por una parte, hay situacio-
tienen “vida propia” en el curso del pensamien-
nes inolvidables, instantes acaso muy breves,
to moderno: la primera, ¿por qué re-conocernos
pero que quedan grabados por la intensidad de
o re-decirnos a propósito del bicentenario?; en
su plenitud. Son los que nos recuerdan, más
segundo lugar, ¿qué cabe hacer?; por fin, ¿qué
allá de las explicaciones, que vivir ha tenido
podemos esperar? Nuestra condición de cre-
sentido, y lo tiene aún. Por otra parte, son so-
yentes y sacerdotes argentinos, en el marco la-
bre todo los lacerantes sucesos de las últimas
tinoamericano, constituye la perspectiva formal
décadas, sufridos más allá de lo imaginable
de lo que sigue.
por incontables seres humanos de muchas
sociedades, los que impiden seguir viviendo
1. La vida de la memoria o la “como si nada” hubiese ocurrido. Por mucho
memoria de la vida que se ha pretendido tender un manto de ol-
vido, también a lo largo de nuestra historia
Desde hace ya algunos años se multiplica joven, el dolor evocado aún “clama al cielo”,
con razón y con fuerza transformadora. En de-
1
Guillermo Rosolino y Alejandro Mingo son sacerdotes
finitiva, ¿por qué hacer memoria?
de la Arquidiócesis de Córdoba, ambos doctorados
en Teología, docentes en el Seminario Mayor Nuestra
Señora de Loreto y en la Universidad Católica de
Córdoba. 3
En el campo teológico, baste citar ejemplarmente la
2
Cf. 200 años después. Latinoamérica sigue buscando obra de J. B. Metz, Memoria passionis: Una evocación
su destino, en: http://www.unc.edu.ar/bicentenario/200- provocadora en una sociedad pluralista, Santander
anios-despues (12.02.2010). 2007 (el original alemán, de 2006).

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BICENTENARIO

Con-memorar significa viajar juntos a las


aun antes de la emancipación,
fuentes, allí donde se ha nacido, re-conociendo
las promesas latentes desde los comienzos, los los valores cristianos impreg-
logros y fracasos habidos, así como las respon-
naron la vida pública. Esos va-
sabilidades compartidas, pero diferenciadas, a
lo largo del recorrido. No se trata de una nos- lores se unieron a la sabiduría
talgia aferrada al pasado, que no “siempre fue
de los pueblos originarios y se
mejor”, nostalgia tantas veces ingenua, teme-
rosa o premeditada. Tampoco de una obsesión enriquecieron con las sucesivas
que niega lo inmediato, con sus exigencias y
inmigraciones
demandas. Se trata de “besar los nombres”
escritos en nuestra memoria, estudiar nues-
tras historias, analizarlas con intencionalidad científico y al alcance de todos, del rol que
constructiva. Es saludable, porque implica hemos desempeñado los cristianos en la pro-
reencontrarnos y hacerse cargo de lo que indi- ducción de nuestro presente. El aporte de los
vidual o institucionalmente hayamos gestado. centros de estudio teológico argentinos puede
Los cristianos sabemos, por experiencia vital, ser muy oportuno, en tanto colaboren a va-
del potencial gratificante y sanante del memo- lorar lo bueno y clarificar responsabilidades
rial, típico de las expresiones rituales auténti- de lo que hemos vivido en Argentina, a fin
cas. En tal sentido, hay que saludar con agrado de honrar la propia historia. El aporte de los
las numerosas iniciativas propuestas para que agentes pastorales y las comunidades pasaría
durante estos años revisemos las motivaciones por detenerse a considerar el acontecimiento
y concreciones de nuestra historia, aquéllas y pensar propuestas que permitan encarnar
que configuran actualmente los distintos pla- progresivamente las metas señaladas. En tal
nos de la vida nacional. caso, habremos colaborado y enriquecido la
memoria de la vida de los argentinos; a la
Las iglesias somos parte protagónica del vez, habremos llenado de vida la memoria, a
entretejido social de estos siglos. Es verdad, menudo frágil y parcial, de nuestras institu-
como apuntan los obispos argentinos, que ciones religiosas.
“aun antes de la emancipación, los valores
cristianos impregnaron la vida pública. Esos 2. La importancia de hacer lo
valores se unieron a la sabiduría de los pue- que se cree
blos originarios y se enriquecieron con las
sucesivas inmigraciones”.4 Con todo, y es “El camino del infierno está empedrado de
lo que se echa de menos en el texto citado, buenas intenciones”. El conocido refrán puede
es cierto también que la iglesia católica ha sonar demasiado duro a oídos sensibles, o des-
estado presente y ausente, con transparen- mesurado, o aún reductivo, en cuanto el des-
cia y ambigüedades, en el curso de la vida tino anunciado parece ser efecto inevitable de
nacional.5 No puede ser de otro modo, dada las solas proyecciones no concretadas, sin tener
nuestra condición histórica. Es de desear en cuenta los habituales condicionamientos que
que seamos capaces de madurar una lectura pudieron obstaculizarlas. En cualquier caso,
más exhaustiva, sincera, fundada, con rigor bien sabido es lo que se procura transmitir. No
basta con los buenos deseos, los reiterados pro-
4
Conferencia Episcopal Argentina, Hacia un Bicentenario pósitos. Las acciones que los traducen hablan
en justicia y solidaridad (2010-2016), (Noviembre de un lenguaje incontestable. Inclusive los ensayos
2008), n. 9. malogrados, en el plano que fuera de la vida,
La sección “La celebración del Bicentenario (2010- pueden convertirse en una nueva oportunidad.
5

2016)”, aunque breve (cf. ibid., nn. 7-10), merecía una


síntesis integradora más precisa. La escueta mención,
reconociendo propias responsabilidades por “las Las argentinas y los argentinos tenemos
heridas abiertas en nuestra historia” (cf. ibid., n. 19) es mucho por concretar. La grandilocuencia de
en tal sentido válida, pero un tanto insuficiente. ciertos discursos, en los que tantas veces in-

