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El presente texto pretende realizar una aproximación teórica general de forma concreta y sencilla al
siempre delicado asunto de la lateralidad en edad escolar, con la intención de aclarar cierta confusión
terminológica existente al respecto, y ofrecer criterios concretos de actuación en el trabajo de este
importante aspecto del esquema corporal, que sirvan de base para, en una segunda parte de este trabajo,
realizar una propuesta práctica de actuación con alumnos del primer ciclo de Educación Primaria.
¿Cuándo se trabaja la lateralidad? ¿Tiene que ver con las partes del cerebro?
El trabajo de la lateralidad, sobre todo en Educación Infantil y en los primeros ciclos de Primaria, “reviste
suma importancia para el niño, ya que es a estas edades cuando la escuela y la familia le obligan a
resolver difíciles problemas de orientación espacio-temporal relacionados sobretodo con la lectura y
escritura” (Le Boulch, J. 1984), de ahí que su trabajo tanto en el colegio como en casa sea de tanta
importancia.
Es frecuente ver entre nuestros alumnos a chicos y chicas de entre 8-9 años que aún no tiene clara su
lateralidad y que presentan dificultades para diferenciar su parte izquierda de su derecha, cosa por otra
parte normal, pues no es hasta esa edad cuando se produce el afianzamiento definitivo de la lateralidad.
Un camino lento y progresivo en el que se hacen necesarias, tanto en las clases de Educación Física
como en el entorno familiar, propuestas que contribuyan, en la medida de lo posible, a afianzar de forma
sólida la lateralidad sin forzarla, si bien para ello deberemos tener presentes una serie de consideraciones
teóricas.
Sabemos que el cerebro está dividido en dos mitades o hemisferios y que cada mitad recibe y elabora
respuestas funcionales diferentes que se corresponden con el hemicuerpo contrario. Es decir, la mitad
cerebral derecha elabora respuestas para la mitad izquierda de nuestro cuerpo, y la mitad cerebral
izquierda para la parte derecha de nuestro cuerpo. Las dos mitades están unidas entre sí por una
formación llamada cuerpo calloso que permite compartir la información entre las dos partes.
La dominancia de una de las dos partes del cuerpo, no debe entenderse pues, como superioridad de una
parte del cerebro sobre la otra, sino como la especialización de cada hemisferio cerebral, si bien parece
claro, a pesar de dicha especialización, que cada área del conocimiento que se localiza en un hemisferio
cerebral, tiene su simétrica en el hemisferio contrario, De modo, que si un hemisferio cerebral quedara
inutilizado por cualquier causa, el otro llegaría, no sin esfuerzo, a desempeñar las mismas funciones que
el primero.
Para entender bien lo comentado anteriormente vamos a desarrollar que es la lateralidad, dominancia y la
lateralización.
LATERALIDAD. Es la preferencia innata por la utilización de una u otra parte de nuestro cuerpo en la
realización de tareas que requieren el uso de un segmento corporal de un par. Además existen otras
muchas como la definición que hace de este término la Real Academia de la Lengua “Preferencia
espontánea en el uso de los órganos situados al lado derecho o izquierdo del cuerpo, como los brazos,
las piernas, etc.” (2001) corrobora nuestro pensamiento. Del mismo modo que lo hacen los estudios de
autores como Harris (1961), Pieron (1968), Rigal (1987), Le Boulch (1992), Magarizo y Cruz (sin fechar).
LATERALIZACIÓN. Es el proceso a través del cual el niño va a hacer uso preferente de un lado de su
cuerpo sobre el otro y a través del cual definirá su lateralidad.
Estos tres conceptos deben de estar muy claro ante de empezar el aprendizaje con los niños, para que
así no se les cree confusión sobre si la lateralidad solo tiene que ver con utilizar la derecha o la izquierda,
para ello realizaremos una detallada especificación de cuantos tipos de lateralidades hay.
TIPOS DE LATERALIDAD
1. LATERALIDAD HOMOGÉNEA. Uso preferente y evidenciado de un lado del cuerpo sobre el otro,
utilizando la misma mano, el mismo ojo el mismo pie. Cabrían dos posibilidades (D,D,D) o (I,I,I).
2. LATERALIDAD CRUZADA. Cuando uno de los segmentos corporales no coincide con los otros en su
uso preferente evidenciado. Ej.: El chico que escribe con la derecha y golpea el balón para jugar al fútbol
con el pie izquierdo. (D, D, I).
3. LATERALIDAD MIXTA. Se produce cuando vemos que existen cambios continuos e el lado de uso más
o menos a intervalos regulares.
4. LATERALIDAD INVERTIDA. Cuando sólo en un momento determinado y para una misma acción, se
hace evidente el cambio de uso en el lado preferente.
5. AMBIDEXTRÍA. Se hace evidente cuando el alumno utiliza indistintamente cada uno de los segmentos
corporales, no prevaleciendo la utilización preferente de un lado sobre el otro. ( El ideal de todos los
entrenadores deportivos).
6. LATERALIDAD GESTUAL. Es la preferente orientación en una u otra dirección espacial hacia la que
nos dirigimos cuando cabe la posibilidad de hacerlo hacia los dos sentidos; derecha o izquierda.
TIPOS DE DOMINANCIA
¿Con qué medios podemos contar para conocer la lateralidad? ¿Qué podemos
hacer desde la educación física?
El primer y principal medio para conocer la lateralidad del niño es a través de la observación. La
observación y anotación de sus conductas motrices puede ayudarnos a hacernos una idea, si bien existen
otros factores y test más complejos para conocerla en los que no profundizaremos.
Los medios que se pueden emplear para conocer la preferencia lateral de uso segmentario son los
siguientes:
En un alumno zurdo, reforzar su condición. Dar a conocer ejemplos de personas que han sobresalido en
artes, ciencias o deportes siendo zurdos (Picasso, Einstein, Pelé)
Ejercicio 1
Colocar conos o platillos a la izquierda y derecha. El niño se desplaza lateralmente y toca los conos.
Ejercicio 2
Ejercicio 3.
Ejercicio 4.
Desplazamiento lateral con rotación de cuerpo. Colocar los conos en fila con una separación de 5 metros,
primer cono va lateralmente mirando hacia al frente , en el segundo rota el cuerpo 180° y así cambiando
de dirección.
Ejercicio 5