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BICENTENARIO

currimos también nosotros, es tan abrumadora


No basta con indicar las “me-
como ineficaz. Con un sinnúmero de valiosas
cualidades, conviven en nosotros defectos es- tas”; es necesario involucrarse
tructurales que nos cuesta revertir.6 El anuncio
en ellas, inclusive formular las
que Jesucristo hace del Reino de Dios porta en
sí un poder transformador, que nos implica en que específicamente nos corres-
la medida que nos identificamos con Él, por
ponden. Hay que reconocer que
obra de su Espíritu. Resulta muy paradójico
que en sociedades tan impregnadas de cris- no solo aportamos ideas y solu-
tianismo, se multiplique exponencialmente la
injusticia y la miseria, provocando la dolorosa ciones, sino convencernos que
exclusión de miles de ciudadanas y ciudada- somos parte de los problemas
nos. La “cuestión social”, “la deuda social” en
nuestro país, reiterada una y otra vez en los que aquejan a la Argentina, y que
textos del magisterio en Argentina,7 nos com- tenemos que resolverlos prime-
promete a poner todas nuestras energías per-
sonales e institucionales, y en mayor medida ro en nosotros mismos.
que las ya existentes, para realizarla. Aquella
“prioridad nacional” – erradicar la pobreza y intenciones en nuestras instituciones confesio-
aunar esfuerzos de manera inteligente en pos nales, son un imperativo de la hora presente.
del desarrollo integral de todos – no admite di- No basta con indicar las “metas”; es necesario
laciones.8 Tras ella se han de encolumnar, por involucrarse en ellas, inclusive formular las
caso, las demás iniciativas propuestas, literal- que específicamente nos corresponden. Hay
mente “metas a alcanzar”, de acuerdo al docu- que reconocer que no solo aportamos ideas y
mento arriba citado de los obispos argentinos, soluciones, sino convencernos que somos par-
que incluyen los más variados escenarios de la te de los problemas que aquejan a la Argenti-
vida nacional y regional en América Latina.9 na, y que tenemos que resolverlos primero en
nosotros mismos. Buena razón le cabe a quien
Ahora bien, esto implica de cada una y cada exige de los miembros de la Iglesia “un com-
uno de los argentinos una pre-disposición a los portamiento frontal, coherencia y consistencia
cambios de hábitos nocivos, tan tóxicos para crítica. Y autocrítica”.11 Hemos recibido el don
la convivencia cotidiana. Lo propio hemos de de la fe cristiana, creemos en Dios Padre, Hijo
plantearnos los referentes religiosos de nues- y Espíritu Santo. También nosotros tenemos
tras sociedades. Una renovada mentalidad,10 mucho por hacer.
la transparencia de procedimientos sin ocultas
3. Con una paciencia ardiente
6
Cf. ibid., esp. nn. 2-4, 24-30.
7
Cf., recientemente, Conferencia Episcopal Argentina,
Somos hermanos, queremos ser Nación (Noviembre de
Es verdad que “el hombre sabe de futuro”.
2009), n. 9. Si bien compartimos con todo viviente el he-
8
Cf. Conferencia Episcopal Argentina, Hacia un Bicente- cho de que nuestros impulsos se orienten a “la
nario en justicia y solidaridad (2010-2016), n. 5. satisfacción de necesidades que de hecho son
Cf. ibid., nn. 32-40. Los verbos en infinitivo y la for- futuras”, a diferencia de los demás seres vivos,
9

mulación axiomática permiten advertir de inmediato


sabemos también del futuro, podemos planifi-
el carácter propositivo de lo que se plantea. De hecho,
allí se lee, por ejemplo, “Recuperar el respeto por la fa- carlo y aguardarlo.12 En particular, la fe cristia-
milia y por la vida en todas sus formas”, “Avanzar en
la reconciliación entre sectores y en la capacidad de 11
J. Saramago, El cuaderno: Textos escritos para el
diálogo”, “Alentar el paso de habitantes a ciudadanos blog. Septiembre 2008 – Marzo de 2009, Buenos Aires
responsables”, “Afianzar la educación y el trabajo como 2009, 194.
claves del desarrollo y de la justa distribución de los 12
Cf. W. Pannenberg, La resurrección de Jesús y el
bienes”, “Profundizar la integración en la Región”, entre futuro del hombre, en: G. Lohfink y Otros, Pascua y el
otras (cursiva en el original). hombre nuevo, Santander 1983, 179-206 (las citas en
10
Cf. Rom 12,2. p. 179; el original alemán es de 1978).

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BICENTENARIO

El inminente Bicentenario es, en

definitiva, una renovada opor-

tunidad para mirar lejos y más

hondo, más allá de las aparien-

cias, para mirar con el corazón,

para no perder jamás la espe-

ranza. Entonces la fe cristiana,

como la profecía y la poesía, no

habrán cantado en vano.

de ellos nos ha visitado el futuro. ¿Por qué?


Porque en todas estas experiencias, y otras
más que aquí no enumeramos, se vislumbra
na reconoce en Jesús crucificado y resucitado otro presente, el futuro que seguramente Dios
al futuro de la humanidad entera y de cuanto quiere para él. En cierto modo, somos lo que
existe. Por muy agobiante que sea el lastre del esperamos. Si es así, en Argentina podemos
pasado, por incierto y sombrío que nos resulte ser mucho más todavía.
el presente que compartimos, esperamos con
firme esperanza cada nuevo amanecer. No son Todos queremos un futuro mejor para to-
solo palabras bonitas. Tenemos el motivo teo- dos, y lo necesitamos. La ceguera del egoísmo
lógico para ello: Jesucristo es nuestra esperan- insensible nos ha hecho mucho daño. Con todo,
za. Si la experiencia religiosa no nos anima en no esperamos “cruzados de brazos” que llegue
la noche del dolor, no nos pone en marcha, si irremediablemente el 2016 o cuanto tenemos
ella no es un antídoto contra la amargura len- por delante. Tampoco desesperamos. Acaso nos
tamente destructiva y paralizante, entonces es debamos revestir de una ardiente paciencia,
una caricatura de cristianismo. que aguarda activa, apasionada y comprometi-
da. Sólo “armados de una ardiente paciencia”
Basta con mirar alrededor para hallar per- seremos capaces de luchar denodadamente,
sonas de buena voluntad, que procuran con cada día, hoy más que ayer, por un futuro más
mucho sacrificio un futuro mejor para sus hijas promisorio en Argentina.15 Las mujeres y los
e hijos, para los demás, aunque no los una pa- varones creyentes hemos sido invitados a reco-
rentesco ninguno. No se requiere ser un exper- nocer a Dios como nuestro futuro, que viene y
to observador para darse cuenta de las muchas nos encuentra en los rostros de otras personas,
posibilidades que encierra este “continente de especialmente de los más necesitados.16 En ade-
la esperanza”, y la Argentina en él. Riquezas lante, podemos sentir a Dios de otro modo.17 El
naturales y, sobre todo, riquezas en los corazo- inminente Bicentenario es, en definitiva, una
nes, a veces más nítidas en los que menos tie- renovada oportunidad para mirar lejos y más
nen. ¿Qué esperar?, ¿cómo esperar? Muchos hondo, más allá de las apariencias, para mirar
podríamos sentirlo ya mismo: en la amistad,13 con el corazón, para no perder jamás la espe-
en la cercanía de la solidaridad, que parte hasta ranza. Entonces la fe cristiana, como la profecía
de un desconocido, en el perdón gratuitamente y la poesía, no habrán cantado en vano.
recibido, en el martirio cotidiano o extraordi-
nario de una “nube de testigos”,14 en cada uno 15
Cf. A. Skármeta, Ardiente paciencia, Buenos Aires
1995, 118s. (el original, de 1985).
13
Cf. P. Hünermann, Cristología, Barcelona 1997, esp. 16
Cf. Mt 25, 31ss.
454-463 (el original alemán, de 1994). 17
Cf. G. Gutiérrez, El Dios de la vida, Salamanca 21994,
14
Cf. Heb 12,1. 17ss. (el original, de 1992).

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Espiritu
y form
humana
Espiritualidad
y Formación
Humana

"Se me ha pedido hablar sobre la formación huma-

na. Quisiera tratar el tema de la formación huma-

na desde un acercamiento un poco diferente... no

hay dos itinerarios simultáneos para cada persona,

uno espiritual y otro psicológico, sino que hay un

solo itinerario que comprende tanto la dimensión

espiritual como la dimensión psicológica... En esta

reflexión, usaré un acercamiento muy simple y que

abarca, al mismo tiempo, tanto la dimensión espiri-

tual como la psicológica de la persona humana."

[ P. Stephen J. Rossetti, PhD. Dmin.


Sacerdote de la Diócesis de Syracuse - New York ]

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ESPIRITUALIDAD - FORMACION HUMANA

[ P . S t e p h e n J . R o s s e t t i , P h D . Dm i n . ]
Sacerdote de la Diócesis de Syracuse-New York.
Clinical Associate Professor in the Catholic University of America.

De la ira a la gratitud.
Llegar a ser personas
eucarísticas: El itinerario
de la formación humana
 Se me ha pedido hablar sobre la forma- comportamientos destructivos tales como el
ción humana. Quisiera tratar el tema de la uso compulsivo de las tarjetas de crédito, la
formación humana desde un acercamiento compulsión en el comer y las diversas proble-
un poco diferente. Normalmente, cuando se máticas en el campo sexual.
habla de formación humana se pone el acento Pero hay aspectos comunes en el origen
sobre el aspecto psicológico y, es de esperar, de estas diversas dificultades. Un elemento
se reconoce una apertura hacia lo espiritual. común que casi siempre aparece a lo largo del
Este es un buen acercamiento, pero la expe- tratamiento, sin importar cuales problemas ha
riencia me sugiere que no hay dos itinerarios presentado la persona, es la ira. Cuando los re-
simultáneos para cada persona, uno espiritual ligiosos y los sacerdotes ingresan, la expresión
y otro psicológico, sino que hay un solo iti- de sus rostros es normalmente dura, la mirada
nerario que comprende tanto la dimensión fija, aprietan sus dientes y sus músculos per-
espiritual como la dimensión psicológica. De manecen rígidos. En lo profundo de casi todas
hecho, cuando nuestro Instituto realiza eva- sus psicologías hay una gran cantidad de ira.
luaciones psicológicas y espirituales de nues- Casi siempre, ellos no son conscientes de lo
tros residentes, si están bien hechas, ambas enojados que están. Yo les digo: “Pareces un
evaluaciones reflejan lo mismo, una misma poco enojado”. Ellos, apretando los dientes y
realidad expresada en palabras diversas y desbordando hostilidad con sus palabras, me
desde diferentes acercamientos. En esta re- responden: “Yo no estoy enojado”.
flexión, usaré un acercamiento muy simple y La ira es una pasión humana y no es ni
que abarca, al mismo tiempo, tanto la dimen- buena ni mala (Catecismo de la Iglesia Católi-
sión espiritual como la psicológica de la per- ca, 1767). El Catecismo de la Iglesia Católica
sona humana. Y este itinerario que describiré nos dice que las emociones y los sentimientos
me parece que toca al corazón mismo de la pueden ser asumidos en las virtudes o perver-
peregrinación humana actual. tidos en los vicios (1768). En este caso, no
Como ustedes saben, he trabajado en el estoy hablando de la clase de ira normal que
Instituto San Lucas en el estado de Maryland experimenta una sana psicología. Por ejemplo,
en los Estados Unidos. Sacerdotes, religiosos leemos en Marcos 3,5: “Jesús les echó en torno
y religiosas llegan al Instituto San Lucas por una mirada de ira, dolido de su obcecación”.
muy diversas dificultades en el campo psico- Correctamente uno se enoja ante la injusticia
lógico y espiritual. Algunos de los problemas y el pecado.
están relacionados con el alcoholismo, la de- En cambio, hablo de una ira enconada que
presión, las dificultades interpersonales, las habita en el corazón humano y que se convierte
crisis espirituales, la adicción a las drogas o en un veneno que invade todo el sistema de la

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ESPIRITUALIDAD - FORMACION HUMANA

persona. Eventualmente, esta ira sale a través Nos puede sorprender que a la base de
de formas disfuncionales como una depresión muchas desviaciones y patologías sexuales
seria, en la que el enojo se proyecta hacia la in- se encuentre esta ira enconada o enojo, que
terioridad de uno mismo. O se puede manifes- ha llegado a erotizarse. Esta fue la teoría de
tar en el trastorno de una personalidad irasci- Robert Stoller MD en su obra Perversión: la
ble. Por ejemplo, recuerdo a un sacerdote que forma erótica del odio. Él habla de desviacio-
atemorizaba a los miembros de su parroquia nes sexuales como odios erotizados. Y esto es
con su sarcasmo hiriente, la critica agresiva, la verdadero sobre todo en los casos de abuso
denigración y su engrandecimiento narcisista. sexual infantil. El acto se disfraza en la mente
Otro ejemplo es el de una religiosa que con su de quien comete el abuso como si fuera un
agresividad pasiva minaba y saboteaba la vida abrazo amoroso. Muchos me han dicho que
de la comunidad, especialmente en el área de estaban tratando de dar a los niños el amor
la autoridad. Estas personas llevan dentro mu- de un padre, el amor que ellos no tuvieron
cha ira y cuando interactúan con otros reparten de sus padres en su juventud. Sin embargo,
discordias y conflictos. Los demás se sienten el abuso sexual infantil es efectivamente un
heridos y molestos por la manera y el tono de acto destructivo producido por la ira y la vio-
su comportamiento. Los sacerdotes poseídos lencia encubiertas que dejó la víctima herida.
por la ira no son “hombres de comunión” tal Tratan de volver a efectuar su propia victi-
como el Santo Padre los describe en Pastores mización infantil con los mismos resultados
Dabo Vobis. En lugar de eso son hombres con- destructivos. “Por sus frutos los conocerán”;
flictivos que siembran división y que suelen los dañinos frutos del abuso sexual infantil
dejar sus parroquias heridas y divididas. revelan la ira y la violencia que llevan dentro.

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ESPIRITUALIDAD - FORMACION HUMANA

La importancia de controlar la ira la recono- ofrecerles información sobre su humanidad y


cen ampliamente los terapeutas como parte su sexualidad. Lo que es más importante, les
del régimen curativo para quienes cometen estamos ofreciendo un itinerario muy humano
abusos sexuales infantiles. En efecto, el con- y espiritual para pasar de la ira a la gratitud
trol de la ira es mas común en los programas y a la alegría. Este es el punto: El camino de
de tratamiento para quienes cometen ofensas la formación humana cristiana es un itinerario
sexuales que ninguna otra educación sexual. para salir de la, ira hacia la gratitud y la ale-
La ira enconada es el combustible que ali- gría. Podríamos hacemos esta pregunta: ¿son
menta la perversión sexual. nuestras casas de formación lugares de grati-
Si uno está lleno de ira resulta imposible tud y alegría? En la medida en que lo sean, se-
predicar verdaderamente la Buena Nueva. rán realmente casas cristianas de formación.
La información de los demás va mas allá de Cuando hablamos a los seminaristas so-
una simple interpretación de las palabras que bre la necesidad de inculcar los valores del
oímos. La mayor parte de la comunicación evangelio y alejarse de las sendas del ‘mundo’
interpersonal es no verbal. La gente escucha (una conversión de sendas, como dirían nues-
las palabras que decimos pero lo que recuer- tros amigos los monjes), solemos referimos
da son nuestros rostros. A menudo le digo a al rechazo del consumismo, del materialismo
los sacerdotes que para evaluar la homilía que y de la cultura de muerte. Es importante que
predican cada domingo se miren en el espejo. nuestros seminaristas asuman los valores del
Como un predicador evangélico dijo acerta- Evangelio en sus vidas. Y esto es tan impor-
damente: “Si has sido salvado, por favor, co- tante como alejarse de aquello que está a la
munícaselo a tu rostro”. base de la decadencia del mundo, o sea, la ira
Es edificante recordar las palabras que el que hay en su interior.
Santo Padre dirigió a los profesores y a los Se ha vuelto común no tomar en cuenta el
seminaristas del seminario San José (Nueva papel de Satanás y de las fuerzas del demonio
York, 6 de octubre de1995): “La Iglesia nece- en la vida de las personas, pero yo creo que
sita sacerdotes alegres, capaces de ofrecer a la el demonio está presente en la ira y la violen-
gente la alegría que es la buena nueva en toda cia que invaden nuestro mundo. Satanás está
su verdad y su poder transformador”. Luego, presente en la destrucción de nuestra humani-
en la Sesión Plenaria de la Congregación para
dad. No es accidental que para las imágenes
la Educación Católica del 2002, el Santo Pa-
medievales de los demonios se usaran anima-
dre dijo: “Es muy necesario fomentar en los
les malignos.
estudiantes la alegría en su propia vocación-.
Un ejemplo contundente de la ira y de la
No creo que haya un mejor instrumento, voca-
violencia internas es el evangelio sobre el en-
cional que un sacerdote plenamente feliz. No
demoniado de Gerasa (Mc 5,1-20). Este pasaje
puedo pensar en un mejor instrumento para la
evangélico presenta no sólo unas verdades es-
formación que un equipo de formadores que
pirituales, sino que la “psicología” realista da
revele la alegría y la paz que sólo Cristo Resu-
testimonio de su autenticidad. El hombre que
citado puede dar. Cuando hablamos de la for-
había sido poseído por legiones de demonios
mación humana de nuestros seminaristas no
había perdido su vida y su humanidad. Vivía
estamos diciendo simplemente que conviene
entre las tumbas, o sea, vivía entre los muer-
tos. Estaba muerto tanto espiritual como psico-
lógicamente. Del mismo modo, vivía fuera de
la comunidad humana; estaba solo. Y estaba
desnudo; sólo los animales están desnudos; los
seres humanos, no. Había perdido su humani-
dad y vivía como un animal. El pasaje continúa
diciendo que él nunca descansaba, día y noche
gritaba y se hería con piedras. Este hombre no
tenia paz interior sino que se sentía torturado.
En su ira atormentada gritaba constantemente

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ESPIRITUALIDAD - FORMACION HUMANA

y trataba de desenterrar su pena interior hirién- la transformación se ha llevado a cabo.


dose a sí mismo. Su violencia se dirigía hacia Del mismo modo, ¿no se podría decir que
dentro, como muchas veces sucede hoy. Y por la Buena Nueva se ha establecido? No sería
eso su comportamiento era increíblemente au- una exageración decir que la transformación
todestructivo. Estamos viendo el retrato de la del espíritu humano de la ira y el temor a la
muerte de una humanidad en el aislamiento y gratitud y la alegría no sólo es el alma de la
la tortura interior. Este retrato resulta muy apro- formación humana sino que es la base de la
piado cuando hoy tantas personas viven aisla- conversión cristiana. Aún así resulta útil dis-
das y sufren intensamente; su aislamiento y su tinguir racionalmente lo que es psicológico
pena interior los conduce a comportamientos de lo que es espiritual. Un peligro de nuestro
autodestructivos como el alcohol, las drogas, la tiempo es lanzar lodo lo espiritual dentro de lo
compulsión y el sexo denigrante. psicológico, de modo que toda espiritualidad
Después de haber trabajado por 50 años termina revestida de lenguaje psicológico. En
con religiosos, religiosas y sacerdotes que esta falacia, la psicoterapia reemplaza la direc-
sufren, y de haber caminado con muchos de ción espiritual y Juan de la Cruz es sustituido
ellos en su itinerario de recuperación, me he por Carl Jung. Pero la formación humana no
convertido en un estudiante de la transforma- es un fin en sí mismo. Eventualmente se puede
ción ocurrida. Ellos me han enseñado mucho abrir a lo que es auténticamente espiritual, el
sobre la salud psicológica. Y aún más, me Divino infinito, y así nosotros trascendemos
han enseñado mucho sobre la Buena Noti- las limitaciones de nuestra frágil humanidad.
cia de Jesús. Recuerdo una persona que ter- Este es un principio bien conocido por los
minaba nuestro programa hace sólo algunas amigos del padre Rulla y por el Instituto de
semanas. Generalmente realizamos una cere- Psicología de la Universidad Gregoriana.
monia de despedida antes de que la persona El error contrario es igualmente peligroso:
regrese a su casa. En esta ocasión, se invitó negar lo que es humano y encasillar todo en
a este sacerdote a que dirigiera una reflexión un lenguaje espiritual. Desafortunadamente,
a toda la comunidad. ÉI se puso en pie y dijo es lo que han hecho muchos de los sacerdotes
“Cuando llegué por primera vez al Instituto y religiosos con dificultades. Ellos hablan elo-
San Lucas, yo creía que estaba aquí porque el cuentemente de su camino espiritual, pero sus
Obispo y sus Vicarios me odiaban. Hacia la palabras no están enraizadas en su vida perso-
mitad del programa, cambié de parecer y creí nal. En realidad, su vida espiritual esta vacía.
que estaba sentenciado a permanecer en este Tristemente, hemos visto la devastación de la
centro porque Dios me estaba castigando. AI Iglesia y de la sociedad cuando la formación
final del programa, me doy cuenta de que he humana de nuestros sacerdotes asta ausente.
estado aquí porque Dios me ama y porque mi Como el Santo Padre dijo a los obispos de
Obispo se preocupa por mí. Ellos querían lo Brasil: “seria deplorable que ... el obispo or-
mejor para mí. Estar aquí ha sido una de las denara jóvenes inmaduros o que exhiben cla-
mayores gracias en mi vida”. ros signos de trastornos afectivos y que, como
Su camino desde la ira y el rencor hacia la tristemente se sabe, puedan ser causa de seria
gratitud fue asombroso. De hecho, el personal confusión en la conciencia de los fieles con el
del Instituto San Lucas observa esta transfor- daño obvio a toda la Iglesia” (Juan Pablo ll,
mación una y otra vez. Los residentes suelen 9/05/02, Visita Ad limina de los obispos de la
comenzar su camino llenos de ira y de miedo. región Este de Brasil).
Si el proceso tiene éxito, ellos emprenden una Pero al final, lo espiritual y los psicológi-
transformación que conduce a la gratitud y a co están tan entretejidos en la persona humana
la paz interior. Este es un signo maravilloso que resultan inseparables. Esto me recuerda
de que la terapia ha dado resultado. Si el resi- el titulo de una de las principales obras de
dente permanece anclado en la ira y continua Jacques Maritain: Los grados del conocimien-
viéndose como una víctima abandonada, aún to: distinguir la unidad. Cuando señalamos
hay mucho trabajo por hacer. Pero si vemos en las diferencias entre la psique y el espíritu lo
su rostro signos de paz y gratitud sabemos que hacemos solamente para unirlos al final. En

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ESPIRITUALIDAD - FORMACION HUMANA

nuestro trabajo de sanación, es imposible de- La espiritualidad cristiana de


limitar claramente dónde termina la psicolo- la gratitud
gía y donde comienza la espiritualidad. Este
camino espiritual y psicológico es una única Pero ser agradecido no sólo es bueno para
peregrinación humana. todos, sino que, no por casualidad, es algo in-
tegral en la vida del cristiano. En efecto, se po-
La psicología de la gratitud dría decir categóricamente que la persona que
no es agradecida no es cristiana.
Hoy quiero que reflexionemos sobre el Leemos en la primera carta a los Tesalo-
camino personal desde la ira hacia la gratitud. nicenses (5,1-18) que dar gracias es una tarea
Me parece que esta transformación que sana, y en la que los cristianos debemos estar siempre
que es tan importante en el camino terapéutico, comprometidos. “Estén siempre alegres, oren
es una adecuada descripción de la formación constantemente, den gracias en toda circuns-
humana. En realidad, el trabajo que realizamos tancia, porque esto quiere Dios de ustedes
en el Instituto San Lucas es simplemente un como cristianos”. Del mismo modo, dice la
microcosmos del itinerario humano y, yo creo, carta a los Colosenses (3.15-17): “Sean tam-
también un programa de conversión cristiana. bién agradecidos. El mensaje del Mesías habi-
Hay una creciente cantidad de investiga- te entre ustedes en toda su riqueza: ensénense
ción psicológica sobre el tema de la gratitud. y aconséjense unos a otros lo mejor que sepan;
Me ha impresionado el trabajo de Michel Mc- con agradecimiento canten a Dios de corazón
Cullough PhD y Robert Emmons PhD. En uno salmos, himnos y cánticos inspirados; y cual-
de sus estudios, ellos dividieron cientos de quier actividad suya, de palabra o de obra, há-
personas en tres grupos. AI grupo 1 se le pidió ganla en honor del Señor Jesús, dando gracias
que llevara un diario con las experiencias de a Dios Padre por medio de él”. Dar gracias es
cada día, tanto las buenas como las malas. AI una virtud básica y una tarea para el cristiano.
grupo 2 se le pidió que tuviera un diario con El Nuevo Testamento llega a sugerir que
las experiencias desagradables y negativas del quienes no son agradecidos no se salvan. Los
día (¿no es acaso una tentación para todos no- acharistoi son los desagradecidos y son recha-
sotros centramos al final del día en las cosas zados (2Tm 3,2), mientras que los eucharistoi
malas que nos han sucedido?). AI grupo de 3 dan gracias y son salvados (Col 3,15). A la luz
se le indicó que conservara cada día una lista de estas reflexiones, el prefacio de la segun-
de hechos ocurridos y de los que estuvieran da plegaria eucarística de la Misa adquiere un
agradecidos; o sea, un diario de la gratitud. mayor sentido teológico: “Padre, es nuestro
Los resultados fueron impresionantes. Como deber y salvación (subrayado añadido) darte
resultado del estudio, el grupo de la Gratitud, gracias siempre y en todo lugar”. Como cris-
el grupo 3, se mostró mucho mejor física, psi- tianos, no sólo damos gracias a Dios porque
cológica y espiritualmente. En lo físico, hacían sea bueno para nosotros, sino porque es nues-
mas ejercicio, tenían menos síntomas físicos y tra salvación. Son palabras asombrosas: ¡nues-
dormían mejor. En el campo espiritual, ellos tra salvación es dar gracias!
revelaron altos grados de atención, entusias- La Misa, fuente y culmen de la vida cris-
mo, determinación y energía. Experimentaban tiana, es llamada adecuadamente Eucaristía.
menos depresión y estrés y, en cambio, altos Como la palabra griega Eucharistia denota,
niveles de optimismo y de satisfacción en la damos gracias a Dios. Sabemos que el don de
vida, sin negar los aspectos negativos de su Dios se hace “efectivo y presente ... se actua-
vivir. En el campo espiritual, estaban más dis- liza y se vuelve objetivo” en nosotros cuan-
ponibles para ayudar a los demás, eran menos do participamos en el acto eucarístico de la
envidiosos de los otros, menos materialistas, acción de gracias (Sacramentum Mundi). En
más generosos, mas disponibles para asistir a esta acción de gracias somos introducidos en
celebraciones religiosas y para comprometer- el misterio de la redención de Cristo y partici-
se en actividades religiosas. Esta clara que ser pamos de las salvación que él nos consiguió.
agradecidos es algo bueno para todos. Dar gracias es ser cristiano y es ser salvado.

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ESPIRITUALIDAD - FORMACION HUMANA

Siempre me ha gustado mucho el relato de Limitaciones de la selección y


la curación de los diez leprosos (Lc 17,11­-19). de la formación
Yo creo que muchas veces el pasaje del evan-
gelio ha sido mal interpretado. Me parece que Tenemos una Pregunta difícil: ¿cómo lle-
perdemos su poder y su profundidad. El relato gar a ser personas agradecidas? ¿Cómo for-
puede ser interpretado como una especie de mar a nuestros seminaristas para que tengan
resumen de la Buena Nueva. Jesús cura diez un corazón agradecido? ¿Cuál es el camino de
personas. Diez leprosos, pero sólo uno de ellos transformación que ellos deben emprender?
regresa. Podríamos pensar “qué mal que sólo Antes que nada, déjenme decir que todos
uno de ellos tenga la cortesía de regresar y dar necesitamos más formación humana, sanación
gracias”. Pero esto sería no tener en cuenta la y conversión de lo que creemos. Hemos sido
interacción crítica entre Jesús y el samaritano heridos tanto por la ira, la tristeza y la violen-
curado. Cuando él regresa no estrecha la mano cia de nuestro mundo fragmentado que no nos
en señal de gratitud, sino que cae a los pies de damos cuenta de lo lejos que ha caído nuestra
Jesús y alaba a Dios. En el Antiguo Testamen- humanidad. Recuerdo que estuve unos me-
to, caer por tierra está asociado a un momento ses con los cartujos en Vermont. Ellos llevan
de teofanía en el que Dios se da a conocer. El una vida muy austera y exigente. Visten po-
leproso no sólo reconoció que había sido cura- bremente, duermen sobre colchones de paja y
do, sino que era Dios quien lo había hecho. Él no comen carne; son ermitaños y hacen una
cayó a los pies de Jesús dando gracias y ala- sola comida al día. Después de compartir con
bando a Dios. Entonces Jesús pronunció una ellos, bajé de la montana y temé un autobús.
palabra de salvación: “Vete, tu fe te ha salva- Una vez sentado entre la gente, me impactó la
do. AI reconocer que Dios lo había hecho y al tristeza que había en el autobús. Pensé: estas
dar gracias, este hombre recibió la salvación. personas están verdaderamente tristes. ¿Qué
De la misma manera como se afirma en la Ple- los habrá puesto así? Como con los cartujos no
garia Eucarística ll: “Es nuestro deber y salva- tuve acceso a los medios de comunicación, su-
ción darte gracias siempre y en todo lugar”. puse que algo grave habría sucedido mientras
Dentro del proceso de formación sacerdo- estaba en la montana, pero después de unos
tal, los jóvenes tienen que llegar a ser personas momentos descubrí la verdad: a ellos no les
eucarísticas, hombres agradecidos y que viven había pasado nada. Ellos están siempre tristes.
la gratitud. Es una terrible contradicción presi- Pero yo no lo sabía hasta qué experimenté la
dir la Eucaristía y no tener un corazón agrade- verdadera alegría. San Bruno dijo que en la
cido. Ser verdadero sacerdote es ser una per- vida de los cartujos habita “la paz que el mun-
sona agradecida. do no conoce y la alegría en el Espíritu Santo”.

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NUM. 47 • ABRIL 2010 67
ESPIRITUALIDAD - FORMACION HUMANA

Tenemos un largo camino por recorrer hasta


asumir totalmente la vida de Jesús. Hasta que,
en palabras de Jesús: “Mi alegría esté en uste-
des y su alegría sea completa” (Jn. 15,11).
Surge de nuevo la difícil pregunta de
cómo llegar a ser personas eucarísticas, perso-
nas que viven la gratitud y la alegría. Para res-
ponder, hago referencia al proceso de nuestros
residentes en el Instituto San Lucas. Ellos me
han enseñado que el camino de la formación
humana y de la transformación no es fácil.
Cada vez que un sacerdote y un religioso tiene
problemas psicológicos, las victimas acusan a
los seminarios y dicen: “deberían seleccionar
y formar mejor a los seminaristas”. El Comité
nacional de evaluación estudió “las causas y el
contexto de la actual crisis en la Iglesia Cató-
lica” y su informe, del 27 de febrero de 2004,
señaló dos razones importantes: la selección te problemas sexuales, suelen permanecer es-
y la formación inadecuadas de los candidatos condidas para quienes realizan la selección y
al sacerdocio. Como respuesta a la crisis, se desempeñan el papel de formadores. La ma-
estará realizando una visita apostólica a cada yor parte de las veces se esconde también a
seminario de los Estados Unidos. la conciencia de quien sufre la patología. Los
Hay cierta verdad en esta declaración. Una evaluadores pueden damos, algunas claves
mejor selección y formación pueden hacer que pero generalmente no bastan para identificar
la incidencia del abuso sexual infantil entre los futuras dificultades. La formación humana es
sacerdotes tienda a reducirse. Pero me pare- un largo y doloroso camino de transformación
ce demasiado simple dejar el problema sólo a interior. Aunque los cursos y la formación son
nuestros seminarios. De hecho, cuando la Vi- útiles, aceptar esa información y dejar que
sita concluya, me parece que todos reconoce- nos cambie es algo mucho mas difícil. Nece-
rán que nuestros seminarios son excelentes y sitamos sabiduría para saber lo que podemos
que en la mayoría se han estado desarrollando hacer o no hacer en un curso de selección y
programas de formación humana desde hace formación humanas.
veinte años. Yo mismo he estado impresiona- Creo que aun podemos mejorar lo conse-
do por ello. Sé que había marcadas dificulta- guido hasta ahora. Aplaudo los esfuerzos que
des en los años 70 y 80, pero esos tiempos ya se realizan para no aceptar candidatos cuyas
están lejos. vidas estén tan heridas que no les permita estar
Me parece que es demasiado simplista preparados para formarse en el sacerdocio o la
pensar que la selección y la formación huma- vida religiosa. Podemos también ofrecer a los
na puedan identificar y señalar las raíces de candidatos un programa sobre formación hu-
una futura patología. El abuso sexual infantil mana que les ofrezca la información, los ins-
no es un problema exclusivo del clero ni es trumentos y cierta integración personal que es
un producto de los años 70 y 80. Aunque la fundamental para sus futuras vidas. Es verdad
incidencia del abuso sexual apareció con fuer- que el Santo Padre nos advirtió que: “Es mi
za durante ese periodo, incluso más de lo que deber recomendar una atención renovada en la
sabemos, debemos decir con tristeza que este selección de las vocaciones para el seminario
tipo de abuso ha ocurrido en toda las culturas utilizando todos los medios disponibles para
y a lo largo de la historia. Y es mucho más alcanzar un adecuado conocimiento de ellos
amplio y complejo que la laxitud en algunos sobre todo en los aspectos morales y afecti-
seminarios durante los años 70 y 80. vos. Que ningún obispo se sienta dispensado
Muchas clases de patología, especialmen- de este deber de conciencia del cual tendre-

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mos que rendir cuentas directamente a Dios·. Y respondió: “Estoy muy enojado pues estoy
(Juan Pablo ll. 9/05/2002. Visita ad limina de muriendo de SIDA”, Le sugerí que le dijera a
los Obispos de la región Este de Brasil). Las Dios lo enojado que estaba. Con todo burlón
palabras del Santo Padre sobre este punto no dijo: “Temo molestar a Dios con este asunto
pueden ser más insistentes. de mi vida”. Dije: “Bien, si sé que estas eno-
jado con Dios y lo sabes, estoy seguro de que
Un misterio pascual Dios ya lo sabia·. Entonces él fue a la capilla y
psicológico comenzó a decirle a Dios exactamente lo que
había en su corazón incluyendo el dolor y la ra-
¿Cómo podemos ayudar en este camino? bia que sentía. Luego su vida de oración volvió
He observado a los residentes de nuestro Ins- a surgir. Murió hace poco tiempo y vivió todo
tituto San Lucas y ellos me han enseñado mu- esto con valentía y fe.
cho sobre el camino de la formación humana. Me viene a la mente la obra de Walter
Cuando se vive en el Instituto, se experimen- Brueggemann El mensaje de los salmos. ÉI
ta mucha alegría, pero también mucho dolor. señala que hay unos 30 salmos que pueden
Hace pocos días hablaba con una religiosa y llamarse “salmos de la desorientación” o “sal-
le preguntaba cómo había sido su estadía en mos de la oscuridad”. En ellos, el salmista vive
el Instituto. Ella me contestó que el proceso en tensión y ora a Dios de manera honesta y
le había salvado la vida. Luego le pregunté si directa. Se captan muchas heridas, dolor e
le había resultado difícil y ella respondió di- incluso ira en esos salmos. Brueggemann ex-
ciendo que había sido increíblemente difícil. plica porqué esas plegarias de Israel sean tan
Día tras día, ella tuvo que enfrentarse con el honestas a la hora de dirigirse a Dios: “Esos
dolor y las heridas de su vida. Cada día tuvo salmos parten del principio de que Dios ofre-
que afrontar mucho de su conflicto interno y ce una nueva vida desde los lugares de muerte
tuvo que visitar muchos lugares psicológicos que ellos presentan ... Abrazar la oscuridad es
que nunca hubiera escogido para una visita. parte de la nueva vida. Israel parece saber que
Este camino de sanación es un tipo de la nueva vida no puede venir de otro lugar”. Es
misterio pascual. Podemos llamarlo Misterio relevante que los salmos constituyan el núcleo
pascual psicológico. Antes de alcanzar la “re- de la oración oficial de la Iglesia que nuestros
surrección” de la psique, debemos descender sacerdotes rezan cada día.
a la “cruz” de nuestras dificultades y penas. Cuando los sacerdotes y los religiosos
Antes de conocer la gratitud y la paz, debemos llegan al Instituto San Lucas, generalmente su
descender en la ira y las heridas que queman y vida espiritual esta desconectada de su vida
envenenan el espíritu. real. Para que ambas se reencuentren, les pe-
Hace algunos años, trabajé con un sacerdo- dimos que permanezcan en la capilla al menos
te que estaba muy grave de SIDA. A menudo treinta minutos al día y que abran su corazón
cuento esta historia porque resulta muy Ilumi- a Dios, dándole a conocer lo que les está su-
nadora de estos principios. Cuando le pregunté cediendo, sobre todo sus miedos, su ira o su
sobre su vida espiritual, me dijo que había de- tensión. Les decimos “Sé honesto con Dios”.
jado de orar. Le pregunté por qué y dijo: “Día Ellos, para iniciar la transformación de su co-
tras día iba a la capilla y oraba, y no sucedía razón, deben abrirse con Dios. Y también de-
nada. Así que lo dejé”. Le pregunté cómo reza- ben descender hasta lo más oscuro de su vida
ba y dijo: “Daba gracias y alababa a Dios”. Esto para encontrar luego una vida nueva, como
sonaba bien. No estaba seguro de lo que debía dice Brueggemann, que surge una vez se des-
hacer, pero recordé las palabras de Santa Teresa ciende a los lugares de muerte y se presenta la
de que la oración es una conversación entre dos vida a Dios.
amigos que se dicen la verdad. La misma Santa Aunque los programas de los seminarios
Teresa cultivó esta honestidad con Dios cuando no son terapéuticos en sí, también se aplican
le dijo: “Si así es como tratas a los amigos, no los mismos principios de la formación huma-
es de asombrarse de que tengas pocos”. Así que na. Nuestros seminaristas deben ser capaces de
le dije al sacerdote: “¿Qué sientes hacia Dios?” “descender a los lugares de muerte” de su vida

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y de esta manera poder caminar, como futuros miedo y desconfianza. El yo interno es aún
sacerdotes, junto a las personas que también de- muy frágil y el candidato se protege no escu-
berán descender en la oscuridad de sus propias chando a los demás y aferrándose a formas
vidas. Y los formadores del seminario tienen un llanas y simplistas de pensamiento.
papel importante en este proceso. Ellos acom- Si se da de forma extrema, la formación
pañan a los seminaristas y con ellos exploran no es posible ya que el candidato no acogerá
sus dudas y sus miedos, sus heridas y sus de- ninguna idea que no se adapte a sus patrones
safíos en el camino hacia la plenitud y el sa- inflexibles y se cerrará a cualquier posibilidad
cerdocio. Por supuesto que esto implica que los de cambio.
formadores del seminario deben ser, también Lo que está conduciendo todo esto es el
ellos, capaces de “descender a sus lugares de miedo. Dentro del proceso de formación, los
muerte”. Y aunque los formadores no pueden formadores deberán abordar lentamente y de
alejar el dolor y el esfuerzo que los seminaristas forma poco amenazante al candidato rígido.
deben vivir, si pueden, por su propia fortaleza y Una confrontación directa puede resultar con-
confianza en Dios, transmitir un sentimiento de traproducente y sólo logrará elevar su miedo y
paz y de fe, casi siempre sin palabras, acompa- aumentar la fuerza de sus defensas psicológi-
ñado del mensaje “Podemos avanzar juntos por cas. El acercamiento debe reforzar las buenas
esta senda. Juntos lo conseguiremos”. relaciones con el candidato, permitir que surjan
lentamente los miedos y cultivar una relación de
Valentía, honestidad y confianza. En el proceso de consolidar la con-
confianza fianza y de debilitar sus miedos, el candidato
da un paso importante en su formación huma-
Al orar los salmos de la oscuridad, descu- na y esto es parte fundamental de todo proceso
brimos ciertas cualidades importantes para el de formación humana. No nos debe sorprender
desarrollo de cualquier proceso de formación que mucha de la ira de nuestro mundo sea una
humana. Navegar por este misterio pascual combinación de rabia y miedo.
psicológico implica, ante todo, “valentía”. Lo mismo se da en los residentes del Ins-
Este camino no es para los cobardes. Se re- tituto San Lucas. El proceso de construir re-
quiere honestidad con uno mismo y la dispo- laciones con los terapeutas y con los demás
sición para enfrentarse con la verdad. Y, so- pacientes es sanador en sí mismo y abarca una
bre todo, se pide que cada uno crezca en la buena parte de nuestro programa terapéutico.
confianza. Es necesario que los seminaristas De manera similar, el Santo Padre señala en
desarrollen un adecuado nivel de confianza la Pastores Davo Vobis algunas cualidades de
en el equipo de formadores como para hablar la auténtica formación humana. ÉI habla de la
honestamente de sus vidas y de sus dificulta- necesidad de “tener capacidad de relacionarse
des. A menudo estas cualidades están ausentes con los demás” y de establecer “verdaderas
en los sacerdotes y los religiosos que tienen amistades”. Yo no lo podría decir mejor. Estos
dificultades y cuando las desarrollan, logran elementos son esenciales en la formación hu-
mucha sanación. mana. Para establecer relaciones se requiere de
Habría mucho que decir sobre ciertos confianza y honestidad, que son necesarias en
seminaristas llamados “rígidos”. Muchas ve- el proceso de formación humana. Y la presen-
ces se consulta a los profesionales de la salud cia de relaciones sólidas entre iguales es una
mental sobre este tipo de candidato. ¿Cuál es de los mejores indicadores de salud mental.
su problema? ¿Qué podemos hacer? No me Otro de los temas subyacentes en los sa-
refiero a candidatos con una fe fuerte y que cerdotes y religiosos que vienen a nuestro
la expresan con firmeza y honestidad. Ni me centro es la falta de relaciones interpersonales
refiero a una tendencia teológica especifica entra iguales. Afortunadamente, en el proce-
porque personas “rígidas” pueden presentarse so de formación humana, las personas pueden
en todas las dimensiones de la vida: conserva- aprender a hacer amigos. Esto es tan válido
dores o liberales, jóvenes o adultos. “Rigidez” tanto para quienes tienen 70 años como para
es más bien una máscara que esconde mucho los que tienen 20. Tener amigos es una habili-

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dad social que puede desarrollarse. Esto me recuerda la historia humorística


No nos debe sorprender que entre los sa- de una mujer que llama a su esposo que con-
cerdotes y religiosos con problemas de abuso duce en la principal autopista de la ciudad. La
sexual infantil surja el tema de la falta de rela- esposa le dice: “Jorge, ten cuidado porque he
ciones interpersonales. Tiene sentido. ¿Cómo oído en la radio que hay un idiota conduciendo
puede uno conectar emocionalmente con un en dirección contraria en la autopista. ÉI le res-
menor a menos que no sea capaz de relacio- ponde: “Marta, sé bien lo que estás diciendo,
narse con sus iguales? La presencia de buenas pero no es que haya una persona conduciendo
relaciones interpersonales, me parece, es algo en dirección contraria; son cientos”.
esencial. AI contrario, la ausencia de estas re- Se es “loco obcecado” cuando uno se es-
laciones sugiere que la persona no está lista cucha sólo a sí mismo. Es también señal de
para las Ordenes. Hay una fuerte armonía es- narcisismo y de falta de humildad. La forma-
piritual con estas relaciones. Como se dice en ción humana se apoya y refuerza la humildad
1 Juan (4,20): “Quien no ama a su hermano y la apertura del candidato. Debemos ser capa-
que ve, no puede amar a Dios a quien no ve”. ces de escuchar a los demás, de acoger la críti-
ca y creer que los otros pueden decir la verdad.
La loca obcecación (self-will Recuerdo las palabras de uno de los grandes
Rum Riot) Doctores de la Iglesia: “Quien se dirige a si
mismo está siendo dirigido por un tonto”.
Por último, permítanme establecer al- Tristemente, encontramos “locos obce-
guna conexión más con la transformación cados” tanto en nuestra sociedad como en la
humana que acontece en la vida de nuestros Iglesia. Hay grupos que se erigen como por-
residentes del Instituto San Lucas. Cerca del tadores de la verdad. Para ellos, el Papa no es
10% no avanzan en el programa y el trata- suficientemente católico. Ellas pueden mostrar
miento fracasa. Puede haber muchas razones una agenda liberal o una conservadora, pero
por las que una persona no avance. Pero hay al final se presentan como los patrones únicos
una razón particular que parece ser la mas con los que se deben juzgar todas las cosas.
común. Nosotros le decimos: “la loca obce- Nuestros seminaristas deben ser lo sufi-
cación”. Con esta frase queremos decir que el cientemente humildes como para escuchar a los
individuo no escucha a nadie. ÉI o ella no es- demás. El narcisismo es algo terrible. Nuestros
cuchan a los otros residentes, a los terapeutas seminaristas deben tener claro de que ellos no
ni a las personas de su diócesis o comunidad son el centro del universo. En asuntos de fe,
religiosa. Dicen: “Estoy en lo correcto y los nuestros Obispos nos guían en armonía con
demás están equivocados”. las enseñanzas del Santo Padre. Creemos que

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la barca de Pedro será guiada inexorablemente Me parece providencial que el Santo Padre
hacia su consumación final en Cristo. Tenemos haya comenzado su pontificado diciendo desde
una frase latina para describir esta pastura de el balcón de la Basílica de San Pedro: “No ten-
humildad y fe: sentire cum ecclesiae; sentir con gan miedo”. Son las palabras que nos dirigió
la Iglesia. Lo hacemos porque somos humildes nuestro Salvador. Son palabras para la Iglesia.
y no nos colocamos en el centro del universo; Son palabras dirigidas a nuestros seminaristas
porque somos católicos creyentes. en camino hacia el presbiterado. “No tengan
El endemoniado de Gerasa se transformó miedo”. El miedo paraliza la psique. El miedo
tras el encuentro con Jesús. Ya no estaba des- mata las relaciones. Es el miedo que no nos deja
nudo sino vestido; ya no era un animal. ÉI se abrazar la cruz, en la fe, que nos conduce a la
“sentó·, o sea que pudo descansar, pudo vivir la resurrección de la gratitud y de la alegría. Me
paz interior. No tuvo que soportar más torturas gustaría que hubiera un camino más fácil. A ve-
internas. Ya no vivió más entre los muertos y ces le digo a nuestros residentes: “Me gustaría
quería acompañar a Jesús. Volvió a ser total- que este programa fuera mas fácil; desearía que
mente humano. Es el encuentro con Jesús el que no tuvieran que atravesar por una transforma-
nos hace totalmente humanos. En Jesús, nuestra ción dolorosa”. Pero, tristemente, no hay un
humanidad finalmente se ve completada. atajo; no hay un camino fácil.
El camino para llegar a la plenitud de la
vida y a ser totalmente humano es largo y con-
No tener miedo tinúa después de la ordenación y de los votos
perpetuos. Continuamos experimentando un
Mi tiempo en el Instituto San Lucas me cierto tipo de misterio pascual yendo por la
ha convencido de lo destructivo que puede ser oscuridad de nuestras vidas y naciendo a una
el miedo. El miedo paraliza la psique. No nos nueva vida. Sentimos que las heridas y la ira,
deja confiar en los demás. Destruye tas rela- el dolor y la tristeza se entierran en el corazón
ciones humanas. Nos mantiene encerrados en humano caído y por eso podemos alimentar en
nosotros mismos y nos hunde en la oscuridad. nosotros la gratitud de los cristianos y la ale-
Nos impide embarcamos en la ruta de la trans- gría de Cristo Resucitado.
formación humana. AI final, la formación humana es un pro-
Es sorprendente cuantas veces Jesús nos ceso por el que llegamos a ser personas euca-
anima con sus palabras “No tengan miedo”. rísticas. Nuestro espíritu se eleva con auténti-
Rara vez habló él de los pecados sexuales, ca gratitud por todo lo que Dios ha hecho y la
pero a menudo habló sobre el miedo. Los pe- alegría de Cristo Resucitado cubre nuestro co-
cados sexuales pueden causar mucho escánda- razón y brilla en nuestros rostros y en nuestras
lo y mucho daño, pero el miedo destruye la vidas. A este sitio se llega por un camino largo
base de la fe y de la confianza en Dios. y doloroso. Pero el esfuerzo vale la pena.

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